Alice verifica su atuendo por última vez, coloca un toque de perfume y está lista. Su primo, ya está esperando en la sala, impaciente porque detesta llegar tarde a sus compromisos, sin embargo, llevan minutos de ventaja.

—Parece que tú fueras el que se va a  casar —se burla la chica.

—Muy graciosa, pero, Jake es uno de mis mejores amigos y se va a casar, me aterra pensar que soy el siguiente —dice bromeando.

—Y lo serás, pero yo sé que estas deprimido porque no fuiste el padrino.

—Pero lo será tu amor, Chris —dice y ambos bajan en dirección al auto del chico.

—No es mi amor, deja de decir tonterías —se defiende, pero siente un ligero calor sobre sus mejillas.

—A kilómetros se nota que te gusta ese sujeto, y tienes mi bendición, primita. Me agrada, aunque es un poco lento para estas cosas —dice y pone en marcha el carro.

Varios minutos, llenos de bromas hacia su pequeño enamoramiento hacia Chris, Alice y su primo, Alexander, llegan al lugar donde se llevará a cabo la ceremonia y la fiesta. Entran a la ceremonia y Jake, el novio, está charlando con Chris, quien al verlos llegar sonríe, sin embargo, cuando Alexander abraza a su prima, frunce el ceño molesto.

Alice nota la mirada de Chris algunos instantes después, pero cuando ella lo voltea a ver y sonreírle, él aparta la mirada molesto. Alexander parece entender el comportamiento de aquel chico, y aunque sólo se conocen por las mencionen que Jake les hace del otro, Chris no sabe el parentesco que tiene con Alice.

La boda es verdaderamente hermosa, Sara, la novia, se veía espectacular y los votos hacen que algunas personas derramen lágrimas de emoción, incluyendo a los novios. El amor parece flotar en el aire, y parece que ha conseguido tres cupidos que harán de las suyas esta noche.

—Recuérdame no ir por la liga —le comenta Alexander a Alice, que va tomada de su brazo, mientras pasean con unas bebidas en las manos —. No quiero ser el próximo.

—¿No me digas que le tienes miedo al compromiso? —ella comienza a reír.

Chris no puede evitar apartar la mirada de ese par, un extraño sentimiento de coraje y presión en su pecho lo comienza a invadir, debería ser él quien pasee de su brazo y haga reír a Alice, no ese chico. Pero ella parece tan confiada y alegre a su lado, que teme acercarse a ellos y confirmar sus sospechas.

Los novios hacen su gran entrada, bailan su primer vals como marido y mujer, y la cena comienza. Chris busca tontos pretextos para dirigir su mirada hacia Alice y el chico que la acompaña, que no han dejado de reír en ningún momento.

Los minutos pasan y Chris está sentado sólo mientras los demás acompañantes de su mesa ya se han levantado a bailar. Jake se acerca a su amigo de la mano de su esposa, a quien ya le ha comentado su plan.

—¡Evans! ¿Por qué tan sólo? —bromea el desposado.

—¡Hola! ¡Felicidades! —los abraza a ambos y evita responder a lo que Jake ha dicho.

—Esta deberá ser la única boda donde el padrino no tiene a una bella chica a su lado —dice Sara.

—No, estoy bien —la mentira que dice a Chris puede notarse a kilómetros de distancia.

Jake dirige una mirada cómplice a su esposa y esta sonríe.

—Chris, ¿y por qué no estás hablando con Alice? No hay fiesta donde ustedes no pasen un rato platicando —Sara pregunta con exagerada curiosidad.

—No, ella debe estar ocupada bailando con el chico que la acompaña —los celos salen a relucir.

—¿Es eso, Evans? —cuestiona Jake —. Deja entonces que los presentemos...

—¡No, Jake!

Es demasiado tarde, y Alexander acompañado de su prima, vienen en dirección a ellos. Alice se lanza a abrazar a Sara y sueltan un grito de emoción.

Chris sólo saluda con un movimiento de cabeza a Alice, y ella le responde de la misma manera, desconcertada por su actitud.

—Alexander, quiero presentarte a mi mejor amigo y a quien te quitó el lugar de padrino —Jake lo dice riendo y se gana un pequeño golpe por parte del primo de Alice —. El es Chris Evans, Chris, este es Alexander Sainz.

Los hombres se saludan ante la atenta mirada de las dos chicas, pero Chris parece más rígido y serio de lo normal. Alexander sabe que es momento de culminar con su misión.

—Chris, mi prima y estos tórtolos me han hablado mucho de ti —Alice de nuevo se sonroja ante la mirada nada discreta de Chris.

—¿Tu prima?

—Alice, ella tiene el honor de llamarse mi prima —la chica le da un leve golpe en el brazo.

Sara, Jake y Alexander no puede ocultar sus risas por la cara de confusión de Chris, quien se ha quedado sin palabras al descubrir que todos sus pensamientos eran su mera imaginación.

—Vi una linda chica en la barra de tragos, así que los dejo —Alexander se despide y básicamente huye.

—Nosotros iremos a saludar a los demás invitados—Sara y Jake también se alejan.

Alice sigue confundida por la actitud de Chris, así que después de un leve movimiento con su cabeza en señal de despedida, se comienza a alejar en dirección a su mesa. Chris tarda unos minutos en darse cuenta de su tonto error y entender el plan de los chicos, Alexander le ha agradado después de todo.

—¡Alice, espera! —dice y corre detrás de ella.

La chica lo acompaña al pequeño jardín que se encuentra a un costado del salón, hay algunas personas charlando y ellos se alejan un poco, en dirección a una pequeña banca.

—¿Estas enojado conmigo? —le pregunta la chica con la mirada baja una vez que se ha sentado.

—¿Qué? ¡No! No tendría razón para estarlo.

—Pues parecía que sí. Durante la ceremonia y hasta hace menos de 10 minutos, me ignoraste.

—No fue mi intención bonita, es que, me sentí mal de verte con Alexander, no sabía que fuera tu primo.

El corazón de Alice comienza a latir de manera más acelerada, una idea comienza a surgir en su cabeza.

—¿Estabas celoso de Alex? —le cuestiona con una sonrisa encantadora.

—¿Qué? —Chris sabe que no tiene escapatoria y que es momento de aclarar sus sentimientos —. Bueno, tal vez sí me sentí celoso de verte con él. Quería ser yo quien bailara contigo y pasar a tu lado la fiesta.

—Aún podemos hacerlo —dice ella.

Chris entiende aquella respuesta y la hermosa sonrisa que adorna el rostro de la chica, sabe que es correspondido o al menos, espera que su mente no lo vuelva a engañar.

—Entonces vamos —Alice hace el ademán de levantarse, pero él la detiene —. Pero antes, quiero hacer dos cosas.

—¿Qué?

—La primera es una pregunta —toma las manos de la chica entre las suyas —. ¿Te gustaría salir conmigo? A una cita, totalmente oficial.

Alice sólo sonríe, aunque por dentro da brincos y gritos llenos de felicidad. Tímidamente asiente con la cabeza y él la abraza.

—¿Y la otra cosa que querías hacer?

—Es sólo esto —y diciendo esas palabras la besa. Alice siente que flota en medio de todos sus buenos sentimientos y la emoción de ser estrechada entre los brazos de Chris. Se permiten disfrutar de aquel momento sin pensar en nada más. Pero no saben, que los novios y Alexander, los espían por una ventana que da desde el salón al jardín. Misión cumplida.

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¡Bonito día! ♥