14/#3

Últimamente, Chris y su esposa, Jackelin, se la viven discutiendo. Parece no quedar nada de la pareja que no le importaba demostrar su amor y dedicarse lindas palabras enfrente de todos. Las discusiones son más frecuentes, y culminan en largos silencios que pueden prolongarse por días.

Chris parece refugiarse en su trabajo, trata de permanecer el mayor tiempo posible fuera de casa, porque al estar dentro, no faltan los tontos pretextos que lo lleva a discutir con Jackelin. Ella pasa el tiempo en casa, pero justo cuando sabe que él llegará, busca a alguna amistad para tener una razón para evitarlo. Las noches se vuelven más frías, aunque en algunas ocasiones, la cama es testigo de sus intentos por solucionar las cosas, que sólo dura por aquel momento y a la mañana siguiente se transforma en la monotonía ya vivida.

Justo hoy, sin saberlo, ella ha quedado con una vieja amiga de la universidad que ha venido de visita a la ciudad, se está colocando su chaqueta y tomando su bolso, cuando Chris llega y se sorprende al verla lista para irse.

—¿Saldrás? —cuestiona sin saludarla, y darle una descarada mirada a su atuendo.

—Sí, quedé con una amiga —afirma.

—¡Claro, una amiga! —suelta él con ironía.

—¿Qué intentas decir? —Chris bufa y ella entiende sus pensamientos —. No puedo creer que no confíes en mí.

—Confío en ti, pero justo ahora, que llego, tienes que salir.

—¡Chris, por favor! Paso seis de siete tardes a la semana sola, desayuno y como sola, en ocasiones llegas a cenar. Erika me dijo que estaba en la ciudad, y en vista de que no llamaste para avisar, quedé con ella —le reclama molesta, se acerca a la puerta y la abre —. Nos vemos más tarde.

Y dando un portazo, sale de la casa, dejando a Chris hundido en sus pensamientos. Tal vez ella tenga razón y él no se esté comportando de la mejor manera, acepta que la ha abandonado en las últimas semanas y podría entender su soledad, y la necesidad de salir con sus amigas.

Jackelin trata de olvidar momentáneamente sus pleitos con Chris y concentrarse en ponerse al día con su amiga. Comen en una amena plática, y alargan su salida, pidiendo un café. La oscuridad envuelve el ambiente cuando ella llega a la casa, Chris se encuentra sentado en la sala con un libro entre sus manos.

—¿Cómo te fue? —le pregunta de nuevo, sin saludarla.

—Bien, Erika manda saludos —dice por cortesía.

—Gracias. Hay café, por si gustas —murmura.

—Te lo agradezco pero, todavía tomé un café con Erika, así que no tengo hambre. Iré a darme una ducha.

Llega a su habitación, toma su ropa y entra al pequeño cuarto conjunto, para darse aquella ducha. Se toma todo el tiempo necesario para darse los cuidados de aseo, deseando encontrar a Chris dormido u ocupado; pero cuando sale, él está sentado en la cama, con los codos sobre sus rodillas y sus manos cruzadas.

—¿Qué hice mal? —le cuestiona con la mirada baja.

—¿De qué hablas?

—El camino que ha tomado nuestra relación, sé que es mi culpa pero, ¿qué fue exactamente lo que hice? Trato de ser detallista para compensar mis largos viajes, organizar salidas en fin de semana para olvidarnos de este ajetreo, pero, ¿ahora?

—Lo dejaste de hacer, Chris. Eso fue lo que pasó.

Él se levanta y se acerca a su esposa, rodeando con uno de sus brazos su cintura y con su mano libre, tomando delicadamente su mejilla.

—Perdón, linda. El estrés me está comiendo vivo. Todo esto es demasiado —confiesa con una mirada triste.

—Chris, para eso estoy yo. ¿Acaso no prometí estar contigo en las buenas y en las malas? —él asiente y ella le devuelve la caricia en la mejilla —. Te amo, y cualquier cosa que pase, te voy a escuchar y apoyar, sólo te pido que no saques esos sentimientos alejándote de mí.

—Lo siento mucho, amor —besa suavemente su labios.

—Yo también lamento la actitud fría que tuve hacia ti —ella se pone de puntitas para besarlo.

Pasan un par de semanas y la relación entre ellos mejora. Tratan de dedicarse más tiempo, más espacio para ellos dos. Justo hoy, saldrán a un nuevo restaurante a las afueras de la ciudad. La velada es completamente perfecta, romántica y única. Van de camino a casa, escuchando algunas canciones en la radio. En ese momento, el conductor de un tráiler comienza a ser invadido por un cansancio extremo, por un instante, sus ojos se cierran, esto es suficiente para que cambie de carril. Chris observa que el tráiler va directamente sobre ellos e instintivamente volantea.

***

Cuando Chris despierta, un paramédico está valorándolo dentro de lo que parece ser una ambulancia. Tarda un par de segundos en recordar el accidente.

—Mi esposa —murmura con su voz ronca y apenas audible por la mascarilla de oxígeno que lleva.

—Señor, por favor, conserve la calma —le dice el otro paramédico.

—¡Mi esposa! —intenta mover sus manos, pero uno de sus brazos tiene la vía y el otro no lo puede mover, está entablillado —. ¿Dónde está mi esposa?

—Señor, conserve la calma, estamos llegando al hospital.

Los demás recuerdos de Chris son muy borrosos, algunos médicos y enfermeras acercándose, hablando con los paramédicos y algunas partes de su memoria en blanco. Cuando abre los ojos, Scott está sentado en un pequeño sillón frente a él. Comienza a toser, causando que su hermano se despierte.

—Hola, hermano —dice, no puede evitar sonreír al verlo ya despierto.

—¿Y Jackelin? —pregunta con miedo, mientras observa que lleva enyesado su brazo izquierdo.

—Ella está mejor.

—¿Mejor? ¿De qué hablas?

—Yo no creo poder explicarte, deberías hablar con el médico. Iré por una enfermera, espera aquí.

Después de una exhaustiva valoración médico y enfermera, sin más secuelas por esperar, Chris será dado de alta a la mañana siguiente. Pregunta varias veces por su esposa, y es hasta la mañana siguiente, cuando deja aquella cama, que puede hablar con el médico que atiende a su esposa.

—¿Cómo está ella? —cuestiona, una vez que ha prometido tratar de mantenerse tranquilo. Scott se mueve incómodo en su asiento, ha acompañado a Chris para hablar con el doctor.

—Debo ser franco, señor Evans. Su esposa se llevo la mayor parte del golpe, aunque llevaba el cinturón de seguridad, uno de los pilares del muro de contención la impactó directamente. No hubo gran daño en los órganos internos, para su gran fortuna, sin embargo, presenta un esguince cervical moderado, por ello usa el collarín, se fracturó la pierna derecha, y usará la férula por algunas semanas. Algunas contusiones leves en los miembros superiores y rostro, sin embargo, no pudimos salvar al bebé —Chris palideció inmediatamente y Scott colocó su mano sobre el hombro de su hermano —. En el primer trimestre, no existe suficiente líquido amniótico para amortiguar el golpe, y como le he dicho, el pilar golpeó a su esposa de frente, hubo un desprendimiento de placenta, y la oxigenación ya no llegó al embrión. Tuvimos que extraerlo, para evitar alguna complicación.

El médico dijo todo de golpe, porque sabía que si se detenía, no podría continuar. Cuando le mencionó a los padres de la paciente, estos comentaron que no estaban al tanto del embarazo, y cuando pudo ver el rostro del esposo de aquella mujer, supo que él tampoco sabía. Fue algo particular, ya que hace un par de semanas su esposa había dado a luz a su primogénito.

—¿Un bebé? —logra murmurar Chris.

—Sí, señor. Lo lamento mucho —dice con sinceridad. Chris permanece unos minutos más en aquel lugar mientras es consolado por su hermano.

Chris se niega a darle la noticia a Jackelin, le pide a alguien más que lo haga, no tiene la suficiente fuera para enfrentar el rostro de su esposa al escuchar tal declaración. Permanece fuera de la habitación mientras ella recibe la noticia, la escucha sollozar y eso le parte el corazón.

Entra a la habitación y la encuentra con la mirada perdida, mientras por sus mejillas escurren las lágrimas. Sabe que está sufriendo, tal como él lo está. Ella lo mira por unos instantes y observa el cabestrillo que sostiene su brazo, así como los golpes en su rostro.

—Yo no sabía —declara con voz ahogada.

—Lo sé, amor —con sumo cuidado, se acerca hasta donde ella puede recargar su rostro en su pecho y descargar su dolor, el llanto de ambos es débil, pero constante. Aquel bebé que deseaban con todo su corazón, se había ido de sus manos antes de conocer de su existencia.

—No tuve ningún síntoma, Chris, nada. Si yo hubiera sabido... —dice con un poco de molestia hacia ella.

—No tienes culpa de nada, no te atormentes así. Vamos a salir adelante y ese pequeño angelito, siempre estará en nuestros corazones, amor —murmura para luego dejar un delicado beso en los labios de su esposa —. Lo haremos por él o ella, saldremos adelante por nuestro angelito. 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

En mi defensa, mi estimada lectora a la que corresponde este OS pidió uno con accidente y final triste *se deslinda de responsabilidades*.

En fin, espero que les guste, bueno no, pero voten, es algo triste y espero leer sus opiniones. ♥ 



12/Noviembre/2018
Gracias, Stan Lee



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top