100* [Especial 🌞]
Especial: El Sol ☀
Advertencia: algo así :'v
Vanessa ingresa del brazo de su prometido al elegante salón logrando captar algunas miradas de los presentes, en primer lugar, porque recientemente se han comprometido y en segundo, por la belleza y elegancia de la chica.
Ella y su prometido se acomodan en la mesa que les han designado, de inmediato, él se embarca en una amena charla con un matrimonio que también ahí se encuentra. La mujer suelta un suspiro, se siente sola a pesar de toda la gente que la rodea y triste entre tanta frialdad.
—Buenas noches —dicen a sus espaldas.
Vanessa gira su cabeza lo suficiente para encontrarse con esos oceánicos que por mucho tiempo le han robado suspiros, aunque le fastidia que lleve a esa chica de su brazo, a quien presenta como su novia.
Chris y aquella joven se sientan en el par de lugares disponibles, que para su mala suerte, son al lado de Vanessa.
La cena se empieza a servir y algunos comentarios siguen escuchándose en la mesa, pero cuando Vanessa se encuentra comiendo las últimas cucharadas del entrante, una mano cae de forma descuidada en su muslo derecho, al lado contrario de su prometido.
Ella logra darse cuenta de la discreta sonrisa que aparece en los labios de Chris, quien no ha dejado de comer en silencio. La chica intenta apartarlo con discreción, pero la mano del ojiazul se niega a soltarla y en cambio, se mueve lo suficiente para encontrar la pequeña abertura de la falda y tocar directamente su piel.
Vanessa intenta mantenerse sería, pero la cálida mano del ojiazul no piensa darle tregua. Ella por fin logra encontrarlo y entierra sus uñas con fuerza sobre el dorso de su mano, haciendo que él por fin vuelva a subir su mano y la suelte.
A partir de eso, no vuelven a tener una interacción, a excepción de algunos breves comentarios que comparten con el resto de mis participantes en la mesa.
[...]
—Regreso en un momento —le dice Vanessa a su prometido, quien intuye hacia donde se dirige y simplemente le dedica un asentimiento con la cabeza, para alejarse y caminar hacia un viejo conocido para saludar.
La chica camina con seguridad hacia los baños, pero sabe que ese no es su verdadero objetivo, pues discretamente lo busca con la mirada entre las parejas que bailan y entre las personas que charlan.
Pero no está.
Justo cuando está a punto de llegar al pasillo que la conducirá hacia los baños, lo ve en la puerta que conduce hacia uno de los jardines. El ojiazul se encuentra fumando un cigarrillo mientras le dedica una discreta, pero coqueta, mirada que la pone en alerta.
Vanessa se gira para verificar que nadie la vea, y una vez que hace lo propio, cambia su camino hacia donde Chris ya ha salido. Lo sigue en silencio, él toma uno de los caminos hacia una zona sin mucha iluminación y con algunos arbustos que les dan la privacidad esperada.
—Quiero comenzar esto halagando lo hermosa que te ves esta noche —murmura Chris, girándose hacia ella con una sonrisa.
—No tanto como tu novia, ¿o sí? —le cuestiona y el ojiazul no puede evitar reír ante la gracia que le causa escuchar ese ápice de celos en sus palabras.
—Aunque suene poco caballeroso de mi parte, creo que te ves más hermosa tú —declara y la escanea con la mirada, no miente, Vanessa de ve realmente preciosa.
—Me parece gracioso que justo tú hables de caballerosidad —murmura la joven con burla, dando un par de pasos hacia él, quedando su suficientemente cerca para posar sus manos sobre el pecho del varón, que sonríe al tenerla tan cerca.
—Los caballeros no tenemos memoria, ¿Podrías recordarme a qué te refieres? —cuestiona y no puede evitar colocar su mano sobre la cintura de la chica.
—Si mal no recuerdo, desde que tienes novia, nuestros encuentros no han cesado —susurra.
—Exclamó la princesa que tiene a su prometido en espera de ella —se mofa el ojiazul, obteniendo una mirada seria de la chica. La verdad no mata, pero incomoda.
—Creo que entonces volveré con él —murmura con cierta molestia.
Pero antes de que Vanessa puede avanzar más de dos pasos, Chris la toma del brazo y la atrae con fuerza hacia su cuerpo. No pierde tiempo en rodearla con sus brazos y capturar sus labios en un demandante beso, que le roba el aliento a la chica.
Sin dejar de besarse, más que lo indispensable para tomar un poco de aire, Chris encamina a Vanessa para que esta quede aprisionada entre su cuerpo y la fría puerta de uno de los cuartos que sirven como bodega del lugar. Él se separa por fin de ella y por suerte, consigue abrir para luego hacer que la chica pase y luego de dar una rápida mirada a su alrededor, él la sigue.
No hay tiempo para muchos preliminares y sus cuerpos ya están ardiendo por la necesidad de su toque, por esa sensación de pertenencia que hace varios días no experimentaban. Y es que, a pesar de que frente al resto eran de otros, su corazón y su alma se pertenecían.
—Esto será rápido, mi amor —murmura Chris con dificultad, pues la mano traviesa de Vanessa ha comenzado a acariciarlo por encima del pantalón.
Chris saca un preservativo del bolsillo de su pantalón, y mientras él se deshace del empaque, las manos hábiles de la chica, le abren el cinturón y el pantalón para que él se apresure a enfundarse el condón.
Vanessa pierde de cordura de sus pensamientos y sus acciones, pues está cegada por la pasión, así que de un momento a otro, está rodeando las caderas del ojiazul con sus piernas y siente como él aparta la tela de sus bragas antes de hundirse en ella.
Sus cuerpos se reconocen a la perfección, saben que no pueden pertenecer a nadie más, cuando ya se pertenecen en cuerpo y alma uno al otro. Hay demasiada pasión en sus besos y caricias descuidadas, así como en las profundas estocadas que Vanessa recibe por parte de Chris. Agradece la fuerza del ojiazul para maniobrar con su cuerpo apoyado contra la pared.
Vanessa pierde la noción del tiempo y del lugar, en lo único que puede pensar, es en la embriagante sensación de tener al amor de su vida entre sus piernas. Nadie la hace sentir tan bien y mucho menos han logrado conocer sus gustos, a excepción de él.
Por su parte, Chris está cegado por estar envuelto por la calidez de la chica, le gusta escucharla gemir bajito, aunque realmente desearía que ella no se silenciara, pero sabe que no es el lugar adecuado.
Esos mismos pensamientos de ser descubiertos, el anhelo del uno por el otro y su intenso amor, los hace empezar a palpar las mieles de la liberación. Chris percibe los primeros espasmos del cuerpo de la joven, quien busca sus labios con desespero para callar los sonidos que amenazan escapar de su boca.
—Va-mos, mi amor, un poco más —susurra escondiendo su rostro en el cuello de la chica, hasta que termina por importarle poco y empieza a morder y chupar esa parte de su cuerpo, dejando una prometedora marca.
—¡Chr-Chris! —exclama Vanessa, sin poder evitarlo.
Él empuja más el cuerpo de la chica contra la pared en búsqueda de apoyo, él está llegando y lo que menos desea es hacerla caer.
La explosión del delicioso mar de sensaciones es simplemente perfecto, saben que nada ni nadie los hará sentir de esa forma y que las precipitadas decisiones que han tomado, nunca les darán esta felicidad.
—Te amo —susurra Chris con los labios pegados a la piel del cuello de Vanessa.
La chica lo observa confundida, en todo el tiempo que llevan "juntos", está es la primera vez que él lo dice.
—Te amo, te amo, te amo —repite como un matra, causando que lo que antes fue deseo, se transforme en amor y emoción para la chica.
—También te amo —responde ella con decisión, porque es claro que siente lo mismo.
—Si tu te atreves, por mi vida que te sigo —susurra el ojiazul con toda seguridad y mirando a los ojos de su amada —. Simplemente dilo y lo dejamos todo para ser felices solo tú y yo —reitera.
Vanessa jadea llena de sorpresa, se da cuenta de la magnitud de las palabras de Chris, y del gran impacto que puede tener en su vida. Pero también reconoce, que de hacer las cosas adecuadas, se pueden salvar de la ira de su padre.
Tal vez Vanessa no se ha dado cuenta, pero son varios minutos los que ella se hunde en sus pensamientos, dándole un mensaje erróneo a Chris, quien en total silencio, se acomoda la ropa dispuesto a irse, pues no planea volver a la fiesta luego de esto.
—Te amo —de nuevo le dice a la chica y besa su frente antes de salir de la pequeña bodega.
Es entonces cuando Vanessa reacciona y se da cuenta de todo, duda un par de segundos, pero al final obedece a su corazón y a la poca razón que queda en ella, se acomoda el vestido y su ropa interior, y sale detrás de Chris, que ya lleva unos metros de distancia.
—¡Espera! —le llama y el se detiene, lo ve girarse hacia ella con una gran sonrisa.
—¿Iras conmigo, amor mío? —cuestiona una vez que llega de vuelta con ella y rodea su cintura con sus brazos.
—Hasta el fin del mundo —responde y ella misma ríe ante la cursilería de sus palabras.
Chris sonríe satisfecho y la pareja se dirige hacia el auto del ojiazul, el cuál abordan para abandonar la fiesta e iniciar esta nueva vida juntos.
No fue tan fiel a la canción, pero se entiende, creo. Igual quedó raro al final pero, son la 1:31am y no puedo dormir😅
¡Felices 100 oneshots!
Obviamente teníamos que terminar con el frutifantástico🤭 Y pensar que tuvieron que pasar más de 4 años para que llegáramos a esta cantidad😅
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