San Valentín
El día de los enamorados era tan perfecto para todos. La escuela era decorada con listones rosas, y algunos lindos peleles en forma de corazones. Todo era perfecto.
Las estudiantes siempre estaban listas a entregar sus regalos, entregando detalles pequeños a algunos de sus compañeros, para finalizar entregando ya sea un delicioso postre o un simple detalle. Valentine no iba a hacer la excepción. Puesto el pelirosado tenía una enorme intención de hacer un obsequio.
Quería dárselo a él.
Radamanthys, uno de los ayudantes del presidente de la clase.
No iba a mentir, tenía sentimientos encontrados y si fuera poco no sabía que reacción iba a tener aquel seguidor del presidente.
Tenía planeado ser misterioso o algo por el estilo, simplemente darle los panesillos y alejarse lo más discretamente de él, no quería avergonzarse o dar pena ajena, porque sabía que él, le gustaba una chica.
Violate le había informado que a Radamanthys le gustaba mucho los pastilillos con cierto toque de licor, algo muy extraño, fue motivo de la cual estuvo investigando hasta dar con ellos.
Sin embargo la situación no se prestaba para el muchacho y más cuando llegó ese día.
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Los tres seguidores estaban reunidos, conversando de cosas comunes. Sobre todo de los regalos que habían recibido, a menos el menor de los tres.
— Deja de mencionar su ridículos regalos Aiacos.
— ¿Que quieres que diga? Las chicas me adoran.
— No solo las chicas, que no vez que hasta tienes pequeños detalles de chicos.
— Bueno, mientras sean dulces eso es lo de menos.
Aiacos se encogió de hombros, mientras llevaba un pequeño chocolate a sus labios.
— Calma chicos, Aiacos no sabe lo que dice, total, Violate es parte de sus "conquistas".
— ¿Violate? ¿Quien rayos es Violate?
Radamanthys parecía más confundido y aunque Minos le valió poco, Aiacos sentía una extraña presión cuando Minis hablaba de ella, obteniendo una mirada tan fría que podría congelarlo a segundos, aunque aquella situación se desvaneció rotundamente, cuando el pelirosado hizo acto de presencia.
— Radamanthys, vengo a traer esto.
— ¿Otro? ¿De que chica es? Posiblemente le de una pequeña cita, como a las demás.
Valentine se miro sorprendido, aunque no era sorpresa de felicidad o ánimo y de manera calmada, respondió.
— Es de segundo años, espero y tenga suerte.
— Vaya, que lastima. Aún así una cita le daré, gracias, dile que muchas gracias también.
Valentine afirmó, fingiendo una sonrisa para luego irse. Aunque a su regreso simplemente sintió la opresión en su pecho, no tenía remedio, se quedaría solo ese día.
Pensaba que tal vez obtendrian un pequeño halago, pero fue tan imaginativo, tan tonto de creer.
De igual manera su plan era solo dejar aquel pequeño regalo a irse, semblarle la duda y continuar con su vida, no habría mucho que hacer.
Las clases fueron tan tranquilas, el menor se encontraba perdiendo el tiempo, puesto no prestaba atención al profesor. Aunque su situación paso rápido, tras escuchar la voz de su profesora.
— Valentine, te necesitan en la oficinas de maestros.
— ¿Eh?
A principio pensó que era algo malo, pero el no recordaba a ver hecho algo malo, aún así se levantó y tomo sus cosas, saliendo del aula y para cuando se disponía a caminar alguien lo jaló a dirección contraria. Saliendo del instituto hasta las canchas, en dónde nadie los molestaría.
— ¿Eh? ¿Que sucede? Tengo que ir a ver a los profesores.
— ¡Cállate quieres! Trato de comprender porque me mentistes.
— ¿De que hablas?
Valentine se dió cuenta de quién era, trato de comprenderlo, pero verlo confuso, rascando su nuca, buscando una posible solución a la situación.
— ¿Tu me sacaste de clases?
— Si, como te atreves a usar esa mentira de alguien más, sabiendo que me lo has dado tu.
— No iba a hacerlo, tu...
— No me salgas que yo, siempre sucede lo mismo. Ya solo falta que también te cambies de escuela.
Valentine estaba confundido.
— Mira, la situación es está. Si tú me entregaste a esos dulces, como sabías que me gustaba la fresa combinada con un toque de chocolate. Nadie sabe eso, más que los allegados, que viene siendo Aiacos y Minos.
— Bueno... Solo lo deduje. ¡Espera! ¿Cómo sabes que...
— Tu nombre estaba escrito en una pequeña nota.
— ¡Oh! Olvide sacar eso de la cajita.
Radamanthys quedó en silencio, se acercó al muchacho pasando su mano por el espalda baja atrayendolo un poco a su cuerpo. Miro atento esos ojos ámbar quien demostraba sorpresa.
El pelirosado sentía su corazón saltar con cada centímetro que estaba cerca, un rubor apareció y de un momento a otro un beso pequeño fue depositado, saboreando el sabor de aquellos pastelitos. Valentine se sintió ansioso, el sabor era exquisito era un sueño hecho realidad.
Cuando se alejaron, Valentine creyó que todo era por el momento, para hacerlo creer que solo era una compensación por el regalo, aunque era una sensación tan vivida.
Vio como Radamanthys giro su vista hacia el edificio, a una ventana en específico, en dónde miro a sus dos amigos, sin contar que se encontraba el presidente y sus dos consejeros, quien miraba con calma y guardaban para la posible siguiente paso.
— Te invito a una cena, en mi casa.
— ¿Eh? No, no es necesario, lo más seguro que lo has preparado para su novia, así que descuide todo está bien.
Trato de sonar calmado, los nervios lo iba a inundar poco a poco, retrocedió unos pasos, pero fue detenido por la voz de Radamanthys.
— No te estoy preguntando, te estoy diciendo que hay cena y debes presentarte.
— Pero...
Intento excusarse, pero rápidamente fue bloqueado, la mirada de Radamanthys era serena y fría, demostrando un sentimiento que Valentine jamás había conocido.
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La noche había llegado, Valentine no tenía muchas ganas de asistir, había perdido todo ese sentimiento de admiración y amor que tenía en ese sujeto, ahora tenía cierto toque de miedo, sin embargo tuve que asistir, puesto sentía que si se negaba el rubio de cabellos cortos iría por él a como de lugar.
La casa era normal, no había cosas extrañas o algo así. Llamo a la puerta y rápidamente fue jalado, acunandose en el pecho del rubio.
Su rubor aumento enormemente cuando supo en dónde se encontraba, cuando se alejo miro el rostro serio del más alto.
— Perdón.
Se disculpo, aunque Rada ignoro por completo y lo llevo a la sala. En dónde le indico que tomara asiento, al poco después tomo asiento el anfitrión.
— Me disculpo por la situación, pero era necesario.
— ¿Necesario?
Estaba por preguntar otra cosa más, pero rápidamente fue silenciado, un beso fue seña de un silencio y poco a poco un pequeño sonido que causó más curiosidad en el más alto.
El beso se extendió por varios segundos más, cuando finalizó se Rada miro al chico, completamente rojo mientras la respiración era agitada. Sus ojos entrecerrados demostrando una especie de rostro erótico, Rada se acercó, buscando el cuello y beso con suavidad, en algunos casos dejando pequeñas marcas seña de a ver estado ahí, indicando que el muchacho era de él.
Valentine jadea ante el tacto de los labios, aún recargado en el sofá mientras encima suyo se encuentra el chico que tanto le gusta, poco a poco es recostado, mientas las manos del muchacho más alto entran tocando la piel del abdomen, subiendo más hasta los pecho, tocando los pezones erectos debido a los tactos.
— Eres tan fácil de ponerte así.
La sonrisa coqueta de Rada hi,o sentir aún más avergonzado a Valentine, quien jadeos ante los apretones que Radamanthys le daba en sus pezones. Rada se detuvo, dejo los pezones y subió la camisa, obviamente aún sentado en el sofá, Rada pidió que sostuviera la camisa con sus dientes, cosa que el menor obedeció, y una vez más comenzó a pellizco en los pezones jalando y apretando, mientras que Valentine se ahogaba debido a la camisa sujetos, sus mejillas seguían teñidas de rosa y poco a poco sus lágrimas surgían.
Radamanthys se acercó, finalmente lamiendo uno de los pezones, haciendo sorprender al chico, quien soltó de manera rápida la camisa, tras sentir la lengua tibia del rubio, después pequeña mordidas y finalmente como su pezón era succionado.
Valentine comenzó a gemir, llamando la atención del rubio, quien sonreía satisfecho para continuar, comenzaba a sentir la satisfacción que había perdido hace tiempo, y mientras trabajaba en los pezones se iba deshaciendo del estorboso pantalón dejando al descubierto del boxer en dónde ya era notorio la erección del chico, bajo aquella prenda, dejando ver el miembro del muchacho, quien estaba más despierta, ansiosa por ser tocada, Rada tocó con su mano, apretando la punta con su pulgar, haciendo que el chico gimiera, prosiguió aún más bajando su mano por todo el momento, siguiendo la acción por varios segundos, comenzó a lamer una vez más, la acción le hacía sentir exitado a ambos, era algo que no podían describir, Valentine aferraba sus manos en puño, sus pies temblaba, más bien dicho su cuerpo, sus lagrimillas recorrían toda sus mejillas, era el placer que inundaba el cuerpo del pelirosado.
Finalmente las acciones del Radamanthys tomaron un curso diferente, cuando colocó al chico boca abajo, en dónde obtuvo la ayuda del sofá como soporte, el chico sentía como su miembro era preso de las manos grandes del rubio, mientras su trasero sentía la erección oculta del rubio, invitando a querer más.
Su trasero fue víctima de profanación, con unos dedos se introducieron en su interior, haciendo que sus rodillas se doblarán mientras hacia una mueca de dolor y a la vez lleno de placer. La sensación comenzaba a ser más y más placentero.
Jadea, su pecho subía y bajaba sobre todo cuando sentía los movimientos estoicos, cuando Radamanthys movía sus dedos hacia afuera y adelante.
Oara cuando termino en el trasero fue sentando, Rada quedó a su lado, el pelirosado se vio un tanto ansioso y de manera lenta se dirigió al pantalón del rubio, desabrochado y dejado a la vista el miembro.
Sus delgados dedos tocaron el grueso miembro del rubio, su boca se acercó chupando y succionado aquel pedazo de carne palpitante, ansiaba aquello en su interior, podía escuchar los pequeños jadeos del mayor, quería seguir escuchando, ansiaba por qué Radamanthys lo viera como algo mejor que una simple puta, porque eso lo iba a tomar después de esta noche, subió a las piernas del mayor, introdujo el miembro del rubio en su interior, ambos sintiendo el placer, y cuando finalmente logro estar todo, Valentine miro con deseo, sus ojos llenos de brillo que Radamanthys no pudo comprender y un beso cálido lleno de amor fue representado, para que el pelirosado se moviera de manera provocativa, su trasero subía y bajaba, con cada estocada, mientras que Radamanthys jadeabay tocaba las nalgas del pelirosado, Valentine con dificultad se quitó la camisa, haciendo que Radamanthys siguiera jugando con los pezones de este, los gemidos eran más altos, Valentine parecía disfrutarlo.
Los movimiento se fueron más estoicos y rápidos, haciendo que todo lo que estuviera pasando se libera, la tensión caliente comenzó a calmarse y los jadeos de ambos eran el sonido de la sala, Valentine estaba recargado en el hombro del rubio, su respiración agitada, mientras aún tenía el miembro del rubio en su interior, sintiendo como aquel semen ansiaba por salir de aquel lugar, Radamanthys aún se aferraba a las nalgas del muchacho, y de manera lenta las fue soltando, cosa que Valentine comprendió.
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Otro día.
Valentine fue caminando a su salón, todo era normal, poco a poco quitaban aquellos listones rosas, seña de que había pasado todo esa festividad, solo queda la opción de continuar, iba a su curso, cuando alguien camina a su lado.
— ¿Cómo has dormido?
— Bien, ¿Y tú?
— Igual.
— Descuida, no pienso decir nada, se que anoche solo fue por un error, prometo no meterte en problemas.
La sonrisa del pelirosado fue sincera, haciendo que Radamanthys mirara sorprendido.
— De hecho, iba a pedirte que fueras mi pareja.
— ¿Eh?
— Ayer sentí cosas inexplicable y me gustaría seguir sintiendo eso, inclusive sino es teniendo sexo.
Las mejillas de Valentine se ruborizan, aún así acepta, sonriendo ampliamente. Radamanthys toma la mano del chico y caminan con calma hasta sus siguientes clases.
-Fin.
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