Mi pequeño vampiro [SXM]
Hola.
Finalmente he terminado este capitulo. Solo espero y la persona que me lo pidio le vaya a gustar, no quise agregar lemon o cosas asi, porque no estoy muy familiarizada con estos personajes, aunque si los conozco. Pero en fin, espero hacer mas oneshot de ellos dos y ahi poder incluir un poco de Lemon.
Pareja: Syd X Mime.
-----------------------------
Syd, es un hombre emprendedor, pero su vida es muy normal, a menos eso cree él.
Syd abre la puerta listo para irse, pero se encuentra con una figura muy inusual.
Un pequeño ser que estaba a pies de su puerta.
–¿Que rayos es esto? –preguntó el de cabellos verdes al mirar aquel ser.
–Soy un vampiro, he venido a devorar tu sangre –exclamó con una voz chillona.
Syd miro con burla, lo tomo como si fuera una basura e ingresó al departamento, lo dejó caer sobre la mesa, pensando en miles de cosas en que pudiera ser.
–Soy un vampiro ¡Debes tener miedo! –replicó intentando dar miedo.
–¿Como tendré miedo de un vampiro si eres pequeño? –preguntó –Me das más risa que miedo –río un poco.
Aquel pequeño solo infló sus mejillas, estaba molesto por lo que hacía, simplemente quedó molesto, el más alto terminó por irse necesitaba trabajar, el pequeño se quedó ahí en la habitación, mirando a su alrededor confuso.
[...]
Para esa tarde, Syd regresó, dejó sus cosas en el sofá, quedó un poco sorprendido al mirar aquella cosita que estaba tirada en la mesa, su rostro parecía seco. Parecía que había muerto.
–Supongo que ya se murió –solo dijo ante aquella vista. –En fin, será mejor –se dijo a sí mismo.
Estaba por deshacerse de ese pequeño, pero había sido una lucha, el pequeño logró subir hasta el hombro, provocando una mordida, una pequeña mordida.
De un momento a otro, el de cabellos verdes comenzó a sentir su cuerpo pesado y en abrir y cerrar de ojos miro a un muchacho sobre su cuerpo, su cabello anaranjado y piel blanquecina, su ropa era algo antigua, usaba camisa de botones de largas mangas y unos pantalones de vestir ajustados.
Logró separarse del cuello de este, dirigió su mirada rosada se posó en aquellos marrones, brillante. Le dedico una sonrisa, mostrando sus colmillos mientras un hilo de sangre bajaba desde su comisura, le sonrió y acercó su rostro al del peliverde.
–¿Ahora quien es el que ríe? –pregunto aún encima de él, mientras acercaba a su rostro con la intención de darle un beso.
La escena se estaba poniendo tensa, haciendo que el peliverde empujara un poco al sujeto que tenía encima.
–¿Por que me quitas? ¿Acaso no te gustó? –pregunto poniendo cara de perrito triste.
–¿Que demonios? ¡No! Eres un hombre –replicó ante aquella pregunta.
–Entonces por ser un hombre. No serás, amable ¿conmigo? –pregunto curioso.
Syd veía como aquel pelirrojo se acercaban él de manera provocativa, su pecho estaba al descubierto, sus rosados ojos denotaban algo brillante, haciendo que sintiera unas ganas de besarlo, aquello desapareció puesto ambas manos se había colocado en los hombros de aquel sujeto.
–Que raro, no caes con mi hipnosis –dijo curioso.
No pasó mucho, el peliverde estaba aturdido, pero sintió aquellos labios, unos labios pequeños, su sabor metálico seña de haber probado la sangre, los colmillos, comenzó a reaccionar aceptando aquel beso, comenzó a demandar aquella acción dejando al muchacho debajo de su cuerpo, su respiración se agitó después de un beso duradero.
–¡Eres estupendo! Tu sangre es estupenda, ¡me gustas mucho! –exclamó.
Paso sus brazos por el cuello de Syd, atrayendo a su pequeño cuerpo, el peliverde olía aquel aroma, un aroma que era embriagador poco a poco lo fue abrazando y sin previo aviso quedó dormido.
[...]
Abrió sus ojos de golpe, tomó asiento en su cama, miro que se encontraba vistiendo la ropa de anoche, quedó relajado, aunque no recordaba haberse acostado, pronto una voz lo llamó, se trataba de aquel sujeto. Su rostro angelical detonaba un somnoliento momento.
–Por favor dame un poco de sangre –pidió con cierta debilidad.
–¡Ni loco! –reclamo el peliverde levantándose con rapidez.
Syd noto como aquel pelirrojo sufría, sus rosados ojos se veían opacos, sentía una especie de miedo, pero terminó aceptando, se había metido a la cama, se recostó, sintiendo como ese joven se aproximó a su cuello y le daba una mordida, comenzando a succionar, Syd sentía una sensación extraña, sus sentidos los pedía con cada segundo. Hasta que finalmente cayó inconsciente.
Más tarde, despertó, se sentía un poco mareado, miró a su alrededor, había comida en una pequeña charola de madera, comió un poco y miro a todos lados, sentía un pequeño hormigueo en su cuello, pero sabía que pronto pasaría.
Aunque reaccionó al tener la presencia de aquel ser enfrente. El sujeto le habia sonreido se veía feliz mantenla situación, aunque pronto se relajó.
–Te hice el desayuno, para que vieras lo mucho que te aprecio, aparte porque necesitaré tu sangre –sonrió con siniestro.
–No, no quiero verte aquí en mi departamento, así que fuera, eres un maldito loco —replicó.
Dejó a un lado la charola, se puso de pie con la intención de sacarlo, pero fue detenido un mareo regreso, fue sujetado por aquel joven quien lo llevó a tomar asiento en la orilla de la cama.
–Ves, necesitas de mi para poder continuar saludable –dijo acercando sus labios –Yo te complacere en todo, me amarás –llevó sus manos hacia el pecho del peliverde –Y podremos ser felices siendo una... –fue silenciado.
El móvil había sonado, Syd alejo aquel chico y lo tomó, respondió la llamada, teniendo un poco de preocupación.
–Lo siento Alberich, ahí estaré, lo prometo –dijo.
Colocó el móvil, como pudo se alistó, el pelirrojo veía al peli verde, había notado aquel cuerpo formado, marcado por horas en los gimnasios.
–Debo de irme sino me va a matar –fue detenido, el pelirrojo estaba en la puerta.
–Quédate conmigo, yo te necesito –aquello lo dijo mientras su rostro denotaba tristeza –Mi cuerpo necesita de ti –sus ojos rosados brillaron.
–Déjate de tonterías, yo amo a Alberich –alejar al chico.
–¿Que? ¿Por qué no funciona contigo? –replicó confuso.
Antes de que salieran, Mime lo detuvo, cerró la puerta nuevamente y lo dejó caer al suelo, subió sobre el peliverde, sus ojos cafés miraban un poco preocupados, pronto el menor desabrocha los botones de su camisa.
–Quiero tener un encuentro contigo –susurro cerca de los labios, pero aquello había sido tan repentino.
Nuevamente había regresado a ser un pequeño ser. Aquello fue efectivo para Syd, quien lo dejó dentro de un enorme frasco sin tapadera y salió de ahí.
Para esa noche había regresado, miró a su alrededor, el pequeño estaba acostado en el interior, su rostro se denotaba que estaba seco. Una vez que lo saco, lo alimentó y todo, pero este se negaba de un momento a otro mordió el dedo de Syd.
El vampiro, había crecido en un Poof, chupaba el dedo de una manera que hacía sonrojar al peliverde.
Syd terminó por darle un buen golpe, haciendo que el vampiro se alejara con miedo, sus ojos brilloso debido a las ganas de llorar, cosa que Syd se dio cuenta.
–¡Solo buscaba un poco de amor! ¡Es lo único que pido! –dijo detonando una enorme tristeza.
–¿Que? –pregunto confuso.
–Siempre he estado solo, nunca he tenido a alguien a quien amar, por eso pruebo la sangre de los mortales para saber quién será el indicado y tu fuiste el mejor –sonrió un poco mientras las lágrimas recorrían sus mejillas.
–Que loco... –dijo aunque miró aquel rostro.
–Tu no me quieres, por eso, por eso... –intento decir –Quiero que me ames –hablo.
–¿Como te amaré si no te conozco? –pregunto molesto.
–Yo te conozco con eso basta –su tristeza se desvaneció y su sonrisa apareció –Te amo, te amo tanto se lanzó a los brazos del mayor –Eres fuerte, más que yo –dijo.
–Déjate de tonterías, aparte –suelta al vampiro –Tengo pareja y mi pareja... –fue interrumpido.
–Y la pareja soy yo así que aceptarme, soy la mejor opción –detonó una sonrisa.
–Yo terminaré con él por ti –sonrío.
–No harás nada –reclamó mientras lo tomaba de las manos.
–Me gusta que hagas esto –sonrió.
Mime le dio un beso rápido, haciendo que el peliverde quedara un poco sorprendido, lo había soltado y se alejó lo suficiente, miro con cierto miedo mientras veía aquel joven vampiro.
–Vamos no seas malo conmigo, no hará nada, solamente quiero darte mi amor –dijo relajado mientras se colocaba enfrente.
–Eres un pervertido de primera –habló con nervios.
–No lo soy, solamente quiero que usted me acepte –susurro.
Nuevamente un beso apareció, sus labios se unieron con aquellos helados labios pequeños, podía sentir los colmillos del mencionado chico, haciendo que sus pensamientos cambiaran rotundamente. El beso prosiguió, hasta que finalmente se habían separado, Mime lo abrazo y dejo caer su cabeza en el pecho de este, Syd se encontraba sorprendido, aunque poco a poco paso su mano por la cintura de este.
–¡Vez! Te dije que me amarías, se bien que tu no me olvidarias –susurro sin separarse.
Syd guardó silencio, lo tomó del mentón alzando su vista hacia arriba, logrando mirar aquellos ojos rosados, que el joven pelirrojo detonaba.
–¿Por qué no me sorprende? –preguntó con ironía mientras le dedicaba una sonrisa al pelirrojo.
–Por que he sido el mejor desde que tu me conociste –susurro.
El de cabellos verdes no sabia que decir, se encontraba sumamente sorprendido, habia visto imagenes en su cabeza, todo a base de ese chico, aunque poco a poco fue mirando imágenes en donde se veía con aquellos sujetos que habían sido capaz de separarlos, en donde la muerte se había hecho presente.
–Entonces, yo fui ¿tu amante en el pasado? –preguntó con cierta sorpresa.
–Si, pero cuando descubrieron que era un vampiro, pensaron que tú también lo eras, pude escapar, pero me di cuenta que tu no pudiste y cuando regrese, pude ver como fuiste quemado –hablo bajando su vista.
Syd lo había alejado, se puso de pie y caminó hasta la habitacion, se sento en la cama, pensando que sería una buena opción de pensar en lo que su cabeza le mostraba, aunque pronto fue silenciado.
–Perdon si no te gusto mi presencia, pero realmente deseaba verte, eres alguien que busque por mucho tiempo, te logre encontrar por ese olor exquisito de sangre que tienes, sin contar que termine aquí porque pensaron que era un accesorio, pero dame una oportunidad –dijo poniéndose enfrente mientras se hincaba –Te prometo hacerte más feliz que ese sujeto que llamas Alberich –dijo con cierto toque de celos.
No paso mucho cuando Syd acarició la mejilla, se acerco al pelirrojo y beso con dulzura. Un beso que había sido tierno al principio y que poco a poco tomaba fuerza, que lo hacía sentir lleno de vida.
–Prometo que en esta vida, nada malo pasara –susurro Syd quien le daba un beso más.
–Yo se que confiare en ti, amado mío –susurro entre el beso.
[...]
Mime se encontraba acostado abrazando una almohada, abrió sus ojos buscando a su amante, pero se encontraba vacío, era extraño, no había regreso a ser pequeño, sus caderas le dolían había tenido un encuentro íntimo que jamás olvidaría, aunque sentía miedo de que Syd lo dejara por otro. Y es que escuchar que andaba con alguien mas le ponía molesto, dio un suspiro, pensando que sería bueno hacer para quitar de encima a aquella persona, pero la puerta se abrió dejando que aquellos pensamientos negros y vengativos se esfuman.
Syd había ingresado, dejando el desayuno en en la cama, Mi Me tomó asiento, sentía un poco de dolor, había pasado años desde su encuentro íntimo, nunca había hecho el amor, más que con aquel hombre de cabellos verdes, tanto en el pasado como en el presente.
–Bien, espero sea de tu agrado, ya que no se que es lo que comes –dijo de manera calmada, mientras caminaba hacia la puerta.
–¿Me vas a abandonar? –detuvo su cucharada al notar como aquel hombre salió de la sala –Ya te dije que cambiare, solo no me dejes –suplicó con ojos llorosos.
Syd lo miró, dio un suspiro y se aproximo al pelirrojo quien se veía triste, se sentó a su lado, pudiendo ser como los brazos del pelirrojo se aferraban a su cuerpo, había dejado la charola a un costado, lejos de ambos. Su rostro enterraba en aquellas prendas del mayor con la intención de no quererse separar.
–Por favor, hice todo lo posible para encontrarte –logró decir con dolor.
–No deberías temer, es solo que tengo que hacer algo –dijo con una voz suave.
–¿Hacer algo? Si se trata de trabajar, ya no lo harás, solamente venir conmigo, sígueme a todos lados por favor –suplico.
Syd quedó en silencio, acaricio la cabeza de este y le dio un beso en la frente.
–Terminare con alguien –susurro.
Mime miró con sorpresa, su agarre ceso y simplemente miro como aquel hombre salió de la habitación, su corazón comenzó a latir rápidamente y una sonrisa se mostró en su rostro, ¿iba a terminar con el? Estaba feliz, su sonrisa era notoria, jamás se había imaginado que ese hombre haría tal cosa, por su querido encuentro.
[...]
La noche había llegado, Mime se encontraba sentado sobre el sofá, sus piernas abrazaba con fuerza, pensaba que Syd estaba trabajando, pero su rostro se veía diferente, algo no estaba bien.
[Inicio del Flashback]
Mime había salido, había conseguido ropa, pero la ropa que tenía era demasiado grande, usaba una camisa de mangas largas y unos jeans pequeños que había podido sacar del armario de su amante, salió en su búsqueda, estaba seguro que ahí se encontraba aquel sujeto y así era, enfrente en un pequeño restaurante estaba el, enfrente estaba un hombre de cabellos grisáceos con ciertos tonos azules claros. Pudo mirar como aquel peliverde le abría una caja, seña de que era un anillo de compromiso.
–Entonces el es Alberich –pensó con cierto toque de tristeza.
No quiso armar una escena, puesto Syd se veía sonriente inclusive aquella persona que se encontraba a su lado.
–Supongo que solamente lo incomode demasiado –dijo con cierto dolor.
Se alejó con la intención de poder pensar mejor las cosas, tal vez, no era el tiempo o simplemente aquel amor que había florecido se había apagado.
[Fin del Flash Back]
Mime se puso de pie, no tenía porqué seguir en ese lugar, debía regresar a casa de una manera u otra, miro todo a su alrededor, tenía poco de haber llegado ahí y ya se iba, ya le dolía irse. Abrió la puerta dispuesto a irse, pero fue detenido, unas manos se posaron sobre sus hombros, haciendo que el pelirrojo alzó su vista, encontrándose con aquel sujeto.
–¡Suéltame! –replicó –Eres un traidor, me mentiste –replicó una vez que se separó.
–¿Mentirte? –pregunto confuso –¿Por que? –pregunto otra vez.
–Si no me quieres entenderé, solamente déjame ir, no tiene caso que yo siga aquí –dijo girando su vista hacia otro lado.
–Pero ¿de qué hablas? –pregunto confuso.
–Hace unas hora te mire que estabas con ese tal Alberich, te veías muy feliz cuando le mostraste el anillo de compromiso, pense que tu... no me querías –dijo aquello bajando su vista.
–Ja ja ja –rio y siguio aun mas fuerte –Mime... –lo guio a dentro y lo sentó en el sofá –Aquello fue Bud, es mi hermano gemelo, es mayor que yo, así que es normal que pienses eso, por eso nos metemos en problemas por eso –dijo con una sonrisa.
Mime quedó en silencio, mirando como aquel sujeto le sonreía, para pronto seguir escuchando al mayor.
–Yo fui a terminar con Alberich, nuestra relación no iba mejorando, se suponía que haríamos bien la situación, pero no fue asi y mejor terminamos, el lo acepto de buena manera y no creo tener problemas con el –dijo calmado.
Mime miro al peliverde, sus ojos rosados comenzaron a derramar lágrimas gruesas. Syd notó aquello y acercó en un brazo reconfortante, el pelirrojo se veía más relajado, pero las lagrimas fluían a cada segundo.
–¡Te amo Syd! –replicó aferrándose en aquel abrazo.
–Yo tambien te amo –susurro sin soltar al menor quien pronto le brindó un beso en la frente.
–No me abandones nunca –dijo en susurro.
Aquello se hizo más largo, pasando la noche con calma, entregándose uno al otro, sintiendo como aquellos colmillos se clavaban en el cuello de aquel peliverde que parecía excitarse de la misma manera que lo hacía el vampiro pelirrojo.
Su encuentro se había hecho algo particularmente raro, pero el pequeño vampiro buscaba a su verdadero amor y finalmente lo había encontrando.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top