Listones y Pinturas

Mü, es una persona que le gusta descubrir las cosas hermosas, es amante de la cultura y tiene cierto afán por la artesanía.

El chico le encanta la costura y basado a su corta experiencia sabe demasiado, tanto, que a corta edad. 16 años, pudo lograr terminar un bordado que fue la sensación de si región. Su pueblo era turístico, tenía visita de gente que ajena al pueblo, pero que adoraban dicho lugar por su pintoresca casas y lugares.

Mü siempre fue una persona muy humilde, viviendo con su padre Shion.

Es muy joven para poder andar de arriba a abajo, trabajando, pero había un dato que había escuchado, sabía que los padres le buscaban a una pareja que fuera mejor para que así pudieran seguir viviendo cómodos y aunque a Shion no tenía pensando eso, Mü, si.

Esa mañana Mü se encontraba acomodando la mesa, listo para desayunar. Dejo el típico desayuno de una persona pobre.

[Realmente no se que puedan comer la gente de bajos recursos en otros países, ya se los dejare a su criterio]

Shion miro aquello y sonrio, todas las mañana el mayor hacia el desayuno, ahora su pequeño lo había preparado y creo saber los motivos.

—Padre.

—Mü, no necesitas hacer esto para hablar conmigo y lo sabes.

—... Solamente quería hacer algo bueno, también a decirte que sería capaz de unirme con la niña más Rica del pueblo para que tu puedas vivir mejor.

—Ya hemos hablado de eso, la jovencita no te hará caso, eres muy distinto a ella.

—Pero tu has dichos que le gustaría.

—Eres muy hermoso Mü, pero no quiero que esa niña sea que te arrebate lo lindo que eres, prefiero que sea por tu propia cuenta que encuentres a alguien mejor.

—...

Shion miro aquello, sabía que su pequeño deseaba con todo su ser ayudarlo, pero había muchas otras formas, Mü tenía dones para el bordado y parecía que el jiven disfrutaba demasiado aquello.

La conversación que tuvo finalmente termino. Shion ss puso de pie lavando su plato en un pequeño fregadero, dejando los platos boca abajo, haciendo que el agua descendiera.

—Bien, debo de irme. Mü cuídate mucho, vendré a almorzar.

Acaricio el cabello de su niño y se fue..

Mü dio un suspiro, termino de acomodar la mesa y se dirigió a su habitación, salio con una extensa manta que utilizaría para comenzar su nuevo arte.

Había pasado dibujando sobre aquel mantel, dibujando flores y buscando posibles listones a usar, salió afuera, en donde nueva cuenta extendió el mantel, logrando verse una serie de flores quien sobresalían del medio. Dibujo a lapiz pequeños detalles, cuando termino, se alejó, sonrió llevando ambas manos a su cadera mirando satisfecho aquel extenso mantel.

—Bien, ahora tendré que buscar los listones.

Estaba por irse, pero una voz detrás de él le hizo girarse con rapidez, miro asustado aunque pronto se calmó.

—Es muy hermoso, ¿lo has hecho tú?

—Si.

—¿Eres un pintor? Por qué si lo eres, yo también lo soy, podríamos darnos consejos.

—¡Oh no! De hecho, soy un simple niño, que sabe el arte del bordado.

Dijo con ciertos toques nerviosos.

—¿Niño?

—Bueno tengo 16 años, pero la mayoría me dice niño. Lo siento.

—Entiendo, entiendo, yo soy Saga y mi edad es mucho mayor, tengo 20 años y soy casi profesional en el arte de pinturas.

—¿En serio? Bueno, supongo que tienes mucha experiencia y fama.

—Eh... no creo.

Dijo aquello mientras llevaba su mano a su nuca. Mü miro curioso usualmente la gente del pueblo era la única que se hablaba, pero en lo que tenían de minutos nunca había visto a este muchacho, había imaginado que realmente era un turista.

[...]

La noche llegó, Mü miro de nueva cuenta su bordado, sonriendo ante la enorme satisfacción al ver como su querido trabajo estaba dando sus primeros frutos, eran detalles que se veían tan hermosos. Aunque sentia una chispa más, era como si estuviera emocionado.

Se fue a descansar, dejando aquel bordado en la parte de la sala, bien doblado y encontró a su habitación, Shion sabía de todo lo que su niño hacía y no tenía miedo de que le pasara algo.

La mañana llegó, Mü estaba de nueva cuenta afuera, bordando su mantel y así como el día anterior estuvo aquel muchacho, quien le dedico a hablar. Se iban conociendo, poco s poco.

Pasaban tiempo juntos, salían a caminar, Mü le explicaba cada cosa en aquel pueblo, había algunos detalles que lo llevaba  a ver bellos paisaje. Y en uno de aquellos viajes, Saga se dedicó a pintar.

El hombre miraba el paisaje asombrado, era perfecto para un retrato. Miro todo y saco sus pinturas. Le dio una última mirada al chico que se encontraba sentando en una roca, mientras en sus manos jugaba con un listón, hablaba acerca de dicho listo, de que lo haría formar una flor que utilizaría en su mantel.

Saga simplemente le dedico una sonrisa y afirmaba, en algunos casos, respondía con que más adelante quería aprender a hacer flores de listón. Mientras seguia su dibujo, mirando de reojo, no ser tan obvio lo que hacía, dibujaba a detalle al chico que seguía hablando, moviendo sus manos prestando suma atención al largo listo azul.

El atardecer llegó, Saga había dejado aquello por unos minutos, pudiendo así dejar secar dicho  pintura.

—Me es agradable tu presencia, eres la única persona que se atreve a hablarme.

—¿Por que? ¿No tienes amigos de tu misma edad?

—Alguna vez los tuve, pero debido a la tradición del pueblo, de eso de casarse a corta edad, no siguieron libres.

Mü simplemente se encogió de hombros, mirando de reojo la flor en mano, Saga se percató de aquello y llevo su mano al hombro del chico.

—Comprendo, he sabido que así eran antes, yo no soy de pueblo, pero respeto las culturas. ¿Y tu? ¿Sigues por ese camino?

El silencio de Mü era notorio, simplemente quedo más que dispuesto a responder. Saga por su parte había sentido esa necesidad de saber si alguien estaba en el mundo de ese chico, no comprendía, pero sentia la sensación, una molestia si respondía que estaba alguien esperandolo.

—No, mi padre no me ha dado oportunidad, he sabido que la niña con quien trabaja seria un buen partido para mi, pero no acepta eso, quiere que sea feliz a mi manera.

Saga estaba por hablar, pero la voz del pequeño le hizo guardar silencio.

—Tanto quería buscar una pareja que fuera, aunque sea, con recursos, para ayudar a papá, no se me hace gusto que papá siga trabajando, a pesar de la situación en la que vivimos.

Saga se levantó, obteniendo la mirada del chiquillo, su mente estaba más tranquila, al saber que ese niño no tenía ningún pretendiente, aún así, no estaba demasiado convencido de que alguien más vinieran aquí y decirle al niño que lo quería, era un adolescente, estaba en su juventud.

—Se que no debo meterme, pero son cosas que sucede y que los mayores ven para un beneficio, tu padre lo hizo por querer verte feliz.

—¿A pesar de que quiera ayudarlo?

—Así es, así que no pienses que esto es malo porque no lo es, es algo bueno.

Mü guardo silencio y se dedicó a seguir a Saga, quien con una simple mirada le había indicado que debían regresar.

Siguieron conversando, mientras que Saga se veía animado y sostenía el cuadro cuerpo por una especie de manta, habiendo que nadie lo mirara, inclusive Mü no había podido verlo.

Con el pasar de los días. Saga habia indicado que vivía en casa de aquella niña que tanto le habia platicado Mü, sorprendido porque aquello deseaba visitarlo y así fue. Durante días iba a visitarlo, conociendo a la niña que no le tomaba mucha importancia, sino Saga, quien miraba asombrado los cuadros que había hecho para la familia.

Pero uno en concreto lo aguardaba para él.

Uno de sus visitas en los jardines, alejados, en donde los rosales eran más bellos, puesto eran cuidados por un bello hombre de cabellos celestes, estaba Saga y Mü el chiquillo veía la destreza del mayor, como los pinceles creaban aquellas rosas, eran tan reales.

—Pintas muy bello Saga.

La sonrisa del chiquillo fue la más inocente. Saga por su parte le regreso el gesto, indicando que era práctica y pasión, amaba la pintura y a alguien más, pero esto último lo pensó, seguido del nombre de amante.

Antes de irse, Mü se despidió, estaba en la puerta principal, le dedico una sonrisa, Saga simplemente se acercó, besando con ternura los labios y asustando un poco al chico. Una vez separados Saga se disculpó y en cuestiones de segundos Mü, que sus mejillas ardían, se alejó, no sin antes despedirse, diciendo que regresaría mañana muy temprano.

Saga sabia bien, que aquello sería una fatalidad, puesto mañana a primera hora, se iría, su trabajo había concluido, que mal se sentía, se había acercado al muchacho sabiendo que eso sería solamente de unas semanas. Si trabajo había terminado, solamente quedaba la necesidad de irse, eso no estaba en sus planes.

Saga simplemente busca formas de inspirarse, pero ese chiquillo lo inspiró a algo más.

[...]

El amanecer era lo más bello, Saga había salido en un auto que la misma familia adinerada le había ofrecido. Así como había venido, así se había ido.

Mü subía las escaleras de aquella casona, era la casa más bonita, lujosa y todo lo que un niño pudiera desear,  menos eso del pueblo, la familia que vivía ahí era adinerada, comparada con ellos. Su padre ya estaba ahí a menos una hora antes debido a su trabajo, pero el estaba seguro que esa hora a la que estaba ya estaría despierto su querido amigo.

Que grande se llevó su sorpresa.

—¿Como?

—Si, el pintor se acaba de ir, a terminado su sección de cuadros. Ahora sino te molesta puedes dejar la casa.

El hombre desconocido había mencionado todo, a principio Mü no quiso creerlo, aún así se fue casa en donde se dedicó a hacer sus bordados con listones, pero su arte no surgía en absoluto, sus flores de listones era horribles. Comenzaba a sentirse mal, suponía que era porque su amigo no le había dicho nada de su partida o algo así, pero... ¿qué más daba?

Era un simple trabajo.

~Fin.

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[Extra]

Han pasado más de tres años.

Saga había regresado, no llegó a la casona como antiguamente había sido, sino, a esa pequeña y humilde casa, ahí estaba su querido niño de ojos zafiro, tarde se dio cuenta de que aquella inspiración que le brindaba dl chiquillo era amor y ahora que regresaba le diría todo.

Sus ojos se abrieron al mirarlo salir, esa larga melena de color morada y lacia, que llegaba un poco bajo de su trasero, el atuendo humilde y su piel blanquecina, era un hombre ahora, sus ideas fueron otras, al saber que su querido niño, había cambiado.

La mirada seria del chiquillo cambió, una enorme sorpresa y pronto sus ojos se cristalizaron, haciendo lagrimas surcaban sus mejillas.

—Tenemos que hablar.

La única frase que Saga había dicho, haciendo que todos los sentidos de Mü se activaran y trataran de ser fuerte, pero de nueva cuenta se derrumbó, Saga se acercó y abrazó, obteniendo de la misma manera el abrazo que provenía del chico.

—Fin.

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Hola.
Vengo a dar mi amor, subiendo este capítulo. Que lo más seguro hayan leído. Es el primer y oneshot (creo) que Agrego un extra que no ayuda en nada.

En fin, solamente espero y les ayude, más adelante tendremos más oneshot. Ya pronto escogeremos otro Ship de esos comentarios que me dejaron el otro día.

En fin.

Muchas gracias por leer.
Saben que los quiero mucho.
Hasta la próxima.

—AntaresLaks

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