Energía Reencarnada
Degel nunca pensó ver a Kardia de esa manera. Envuelto de una energía oscura, ambos protegían lo que se suponía era el bien, Degel nunca dejaba pasar la maldad, ninguno tenía problemas en absoluto, no fue hasta esos precisos momentos.
Kardia mira con odio, mientras es envuelto en una extraña energía rojiza, sus ojos atentos a las miradas de su alrededor, estaba rodeado por los demás compañeros.
La sonrisa de este se presenta, haciendo preocupar a los presentes, Degel no sabe que hacer, mira aterrado, mientras se encuentra en el suelo, con una herida en su brazo.
— Entrégate Kardia, estás rodeado, no vamos a dejarte huir en ese estado.
— Es cuestión de tiempo para que...
— Eso ya no importa, pase lo que me pase, ustedes ya están contento, sin ninguna distraccion, sin ninguna molestia.
Kardia responde al comentario, haciendo que su postura rígida se relaje, mientras la sonrisa aún presente cambia a psicótica. Aquella extraña energía, que lo rodeada se intencifica, logrando provocar a los demás.
Degel se pone de pie, mira con preocupación, a su lado se encuentra Shion, quien mira preocupado y a la vez molesto, la situación se estaba poniendo difícil.
— Kardia... Por favor...
La voz de Degel es audible, sin embargo no obtiene una respuesta, solo un simple ataque que le provoca confusion, lo aleja aún más de aquella escena, el lugar es tan tétrico.
— Kardia...
Susurra el nombre, mientras trata de reponerse, sin embargo su pecho le duele, le es imposible ponerse de pie. Shion va en su ayuda, haciendo que los demás se lancen a atacarlo.
Kardia sonríe, mira la situación, mira a lo lejos a Degel, siente una molestia en su pecho, sabe que todo lo que ha hecho a sido mal, a sido peor, sus hombros a cargado el peso de la culpa y ya ha dejado de creer que piensa por el bien.
Aunque no quiere morir por alguien más.
De manera inconsciente, llama a seres oscuros, haciendo que los demás miren con sorpresa y esquiven los ataques de cada ser oscuro. Kardia trata de acercarse, pero no llega tan lejos...
Shion le hace frente, queriendo detenerlo, proteger a Degel es lo único que quiere, Kardia mira esto, esquiva con facilidad, alejando lo suficiente para continuar su camino.
Cuando finalmente se encuentra, se srrodilla enfrente de aquel hombre, solloza mientras una sonrisa se dibuja en su rostro. Viendo cómo aquel muchacho lo mira con preocupación y tristeza.
— Degel, finalmente te vas a deshacer de esta carga.
La voz temblorosa del heleno hace estremecer a Degel. Quiere tocar al chico, a esa persona que tiene enfrente, pero solamente se niega, se aleja a tocar aquella suave y blanca piel. Temiendo manchar la de sangre e impurezas.
— Kardia no seas un tonto, deja todo lo que estás haciendo, regresa conmigo.
— No... Ya no hay una solución. Estoy dispuesto a finalizar mi vida, ya no quiero seguir siendo una carga para ti.
— ¿Que...?
— Degel. Yo siempre te voy a...
Antes de que concluyera su frase, siente algo en su pecho, mira adolorido hacia abajo, viendo la flacha que lo cruza por completo. Detrás de él se encuentra Shion, quien sostiene un arco, mirando con dolor lo que ha hecho.
Las lágrimas de Kardia recorren esas mejillas manchadas de sangre, da un suspiro, mientras siente como la sangre fluye fuera de su cuerpo, de su boca sale poco a poco hilos de sangre con saliva, su visión se ve borrosa, mientras sigue sonrien débilmente.
— ¡Kardia! ¡Kardia!
El llamado hace que siga viendo atento la silueta de Degel, que ahora comienza a llorar y sufrir por la situación.
Logra desvanecer aquella energía, provocando que la mirada se dirigía hacia Degel y Kardia, este logra sacar la flecha del aquel hombre, mientras trata de presionar la herida.
— Kardia... No debes... No debes...
Pide mientras sigue apretando, sus ojos comienza a cristalizarse, las gruesas lágrimas recorren sus mejillas, viendo cómo aquel hombre se encuentra sonriente.
— Degel...
Entre susurros y suspiros, Degel logra escuchar. Viendo con sorpresa y abraza con desespero.
— No te preocupes Kardia, todo saldrá bien, pronto verán que pueden salvarte, te curarán.
Decía desesperado. Kardia seguía perdiendo sangre, sentía la algo desvanecerse.
— Ya no hay tiempo... Mis energías están... Agotados...
— No, estarás bien.
Degel sujeta la mano, pasando energía lo más que puede, sin embargo Kardia se niega, logrando dar a conocer sus sentimientos.
— Degel... Siempre te he querido... Trate de alejarme... Olvidarme de esto... Pero fue imposible. Te amo... En el pasado... Presente... Y futuro.
Los ojos de Kardia perdieron brillo, la mano que sostenía firmemente la mano de Degel, perdió fuerza, esto había sorprendido tanto a Degel, quien lo dejo sin moverse. Aún sosteniendo el cuerpo innerte de Kardia.
Degel lo dejo recostado, aún sujetando su mano, mientras que Shion se acercaba poco a poco, mirando a la situación.
— Degel... Vamos...
— ¡Aléjate! No te di la orden, no te dije nada... ¡No debiste atacarlo!
Estaba enojado, sus emociones eran débiles, sus lágrimas salen sin detenerse, siente odio hacia Shion, sabiendo que no tiene la culpa, sabe perfectamente bien, que aquel hombre lo hizo por seguridad. Poco después los demás se reúnen, viendo con cierta tristeza.
El cielo cambia con lentitud, a luz de los rayos solares comienzan a ser visibles, Degel se siente mal, sus lágrimas siguen sin detenerse mientras sigue arrodillado enfrente de aquel cuerpo.
— Degel es momento de que todo...
— ¡Cállate! ¡Callarse todos! Ustedes no saben lo que han hecho... ¡Asesinaron a una persona inocente!
— ¿Inocente? El había vendido su energía a la oscuridad, Degel.
— No sabes lo que dicen, no sabes lo que estás hablando Albafica. Ustedes solamente lo alejaron...
Degel miro el cuerpo de aquel hombre, que poco a poco se iba desvaneciendo, sintió miedo de perderlo, quería tomarlo entre sus brazos, pero cuando quiso tocarlo había sido demasiado tarde. Degel quedó en silencio, sus lágrimas siguieron fluyendo, mientras que los presentes miraban con calma, sin problema.
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Varios años después, Degel se encontraba en su pequeña casa, como siempre investigando las constelaciones, el hombre de ojos amatistas estaba tan tranquilo, no demostraba expresión alguna en su rostro, solamente una seriedad enorme que le hacía muy único de él.
Shion había entrado, el silencio que alguna vez inundaban la sala rápidamente desaparecido, tras escuchar el saludo matutino del recién llegado.
— Buenos días Degel, he traído un poco de comida. He sabido que has dormido muy poco...
— No he dormido desde hace tres días.
Aquello hizo sorprender al llegado, quien rápidamente se dirigió hacia el muchacho quien se encontraba anotando en esas hojas blancas.
— ¿No has dormido? ¿Por qué haces esto? Acaso ¿Quieres morir?
— Da igual, mientras no tenga a Kardia.
— Te has obsesionado con él, deberías dejarlo en el pasado, el se hizo malo, sería muy malo si el llegara a reencarnar. Lo más seguro es de que nuestra diosa lo a ver destruido, su alma no volverá a existir.
— Kardia no fue malo, solamente estaba solo, ustedes no se tomaron el tiempo para creer en él.
— Pero ¿de que hablas? Él fue quien comenzó todo. Acaso ya no lo recuerdas.
— Shion... Yo conocí muy bien a Kardia, ustedes nunca lo aceptaron por estar enfermo, Kardia siempre fue bueno a su manera, en cambio a ustedes, se creerse inferiores con seres mortales. Que nosotros protegemos de la oscuridad. Kardia fue un mortal que logro hacerse un creador de energía, capaz de darle batalla a la oscuridad. Sin embargo, cuando ustedes se enteraron que era un mortal, sobre todo cuando estaba enfermo del corazón, solamente lo alejaron, lo dejaron solo.
— Sabes bien, que los mortales no pueden sobrevivir, ni siquiera una persona con una enfermedad.
— Lo se, pero Kardia había mejorado, pero a medida que lo dejaban solo, iba cambiando, su energía se fue llenando de oscuridad. Ustedes no estuvieron ahí cuando sufrió su ataques.
Degel apretó la pluma, aún mirando el papel sobre la mesa, mientras que a su lado estaba Shion, mirando al muchacho.
— Degel, discúlpame, se que debí hacerlo, el formó parte de nosotros, pero, fue tan extraño. Que incluso un ser como nosotros, pueda tener una enfermedad.
— Entiendo, sin embargo... Kardia pudo controlar aquello, yo ayude en que se calmara, que pensara bien las cosas, ahora que se fue, todo se fue...
Degel dió un suspiro, estaba derrotado, había pasado días viendo en qué momento volvería aquel hombre. Shion sabía que Degel no se detendría hasta encontrarlo.
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Tras varios meses después, Degel observo el cielo estrellado, la noche era hermosa, entre sus vista por medio de un telescopio, vio con asombro, una constelación se había iluminado, muchos creerían que era normal, pero ellos conocían perfectamente bien que podía pasar.
— Regreso.
El susurró hizo que alejara su vista de aquel artefacto, observo a detalle hacia el cielo, logrando distinguir la constelación conocida para aquel hombre. La sonrisa se mostró, una sonrisa débil y llena de tristeza.
De manera sigilo, salió de habitación, corriendo hacia la salida.
Había dejado todo, solamente iría a buscarlo, caminaría entre los mortales hasta encontrarlo, era su vocación en esos momentos, era su propósito. .
Cuando finalmente descendió de aquella gran colina, miro asombrado, la gente aún viviendo en casas de humildes. Encontrándose con cientos de campesinos en cada pueblo, sentía la mirada de todos aquellos, era una persona única, no muchos tenían aquellos atuendos, lleno de lujos y detalles hermosos, solo aquellos reyes o gente adinerada era capaz de usarlas.
Cuando finalmente llegó, vio con asombro, verlo ahí era sorprendente, no creyó en lo más mínimo. Su pasos se habían detenido y mirando atento logro ver esos ojos zafiros. Que lo miraban con un toque de sorpresa.
Su voz no salía, estaba rotundamente en silencio. Mirando a ese sujeto.
Siguieron haci por varios segundos hasta que el susurró fue notorio, el había llamado, como si realmente los sucesos de su muerte jamás hubiera existido.
— Degel.
El nombrado se sorprendió, camino una vez más, está vez hasta quedar enfrente de aquel hombre. Kardia jamás cambio, seguía demostrando aquellos gestos, ese cuerpo más alto.
— ¿Que haces aquí? Pensé que estarías en tu santuario.
La pregunta curiosa fue escuchada, mientras Degel seguía en silencio, viendo aquel rostro del hombre.
— Degel...
— Sigues siendo igual de guapo.
Aquello sonrojo a Kardia, quitando su mirada, tratando de no ponerse nervioso.
— ¿Por qué volviste aqui? Acaso...
— No, es normal, aquí nací y crecí, es evidente que mi muerte sería renacer en este pueblo. Recuerda, yo no soy como ustedes, un inmortal.
La sonrisa de Kardia fue sincera.
— ¿Puedo quedarme contigo?
— ¿No se molestaran los demás?
— No, ellos ya no les debe importar, porque quiero quedarme contigo... para siempre.
— Eso sería imposible. Aún que todo se reescriba, yo seguiría siendo el malo, yo sería incapaz de poder darte una vida llena de paz.
— No importa, estoy dispuesto a ayudarte y protegerte también.
Kardia miro a Degel, no quería que aquello sucediera, sabía bien que Degel no era capaz de vivir en aquello, no era un campesino, tenía miedo de que sufriera, sin embargo Degel estaba decidido, decidido a quedarse y estar cerca de él.
— Degel...
— Kardia, te amo demasiado, quisiera unir mi vida con la tuya, se que no serás inmortal, pero, soy capaz de esperarte, todo el tiempo posible.
— ¿Al saber que soy una mala persona?
Degel afirmó, su sonrisa era notoria. Tomo la mano del más alto. Kardia miro aquello, sentía el afecto de Degel, dió un pequeño suspiro de alivio y se acercó, lo abrazo fuertemente. Degel se sintió feliz, lo abrazo de la misma manera, cuando finalmente se separaron un poco le brindo un cálido beso, logrando hacer sentir emocionado al más alto, quien sonrió con emociones encontrados.
Ambos eran diferentes, Kardia nunca fue malvado, nadie creyó en el por tener una enfermedad, Degel había sido el único en acercarse, sin embargo, saber que Kardia practicaba las energías oscuras, temía que fuera rechazado, aún más. Y en efecto, con la muerte de Kardia en el pasado, las cosas se habían calmado, pero sabían que regresaría, muchos creían que regresaría por venganza. Pero Degel sabía perfectamente bien, que Kardia no quería eso. Solo quería tener una vida cómoda, feliz, así como antes de conocer la legiones, aquellos que se encargaban de destruir la oscuridad. Pero ahora todo sería mejor, no habría problemas en absoluto.
Fin.
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