El cumpleaños de Milo

Shaka caminaba en dirección al templo de Escorpio, quería visitar a su amante.

Ambos habían comenzado una relación, muchos pensarían que eso era imosoiblem pero ha sucedido.

Shaka era el más cercano a un dios, mientras que Milo era un guerrero dorado, quien pensaría eso.

Había llegado al templo de Libra, en dónde encontró a Aioria y Aioros junto a Dokho, parecían hablar entre ellos acerca de algo muy particular.

— ¡Ahí está la persona quien nos ayudará a distraer a Milo!

Aioria señalo a Shaka, quien se encontraba confuso ante la situación, a pesar que sus ojos estaban cerrados, podía notar las expresiones de los presentes.

— ¿Por qué?

La pregunta fue curiosa, unos pasos fueron escuchados y finalmente se abrió sus párpados. Encontrándose Dokho enfrente, con una amplia sonrisa.

— El cumpleaños de Milo.

Fue todo para entender a qué se referian, para él había sido nuevo, no tan nuevo, pero era su primer año, por así decirle, que celebrarían juntos como pareja un cumpleaños.

— Necesitamos a alguien para nosotros arreglar el templo principal, la señorita Athena ya nos ha dado la autorización para una fiesta.

— Y tu eres perfecto, ya que tú y Milo han salido desde hace un tiempo.

— No sé si sea bueno, no soy bueno para mentir.

— De eso se trata, que esto es algo que a nacido de ti, tu invitarás a Milo a una cita, formando parte de su "cumpleaños".

Dokho explico un poco, Shaka termino por afirmar, aún así se sentiría un tanto más si todo no funcionaba.

-

Finalmente llegó al templo, en dónde miro a Milo entrenando, era muy común verlo entrenar de manera física, usando sus puños y golpeando al aire libre. El rubio camino un poco más, logrando ser visto por el griego.

— Shaka, has venido, que bueno.

Milo dejo todo su entrenamiento, se acercó al rubio y le regaló una sonrisa.

— ¿Has venido a verme? O ¿Solo estás de paso?

— He venido a verte, quería saber cómo estabas.

— Estoy, muchas gracias por preocuparte.

Se acercó de manera calmada y beso la mejilla del rubio, no pensaba en abrazarlo, debido que Shaka era muy estricto a la higiene, sin embargo para pequeños efectos era especial.

— Milo, me gustaría tener una cita contigo, no sé si tú puedas.

— ¡Claro! Para ti, todo será un su Shaka.

Shaka sonrió un poco.

— Bien, entonces el día de tu cumpleaños vendré por ti y nos iremos a dar una vuelta.

— Excelente.

Durante esa tarde, Shaka miro a Milo entrenar, no iba a mentir pero sentía mucha atracción por el bicho, no pudo comprender cuando sucedió eso, pero desde hace un tiempo, el bicho fue acercándose, demostrando mucho afecto hacia su persona y dando pequeñas señas de amabilidad y amor hacia él.

Y ahora se encontraban así, disfrutando de la compañía del uno y del otro.

Esa misma tarde, Milo había salido ya cambiado y arreglado, sin embargo su cabello, aún seguía mojado, cosa muy habitual en él, Shaka había notado aquello y lo llamo, el griego obedeció sin negarse, siendo obligado a tomar asiento enfrente de Shaka, quien estaba sobre el sofá, y con una toalla comenzó a cercar aquel largo cabello.

Los movimientos suaves de las manos del rubio había sentido cosas tan relajante en Milo, provocando pequeños suspiros y uno que otro piropo, Shaka se sentía avergonzado, sin embargo no se detuvo le gusta a escuchar cada palabra de Milo, no fue hasta que quitó el fleco del rostro de Milo, quien lo hizo mirar hacia el techo, finalmente encontrando se con esos ojos zafiro quien lo miraban atento.

— Gracias Shaka.

Susurró agradecido debido a las acciones. Shaka quedó en silencio y de manera rápida un sonrojo se mostro en las mejillas, haciendo reír al bicho.

— No es gracioso.

Shaka se defendió, ocultando su nerviosismos con ambas manos, no podía creer que ese bicho provocará aquello. Shaka entre abrió sus dedos, cuando pudo sentir las manos del griego sobre su antebrazo, encontrándose a Milo cerca de su rostro.

— Perdon, es solo que me gusta verte de esa manera, eres tan tierno y eres muy lindo.

— Dioses... Buda esta muy avergonzado.

Dice mientras cubre su boca debido a la vergüenza.

— Buda esta muy feliz que su discípulo hay tenido a alguien con quién pasar el resto de su vida. No todo el tiempo deben quedarse solos.

— No es...

Quedó en silencio, mirando sorprendido a Milo. Puesto eso tenía razón.

— Vamos Shaka, no te enojes, solamente di mi punto de vista.

Quitó la mano y la acaricio, logrando dar un pequeño beso en ella, después siguió dándole en los labios uno pequeño y con mucho cariño.

-

Después de aquello, Shaka se quedó a dormir con Milo, estaba seguro que no pasaría nada malo, la fiesta sería hoy, todo estaba listo la noche no tuvo problema y simplemente se dedicó a levantarse, aunque al llegar a la cocina se encontró con un griego demostrando su figura, a menos la parte superior de su cuerpo.

Shaka se sintió avergonzado, se giro rápidamente, no debía hacer eso, puesto ambos son hombres, sin embargo el rubio estaba conciente que Milo era su pareja y eso no debía de pasar. ¿Cierto?

— ¡Shaka! Te has despertado... ¿Por qué no me miras?

— Milo, ponte algo, ¿Quieres?

Pregunto aún si darse la vuelta.

— Pero Shaka, nosotros somos hombres no entiendo porque eres así.

— No quiero tener pensamientos pecaminosos antes de algo más serio.

— ¿Algo mas serio? Tu... ¿Quieres casarte?

Shaka quedó en silencio, aquellas palabras eran serías, aunque no provenían de Milo, sabía del significado o que llevaría si llegaban a casarse.

— Vístete, hablaremos eso después, yo te prepararé el desayuno.

— ¿Sabes cocinar?

— Claro que si, no sería capaz de morirme de hambre en mi templo.

— Crei que no comías debido a tus meditaciones.

— Claro que sí, soy un ser humano Milo.

Shaka lo miro con enojo y de nueva cuenta cubrio su cara de aquella imagen pecaminosa. No quería que su mente fuera sucia, dejo todo y se dedicó a sacar a Milo de la cocina.

-

La tarde era notorio, el chico se encontraba arreglándose, le había pedido al bicho que bajara a su templo, ya que de ahí se irian a dar una vuelta, mientras que Aioria y demás hacían la fiesta.

Cuando llegó Milo quedó confuso, cosa que Shaka noto a primera vista.

— ¿Que sucede?

— Como que siento el santuario muy solo, nadie estaba en sus templos, bueno, a menos Dokho.

— Debe de estar con el gran maestro, ellos dos ya tienen mucho tiempo saliendo.

— Supongo que eso debe de ser.

Milo fue abrazado, un pequeño beso fue depositado y finalmente salieron sin ningún problema. Su plática era como cualquier otra, entre risitas y pequeñas palabras muy profundas. Shaka nunca se imagino tal cosa, de que el heleno fuera alguien inteligente cuando se trataba de hablar cosas filosóficas.

— Milo, hoy es muy importante para ti, cierto.

— Supongo, ya que para mí, es mi cumpleaños.

— Entonces lo es. No quiero que me des una excusa Milo, pero quiero decirte que... Eres muy especial para mí.

El rubio se detuvo, camino hasta quedar enfrente de Milo. Milo miro curioso a su amante.

— Se que tenemos poco saliendo y que a decir verdad todo esto es nuevo para mi, pero, te quiero mucho, te amo demasiado, no quiero que esté sentimiento se vaya por la borda por cualquier cosa.

— Shaka, te prometo que nada malo pasará, que todo lo que pase terminará siendo bueno y no habrá molestias.

Shaka lo abrazo. Apretó aquel agarre, Milo sintió aquello, no se quejo, al contrario, parecía disfrutarlo en absoluto. Guardo silencio disfrutando de ese momento, hasta que ambos se separaron.

Shaka saco una pequeña cajita, no era enorme, pero ni tan pequeña, el chico tenía la intención de entregarle un pequeño collar a Milo, debido a su día especial.

— ¿Que es eso?

Pregunto Milo curioso al ver cómo Shaka dirigía la caja hacia el griego.

— Es tu regalo. No es mucho, pero fue algo que logre conseguir durante unos días antes.

Milo sostuvo la caja, para luego mirar el interior, quedando sorprendido por aquello, eran dos callores, cada uno mostraba dos símbolos del zodiaco diferentes.

— Esto...

— Dime la verdad Milo, ¿Te gustó?

— Si, mucho.

Dijo para abrazarlo fuerte y brindar un beso, haciendo que Shaka aceptará sin ningún reproche. Después de aquel pequeño beso, un abrazo fue seguido, duro bastante tiempo, hasta que finalmente rompieron contacto, Milo colocó uno de esos collares en Shaka, y a los pocos minutos dos Shaka quien colocó el collar en Milo, ambos teniendo diferentes figuras en aquel accesorio.

La de Shaka representaba el signo de escorpio y el de Milo, el signo de virgo. Seña de un amor que florecía, como sucedida con la flor de loto.

Para esa tarde noche, ambos regresaban, tomados de la mano como de costumbre, llegaron al templo del bicho, en dónde pasaron todo ese rato charlando y dándose mimos.

Aunque no fue hasta después que un guardia llegó, indicando que debían subir al templo principal, Shaka sabía de eso, la fiesta para Milo se estaría llevando acabo, así que se dedicó a seguir al guardian, Milo también hizo caso, estaba confuso debido a la situación, ya que no comprendía porque quería su presencia.

— Calma Milo, no siempre es malo que esto suceda.

— Estoy un tanto tranquilo, pero no he hecho nada, si es por salir contigo hablaré con Athena. Yo te he respetado y cuidado muy bien.

Hablaba sin detenerse, mientras miraba hacia enfrente con un rostro serio, Shaka sonrio un poco, mientras veía a Milo seguir el camino hacia el templo principal.

Finalmente llegaron al templo, Shaka se detuvo y miro a Milo, quien había dado dos pasos más adelsnte.

— ¿Que pasa?

— Nada, nada, es solo que, recordaba cuando eras más joven.

Milo sonrió ante eso. Y se acercó a él, tomándolo de las manos, la acaricio con mucho cariño.

— Yo no pensé que fueras alguien tan importante en mi vida y eso que eres mi compañero y mi novio.

Shaka sonrió, beso a Milo y lo tomo del abrazo, llevándolo hacia el interior de aquel templo.

Cuando entraron se encontró a todos lo santos, Athena se encontraba al fondo, junto a Shion y Dokho.

— ¡FELIZ CUMOLEAÑOS MILO!

Milo quedó sorprendido, el templo estaba bien decorado, había globos y algunos detalles de serpentina.

El bicho estaba sorprendido, no se imaginaba aquello, puesto cumpleaños anteriores eran simples, dar un abrazo y un pequeño detalle, era todo, pero ahora sí le había sorprendido.

Shaka jalo un poco, llevándolo en dónde estaba sus amigos quien estaban sonrientes debido a la situación.

— Felicidades bicho.

Aioeia fue el primero, abrazando y sonriendo debido a la situación. De ahí le siguieron los demás quien hacían lo mismo abrazando y dejando en claro sus buenos deseos.

La fiesta había sido espectacular, Milo había disfrutado de maravilla cada situación y cuándo termino se acercó a Shaka, quien se encontraba viendo el lugar y dedidacaba una sonrisa, se había alegrado por el cumpleañero.

La fiesta termino ya tarde. Cada quien regreso a sus templos, pero en el templo del bicho se encontraban dos santos. Shaka estaba por hacer algo que no se atrevio hacer años atrás.

— ¿Quieres que yo continúe?

— Si, quiero darte algo más y esto es algo que he querido darte. Pero tenía miedo.

— Shaka, no es necesario que lo hagas, te amo tal y como eres, así que no digas tales tonterías ¿Vale?

Un beso llegó, Shaka seguía atento a los movimientos de Milo.

— Gracias Milo.

Susurró.

— No es necesario agradecer, te quiero, te amo de verdad, no pienso poner a mi pareja de esta manera por sexo, quiero que surga solo, en donde ambos estemos de acuerdo..

Beso los labios y se alejo. Una sonrisa pequeña y acaricio la cabeza del Santo de virgo, Shaka se adentro a la cama y palmeo la zona vacía, Milo comprendió, dudaba un poco, se metió a la cama y se dedicó a abrazar a Shaka.

Tuvieron una cercanía que a Shaka le hizo sentir bien, y que a los pocos minutos el rubio quedó dormido, Milo miro al virgo, una sonrisa había surgido y en cuestión de minutos beso con delicadeza los labios, le deseo buenas noches y el termino por dormir.

-Fin.


______________

Hola.
Aquí está el primer oneshot, espero y les guste. Más tarde otro Oneshot se presenta por el aniversario de Milo.

Saludos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top