Ecarlate x Mystoria

Ecarlate ha estado en un rotundo silencio, después de mucho tiempo, se encuentra en una disputa.

Sus manos tiemblan mientras su respiración es tan acelerada, a su mente llegan miles de recuerdos que solo le hacen creer que aquello vivido solo fue pasajero.

Lentamente las lágrimas descienden con la intención de no parar, está seguro que todo lo que creyó bueno... No es real.

¿Dónde está esa gente que dice apoyarlo? ¿Dónde está aquellas personas que siempre estarán con él?

No hay nadie con el, solo está ahí, sin recibir nada.

Nadie tiene el privilegio de ir a verlo, nadie se acuerda de él, a pesar de no ser una persona sociable tiene esa esperanzas de que algún día un persona pueda acercarse, sin la necesidad de tener que obligarlo, así como lo hace Gestalt o Odysseus, quienes son los que han mandando a sus conocidos a hablarle.

Suspira una vez más y limpia sus lágrimas, su cabeza le duele, siente una presión en el pecho, pero aún así no comprende la situación no comprende porque se siente tan obligado.

No fue un día tan simple que esa gran necesidad desaparece, ese día iría por algo de víveres, ya que los anteriores se habían perdido, Ecarlate había dejado de hacer muchas cosas cuando comenzó a sentirse así, había dejado de comer como era debido y el ejercicio lo había dejado de lado.

Durante su camino se encontró con una chica que parecía batallar, estaba solo por pasar de largo, pero no pudo, lo ayudo con las compras, solo para darse cuenta que era un chico, un pequeño y adorable chico.

Ecarlate no dijo nada, le parecía lindo, pero sus sentidos o sentimientos no había despertados cómo Odysseus le había dicho, incluso al tener un rico aroma a menta. Una vez que le ayudo, opto por irse, dejando tranquilo a la joven persona.

[...]

Varios días después la sensación de soledad llegó, ni un mensaje de las personas que creyó que eran sus amigos pero si de alguien que había llegado a tocar la puerta, en un principio no abriría, pero la insistencia era tal que termino por revisar.

De nuevo, ese chico, era su vecino de enfrente, pudo notar los nervios de este e incluso el sonrojó, sin ninguna expresión en su rostro, escucho lo que tenía que decir.

— ¿Te gustaría cenar en mi casa?

En mucho tiempo no había recibido una invitación, que no fuera el que la proponía, era tan sorprendente, que incluso intento no caer en la emoción.

— ¿Seguro que me quieres en tu casa?

— ¿Hay un problema?

— Somos dos jerarquías muy diferente.

— No te preocupes, usaré un collar. 

Ecarlate podía notar la repentina respuesta de ese chico, le parecía lindo, acepto sin protestar, tal vez distraerse le quitaría aquellos malos pensamientos.

[...]

Durante mucho tiempo, el creyó que Shion o Shijima seria su pareja y tras notar aquello y la distancia que iban teniendo dejo de pensarlo, llegando a creer que nadie era para el, ahora, ni siquiera le tomaba atención a lo que era los sentimientos, total, nadie estaba ahí para el, solo era el, era buscado cuando necesitaban algún favor, eso lo comprobó con Death Toll quien solo le pidió dar su reseña a unos traje.

Pero ahora, nadie lo buscaba, sabía que Gestalt y Odysseus tenían cosas que hacer y de vez en cuando le llamaban, pero no siempre, pero esos amigos cercanos, esas personas que cuando se conocieron solo pasaban con el por las tantas salidas ¿Dónde están? De nuevo esa sensación de preocupación que hacía que su pecho doliera, la respiración agitada, claro no era su rut, no había tenido rut en ningún momento, solo estaba centrado en su vida social a menos lo que quería tener.

La noche llego prácticamente el no estaba ni listo, había olvidado aquello, ya que toda la tarde estaba pensativo, odiandose por ser tan solitario, tanto así que incluso tuvo la visita de ese chico.

Cuando abrió la puerta estaba vestido con una pijama, creyendo que ya se iría a descansar, pero estaba claro que pasaría viendo el televisor en la mayor parte de la noche, viendo series de como la gente se unia con tan solos unas palabras.

— Lamento interrumpirte, pero... Pareces que te irás a descansar...

El joven de cabellos celestes y unos orbes del mismo, miro con cierta tristeza, cosa que el mayor noto, dió un suspiro y simplemente se disculpo de una manera secas.

— Lo lamento, prácticamente lo olvide, he estado pensando en otras cosas.

— Entiendo, lamento a verte molestado.

El pelirrojo quedó en silencio, sentía como su corazón se acelero, de como la sensancion de quedarse solo volvía en si y de una manera tan rápida sujeto la muñeca del chico.

— Puedo cenar contigo si aún quieres...

Intento remediar su olvido, esperando así quitarse esas abruptas ideas que comenzaron a nacer en su mente. El joven con una sonrisa pequeña afirmó, esperando no molestarlo en absoluto.

En unos minutos Ecarlate salió del departamento, tenía un traje mejor para el momento, tampoco quería llamar la atención, la cena fue tranquila y el silencio inundaba, solo el sonido de las cucharas chocar con los platos era sonoro. Pero en un descuido, el pelirrojo quien primero hablo, está vez intentando disculparse.

— Lo lamento...

— ¿Eh?

— Se que para ti soy muy aburrido, pero...

— No me molesta, es agradable, me siento más tranquilo tener a alguien cerca.

Ecarlate no dijo nada, si le había sorprendido y una sutil sonrisa surgió, no era de esas personas que sonríen y todo queda arreglado, no, había pasado por mucho, que las sonrisas que revelaba al mundo eran más falsas que nada, pero para ese chico, ese momento era íntimo, cómo si quisiera conocerlo aunque esperaba que el se quedará más tiempo y no solo se fuera cómo todos lo hacían.

— Sabes te he invitado a cenar y ni siquiera se su nombre.

— Eh... Bueno... Soy Ecarlate...

— Que lindo, pareces que tienes nombre de un tipo de color. El mío es Mystoria y como te habrás dado cuenta soy un Omega... Aunque soy uno recesivo.

Aquello lo dijo apenado, ocultando su tristeza más bien, el pelirrojo no le importo, incluso no debía meterse en la vida de otro.

— Vaya... No pensé que fuera así... 

— ¿Eh? ¡Si! Digo... Hoy en día nadie quiere a alguien como yo... Hehe...

De nuevo esa risa nerviosa, era idéntico a él en ese aspecto, solo que el no tenía a nadie más... No tenía a nadie, ni siquiera sus más allegados podían ayudarle.

— Tus padres son un apoyo para ti ¿No?

— Yo no tengo padres, soy un huérfano, cómo verás, solo he andando, nadie me adoptó en su tiempo, creci y mirame estando aquí solo sin nadie.

— Entonces ¿porque me invitastes a mi?

— No se, me gustó tu aroma, a pesar que se encuentra un poco distorsionado, ha pasado algo, parece que has perdido algo.

— ¿Que puedo perder sino tengo nada?

— ¿A qué te refieres? Pensé que tendrías una pareja.

— Me veo capaz de tener una relación, soy una persona inestable.

— Entonces tú...

— Olvídalo, creo que me iré a casa, prometo invitarte la próxima vez...

Se levantó de la silla, incluso el mismo chico hizo lo mismo y comenzó a seguirlo, Mystoria comprendio a la primera por ende no dejaría que se fuera solo.

— Puedes quedarte, tu estado de ánimos no te ayudará si te quedas solo.

— ¿Que dices? ¿Ahora resulta que eres un médico?

Ecarlate se quejo, cosa que Mystoris en un principio se asustó, sin embargo continúo firme incluso tomando del brazo a su vecino.

— Estás pasando por depresión, si sigues así las ideas pronto cambiarás y solo vas a querer el simple deseo de morir.

— No bromees...

— Te he dicho que no... Que no te irás...

Está vez fue algo firme, incluso a tal punto de liberar un poco de su aroma, sus feromonas eran ten débiles que era difícil de detectar, para el pelirrojo aquello fue todo lo contrario, era más que notorios, incluso le hizo sentir un un escalofríos, que fácilmente podría acceder a la petición del chico.

— No, no me quedaré.

— No se trata de eso, vas a quedarte aquí, hablaremos, no puedes irte en ese estado, si quieres llama a quien sea, pero todos se van a enterar de eso y van a hacer lo posible para no dejarte solo.

Ecarlate termino por acceder, solo para pasar sentando los siguientes minutos, esperaba que ese chico quedará dormido, pudiendo así escapar pero en ningún momento lo hizo, lo vio regresar solo para dejar una taza de té de canela solo para sentarse a su lado.

— Bien, charlemos un poco, ahora entiendo porque tú estado de ánimo es diferente, ahora entiendo porque has llamado mi atención.

— Mi estado de ánimo no tiene nada que ver con lo tuyo.

— Eres el único que puede detenerse cuando estoy molesto.

— Hmp...

— Ya sabes que soy un Omega recesivo, pero contigo parezco como todo normal, sin embargo tú no eres sincero conmigo o con nadie, ya que incluso no puedes ser agradable.

Ecarlate no dijo más, estaba frustrado que alguien le dijera eso, su coraje era notorio, pero tampoco podía darse el lujo, con su típica inexpresivo, termino por ponerse de pie y marcharse, necesitaba un poco a solas, Mystoria sabía que eso no estaría bien, pero aunque costo tendría que hacerlo.

Sin detenerlo lo dejo marchar, solo para sentir una sensación de soledad y tristeza, quería que ese joven estuviera con el, había hecho que sus sentidos fueran tan claros, que incluso no temia seguir usando ese collar cuando estuviera el cerca.

[...]

Durante los siguientes días, Mystoeia se fue acercando a ese pelirrojo, lo invitaba a cenar o sino a pasar el rato, en un principio Ecarlate se sintió un tanto presionado, era la primera vez en mucho tiempo que alguien le pedía sin pedirle nada.

Pero esa tarde, después que esos dos habían salido de sus trabajos, después de a ver descansado lo suficiente, se encontraron con una situación, a menos a Mystoria.

En un parpadeo se vio envuelto en los brazos de ese hombre, mientras sus cuerpos se unian en un vaiben de sus caderas, era increíble, sin contar la situación, esos orbes verdes que parecían iluminarse por el simple deseo, pero no fue todo, tras sentir esos labios en su nuca, tras sentir como esos dientes le mordian, pudiendo entender ese sentimiento de soledad, pudiendo sentir lo duro que fue para ese pelirrojo, cómo lentamente miraba a esa gente que solo le ignoraba y los pocos que tenía, que realmente se preocupaba, tenían sus propios problemas y familia.

Para cuando reaccionó, fue esa mañana, cuando despertó de golpe, recordando todo ese suceso nocturno, de como su cuerpo demostraba marcas proveniente de ese alfa, aunque eso no llamo su atención sino la angustia cuando sus ojos derramaron gruesas lágrimas.

Miro a su costado, viendo a un pelirrojo descansar, lleno de marcas que el mismo menor había hecho en el, una simple u clara seña de que lo quería para él.

Estaba por huir, se sentía tan avergonzado, pero eso fue rotundamente imposible, su mano fue sujetado firmemente, logrando ver los orbes verdes, que le miraban con una frialdad, pudiendo sentir no solo el enojo, sino el coraje o cualquier otro tipo de cosa.

— ¿Vas a huir como todos?

Mystoria no sabía si responder, realmente estaba avergonzado que incluso alejo la mirada de ese pelirrojo, solo para sentir la libertad de su brazos.

— Lamento lo de la marca, voy a pagar cualquier costo para que lo quiten.

Dijo, en un sutil intento de liberarlo de cualquier tipo de problemas. El pelirrojo se sento, solo para ponerse los boxer e irse al baño, mientras el joven estaba confundido, jugueteaba con las sabanas intento procesar todo, intento no sonar descortés.

Pero jamás fue así, no pudo hacer nada, solo se vistió con rapidez y de manera torpe, en cambio, Ecarlate solo espero que se fuera, estaba de pie, con sus brazos cruzados, sabía que lo de anoche había sido un error, un impulso por instinto, eso había sido decepcionante para el, pero, así debía estar, solo, sin nadie más a su lado.

[...]

Tras ese día, Ecarlate hizo su vida incluso intento hablar con Mystoria acerca de la marca, quitarla y dejarlo libre, pero en cambio, solo era evitado, en incontables veces Mystoria ni le abría la puerta, el mismo chico estaba creyendo que lo que hacía estaba mal, que no debía actuar así, pero, cómo lo iba a encarar, sentía todo lo que ese tipo había sufrido, sus días de soledad y sus grandes tristezas.

Tal parecía que esos esfuerzos por ayudarlo, solo lo hicieron destruir todo, todos aquellos recuersos que había obtenido con el pasar de las semanas solo había causado las cosas peores.

Finalmente solo se quedó en silencio y se dedicó a esperar posiblemente en uno días más podría darle la cara ¿No?

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