Ecarlate x Mystoria
Mystoria se encuentra enojado, sus mejillas están inflada del coraje mientras enfrente tiene a cierto pelirrojo quien mira con indiferencia.
Prácticamente ambos eran muy diferentes, incluso, sus colores son todos lo contrario a lo que son sus emociones.
Mystoria es un chico tan cálido, lleno de espíritu y emociones positivas, en cambio Ecarlate es tan frío, distante y de pocos amigos.
Ambos se encuentran discutiendo de nuevo, a menos el menor de ambos Mystoria, quien no para de quejarse mientras el mayor se encuentra en silencio.
Desde hace media hora ambos siguen discutiendo, debido a las responsabilidades que tienen y es que está vez los platos le tocan a Escorpio, pero tal parece que Escorpio, no quiere tomar la iniciativa.
— Chicos no se mortifiques, yo voy a lavar los platos.
Caín hablo, esperando así apaciguar el espectáculo, para aquellos dorados restantes se fueran a sus entrenamientos.
— ¡Espera Caín! ¿Cómo que, vas a lavar los platos? Le tocan a Ecarlate.
— No te preocupes no me...
— ¡Estás defendiendo a escorpio! ¡Estás haciendo que no hagas sus responsabilidades!
— Pero no me...
— ¡No lo apoyes tanto!
De nuevo, ahora con Caín, quien simplemente termino poniéndose nervioso, aún así se fue a hacer el deber de lavar los platos, Ecarlate no solía decir palabra algún, muchos desconocían de la voz del guardian del octavo templo, solo Gestalt conocía la voz de este y sin embargo no le gustaba meterse en problemas.
— ¡Habla! ¡Defiendete!
Replicó acuario, quien no quitaba la mirada molesta, mientras el mayor de cabellos rojos como el fuego solo cerro sus ojos por unos segundos para luego, caminar hacia la salida de aquel pequeño comedor.
Esto molesto tanto a Mystoria que terminó congelando las piernas del pelirrojo impidiendo que huyera.
— ¡Ha ha ha! ¡Ahora quién huira primero!
Dijo con sarcasmo. Solo para acercarse a este y de nuevo tenerlo enfrente, solo que está vez estaba listo para atacarle.
— Ahora, debes tener en cuenta que debes hacer tus deberes sino yo seré quien te... Mmgh...
Mystoria termino por callarse, sus labios fueron apresados por esos labios cálidos, mientras los brazos del más alto, lo rodeaban de la cintura atrayendolo, incluso se arqueo un poco. Mystoria quedó sorprendido, sus ojos estaban bien abiertos, mientras sus manos intentaban alejarlo, pero tal parecía que el fuerte agarre había impedido tal cosa.
La falta de aire provocó que ambos labios se separan, causando que el menor diera un jadeo, las mejillas de acuario estaban encendidas un leve hilo de saliva salía por su comisura, mientras intentaba ponerse de pie, pero aquello fue insuficiente porque termino por ser soltado y dejando en el suelo, cosa que le hizo regresar a la realidad.
Ecarlate logro liberarse de una manera tan sencilla, solo para detenerse en el marco de la puerta.
— No me vuelvas a molestar.
Con una voz tan fría y baja, hizo sentir un escalofríos en el acuario, quien se giro a verle, solo para verle la espalda y esa larga melena rojiza, ya que después de escuchar aquello termino por desaparecer de la vista del chico.
Mystoria estaba tan sorprendido que no sabía que pensar, se levantó del suelo, limpio la suciedad y camino a lavar los platos, se dió cuenta que Caín ya los había lavado, se quedó por unos minutos de pie y decidido subir a su templo, estaba algo nervioso, ya que era la primera vez que dejaba los entrenamientos a media, sin embargo tenía ese nervios por el simple hecho de pasar por el mismo templo que escorpio, no tenía problema, a menos no hasta esos momentos, ahora sentía miedo de pasar y encontrarse con ese santo.
El día de descanso para esos jóvenes santo fue algo muy merecido, a menos para aquellos que entrenaban duro, Mystoria bajo al templo de virgo, con la intención de tener una charla.
Cuando llegó a la entrada del octavo templo se sintió un tanto extraño, aparte de molesto, pero aquello era poco a lo que sentía realmente.
Tragó saliva y de manera cautelosa y sin llamar tanto la atención comenzó a caminar, el pasillo estaba en penumbras, la poca iluminación venía de las antorchas eso le puso la piel de gallina al acuario puesto el lugar se sentía muy diferente, incluso muy diferente a su templo.
Se detuvo cuando los pasos de una armadura se hicieron notorios, incluso intento mantenerse firme, pero aquello se desvaneció cuando logro notar aquello, notar la armadura complemente vacía, el susto fue tal que lanzo el primer ataque hacia su desconocido oponente, quien al darse cuenta se quiso disculpar.
Y es que Ecarlate tenía esa rara costumbre de andar en la oscuridad y con esa gran habilidad le era más fácil esconderse y así asustar a sus enemigos en primeras estancias.
El pelirrojo ya había observado a Mystoria desde hace momentos, incluso se atrevió a seguirle espera do notar la reacción de este a pesar de la poca iluminación hizo que una sonrisa saliera de sus labios en una clara seña de burla hacia el acuario.
— De- Deja de burlarte, ¡Eso no fue gracioso!
Está vez Mystoria se escuchó molesto, incluso su malestar del susto se había esfumado, solo para dejar en claro su enojo, Ecarlate que momentos antes tenía una sonrisa está desapareció, solo para darle la espalda e irse, Mystoria miro aquello, eso le enfado más y así como en el comedor se atrevió a encararlo, lo tomo del antebrazo y lo giro, finalmente teniendolo tan cerca, incluso sus rostros estaban tan cerca que podía sentir la respiración del otro, Mystoria se dió cuenta de eso y rápidamente soltó el brazo sus mejillas se pusieron rosadas, esperando que el más alto no se diera cuenta.
Aunque Ecarlate estaba un tanto irritado, pero aquello no le provocó enojo, una vez que fue soltado quedó observando por breves segundos al acuario, solo para tomarlo del mentón de una manera firme, de nuevo miro con detalle aquel rostro, los orbes azules, esas finas líneas en el rostro, todo.
— ¿Por qué no sigues tu camino?
Pregunto, soltó el mentón del acuario y ahora sin mucho que decir, ya que ni siquiera Acuario se atrevió a encararlo de nuevo, se fue, perdiéndose entre la oscuridad del templo.
Mystoria termino por salir, no sin antes tener miles de pensamientos relacionado al dueño del octavo templo. Cuando llegó al templo de la virgen se encontró con Shijima, pero no estaba solo, Death Toll estaba con el, este último parecía contento ante las palabras de Shijima, por el simple hecho de demostrar la belleza del cuarto guardian.
Ambos no tenían una relación cercana, sin embargo Shijima estimaba y apreciaba de manera gratificante a dicho santo, debido a su físico, al tener la valentía y el orgullo puesto ante su belleza.
— Chicos, parecen que están teniendo una agradable charla, puedo unirme.
— Claro que puedes, siempre y cuando halagues mi condición todo estará perfecto.
Death Toll hablo, contento ante la visita, acomodandose de nuevo en su lugar que para ser sinceros era algo incómodo, Shijima provenía de una cultura poco humilde, en dónde tomaban asientos en el suelo, claro que era parecido a las regiones japonesas.
— ¿De que estaban hablando?
— Iniciamos hablando de cosmos y terminamos hablando de nosotros mismos, bueno y de otros caballeros.
— Claro, hemos hablado desde Shion hasta Cardinale, por desgracia tu no entrar en nuestro radar querido.
— ¿Que?
Mystoria no comprendió, aunque no tardó en procesar, ya que Death Toll menciono a Kaiser, cosa que el pelirrojo demostró cierta molestia, tratando de evadir y cambiar el nombre de ese santo por otro.
— Bueno, bueno, solo pensé que sería bueno, tener el cuerpo de Kaiser no es...
— Death Toll, quieres cambiar de tema.
Shijima hablo, teniendo sus orbes ocultos, mientras su cejas estaban fruncidas por el terrible malestar.
— Bien, bien me callo.
— Acaso ¿Estás buscando pareja Death Toll? En el pueblo hay más variedad.
— ¿Porque dices eso? Aquí en el santuario hay mucho de dónde escoger, incluso está el ermitaño de Escorpio.
— ¿Que tiene que ver eso?
— Bueno, digamos que de un momento a otro lo encuentras en su propio templo con una sola prenda, mirar su cuerpo trabajado y bueno... ¡Cielos es caliente!
Shijima enarco una ceja, en cambio Mystoria, solo demostró un rubor puesto se lo había imaginado de esa manera, aunque eso no fue todo.
— ¿Cómo sabes eso Death Toll?
— Hace poco lo mire en las duchas, no lo estaba espiando, solo que lo mire entrenar, muy pocos saben sus horarios de entrenamiento, pero su cuerpo se ve perfecto, como esas culturas de gladiadores... Cómo si fuera Kaiser.
— Death Toll...
— Ji Ji Ji ~ La cuestión fue que lo mire en las duchas, tenía un buen cuerpo, aunque... Esas marcas, tiene como una gran cicatriz por todo la espalda, lo hace ver atractivo y deseable.
Mystoria guardo silencio, incluso Shijima, que está vez intentaron entender, ¿Cómo que una cicatriz? Aunque la curiosidad era enorme, Mystoria quería saber más.
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La charla que había tenido con ambos se había extendido, está vez pasado a la ropa de moda, cosa que Death Toll parecía ser un experto.
Para cuando termino, regreso a su hogar, esperando así descansar un poco, solo para detenerse en escorpio, puesto miro de pie a esa armadura, que fácilmente reconocía como Ecarlate.
Lentamente la presencia se hizo visible, se hizo a un lado para que el acuario pasará, aunque esté no dió más caminos, simplemente quedó de pie observando al pelirrojo.
Mystoria es directo y no dejaría pasar este momento.
— ¿Has tenido una batalla que te dejo una secuela?
Aquella pregunta no obtuvo una respuesta solamente la mirada del mayor.
— Death Toll menciono que tienes una cicatriz, por eso... Pregunto.
Está vez se sintió apenado, ya que no era muy evidente involucrar a otros por saber cosas ¿O si?
— Death Toll... Ya me lo suponía.
Ecarlate de nuevo comenzó a acercarse, está ve demostrando un tétrico sentido, haciendo que Mystoria intentara retroceder.
Sin embargo no pudo hacerlo más allá, debido a una técnica del mismo santo, "Restricción".
— ¿Por qué tienes intereses en mi?
Mystoria no sabía que responder, a pesar de sentirse entumecido por aquella habilidad, no tenía el más mínimo conocimiento de esa respuesta, simplemente estaba curioso, admitia que odiaba tanto a ese santo por su manera de ser, odiaba tanto como era ignorado por él y eso le causaba más irritación, pero ahora se sentía confundido.
— No... No lo sé...
Logro responder a con cierta difícultad, cosa que Ecarlate se dió cuenta, liberandolo de la "Restricción", Ecarlate es conciente de todo, sabe ciertas cosas, ha tenido momentos similares así, cuando estuvo fuera del santuario por sus entrenamientos.
Para cuando regreso al santuario, todos aquellos niños eran adolescentes, casi adultos si era sorprendete que su compañero cambiará, pero no para ser como aquellos santos como Shijima o Shion, sino, para ser algo más... Delicado.
Odysseus le había contando un viejo relato, solo para animar al joven caballero cuando era un niño, diciendo que tenía que defender a una princesa que le serviría a los dioses, pero ahora comprendía mejor la historia, no era una princesa era un coopero.
Ecarlate termino por comprender ciertas cosas una de ellas fue el duro encuentro que tuvo en su primera misión, en dónde recibió un fuerte golpe, casi causando su final, pero gracias a Odysseus y sus propias esperanzas logro salir de esa situación.
Ecarlate siempre fue reservado y siempre lo será, pero últimamente, la famosa "princesa" que Odysseus le contaba en esa historia de está haciendo cada vez más presente, está tratando de obtener su atención, a pesar que el pelirrojo solo está ahí para protegerla.
— Lamento si fue demasiado... Lejos en entrometerme.
Mystoria saco de sus pensamientos al pelirrojo, ya que los orbes esmeraldas miraron con cuidado el rostro de vergüenza del acuario.
— No te preocupes... Está bien.
Mystoria que estaba dispuesto a escuchar una frase sarcástica, solo se sorprendió ante tales palabras y alzó con rapidez la vista, encontrándose con esos orbes de nueva cuenta haciendo que sus latidos fueran rápidos.
De un momento a otro decidió alejarse y salir de ahí corriendo, en cambio, Ecarlate sintió una calma, cosa que no había sentido en mucho tiempo, ni siquiera cuando fue salvado por el mismo Odysseus y tras escuchar esas largas historias en su infancia.
Odysseus había relacionado a ellos dos con la misma historia, puesto mencionaba que antiguamente dos conocidos se protegían mutuamente, sin embargo, uno de ellos termino siendo el sirviente de los dioses, dejando claro que el otro amigo quedará como un mortal, odiando todo aquello que le hacían al sirviente se enfrentó ante los dioses logrando ser el guardian del mismo sirviente, logrando unir sus almas en varias ocasiones.
Los inicios de ellos fueron diferentes, sin embargo su destino se había entrelazado y lo que para Afrodita la diosa del amor había sido algo divertido, ver pelear a un mortal contra los dioses, le hizo que quedarán enamorados por las eternidades, aunque cambiarán sus cuerpo o que reencarnaran de nuevo se encontrarían, se odiarian y finalmente habría un amor eterno y lleno de buenos deseos.
🎀Posible continuación🎀
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