Confundido [KxD]
Uno más antes de continuar con otro oneshot.
Parejas: Kardia x Degel.
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Degel y Kardia, siempre han sido mejores amigos, no había día en que estuvieran discutiendo o hubiera riendo por cosas innecesarias, Degel era muy serio cuando llegaba a proponerse y Kardia, bueno, Kardia hacia todo lo posible para sacarle un sonrisa a Degel.
Muchos decían que ambos eran una pareja, que siempre estaban juntos sin importar que, pero no, ambos no eran pareja, solamente tenían una simple relación amistosa.
Últimamente Kardia se ha juntado mucho con Manigoldo, en algunos casos dejando a Degel de lado, eso lo visto el chico de lentes, a principio no le importó, puesto pensaba que era una manera de no escuchar sus ridículas bromas.
Degel comenzó a sentirse poco, cuando Kardia y el salían, pero no solo, sino también invitaban a Manigoldo, podía ver la gran similitud que tenían estos dos, era evidente que eran idénticos al momento de hacer cualquier tontería. Sus bromas eran del mal gusto y sus ridículos comentarios eran iguales.
Sus risas eran prácticamente igual, deduciendo así, que ellos eran tal para cual.
Esa tarde, Degel invitó a Kardia, como cada jueves a comer unas hamburguesas, al amante de las manzanas le gustaba aquel pequeño local, toda la escuela iba a ese local y ellos no eran la excepción.
Degel estaba seguro que tendría un día calmado, pero no, Kardia traía a Manigoldo, que este tenia su brazo por los hombros. Causando cierta sorpresa y preocupación al francés quien estaba de pie, esperando la llegada de su amigo.
— Degel, Manigoldo también se ha incluido, lo invité yo, porque me dijo que no ha comido, ¿no se si te molesta?
Pensaba en decirle la realidad de las cosas, le parecía idiota que ese sujeto fuera con ello, ellos dos solamente iba a ese local, nadie se incluía, ¿por qué el si debía hacerlo?
— Me parece bien.
Fue todo lo que dijo, para proseguir a caminar, realmente no le gustaba la idea, se estaba tragando todo ese malestar, puesto no quería verse como un pésimo amigo, aparte, Manigoldo, es amigo de Kardia ¿cierto?
El local quedaba cerca del campus, los chicos tomaron su mesa, pero esta vez no debía de ser de dos personas, sino de más, las únicas meses eran de dos hasta ocho personas, pero en esos momentos necesitaban una mesa un poco más grande.
Después de pensar en su pedido, Degel se puso de pie. Iba a ir por la comida de Kardia y suya, como siempre, sin embargo Kardia lo detuvo.
— Degel, ¿no has preguntado qué es lo que quiere mani?
— ¡Oh! Cierto, mi disculpas.
Hablo con voz calmada y con cierto toque de indiferencia, sus ojos rodaron en molestia y pronto escucho la voz del chico.
— Solo es una hamburguesa de tres quesos, nada más y una soda.
Sonrio, demostrando sus dientes, haciendo que Degel sintiera enojo. Degel se fue, dejando a ambos solos, no le gustaba la idea, seguía tragándose toda esa molestia, pero debía calmarse, debía ser calmado, puesto solo eran amigos, aunque su mente recordó a ellos, Kardia y él, eran así, se daban abrazos y mimos cuando lo necesitaban y ahora…
Suspiro, estaba resignado, después de todo, si quería a Kardia, no como simple amistad, puesto recordaba cada momento que habían pasado, desde su encuentro, que por culpa del bicho sus libretas habían caído a un charco, por fortuna, Kardia le entrego una libreta nueva y limpia, mientras le compraba más, una sonrisa pequeña lo inundó, le gustaba recordar ese momento, puesto esos momentos había visto los hermosos ojos zafiro de esa muchacho.
Cuando recibió su orden y ya iba de regreso, se encontró con una escena que jamás se imagino, ambos estaban mirándose fijamente, tal vez su mente lo estaba imaginando, que poco a poco se darían un beso y seguirían a hacer cosas indebidas. Eso alerto aún más al acuario, quien rápidamente dejó la comida en la mesa, sacando a ambos de esa escena.
— Degel, que bueno que llegas, Mani me estaba contando.
— Me lo puedes contar después Kardia. Debo de irme.
— Pero, no has comido nada.
— ¿Te encuentras bien?
Kardia preguntó, después de que Manigoldo hiciera aquel comentario, el cubo simplemente aguardo su libreta.
— Estoy bien, solamente que olvide algo, necesito ver a Unity para comenzar el proyecto.
— ¿Unity? ¿Te refieres a tu amigo que cree que soy mala influencia? Bueno, entonces voy contigo.
— Tienes que estar con Manigoldo, yo solo preguntaré algunas cosas.
— No puede ser por medio de un móvil.
— No.
Degel se fue, dejando a Kardia aún sentando, Kardia estaba un tanto molesto, no le gustaba más bien, no le agradaba ese tal Unity, por el simple hecho que en varias ocasiones habían tenido algunos problemas, sin embargo, Degel era su amigo y debía respetar, aún así me tenía desconfianza, ¿por qué? Porque sabía que ese sujeto tenía sentimientos hacia su querido amigo y él no quería quedarse solo.
Degel apretó los sujetadores de aquella bolsa, no estaba seguro si había hecho lo mejor, pero no quería quedarse, ver como ambos disfrutaban de la compañía mientras a él lo hacían a un lado. Era evidente. Jamás tuvo una relación tan buena con Kardia.
Y apenas se daba cuenta de sus sentimientos encontrados, al sentirse molesto porque el griego, miraba a alguien más que no fuera él, llegó a su habitación, dejó su bolso y tomo asiento en el escritorio, llevo ambas manos a su cabeza, tratando de procesar todo, la habitación estaba solas, su compañero, estaba con ese tal Manigoldo, ambos compartían habitación y que gracioso, pero cuando entraron y se encontraron por primera vez, habían acordado verse más seguido a las tres semanas, Kardia se mudó, indicando que su compañero, que se llamaba Albafica, le cambiará, a principio creyó que no aceptaría pero a final sí, ya que hasta la fecha, Shion y Albafica eran buenos amigos.
Ya era tarde, bueno, más bien las 8 p.m. Degel de había dedicado a estudiar y hacer algunos resúmenes de sus clases, la puerta se abrió dejando ver a Kardia, el chico de ojos amatistas no se giró, estaba tan concentrado en su trabajo, que no había escuchado a nadie hasta que sintio en su hombro una mano, se apresuró rápidamente a girarse, encontrándose con aquellos ojos zafiro, se relajó por completo y se quejo.
— Que idiota eres, casi haces que me de un susto y uno feo.
— Perdón, es solo que estuve algo preocupado, no respondía mis mensajes y lo mas seguro es de que me cambiaste por ese amiguito tuyo.
— No encontré a Unity..
— ¿En serio?
Acercó una silla con ruedas y tomo asiento a su lado. Miraba atento a su amigo quien seguía haciendo deberes. Ambos tenían materias diferentes, clases diferentes, pero aún así sus ratos libres se veían mutuamente.
— Entonces ¿te fue bien? Digo, porque ese amiguito tuyo, siempre me da problemas.
— No entiendo, hablas como si el fuera el que provoca todo lo malo.
— Es que lo hace.
— ¿Lo hace?
— Aparte, creo que también te está haciendo mentiroso, estás mintiendo mucho últimamente.
— ¿Mentir? Yo no miento Kardia, sabes que no me gusta eso.
Dejo todo para ver al rostro del bicho. Quie a pesar de tener una voz seria, el griego lo miraba igual, atento a cualquier seña de mentira.
— Es cierto, tal vez sea mi cabeza, pensé que me estabas mintiendo. Como en la tarde Unity fue a vernos, pense que…
— Espera, ¿Unity fue a verlos?
Ahí, todo el teatro se le cayó.
— Si, no te dijo, que te estaba buscando, lo más seguro es de que lo encontraste ¿no?
— Bueno…
Estaba dudando, posiblemente Kardia lo estaba poniendo a prueba.
— Degel. ¿Me estás mintiendo?
Ya, no iba a soportarlo más, simplemente cerró sus ojos en derrota, bajo la mirada y afirmo con toda la pena del mundo.
— ¿Por qué me mientes?
— No es que te mintiera, es que… estaba enojado.
— ¿Enojado? ¿Por qué?
— Porque últimamente pasas tiempo con Manigoldo y eso me pone molesto, le das más atención a él, en ves de a mi. Se que no me debe de importar. Pero lo hace, me duele mucho, en serio.
— Yo…
— No puedo creer que tu simplemente quieras estar con él, ha sabiendas que estás conmigo, mentí acerca de Unity, para salir de esa ridículas ideas que estaba generando, creyendo que el y tu terminarían juntos en una relación y que yo quedaba con alguien X y que te irías de esta habitación a refundir te con él y me dejarías de hablar.
Libero todo.
Kardia quedo estático, aquello le había parecido ilógico, haciéndole sentir sorprendidos y que casi cae hacia atrás al ver el rostro del muchacho, que estaba derramando lágrimas, susu ojos brillaban con la ayuda de esa lámpara que estaba en el escritorio, sus lentes habían bajado lo suficiente dejando ver las tonalidades de colores amatistas del chico.
— Degel… yo…
Kardia giro su vista, estaba avergonzado, sus mejillas se teñian de rosado al recordar aquel rostro, era evidente que el chico francés era lindo, podría tener a quien quiera en la palma de su mano, y eso Kardia temía, temía que Degel se enamorara de alguien mas, que no fuera el único en su vida. Pero ahora estaba más que aliviado ante ese comentario.
— Perdón. No quise que pensaras eso, Manigoldo es mi compañero de clase, estuve junto a él porque el sabía cosas de la materia que he tenido problemas y como tenemos ciertas cosas en común, me fue muy amigable.
— No me vas a dejar ¿cierto?
La voz de Degel fue tan suave, tierna para el bicho, era como un susurro angelical, según el bicho, cosa que Kardia trató de ignorar pero fue imposible.
— N-No…. No lo voy a hacer, eres alguien que estará conmigo.
— Entonces, ¿podemos hacer esto oficial?
— ¿Quieres hacerlo oficial?
— Si, quiero que todos se enteren que salgo contigo. Y así no haya problemas entre nosotros.
— A tu amigo no le gustará eso.
— Da igual, él lo aceptará.
Kardia no pensó que fuera de esa manera su propuesta de noviazgo, pero recibir un beso del cubo, le había parecido lo mejor del mundo. Había soñado varias veces con ese beso, a pesar de ser cercanos y que estuvieron en la misma habitación, jamás llegaron a tocarse de una manera tan íntima, debido al miedo de perder la confianza que habían contruir, pero ahora, unos besos daban seña de confianza, acercamiento entre ellos y que posiblemente a futuro se entregarían, una vez estando seguros de que seguiría ese amor.
Que raro ¿no?
Kardia nunca se imagino que Degel fuera a sentir celos. Ya que el cubo era una persona calmada y reservada, aún así Kardia si lo demostraba, sin importar que y eso fue demostrado con Unity, pero a final de cuentas, había ganado el bicho, quien se dedicó a estar a su lado en cualquier circunstancia. Dándole besitos y mimos al cubo cada vez que se sintiera distanciado.
-Fin
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