Kyoya Hibari
Bajo las Sombras del Bambú
Kyoya Hibari siempre había sido una figura intimidante en la escuela. Su presencia imponente, su frialdad y, sobre todo, su carácter antisocial mantenían a la mayoría de los estudiantes alejados de él. Sin embargo, Tn no era "la mayoría de los estudiantes".
Desde que comenzó a trabajar junto a Hibari en misiones para mantener el orden en la escuela, su relación había sido cualquier cosa menos pacífica. Él no tenía paciencia para la debilidad, y ella no tenía paciencia para la arrogancia.
Fase 1: Odio
—No quiero estorbos —gruñó Hibari un día, mientras se cruzaban en una misión para contener a unos matones que perturbaban la paz en la escuela.
—Perfecto, porque tampoco quiero estar aquí contigo —replicó Tn con una mirada fría.
Hibari frunció el ceño. Estaba acostumbrado a que la gente le tuviera miedo o simplemente lo evitara. Pero Tn parecía ser diferente. No le importaba enfrentarlo, y eso lo irritaba profundamente. Desde ese día, cada interacción entre ambos estaba marcada por el desprecio.
—Te aplastaré si te interpones en mi camino —amenazó Hibari después de que Tn le hizo perder una oportunidad en combate.
—Lo mismo digo, Hibari —respondió ella, sin dejarse intimidar.
Fase 2: Rivalidad
Con el tiempo, el odio se convirtió en una competencia. Hibari y Tn comenzaron a competir entre ellos de manera implícita: quién resolvía los problemas más rápido, quién neutralizaba más amenazas, quién manejaba mejor las situaciones caóticas.
—Tus movimientos son demasiado lentos —le dijo Hibari en medio de una misión, con el ceño fruncido.
—Quizá si dejaras de pensar que eres el único capaz de hacer todo, me iría mejor —respondió Tn, frunciendo el ceño de la misma manera.
Esa rivalidad era lo que los mantenía en movimiento, impulsándose el uno al otro, aunque ninguno de los dos lo admitiera. Cada misión se sentía como una batalla para demostrar quién era mejor.
Fase 3: Tolerancia
Eventualmente, empezaron a entenderse, aunque nunca lo dirían en voz alta. Hibari comenzó a reconocer que Tn no era tan inútil como había pensado, y Tn empezó a ver que, aunque Hibari era arrogante, tenía un poder y una disciplina impresionantes.
—Al menos no eres una completa carga —dijo Hibari después de que Tn manejara un enfrentamiento complicado con una habilidad que incluso él no esperaba.
—Y tú no eres tan insoportable... a veces —murmuró ella, medio en broma, medio en serio.
Aunque seguían lanzándose comentarios sarcásticos, el tono había cambiado. Ahora, había algo de respeto en sus interacciones, y cada vez que peleaban, lo hacían de una manera más fluida, como si sus movimientos comenzaran a complementarse.
Fase 4: Enamoramiento
Un día, durante una pelea especialmente difícil contra un grupo de enemigos, Tn quedó atrapada en una emboscada. Hibari, aunque siempre prefería luchar solo, la vio en peligro y, sin pensarlo dos veces, intervino para salvarla.
—¿Qué haces? —preguntó Tn, jadeante, sorprendida de que Hibari hubiera decidido ayudarla.
—No voy a permitir que nadie más te derrote —respondió él, su tono seco, pero su expresión, aunque severa, mostraba una preocupación oculta.
Después de eso, algo cambió entre ellos. Hibari comenzó a prestarle más atención a Tn, observando cómo mejoraba en cada misión, cómo su fuerza interior la hacía destacar. Y Tn, por su parte, empezó a ver más allá de la frialdad de Hibari. Notaba pequeños momentos en los que él, aunque rudo, mostraba una forma extraña de cuidado hacia los demás, aunque lo ocultara bajo su actitud.
Ambos empezaron a compartir silencios más cómodos. No necesitaban palabras para entenderse, pero la tensión entre ellos, esa energía que solía ser de pura competencia, empezó a transformarse en algo más.
Fase 5: Declaración
Finalmente, tras semanas de esta extraña cercanía, Hibari y Tn se encontraron caminando juntos por el patio de bambú de la escuela. El viento suave hacía que las hojas susurraran a su alrededor, y el silencio entre ellos se sentía pesado, pero no incómodo.
—Tn —dijo Hibari de repente, rompiendo el silencio. Ella lo miró, sorprendida por el uso de su nombre sin ningún tono brusco o autoritario.
—¿Qué pasa? —preguntó ella, frunciendo ligeramente el ceño, sintiendo que algo diferente estaba por venir.
Hibari se detuvo, mirando hacia el cielo por un momento, como si estuviera organizando sus pensamientos. Luego la miró fijamente, sus ojos intensos y serios.
—Eres fuerte —dijo, aunque no de la manera en la que solía hacerlo como un simple cumplido técnico—. Y no solo eso... me has demostrado que eres alguien digno. Nunca lo admitiré delante de los demás, pero... no eres alguien a quien quiero aplastar.
Tn lo miró con los ojos bien abiertos. Sabía que para Hibari, decir algo así era lo más cercano a una confesión de sentimientos.
—¿Estás diciendo que te gusto? —preguntó, sin poder evitar la sonrisa que se asomaba en sus labios.
Hibari desvió la mirada por un segundo, aunque luego volvió a mirarla directamente, con su típico semblante serio.
—Lo que digo es que... no te rechazaría si decides quedarte a mi lado.
Tn soltó una pequeña risa, algo que sorprendió a Hibari, aunque no mostró ninguna señal de molestia. En lugar de eso, ella dio un paso hacia él, con una sonrisa traviesa.
—Eso es lo más romántico que vas a decirme, ¿verdad? —bromeó.
Hibari la miró con su típica expresión de "no-me-importa", pero en sus ojos había algo suave, una aceptación silenciosa.
—Tómalo o déjalo —respondió él, casi desafiante.
Tn, sonriendo, decidió que "tomarlo" era la mejor opción.
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