Daisuke Kambe

Bajo el Reflejo del Dinero y el Orgullo

Daisuke Kambe no era un hombre fácil de tratar. Con su inmensa fortuna y su actitud confiada, intimidaba a muchos a su alrededor. Pero Tn no era como los demás. Desde el primer momento en que se conocieron, el desdén mutuo fue palpable.

Fase 1: Odio

—No puedes resolver todo con dinero —dijo Tn, cruzada de brazos, mirando a Daisuke con desaprobación.

Él, sin inmutarse, lanzó una mirada fría mientras sacaba su billetera, mostrando su clásica actitud arrogante.

—Es increíble lo que el dinero puede hacer, ¿no lo crees? —respondió con calma, como si estuviera demostrando un punto.

Hana apretó los dientes. Para ella, el dinero no lo era todo, y la actitud de Daisuke, de que todo podía ser comprado o resuelto con un clic de su billetera, le parecía repulsiva. No le gustaba ni su frialdad, ni su enfoque materialista.

—Eres imposible —gruñó ella antes de darle la espalda y marcharse.

Desde ese momento, cada vez que sus caminos se cruzaban, había tensión. Daisuke seguía con su arrogancia, y Tn con su desprecio por todo lo que él representaba.

Fase 2: Rivalidad

Con el tiempo, la relación entre ellos evolucionó de odio a una rivalidad no declarada. Aunque trabajaban juntos en varias misiones para resolver casos difíciles, cada vez que Daisuke usaba su fortuna para acelerar las cosas, Tn no podía evitar una chispa de frustración.

—¿De verdad crees que todo puede resolverse tan fácil? —lo retó un día después de que él compró información que ella había estado buscando de manera tradicional.

—Es un método efectivo, ¿no crees? —respondió él, encogiéndose de hombros.

—Es perezoso —replicó Tn, decidida a demostrar que podía resolver las cosas sin recurrir a sus métodos.

Así comenzó una competencia silenciosa entre ellos. Daisuke utilizaba su dinero para simplificar las situaciones, mientras que Tn confiaba en su ingenio y habilidades. Ambos intentaban superar al otro en cada caso, cada uno convencido de que su enfoque era el mejor.

Fase 3: Tolerancia

Poco a poco, sin que lo notaran, la rivalidad se fue suavizando. Tn empezó a darse cuenta de que, aunque Daisuke parecía depender demasiado del dinero, no era alguien superficial. Había inteligencia y determinación detrás de su actitud.

—Al menos tienes recursos —comentó Tn después de una misión en la que, por primera vez, apreciaba la rapidez con la que Daisuke había resuelto un problema usando su fortuna.

—Y tú tienes agallas —admitió él, su tono más serio de lo habitual.

Aunque seguían lanzándose comentarios sarcásticos, había algo de respeto en sus interacciones. Daisuke reconocía la habilidad de Tn para manejar situaciones sin depender de recursos externos, y Tn comenzaba a entender que el dinero de Daisuke era solo una herramienta, no su único atributo.

Fase 4: Enamoramiento

Con el tiempo, esa comprensión mutua dio paso a algo más. En una de las misiones más peligrosas que enfrentaron, Tn quedó atrapada en una situación comprometida. Para su sorpresa, Daisuke no se limitó a usar su dinero para resolverlo; en su lugar, él arriesgó su propia seguridad para sacarla de allí.

—¿Por qué no simplemente usaste tu dinero? —preguntó Tn, aún en shock después de que él la salvó.

Daisuke la miró en silencio por un momento antes de responder con calma.

—Porque no todo puede comprarse, Tn.

Ese fue el momento en que algo cambió para ambos. Desde ese día, las miradas entre ellos se prolongaron más de lo normal, y las interacciones, aunque seguían siendo tensas, estaban cargadas de una energía diferente. Daisuke se encontró pensando más en Tn de lo que le gustaría admitir, y ella, aunque aún frustrada por sus métodos, no podía negar que había algo en él que la atraía.

Fase 5: Declaración

Finalmente, después de semanas de tensión acumulada, llegó el momento en que todo salió a la luz. Estaban en el ático de un edificio, observando la ciudad a sus pies después de haber resuelto un caso especialmente complicado.

—Sabes, a pesar de todo, has demostrado que no eres solo un montón de dinero —comentó Tn, mirando las luces de la ciudad con una pequeña sonrisa.

Daisuke la miró de reojo, sorprendido por la sinceridad en su tono. Por un momento, pareció dudar, algo poco común en él, antes de finalmente hablar.

—Y tú has demostrado que no todo se trata de esfuerzo físico o habilidad... —hizo una pausa—. A veces, la compañía adecuada es la clave.

Tn lo miró, confundida por el comentario, pero algo en su expresión le hizo darse cuenta de lo que él intentaba decir.

—¿Estás diciendo que te gusta mi compañía? —preguntó ella, levantando una ceja con incredulidad.

Daisuke sonrió levemente, esa sonrisa apenas perceptible que rara vez mostraba. Dio un paso hacia ella, su mirada intensa pero tranquila.

—Estoy diciendo que me gustas tú, Tn. Y no es algo que el dinero pueda resolver.

Tn se quedó en silencio, sorprendida pero a la vez emocionada por la confesión. Siempre había pensado que Daisuke era un hombre inalcanzable, alguien que nunca se permitiría sentir algo tan humano como el amor. Pero allí estaba, mirándola con una sinceridad que nunca había visto antes.

—Eres imposible, Kambe —murmuró, aunque una sonrisa se asomaba en sus labios.

—Eso es lo que más te gusta de mí, ¿no? —respondió él, confiado pero con un brillo de vulnerabilidad en sus ojos.

Ella soltó una pequeña risa, asintiendo.

—Tal vez.

Y con esa sonrisa compartida, bajo las luces de la ciudad, ambos supieron que habían encontrado algo mucho más valioso que cualquier rivalidad o fortaleza individual: habían encontrado el uno en el otro.

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