Niragi X Fem OC X Chishiya I.II

[Para todas las que comentaron el pasado OS, puedo hacer más si recibe igual apoyo;) los tqm]



Alex sintió una presencia detrás suya cuando se encontraba sentada en el lobby de La Playa, un beso fue depositado en su mejilla izquierda y después frente a ella apareció una bolsa de papel y una cajita de leche de fresa junto a unas galletas de chispas de chocolate.

—Buenos días, bonita—Chishiya se sentó en la silla de al lado y abrió la bolsa sacando de esta una serie de pastillas que colocó en la mesa, tomando cada una y luego señalándolas una a una—. Niragi mencionó que te dolía el cuerpo, esto te ayudará.

Chishiya sacó la pastilla y después le puso el popote a la caja de leche.

—Abre la boca.

Alex obedeció y Chishiya depositó la pastilla para después tenderle la cajita, pero Alex la tomó antes de que llegara su boca.

—¿Para qué son esas otras? —preguntó una vez que hubo tomado su medicina.

—La otra noche vi en tu mesita de noche las pastillas anticonceptivas, tus cambios de humor constantes ahora son precisamente por esas hormonas, además de que mencionaste que de duele la cabeza. Me tomé la libertad de conseguir estas, los estudios las señalan como las que menos efectos secundarios tienen, te harán mejor. Anoté todas las instrucciones con plumón en las cajas, con las horas exactas a las que debes tomarlas y la cantidad de días—mencionó abriendo la caja—. Solo te tendrás los pechos sensibles, pero me puedo encargar de eso también, aunque de otra forma.

Alex sonrió agachando la cabeza por el potente color carmesí que se había apoderado de sus mejillas. La relación que ahora manejaba con Chishiya era un tanto extraña. Desde aquel día en que Niragi le había pedido que se metiera con el peliblanco, las cosas cambiaron completamente en sus vidas. Un centenar de encuentros habían ocurrido entre el trío, quienes ahora mantenían una dinámica peculiar.

Niragi había permitido que Chishiya de una u otra forma se inmiscuyera en aquella relación, satisfaciendo a Alex en todo momento. Mientras él estaba de guardia prefería que el joven médico se quedara con ella, que la acompañara a los juegos e incluso disfrutaba de unírseles en la mayoría de ocasiones. Muchas de todas ellas terminaban con ellos tres entre las sábanas, trayendo consigo una nueva brisa de aire fresco a aquella relación estancada en la monotonía.

Chishiya era atento, le gustaba escuchar a Alex atentamente y genuinamente se preocupaba por su bienestar; a Niragi le agradaba aquello, tener otra persona vigilando y siendo el proveedor de su princesa lo mantenía en calma, llenaba algunos aspectos en los que él no podía desenvolverse, además que el peliblanco le comentaba sus inquietudes muchas de las veces, siendo en muchas de las ocasiones un intermediario entre el par, y metiendo su propia cuchara en beneficio de todos.

A su vez, ambos tenían un instinto de protección bien implementado que Alex adoraba.

—Gracias, Chishiya—respondió la joven tomando nuevamente de la caja—. ¿Estas para qué son?

—Vitaminas, en general cosas para que no te enfermes, o para prevenir por lo menos. Las instrucciones también están con plumón—Alex observó la perfecta caligrafía acompañado del dibujo de un sol o de una luna respectivamente de las horas—, también le dije a Niragi por si no estoy y se te olvidan tomarlas.

—Me cuidan demasiado—fingió quejarse para después tomar la dotación de píldoras y tomarlas una a una ante la atenta mirada del chico.

—Naturalmente—mencionó—, eres nuestro tesoro más preciado.

[...]

La sala de juntas estaba abarrotada, el rumor del que las personas comenzaban a hablar sobre el complot del robo de cartas era lo más sonado. El Sombrerero ignoraba completamente las acusaciones que señalaban dentro del grupo, estaba enfrascado en decir que debían cambiar el menú de la cafetería, o por lo menos cambiar de cocinero porque detestaba lo que habían servido por desayuno.

Alex estaba tensa; Chishiya, Niragi y ella habían estado hablando sobre un plan para robar las cartas y huir con ellas en días anteriores, así que la posibilidad de que los encontraran o que por lo menos aumentaran la vigilancia eran grandes. Chishiya la notó nerviosa, estaba frente a ella del otro lado de la mesa, y después su vista se posó en el chico de los piercings a su lado.

Sus miradas se conectaron y luego él la señaló con los ojos, intentando que esta nueva vía de comunicación fuera lo más discreto posible. Niragi observó que Alex se estaba mordiendo las uñas, y notó que también movía su pierna bajo la mesa. Chishiya puso la mano sobre la mesa y luego la señaló con la mirada. Niragi supo que hacer, colocando su mano sobre la pierna de Alex, quien paró de moverla y sonrió un poco. Chishiya y Niragi volvieron a mirarse, y luego el primero comenzó a mover su mano un poco; Niragi le imitó moviéndola cada vez más arriba de la pierna de la chica, pasando por debajo del vestido que llevaba.

Chishiya sonrió al ver que Alex se enderezaba en su propia silla, luego miró al más alto y se llevó un dedo a la boca para posteriormente dejarlo en la mesa y hacer un círculo con el dedo.

Niragi entendió claramente lo que él decía. La respiración de Alex comenzó a faltarle cuando sintió que Niragi le acarició el muslo lentamente, y luego jugueteó con sus bragas un momento hasta que finalmente comenzó a tocarla con encima de estas.

Entonces las miradas de Chishiya y Alex conectaron, sus mejillas estaban sonrojadas y parecía que le pedía ayuda, aunque él sabía que lo estaba disfrutando. Tenía los labios entreabiertos y tuvo que cerrar los ojos un segundo, cuando los abrió Chishiya sonrió y agachó la cabeza para después llevarse un dedo entre los labios, pidiéndole que mantuviera silencio.

Aquello fue casi imposible cuando Niragi hizo a un lado sus bragas y la obligó a abrir las piernas estimulando directamente su clítoris. Alex no desconectaba la vista de Chishiya en ningún momento, y él adoraba verla de esa manera, tan impotente sin poder expresar libremente el placer que estaba sintiendo y tan vulnerable a la vez.

Alex tuvo que cerrar los ojos y bajar la cabeza levemente, tenía el ceño fruncido y Chishiya sonrió aún más cuando la miró tratando de controlar su respiración. Pronto la junta acabó, Alex hizo un leve puchero casi imperceptible y pronto todos comenzaron a abandonar la habitación, incluyéndolos. Alex fue la primera de ellos, parecía que iba a bajar por las escaleras pero Chishiya la detuvo.

—¿Pensabas irte? —murmuró por detrás tomando sus caderas, estando lo suficientemente cerca como para que Alex pudiera sentir su erección palpar su trasero—, ¿cuándo hemos dejado que te vayas sin haber terminado?

Alex giró encontrándose también con Niragi con los brazos cruzados, una sonrisa de lado y la ceja alzada.

—Tiene razón—mencionó tomándola de la mano—. Vamos, te has portado mal.

—Has sido una niña mala—dijo Chishiya siguiéndola por detrás—, mereces un castigo. Estás muy consentida.

Niragi rio levemente cuando escuchó la mano de Chishiya hacer contacto con el trasero de su novia. Pronto entraron a la habitación, el rol de dominancia siempre era intercalado en todo momento por ambos hombres, a quienes les gustaba mantener el control y a veces llegaba a pelear por eso. Los labios de Chishiya buscaron los de Alex con una desesperación abismal mientras Niragi se desabotonaba la camisa, pero mantenía aún su pantalón.

Alex se separó de Chishiya y le dio un beso de igual forma a Niragi, quien la guio hasta sentarse en el sillón individual de la habitación y la puso a horcajadas suya. Alex pudo sentarse sobre su erección y eso la hizo mojarse, Niragi tomó sus caderas y la guio, enseñándole el movimiento que haría en un vaivén de roses por encima de la ropa.

Alex acercó a Chishiya a sí misma y comenzó a palpar su erección por encima de la ropa mientras él se quitaba la camisa. Bajó los shorts del médico y empleó su mano para masturbarlo a la par que se entretenía con Niragi, quien ya se estaba encargando de liberar los pechos de la chica para comenzar a repartir besos entre ellos y estimular sus pezones, que como bien había indicado Chishiya, estaban bastante sensibles haciendo que las sensaciones fuesen mil veces más placenteras. Los gemidos, los jadeos, las respiraciones agitadas tampoco se hicieron esperar

Alex se metió el miembro de Chishiya a la boca y él echó la cabeza hacia atrás, con la experiencia adquirida entre ambos, y las diferentes maneras que les gustaba a cada uno había aprendido bien a diferenciarlos. Chishiya tomó su cabello y guio sus movimientos, aunque ella ya era una experta en darle placer de esa manera.

—Usar ese tipo de vestidos debería estar prohibido—mencionó el chico—, cuando te he visto así quería ponerte encima de la mesa en ese mismo momento.

—Se lo he dicho—dijo Niragi—, que los conserve solo para nosotros.

Chishiya le acarició la mejilla con una sonrisa ladina.

—¿Te gusta provocarnos? —preguntó—, ¿quieres escuchar qué quería hacer?

—Por favor.

—Abrirte de piernas y comerte ahí mismo—mencionó—, que todos en la sala supieran que nos perteneces, como te hacemos sentir.

—Entonces hazlo ahora, vamos.

Niragi rio también, dejando unas visibles marcas en los pechos de la chica.

—Pídelo—le ordenó el más alto—, pide lo que quieras, nos tienes a tu merced.

—Terminen el trabajo—les pidió—, fóllenme como ustedes saben hacerlo.

—Como ordenes, Alex.

Niragi le indicó que se parara y luego la recostó en la cama. Delineó el camino desde su pecho hasta el monte de venus con la lengua donde descansaba el piercing que hacía estremecer a la chica, luego comenzó su tarea de atacar el clítoris de la chica haciendo movimientos circulares. Chishiya le dio un suave beso a la chica que continuó con él ayudando a Niragi con los dedos, su cara de concentración en las expresiones de Alex dio frutos cuando esta arqueo la espalda y profirió un gemido aún más fuerte. Bingo, había rozado el punto G.

—¿Te gusta así, Alex? —le preguntó, y recibió murmullos de asentimiento en respuesta. La chica era incapaz de hablar por el placer que estaba sintiendo—. No te escucho.

—Más, por favor—pidió—. Quiero sentirlos.

Sus sonrojadas mejillas y boca entreabierta llegaron al éxtasis con un orgasmo abrazador que la hizo temblar. Niragi sonrió terminando su tarea momentáneamente y Chishiya hizo lo mismo.

—Ponte en cuatro—le dijo el más bajo—. Vamos, bonita, te necesito recompuesta.

Colocó una almohada para que esta pudiera recostarse y así fuera más cómodo. Con complicidad miró a Niragi, señalándole con la mirada, a lo que él entendió.

Entró en ella sin avisar, Alex ahogó el gemido mordiendo la almohada con fuerza cuando Niragi comenzó a entrar en ella una y otra vez, en un vaivén lleno de placer, apoyándose de la espalda baja de Alex para acelerar el movimiento. Chishiya le estimulaba el clítoris al mismo tiempo, logrando que aquella sensación fuera mil veces más placentera. Alex tomó la mano de Chishiya, este caminó hasta encontrarse frente a la chica, quien le tomó el pene con la mano y luego lo dirigió a su boca para continuar haciéndole una felación que le encantaba al chico.

—Me vuelves loco—murmuró Niragi—, me encantas.

—¿Quieres verte, Alex? —le preguntó Chishiya—, tan vulnerable, tan bonita, tan plena. Solo tienes que voltear.

El espejo de pared era fascinante, y aquello solo logró excitar más a Alex. Besó el glande del chico, torturándolo con la lengua para después bajar y apoyarse de su mano, porque aquello le gustaba.

—Espera, espera...—la respiración de Chishiya comenzó a faltar, indicando que el orgasmo estaba cerca—, no, ah...espera, espera...

Ahora el vulnerable era él. Alex sonrió, pero no le duró mucho. Niragi paró de entrar en ella y le indicó que Chishiya cambiara posición con él. Chishiya tomó la almohada y giró a Alex, dándole un beso pleno que dio preámbulo a un sexo más apasionado y menos desenfrenado. Niragi se sentó en el sillón frente a ellos, como quien ve su show favorito mientras estimulaba su miembro con la mano.

—Princesa—dijo Chishiya, a quien le encantaba hacerlo de misionero para observar a Alex en todo momento—, ¿te gusta, no?

—Hazlo—le rogó—, te lo pido.

Chishiya entró en ella, lentamente y de una forma tortuosa, dando estocadas profundas que hicieron a Alex estremecerse bajo su tacto y estimulo. Sus ojos conectaron en todo momento donde ella le rogaba porque fuera más rápido, incluso moviendo sus caderas en el vaivén.

Y Chishiya obedeció haciéndola rozar el cielo en varias ocasiones.

—Voy a correrme, bonita—le dijo cuando estuvo en su punto máximo—, ¿ves lo que provocas?

Tres estocadas más, tan profundas como placenteras fue lo que necesitó el chico para terminar. Salió de ella y siguió rozando su pene en la entrada de la chica, provocando que ella gimiera nuevamente. Niragi se levantó y comenzó a masturbarla con la mano para después entrar en ella, poco tiempo después ella llegó al último orgasmo de la noche, y no pasó mucho para que él también lo hiciera.

Satisfechos y cansados los tres se recostaron en la cama. Sus respiraciones estaban sincronizadas en perfecta armonía.

—Lo hiciste genial, Alex.

—Perfecta como siempre.

Niragi se giró para abrir el cajón de la mesita de noche y tomar una pastilla para el dolor y dárselo a la joven. Chishiya giró y tomó una botella con agua para darle de igual forma.

—Se han gastado toda mi energía de hoy—se quejó la joven a quien el peliblanco ya había comenzado a hacerle mimos en el cabello mientras Niragi acariciaba su espalda—. Ni de broma iré a jugar hoy.

—Iremos a los juegos diurnos—acordó Niragi guiñándole un ojo a Chishiya, quien asintió—, ¿tréboles te parece?

—Perfecto—concordó el peliblanco—. Después de todo, somos expertos en los juegos de equipo.

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