Niragi

[Pedido anónimo]

Teddy Bear—;Melanie Martinez

«Te cosí, te armé

Con plumas y algodón

Te di amor, dentro de ti puse mi corazón

Oh, ¿Qué más podría hacer yo? »

—Creo que eres alguien muy fuerte por haber soportado todos esos maltratos durante tantos años— murmuró Alex. Niragi se encontraba recostado en sus piernas, se cubría la cara con vergüenza y usaba las mangas de su suéter para secarse las lágrimas que resbalaban por sus ojos, en un intento de acallar sus sollozos. Alex se agachó lo suficiente para dejar un beso en la frente del joven—. Eres muy valiente, Niragi, muchísimo.

—No lo soy—renegó en medio de un sollozo intentando volver a tomar aire—, fui un cobarde por no hacerles frente. Ahora mira dónde terminé, en dónde terminamos.

Alex comenzó a hacerle mimos al cabello de su amigo. Miraba el horizonte desde la azotea de aquel edificio, a donde Takeru la había enviado para revisar el funcionamiento de las calderas.

—Tengo miedo de volver a ser ese cobarde ahora que todo esto se monte—confesó. Alex lo miró con pena.

—Eres la persona más determinada que conozco, y la más lista también. ¿Quieres que miremos dónde estamos ahora? En un jodido hotel que no hubiese funciona de no existir tu cerebro e ideas—razonó la japonesa de cabello corto—. Eres más que tu pasado, Niragi, y eres más que esos bullies que reflejaban sus propias inseguridades en ti.

Niragi volvió a suspirar. Alex miró la puesta del sol en el frío horizonte de Tokio.

—Jamás había tenido una amiga—murmuró, como quien confiesa algo que no desea decir.

Niragi se cubrió aún más con el suéter y Alex sonrió para sus adentros antes de pasar sus brazos por encima del futuro subjefe de los militares, que la rodeó con los suyos propios por la cintura.

—Siempre voy a estar para ti, Niragi. Yo siempre voy a ser tu amiga.

—¿Lo prometes? —preguntó como un niño pequeño.

—Lo prometo.

—¿Aunque deba hacer cosas que no parezcan buenas? —cuestionó sin soltarla—. ¿Aunque después puede que no me reconozcas?

Alex quiso preguntar, también quiso decir que en realidad, no cabía en ella pensamiento alguno de que Niragi se convirtiera en una persona no grata para ella. Le estimaba mucho desde el primer momento que habló con aquel tímido chico en un juego de un solo trébol; el primero de ambos. Ese cuestionamiento final pudo haber acarreado quizá el comienzo de todo, si tan solo le hubiera preguntado a qué se refería;

Pero no lo hizo.

—Por supuesto Niragi—sinrió asintiendo—. Siempre.

—Te quiero, Alex.

—Yo también te quiero.

[..........]

«Cuando empezaste a hablar mientras dormías

Diciendo las cosas que me harías

No me importó, no me asusté.»

—Lo siento, lo siento—Alex se encontró siendo arrastrada por la masa de militares que caminaban con sus armas dirigiéndose a su punto de encuentro. Pasaban de ella de largo, ignorando las disculpas que ofrecía cada que chocaban con ella, pero estaba determinada a encontrar a su novio—. Lo siento, de verdad lo siento, ¿han visto a Niragi? Prometió que desayunaríamos juntos y no fue.

Los militares se miraron entre ellos. Los más nuevos estaban por hablar cuando recibieron un golpe de los más veteranos. La mayoría sabía que no debían hablar con Alex en ningún momento a menos que quisieran ganarse una golpiza producto de su subjefe a cargo.

Solamente unos cinco militares estaban habilitados para hablarle, y ninguno apareció en su campo de visión.

—Jugó anoche, debe estar dormido—dijo uno de los militares antes de que, quien iba atrás suyo, le golpeara en la cabeza obligándolo a avanzar.

—¿Podrían decirle que lo estuve esperando? —cuestionó con una sonrisa triste, pero ninguno pareció hacerle caso.

Resignada, Alex caminó de vuelta a su habitación a encerrarse a leer. Esa noche jugaba, y mientras su imaginación volaba pensó que aquello la relajaría lo suficiente como para no pensar en por qué su amigo la había estado evitando. Conocía de buena fuente que ahora su pasatiempo favorito era amedrentar a los nuevos, jugar con ellos y con su psiquis un momento. Por supuesto que se pronunció en contra, pero no obtuvo ninguna respuesta.

Su estómago rugió al paso de unas horas. Se preguntó si sería imprudente ir a jugar con el estómago vacío, así que se levantó de la cama y fue en busca de Akihiro, un chico con quien había estado hablando los últimos días y que era uno de los nuevos encargados de la cocina. Quizá podría hacerle algo de comer y así Alex no se llenaría la boca con galletas que estaban a días de caducar.

Desearía no haber entrado a aquella habitación.

Lo siguiente que sintió fue a Niragi tomándole el cabello para que este no se manchara del vomito que estaba expulsando en el váter. Solo le bastó girar un poco nuevamente para mirar las manos llenas de sangre de su amigo y volver a vomitar.

En el centro de la habitación estaba el cuerpo sin vida de Akihiro, con el rostro completamente irreconocible. Le habían arrancado la vida a puros golpes.

—Te traeré agua—murmuró Niragi haciendo el intento de abandonar el baño. Alex tomó su mano por encima de su hombro, mirándolo fijamente pidiendo una explicación.

Niragi levantó la carta de cinco de picas en alto. Estaba llena de sangre.

—Yo no lo he hecho—dijo señalando a la salida—. He venido por la carta únicamente. Aguni debió enviar a alguien antes a hacer el trabajo rudo. Sabes que no me gusta mancharme las manos.

Alex asintió. Se sentía mareada y como que el aire le faltaba.

—Sabes que tenemos cero tolerancia a los traidores, y escondió la carta por todo el día—dijo tomando a Alex de los antebrazos para ayudar a pararla. Pasó el brazo por su espalda, reconfortándola—. Siento que hayas tenido que ver eso.

Alex temblaba bajo su toque, todavía conmocionada por la imagen que tuvo frente a frente.

—Tuve que buscar en todos los lugares hasta que la encontré, metida en su bolsillo. La llevaba a todos lados—murmuró, explicando el hecho mientras sacaba a Alex envuelta en un abrazo para que no tuviera que ver la escena—. ¿Venías aquí por algo?

—Tenía hambre—dijo Alex—, pero se me ha pasado. No creo que pueda comer algo hoy sin devolver.

Niragi asintió guiándola hacia su cuarto.

—Jugarás hoy, ¿no? —preguntó como si no supiera la respuesta—. Podríamos ir juntos, te lo debo por no ir al desayuno, estaba ocupado con las calderas.

—Dijeron que jugaste anoche.

Niragi esbozó una leve sonrisa. Mataría al idiota que había dicho aquella información.

—Sí, Aguni nos envió a un campo de beisbol a las afueras.

—Parece el terreno perfecto para...—Alex se detuvo de pronto.

—Fue diamantes—dijo Niragi dejándola en la puerta de su habitación—. Toma una ducha, vuelvo por ti y nos vamos, ¿está bien?

Alex asintió y lo observó marcharse por el pasillo. Niragi fue cuidadoso de esconder las manos ese día, para que Alex no viera las marcas en sus nudillos, pero se le pasó la confesión.

El campo de beisbol era el terreno perfecto para las picas.

[..........]

«Ahora encuentro cuchillos bajo de las sábanas

Fotografías mías completamente destrozadas

Estoy desesperada, ¿debería estar asustada?»

—¿Puedes decirle a este hijo de puta a quién le perteneces?

Alex temblaba, miraba desde la pared al chico que le estuvo ayudando con las calderas. Niragi le apuntaba con el arma directamente a la sien. Los golpes en su abdomen eran evidentes, y la hemorragia interna se hacía denotar por la sangre brotando de su boca.

—¡Grítalo, porque no le ha quedado lo suficientemente claro!

—¡Detente, detente! —dijo sacando valor y corriendo a intentar quitarle el arma—. ¡Niragi, detente! ¡Está bien!

—¡Díselo!

—¡Soy tuya, Niragi! —gritó de igual forma, moviendo la cara de Niragi con ambas manos para que la mirara—. Lo he sido desde que nos conocemos, no tienes que hacer esto, no tienes que...

Alex cerró los ojos horrorizada al escuchar el sonido del disparo que le quitó la vida al chico. Niragi la tomó de la muñeca sacándola de ahí tan pronto como la imagen se quedó implantada en su mente.

[..........]

«Osito de peluche, tú eras mi osito de peluche

Eras cómodo y silencioso

¿Cómo el amor se volvió tan violento?

Oh, osito de peluche, eras mi osito de peluche

Todo era tan dulce hasta que trataste de matarme.

Ahora estás apareciendo dentro de mi casa

Respirando profundamente en el teléfono

Estoy tan desprevenida

Estoy jodidamente asustada»

Alex se escondió hecha un ovillo en la esquina de su habitación cuando escuchó el jarrón romperse en la pared junto a ella. Sabía que estuvo mal lo que hizo, intentar huir de pronto y con los veteranos custodiando la habitación no fue lo más razonable.

—Intentaste abandonarme—murmuró Niragi colocándose de rodillas frente a ella—. Lo hiciste, me lo han contado ya.

—No, no, no-no fue así—le respondió rápidamente, tanto que las palabras salieron atropelladas de su boca. Se acercó a él y depositó un intranquilo beso en sus labios que él no siguió—. Quería ir a buscar provisiones, te estuve buscando y no te encontré y entonces...

—Entonces decidiste que era buena idea irte—respondió tomando el trozo más grande de vidrio del jarrón que encontró.

Alex miró con horror que el vidrio se dirigió al cuello del japonés. En un rápido movimiento, y llevándose un corte en la mano de por medio, le arrebató aquel vidrio y lo arrojó al otro lado de la habitación.

Niragi rompió el llanto, y no fue el único. Las pesadas lágrimas de miedo también escurrían las mejillas de Alex.

—Siempre me abandonan—murmuró—. Pensé que serías diferente.

—Estoy aquí contigo, Niragi—le respondió mientras le abrazaba y dejaba descansando la cabeza del japonés en su pecho—. Soy diferente, no me he ido, sigo aquí contigo. Te lo prometí, ¿lo recuerdas? Y aquí sigo contigo.

Niragi se separó de ella y la miró para después dejar un beso en sus labios y separarse. Se limpió las lágrimas y la ayudó a levantarse de igual forma.

—Debo patrullar—explicó caminando a la puerta—. Quédate aquí, por favor, ya no salgas.

Alex asintió y lo miró marcharse. Cuando dejó de escuchar sus pasos por el pasillo, se recargó en el muro hasta dejarse caer, presa del llanto. Se preguntó qué hacer, de qué manera escapar, y entonces miró el gran trozo de vidrio que descansaba sobre la alfombra.

Quizá ella era el problema, quizá si se marchaba él volvería a ser aquel tierno chico que conoció alguna vez.

No se quedaría para averiguarlo.

[............]


O comentan o no hay más shots.

No es verdad, pero sí comenten por favor. Es mi única forma de saber si es están gustando o no:(

Y lean Queen of Hearts o realmente no habrá más shots:(


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