Solo la historia de un pequeño conejito híbrido que soñaba con conquistar el mundo, sí, quería ser el rey del mundo, pero terminó siendo el rey del corazón de un bailarín famoso.

🐰Historia tierna que se me ocurrió mientras sufría en clases.

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"Esponjosa maldad"

Wang Yibo es un chico joven, lleno de talentos y habilidades, con los cuales se ha abierto paso en el mundo de las celebridades y ha escalado con su increíble talento y gran profesionalismo.

Pero sin dudas entre todas las cosas que ocurrieron en su viaje entre conciertos, entrevistas, sesiones fotográficas y almuerzos o cenas de trabajo no esperaba toparse con un pequeño híbrido de conejo.

Yibo estaba plácidamente dormido en su habitación de hotel mientras el sol apenas salía, había tenido un largo día de trabajo y ahora disfrutaba de una placentera noche de bien merecido sueño, hasta que la alarma le despertó. Era hora de dejar la deliciosa comodidad de la cama para alistarse y salir a un almuerzo con el productor de su próximo drama en televisión.

Pesadamente y desganado se levantó de la cama y caminó directamente hasta el baño, donde se despojó de su ropa y entró en la regadera para ducharse con agua fría para despertar y no estar dormitando mientras iba al almuerzo. Una vez terminó de ducharse se vistió adecuadamente con unos jeans rotos de las rodillas y una chamarra negra con diseños de colores ligeramente grises, se puso una gorra.

- Justo a tiempo - la voz de su manager entrando a la habitación lo hizo girarse a verlo mientras acomodaba su cubre boca negro - Vámonos ya, no querrás llegar tarde, es tu oportunidad de ser brutalmente reconocido en otros países Yibo, es una oportunidad de oro - su manager salió felizmente de la habitación junto a Yibo quién también había cargado su mochila y le seguía de cerca.

Apenas llegaron a la planta baja del hotel, justo saliendo del elevador le esperaban sus guardaespaldas listos para protegerlo en el trayecto a su camioneta.

Durante el almuerzo todo transcurrió con tranquilidad y su manager logró cerrar el trato, ahora Yibo grabaría el próximo drama con una cadena televisiva internacional junto a actores de todas nacionalidades.

- Disculpe, necesito ir al baño, continúen sin mí - se excusó para ir al baño. Una vez dentro se ocupó de sus necesidades y fue al lavamanos, pero algo llamó su atención, algo que definitivamente ni era normal ni lógico ¿De estaba volviendo loco?

Giró su cabeza lentamente en dirección al jabón líquido que estaba al otro extremo y ahí pudo notar una pequeña bola blanca esponjosa, pero no sólo eso, tenía algo similar a una mochila de muñeca y sobresalían dos esponjosas orejas blancas, parecía estar escondiéndose en la esquina, creyó que nadie lo vería. ¿Era un chiste verdad? ¿Qué tenía la comida?

Secó sus manos con cuidado de mantener las cosas en "normalidad" y caminó a la puerta para abrirla y luego cerrarla sin salir colocando el seguro. Entonces escuchó un suspiro, no había nadie más en el baño.

La pequeña bola blanca se sacudió y agitó sus orejas para luego alzar la cabeza y entonces Yibo pudo notar que tenía un cabello negro y corto, apuesto a que era terriblemente suave. La cosa peluda soltó otro suspiro mientras daba pequeños saltos hasta el borde del lavamanos pensando en cómo bajar, no se dio cuenta que alguien lo miraba.

- Oh por Xie Lian - exclamó Yibo sin poder darle crédito a lo que sus ojos veían.

- ¡AHHHHH! - lo que parecía un tierno conejito comenzó a gritar cuando lo vió.

- ¡AHHHHH! ¡¿Qué diablos!? - gritó Yibo tomando la escoba del intendente y tratando de golpearlo. A lo que el conejito comenzó a brincar por todos lados tratando de evitar su muerte a manos de una cruel escoba sucia, hasta que por mero instinto de supervivencia saltó del lavamanos y cayó al suelo del baño soltando un fuerte chillido de dolor. Yibo inmediatamente se sintió culpable al ver cómo chillaba y rodaba sobre su espalda para que sus pequeñas patas conejiles tocaran el suelo y levantarse.

Dejó la escoba y se puso de cuclillas alado del híbrido tomándolo por la cola y colocándolo en su mano, era realmente esponjoso y se sentía como tocar una suave nube de algodón, ahora estaba ligeramente cautivado por lo tierno de la criatura, aunque creía estar soñando.

- ¡Esa caía dolió! ¡Eres desconsiderado! ¡Acabaré contigo cuando logré conquistar al mundo! - chilló la bola de pelo en la mano de Yibo, inmediatamente Yibo sintió que podría darle diabetes el estar viendo algo tan tierno y si regido que la sensación de tocarlo era completamente suave esponjoso.

- ¿Qué eres? - preguntó Yibo mirándolo y pronto comenzó a examinar el pequeño cuerpo que estaba en su mano.

- ¡Soy un híbrido de conejo y te ordeno que dejes de tocarme como si fuera un muñeco! - le gritó a Yibo con una voz algo aguda cuando sintió que Yibo le tomó por su esponjosa cola blanca y la levantó, cosa que le enfadó suficiente como para girarse y morder su dedo.

- ¡Auch! ¿Cómo es que una alucinación es tan vivida? Seguro estoy muerto justo ahora...- no pudo continuar lamentándose o quejándose ya que la puerta comenzó a tratar de ser abierta, cosa que le hizo guardar silencio al momento.

- ¡Yibo! ¿¡Estás ahí!? - la voz angustiada de su manager le hizo darse cuenta de cuánto tiempo llevaba dentro del baño - ¿¡Por qué está cerrado!? ¡Yibo! - gritó nuevamente, entonces no tuvo mejor idea que meter al pequeño híbrido al bolsillo de su chamarra y abriendo la puerta rápidamente.

-Estoy aquí, pero ¿Sabes? No me siento muy bien, creo que será mejor que vuelva al hotel a descansar un poco - Yibo hablaba suavemente para que creyera que realmente sentía malestar.

- Bien, bien, no me asustes así Wang Yibo, imagino que algo del almuerzo te habrá caído mal, bueno, te excusare con el productor y haré que los guardaespaldas te lleven al hotel - inmediatamente el manager llamó a su guardaespaldas principal y le pidió escoltar a Yibo a la habitación mientras que Yibo peleaba por mantener al conejo híbrido callado en su bolsillo, cosa en la que no tuvo que pelear con él ya que seguramente ese híbrido maleducado no quería ser encontrado por nadie más.

Todo el viaje al departamento fue tranquilo y silencioso, sin embargo, Yibo sentía la bola de algodón moverse por su bolsillo y a momentos sentía como las pequeñas patas golpeaban su mano, la cual aún no sacaba de su bolsillo, realmente le estaba gustando tener a esa bola de pelos cerca.

Una vez llegaron al departamento y finalmente estaban en silencio Yibo sacó al conejito de su chamarra y lo miró fijamente.

- ¿Quién eres? - Yibo lo miró curioso y miró por donde pudo para saber si era un sueño o no.

- ¿Yo? ¡Yo soy Xiao Zhan y mi único propósito es conquistar el mundo! ¡Seré el rey del mundo, así que arrodíllate ante mí y muestra respeto! - el híbrido hablaba eufóricamente mientras hacía ademanes extraños - Exijo tu casa como base - dijo señalando a Yibo, quien se aguantó la risa.

-No lo creo pequeño - Yibo acarició la cabeza del híbrido con la yema de sus dedos, justamente el espacio entre sus orejas blancas, para recibir una mordida nuevamente.

-No me faltes al respeto - Zhan se cruzó de brazos mientras entrecerraba sus ojos.

- Son mimos, eres muy tierno enserio, ¿Te hiciste daño en la caída del baño? te has estado removiendo mucho - Yibo puso un pequeño cojín del sofá en la mesa y dejó ahí al pequeño híbrido, quien lo miraba dudoso de confiar en él.

-...me duele un poco -zhan acarició su barriga mientras bajaba un poco la cabeza. Yibo sintió su corazón derretir.

Fue a buscar una crema y regresó con zhan rápidamente.

-Si usas esto el dolor se irá y mejorarás, espero no hayas tenido una herida mayor -Yibo untó un poco de crema en su dedo y lo acercó a la pequeña barriga mientras las manitas se apartaban algo dudosas.

Yibo untó lentamente la crema y sentía la barriguita caliente en su dedo y pronto comenzó a acariciarlo. Para cuando se dio cuenta el pequeño hibrido estaba acostado en el cojín con los ojos entrecerrados y su respiración bastante tranquila.

-creo que no sería mala idea cuidar de ti - Yibo continúo acariciando su barriga hasta que el hibrido conejo se quedó dormido...

Fin.