🥀BLACK RAVEN🥀

¿Porqué esperas en la ventana?

⚠️Antes de leer⚠️

🔸 Yizhan

🔸+18

🔸Au

🔸Bad End

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Xiao zhan habita en la casa de su padrastro junto a su madre, sí, habita, porque a lo que lleva no se le puede llamar vida. Luego de la muerte de su hermana mayor en un incendio en la universidad. Al igual que la hermana de zhan, muchas personas murieron en ese incendio.

Entonces el dolor fue muy agudo, aún en el presente El dolor persistía, por la noche se preguntaba si su hermana aún podría verlo. Esperaba que no.

No quería que su hermana viera cómo vivía ahora. No quería que su hermana viera en lo que se había convertido.

Su piel pálida y debajo de sus ojos unas ojeras oscuras, una mirada gris y perdida, su cuerpo delgado a un punto enfermizo y mantenido únicamente en casa, ¿La razón? Su madre aseguraba fervientemente que estaba enfermo, una mentira.

La enfermedad de zhan era su propia madre, ella le drogaba argumentando que era una medicina, Zhan sabía que no era así, la "medicina" le hacía dormir y perderse por largas horas sin saber nada del mundo y cuando despertaba se encontraba completamente desorientado.

Zhan debía dormir en el sótano. Su madre decía que incluso el sol le enfermaría, su madre se había vuelto loca. Pero zhan aún la amaba demasiado para negarle algo.

Una mañana zhan despertó desorientado como ya era usual para él, malamente. Pasó sus manos por la cama y cuando trató de sentarse un horrible dolor invadió su cuerpo, acompañado de un tirón en su tobillo. Estaba encadenado al pie de la cama, una cadena de máximo medio metro. Entonces la molestia en la zona baja le hizo fruncir el ceño. Siempre dicen que las cosas no pueden ser peor y entonces, simplemente empeora. Zhan alzó las sábanas y se encontró con algo desagradable. Sabía lo que había ocurrido.

Pero tampoco podría hacer nada aún si quisiera, su madre no haría nada y dejaría al monstruo continuar usurpado su cuerpo. La suciedad en su cuerpo ya no podía ser removida, la suciedad de la medicina y el intruso ya estaban impregnados hasta los huesos. Sentía que ya no tenía salvación. Resignó su alma y su cuerpo ya, dejó de anhelar una esperanza que jamás iba a llegar.

Xiao Zhan se quedó acostado en la cama mirando a la pared, tampoco era como si pudiera hacer algo realmente. Suspiró cansado. La idea del suicidio no era mala, podría ver a su hermano y estaría en un lugar mejor.

Sin embargo, todos esos pensamientos se opacaron con un golpe en su ventana. Al levantarse miró a un cuervo negro, quien le miraba mientras en su pico llevaba unas cerezas.

Zhan se acercó a la ventana y la abrió con cuidado hasta el tope, sintiendo el frío viento invernal chocar con su rostro. Entonces el cuervo pasó las cerezas entre los barrotes y zhan los tomó en su mano.

- ¿Qué hace señor cuervo? - zhan murmuró mientras miraba al cuervo, pero este sólo voló de la ventana. Zhan lo miró alejarse entre el aire frío.

Miró las cerezas y comió. Hacía mucho que no probaba algo tan dulce. Sus ojos se cristalizaron y miró a la ventana.

-Gracias - susurro al aire mientras limpiaba su rostro. Ya nada le parecía extraño respecto a su vida y tampoco el cuervo.

Se tumbó nuevamente en su cama cuando escucho pasos cerca de la puerta del sótano, se cubrió de nuevo hasta la cabeza soportando el frío y cerrando fuertemente sus ojos.

- Xiao - la voz masculina resonó fuertemente en la cabeza de zhan. Comenzó a rogar haber tomado la medicina de mamá ese día.

.....
...

La nieve caía hermosamente adornando el paisaje lleno de pinos y arbustos mientras el aire helado golpeaba la ventana gastada y sucia. Zhan abrió nuevamente la ventana estremeciéndose por el frío y la escasa ropa que poseía. Paso sus manos entre los barrotes como se había hecho costumbre. Nuevamente había más vallas. ER algo a lo que se había acostumbrado y realmente disfrutaba y agradecía, pese a no ver quién las dejaba, sabía que era ese amable cuervo.

Zhan llevaba ya dos meses sin tomar la medicina de su madre.

Dos meses en los cuales tampoco la había visto bajar.

En el fondo presentía lo que había ocurrido, pero no lo aceptaba. Su miserable existencia era eso. Consistía en eso.

...
...
...

Vinimos a este mundo a sufrir
Quienes no lo hacen parecen...

Porque no están hechas para vivir...

Pero entonces...

Un misterioso cuervo comenzó a alimentarlo con vallas silvestres.

Comenzó a ser amable con él.

Pero el tiempo pasó.

Y el señor cuervo dejó de ir un tiempo.

...

Xiao se levantó de la sucia cama y miró alrededor mareado. Hacía tres días que nadie bajaba al sótano. Hacía tres días no bebía ni comía nada.

Antes no se había percatado que ese monstruo no había bajado hace tres días, ya que el hambre y la sed le mantenían al borde, somnoliento y tirado en cama. Ese día tuvo intención de levantarse, pero al hacerlo su cabeza dio vueltas y se tumbó nuevamente en la cama mientras dirigía su mirada al techo respirando pesadamente.

Finalmente, sin saber cuánto tiempo había pasado, juraría haber escuchado unos pasos acercándose a la entrada de sótano. Pero nadie entró. Dirigió su cansina mirada a la puerta frunciendo ligeramente su rostro.

Luego un fuerte golpe en la puerta, seguido de un montón de revoloteo. Zhan se levantó rápidamente aún mareado y sintiendo sus piernas tambalearse, pero la puerta se abrió de golpe dejando ver un montón de cuervos que parecían haber invadido el lugar.

Particularmente uno de ellos entró y usando hábilmente su pico logró abrir el cerrojo del candado en su tobillo, el cual se encontraba con hematomas.

Por alguna razón zhan se sintió cómodo con la idea de salir del sótano pese a haber tantos cuervos. Mientras subía las escaleras para ir a la sala principal, los cuervos se calmaban y poco a poco dejaban de revolotear por ahí.

Al sale se topó con una escena vomitiva, si no odiara a esa persona habría sentido pena, lástima, tristeza...pero sintió una enorme dicha recorrer su ser y luego de tanto tiempo, sonrió. Era una sonrisa ligeramente retorcida. El origen era el cadáver del monstruo. Estaba tumbado en el sofá y su rostro estaba cubierto de sangre y cuervos.

Caminó a la salida de la casa y aunque el clima era helado, zhan sintió calidez, una calidez indescriptible al sentir la libertad finalmente luego de tanto tiempo. Luego de tanto sufrimiento se le era Dada otra oportunidad.

Miró a la rama de un árbol y se topó con el cuervo negro. Ese cuervo que le había llevado vallas por tantos días y que había desaparecido. Zhan le sonrió y agradeció con un asentimiento ligero de cabeza. Se quiso acercar al cuervo a acariciarlo, pero este comenzó a volar, alejándose de zhan.

Sintió como si pudiera hablar por una vez con alguien, sintió un impulso extraño y gritó.

- ¡¿Cómo te llamas!? - su voz temblaba y su cuerpo tiritaba por el frío, pero sus pasos no cedían al cansancio y la falta de alimento.

...
...
...

Xiao sintió una mano cálida acariciar su cabeza y a su vez sintió estar apoyado en algo caliente.

Abrió sus ojos lentamente, algo cegado por la luz de la fogata.
Se sentía cómodo. ¿Habría muerto? Seguramente.

- Mi nombre es Yibo - una voz masculina susurro lentamente en tono dulce.

- Yibo...señor cuervo - zhan murmuró mientras se acomodaba sobre el regazo del hombre, giró hasta quedar frente a frente.

- Soy un hombre cuervo - murmuró con un ligero temor reflejado en su oscura mirada.

- Hombre cuervo - susurro zhan de vuelta mientras les miraba a los ojos, era como cualquier humano, pero su cabello era negro como el carbón y sus ojos oscuros lucían serios y amables.

- Fui yo quién te sacó - su dulce voz baja era como un arrullo a zhan que le incitaba a dormir.

Por primera vez en años no tenía miedo.

Se sentía seguro.

Yibo pasó sus brazos alrededor de la cintura de zhan brindándole calor, un calor que rebasaba lo físico.

- No me importa lo que seas...tu esencia es la de un ángel - susurro zhan con lágrimas en los ojos, se sentía demasiado bien, demasiado cómodo. Tanto... Que sentía que no era real.

Que Yibo no era real.

Yibo lo abrazo fuertemente mientras zhan sentía humedecer su hombro y un hueco en su cuerpo. Entonces un sollozo se escuchó. Zhan miró sus pálidas manos por la espalda de Yibo, estaban heridas, manchadas de mugre.

Comenzaba a hacer frío.

- Yibo...-

El llamado aparto lentamente a zhan de su hombro y lo miró. Lo recostó en su regazo sin apartarlo del calor de su cuerpo.

- Tengo mucho frío...-
...
..
.

Fin.

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