-> Canción: La chica de Ipanema

-> Link: https://youtu.be/H9aY2a2KGGA

Hace tiempo Keith Kogane tuvo que vivir temporalmente en una de las playas de Cuba. Todo eso lo hacia por su mejor amigo, casi hermano, Shiro. Era por negocios, pero no quería dejarlo en su aburrida casa. Sin embargo, Keith odiaba este lugar.

Odiaba como las personas eran tan amables.

Odiaba el bullicio de la playa.

Odiaba la playa.

Odiaba Cuba.

Fue en un bar cuando dejo de odiar por completo a Cuba. Fue en un bar cuando vio a un chico de piel morena llena de pecas, tenia los ojos cerrados e iba en un traje de baño con una maleta. De seguro iría a la playa. Caminaba con un sutil balanceo camino al mar.

Keith pensó que era un lido chico.

**

Era para sorprenderse, pues Lance McClain llegaba a tiempo a una reunion. Sus hermanos y hermanas ya estaban en la playa, era de esperarse que llegara temprano. A pesar de todo los problemas, no dudaría en sacrificarse por su familia.

Su familia consistía de cuatro hermanos, incluyéndolo a él, y dos hermanas, excluyendo a Vanesa. Lance siempre se sintió perdido. El era el cuarto más grande, sentía que debía de cuidar a los más pequeños. De hecho estuvo estaba tentado a dejar su beca para poder ser un piloto espacial (el espacio era lo más hermoso desde que tenia memoria) para poder quedarse en Cuba, si no podían ir los cuatros, no iría ninguno. Aunque... no. Se negaba a pensar más en eso. Ya lo había decidido, no la utilizaría.

Ojala pudiera preguntarle a Ness, pensó Lance. Casi de inmediato se arrepintió. Se había jurado a si mismos que ese tema no lo pensaría.

Paso por el bar. Quería un trago, quería tomar un trago para olvidar lo ultimo.

Quería tomar hasta olvidarse de su vida de asco.

Quería tomar hasta que su mente se nublara, quería que un desconocida le diera el amor que necesitaba.

Cerro los ojos y forzó una sonrisa.

No le daría la satisfacción a su familia de verlo como un bebe llorón.

Paso de largo el bar. No haría otra estupidez de nueva, sus tres hermanos menores (Luz, Sam y Fred) que era fuerte, que algún día se irían todos juntos de Cuba a Estados Unidos para cumplir el "sueño americano".

**

Llego al mismo bar, a la misma hora, Keith intento convencerse de que no era para ver a ese chico. Se sentó en una de las mesas de afuera del bar. "No, no es por que te gusta ese cubano. Es que... simplemente se sentía más fresco afuera". Se intento auto-convencer, aunque su lado irracional se alegraba. Se alegraba que podría ver al niño de cuerpo dorado.

El chico llevaba un traje de baño más celeste, una sonrisa grande, pero Keith la sentía falsa... Solo me imagino cosas, pensó. Aunque creía que lo más hermoso eran los ojos azules como un mar profundo, un mar profundo que no le dolería perderse, no le importaría ahogarse.

Pensó en ir a hablarle. Tal vez saludarlo, Sin embargo ¿qué le diría?

"Hola, adoro tus pecas." Eso sonaba terrible.

"Tu sonrisa se ve falsa, ¿Quiere hablar de eso?" Se sentía como un estúpido psicólogo.

"Hola, me gusta tu bañador marca tu trasero." Se sonrojo con ese pensamiento. Aunque eso le dejo algo en claro, si lo veía en el bar, lo tomaría como una señal.

Pues se veía como el chico que quisiera llevarlo a la cama.

**

Lance quería tomar de nuevo. Quería olvidar a su estúpido vecino.

- Arg.- Murmuro - ¿Por qué eres tan estúpido y tan sensual?

Sonrió, como odiaba esa faceta suya. Odiaba cuando le gustaba los chicos. Le gustaban las chicas, quería querer eso. Era un hermoso cubano que le gustaba de las hermosas curvas de las chicas. Le gustaban, le gustaban. Maldita sea Lance te gustan las chicas. Pensó caminando a paso tranquilo.

Su mente podría estar inquieta, pero jamás demostraría una imperfección en público. No soportaría el "Que dirían". Lo aprendió de su querida hermana. El ex-novio de su hermana le había pegado, Lance vio a su hermana maquillándose el moretón. Cuando le pregunto el porque ella simplemente le respondió: "Los vecinos lo verían, no podes mostrarle a nadie tus imperfectos." Tenia ocho años cuando lo escuchó. Jamás dejo de pensar en eso.

Después de todo las personas son como flores. Y si quería que una bonita jardinera lo tome debía de ser la flor más preciosa de todas.

Se sentía observado, volteo y vio a un chico de piel blanca, cabello negro y ojos violetas. Ojos de un hermoso color violeta, tan bonitos que Lance quería tomarlos y verlos. Ojos que quisieran contar una historia.

Lance forjo una sonrisa, cerro sus ojos y lo saludo con la mano. Después salió caminando rápido. Quería olvidar el martilleo de su corazón. Quería volver a ese chico, empezar a hablar, tal vez llegar a una hermos-

No. Es un chico. Un chico no puede amar a otro chico. ¿Que ejemplo le daría a sus hermanitos? ¿Que dirían los vecinos? ¿Que pensaría Vanesa en el más allá? ¿Que pensaría sus hermanos?

Mañana no estará allí. Eso en parte lo alegraba.

**

Keith quería morir. Pudo sentir como el mundo se detuvo cuando el chico le saludo. Desde ese momento inicio, o tal vez descubrió, que amaba a ese chico. Lo amaba.

Quería ir tras él. Quería ir a pedirle su teléfono, tal vez pedirle una cita. Su corazón palpitaba, con esa idea. Se sentía bien. Aunque tenia miedo.

Miedo de quedar en ridículo.

Miedo de que lo vean como una molestia.

Quería invitarlo a salir, pero tenia miedo de ser rechazado.

Miedo. Que horrible palabra. Le dejaba esa sensación de boca seca con su estomago queriendo vomitar. Debería odiar a ese chico (que ni siquiera sabia su nombre) le daba esa horrible sensación.

Aunque lo amaba. De alguna manera su cerebro amaba del chico de piel dorada. Debería sentir vergüenza porque no conocía nada de ese chico. No sabia ni lo más básico.

Fue en ese momento se sintió solo. Se sentía triste. ¿Por qué? Tenia a Shiro, y dentro de poco estudiaría como piloto espacial (que básicamente era su sueño desde que tenia memoria).

Entonces ,¿por qué se sentía tan triste?

Regaño a su jodido corazón.

**

Lance no paraba de maldecir al clima. Esta vez no llevaba un traje de baño, llevaba en cambio una ropa casual. Antes de la tormenta, estaba trabajando de mesero en un restaurante. Cuando acabo el turno empezó a llover a cantaros. El bar era el lugar más cercano para refugiarse.

Estaba lloviendo demasiado, a Vanesa le hubiera encantado ir a mojarse y enfermarse. "Si ese cabron no la hubiera matado" Pensó Lance. Quiso tomar, ponerse ebrio. Quiso olvidar a Ness desde que se dio cuenta que no podia vivir sin ella. Sin darse cuenta una lagrima traicionera bajo de sus ojos.

**

Keith estaba caminando por la calle con su sombrilla roja. Necesitaba despejar la mente. Había pasado ya casi un mes desde que vivía ahí. Ya había pasado dos semanas desde lo de bar, y no ha parado de ir. Iba todos los dias a la misma hora, casi siempre vio al chico de cuerpo dorado. Ese día justo llovio, eso significaba que él no iría a la playa. A menos que fuera un loco.

Paso por el bar y ahí lo vio. Cerrando los ojos enfrente de la puerta, suspirando, y temblando levemente por el frío, su amor platónico estaba ahí.

"- Hola soy Keith. ¿Quieres que te lleve a casa?

- Em claro. - Diría ese bello chico después de pensarlo.

Ambos caminaron en silencio, cuando súbitamente su enamorado se detuvo. Veía el hermoso mar. Luego el chico le murmuraría su nombre.

Después de eso ambos se besarían."

Keith se quedo estático al otro lado de la calle con lo que su imaginación le presento. Se sentía como un colegiala enamorada. Se mordió el labio intentando saber que hacer. Hacerle caso a su imaginación o ignorar su mente estúpida y continuar con su vida. Decidió apagar su cerebro.

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Lance se estaba cansando de esperar, llevaba ya una hora, pero sentía que llevaba días. Se había quedado sin batería en el teléfono, y ahora lo único que pensaba era en como salir sin mojarse. No llevaba nada encima... tal vez si iba corriendo. Se podría enfermar, no podia permitirse faltar al trabajo. Se estaba pensando muy seriamente comprar un periódico y utilizarlo de sombrilla cuando vio delante de él a un chico de piel pálida, ojos violetas, pelo negro con una sombrilla roja. Se mordió el cachete tratando de saber de que le era conocido.

El chico intentaba hablar, o lo hacia, pero de cualquier forma no le entendía. Suspiro, no quería lidiar con nadie ahora.

- ¿Necesitás algo?- hablo por fin Lance después de los intento del chico pálido.

El chico era más bien un tomate, fue ahi cuando Lance se dio cuenta de quien era.

- Espera, eres el que me mira cuando voy a la playa. - Un defecto es que siempre decía lo que pensaba cuando bajaba la guardia.

Lance casi se hecha a reír cuando vio como ese chico que ya de por si estaba rojo, cuando dijo lo últimos se puso cien veces más rojo. El pobre solo atino a asentir tímidamente.

- Lo siento si te molesto. - dijo en un susurro.

Lance sonrió y con su típico toque de orgullo respondió.

- Mis fans jamás se disculpan cuando me ven.

Esta vez no pudo aguantar la risa cuando vio la cara de desconcierto del "tomate andante". En serio se lo había creído. Cuando levanta la risa el chico también se reía.

Y fue al ver y escuchar esa risa que cayo enamorado. Se rasco la piel asustado de esa idea. Si fuera una chica sin dudarlo si quiera lo abría invitado a una cita, o tal vez incluso a su casa para que conociera a sus algodones de azúcar, así se refería a sus hermanos pequeños. Sin embargo, no era una chica, era un chico.

Aunque debía de admitir, era mejor como chico.

Lance se callo de repente. Todo su ser de repente se lleno de esa idea. Le asusto que no le pareciera mala.

Le asusto que todo su ser parecía pedirle a gritos que se quedara ahi.

**

Keith miro al chico de cuba. El cubano parecía a enterarse de una noticia terrible.

- ¿Estas bien?

Y antes que el cubano pudiera responder dejo de llover. El cubano lo miro a él y luego miro a la calle, como si estuviera debatiéndose que debería de hacer, si debía de huir o enfrentarse a él, escogió huir.

Y fue ahí que Keith maldijo el clima. Su mente aún albergaba la posibilidad de ir tras él, pero esta claro que ese bello chico no le interesa estar con él. ¿Habría hecho algo mal? ¿Debió de seguir a su lado racional y fingir que él no era?

Ya no lo podia aguantar más. Tenia que hablar con Shiro.

**

Lance siguió corriendo, a pesar de que su ser le pedía que se quedara ahí. Paro cuando llego al mar, era un bello mar azul.

Y por primera vez se permitió llorar sin estar ebrio. Era la primera vez que lloraba así desde la muerta de Vanesa.

¿Desde hace cuanto guardaba esas emociones? Si tuviera que pensarlo, diría desde la vez que Jack (su hermano mayor por 4 años) como "broma" lo dejo perdido en una de las calles más concurridas. Fueron dos dias donde lo buscaron. Todos sus hermanos lo buscaron hasta el cansancio (por lo que dijo Ness, hasta Jack ayudo). Al final, después de dos dias lo encontraron. Fue James, el hermano mayor de todos, lo encontró en un callejón. No podia recordar como fueron esos dos dias, la verdad es que no quería recordarlos. Después de llevarlo a su casa y de todas los abrazos y las preocupaciones, Jack le dijo unas palabras que jamás olvidaría "Fue tu culpa, si hubieras dejado de llorar no te hubiera dejado."

Siempre debía de verse bien para que nadie hablara mal de él.

Siempre debía de aguantar lo que sentía para que nadie lo abandonase.

Esas palabras, igual a las de Ness, siempre tuvieron sentido. Ahora dudaba de ellas.

Tal vez por eso lloraba.

O tal vez porque la soledad le cayo como un balde de agua fría.

**

"Y corrió, no le importaba, no le importaba nada. Solo lo quería a él. Si se tenia que quedar en ese lugar que cada vez que veía al chico lo odiaba menos, lo haría sin dudarlo.

La playa era tan hermosa, la arena blanca y su mar azul contrastaban de una bella manera. Lo vio en un muelle. Veí el hermoso amanecer. Vio como su piel llena de infinitas pecas (por alguna razón le recordaban a las estrellas) parecía ser dorada con el reflejo del amanecer. Sin dudarlo se sentó junto a él en el muelle.

- Hola. - saludo de primero, el otro no parecía darse cuenta que estaba ahí.

Se quedaron en silencio, no era uno incomodo, era de esos silencios que parecía decir más de mil palabras. Sin saber como, se quedo viendo los bellos ojos azules, eran más hermoso que el mismo mar.

- ¿Te gustan mis ojos?- dijo Lance, por fin mirándole a los ojos.

- Sí. - ni el mismo sabia de donde había sacado tanto valor.

- Tus ojos tampoco están mal.- se limito a responder.

Ahora ambos mantenían un duelo de miradas, uno donde ninguno estaba dispuesto a apartar la vista del otro.

- Keith.

Llamo su enamorado de repente, era con un tono distinto, casi como un susurro. No pudo evitar tener un escalofrió ante eso.

- ¿Tambien te gusto yo?

¿En que momento se habían acercado tanto? Sentía la respiración del chico de piel dorada encima suya. Da igual, tampoco es que iba a quejarse tampoco.

Estaba apunto de besarlo, cuando de repente, su amado sonaba como su despertador "

Keith se despertó como si hubiera un incendio, apago de inmediato su alarma. Había llegado a su pequeño departamento ayer, por fin habían dejado Cuba.

No sabia como debería de sentirse ante eso.

Si antes de irse alguien le hubiera dicho que se enamoraría de alguien sin conocer nada de esa persona, se hubiera reído en la cara de ese idiota.

Y justo ahora, jamás en su vida lo vería. Keith pensó que seria lo mejor, ya no actuaria como un idiota, pero ahora se sentía de nuevo solo.

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Keith maldecía ahora su suerte, resulta que ese bello chico estaba ahí, enfrente de él. Exigiéndole saber que pasaba en ese lugar. Llevaba a un Shiro casi incociente, pues había estrellado una nave alienígena. Era tal la impresión que dijo lo primero que se le cruzo por la mente.

- ¿Te conozco?

Desde ese momento, no paraba de maldecir esas palabras y su cerebro tardado en reaccionar.

Aunque, tal vez...

- Éramos enemigos.

Mierda. Malditas hormonas.

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Este es el primer cap. Espero que les haya gustado, háganmelo saber con un voto o comentario, la verdad es que me da algo de cringe.

Intente poner el video en la multimedia, pero no me deja, así que les puse el link, perdonen.

Recuerden tomar agua y cuidarse.

Nos vemos en otro cap. Adios.