(no sé, esto teóricamente no es un fanfic perooo me salió del alma)

La tuve, en sus momentos de pura felicidad, cuando reía tan sinceramente, sólo para mí, solo yo la oía reír así...

La tuve, en sus momentos de duda, en esos momentos en los que se sentía tan vacía, pero a la vez tan llena...

La tuve en mis brazos aquella noche fría de invierno en la que sentía que su vida ya no tenía sentido...

Como también la tuve cerca mío en aquellos días primaverales en los que algo entre ella y yo parecía de las cosas más disparatadas e imposibles que podrían ocurrir...

La tuve en sus mejores momentos. La tuve cuando se sentía la mejor, cuando se sentía fuerte e invencible

Pero... También la tuve en sus momentos de tristeza, esos momentos... En los que no cualquiera puede verla así. En esos momentos en los que está vulnerable, decaída, esos momentos en los que piensa que es solo un granito de arena en medio de la isla, un grano insignificante, que todos pisan sin cuidado.

La tuve siendo el ser más puro y angelical que conocí

Como también la tuve siendo el diablo en persona.

Tuve su mejor y su peor versión

La tuve como lo bueno y lo malo.

La tuve como el Ying y el Yang, aún sabiendo que el Ying tenía algo de Yang, y el Yang tenía algo de Ying.

La tuve de maneras que no cualquiera entendería, de maneras que sobrepasan aspectos físicos.

La tuve del todo y no la tuve para nada

La tuve mientras me mentía, y me decía que ella no era como los demás decían.

Pero también la tuve mientras me confesaba llorando que me amaba, y que no quería perderme.

La tuve como es.

Perfectamente imperfecta.

Una tormenta con arcoiris.

Un sueño con una pesadilla en él.

Cómo tocar el cielo mientras ardes en el infierno

Una verdadera piedra preciosa, pero peligrosa.

Ámbar Smith.

La tuve.

Y la perdí por no saber valorar esa perfecta imperfección.

No sé qué es esto we son casi las dos de la mañana déjenme en paz no sé qué me fumé.