Mi más preciado tesoro

Siempre quise mostrar a las demás personas, que cada quien tiene su forma de expresarse. Que en cada acción humana se muestra una parte de nuestro verdadero ser, que cada decisión tomada nace desde lo más profundo de nuestro ser. Que no es lo mismo lo que queremos a lo que tenemos, porque en esta vida a veces esas cosas no van de la mano.

Cuando decidí dejar de lado las apariencias para empezar a ser yo mismo fue una época difícil, donde las constantes críticas y las palabras de decepción me hicieron dudar de mi decisión, más nunca me hicieron declinar ante ella. 

Escribir era lo que me apasionaba, lo que me atraía, lo que me ayudaba. Porque lo mio no era manejar una empresa, lo mio era manejar mi vida y para mi no había nada mejor que darle a conocer a las personas que los sentimientos existen. Que la vida no puede ser monótona, que la vida hay que disfrutarla, que debemos trabajar para ser felices. 

Porque en ese momento no había mayor felicidad que ser yo mismo. 

Cuando mi primer libro fue publicado, las críticas dejaron de ser en torno a mi vida pasada, para pasar a  críticas sobre como yo veía la vida. 

Pero yo no tengo la culpa de verlo de este modo, cada quien elije como ver el mundo, puesto que todos llevamos y tomamos rumbos diferentes,  cada quien pasa por cosas diferentes que marcan nuestra vida y nuestra forma de pensar. Pero a eso me refiero cuando digo que quiero ser yo mismo, quiero expresarme y no tener miedo a lo que los demás digan, quiero que la gente comprenda que debemos respetar a cada persona y que los únicos responsables de lo que ocurra en nuestras vidas somos nosotros mismos y nuestras decisiones tomadas.

Sin embargo, no solo llegaron críticas negativas, sino también positivas, llenas de esperanza, conmoción y comprensión, donde encontré personas que me entendían y que sabían que la vida era dura, pero que si poníamos todo de nuestro ser, llegaríamos a ser felices. 

Por ello, me alegró conocer a Yuuri. 

Lo conocí en una cesión de autógrafos, en una de las tantas librerías de New York. Fui tan feliz al escuchar sus palabras llenas de admiración y respeto hacia mi trabajo, que supe que todo por lo que había pasado había valido la pena. 

Porque Yuuri me dio lo que necesitaba, admiración por mis escritos, no ovaciones y gritos eufóricos por mi persona. Sabía que muchas personas estaban ahí por mi físico, mi estatus o por mi popularidad, pero me hacía sentir bien el saber que también habían personas como Yuuri, que iban a mi por lo que yo plasmaba en un papel. 

Me sentí feliz de conocer a Yuuri, un chico lindo, tierno y tímido que, al igual que yo, quería ser el mismo y no como los demás opinaban que debía ser. 

Pero entonces el tiempo pasó, conocí a más personas con el mismo deseo y parecía estar olvidando al pequeño Yuuri cuando el segundo encuentro ocurrió. 

Recuerdo que tenía que dar una conferencia, estaba nervioso y emocionado, New York University me había dado la gran oportunidad de dar a conocer mi opinión acerca de la vida a personas que empezaban a vivir el mundo real y no podía dejar de pensar que lo que yo dijera podría cambiar y ayudar a esos chicos en todo lo que se venía por delante. 

Por ello, cuando observé a Yuuri sentado en la primera fila de la gran sala de conferencia, no pude evitar sonreír, suspirar y poner manos a la obra, esperando volver a conmover y enseñar algo a ese chico y a todos los demás. 

La conferencia terminó y el rector de la universidad me presentó a Yuuri Katsuki, estudiante de intercambio en la carrera de Escritura creativa, con un promedio excepcional y un gran potencial para ser un gran escritor. Yuuri era tan tímido, que no pudo evitar sonrojarse ante los halagos de su director. 

Conversamos por mucho tiempo, compartimos ideas, reímos y nos despedimos con una gran sonrisa, después de todo habíamos intercambiado números. 

Las pláticas por mensajes o llamadas no se hicieron esperar, tomando la iniciativa yo mismo. Era tan fácil y tranquilizador hablar con Yuuri, que para ese momento no sabía que era lo que sentía por él. Sólo sabía que quería saber más de él. 

Para nuestro tercer encuentro pasó mucho tiempo, debido a mi agenda y sus estudio. El tercer encuentro fue especial, porque se habían intercambiados los papeles. Ahora yo era el chico tímido que se acercaba a pedir un autógrafo, después de todo estábamos en la presentación del libro de Yuuri. 

Para ese entonces sabía que estaba loco y perdidamente enamorado de ese chico, y no pude hacer otra cosa más que decirle mis sentimientos a él, después de todo eso era lo que nos había llevado a ese momento, el ser nosotros mismos y dar a conocer nuestros sentimientos. Por ello fui tan feliz al saberme correspondido. 

Nuestros ideales y metas nos llevaron a la decisión de no ocultar nuestra relación, no temíamos a los demás porque para nosotros solo existía el "Tu y yo", no existía nadie más en nuestra relación. 

El apoyo de nuestros seguidores fue más de lo que pensábamos, fue de gran ayuda para mi pequeño Yuuri quien, a pesar de luchar contra los demás, algunas veces parecía perder esa convicción y se refugiaba en mis brazos esperando tener consuelo y amor, porque después de todo el miedo también es un sentimiento y llega el punto en el que sale a la luz. 

Quien diría que una decisión desencadenaría toda una nueva vida, donde los logros, el amor y la felicidad reinaban en el nuevo hogar y que me impulsaban a seguir luchando por aquella persona a la cual amaba y sigo amando. 

Porque después de todo Yuuri Katsuki se convirtió mi inspiración, pero sobre todo se convirtió en Mi Más Preciado Tesoro. 

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-¿Qué es lo que haces? -preguntaba un pelinegro, abrazando a su pareja por detrás.

-Escribiendo lo que Yurio me ha pedido -el de cabellos platinos se dio la vuelta en la silla donde se encontraba para así abrazar a su amado. 

-Me encantaría saber que es lo que has escrito -tomó asiento en las piernas de su marido y dando vuelta con la silla, se dispuso a leer. 

-¿Qué hacen? -preguntó el pequeño rubio, entrando al estudio. 

-Acabo de terminar de escribir lo que me has pedido -contestó Viktor, asiendo una señal para que su pequeño se acercara. 

-Yo también quiero leer -dijo antes de subirse a los brazos de su "mami" y comenzar a leer. 

-¿Para que vas a necesitar esto? -preguntó Viktor luego de un rato, no queriendo interrumpir la lectura de esos dos. 

-No lo sé, haremos una actividad en la escuela, solo se que la maestra nos pidió los escritos de como se conocieron y se hicieron pareja, conociendo la versión de ambos -respondió el rubio  sin despegar la vista del computador. 

-Ya casi termino el mio, así que esperen pacientemente para poder leerlo -con eso dicho, Yuuri se retiró a terminar su trabajo. 

Viktor y Yurio se quedaron en el estudio, poniéndose ansiosos ante la perspectiva que tendría el azabache ante los sucesos del pasado. 

-Esto va a ser interesante -susurró Viktor emocionado por conocer la versión de su esposo. 

-Tu has sido muy cursi en tu relato, seguro el de mamá será aún más -el pequeño se cruzó de brazos. 

-Tu mejor que nadie sabe que nosotros plasmamos no solo hechos, sino sentimientos, ya deberías estar acostumbrados -Viktor abrazó a su pequeño -Además tú también eres más expresivo cuando escribes-. 

-Calláte -dijo antes de corresponder el abrazo de su padre. 

Después de tanto tiempo, seguía siendo feliz, seguía siendo él mismo y tenía a dos personas a las cuales amaba con locura. 

¿Qué más podía pedir? Seguir al lado de esos dos por mucho más tiempo, porque eran su más preciado tesoro a los cuales debía cuidar. 


Quería hacer un OS con el título de este, el problema era que tenía el título pero no el concepto ni la historia a contar. Entonces, como en muchos otros de mis relatos, la psicología se hace presente. Es increíble pero a la vez aterrador cuando te das cuenta que no solo estudias psicología para lograr entender a los demás, si no que te comprendes a ti mismo y te empiezas a cuestionar que es lo que en verdad quieres. 

En mi vida he hecho cambios, a base de mis estudios, donde me he analizado y he aprendido a saber cuando es el momento de decir "no te metas en mi vida" y empezar a tomar el rumbo de ella, donde me he dicho "me vale lo que los demás digan, yo quiero ser feliz y haré lo que yo quiera" obviamente sin perder la ética y el juicio.

Entonces me doy cuenta que ahora soy más feliz, porque soy simplemente yo. 

Necesitaba decir esto, desahogarme y darme a conocer. No pediré perdón por poner esto, pero pediré perdón por hacerlo muy largo, a veces me salen solas las palabras y no puedo parar. 

Espero que les haya gustado este OS, recordando que aún hace falta el punto de vista de nuestro Katsudon. 

Nos leemos pronto, los quiero mucho. ByeBye 💖

PD: Gracias por seguir a mi lado a lo largo de estos 26 relatos 😘

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