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• AU • Smut •
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El sonido de su celular lo asustó, se apuró en agarrarlo creyendo que se trataba de la alarma. Se sentó y entreabrió los ojos, cerrándolos de vuelta debido al golpe que tuvo con la iluminación cegadora de la pantalla. — '¿Cogemos?' — leyó aún medio dormido. Bostezó y dejó su celular en la repisa. Era un mensaje, un simple mensaje de ¿SU PROFESOR?
Salió nuevamente de la manta que lo envolvía y agarró rápidamente el teléfono. ¿Qué fue lo que leyó? Volvió a releer ese mensaje, no había ningún error. Era su profesor de la universidad. ¿Hablaba en serio? Se fijó en la hora, eran las una de la mañana. ¿Le habrá pasado algo? Decidió responderle el mensaje. — ¿Dónde estás? — soltó un suspiro, y esperó paciente la respuesta que no tardó ni un segundo en llegar.
'En la calle'. Esa no era una respuesta. Entornó los ojos y decidió llamarlo. Miró a su alrededor, viendo lo oscuro que estaba todo. Hasta que por fin le contestó. — ¿Hola? ¿Cogemos? — y de nuevo esa propuesta extraña.
— ¿Uzui sensei? ¿Se encuentra bien? ¡Son las dos de la mañana! ¿Dónde estás? ¡Estás ebrio! — Zenitsu habló llenándole de preguntas, aturdiendo a la persona del otro lado de la línea.
— Hey, ¿eres mi mamá? Lo siento, ma, no quiero coger contigo. Me equivoqué — respondió arrastrando las palabras.
— Uzui sensei, estás ebrio. ¿Qué sucede? — se apresuró en preguntar antes de que cuelgue, le causaba inquietud. ¿En verdad quería cogerlo?
— Ow, nada... Solo que estoy muy solito, en medio de la calle y necesito a alguien con quien pasar la noche. Mis novias me terminaron y yo... yo — ¿acaso estaba sollozando? Oh por Dios, esto era realmente extraño.
— Mándame tu ubicación y voy por ti. Quédate allí, no te muevas y no abuses de nadie — advirtió, colgando el teléfono para esperar su mensaje. Se levantó, calzó sus zapatillas de felpa y se colocó su abrigo. Se peinó y agarró las llaves del auto, teniendo la ubicación de su profesor en manos, salió en su búsqueda.
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Abrió los ojos al escuchar unos ruidos extraños, frunció el ceño y se irguió, sentándose en aquel sofá que no era suyo. Oh, estaba desnudo, ¿en verdad había cogido anoche? Ese pensamiento lo hizo sentirse satisfecho. Escuchó un carraspeo y se giró a ver a la persona que estaba haciendo ruido en un principio, alarmándose y agarrando una almohadita del sillón para taparse su zona íntima. — Hey, buenos días, profesor galán — saludó un chico de hebras azuladas, quien lo estaba mirando fijamente con una taza de café en manos.
Uzui se descolocó, estaba sorprendido y asustado. Lo señaló y abrió la boca para hablar. — ¿Qué hago aquí? Espera, eres mi alumno — comentó confundido. El chico sonrió y asintió con la cabeza.
— Tenías ganas de coger y aquí estás — respondió como si nada, asustando aún más al profesor. Soltó unas risitas y lo escaneó con la mirada.
— ¿Cogí contigo? Oh por Dios, no sabes cuánto lo siento... Yo solo envié un mensaje a todos mis contactos... No es que haya sido algo personal, pero... — quiso explicarse, se sentía un poco incómodo al ver que el chico le sonreía burlón y no apartaba la mirada de su cuerpo desnudo.
— Oye, tranquilo, profe caliente. No cogiste conmigo, tampoco es que me gustes. Ni hubiese dejado que me metieras esa cosa — contestó, sorbiendo el café de su taza. Uzui frunció el ceño y lo miró confundido.
— Me alegra escuchar eso... ¿Cómo te llamas? — preguntó aún desconcertado, haciendo unos ademanes con las manos.
— Inosuke. Hashibira sama para ti — respondió señalándolo. — Profesor Uzui, es usted muy grande — comentó utilizando sus manos para explicarse mejor. Uzui hizo una mueca.
— Si no cogí contigo..., ¿cogí con alguien más? ¿O por qué estoy desnudo? — preguntó con cuidado. Inosuke soltó unas risitas, se giró para buscar más comida dentro del refrigerador cuando otra persona apareció, llamando la atención de Uzui. Aquel chico iba saliendo de una habitación para desayunar.
— Hola, profesor Uzui. ¿Cómo estás? ¿Ya se encuentra mejor? — preguntó otro alumno suyo. Uzui se descolocó y lo señaló. — Nop, usted y yo no nos acostamos — aclaró, levantando las manos para calmarlo. Su profesor asintió con la cabeza.
— Y si no hice nada con nadie, ¡¿entonces por qué estoy desnudo?! — exigió explicaciones, molestándose al ver cómo esos dos chicos se reían de él, hasta que apareció otro, captando toda su atención.
— Pasa que apenas llegamos aquí, tú empezaste a quitarte la ropa enfrente de nosotros, hiciste unos movimientos así, con tus caderas — explicó, imitando los movimientos que hizo el profesor. — Y te lanzaste al sofá para quedarte profundamente dormido. Bebiste mucho — señaló el rubio, quedando frente a él.
— Entonces no cogí ni contigo — respondió confundido. El trío de amigos entrecerraron los ojos, este hombre tenía cierta obsesión con el sexo. — Uff, qué bueno escuchar eso... ¿Hice un baile dices? — preguntó algo avergonzado. Los chicos soltaron unas risitas.
— Bueno, no te avergüences, todos somos hombres, conocemos lo que llevas allí abajo — comentó Inosuke, sirviendo café a su amigo. — Gonpachiro, ¿quieres descongelar la carne por fis? — pidió, dirigiéndose a su amigo. El mencionado asintió con la cabeza y decidió ayudar a preparar más comida.
El profesor estaba mirando un punto distante, se acomodó en el sofá y soltó un largo suspiro. Esto era demasiado incómodo, estaba desnudo frente a sus tres alumnos. Su vida ya no sería igual, había perdido la dignidad. Ya no lo respetarían. El rubio lo miró con una ceja levantada, sonrió divertido y rodó los ojos.
— Tanjirou, ¿cuánto falta para que las clases empiecen? — Zenitsu se giró para ver a su amigo, no había visto la hora y él aún seguía en pijamas.
— Exactamente, quince minutos — respondió mirando su reloj. El rubio asintió y señaló a su profesor.
— Tengo tu ropa en mi habitación, ven. — dijo, caminando de vuelta en dirección a su dormitorio, Uzui se apresuró en seguirlo, mientras seguía cubriéndose sus partes íntimas con esa almohadita de zorrito. — Vuelvo enseguida — habló, dirigiéndose a sus amigos para ingresar de una vez a su habitación luego de que su profesor se haya instalado. Cerró la puerta detrás de él y se acercó.
— Wow, ¿entonces fuiste a buscarme? — tanteó, agarrando sus prendas que estaban sobre el sillón del rubio. Zenitsu asintió y se sentó en el borde de su cama, mirando cómo Uzui se colocaba su ropa interior. Se ruborizó y se mordió el labio inferior. — Bueno, la idea era coger con alguien, nadie me contestó más que tú — confesó, colocándose su camisa y sentándose a su lado.
— Fue extraño... Bastante perturbador de hecho — comentó, girándose a verlo. — No sé que te habrá pasado, pero de seguro fue algo muy malo para querer tener sexo con cualquiera — añadió, mirando cómo este se abotonaba la camisa. También tenía que estar preparándose para ir a clases, pero algo lo mantenía atraído hacia el albino que tenía a su lado.
— ¿Y por qué tienes mi ropa en tu dormitorio? — tanteó sonriendo socarrón, mirándolo divertido. Zenitsu entreabrió los labios y soltó unas risitas.
— Bueno, ya te lo dije, pero no tengo problema en repetirlo. Es una explicación igual de ridícula que el baile que hiciste. — respondió con burla, avergonzando a su profesor. — Cuando llegamos, empezaste a recorrer todo el departamento, despertando así a mis amigos. Mientras lo hacías, ibas quitándote la ropa, dejando cada prenda en cualquier parte. Luego vino el bailecito... — explicó sonriendo burlón, rió divertido al ver las mejillas rojas del albino.
— Sí... Supongo que se acabó, todo por solo querer acostarme con alguien. — murmuró, viéndose molesto consigo mismo. — ¡Les di un show de striptease gratis! Eso no se vale, ahora sacaremos cuenta — señaló indignado, descolocando al rubio.
Zenitsu soltó unas risitas y ladeó la cabeza, recorriendo el cuerpo de su profesor con la mirada. Se acomodó y sujetó la tela de la camisa blanca al ver que aún no había cerrado por completo. Uzui lo miró atento, inclinándose más hacia su rostro, el chico rubio era bonito. Observó su cuello y su hombro, la tela de su camiseta era floja, exponiendo la piel de esa zona. Tragó saliva y ladeó la cabeza una vez que se acercó lo suficiente. Rozó con su nariz el hombro desnudo, sobresaltando al chico. — ¿Aún quieres hacerlo? — tanteó bajando la voz.
Uzui lo sujetó de la cintura para subirlo por completo en la cama, se ubicó sobre él y se inclinó para probar su cuello con ansia. Zenitsu jadeó y empezó a desabotonar de nuevo lo que había abotonado. —Hah... Diez minutos — susurró al albino, quien asintió, bajando las manos para agarrar sus muslos y abrir sus piernas. El rubio llevó sus manos al torso desnudo de su profesor para tocarlo, se sonrojó al recibir un beso fogoso por parte de él y empezó a buscar contacto con su entrepierna.
Uzui aumentó la intensidad del beso, subiendo de nuevo sus manos para llevarlas a la espalda de Zenitsu, acariciando esa zona para luego ir bajando hasta llegar a sus nalgas, apretándolas fuertemente, atrayendo el cuerpo del chico al suyo — ¿Tienes un preservativo y un lubricante? — El rubio se apresuró en abrir un cajón de la cómoda que había al lado de su cama, buscó con sus manos y agarró unos cuantos sobrecitos que suponía era lo que estaba necesitando. Uzui agarró uno y lo abrió con los dientes para sacar rápidamente el envoltorio, volvió a besar el cuello del chico, dejando unas marcas rojizas mientras se colocaba la protección. El rubio se desesperó al no encontrar el lubricante, pero finalmente lo halló.
Zenitsu lo miró con los ojos humedecidos, brillantes y con las mejillas encendidas. Estaba demasiado excitado. Levantó un poco las caderas, permitiendo que Uzui le quite la ropa interior. El profesor humedeció sus dedos con ese líquido espeso y los llevó a la entrada del chico, introduciendolos de a poco con abundante lubricante. El rubio echó la cabeza hacia atrás y arqueó la espalda. Se movió inquieto, pero se sentía preparado — Mételo — suplicó, mordiéndose el labio. Uzui decidió obedecer.
Apresó al albino entre sus piernas y apretó los labios al sentir cómo finalmente ese miembro se hacía lugar en su interior. — Hah... — Uzui jadeó, sujetando con fuerza las caderas del chico para empezar a embestir. Zenitsu soltó unos leves gemidos y llevó sus brazos hacia los costados, a la altura de su cabeza para aferrarse a su almohada. Su profesor se inclinó para volver a besarlo, embistiendo con más fuerza, provocando que el rubio empiece a emitir sonidos más elevados.
— ¿Zenitsu? ¿Ya estás? Tenemos que irnos — habló su amigo detrás de la puerta. Alarmándolos, no podían dejar de emitir sonidos obscenos. Tanjirou frunció el ceño.
— Haah. Sí, ya voy...— respondió Zenitsu, tapando la boca de su profesor, quien a su vez, hizo lo mismo con él. El rubio mordió esa mano una vez que llegó al clímax, sintiendo el líquido tibio sobre su vientre. Acarició la espalda de Uzui y descansó un poco.
El albino respiró profundo, se había venido también. Se recostó encima del chico para relajarse, cerrando los ojos al recibir esas caricias en su espalda. Le dolía la mano, tenía la marca de una mordida allí, pero estaba satisfecho. Zenitsu lo agarró del rostro y sonrió, era demasiado excitante ver a su profesor de ese modo, entre sus piernas, con las mejillas encendidas y el cuerpo caliente. Una fantasía hecha realidad. Dejó unos cuantos besos en sus labios y le dio unas palmaditas en el brazo indicándole que se separe un poco de él.
— Eso fue maravilloso. Eres asombroso — halagó Uzui, quien seguía acostado en la cama, viendo cómo el rubio empezaba a vestirse. Zenitsu se ruborizó y sonrió, estaba orgulloso de escuchar esas palabras.
— Tú no te quedas atrás, Uzui sensei — contestó, peinando sus cabellos. El profesor sonrió y lo recorrió con la mirada. — Lo hiciste bien — opinó, agarrando su celular.
— ¿Egh? ¿Bien? Eso no es todo lo que tengo. Deberías quedarte un poco más, así cambiaremos ese 'bien' a un 'excelente' o 'magnífico'. — respondió, sentándose en la cama. Zenitsu soltó unas risitas y negó con la cabeza.
— Tengo clases, y supongo que tú también — comentó, acercándose a él. — Pero... podríamos coordinar un día para que me muestres todo lo que tienes — sugirió, cruzando sus brazos. Uzui ladeó la cabeza y asintió.
— Está bien, sería genial. Me gusta como piensas — señaló, levantándose también. Zenitsu lo miró de pies a cabeza, ruborizándose de nuevo, le dio la espalda y abrió la puerta.
— Bien, sal pronto que tenemos que irnos — dijo, saliendo finalmente de allí. Inosuke y Tanjirou lo miraron con complicidad. Soltó un suspiro y se sentó con cuidado al lado de ellos.
— ¿Qué pasa, Monitsu? ¿No puedes sentarte bien? — tanteó burlón, comiendo su sándwich de carne. Se estaban atrasando, pero esperarían un minuto más a que el profesor esté listo.
— Estoy bien, ¿sí? — contestó rodando los ojos, se sirvió café y lo bebió, mirando cómo Uzui salía de su habitación ya bien vestido. — Eso fue rápido — murmuró.
— ¿Qué cosa? ¿Hablas de lo veloz que fue para vestirse o lo rápido que fue para que llegaras a un orgasmo? — murmuró Inosuke, provocando que Zenitsu se atragante. Tanjirou se escandalizó y miró a su amigo rubio con asombro. ¿En verdad lo hicieron en diez minutos? Se escandalizó, pero se interesó.
Uzui le quitó la taza de café a Zenitsu y bebió de ella, mirando cómo el chico rubio trataba de recuperar el aire luego de casi ahogarse. — Ya es tarde.— habló, dejando la taza sobre la mesa. — Bien, gracias por permitir que me quede a dormir aquí — se dirigió a Inosuke y Tanjirou. — Y gracias por guardar mi ropa — murmuró socarrón dirigiéndose al rubio, le guiñó un ojo y salió.
Zenitsu se ruborizó, chasqueó la lengua e ignoró las miradas burlonas de sus amigos.
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• La vez pasada vi, casualmente, la película 'Amigos con derechos' de Natalie Portman y Ashton Kutcher, vi una escena y no pude evitar imaginar lo que serían Uzui y Zenitsu en tal situación. Entonces dije, Why no? Y aquí el resultado xd •
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