Luna creciente
La familia Tsukishima se encontraba cenando tranquilamente mientras disfrutaba de la serie cómica en la pantalla o al menos dos de ellos, el menor se encontraba escribiendo en su teléfono con una ligera sonrisa casi invisible en el rostro.
-Si querías hablar con Tadashi, pudiste haberlo invitado- Una dulce mujer sonrió al notar al menor de sus hijos con aquella sonrisa al mirar el celular.
-No estaba hablando con...-
-Mientes horrible Kei- Comento al aire Akiteru sin necesidad de ver a su hermano.-No es necesario mentirnos. Lo sabemos.-
-¿Saber que?-
-Vamos hijos...no es ningún secreto.-La única mujer en la estancia acaricia la mano de su hijo menor con ternura.-Tu amor por Tadashi es demasiado hermoso.-
-Tienes todo nuestro apoyo, incluso papa lo ha notado. Pero como es Tadashi no tiene ningún problema, aunque le extraña.-
-Pero es normal...que a tu hijo le gusten los hombres sorprende a todos, pero todo saldrá bien así que...¿Cuanto tiempo llevan juntos?.-
Kei se quedo mirando a su madre y a su hermano, abriría la boca por lo sorprendido que estaba, pero eso era estúpido, por ende la mantuvo cerrada. Aun así, sus ojos mostraban clara confusión.
Su hermano y madre hablaban en la mesa con total tranquilidad, sobre citas, relaciones, besos, incluso hablaban de la conversación para cuando papa llegara a la casa; para dejar todo claro, ya que el tema de la homosexualidad no era algo que encontrara del todo normal, pero como era su hijo prometió apoyar a Kei en su romance.
Todo era dulce, sincero y con un cándido sonido a primavera a pesar del frió invierno que los rodeaba, pero había un solo problema.
-Yo no estoy saliendo con Yamaguchi-
Tras decir aquello, ambos adultos en la mesa miraron de golpe a Tsukishima, buscando una señal de mentira, de una broma, pero no había nada, solo total sinceridad.
-Pe..pero...tu...tu y el-
-Kei. Nosotros...-La madre miro a su hijo y con timidez continuo.-Lo siento hijo, no queríamos incomodarte...es solo que..
-¿Porque?- La pregunta fue casi un susurro mientras el rubio pensaba en lo que su familia dijo.
-Tus acciones creo- Comento Akiteru mientras desordenaba su cabello.- Antes pensábamos que era solo porque eran grandes amigos, pero...ahora estas en tercero, a punto de graduarte y..la relación cambio...digo...hay cosas que haces muy diferente a como tratas a tus otros amigos...perdón no queríamos insertar ideas erróneas.-
No, ellos se equivocaban. No le insertaban ideas erróneas.
Después de todo, no eran los únicos que pensaban así, sus ex-compañeros, sus amigos y hasta el mismo, se estaba preguntando que eran.
Tsukishima Kei estaba pensando aquello hace ya varias semanas, desde aquel día en que por primera vez se había atrevido a romper aquella barrera que se había construido, desde que se había acercado mas de lo que debía, desde esa noche en que no pudo evitar tocar esos labios contra los suyos en un arrebato de emociones silenciosas.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Era aun otoño cuando ocurrió.
Habían sido invitados nuevamente por Nekomata, para el entrenamiento en conjunto de las escuelas. Ya era normal que ocurriese, una perfecta mezcla de entrenamiento y amistad se creaba en esos campamentos; y los cuervos de tercero no le eran ajenos, después de todo habían crecido con esos partidos, con esos rivales y con los consejos de aquel gato sabio.
Y quizás era ese crecimiento lo que causaba tanta melancolía entre ellos.
Porque a pesar de tener una extraña relación de burlas, rivalidades, apoyos y alegrías; los 5 de tercero eran solo un grupo de niños que habían crecido juntos, que se habían unido de tal forma en esos tres años, que era imposible imaginarse algo sin estar todos juntos.
Pero la realidad era diferente, se separarían, por eso era parte de crecer.
-Tsukki, ten-Una voz cálida saco al rubio de aquella burbuja, permitiendole admirar aquellas resplandecientes estrellas, adornando un sonrojo leve por el ejercicio.-No debes olvidar hidratarte y estirar al terminar.-
-Si, gracias.- Tomo la botella, acariciando la piel de la mano contraía, manteniendola allí mas tiempo de lo necesario.-¿Donde están esos idiotas?-
-Es nuestro penúltimo día, mañana es la barbacoa y bueno..quieren practicar hasta el ultimo aliento.-Tadashi sonrió, mientras empezaba a estirar su cuerpo, marcando aquellos músculos formados tras los años y que deseaba mantener, aunque lo dudaba, ya que al terminar el colegio dejaría el voley.-Ademas...quieren permanecer juntos antes de su separación.-
Tsukishima observa a Tadashi, notando aquel anhelo en sus ojos, aquella preocupación agonizante en su corazón. Esa bondad, esa empatia, eran cosas que realmente apreciaba; por eso no pudo evitar abrazar a Tadashi por la espalda, ignorando si había gente observando y encargándose de sentir los brazos de Yamaguchi envolver los suyos.
-Tranquilo...es solo que...- Dio un pequeño suspiro acercándose aun mas al cuerpo del mas alto.-Sera extraño no tenerlos juntos...pensar, que nos separaremos es...melancólico.-
-Si, sera raro ver al rey sin su reina...pero...los idiotas siempre se reencuentran así que no hay que preocuparse.-
Y tras esas palabras, se quedaron allí unos minutos mas, apoyados uno en otro mientras empezaban una conversacion tranquila, que no llevaba a ninguna parte, solo a suaves caricias, miradas tímidas y sonrisas sinceras. Gestos que eran ya naturales para ambos jóvenes, pero que ninguno quería preguntar que significaban.
Tiempo después decidieron volver a la realidad, dejando que sus manos rozaran sus dedos hasta el ultimo segundo, solo para mantener esa calidez que ambos amaban en silencio. El rubio se quedo mirando la espalda de su amigo de la infancia, perdiéndolo de vista cuando se reunió con el resto de capitanes y entrenadores.
-Tsukishima. ¿Nos acompañas a un entrenamiento antes...-La joven rubia se detuvo al saber que no era escuchada y cuando vio hacia la dirección de la mirada avellana, se percato de una sutil espalda que se perdía.-Tranquilo, volverá a ti pronto.-
-No es nada de lo que crees.-
La joven rió levemente, la vergüenza y timidez del primer año se habían esfumado, al menos estando con sus amigos y compañeros de club.
Por eso mismo se atrevía a dirigir su palabra más directamente o simplemente comunicar con una acción su pensamiento, como ocurría en esos momentos.
Yachi lo sabía, los había observado y valorado desde primer año, por eso ella sabía cuánto habían crecido sus amigos, cuánto habían aprendido y claro el cambio en sus sentimientos.
Frustraciones, alegrías, rabia, tristeza, calma y más; eran las facetas que lograba apreciar entre los 4 de tercero y con ellas las nuevas, el amor.
Para la joven rubia, las acciones de sus cuatro amigos eran claras y precisas, pero todos ellos ignoraban lo que estaban sintiendo o quizá temían al cambio.
Ella lo entendía, el cambio daba miedo especialmente si con el podías perder a alguien; por eso quería apoyarlos de alguna manera.
Al menos a quienes aún permanecerían juntos.
-Después de cenar los chicos seguirán entrenando...¿Por que no se unen?-
-Mhh...no estaría mal- Respondió, recordando las emociones de Tadashi.-¿Los de primero y segundo también estarán?
-Hay que ver si les quedan energías...pero de seguro aceptarán si es un mensaje de ustedes- Sonrió orgullosa por ello.
-Esta bien...vamos a avisarles a todos.-
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
La cena ocurrió normalmente, como siempre eran esas reuniones de equipos.
Entre risas y gritos alegres, iban enlazando las conversaciones sin preocuparse de algún orden o alguna incoherencia en ellas; solo hablaban sin parar.
En cambio, otros como Tsukishima preferían permanecer lo más callados posible; aunque negar opciones para molestar a la pareja de idiotas era un pecado, así que de esa forma se unía a la conversacion.
Aunque para el, sin notarlo, lo mejor era escuchar aquel dulce tintineo, ver esas pecas moverse, esos ojos ser apretados cuando reía y esa sonrisa adornar aquellos labios.
¿Yamaguchi siempre había sido así de atrayente?
Bueno, desde que entablaron una amistad le encantaba verlo.
Sus ojos brillando de entusiasmo o admiración, su forma de apoyarlo incondicionalmente, su sonrisa alegre, sus sonrojos, esa timidez torpe que en ocasiones era casi infantil, esa determinación a ser mejor para apoyar al equipo, su calidez ante los chicos de primero, su gentileza al comprender y hasta su lado rudo era increíble ante sus ojos.
La forma en que regañaba a los chicos del club, como defendía al resto, como fue la voz de la razón entre Hinata y Kageyama en sus peleas o como cada vez que el mismo Kei se sentía menos, era Tadashi quien se encargaba de buscarlo entre las sombras y regresarlo al cielo despejado, rodeado de pequeñas, pero fuertes estrellas.
-Muy bien...¡¿Quien esta listo para unas prácticas antes de dormir?!-
El grito de Hinata fue seguido de otros varios entusiasmados por la oferta; por ende, al terminar la comida todos rápidamente ordenaron todo para ir a la cancha.
Inclusive Yachi, manager de tercer año, fue junto a sus compañeros; dando suaves saltitos por la emoción. Dejando solos al capitán y al ex-numero 11 en el comedor ante los ojos de los chicos de las otras escuelas.
-Vamos...será muy entretenido- Comento Yamaguchi, mientras tomaba inconscientemente la mano de Kei, dispuestos a ir con el resto del equipo.
-Si...o esos dos mataran a los de primero-Comento el rubio mientras entrelaza sus dedos con los contrarios, sin notar que sus pasos habían empezado a coordinarse.
Ambos jugaron varios sets, acostumbrados a la energía de los otros dos cuervos. Demostrando todo lo que eran capaces y el sueño de quedar en la memoria de quienes serían los sucesores de aquel nido en reconstrucción.
Sucesores que estaban allí, observándoles con un destello de admiración al ver como los 4 chicos de tercero no se rendían y continuaban luchando por el ultimo punto del set. Incluso quienes participaban con ellos en la cancha sentían esa necesidad de verlos, de no saber a quien apoyar, solo esperar a que todos ganaran a pesar de estar en diferentes lado de la cancha.
Finalmente, el ultimo punto de aquella practica fue para la pareja de oro del Karasuno.
El castaño se acerco a su amigo de la infancia para chocar los cinco por el buen partido, pero hubo algo diferente o quizás no, pero por primera vez todos lograron observar aquel destello en los ojos avellanas del rubio, ese brillo que solo existía cuando miraba al dulce capitán del Karasuno, ese brillo secreto de aquel cuervo nocturno.
Brillo que siempre era acompañado por una sonrisa pequeña que se mantenía cuando entrelazaban sus manos y juntabas sus frentes, para mirar al otro con devoción.
Algunos jóvenes se sonrojaron y otros apartaron la mirada, siempre que sus senpais actuaban de esa forma se sentían algo avergonzados, porque no sabían como actuar o responder ante aquellos gestos. Era como ver a un par de amantes con años de conocimiento y al mismo tiempo como si vieran ese cariño inocente de los chicos de primaria.
Una mezcla extraña, pero perfecta para dos chicos que se habían conocido desde niños, que habían madurado juntos y resguardado su confianza en el otro por años.
Cuando ambos jóvenes se separaron, notaron la mirada de todos sobre ellos. Hinata sonría entusiasmado al verlos, Kageyama con clara confusión, Yachi sonrojada al igual que otros varios y los menos tomando todo con naturalidad, como si ya se hubieran acostumbrado a aquellas muestras de afecto entre la luna y la estrella.
-Fue muy divertido...gracias Capitán- Un chico de primero se acerco tranquilo a Yamaguchi, ignorando la mirada fija del mas alto del equipo.-Por dejarnos jugar mas.-
-No es nada, aveces solo hay que hacer lo que queremos.- Y tras esa frase todos los chicos empezaron a exclamar con alegría las jugadas que habían observados, imitando los movimientos y ansiosos en participar en otros partidos y futuros campeonatos.
-¡Hey! Me encanta verlos así de entusiasmados, pero ya es tarde. A descansar que mañana recibiremos una recompensa por el esfuerzo.-
-¡Si capitán!- Corearon al unisono los de segundo y primero antes de desear buenas noches a los mayores dirigirse a sus respectivos espacios.
-Si Daichi-san o Enoshita-san vieran esto le daría un golpe enorme en el orgullo- Comento al aire Hinata, notando la diferencia de respeto.
-Nosotros respetamos a Daichi-san...y a Enoshita-san- Comento tranquilo Kageyama mientras iba al lado del pelo naranja.
-Es verdad...éramos buenos kohais no pueden reclamar- Termino Kei con tranquilidad mientras colocaba su mano en la cadera, ya acostumbrado a hacer aquella acción.
-Lo dudo mucho realmente- Respondió Yamaguchi recordando todas las discusiones que causaron, los problemas con algunos maestro, las notas de Hinata y Kageyama, como se metían sin querer con alumnos de otras escuelas y sin olvidar las escapadas que tenían a campamento y/o escuelas para mejorar; pero sin ningún permiso.
-Jajaja.- Rio claramente la rubia.-Entonces guardaré los balones-
- Aún no, Yachi- Se acercó de un salto Shoyo a la joven, que al verlo tan cerca dio ligeros tropezones hacia atrás.- Con Kageyama practicaremos más y necesitamos que nos des el balón.-
-Emh..no tengo problema con ello, pero...-
-Si pueden, ya se como son.- Respondió el castaño mientras se acercaba a ambos compañeros.- Pero si ella se cansa la dejan ir a dormir, sin reclamos o algún intento sucio para que siga cuidando de ustedes. ¿Entendido?-
Hinata y Tobio se miraron, para luego asentir a lo dicho por su capitán. Con aquellas miradas deseosas de seguir jugando.
-Bien, yo iré a descansar. Kageyama te quedas a cargo, no permitas que ambos se agoten hasta desmayarse, ya que si no se cuidan no podrán jugar mas.- Al decir eso vio como ambos chicos se tensaron. Ah, demonios quería reír.- Pero si hacen todo bien no pasara...nos vemos.-
Tadashi se despidió tranquilo de los tres chicos, notando en la salida como un joven alto le esperaba en la puerta. Su porte elegante y ajeno al resto, pero esa suave sonrisa y esa cálida mano que se entrelazaba con la suya; eran su contraste favorito. Tsukishima Kei siempre había sido su favorito, solo que ahora había algo mas, algo que Yamaguchi temía por completo y por ende, acallaba en sus sonrisas.
Aun así, no negaba aquellas acciones, guardándolas en los mas profundos rincones de su mente y corazón, por si llegaba el día en que ambos tuvieran que ir por caminos diferentes.
-La luna esta hermosa esta noche-
La voz del pecoso sonó melancólica, mientras sus ojos miraban directamente a la luna creciente en el cielo.-Bueno siempre lo es...-
-Las estrellas también lo son.-
-Pero aquí no se ve ninguna.- Comento sonriendo.- La luna no necesita a las estrellas...puede verse hermosa sin ell...-
-Pero ellas están..siempre están allí.- Kei tomo el rostros de Yamaguchi, comprendiendo los pensamientos. Era el miedo, el miedo a separarse y el también lo tenia.
La graduación seria en unos meses y ellos quizás vayan por caminos separados, no se irían juntos al colegio, no almorzaran juntos, no harían pijamadas viendo las estrellas, las llamadas hasta tarde en la madrugada, compartir documentales de dinosaurios, comer pasteles de fresa y papas fritas juntos.
Tomarse de las manos, envolver al otro en en un abrigo mientras se sonreían, juntara sus frentes, envolverse en la piel del otro cuando se sentían tristes.
Simplemente estar juntos.
-¿Aunque nadie las vea?.- Sus ojos cristalizados fueron una cuchilla en el corazón del rubio. Yamaguchi había madurado mucho, había aprendido a ser confiable, aunque según Tsukishima siempre lo fue, pero los miedos mentales siempre estarían.
Porque una persona con baja autoestima siempre tendría miedo de ser olvidada.
-Mira.- Kei le tomo ambas mejillas, acariciándolas con cuidando. Creando constelaciones en aquel rostro, usando las pecas como guía, provocando una sonrisa tímida y un sonrojo en aquel rostro.
Aquel reflejo lo congelo, dejando que las palabras se congelaran en su garganta y sus ojos se fijaran en los contrarios, viendo como estos empezaban a brillar reflejando el cielo estrellado que la cuidad opacaba con tantas luces falsas.
En sus manos tenia una verdadera estrella.
Era como una luz de esperanza.
Era como una dulce y linda fresa.
Era como...
-Tadashi- Lo vio dar un suave salto, observarlo con confusión y un mayor sonrojo. Se notaba que quería hablar, decir algo, quizás enfadarse por no responderla o cambiar el tema, pero no lo dejaría.
Y cuando ocurrió, las luces bajaron, dejando notar una pequeña, pero brillante estrella brillar junto a la luna. Aquella que siempre ha estado a su lado a pesar de las heridas, de las tormentas, huracanes y desvíos.
El único haz de luz que podía ver la verdadera forma de su compañera.
Pareja celestial que miraba con ternura aquel acto puro.
Yamaguchi no entendía lo que había ocurrido, conversaban de algo, luego el miedo llego, y Tsuki, lo había llamado de tal forma que solo pudo quedarse allí, quieto dispuesto a sentir los labios contrarios sobre los suyos.
Labios fríos por el viento nocturno, algo agrietados y torpes. Aun así, sus pieles se acercaban mas, logrando conseguir el calor del cuerpo distante, conectarlo de alguna manera, al mismo tiempo que las manos del rubio seguían acariciando las mejillas contrarias, sintiendo como el el joven de piel similar al cielo, se aferraba a su chaqueta atraiéndolo mas.
Cuando el aire les hizo falta, se observaron desconcertados sin entender que había pasado, pero deseando silenciosamente otro mas, que aquello se repitiera muchas veces mas. Y así fue, sus bocas se buscaron nuevamente en pequeños besos, aprendiendo poco a poco a acariciar los labios contrarios.
Aquella noche se besaron rogando congelar el tiempo.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-Tsuksihima...Tsukishima....¡Tierra llamando al gigante!-
Hinata al no sentirse escuchado golpeo la cabeza del rubio con el libro de matemáticas. Le había pedido ayuda con la materia, ya que por su futuro viaje a Brasil decidió adelantar algunos exámenes y amablemente Tadashi ofreció la ayuda de Tsukishima, quien no pudo negarse a la petición del capitán.
-No sabia que la Tierra era tan...pequeña- Comento al verlo, pero aunque el tono era de burla, el pequeño cuervo se dio cuenta que había algo diferente.
-¿Estas bien? Sueles ser mas cruel cuando estudiamos...-
-Solo pensaba...deberías intentarlo mas seguido.-
-¡Hey! Y yo que me preocupaba...¡Le diré a Tadashi!-
El rubio intento tomar la cabeza de la naranja, pero este lo esquivo rápidamente mientras reía y seguía llamando al pecoso. Incluso tomo la bolsa de Kei y empezó a correr por los pasillos del colegio, causando que el rubio lo siguiera, sin importarle que el resto de alumnos los vieran.
Después de todo, después del primer año, esas escenas no eran extrañas.
Corrieron por el patio, hasta que Shoyo se escondió en el gimnasio. El rubio suspiro, preguntándose porque aguantaba a ese chico y seguía sus tonterías.
Y tras ese suspiro entro al gimnasio chocando frente a frente aquel chico que causaba un revuelto en su mente y que desde el beso no podían actuar como antes. Eran mas torpes, mas exigentes, mas suaves, mas decididos; era realmente un mix fuera de lo común.
-Tsuki. ¿Que paso?-
-Me robo todo...solo iba en busca de lo mio.-
-¿Robar?- Tadashi voltio a ver a Shoyo y al verlo con la bolsa de Tsukishima no pudo evitar reír dulcemente, el lo sabia, sabia porque había hecho aquello y se lo agradecía.- Shoyo...pudiste solo decirle que viniera no era necesario el robo.-
-Pero ha estado en las nubes estos días...no me tomaría en cuenta.-
Comento relajado, entregando el bolso al capitán del Karausno y dejando solos a ambos.
-La petición de estudio...¿Era falsa?.-
-No del todo.- Tadashi tomo la mano de Kei, notando como ambos entrelazaban sus dedos.- Pero...el pensó en ayudarme, aunque no creí que te haría correr así.-
-Si querías hablar solo tenias que decírmelo.-
-Tsuki. Cada vez que decía que debíamos hablar cambiabas el tema, te ibas o ...o...me...me besabas. Y no seguiré tonteando con este tema, no somos niños.-
El rubio solo lo miraba, notando aquellas mejillas sonrojadas, pero esa mirada decidida. Realmente era genial
-Hace tiempo dejamos de actuar solo como amigos y quiero aclarar todo. No es sano para ninguno solo dejar las cosas fluir, ¿Sabes porque?..Porque ambos somos muy pesimistas, al menos con nosotros mismos y si no hablamos las cosas podríamos arrepentirnos.-
"Tus acciones creo- Comento Akiteru mientras desordenaba su cabello.- Antes pensábamos que era solo porque eran grandes amigos, pero...ahora estas en tercero, a punto de graduarte y..la relación cambio...digo...hay cosas que haces muy diferente a como tratas a tus otros amigos..."
Era verdad, desde hace tiempo todo era diferente. Y aquel beso solo aumento sus dudas y el miedo al futuro. Sus padres habían notado el cambio, Akiteru igual, sus amigos; hasta el lento de Kageyama había pensado aquello.
Ellos no estaban saliendo, pero se necesitaban.
Ellos no estaban saliendo, pero se tomaban de la mano al caminar.
Ellos no estaban saliendo, pero amaban abrazarse y robar suaves besos.
Ellos no salían, pero Kei quería compartir su futuro con Tadashi.
-Tadashi.- Y tras eso volvió a besarlo, ignorando lo que estaba hablando con anterioridad, porque era el mismo temor que inundaba su mente, las mismas preguntas y al fin ya tenia las respuestas.
Respuestas que con solo una palabra podían resumirse. Amor
-¡Kei! Esto es serio no quiero...esper...hey..jajaj..déjame..hace cosquillas.- Lo había escuchado decir su nombre y no pudo evitar besarlo mas, besar su rostro, su cuello, su boca. Y seguiría besando cada parte de el, pero aquello no era adecuado en el lugar en donde estaban.
-¿Quieres ser mi novio?.- Pregunto cuando descanso su cabeza en el hueco del hombro y cuello de Tadashi, sintiendo como el contrario se tensaba y luego lo abrazaba con fuerza con un asentimiento tímido.- Desventajas, soy muy...mhhh ¿Salado?.-
Yamaguchi rió, y acaricio el cabello del rubio.- Bueno amos las papas fritas...pero yo soy muy ...dulzón.
-Amo las fresas.-
Y ambos juntaron sus frentes para luego volver a besarse, pero esta vez con la confianza de que era real y no sueño efímero.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Día 1: Beso/Afecto/Relaciones falsas
Y me decidí por los primeros dos jeje
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top