[enchanted]

BUENAS, espero estén teniendo un lindo día.

Les agradezco por pasarse por aquí y leer las historias que comenzaré a publicar.

La canción de arriba es para ambientarse jjj.

[Pareja: Karchez x Axozer]

El aire soplaba lento, revolviendo de forma suave los cabellos bicolores mientras veía la puesta de sol.

Miraba con tranquilidad al sol bajando para iniciar la noche y dar paso a la luna, la única testigo de todas las noches de llanto causadas por un simple nombre.

"Karchez."

—Oh luna, ¿algún día podre tener el valor para contar los sentimientos que abundan en mi corazón?— miro con pesar sus pies.

Si se ponía a pensar desde cuándo comenzó a sentirse tan confundido no lo sabría, quizá era desde que Robleis llegó a Tortillaland o la primera vez que lo vio siendo tan cercano al chamán del pueblo 3. Iba más por la última aunque quizá la opción correcta sería la primera.

Se recostó sobre el césped, dejando que el frío de la noche le inundara cada parte del cuerpo y las lágrimas bajarán por sus mejillas.

Llevaba rato sintiendo que nada le salía bien, todo el mundo se quejaba de él, los tratos amables y cariñosos dejaron de existir por parte de todas las personas que conocía. Ahora toda la atención se la llevaba ese tal Robleis, ¿qué tenía ese tipo que él no? suponía que muchas más cosas buenas y mejores, mientras que él se había vuelto más torpe, más descuidado en absolutamente todo. Tampoco culpaba a la gente por preferir a Robleis. Aunque en realidad los demás no le importaba demasiado su opinión, de la única persona que le afectaba todo eso era de Karchez.

Miro la hora en su reloj, eran las dos de la mañana, al parecer iba a volver a dormir fuera de su casa. Comenzaba a acostumbrarse.

Cerro los ojos listo para que el frío junto a la luz de la luna le dieran un cómodo sueño.

Le gustaba recordar la primera vez que conoció a Karchez, nunca olvidaría la sensación de felicidad inexplicable que sintió al verlo.

Antiguamente cuando aún los 3 pueblos eran uno solo, se organizó una fiesta para celebrar el cumpleaños de uno de los habitantes. Una fiesta con mucha decoración y la música muy bien ambientada, la comida preparada por los mejores cocineros del lugar, se habían lucido.

Se dirigió al sitio donde servían las bebidas para pedir algo de tomar, aún era temprano así que pidió algo ligero, agradeció al chico que le preparo la bebida y dio media vuelta para ir con sus amigos. De la nada fue derribado cayendo de trasero al suelo y tirando la bebida recientemente preparada.

—¡Mierda! ¡Cómo lo siento de verdad!— el chico miro con terror al bicolor en el suelo, ofreció su mano para ayudar a levantarlo, Axozer acepto sin mucha opción.

—Deberias fijarte por dónde vas— comentó con molestía.

—Si, si. Lo haré de ahora en adelante, de verdad lo siento— volvió a disculparse.

—Ya, no te preocupes por eso— le restó importancia a lo sucedido anteriormente —Solo que, ahora tendré que ir por otra cosa para tomar— miró con brazos cruzados el vaso en el suelo.

—¡Ay no! ¡Yo te traeré algo de tomar!— hablo de forma rápida, el bicolor quiso hablar pero fue interrumpido por el contrario —¡No tardaré mucho!— y sin más salió corriendo en dirección al bar que había en el festejo.

Axozer suspiró, no le dio tiempo de decirle al chico lo que estaba tomando. Tal vez ir a la fiesta no había sido tan buena idea.

—Hey—

Una voz a su espalda lo hizo voltear rápido, quedó embobado al ver al chico frente a él. ¿Los dioses habían creado una escultura y le habían dado vida? porqué el chico frente a él parecía haber sido esculpido por los mismos dioses.

—¿Nos conocemos?—

Axozer juró sentir sus oídos ser bendecidos por tan linda voz.

—No lo creo, me parece ser la primera vez que nos vemos— comentó hacia el más alto.

—Me parecía haberte visto antes— murmuró —No importa en realidad. Me presento, soy Karchez— le dedico una sonrisa al bicolor.

El corazón de Axozer latió de manera rápida, su sonrisa era hermosa. —Soy Axozer, encantado de conocerte, Karchez—.

El resto de la fiesta la pasó hablando con Karchez, descubrieron lo mucho que tenían en común y lo bien que sincronizaban. Parecía un cuento de hadas, era como conocer a la persona que siempre esperaste tener.

Miro el papel en su cama con duda, ¿una fiesta? No estaba seguro si se habían equivocado de casa o la invitación realmente era para él, incluso dudaba del "para: Axozer" escrito en el papel.

Hace mucho no iba a una fiesta, se sentía muy nervioso. La fiesta era ese mismo día en la noche y por lo que decía la invitación era obligatorio ir. Suspiro con pesadez, no quería tener a los pueblos tocando su puerta para que fuera a la dichosa fiesta, realmente no tenía otra opción.

(灬º‿º灬)♡

Faltaba una media hora para la fiesta y no le causaba seguridad lo que tenía puesto. Unos jeans negros rotos que se pagaban a sus piernas, una camisa con rayas negras y blancas holgada de manga corta fajada al jean.

Realmente lo que llevaba era algo causal pero la invitación no decía que fuera una fiesta formal. Suspiro por novena vez y volvió a acomodar su cabello.
Sacudió su ropa y se miro por última vez en el espejo, seguía sin convencerle lo que llevaba pero no quería estar otra hora buscando que ponerse.

Salió de su casa y caminó en dirección al lugar que le indicaba la invitación. Tragó saliva al estar frente al sitió, con lentitud entró al establecimiento, vio a la mayoría de gente bailar y beber, algunos drogándose, otros a punto de tener sexo. Apretó su brazo con un poco de incómodidad, estaba a punto de irse pero la mano de Juan sobre su hombro lo detuvo.

—¡Achoo!— habló juguetón.

Axozer miro incómodo al mago, se notaba lo pasado de copas que estaba. —Juan— devolvió el saludo.

—Hace mucho que no te veo, todos pensamos que no vendrías—.

La sinceridad de Juan le había dolido. Solo se limitó a reír nervioso.

Minutos después el mago lo abandonó dejándolo a su suerte. Se adentró un poco más buscando un lugar donde no estuviera nadie para poder pasar aunque sea el rato. Cuando al fin lo encontró se dirigió hasta ahí para sentarse, miró todo el ambiente de la fiesta, parecía que nadie estaba completamente sobrio.

Siguió mirando a todos los de la fiesta, hasta dar con Karchez que parecía hablar muy animadamente con Robleis, su corazón se estrujó al verlos reírse a carcajadas. Miro hacia otro lado con la intención de distraer su mente de los escenarios imaginarios que su cabeza le estaba haciendo crear, inevitablemente las lágrimas descendieron por sus mejillas.

Que patético era.

Se levantó del sitio y caminó hacia la salida, no quería que los demás lo vieran en ese estado y empezarán a pensar que solo era un llorón.

Respiro el aire fresco y comenzó a caminar hasta su casa.

—¡Espera!—

Pretendió no escuchar ese grito, suponía que era para alguien más.

—¡Axo! ¡Axozer, espera!—

Detuvo sus pasos al escuchar su nombre, volteo para ver quién lo estaba llamando. Vio a Karchez correr hasta llegar a él.

El más alto respiro pesado intentando regular su respiración.

—Pensaba que no te alcanzaría— terminó de regular su respiración y se puso derecho viendo al más bajo.

—Que lindo te ves hoy— dijo sin pensar, Axozer se sonrojo y miro avergonzado hacia otro lado. —Eh, quiero decir, me alegro que hayas venido a la fiesta, si, eso— rasco su nuca con nerviosismo y un leve rubor natural en sus mejillas.

—Si, supongo que fue bueno— habló bajito.

Se formó un silencio un poco incómodo por unos dos minutos.

—Bueno, me...me gustaría acompañarte a tu casa— murmuró —Digo, no se ve que estuvieras a gusto en la fiesta y quiero pasar un rato contigo, ya sabes, hace mucho no nos vemos— soltó una risa nerviosa.

Axozer lo miro con inseguridad, ¿sería correcto que Karchez lo acompañara hasta su casa? la pregunta no paraba de repetirse en su cabeza. El mayor vio la mirada de inseguridad en los ojos del menor, quizá no debió preguntarle eso.

—Entiendo si...si no quieres que te acompañe— miro al suelo nervioso dando pasos hacia atrás. El bicolor lo miro alejarse poco a poco, probablemente se iba a arrepentir si no le respondía nada.

—¡Espera!—

Karchez se detuvo y lo miro con atención.

—Si...si me gustaría que me acompañarás— miro sus pies avergonzado. El de corona lo miro sonriente.

Caminó hasta su lado, comenzaron a caminar en un cómodo silencio hasta la casa del bicolor.

No tardaron tanto en llegar hasta estar frente a la puerta de la casa.

—Veo que al fin le pusiste puerta—. Axozer asintió en respuesta.

—Bueno, me alegro mucho poder verte de nuevo. Espero podamos vernos otro día, descansa— dejó un beso sobre su cabeza y comenzó a caminar hacia la aduana.

Axozer sintió su cara arder y su corazón latir frenéticamente, a paso torpe se adentro a su hogar.

Al parecer no había sido tan mala idea ir a esa fiesta.

La semana paso relativamente tranquila, Karchez lo invitaba a salir a minar o simplemente a pasear, no recordaba lo mucho que extrañaba su compañía hasta ese momento. Incluso vio más a sus amigos y de igual forma comenzó de nuevo a pasar tiempo con ellos, no iba a negar que realmente todo eso le estaba haciendo bien.

Solo que aún había un pequeño problema, las interacciones entre Karchez y Robleis lo hacían dudar demasiado. Por una parte el chamán del pueblo 3 lo hacía sentir como en un cuento de hadas pero ese cuento se cerraba abruptamente cuando veía a Robleis y Karchez hablar tan felices, como si a su al rededor los únicos que importarán fueran ellos dos.

Eran las 2 de la mañana y la pregunta no salía de su cabeza, ¿a quién amaba Karchez?.

Por una parte tenía a su corazón que no para de afirmar que Karchez le correspondía cada uno de los sentimientos románticos, por otra parte estaba su cerebro que parecía simplemente quererlo dañar con una triste realidad diciéndole que no había algún sentimiento de amor hacia él.

De nuevo sentía las ganas de alejarse de todo el mundo y volver a estar solo, pero sabía que no era lo correcto, necesitaba compañía ya mucho tiempo paso sin ella para comprobar que no era la mejor opción. Quizá lo mejor solo era alejarse del peliplata por cierto tiempo, solo hasta que dejará de sentir ese tipo de cariño hacia el otro.

Apretó sus labios formando una línea recta, últimamente las desiciones que tomaba no eran las mejores, tenía que pensar un poco más las cosas, todo tiene una solución.

Siguió pensando he intentando sacar una solución a sus problemas hasta que el sueño hizo acto de presencia haciéndolo caer en los brazos de morfeo.

(。ŏ﹏ŏ)

Despertó con un dolor de cabeza poco soportable, miro la hora en el roloj en su buró, eran las 5 de la tarde ¿había dormido tanto? maldijo bajo a la vez que sobaba su cabeza.

Tenía suerte que ese día no había quedado con nadie, de lo contrario estaría en un gran conflicto.

Abrió su intercomunicador viendo todos los mensajes, se percató de los mensajes por privado que tenía de Karchez.

"Fuí a tu casa para hablar sobre algo pero no abriste, ¿está todo bien?"

Sonrío enternecido ante la preocupación Karchez. Un pequeño escenario apareció en su cabeza, donde el mayor iba a decirle que le gustaba. Descartó completamente esa idea, no había un mínimo de probabilidades que pudiera pasar.

Cerró su intercomunicador después de responderle por privado que se había dormido algo tarde y apenas despertó.

Ahora probablemente no iba a poder dormir en la noche, suspiró frustrado.

—¿Una misión fuera del pueblo?— volvió a preguntar verificando que lo que acababa de escuchar era verdad.

La alcaldesa del pueblo 3 afirmó.

—¿Y qué tengo que ver yo?— miro a su "madre" con interrogación.

—Requerian a personas jóvenes de este pueblo y como eres parte de ese porcentaje fuiste uno de los seleccionados— habló con un intento fallido de entusiasmo.

Karchez resoplo. —¿Cuánto tiempo será?—

—Alrededor de 2 días—

—Esta bien, iré. De todas formas no me queda de otra— cruzó sus brazos sobre su pecho. Cris miró a su "hijo", se sentó aun lado de él.

—Tampoco estoy muy contenta de que vayas, no sé que tan peligrosa sea, por favor cuídate— lo miro con preocupación.

Karchez suspiro. —Esta bien, voy a cuidarme. Ya verás que vuelvo sin un rasguño— sonrió con orgullo.

⁽⁽◝( •௰• )◜⁾⁾

Corrió hasta la zona de portales, esperaba no llegar tarde para poder despedirse.

Paso por la aduana y bajo lo más rápido que pudo las pesadas escaleras, pudo distinguir aún a las personas despidiéndose.

Llegó hasta estar frente a Karchez, intentando regular su respiración de forma rápida.

—Mi...mierda— respiro agitado.

Karchez miro con cierta burla al menor.

—Pen...pensé que no llegaba—

Después de unos minutos logró recomponerse y colocó una pequeña bolsa frente al más alto.

—Ten, son solo por alguna emergencia— murmuró avergonzado.

Karchez tomó la bolsa. —Gracias, pero no era necesario— le dedico una pequeña sonrisa.

—No pero, si algo se complica las puedes llegar a necesitar—

El mayor sonrío enternecido. —Grecias, Axo— revolvió el pelo del contrario.

Estuvieron en un pequeño silencio cómodo por unos minutos hasta que el peliplata deicio romperlo. —Axo, hay algo que quiero decirte— nervioso volteo a ver a Axozer, quién dirigió igual su mirada hacia él.

—Dime—

—Bueno, es algo que llevo pensando bastante tiempo. Axo, me...— la voz de uno de los chamanes sonó por todo el lugar indicando que ya era hora de irse. Karchez maldijo en mil idiomas al chamán.

—Dimelo cuando vuelvas, estaré esperando— le dedico una sonrisa.

—Esta bien, te veré en dos días— se despidió.

—Si, nos vemos en dos días—

Vio como el mayor entraba por el portal morado y unas cuantas personas más también hacían lo mismo hasta que se cerró por completo. Soltó un suspiro triste, tenía dos días para prepararse mentalmente y saber que las probabilidades de que sus sentimientos fueran correspondidos eran nulas.

Salió de la zona de portales y caminó hasta su casa. Sentía el pueblo raramente solo, era muy extraño.

(灬º‿º灬)♡

Estaba camino hacia el sitio donde se iba a abrir el portal después de los dos días, iba con el tiempo justo así que decidió caminar con tranquilidad con las palabras de Nia en la mente.
Había hablado con la chica un día antes, decidieron que era buan idea ponerse al día con todo lo que había pasado en la vida de cada uno, y aprovechó para contarle la situacion que tenía respecto a sus sentimientos con Karchez.

"—¿Qué te hace pensar que él no siente lo mismo por ti?—

Axozer quedó en blanco, llevaba tiempo pensando en esa posibilidad pero que la pelirosa se lo dijera le hacía pensar más la situacion.

—Bueno, sin contar lo de Robleis, dudo que se fije en alguien como yo— murmuró con una pequeña tristeza.

Nia lo miro con una gran interrogación en su cabeza —¿Alguien como tú? Axozer, eres una persona maravillosa, tienes demasiadas cualidades, no te menosprecies de esa forma—

El menor miro con tristeza a la mayor. —Aunque yo tuviera todas esas cosas que dices, no hay posibilidad que se fije en mi— recargo su cabeza en su mano.

—Axo, deberías prestar más atención a lo que te rodea, hay cosas tan obvias que no hacen falta decirlas— miro la pequeña sonrisa que la sirena le dedicó."

Si de alguna forma tenía oportunidad con Karchez no debía estar mal hacerse la ilusión al menos por esa vez. No tenía que ser el final de la historia, sino el principio de ella.

Llegó justo en el momento correcto, el portal estaba siendo abierto y las personas comenzaron a salir de el. Busco con la mirada a Karchez pero con tanta gente le era difícil poder encontrarlo, caminó entre la multitud mientras daba pequeños saltos para poder ver.

Estuvo al rededor de 5 minutos buscando hasta dar con una cabellera plateada y una corona oscura puesta sobre ella, se dirigió lo más rápido que pudo hasta el sitio, la sonrisa que tenía se borró casi al instante que pudo divisar como Robleis y Karchez se daban un beso. Su corazón se partió y su mente solo le decía "te lo dije", salió del lugar con lágrimas cayendo por sus mejillas, de nuevo se veía patético.

Escuchaba una voz a sus espaldas diciéndole que se detuviera, sin prestarle mucha atención a la persona siguió caminando a paso rápido para llegar a su casa.

—¡Maldita sea, Axo, detente por favor!—

Sujetaron su muñeca girandolo para estar de frente con la otra persona. Quiso huir al ver quién era.

Intentó soltarse del agarre pero entre más forcejeaban más fuerte se hacía.

—¡Sueltame!— gritó con la voz entrecortada debido al llanto.

Había rogado tanto que no se enamorara de otra persona, que no tuviera a nadie esperando por él. Era muy egoísta, lo sabía, pero Nia le había dado esperanzas que ahora sentía todo derrumbarse.

—No es lo que parece, déjame explicarte— suplicó al menor.

—Ya vi suficiente, no tienes nada que explicarme— jaló su brazo con fuerza soltandose del agarre. —No somos nada como para que me tengas que explicar lo que haces o no haces— limpio de forma brusca sus lágrimas.

Karchez sintió un nudo hacerse en su garganta. —Axo...— miro con tristeza al bicolor.

—Vi todo lo que tenía que ver, me tengo que ir— dio media vuelta y comenzó a caminar hacia los portales con las lágrimas aún saliendo de sus ojos.

El peliplata apretó con fuerza sus puños, si dejaba que el bicolor se fuera ya no iba a tener otra oportunidad. Se volvió a acercar y con valentía tomó su muñeca de nuevo volteandolo quedando cara a cara, agarro las mejillas contrarias y plantó un beso en los labios ajenos.

Axozer abrió los ojos con sorpresa, sintiendo una sensación cálida inundar su pecho.

Karchez se separó y miro a los ojos del menor. —Lo que tenía que decirte hace 3 días, quería decirte que me gustas, me gustas mucho—

Axozer intento buscar alguna señal en los ojos contrarios que le dijera que estaba mintiendo, contrario a eso solo vio seguridad y verdad.

Las lágrimas volvieron a bajar por sus mejillas, la calidez en su pecho y el hormigueo en su estómago le resultaba tan cómodo. Estaba siendo correspondido, sus sentimientos era recíprocos.

Karchez pasó su pulgar por los mofletes del menor retirando las lágrimas.

—Y sobre lo que viste hace un rato, lo que pasó en realidad fue que como la gente se comenzó a amontonar demasiado nos tiraron y términamos cayendo así— acaricio con suavidad la cabellera bicolor.

—¿En...entonces no te gusta Robleis?— hablo en voz baja pero lo suficiente alto para que el peliplata pudiera escucharlo.

—No, bobo. Ya te dije que él que me gusta eres tú— plantó un beso en la cabellera ajena.

—Eso...eso me alegra mucho— abrazó al más alto y escondió su rostro en su pecho.

Estuvieron unos cuantos minutos así hasta que el llanto del menor se calmó. Axozer se separó del abrazo miro a los ojos bicolores del mayor.

—Igual me gustas, mucho—

La sonrisa del más alto fue contagiada al bicolor. Volvieron a abrazarse, pero ahora ambos corazones sintiéndose cálidos.

—¡Vivan los novios!— se separaron de forma rápida al escuchar el repentino grito, viendo a Juan haciando bulla mientras se acercaba con los demás.

—Ya era hora—

—Felicidades chicos—

—Duren—

Y así muchas más felicitaciones fueron llegando. Los últimos en decir algo fueron Robleis y Betra que llegaron agarrados de la mano, ahí es cuando Axozer entendió quién era el interés de Robleis, se sentía increíblemente tonto por nunca haber notado lo que esos dos tenían.

—¡Enhorabuena!— felicita Betra.

—Ya me estaba preguntando cuando se lo ibas a decir, Karchez. Pero felicidades a ambos—

Y así al fin los dejaron solos nuevamente. Se miraron de nuevo a los ojos, descubriendo cuan inmensos eran los sentimientos que tenían por el otro.

Volvieron a unirse en un beso, uno lento, que les hiciera demostrar cuanto se querían y amaban el uno al otro.

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