Urraca.

Personas: Tom Holland y ___.

Edad: Ambos 18 años.

Advertencia: No.

-*-

Me encuentro en casa aburrida. Mis padres se han ido con unos amigos a comer. Han decidido no llevar a los hijos para estar más tranquilos. Por eso me he quedado sola en mi casa y comiendo una hamburguesa y patatas de ayer que he recalentado.

Ahora estoy tirada en el sofá viendo la televisión o mejor dicho zapeando, ya que no encuentro nada con lo que entretenerme. Suena mi teléfono por lo que lo busco entre los cojines sin dejar de mirar la pantalla. Una vez lo encuentro observo el mensaje.

Rubia👩🏼: Paso por ti en 10 minutos.
___: Cómo sabes que no estoy ocupada?
Rubia👩🏼: Lo estás?
___: Nop.
Rubia👩🏼: Entonces por qué cojones pones pegas?
___: Para molestarte😂
Rubia👩🏼: Te odio, pero te paso a buscar igual.
___: Okay y sé que me amas.
Rubia👩🏼:🙄🙄

Lanzo el móvil de nuevo al sofá después de levantarme. Dejo la televisión encendida y subo a mi habitación para buscar algo de ropa en mi armario. Me he duchado esta mañana y lo agradezco porque ahora me daría mucha pereza.

Me visto con lo primero que encuentro, pero que combina, y me lavo los dientes. Al bajar apago la televisión y cojo el teléfono. En la entrada me aseguro de llevar todo antes de agarrar las llaves.

<<Ding-Dong>> En menos de un segundo abro la puerta haciendo que la rubia se sorprenda.

-Veo que me estabas esperando- comenta con una sonrisa pícara.- Soy irresistible.

-Calla y vámonos.

Al salir cierro con llave y lo sigo hasta su coche. Me abre la puerta de copiloto lo cual agradezco antes de adentrarme. Rodea el coche y se sienta de piloto.

-¿A dónde vamos?- le pregunto.

-Casa Holland.

-Bien- digo alegre.

Después de varios minutos nos encontramos aparcando en frente de la casa de la familia Holland. Caminamos por el camino de la entrada hasta llegar al porche. Hazza se encarga de picar mientras yo le envío un mensaje a mis padres para que sepan que he salido.

-Hey- saluda el castaño una vez abre la puerta.

-Hola, tío- saluda Hazza entrando.

-Hola, Tomate.

-¿Cuándo dejarás de llamarme así?- pregunta mientras me rodea con sus brazos.

-Nunca- sentencio.

Me deja pasar y cierra la puerta. Me encamino a la sala, donde supongo que ha ido Hazza, pero me quedo helada en la entrada de esta. ¿Qué cojones hace esta aquí?

-Ay, ay, ay- chilla mientras viene a abrazarme.- Hola, Wamblet.

-Es Wembley, mi apellido es Wembley- le recuerdo como cada vez que nos vemos.

-Como sea. Me alegra verte.

-Y a mí- miento con una sonrisa forzada.

Dirijo mi mirada a Hazza, que está en el sofá, y este hace una mueca mientras se encoge de hombros. Jessica se sienta en su antiguo puesto y comienza a charlar con Hazza. Cuando Tom va a pasar por mi lado lo detengo.

-¿Tiene que estar ella?

-Es mi novia, ___- me recuerda.- Sé que no te cae muy bien pero podrías intentar llevarte bien- lo miro incrédula.- Por favor.

Sin esperar respuesta se sienta entre su amigo y su novia adentrándose en la conversación. ¿Qué lo intenté? ¿Qué cojones cree que he hecho durante los seis meses que llevan juntos? Pero es que es imposible. Esta chica solo quiere el dinero de Tom.

Suelto un suspiro pesado y me siento al lado del rubio. Intento acostumbrarme a su voz chillona y aguada pero no hay manera. Mientras Jessica explica algo Hazza se acerca mi oído.

-No sabía que iba a estar, lo siento.

En cuanto se separa niego con la cabeza restándole importancia. Él no tiene la culpa, la tiene el castaño de su lado quien me mira con el ceño fruncido.

-Voy a la cocina- digo antes de levantarme.

Llevo siendo amiga de ambos chicos desde que teníamos diez años por lo que me comporto como si estuviera en mi propia casa. Bueno, no al cien por ciento pero casi.

-¿Estás bien?- pregunta Hazza detrás de mí.

-¿Tú que crees?- respondo mientras saco un refresco.

-Lo siento, de veras.

-Ey, no es culpa tuya- dejo la lata en la encimera antes de acercarme a él.- No es culpa tuya que esa tipa sea una urraca que solo quiere el dinero de Tom- suelta una leve risa mientras yo posiciono mis manos en sus hombros.- Ni es culpa tuya que Tom sea un gilipollas que no se da cuenta de ello. Y mucho menos tienes la culpa de que yo esté enamorado de él desde hace tres años.

-Debería estar contigo.

-Pero no me quiere- vuelvo a por mi lata.- Quiere a la urraca- suelta una carcajada mientras yo bebo un sorbo.

-Esa urraca es lo peor- comenta entre risas.- No sé como no se da cuenta.

-La urraca y el gilipollas- me encojo de hombros.- Habrá que acostumbrarse.

-No creo poder.

Después de un par de minutos volvemos con la pareja. Jessica al instante se pone hablar sobre todos los regalos que le ha hecho Tom durante los meses de relación que llevan y él nos mira con confusión y curiosidad.

Al rato decidimos salir al patio donde Hazza y Tom se ponen hacer piruetas en la colchoneta y Jessica y yo nos sentamos en el césped.

-Ay, es que Tommy es tan tierno- me dice con su voz chillona.- Es un amor. Creo que me va a regalar un collar de oro. Bueno, se lo he pedido y me ha dicho que lo buscará. Así que sí que me lo comprará.

Miro al susodicho quien al toparse con la mirada de ambas se acerca hasta dejar un beso en los labios de su novia y después me revuelve el pelo. ¿Se cree que soy un perro o qué?

-Y me ha dicho que me llevará a un restaurante súper caro por nuestro próximo mes juntos. Es tan tierno y besa tan bien.

Llega un momento en el que solo escucho el timbre de su voz pero no logro entender ni una palabra. Mi respiración se agita y mis pulsaciones se aceleran. NO PUEDO MÁS.

-¡Me largo!- grito mientras me pongo de pie.

Sin importarme una mierda nada, vuelvo a dentro de la casa y me encamino hacia la entrada. Me paro un segundo a acariciar la cabeza de Tessa quien ha aparecido ahí y abro la puerta principal. Al salir cierro de un portazo.

¿Qué intente llevarme con ella? Eso intento cada día pero es totalmente imposible. Esa chica es una sacacuartos que habla como una urraca y... ¡AGH! ¿Qué cojones tiene ella que no tenga yo? Es insoportable.

-¡___!- escucho que me llaman pero no me detengo.- ¡___!

Tom se interpone en mi camino haciendo que frene de golpe y casi acabe estampada contra él. Su respiración está agitada de correr y me mira con confusión. Por mi parte le dedico una mala mirada.

-¿Por qué te has ido así?- me pregunta.

-¿Por qué me he ido así?- preguntó retóricamente.- ¿De verdad preguntas? Sabes perfectamente por qué me he ido.

-Jessica.

-Sí, Jessica.

-No entiendo por qué no puedes intentar llevarte bien con ella. No es tan difícil.

-Estoy harta, Tom- digo cansada de la situación.- Créeme que lo he intentado, pero es imposible.

-¿Por qué? No es mala persona.

-¿Qué no es mala persona?- y me he vuelto a encender.- ¡Tom, es una puta caza fortunas!

-¿Otra vez con eso?- pregunta molesto.

-¡Sí, otra vez con eso! ¡Estás ciego, Tom! ¡No puedo llevarme bien con alguien que solo quiere tus regalos, que le lleves a restaurantes caros y que te gastes tu dinero en ella!

-Estás celosa y no lo entiendo porque ya tienes a Hazza.

-¿Hazza?- preguntó incrédula. Asiente y yo suelto una risa cínica.- Tienes razón en una de las dos cosas. No tengo nada con Hazza- sentencio molesta.- Pero sí estoy celosa. ¿Y sabes por qué?- niega.- ¡Porque llevo enamorada de ti desde hace tres años!

Sus ojos se abren asombrado y yo niego con la cabeza. No puedo más, se lo tenía que decir o esto acabaría estropeándolo todo. Aunque puede que acabe jodiéndola más.

-No puedo seguir viendo como esta tipa se aprovecha de ti y te saca el dinero mientras tú le das el amor que yo desearía tener- confieso, al fin y al cabo creo que me alejaré de él un tiempo.- Pero da igual. Adiós, Tom.

Paso por su lado para retomar el camino que él me ha obstruido unos minutos atrás. Tengo ganas de llorar, pero respiro hondo y me guardo las lágrimas.

De repente siento como jala de mi brazo para darme la vuelta. Antes de poder reaccionar sus labios se encuentran sobre los míos moviéndose. Sorprendida, tardo unos segundos en reaccionar, pero cuando lo hago le correspondo. Paso mis brazos por sus hombros y tiro de su nuca para profundizar el beso.

-¿Qué ha sido eso?- le pregunto al separarnos. Ambos estamos con la respiración agitada.

-Llevo enamorado de ti un año entero- confiesa rodeando mi cintura con sus brazos.

-¿Qué?

-Comencé a salir con Jessica porque no vi que mis sentimientos fueran correspondidos.

-Al principio se me notaba mucho, o eso me dijo Hazza, pero con el tiempo aprendí a disimularlos por el bien de nuestra amistad.

-¿Hazza lo sabía?- asiento.- ¿Por eso hablabais en susurros o a solas?

-Por eso y para poner a parir a la urraca.

-¿Urraca? ¿Llamas a Jessica urraca?- asiento avergonzada.

Me mira serio unos segundos para después soltar una risa. Lo acompaño en la risa mientras mis manos siguen reposando en sus hombros.

-Eres increíble- murmura con una sonrisa ladeada.- Siento no haberme dado cuenta de que te gustaba y habértelo hecho pasar mal.

-Da igual- bajo la mirada.

-No, no da igual- con su mano eleva mi mentón para volver a conectar nuestros ojos.- Yo te quiero y quiero estar contigo.

Mi corazón deja de latir un segundo para después acelerarse. No puedo creer que Tom me esté correspondiendo.

-Entonces- acerco mi cuerpo un poco más al suyo.- Creo que hay una manera de pedirme perdón.

-¿Qué deje a Jessica? Porque lo haré.

-Sí, eso también, pero la otra es...- sonrío mordiéndome el labio.

-¿Es...?- me incita a seguir. Él también tiene una sonrisa.

-Esto.

Me elevo de puntillas volviendo a unir nuestros labios. Sus manos, en mi cintura, me aprietan más contra su cuerpo mientras que mis dedos se hunden en sus rizos. Perfila mi labio inferior con su lengua pidiendo permiso, el cual le concedo.

En cuanto nuestras lenguas se encuentran una corriente eléctrica recorre toda mi espina dorsal provocando que me estremezca. Nuestros labios se mueven tierna y profundamente.

-Te quiero, ___- susurra contra mis labios al separarnos.

-Te quiero, Tomate- susurro causando una leve risa en él. Lo silencio volviéndolo a besar.

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