¿Desaparecer?
Personas: Tom Holland y ___.
(___ no aparece, sorry)
Edad: Él 23 y ella 22.
Advertencia: Cuarta parte de Yo nunca me retraso. / No.
Nota: Sorry por el gran retraso, es que a habido un acontecimiento (📞) que me ha hecho olvidarme de que me tocaba colgar, pero aquí está. Es todo vuestro.
-*-
Tom.
Londres, UK.
Finales de agosto.
Llevo tres días en Londres. Ya he visitado a mi familia y me he pasado con ellos la mayor parte de estos días. Pero ahora toca volver a ver a mis amigas.
Hazza lleva aquí desde la semana pasada y se ha encargado de decirles que al final me quedaba un mes más. Es mentira obviamente. Pero quería darles una sorpresa.
Tengo pensado ir a casa de cada una. Solo son dos viajes, ya que Inma vive con Rachel y ___ vive sola. Le dije a Hazza que planeara una cena para esta noche pero me adelantaré e iré a sus casas. No puedo esperar a verlas.
Es después de comer en casa de mis padres y de darme una ducha cuando me adentro en el coche para dirigirme a la primera parada. El piso de ___. Voy a ir solo y después, junto con ella, nos iremos a casa de Rachel e Inma. Desde ahí avisaré a Hazza para que venga junto con mis hermanos.
Al llegar al edificio donde vive ___ busco su coche fuera para asegurarme de que está, pero no lo encuentro. Aun así subo, no vaya a ser que su coche se encuentre en otra calle por no haber encontrado sitio cerca.
Agradezco que al llegar a la puerta del portal una señora salga y me deje pasar. Subo hasta el cuarto piso y me acerco a la tercera puerta. Estoy un poco nervioso. Hace meses que no hablamos, ya que nuestra relación debido a la distancia se ha ido enfriando, hasta llegar a esfumarse.
Aun así sigue siendo mi mejor amiga y siempre lo será. Las ganas de verla siguen siendo las mismas o incluso más. Por ello toco el timbre y espero impaciente, dando unos toques con el pie en el parqué del pasillo.
La puerta se abre e intento sonreír lo más amplio posible pero al ver a la persona que ha abierto esta se esfuma. Una señora de unos cincuenta años de tez blanca y pelo castaño ceniza recogido en un moño me mira con sus ojos grises.
-Buenos tardes- saludo confundido.
-Buenos tardes, joven. ¿Desea algo?
-Buscaba a una chica que vivía aquí, pero supongo que ya no.
-No, nosotros somos un matrimonio con un niño de ocho años. Lo siento- me explica con una sonrisa.
-¿Puedo preguntarle una cosa?- asiente.- ¿Sabe algo de la chica que viva antes aquí? Se llama ___ Smith.
-Solo la vi una vez. Fue cuando el casero nos enseñó el apartamento y ella vino a recoger unas últimas cajas.
-¿Les dijo algo?
-No- niega.- Solo nos saludó y se despidió, no fueron ni cinco minutos.
-Oh. Bueno, gracias y siento haber molestado.
-Tranquilo chico, que pases un buen día- se despide.
-Igualmente- digo antes de volver al ascensor.
¿___ se ha mudado? ¿Por qué? ¿A dónde? ¿Se habrá ido junto con Inma y Rachel? Creo que solo hay una manera de encontrar las respuestas.
Vuelvo a conducir pero esta vez hacia casa de Rachel e Inma. Estas viven cerca de donde vivía ___ por lo que no tardo mucho en llegar a su residencia. Es un primero y la puerta del portal está abierta.
Toco el timbre y espero varios segundo hasta que la puerta es abierta por una Rachel en traje. Al verme abre los ojos ampliamente y con una sonrisa me abraza. Le correspondo encantado.
-Tom- dice a modo de saludo.- Hazza me había dicho que no venías hasta el mes que viene- comenta separándose.
-Era mentira, quería sorprenderos.
-¿A quiénes?- pregunta con el ceño fruncido.
-A las chicas, mi familia sí sabía que venía- le explico a lo que me mira aún más confundida.
-Pues será solo a mí, porque a Inma y ___ lo dudo- ahora el confundido soy yo.
-¿Por qué no? O sea, he ido a casa de ___ y no estaba pero supongo que vosotras sabéis dónde está- niega con la cabeza.
-Lo siento, pero no.
-¿E Inma?- pregunto observando dentro.- Ella a lo mejor lo sabe.
-No está aquí- dice captando mi mirada de nuevo.
-¿Cómo?
-Inma se mudó hace unos diez meses más o menos. Le ofrecieron un ascenso pero para ello tenía que mudarse a Dublín.
-¿Inma está en Dublín?- pregunto sorprendido a lo que asiente.- ¿Y ___? ¿Está con ella?
-No. Lo de ___ es todo un misterio- frunzo el ceño.- Tuvimos una cena en la que se le notaba un poco rara y al día siguiente: ¡PUF! Desapareció.
-¿Desaparecer?
-Estuvo días sin dar señales de vida y cuando fuimos a buscarla ya no viva ahí sino una familia. Se fue y no nos dijo nada a nadie. Ni siquiera a Inma.
-Que extraño.
-Lo sé, algo debió pasarle pero nunca la hemos conseguido localizar para saberlo y eso que lo hemos intentado.
-¿Todos?- asiente.
-Pero nadie la encontró.
-Hazza sí- digo haciendo que frunza el ceño.
-¿Hazza la vio?
-No, no. Me dijo que no había podido verla en persona porque estaba muy ocupada pero que sí había hablado con ella.
-Sería hace meses, cuando aún contestaba a los mensajes.
-Fue hace unos siete meses.
-___ lleva sin contestar más de ocho meses. Si le habló solo sería a él. ¿Le dijo dónde estaba?
-No creo, si no me hubiese dicho que se mudó y a dónde. Es probable que le mintiera.
-Bueno, pues me da a mí que hasta que ella no quiera dar señales de vida no vamos a saber nada- se encoge de hombros.- Pero a Inma sí puedes irla a ver.
-¿A Irlanda?- asiente.- ¿Tienes la dirección?
-Sí, pero no quiere que la visitemos, es ella quien viene una vez al mes.
-¿Me la puedes pasar?
-Claro, pero seguro que Hazza también la tiene.
-Aun así, pásamela por favor.
-Voy- saca su teléfono y a los segundos me llega un mensaje suyo con la dirección.
-Gracias.
-De nada- dice con una sonrisa.
-Creo que cancelaremos la cena y le haremos una visita. ¿Te apuntas?
-Me encantaría pero no puedo, trabajo. Ni siquiera podía ir a la cena. Se lo he dicho hace un rato a Hazza- hace una mueca disgustada.
-No pasa nada, otro día será.
-¿Vais a ir a Irlanda ahora? ¿Sin planearlo?
-Esas son las mejores sorpresa- le guiño un ojo antes de abrir mis brazos para abrazarla de nuevo.- Me encantaría quedarme más pero entonces hoy no vamos a Irlanda.
-Tranquilo, me voy en media hora a trabajar, me has pillado de milagro- me explica antes de separarse.- Me alegra haberte visto.
-Lo mismo digo. Quedamos otro día, ¿vale?
-Claro, me lo apunto, ¿eh?- asiento con una leve risa.
Nos despedimos y me vuelvo a adentrar en el coche pero no arranco. Dedico los siguientes diez minutos a organizar un par de cosas para las siguientes horas. Cuando lo completo arranco con una sonrisa.
Tengo un camino de cuarenta minutos de nuevo a Kingston. Estos los dedico a pensar en ___ y en su desaparición. ¿Dónde estará? ¿Por qué se ha ido? ¿Por qué así? ¿Estará bien? Espero con todo mi corazón que se encuentre bien.
-Hazza- lo llamo entrando a mi casa, la cual comparto con mi mejor amigo y mi hermano Harry.- A mi habitación, ya.
Me dirijo hacia ahí escuchando los pasos de Hazza detrás. Una vez dentro saco la pequeña maleta de debajo de la cama y la abro sobre esta. Observo a Hazza de reojo quien está apoyado en el umbral con su mirada clavada en el móvil.
-¿Qué pasa?- pregunta sin mirarme.
-Prepara la maleta para el fin de semana- coloco rápidamente varias cosas en la maleta.
-¿Por? ¿A dónde vamos?- sigue sumergido en su teléfono.
-A Dublín- sentencio.
Veo como Hazza me mira al instante con asombro y algo que no logro descifrar. ¿Nervios? Nah, tiene que ser imaginación mía.
-¿A... A Irlanda?
-Sí, el vuelo sale en dos horas y media, así que date prisa.
-Pero...- lo interrumpo.
-Esto- le quito el teléfono.- Me lo quedo hasta que estemos en el aeropuerto, que siempre te entretienes con él y termino haciendo yo tu maleta.
-Dame el móvil- pide serio.
-No.
-Dame el puto móvil, Tom- frunzo el ceño ante su mirada firme.
-Prepara la maleta y te lo devuelvo.
Mantiene su mirada en mí y noto como tensa su mandíbula. Suelta un bufido y le da un golpe a la puerta antes de salir de mi habitación. ¿Qué mosca le ha picado a este?
Guardo el móvil en mi bolsillo y continúo haciendo mi maleta. No tardo más de diez minutos en hacerla y dejarla en la entrada. Harry está en casa de mi madre por lo que decido enviarle un mensaje para decirle que nos vamos y que avise a mis padres.
-¡Hazza! ¡¿Estás listo?!- grito desde la entrada. Cinco segundos después aparece con su maleta.
- Ya estoy.
-Venga tío, no te pongas así. Vamos a pasar un gran fin de semana- le doy un golpe amigable antes de abrir la puerta.
-Oye, ¿y a Irlanda para qué? ¿Y en qué momento has llamado a un taxi?- pregunta con el ceño fruncido mientras le paso las maletas al taxista.
-Lo he llamado mientras te esperaba en la entrada- explico abriendo la puerta y dejando que entre primero.- E Irlanda pues porque me parece flipante que llevemos aquí años y casi no hayamos visitado a nuestra isla vecina.
-¿En serio?- pregunta con el ceño fruncido. Le digo el nombre del aeropuerto al taxista para después contestar.
-Síp, y porque debo visitar a alguien.
-¿A quién?- pregunta curioso.
-Ya lo verás- sentencio sin más.
-¿Puedes devolverme el teléfono?
-Oh, sí, claro- lo saco del bolsillo trasero. Me lo quita de las manos antes de ni siquiera dejarme devolvérselo.- Estás muy obsesionado con él.
-Puede.
El resto del camino se lo pasa con el teléfono y soltando leve maldiciones. Yo observo por la ventana mientras lo miro de vez en cuando de reojo.
-¿Por qué tantos quejidos?- le pregunto una vez hemos llegado y sacamos las maletas.
-Em... intento hablar con alguien y no le llegan los mensajes.
-Estará sin cobertura.
-Ya, seguramente.
-Vamos anda- le animo con una sonrisa.
-
Hora y veinte minutos. Ese es el tiempo que hemos estado en el aire. Ese es el tiempo en el que mis pensamientos se han ido a Inma y ___. Ese es el tiempo en el que Hazza se ha mantenido inquieto. No sé qué le está pasando.
-Tío- lo llamo una vez salimos del aeropuerto. Agradezco que no haya fans, aunque es entendible, ya que no ha dado tiempo a correr la voz de que nos veníamos a Dublín.- ¿Estás bien?
-Oh... sí, sí. No te preocupes.
Lo miro desconfiado hasta que para un taxi y con rapidez mete la maleta en el maletero y se adentra en él. Imito sus acciones pero más despacio. Una vez dentro le enseño el mensaje de Rachel al taxista y este asiente.
-¿A dónde vamos?- pregunta Hazza una vez me acomodo en mi lugar.
-Ya lo verás, creo que no está muy lejos de aquí.
Hace una mueca antes de volver a su teléfono y escribir con desesperación. Su comportamiento me está carcomiendo la cabeza. ¿Por qué tan nervioso e impaciente? ¿Por qué tanto teléfono?
-Mierda- murmura Hazza a mi lado diez minutos después.
-Ya hemos llegado- informa el taxista.
-Gracias- le digo a este último dándole el dinero.
-Tom- me llama Hazza pero lo ignoro y salgo del coche. Saco ambas maletas mientras mi mejor amigo sale de coche.- ¿Qué hacemos aquí?
-Ya sabes que hacemos aquí, tú ya has estado antes.
-Ya, es que... ¿cómo... cómo lo has sabido?- pregunta y yo observo al taxi alejarse.
-He ido a visitar a Rachel e Inma y me he llevado la sorpresa de que esta última ya no vivía ahí, sino en Dublín. He caído en que cuando la visitaste ella ya vivía aquí, así que le he pedido la dirección a Rachel y aquí estamos. ¿Por qué no me dijiste lo de Inma?
-Se me pasó- responde con nerviosismo.
-¿Se te pasó decirme que se había mudado a Irlanda?- arqueo una ceja.
-Sí.
No me lo creo. Lleva un día muy raro y ahora me inventa esta excusa. Algo ocurre con él e Inma pero no consigo adivinar qué.
-Vamos- me acerco a la puerta de la casa.
-No sé si deberíamos...- le doy al timbre.
-Tarde. Ya he picado al timbre.
La puerta se abre y de atrás de ella aparece una Inma a la que le cambia la cara al instante, de naturalidad y relajo a asombro quedándose atónita.
-Tom- es lo único que dice con su mirada clavada en la mía.
-Hola, Inma.
-H...Hola chicos. ¿Qué hacéis aquí?- intercala la mirada de Hazza a mí.
-Pues quería hacerle una visita a mi segunda mejor amiga pero, como la primera, también se ha mudado. ¿Podemos pasar?- le dedico la mejor de mis sonrisas.
Ella me mira unos segundos antes de dirigir la mirada a Hazza. Está debatiéndose en qué hacer, acción que me parece un tanto extraña. El día de hoy está siendo una sucesión de acciones confusas.
___ y su desaparición para todo el mundo, Inma y su mudanza a Irlanda, Hazza y su comportamiento nervioso. Esto ya me resulta sospechoso y no me voy a quedar de brazos cruzados, voy a averiguar qué les pasa.
-C... Claro... pasad- se aparta levemente pero lo suficiente para dejarnos pasar.
Nos indica dónde se encuentra la sala, una vez ha cerrado la puerta. Deja que nos acomodemos en el sofá antes de sentarse en el sillón individual que hay en frente. Sus dedos comienzan a picotear en el reposabrazos, imitando el ritmo de una canción que me es conocida pero no recuerdo.
-¿Cómo has dado con mi casa?- me pregunta y no se me pasa el hecho de que lo ha dicho en singular.
-Pues Hazza sabía tu dirección- ella lo mira con el ceño fruncido mientras esté me mira a mí sorprendido.- Pero no ha sido él- vuelvo a captar su mirada.- He ido a visitar a Rachel y me ha dicho que te has venido aquí. Me apetecería verte y darte una sorpresa así que le pedí la dirección y me la dio. Ahora henos aquí.
-B... bueno me alegro de veros.
-Siento preguntar esto nada más entrar pero...- hago una pausa.- ¿Sabes algo de ___?
-Emm... no. Se fue poco antes de que me mudara aquí. In... intenté ponerme en contacto pero a penas contestaba y al final dejó de hacerlo. E intentar encontrarla fue imposible, se esfumó.
-Oh.
-¿Y qué tal por Atlanta? Era Atlanta, ¿verdad?- pregunta cambiando radicalmente de tema. Asiento.
Hazza saca su teléfono y lo desbloquea para volverse a sumergirse en él. Esta vez no, amigo mío. Pongo mi mano en su muñeca.
-Tío que estamos con Inma. Vale que tú hace menos tiempo que yo que no la ves pero aun así ya han pasado meses. Deja el teléfono y hablemos- le pido con una sonrisa. Este me mira neutral antes de dejar el móvil bocabajo en la mesa auxiliar.
-Perdón, que mala soy. ¿Queréis tomar algo?- pregunta Inma con una leve sonrisa.
-Sí, gracias. ¿Un café?- asiente.- Pues un café con leche para mí- ambos dirigimos la mirada a nuestro amigo.
-Té.
-Pues deberás venir conmigo, tengo varios entre los que puedes elegir- comenta poniéndose de pie. Hazza imita su acción y yo voy a hacer lo mismo pero Inma me lo impide.- No, no. Tú espera aquí, no creo que tardemos.
-Bien- digo inconforme pero lo disimulo.
Pocos segundos después escucho la puerta de la cocina cerrarse. En un ágil movimiento me acerco hasta posar la oreja en la puerta. ¿Qué si soy metiche? Sí, pero mis motivos tengo.
-¡¿Qué cojones hacéis aquí?!- grita Inma en susurro.
-¡Ni siquiera lo sé!- contesta mi mejor amigo en ese mismo tono.- ¡Tom me ha arrastrado aquí diciéndome que nunca hemos estado y que debíamos visitar a una persona! ¡Supongo que eres tú!
-¡¿Supones?! ¡¿Solo supones?!
-¡Joder, estamos aquí y solo ha dicho UNA persona!
-¡¿Por qué no me has avisado?!
-¡Lo he intentado pero no te llegaban los mensajes y las llamadas me llevaban al contestador!- responde exasperado.
-Mierda, lo tenía en modo avión por una reunión y al salir me he quedado sin batería- hay un leve silencio.- ¡Aun así sabes perfectamente que no debería estar aquí! ¡Él no!- frunzo el ceño antes sus palabras.
¿Qué no debería estar aquí? ¿Solo yo no debería? ¿Por qué? ¿Qué traman estos dos? Todas las preguntas se quedan sin respuesta, al menos de momento.
El leve sonido de un teléfono suena haciendo que dé un brinco asustado. Con rapidez, por si acaso lo han escuchado, vuelvo al sofá posicionándome en el mismo lugar que un par de minutos atrás.
Observo la puerta de la cocina la cual no se abre y no tiene indicios de hacerlo. Mi mirada se mueve hacia el aparato del cual ha provenido el ruido. Es el móvil de Inma, el cual se encuentra enchufado en la mesa de la televisión.
Algo ocultan eso dos, es más que obvio, se nota en su comportamiento. Y algo en mi interior me dice que debo ver esa notificación. Es por ello que me levanto y, mirando de reojo la puerta, me acerco con sigilo al mueble.
Agarro el teléfono y enciendo la pantalla para observar la notificación, un WhatsApp. Mis ojos se abren atónitos al instante de leer el nombre del remitente. Y un segundo después leo el mensaje.
___✨: Si te da por venir a casa no piques, utiliza la llave.
___. Inma está en contacto con ella y es obvio, por el mensaje, que ___ se encuentra aquí, en Dublín, y que Inma sabe exactamente donde. Pero ella misma me ha dicho que no sabía nada de ella. ¿Por qué me ha mentido? ¿Es esto lo qué oculta? Si es así, ¿Hazza también lo sabía?
-Volvimos- comenta alegre Inma pero yo me mantengo de espaldas. Desenchufo el teléfono y vuelvo a encender la pantalla, ya que se ha minimizado.
-¿Con qué no sabías nada de ___?- le pregunto dándole la vuelta y alzando en alto el móvil.
-¿Q... qué?- pregunta nerviosa e intentando mantener la sonrisa pero fracasa en cuando vuelvo a hablar.
-Te ha llegado un mensaje suyo.
-¿Has mirado mis mensajes?
-Te ha llegado una notificación y algo me decía que debía mirarlo para saber por qué cojones estás tan rara. Ahora veo el porqué.
-No tenías ningún derecho a mirar mis mensajes- dice molesta.
-Ni tú a mentirme. Sabes dónde está.
-¿Qué? No, simplemente hablamos por WhatsApp- se excusa con una mentira.
Me acerco y le tiendo el móvil. Deja la bandeja en la mesa auxiliar antes de agarrar su teléfono.
-Léelo- le pido.
Ella me mira nerviosa antes de bajar la mirada a su pantalla. Lo lee y cierra los ojos mientras hace una mueca. Se mantiene en silencio varios segundos y no se atreve a alzar la mirada.
-¿Dónde está?- capto su mirada pero no responde.- ¿Dónde está?
-Yo... yo no... no puedo decírtelo.
-¿Perdona? Inma solo quiero verla, es mi mejor amiga y llevo un año sin verla y casi diez meses sin hablar con ella. Solo quiero abrazarla y saludarla, nada más.
-Pero...- traga saliva.- Es que... ella no quiere que nadie del pasado lo sepa.
-¿Y por qué tú lo sabes? ¿O Hazza?- dirijo la mirada a este.- Porque sé que lo sabías. Todo ha encajado cuando he visto el mensaje.
-Lo siento, tío- comenta mi mejor amigo.- Pero es complicado. No te lo podemos decir.
-¡Joder! ¡Es mi puta mejor amiga!- grito molesto y exasperado. Respiro hondo calmándome.- Por favor.
Hazza se mantiene firme, con la mirada y la expresión seria. No dará su brazo a torcer. Por otra parte, Inma me mira apenada e insegura, mordiéndose el labio inferior. Centro la mirada en esta última.
-Por favor, Inma- le suplico rogándole con la mirada.
Comparte una mirada con Hazza, quien le niega levemente con la cabeza. Ni siquiera sé por qué no quiere decírmelo, supongo que sus motivos tiene, pero eso lo averiguaré más tarde. Ahora necesito saber dónde está ___.
Cuando vuelve a posar la mirada en mí suelta un suspiro pesado y traga con dificultad.
-___ vive...
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