Asistente III
🎄❄️MERRY CHRISTMAS❄️🎄
Personas: Harry Holland y HistoriasDeKpopers .
Tom y sho, seguimos apareciendo😉
Edad: Él 22 y ella 18 (repito por si acaso: somos españolas, es legal😂).
Advertencia: No. Capitulo larguito.
Nota: Letra en cursiva es que hablan en español.
Nota 2: YA TIENES TÚ DICHOSA TERCERA PARTE, AHORA YA PUEDES DEJARME EN PAZ. PLASTA.
Por cierto, te quiero😘
-*-
(Harry)
Compruebo por quinta vez la bolsa que debo llevar conmigo. La cámara está bien asegurada, al igual que el objetivo, el micrófono y todo lo demás. Suelto un suspiro y vuelvo a cerrarla antes de darme la vuelta y observar como mi hermano camina de un lado para otro, terminando de prepararse. Por más eventos a los que asista siempre se pone nervioso. Aunque lo puedo llegar a entender. Creo que uno nunca se acostumbra a este tipo de cosas.
Hoy únicamente va a llevar mi compañía. Por más que la premiere sea en Londres, mis padres estaban ocupados, Paddy tenía una reunión para hacer un trabajo y Sam se ha enfermado hace dos días. Hazza había confirmado su asistencia, pero luego se acordó de que tenía un viaje que no podía cancelar, por lo que solo estoy yo. No es la primera vez que lo acompaño a algo así, pero debo admitir que sí es en la que más nervioso estoy, junto con la primera vez.
Tom termina de abrochar la chaqueta de su traje justo cuando se escucha un claxon sonar desde detrás de la puerta de la entrada. Se mira por última vez en el espejo del recibidor y abre la puerta. Imito su acción asegurándome de que estoy bien y lo sigo. El Mercedes que nos ha venido a recoger es completamente negro y tiene los cristales traseros tintados, justo aquellos donde nos tenemos que colocar.
Hoy es la premiere de la película que se grabó hace un año, esa dónde Tom trabajó junto a Aina, teniendo que crear un vínculo fraternal con ella. Desde que nos despedimos el último día de rodaje no hemos vuelto a coincidir, aunque sé que Tom ha mantenido el contacto con ella. Y por el nerviosismo que denota en estos momentos creo que algo ha cambiado entre ellos.
- Tranquilízate, no vamos a ver a la Reina - le comento con diversión y me gano una mirada asesina de su parte.
- Cállate -. Suelto una risa y vuelvo a clavar la vista en el exterior.
No os voy a mentir, no es el único que está un poco nervioso por un reencuentro. En esas grabaciones, de hace un año, terminé enganchando a la chica cabezota que era la mano derecha de Aina. A diferencia de mi hermano y ella, yo no he tenido ningún contacto con Aroa. Nuestro último contacto fue ese día, la despedida, el beso que me dejó con ganas de más. Pensé que tardaría menos en volverla a ver pero, para mi desgracia, estaba equivocado.
- Tom... - lo llamo, captando toda su atención. Se anticipa a mis palabras formando una sonrisa divertida. No le dije nada relacionado con Aroa, pero no es idiota y me conoce demasiado bien -. ¿Sabes si ella la acompaña?
Según lo que había oído y visto, Aroa no había podido acompañar a Aina a sus dos últimos eventos. Tom me había dicho que en una de ellas estaba enferma y en la otra tenía un evento personal que no pudo cancelar. Son casos aparte que no tienen por qué repetirse esta vez, pero hay algo más: no ha confirmado su asistencia.
- ¿Te soy sincero? - pregunta con una mueca en los labios, destruyendo un poco de mi esperanza. Asiento -. No lo sé. Se lo pregunté a Aina, pero ella me dijo que no estaba segura, que tenían que ver cómo compaginar esto con unos temas de Aroa -. Al menos no es un no seguro.
Podría decirse que el nerviosismo, sobre todo el que él refleja, ha hecho que el viaje se sintiera eterno, pero ha sido todo lo contrario y, extrañamente, eso me provoca una mala sensación. Sin embargo, una vez se frena el coche delante de la entrada a la alfombra roja, veo a mi hermano sonreír ante los gritos que los fans hacen en el exterior.
- ¿Grabas? - pregunta con una mano sobre la manilla de la puerta. Me giro hacia la mochila y preparo todo lo necesario para que la cámara esté lista. La apunto en su dirección antes de responder:
- Todo - aseguro con una sonrisa -. Adelante.
Sale del coche con una energía envidiable, saludando a todo el mundo que grita a su alrededor.
"Tooooooom".
"Te amoooo".
"Cásate conmigooo".
Todas esas y más son las palabras que abandonan los labios de las miles de personas que se encuentran en la entrada de la alfombra. Grabo en esa dirección recibiendo saludos, sonrisas, palabras cariñosas que me hacen sonreír e, incluso, propuestas de matrimonio, al igual que mi hermano. Este evento no va en torno a mí, como a todos lo que asisto, pero siempre me siento muy bien acogido.
Después de grabar los alrededores y a las personas que dejan palabras grabadas, me acerco a Tom, que se encuentra cerca de la valla firmando autógrafos en fotos, pósters, funkos pops... y haciéndose fotos con todo aquel que lo desee. Una sensación de alegría inmensa se implanta en mi pecho al verlo tan feliz. El orgullo que siento por él es innato.
Tras esa pequeña pausa se encamina por la larga alfombra, dónde también se detiene un par de veces hasta alcanzar la zona del fotocall. Grabo cómo le hacen fotos, pero en un momento me obliga a acercarme y termino a su lado posando para los fotógrafos. Nos damos un corto abrazo antes de continuar con el recorrido hasta llegar a la zona de las entrevistas. Dejo de grabar justo cuando se sitúa al lado de un entrevistador y retrocedo hasta una zona un poco apartada desde donde puedo verlo a él y también la entrada de la alfombra y el fotocall.
Estoy entretenido revisando los vídeos y mirando de vez en cuando a Tom, cuando un cúmulo de gritos, parecidos a los que le han dado a Tom, se hacen presentes. Mi cabeza se alza hacia el inicio de la alfombra y ahí la veo. Enfundada en un precioso vestido verde esmeralda completamente de seda, apretado hasta la cintura y más suelto en la falda, que tiene una apertura. Se gira para acercarse a un grupo de fans que la llaman y deja ver que su espalda está al desnudo, únicamente tiene dos tiras en V invertida que se unen con un lazo en su nuca. Su pelo, bien arreglado, está sobre uno de sus hombros.
Decido grabarla durante todo el camino hasta que llega al fotocall y una vez posa para los fotógrafos finalizo la grabación. Miro de soslayo a Tom, comprobando que no se ha percatado de su presencia. Estoy seguro de que en cuanto la vea la imagen de hermana pequeña que tenía durante las grabaciones no va a ser lo que aparezca en su mente.
En un movimiento, cambiando de posición, sus ojos conectan con los míos y forma una amplia sonrisa antes de correr, lo máximo que le permiten sus tacones, hacia mí. Me da el tiempo justo para abrir mis brazos justo antes de que me estreche entre los suyos.
- Harryyyyyy - me nombra con emoción. Se separa un poco de mí, manteniendo sus manos sobre mis antebrazos. Me da un repaso de arriba abajo -. Pero que guapo, le vas a quitar todas las fans a tu hermano.
- Mira quién fue a hablar - contraargumento, mirándola de nuevo, desde más cerca -. ¿Tú te has visto? Le vas a provocar un infarto a mi hermano y a medio mundo.
- Exagerado -. Le resta importancia con un movimiento de mano, pero he visto cómo se sonrojaba con la mención de Tom. Confirmo: algo ha cambiado entre ellos -. Además, tu hermano me ve como su hermana pequeña, dudo que pase de eso -. Hago una simple mueca antes de contestar:
- Si tú lo dices.
Alzo la mirada por encima de su hombro, como lleva tacones ya no puedo observar por encima de su cabeza. Cuando busco detrás de ella espero encontrarme a la cabezota que tiene como asistente, pero no hay nadie. Ni junto al fotocall, ni en la alfombra, ni en el coche, que aún se mantiene en la entrada.
- ¿Buscas a alguien? - pregunta pasando por mi lado, por lo que me giro para no perderla de vista. Está esperando a que le den la indicación de acercarse a alguna de las cámaras para una entrevista.
- ¿Yo? No - miento.
Ella me vuelve a mirar, esta vez alzando una de sus cejas. La ignoro. Vuelve su mirada a dónde unos segundos atrás, que aunque intente disimular sé que estaba fija en Tom, y yo dudo entre si preguntar o no. Suelto un suspiro.
- Em... Aina... - comento inseguro. Ella me mira expectante mientras no deja de lanzar miradas a mi hermano. Este aún no ha notado la presencia de la chica -. ¿Puedo... puedo hacerte una pregunta?
- Claro.
- ¿Ha venido... -, hago una pausa para soltar un suspiro y ella empieza a formar una sonrisa -, Aroa? -. Cuando termino la frase su sonrisa ya llega de oreja a oreja y su mirada me observa con emoción y diversión.
Frunzo el ceño sin comprenderla hasta que...
(Aroa)
Me observo por última vez en el espejo de cuerpo completo que conforma una de las puertas de mi armario. Llevo un precioso vestido: negro en la parte superior, que me aprieta hasta llegar a la cintura desde dónde las capas de tul rojo caen hasta mis pies. Son ligeras para evitar que creen una sensación abombada. Mi espalda y mis hombros están desnudos debido al escote en halter, además de que la parte superior cuenta con una abertura entre ambos pechos. En los pies calzo unos botines negros. Todo ha sido un regalo de Aina y debo admitir que tiene buen gusto.
A diferencia de ella, que se ha colocado el pelo en uno de sus lados y se ha aplicado un maquillaje un poco más elaborado, yo he optado por dejar mi pelo suelto, pero bien peinado. En cuanto al maquillaje me he aplicado lo justo y necesario: rímel, eyeliner y pintalabios. Estoy contenta con el resultado final.
- ¡Aroa! ¡¿Estás lista?! - el grito que me lanza consigue traspasar mi puerta cerrada. Suelto un suspiro y me encamino a esta para salir.
No tardo en divisarla en la entrada, colocando bien el final de la falda de su precioso vestido. Creo que es la vez que más se ha esmerado por su vestimenta y apariencia. La miro con los ojos entrecerrados desde el último escalón hasta que capta mi mirada y, como si leyera mi mente, se da la vuelta y abre la puerta principal. Huye de cualquier pregunta que le pueda hacer.
Delante de la casa ya se encuentra el Mercedes negro que nos llevará a la premiere. No es la primera vez que voy, aunque tampoco puedo decir que haya estado en miles, no sería cierto, pero los nervios se apoderan de mí, volviéndome un poco torpe al entrar al coche y golpeándome la parte de arriba de la cabeza. Aina no duda en reírse mientras se posiciona en el asiento de al lado.
- Estás muy guapa, por cierto - me alaga en cuanto ve que la estoy asesinando con la mirada. Intenta controlar su risa.
- Gracias - murmuro entre dientes.
- ¿Nerviosa? - pregunta una vez el coche se pone en marcha. Saco de mi bolso la agenda y miro unas cosas de esta semana que pasaremos aquí en Londres.
- Eso debería preguntártelo yo a ti - respondo sin levantar la mirada -. Parece que te has arreglado más de la cuenta -. Alzo la mirada -. ¿Algún motivo en particular? -. Pienso que me va a mandar callar o que me mirara mal, pero me sorprendo cuando sus labios se curvan hacia un lado, mostrando una sonrisa maligna.
- ¿Algún motivo para no haberme dejado decirle a Tom que sí que vas a asistir hoy?
Boom. Golpe bajo.
Es cierto que hasta hace una semana no sabía si iba a poder asistir o no, por eso no había confirmado. Sin embargo, conseguí mover mis asuntos sin casi problemas y pude tomarme una semana libre, esa que empezó ayer cuando cogimos el vuelo hasta aquí. Sabía que iba a poder presentarme en la premiere desde hace una semana, pero le dije a Aina que solo se lo confirmara a los de la organización. Eso le prohibía decírselo a Tom y aunque insistió e insistió en que le explicará el motivo, no se lo dije. Aunque no era necesario verbalizarlo, ella sabe tan bien como yo la razón.
Ignoro completamente su pregunta y centro mi vista en esta preciosa ciudad que hacía un año que no veía. Llegamos ayer por la tarde-noche, por lo que no pudimos salir, decidimos descansar para hoy. Tengo ganas de salir y recorrer las calles, pero debo presentarme a la premiere. Después ya tendremos cinco días para verla, bueno, no tantos teniendo en cuenta la agenda de Aina.
Vuelvo a centrarme en esta, revisando y memorizando el horario de los próximos días mientras nos acercamos a la última calle. Ya empiezo a escuchar los gritos de los fans cuando mi teléfono suena dentro del bolso. Lo cojo para colgar, pero veo que es mi madre. El coche se frena y Aina me mira con una sonrisa.
- Lo siento, es mi madre - le informo, enseñándole la pantalla -. Adelántate, ahora te alcanzo.
Ella asiente al tiempo que informa al conductor de que espere en la entrada de la alfombra hasta que yo termine la llamada y salga. Este asiente y lo veo informar por el pinganillo de su oreja justo cuando acepto la llamada. Recibo el saludo de mi madre al tiempo que Aina abre la puerta recibiendo los miles de gritos de los fans.
Me concentro en la conversación. Es algo importante, ya que le dije que durante estas horas estaría en la premiere y solo me podía llamar para una urgencia. Se ve que Dino, mi perro, se ha enfermado y lo han tenido que llevar al veterinario de urgencia. Tengo un nudo en el estómago durante todo el transcurso de la conversación, pero termino calmándome cuando me asegura que ya se encuentra mucho mejor y que lo tendrán en observación.
Cuando me despido de ella, obligándola a mantenerme al tanto, le aviso al conductor de que voy a salir. Cuando lo hago recibo un abrazo de gritos, pero que se calman al ver que no se trata de nadie famoso. Aun así algunos, los que me reconocen por ser la mano derecha de Aina, continúan gritando. Les sonrío mientras paso a un ritmo apresurado por la alfombra.
Busco a mi amiga con la mirada hasta que veo parte de su rostro y vestido detrás de la espalada de un hombre. Alzo unos centímetros su espalda y alcanzó a ver su pelo. Ese pelo es la clave para identificar quién es.
Harry.
Debo admitir que parte de mis nervios se deben a ese hombre que ahora mismo me está dando la espalda. Después de la... especial... despedida que tuvimos hace un año no hemos vuelto a tener contacto, ni en persona, ni por teléfono. Lo había echado de menos, eso no se puede negar.
Con las piernas temblándome levemente, pero controlándome y poniéndome firme, avanzo entre la gente, traspasando el fotocall hasta llegar a ellos, concretamente a la espalda de Harry. Respiro hondo. Murmura algo en dirección a mi amiga, pero no logro escucharlo.
- Hola, Harry - consigo articular. Su cuerpo reacciona poniéndose en tensión. No se mueve durante unos segundos, pero después, despacio, se gira en mi dirección.
Nuestros ojos se encuentran y en una milésima de segundo la conexión ya está en ellos. No decimos nada, pero nos decimos todo en ese instante. Mis labios se curvan en una sonrisa que él imita posteriormente.
- Bueno... - comenta Aina, pero nosotros no giramos a verla -. Creo que la respuesta está dicha -. Cuando posa la mano en el hombro de Harry nuestras miradas se despegan y bajan hacia el rostro de mi amiga -. Me voy a ir a la entrevista, Tom me espera.
Solo asentimos antes de verla marchar. Ambos la seguimos con la mirada hasta que se coloca detrás de Tom y le tapa los ojos. Este está delante de una cámara y al lado de una mujer, que supongo que es la entrevistadora. Cuando Tom se voltea y fija sus ojos en Aina puedo ver como algo cambia en su expresión. La mira embobado unos segundos antes de hacer un repaso por todo su cuerpo y, puedo jurar, que en la distancia consigo ver cómo traga saliva.
- Sospechoso - murmura Harry. Regreso la mirada a él, que mira en la misma dirección.
Me coloco hombro con hombro, a su lado, y observo la escena de mi amiga unos segundos más antes de dar un repaso al resto de alrededores. Siento como el brazo de Harry roza el mío y mi piel, al instante, se pone de gallina. Lo observo de soslayo y lo cazo haciendo lo mismo.
- Te he echado de menos - suelta con una sonrisa ladeada.
- Y yo a ti - susurro de vuelta. Delante de nosotros pasan dos actores secundarios y los saludamos educadamente.
- Un año sin vernos es mucho.
- Demasiado -. Compartimos una mirada al tiempo que me muerdo el labio.
- Aquella despedida... - no termina la frase cuando dos personas, también parte del rodaje, se frenan frente a nosotros para saludarnos. Aunque más a Harry.
- Harry - la voz de la chica de tez morena llega a nuestros oídos unos segundos antes de que envuelva entre sus brazos al nombrado. Este le devuelve el acto con fuerza y tambaleándose levemente -. ¿Cómo estás? - pregunta sin alejarse mucho de él. La chica que la acompaña me dedica una leve sonrisa que le devuelvo con educación.
- Muy bien, Paola - le responde el chico con una amplia sonrisa. Me fijo en cómo están colocados y algo se remueve en mi interior -. ¿Y tú? -. Ella tiene sus manos en sus brazos y él mantiene las suyas en las costillas de la chica.
Mientras hablan paro atención al aspecto de Paola. Me saca unos veinte centímetros y eso que yo llevo tacones y ella una leve plataforma. Lleva un mono de cuerpo completo de color morado que le sienta de maravilla. El cinturón va a juego con su calzado y con la fina diadema negra que aparta su pelo oscuro y rizado de su rostro. Un rostro hermoso que Harry mira con admiración.
- Me he enterado de que estás empezando algún proyecto con tu hermano -. Frunzo el ceño y la sonrisa que pone el pelirrojo me confirma que es cierto incluso antes de que lo verbalice -. Espero saber detalles, ¿eh?
- Eso tenlo por seguro - afirma.
La chica que la acompaña ni siquiera se molesta en informar de su marcha, cuando se da media vuelta y desaparece por la parte de atrás del fotocall. Miro unos segundos en esa dirección antes de volver la atención a las dos personas que siguen pegados.
- No sabes lo que me alegra verte - comenta Harry, sin borrar esa tonta expresión de su rostro. Su sonrisa aumenta cuando la chica le acaricia uno de sus rulos mientras le sigue hablando.
Mis manos se transforman en puños y mis dientes se aprietan. Molesta por la forma tan brusca de ignorarme y el extremo tonteo que tengo que presenciar, tomo una decisión. Observo a mi amiga, que se mantiene abrazada al cuerpo de Tom - su mano en la cintura de ella, acercándola -, y veo que no va a necesitar mi ayuda.
Me acerco a ambos y poso mi mano en el hombro de Harry llamando, al fin, la atención de los dos. La chica me mira sorprendida y Harry, como si se hubiera dado cuenta del error que había cometido, me mira con arrepentimiento.
- Siento interrumpir - comento. Paola está a punto de decir algo, pero me adelanto -: Si Aina me necesita dile que me he adelantado - le informo a Harry. Les dedicó una sonrisa falsa a ambos antes de alejarme por el mismo sitio que la amiga de esa arpía.
Me adentro a la zona contigua a dónde se va a proyectar la película. Es una sala enorme llena de personas que han sido invitadas, ya que todo el cast aún se mantiene en el exterior. Me acerco a una mesa alargada dónde han instalado el catering y me centro en buscar algo dulce que llevarme a la boca. Encuentro unas pequeñas bolas de chocolate que parecen trufas, pero no llegan a serlo. Odio la comida minimalista de estos lugares.
Quedo rezagada en una esquina después de negar una copa de champán que uno de los camareros que pasean entre la gente me ofrece. A ambos lados de mi cuerpo hay puertas, una da a una parte del exterior, de la cual no deja de entrar gente; y la otra no tengo ni idea. Nadie ha salido o entrado de ella.
Estoy a punto de llevarme a los labios una de las bolas de chocolate cuando la puerta se abre y antes de que pueda reaccionar soy empujada por esa persona hacia la otra puerta que abre y cierra en menos de un segundo. El sitio esta totalmente a oscuras excepto por dos puntos rojos a lo lejos, pero que son demasiado diminutos como para iluminar.
- ¿Quién cojones eres? - pregunto, enfurecida, dando un paso hacia atrás.
- Lo siento, no hablo español.
- Harry - es lo único que me da tiempo a decir antes de sentir como sus manos toman mis mejillas y acerca mi rostro al suyo para unir nuestros labios.
Al principio me quedo estática, ya que no me lo esperaba, pero tras unos segundos correspondo al beso. Comienza siendo lento y suave hasta que muerde mi labio inferior pidiendo permiso para adentrar su lengua, acción que le concedo. En cuanto nuestras lenguas se encuentran el beso se intensifica y sus manos bajan hasta mi cintura acercándome más a su cuerpo. Las mías sobrevuelan sus hombros y se entierran en su pelo rizado.
- ¿Celosa? - pregunta en medio del beso al tiempo que nos gira haciendo que mi espalda choque con la puerta y su cuerpo se apegue más al mío.
- Cállate - exijo antes de acercar sus labios a los míos de nuevo.
Vuelvo a sumergirme en esa sensación tan maravillosa. La intensidad aumenta y nuestros cuerpos se calientan. En un movimiento ágil, Harry me toma entre sus brazos y yo enrollo mis piernas alrededor de su cintura, sintiéndolo más notoriamente. Solo tomamos pequeños respiros para tomar aire antes de continuar con la batalla de besos.
Mi espalda deja de tocar la puerta unos segundos antes de que la puerta se abra de golpe y ambos nos despeguemos. Abro los ojos, asombrada, cuando reconozco a las dos personas que nos observan con la misma expresión. Aparto a Harry por los hombros, haciendo que me baje al suelo.
- No es lo que parece - comento en dirección a mi amiga, que comienza a formar una sonrisa pícara.
- Lo que parece es que lo estabas gozando - suelta antes de reírse. Me alegro de que lo haya dicho en español, ya que ninguno de los hermanos lo ha entendido.
- Parece que nos han quitado el sitio - le murmura Tom a Aina, pero lo alcanzamos a escuchar.
- Espera - habla Harry mirando a ambos con los ojos entrecerrados -. ¿Vosotros ibais a...?
- Joder, Tom, es que hasta de lo que no es una película se te escapan las cosas - afirma indirectamente mi amiga, causando que esta vez sea yo la que la mire sorprendida para después dedicarle una sonrisa pícara -. Vámonos. Podéis continuar - huye.
- Por cierto - añade Tom al tiempo que se inclina hacia el interior del umbral de la puerta y enciende la luz con ayuda del interruptor que hay en la pared -. Por si queréis algo de luz.
Tras eso Tom posa la mano en la espalda baja de Aina y ambos se van perdiendo entre la multitud. Voy a salir, pero Harry me detiene y cierra la puerta de nuevo. Ya hay algunos invitados que nos han visto, pero eso parece darle igual.
- ¿Estabas celosa? - pregunta de nuevo. Bufo y aparto la mirada.
- No.
- Sí, lo estabas - afirma con una sonrisa satisfecha.
- Más quisieras - lo reto, pero me sorprende su respuesta:
- Pues sí -. Lo miro sorprendida unos segundos, antes de fruncir el ceño -. Paola es solo una amiga que llevaba sin ver desde hace cinco años, es muy cariñosa y... -, hace una pausa para sonreír con diversión -, tiene pareja -. Bajo el rostro para mirar mis pies. Sus manos vuelven a tomarme de la cintura y acercan mi cuerpo al suyo -. Me gustas - confiesa -. Y sé que yo a ti también, no lo niegues -. No lo hago, dejo que continúe -. Sé que lo que voy a decir ahora es una idea bastante descabellada. No vivimos muy lejos, pero cuando Tom y Aina trabajan esa distancia suele aumentar, lo que suele ocurrir muchas veces. Aun así has estado tan metida en mi cabeza todo este año que me da igual todo lo que hay en contra -. Hace una pausa para dejar un suave beso en mis labios y susurrar sobre ellos -: Quiero estar contigo.
Me quedo congelada en mi lugar, sintiendo el roce de sus dulces labios sobre los míos. Sé la respuesta, más clara no la podría tener en mi mente, pero a mis labios les cuesta pronunciar palabras por lo que me limito a volverlo a besar.
- ¿Eso es que aceptas? - me pregunta tras una corta sesión de besos.
-Sí - murmuro -. Me da igual la distancia y todo lo demás. Quiero estar contigo.
Separa su rostro del mío lo suficiente como para que pueda ver su radiante sonrisa, una igual de amplia que la que está formada en mi rostro. Llevo mis manos al cuello de su camisa y tiro de él para volver a unir nuestros labios. El beso toma intensidad con rapidez, sin embargo, nos vemos en la obligación de parar cuando se escuchan unos pequeños golpes en la puerta. Ambos miramos hacia ella.
- Hay que entrar a la sala - se escucha la voz de Tom.
- Ya te lo follas después - añade mi amiga.
- ¡Aina! - grito y escucho los murmullos que causa su risa.
- ¿Qué ha dicho? - me pregunta el pelirrojo.
- Nada - niego, avergonzada. Me mira con una sonrisa ladeada, como si hubiera descifrado en mi reacción que se trataba de algo indebido -. Vamos - intento huir caminando hacia la puerta.
Antes de alcanzarla me gira de nuevo y planta otro intenso beso en mis labios, uno que me hace tambalear. Al separarse deja un casto beso y toma mi mano, entrelazando nuestros dedos. Sonrío con ternura ante la acción.
- Ahora sí - sentencia antes de abrir la puerta. Tom y Aina, acurrucados, nos observan con una sonrisa y esta última me guiña el ojo.
Una vez en el interior, Tom y Aina, tras el discurso al frente de todos, se sientan juntos a nuestro lado. Harry me mira con una sonrisa al apagarse la luces y ser iluminado por la pantalla. Tras eso se inclina y me besa de nuevo. Un beso corto y suave.
Nunca voy a hartarme de estos labios.
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