Wakasa Imaushi +15
Subí estos cap para pasar la penita del capítulo de hoy <3
Pero el libro sigue pausado :c ojito
Inserte canción; el teléfono.
+18 más o menos
Estabas aburrida hasta de tu celular.
Prácticamente pasaste horas viendo fotos, jugando a las aplicaciones que habías descargado y esperando a que Wakasa esté en línea para charlar con el.
Tu novio cada vez que tenía un tiempo libre te hablaba ya sea por mensaje o llamada, a pesar de estar "trabajando" con su famosa pandilla. A veces ocupaban ese tiempo bastante bien.
Dejaste caer tu espalda contra el colchón con total emoción al leer su mensaje.
Wakasa
¿estás por ahí, linda?
__________
¡Aquí estoy!, ¿como estás?
Wakasa
Genial, ¿qué tal tu?,
¿que hiciste hoy?
_________
Puf bien pero aburrida todo el día,
hoy no tuve nada que hacer y
solo me la pasé viendo mi celular:c
Wakasa
Oh pobrecita
Aún no termino por hoy aquí pero prometo pasar más tarde por tu casa.
Wakasa
Trataré de quitar ese aburrimiento tuyo.
_________
Ya estoy ansiosa :)
Wakasa
¿En serio?
_________
Claro que si, me encanta
estar contigo Waka<3
Wakasa
Te llamaré, al menos
necesito oír tu voz
De inmediato tu móvil sonó y contestaste.
—¿Si?— hablaste.
—Tienes una voz muy linda.— apostabas a que estaba sonriendo en ese momento.
—Tu también.— halagaste de vuelta. Escuchaste como de fondo se escuchaban fuertes ruidos así que alejaste tu celular del oído por unos segundos.
—Espera, cielo.— el chico luego de gritar algo salió del lugar en el que estaba, ahora solo se escuchaba su voz rasposa.— Ahora si... ¿Estás en tu casa?
—Sip.— respondiste breve.— No tengo nada más que hacer que estar sobre mi cama, no tengo ganas ni de salir al centro comercial.
—Así que estás acostada.— soltaste una risita.— que envidia.
—Si... ¿tu donde estás?
—Tuve que entrar al baño para que no escuches las mierdas de estos idiotas.— Reíste ante su enfado momentáneo.— Perdona mi lenguaje amor, me desesperan a veces.
—Así que... Mi novio está en el baño.— hablaste cada vez con más picardía tiñendo tu voz.
—Si.— habló en tono melodioso.— Y mi linda chica está en su comoda cama.
—Si.— estabas aguantando la risa nerviosa que quiso salir de ti. Mordiste tu labio con desdén.— Siento que estamos pensando en lo mismo, Wakasa.
—¿En que estas pensando tú?— el maldito sabía a lo que me refería.
—¿Me vas a hacer decirlo?— la suave risa de Wakasa se oyó del otro lado.
—Me gustaría escucharlo.— sonreíste sin poder evitarlo.
—Prefiero hacer otra cosa, espérame.— Wakasa acepto completamente expectante por lo que harías. Dejaste tu móvil a un lado por un segundo y te sentaste para sacar tu camiseta. Agarraste el celular y abriste el chat con Wakasa para enviarle una foto no tan reveladora.— Te envié algo.
—Lo veré.— esperaste por unos segundos.— Ahora una sin el brasier.— susurró con una pizca de diversión.
—Si me lo pides así...— Wakasa de inmediato se retractó.
—Si _______, ahora necesito una foto sin esa prenda linda que tienes, por favor. Aunque la que ya me enviaste estará guardada para siempre.— comenzaste a reírte luego de su discurso.
—Bien, te daré un adelanto de lo que podrás obtener si me visitas más tarde.— Oíste un sonido totalmente placentero al otro lado de la línea, casi viste como Wakasa cerró sus ojos y sostuvo su frente por lo que imaginó.
—Eso estaría muy muy bien.— hiciste lo que había pedido y le enviaste la foto.— a eso me refería...
—Juro que oírte hablar así es música para mis oídos.— te sinceraste como las otras veces que halagaste su voz.
—Si me envías fotos así, puedo hablarte todo el maldito día si quieres.— la voz de Wakasa era de otro mundo, era grave y mínimamente ronca, fácilmente podría ponerte de los nervios. Él sabía eso y lo utilizaba muy bien.
—Envíame una tu.— le ordenaste sin vergüenza alguna.
—Si quieres... aunque no serán fotos tan buenas como las tuyas.— oíste su risa nuevamente.— Joder, no puedo dejar de mirarlas.
—Hazlo ya.— Escuchaste como Wakasa del otro lado se movía raspando su móvil de seguro con su ropa. A los segundos obtuviste una foto rápida de su torso, su camiseta desabrochada completamente y los cuadritos de su abdomen luciéndose frente a tus ojos.
—Espera que aún no termino, preciosa.— esperaste la siguiente foto.
Esta vez el ángulo de la cámara era más hacia abajo, podías ver como había desabrochado su cinturón y sus pantalones estaban casi cayéndose. El elastico de sus bóxers estaban más abajo de lo que deberían.
—Mieeeerda, ¿me estás tentando?— soltaste de inmediato, un rubor cubrió tus mejillas por imaginar más de lo que mostraba la imagen.
—¿Lo logré?— asentiste con la cabeza no dándote cuenta que literalmente no te veía.
—Te demostraré que si.— Wakasa se emocionó a lo que respondiste. No pudiste verlo, pero ya a ese punto su imaginación había volado hasta júpiter y ya tenía sus pantalones hasta los tobillos mientras acariciaba su erección.
Ya no estabas aburrida.
Te deshiciste de tus shorts y quedaste únicamente con ropa interior. Aún recostada le enviaste una foto de cuerpo completo a Wakasa, sacando tu mejor ángulo.
—Me quieres matar.— afirmó luego de ver la imagen.— Eres tan... dios, eres demasiado todo.— el si sabía como elevar tu ego.
—¿Te deje sin palabras?— le sonreíste al móvil.
—Totalmente. ¿Segura que eres de este mundo?, me dejaste sin palabras y con una jodida erección, bebé, hablo en serio.— diste un gritito de emoción y reíste totalmente nerviosa ante su halago.
—Aún estando en llamada me pones nerviosa...— moviste tus pies contra la cama, aún hiperventilando con solo escuchar a Wakasa y pensar en que estaría haciendo.— y ni siquiera me has hablado sucio como en otras ocasiones.
—¿Quieres que lo haga?— te interrumpió.—La verdad sería bueno al menos escucharte así me libro de cierto dolor que siento ahora, linda.— mordiste tu lengua para evitar decir algo.— ¿Sigues sin ropa?
—Si...— bueno, tenías tus bragas aún.
—¿Puedes darme el privilegio de escuchar como te tocas, cariño?— aquella pregunta sonó tan demandante y a la vez muy suave, habló con curiosidad incluso, ansiaba oír tu respuesta.
—Si...— el hazlo que dijo Wakasa te dio pie a que sujetes tu móvil y con tu mano derecha comiences a acariciar tu intimidad por debajo de la ropa interior.
—¿Lo estás haciendo?— preguntó al escuchar como suspiraste pesadamente contra el celular. Asentiste en un leve susurro.— Envíame una foto, cielo.
Simplemente sacaste foto a como tus piernas yacían un poco separadas con la planta de tus pies contra el colchón y a la mano que tenías dentro de tus bragas. En la foto salía un poco tu abdomen también. Se la enviaste.
—Mierda, eso necesitaba ver.— oíste más ruido al otro lado de la línea. Wakasa estaba tocándose también.
Acariciaste tu punto sensible con tu dedo medio, imaginando que era tu novio quien te estaba tocando. Te removiste por el placer que sentías poco a poco invadiendo tu cuerpo, dejaste salir un gemido que dio directamente al oído de Wakasa. El chico te imitó al poco rato.
—Me encanta oírte.— susurró cerca del móvil.— Carajo... Si no tuviera problemas aquí iría a tu casa a follarte duro, ________.— alcanzaste a temblar por lo que dijo casi con ira.
—Pero... más tarde vendrás.— le recordaste en medio del subidón de calor que invadió tu cuerpo. Seguiste moviendo tus dedos.
—Si... Hasta entonces espero que descanses mucho.— escuchaste un gruñido placentero por parte de Wakasa, el sonido era maravilloso ante tus oídos.— No pienso separarme de ti ni un puto segundo, amor, ¿escuchaste?
—Si.— esbozaste un gemido más alto que los anteriores. El sonido de ahora uno de tus dedos entrando en tu interior se escuchaba a la perfección a causa de tu humedad. Wakasa maldijo para sí mismo, aumentando también el movimiento de su mano contra su miembro.
—Adentra otro dedo, bebé.— sin pensarlo le obedeciste, te autopenetraste con ahora dos dedos, hundiéndolos en tu húmeda entrepierna.— Eso... Sigue así.
—Wakasa.— gemiste, aumentando el ritmo. Tu novio soltó un sonoro jadeo sin querer, unos cuantos bombeos más y oíste por el ruido como su clímax se hizo presente. Y más te diste cuenta ya que Wakasa insulto al aire por ensuciarse.
—Tú sigue haciéndolo, bebé.— le hiciste caso nuevamente.— Piensa que soy yo quien está entre esas hermosas piernas que tienes.— amaste tu imaginación en ese instante, aceleraste tus movimientos.— ¿Lo sientes, ________?, contesta.
—Si.— te removiste contra el colchón pero seguiste moviendo tus dedos dentro y fuera tuyo. Wakasa por el otro lado ya se había recompuesto un poco, nuevamente su miembro comenzaba a contentarse.
—¿Estás haciéndolo tan bien como cuando yo lo hago?— en verdad no, nadie le superaba. Wakasa maldijo ante el suave jadeo que dejaste salir por tal placer, por un rato se insultó a sí mismo por no hacer videollamada.
—No.— contestaste sin poder evitarlo, no sentías ni la mitad de lo que Wakasa provocaba en ti.
—¿Te hago falta, cierto?— tal arrogancia teñida en su voz rasposa te hizo nuevamente remover tu cuerpo contra el colchón.— ¿Me necesitas, ________?, ¿Necesitas mis dedos o hasta mi jodida polla?.— te volvía loca cuando hablaba sucio por llamada, por alguna razón sonaba más bruto así.
—Si.— solo podías responder en monosílabos, no salían más palabras de tu boca. Wakasa incluso dio una risa suave contra el móvil.
—Te lo daré todo cuando vaya, hermosa.— nuevamente la emoción se hizo presente. El calor se extendió por tu cuerpo y tus caderas se mecieron solas hacia arriba, ya estabas cerca.— Seré solo tuyo durante muchas horas, ya verás.
Diste un pequeño grito cuando llegaste al clímax a causa de tus movimientos y sus simples palabras. Wakasa escuchó atentamente cada queja y jadeó tuyo, deleitándose hasta el máximo.
Imaushi paseaba su lengua por sobre su labio inferior, imaginando las cosas que tendría que hacer contigo apenas tenga tiempo.
—¿Ya estas bien, cielo?— preguntó luego de unos minutos. Se calló durante todo el momento en que te recomponías de la liberación anterior.
—Si.— Wakasa sonrió en respuesta a tu débil voz.
—Te amo.— sonreíste de inmediato al escucharle.— Debo irme ahora, ya me ausente demasiado.— desvaneciste tu sonrisa al instante, quejándote en tu cabeza por no poder seguir hablando aunque sea un poco más.
—Está bien, yo también lo hago, Wakasa.— El tarareó un poco.
—¿Que cosa haces?— rodaste los ojos, el necesitaba que se lo dijeras claramente.
—Que también te amo, Waka.— El chico en la otra línea sonrió ampliamente.
Wakasa lavó sus manos mientras su móvil seguía contra su oído y hombro.
—Está bien, adiós ________.— Oíste como salió del baño y caminaba más cerca de las variadas voces.— Me hablas cualquier cosa, responderé de inmediato.
—Adiós.— te despediste. Casi moriste de ternura cuando oíste cómo lanzó un beso.
Cuando cortó la llamada pudiste dar un grito de total emoción. Rápidamente te levantaste para ir al baño, ya luego decidirías cómo pasar el rato antes de que Wakasa llegue a tu casa.
Y solo ten mi numero telefonico
para cuando te sientas sola me
llamas a mi recuerda que yo estare
para ti a todas horasAAAASWS
TEMAZO, bueno eso, besotes<3
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