| Takeomi Akashi +18|
Advertencia; Daddy kink | Lemon
Lo prometido es deuda, no alcance a terminar el de los hermanos Haitani pero probablemente lo suba mañana por la noche.
No sabía qué apodo ponerle al tipo ya que sea cual sea (daddypapipapá) en todos se iban a burlar MADUDKKSDJ así que dije ya, pico, cualquiera.
—¿Como está mi niña?.—Aquel hombre sintió tu presencia apenas entraste a su despacho. Alisaste tu vestido con tus manos y te aproximaste a él. Claramente no sin antes haber cerrado la puerta con seguro, si tu hermano les encontraba entonces estabas muerta.
—Hola...—Al terminar de hablar mordiste tu labio con fuerza, aquel hombre te ponía demasiado nerviosa para tu gusto y aún así te causaba una intensa intriga .
—¿Quieres verme como trabajo?.—Ironizó aquello. Siendo un pandillero de primera, que estuviera viendo un par de hojas era simplemente sorprendente. Te acercaste a cierta distancia del hombre con uniforme, el al observarte de más cerca se separó un poco del escritorio y palmeó su muslo, llamándote a qué vayas hasta el.
Sin dudar te acercaste y enrollaste tus brazos en su cuello. Tras sentarte sobre sus piernas, el mayor te acomodo como él quería, ahora quedaste frente a él prácticamente montando uno de sus muslos. Aquello te hizo colocarte nerviosa y ansiosa a la vez.
Todo tu cuerpo se sintió caliente cuando movió a ustedes y a la silla más cerca del escritorio, al lugar anterior. La acción te hizo aferrarte más a su cuello, sosteniendo tu rostro contra su hombro. Akashi siguió rebuscando algo entre un par de hojas.
Cuando unos toques en la puerta resonaron en la habitación hiciste ademán de levantarte en un santiamén pero él te retuvo de las caderas, sentandote de golpe sobre su muslo nuevamente.
—Estoy ocupado.—Alzó la voz a quien llamaba. Si hubiesen insistido más, sin duda hubiese sido tu hermano o algún otro ejecutivo de la pandilla.
—¿No tiene nada que hacer hoy?.— el negó con la cabeza, tú le veías de cerca directamente a sus ojos.
—Ahora te noto muy quieta.—Akashi te echo un breve vistazo para luego mover su pierna de arriba a abajo, aquella firme presión te hizo dar un suspiro pausado.—¿Te sucede algo, bebé?.
—No pasa nada.—murmuraste cerca de su boca, fijándote en lo húmeda que se encontraba ahora mismo. Akashi tras echarte un vistazo se inclinó un poco para dejar un breve beso en tus labios, luego de bajar su mirada a tu boca nuevamente dejo un pico suave en ella. Esbozaste una tímida sonrisa a su atrevimiento tierno, siempre cuando actuaba era más...
Abriste los ojos de sobremanera al sentir como su mano derecha fue a tu trasero, tras descubrirlo subiendo tu ropa dejo una palmada a mano abierta sobre tu piel. Te lo esperabas, no podía ser del todo tierno.
—¿Que traes debajo?.—Su voz salió como una melodía de sus labios, aquella pregunta siempre era frecuente en aquel hombre.
Tras separarte ligeramente de él bajaste un poco el cierre de tu vestido, no dudo en mirarte con intensidad como combinaba tu ropa interior con tu prenda superior. Mordió levemente su labio por un segundo y sentiste el lápiz que tenía en su mano golpeando contra la mesa de escritorio.
Te golpeo desde abajo cuando se alzó un poco contra la silla para acomodarse más cerca al respaldo. Soltaste un leve gemido al sentir la presión de su muslo vestido contra sólo la tela de tus bragas. Una leve sonrisa apareció en el rostro de Akashi.
—Parece que he descuidado a mi bebé.—Su profunda voz habló. Un rubor se formó en tu cara mientras evitabas su mirada.
Sus manos fueron a tus caderas para acariciarlas con dulzura por sobre tu ropa, cuando se hizo hacia atrás, pudiste ver como recorrió tu cuerpo con sus ojos de arriba a abajo, con el mentón alzado y una leve sonrisa de costado.
Aún sonrojada totalmente, no acostumbrada a tal presencia, observaste cómo sus manos recorrían los costados de tu cuerpo hasta llegar a tu cuello, bajo su izquierda a sostener tu cintura y con la derecha tomó tu mentón. Jugueteó con las comisuras de tus labios, haciendo que entreabras la boca.
—Abre grande.—Akashi observo tu rostro para luego fijarse en tu boca entreabierta. Ante su mirada expectante no dudaste y abriste la boca más amplia. El pulgar de aquel hombre se metió en tu boca, casi acariciando tu lengua, manteniéndola ahí.—Ya sabes lo que le gusta a papi, ¿no?.
Asentiste a su petición y cerraste la boca aún con su dedo entre tus labios. Comenzaste a lamer y prácticamente chupar su dedo, Takeomi se mantenía sereno mientras observaba tu boca con atención con un fuego lujurioso en sus ojos. Luego de un rato saco su pulgar y su mano la guió hacia abajo, su otra mano libre fue a tus bragas y tras hacer una leve presión se esmero en hacer la tela a un lado. El pulgar que antes estuvo en tu boca hizo una caricia leve y tortuosa sobre tu intimidad, por aquella sensación cerraste los ojos de inmediato.
—¿La pequeña está ansiosa?.—susurro contra tu rostro, aquella voz honda y baja te hizo temblar de imprevisto, pausaba las palabras a propósito para ver qué expresión ponías ante sus preguntas. Asentiste sin evitarlo al sentir como su áspero pulgar acariciaba tus pliegues de arriba a abajo, lentamente.— no escucho...
—S-i... papi.—un débil murmullo salió de tus labios inconscientemente.
—Buena chica.—dejó un besito en tus labios como recompensa, eso te hizo sonreír.
Dejo de atender tu intimidad y soltaste un sonido quejumbroso. Al abrir los ojos viste una sonrisa sincera en su rostro, guió ambas manos al escote del vestido para empezar a bajar el cierre hasta tu cintura, exponiendo tu brasier.
—Te compre ropa interior linda el otro día, espero te guste.—mencionó al observar a detalle tu ropa interior.— ¿ese es el que te compre el otro día?.
—Si, quise venir a mostrárselo.—sonreíste mientras hablabas, demostrando lo mucho que te había gustado su regalo.—¿Me queda bien?.— un secreto tuyo; amabas cuando Akashi te halagaba, te hacía sentir sorprendentemente inalcanzable.
—Perfecta.—susurró con intensidad. Su mano se coló a un lado, adentrando su dedo índice y de en medio bajo el brasier, acariciando la tela de la copa.—¿Es cómodo?.
—Si.—entablar una conversación con Akashi era lo cotidiano. Se podía hablar de lo que sea con él y siempre sería grato, un punto realmente positivo para ti ya que con cada acción y cada tema que sale a la luz te sentías en plena comodidad de tratarla con el.
—Me alegra.—siguió acariciando la tela con la yema de sus dedos, alzaste las cejas cuando le viste inclinarse y besar uno de tus pechos, y luego repetir con el otro.—Me quedaría todo el día admirándote pero...
—¿pero...?.—seguiste su frase. Sus dedos pasearon por tu piel, acariciando, trazándola con delicadeza.
—Tengo ganas de hacer otra cosa.—Admitió por fin. Le miraste a los ojos, buscando algún indicio de lo que esta vez planeaba. Akashi se carcajeó en voz baja al ver tu plena curiosidad.— ¿quieres intentarlo?.—Asentiste con la cabeza sin dudar, nunca te negabas ante el, era inevitable.—Levántate y ponte de espaldas, no veas.
Con total curiosidad te pusiste de pie, de espaldas contra él y de frente al escritorio. Sentiste como sonaba el asiento, una correa hacer ruido, pudiste confirmar que se estaba bajando los pantalones por aquel bullicio. Hizo un ruido con su lengua y luego extendió sus manos para inclinarte un poco hacia delante, el vestido se subió.
Sus dedos índices fueron a cada lado de tus caderas y bajo tus bragas tomándose su tiempo, tras dejarlas caer al suelo enganchó tu cintura con su brazo y te sentó en su regazo, ahora sobre sus dos piernas, las tuyas a cada lado de él.
—Si algo te molesta me dices, ¿Si, bebé?.—mascullo contra tu cabello. Asentiste y tus manos se guiaron solas a cada reposa brazos del asiento.—Ahora...—te movió un poco, sentiste su duro miembro presionando contra la piel de tu trasero.—Levanta un poco.—con su brazo enrollado en tu cintura te ayudo a levantarte y su mano libre guió su entrepierna hasta la tuya, no te diste ni cuenta cuando se había puesto un condon.
Al dejarte caer soltaste un gemido tortuoso. Akashi te dejo contra el por un momento mientras acariciaba tus muslos con delicadeza. En un instante abrió un poco sus piernas causando que las tuyas también se alejen a cierta distancia.
Akashi entreabrió sus labios al dejar salir un suspiro por aquella sensación dentro tuyo. Su palma fue a tu espalda y te inclino hacia adelante, él teniendo toda la vista que necesitaba, observando con atención tu trasero descubierto y como al subirte un poco de las caderas, te contraías en el. Tus manos fueron al escritorio cerca de ti para ayudarle a que te muevas de arriba a abajo sobre su longitud, un ritmo calmado y desacelerado.
—Carajo.—Akashi dejó caer su espalda en totalidad al respaldo y echó la cabeza hacia arriba por un breve instante. Aún tú te esmerabas en subir y bajar al ritmo que él quería, guiándote con sus grandes y firmes palmas.—Si quieres ver a papá feliz brinca más rápido, conejito.—Este abrió sus ojos y observo tu trasero con total deseo, verte brincar sobre su miembro era el paraíso para el. Soltaste un quejido y lloriqueaste contra la mesa de escritorio cuando el eco de sus embestidas fueron en aumento, no suficiente con tu fuerza Akashi tuvo que impulsarte con sus propias manos y él te ayudó a moverte.
—Mhm.—mordiste tu labio para callarte. Su miembro te golpeaba hasta lo más profundo posible, a pesar de estar tan húmeda por el placer aún así sentías como se abría paso cada vez más y notaste una leve incomodidad al sentirlo tan presente.
—¿Le gusta a mi pequeña?.— ya te habías acostumbrado totalmente a sus preguntas en medio del acto. Y sabías que debías responderle si o si. En cuando llevo sus manos a tu trasero, amasando con dedicación y casi con furia, decidiste responder.
—Si papi.—mascullaste para luego dejar salir un pequeño grito desde tu garganta. Akashi se deleitó con aquel apodo y alzó sus caderas con ímpetu, ayudó a ir en mayor velocidad causando que revolotees los ojos por tal excitación.
Un escalofrío te recorrió y tus piernas temblaron, no pudiéndote sostener en el piso Akashi de inmediato lo notó. Como pudo los levantó del asiento y con su mano botó todo lo del escritorio para luego empujar tu pecho a la madera. Tus manos las apoyaste a cada lado de tu cara, sosteniéndote mientras el mayor seguía golpeándote desde atrás, acariciando tu espalda mientras embestía de manera veloz y áspera.
Tu vestido ya se había subido lo suficiente hasta por arriba de tu cintura, el hombre paseó su palma abierta contra tu espalda, manteniéndote firme contra la mesa a lo que cerraba los ojos.
Te dio una pequeña corriente en la espalda que bajaba hasta tu intimidad, un intenso cosquilleo se hizo presente y comenzaste a tener un clímax digno de Akashi. Tu boca llego a secarse de tan entreabierta que la mantenías, esbozando gemidos y exclamaciones por doquier. Tu cuerpo completo se tensó ya que a pesar de tu liberación el hombre siguió penetrandote.
Akashi soltó un jadeo, al sentir como te corriste solo ahí abrió los ojos y miro hacia abajo con la respiración ya acelerada saliendole por la boca entreabierta. Mirando con deseo como se unían sus partes íntimas. Al darse cuenta de que estaba próximo a su orgasmo dejó un palmetazo en tu trasero, sus dedos quedaron marcados en tu piel sin mucho esfuerzo.
Unas cuantas embestidas más y llego al clímax al fin, entre suspiros acelerados y entrecortados se quedó un minuto contra tu cavidad, esperando a llenar por completo la protección colocada. Tu frente contra la mesa, te sentías realmente cansada, agotada. Akashi te felicito como normalmente hacia y se retiró de tu entrepierna, no pudiste observar como se deshizo del condon ya que no tenías fuerza para siquiera girarte.
—¿Necesitas ayuda?.—moviste tu cara, ahora tu mejilla contra el escritorio. Akashi se había apoyado con un codo a un lado de tu rostro, observándote y esperando tu respuesta.
—Si, por favor.—apoyaste los codos en el escritorio y Akashi te ayudo a ponerte de pie, sujetándote contra su cuerpo. Pudiste sentir como se había puesto sus pantalones nuevamente.
Aún sosteniéndote por tu cintura miro hasta el suelo para buscar tu ropa interior, al encontrarla a un costado se agachó para recogerla. Al nuevamente incorporarse hasta ti estiró una mano al respaldo del asiento y tomó su chaqueta, con esta comenzó a limpiar tus muslos y cualquier zona que esté humedecida por tu anterior liberación.
—Ahora, deja te coloco esto.—Tras tirar la chaqueta a un lado apego una rodilla al piso y procedió a colocarte la ropa interior. Akashi lo que tenía de pervertidor lo tenía de atento, aquello te hizo reír un poco, se veía más bien de lo normal estando casi arrodillado frente a ti.
—Gracias.—el al ponerse de pie bajo tu vestido y subió el cierre de este, se apresuró para hacerlo todo mucho antes de que tu lo hagas.
El mayor asintió a tu agradecimiento y no pudo aguantarse a acercar tu rostro al tuyo para besarte. Separo tus labios con los suyos y empezó a hacer movimientos más ansiosos. Cuando sin querer mordiste su labio él respondió rozando sus lenguas para profundizar los besos. Se separó luego de unos segundos, a regañantes.
—Si tienes tiempo, al salir de aquí te daré tu regalo.—recordaste aquella ropa interior que dijo te había comprado y asentiste, agradeciéndole en medio de una sonrisa.
Algo tambaleante te alejaste de él para salir de la habitación, aún no procesabas todas las emociones sentidas en su encuentro, te encontrabas demasiado emocionada. Al abrir la puerta te giraste para verle por última vez, Akashi ahora se encontraba recogiendo los papeles y lápices qué botó del escritorio antes, reprimiste una risa y saliste del despacho haciendo el mínimo ruido posible.
Algo que decirle a Kisaki?
Bebés
Referencias jaja (rio para no llorar)
No es por quejarme pero esperaba que lo hicieran de otra manera [cry] de todas formas gracias por darnos a Chifuyu <333 se les quiere
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