Takashi Mitsuya

¡Al final agregué un escenario extra!
No se olviden de leerlo.


—Está bien, hagámoslo —. accediste a la extraña idea de Draken, una bastante extraña la verdad —. No quiero preguntar cómo se te ocurrió eso, pero intentémoslo.

—Bien, buena elección —. Draken sonrió ligeramente, no queriendo demostrar lo divertido que será todo esto gracias a su brillante idea.

—Admito que tengo curiosidad de cómo reaccionará...—. admitiste mordiendo ligeramente tu labio inferior, Draken río cómplice y sólo abrazó tus hombros.

—Empecemos ahora, mira cómo nos está mirando —. Draken sutilmente movió su mentón en una dirección y le viste; Mitsuya sobre su moto, mirándoles con el ceño levemente fruncido. Acababa de llegar al santuario en el cual tendrían una reunión.

Agitaste tu mano en el aire, saludando cómo de costumbre. Draken, sentado a tu lado, sonrió ahora detrás de tu nuca, fingiendo que veía a un costado.

—¿Que está haciendo? —. preguntó tu amigo completamente entretenido.

—Em...— miraste fijo a Mitsuya. El como ahora había carraspeado y agitado su mano de igual forma en tu dirección —. Acaba de responderme el saludo, pero sigue un poco impactado.

—Ese idiota... se demoró bastante en saludar ¿eh? — canturreó burlón Draken, dejando de esconderse y mirando en frente — ¡Hey, Mitsuya! ¿por qué no te acercas?

Aún descolocado, dejó su moto a un lado y se acercó a ustedes, cada paso que daba para subir la escalera se te resultaba más agobiante.

—Hola —. saludó estando frente a ustedes. Tú y Draken sonrieron a la vez, ambos cómplices de su pequeña travesura. Mitsuya disimuló su impacto y supuestos celos para aplanar sus labios y dejar de verles antes de hablar —. Llegaron temprano.

—Oh si, con _______ acordamos venir antes para charlar un poco —. especificó Draken. Aún te mantenía abrazada por los hombros, su mano casi rozando tu brazo.

—Si, igual llegaste antes, Mitsuya —. tus dotes de actriz salieron a la luz. Observaste como el chico frente a ustedes, un escalón por debajo, se encogía de hombros luciendo despreocupado.

—Si, no tenía nada más que hacer —. sus manos fueron a refugiarse en sus bolsillos, antes de eso acomodó la chaqueta del uniforme —Por eso vine antes. ¿Mikey dijo a qué se debía la reunión de hoy?

—A mi no me comentó nada —. Habló Draken, te vió y negaste de igual forma. Ambos no tenían idea de a qué se trataba el motivo de esta reunión.

—Entiendo —. Mitsuya bajó su mirada a verles, a verte a ti en específico y luego simplemente desvió sus pasos y subió por completo la escalera —. Iré al baño.

Miraste de reojo a Draken, sorpresivamente él ya estaba haciendo lo mismo. Ambos rieron en voz baja al notar que si habían funcionado aquellas acciones. Fue tan sutil el como se comportó Mitsuya que otra persona no sabría diferenciar su comportamiento común al de ahora.

Solo ustedes dos sabían que en ese instante había algo extraño.
















—Entren ya, debemos planear cuanto antes la fiesta de Baji —. Les regañó Mikey un tanto enfadado. Todos entraron a el espacio individual de la casa de los Sano. A decir verdad, estaban bastante apretujados en aquella habitación.

—¿Donde lo vamos a celebrar? — preguntó Chifuyu en un susurro, como si Baji estuviera cerca y no debiese escuchar.

Varios se sentaron en el sofá principal o alguna silla cercana, todos menos tú. Te quedaste a un costado del sofá intentando lucir cómoda. La ToMan eran tus amigos de años, pero aún así te daba vergüenza pedirle a Mikey que vaya por una silla.

—_________ ven, puedes sentarte aquí —. ofreció Draken que estaba sentado en el sofá. Le viste curiosa cuando él tocó sus muslos.

A Mitsuya casi se le salieron los ojos.

Los demás seguían hablando y hablando sin parar de la fiesta de Baji, por lo que casi ninguno notó tu incomodidad ni mucho menos el ofrecimiento que te hizo Draken.

—Bueno, gracias...

Te encaminaste hacia él, quien estaba en la orilla opuesta en la que te encontrabas de pie, y te sentaste en su regazo. Mitsuya estaba frente a ustedes, sentado a un lado de un Mikey parlanchín que no hacía más que hablar.

Draken se inclinó hacia atrás y sus brazos se envolvieron en tu cintura, abrazaste su cuello al notar las intenciones de tu fiel amigo.

Ya se podía ver la vena en el cuello de Mitsuya, se estaba esforzando por no decir nada y sólo mantuvo sus manos entrelazadas entre sí con bastante fuerza.

Draken y tú siempre habían sido muy buenos amigos, apostarías a decir que los más cercanos dentro del grupo. No era raro que le abraces cuando se te antoje; sus muestras de cariño a veces siendo burlescas era normal para la ToMan en general. Simplemente ambos se complementaban muy bien.

Cuando a veces Draken se comportaba realmente frío con todos, ahí estabas tú para joderle la vida y hacerle reír si o si. Era una relación casi de hermanos. Pero, a Mitsuya no le pareció para nada así al verles ahora y como los encontró aquel día de la reunión.

Aquel cosquilleo molesto en el pecho de Mitsuya se le era horripilante. Se enojó al sentir sus celos tan notoriamente en comparación a su enamoramiento por ti. Esto último, era más sutil según el, algo que estaba un poco escondido dentro suyo. Pero claro, ahora que veía como Draken fingía ser una silla especialmente para ti, si que notó que estaba celoso.

—Da una idea para que salgamos, Emma me matará si me ve así contigo —. susurraste cerca suyo, Draken abrió sus ojos de par en par, había olvidado ese detalle.

Cierto que Emma estaba al lado de donde están ahora. Era la hermana de Mikey después de todo.

—Si sucede, le dire el plan y ya —. susurró en respuesta, le viste de reojo con un leve asentimiento. Había pensado en una solución rápida.

—Entonces, Mitsuya tú debes hacer un traje para Peke J. Oh, y yo le busco un gorro de cumpleaños —. Habló Chifuyu llamando la atención del pelolila. Todos se fijaron en él y del como se encontraba ausente del tema, Mitsuya desvío sus ojos de ustedes y miró a Chifuyu con duda.— ¿Escuchaste lo que dije?

—Si claro, eso haré — afirmó asintiendo con la cabeza. Mikey a su lado le dejó un leve empujón, se notaba que no había escuchado nada.

—Mitsuya, presta atención a la jodida charla y deja de pensar en telas y agujas, gracias— exclamó Kazutora viéndole con cansancio. Mitsuya le miró mal por un momento y simplemente recostó su espalda en el respaldo.

—Estoy un poco distraído, solo oí que era algo sobre el gato de Chifuyu —. se sinceró viendo al nombrado. Él le fulminó con la mirada al no decir el nombre adecuadamente —. Peke j, él.

—Debes hacerle un traje. Debe ir bonito para la fiesta de cumpleaños de Baji —. le explicó Hakkai con voz calmada y pausada. Chifuyu asintió efusivamente con la cabeza.

—Está bien —. Mitsuya dejó de verles y se concentró en la punta de sus pies, ni se esmeró en verte esta vez.

—Hey Draken, ¿y que se supone que debemos esperar de Mitsuya? — susurraste en el oído del alto, le sentiste encoger sus hombros. De inmediato giraste tu cara a mirarle.

Aquel movimiento, su cercanía, llamó la atención de Mitsuya y dejó de ver sus pies. Apretó sus dientes al mirar como sus rostros estaban cerca, muy cerca.

—Solo debemos esperar a que enloquezca de celos.

—¿Pero que mierda? ¿Desde cuando piensas así? —. le reclamaste en un sutil regaño. Draken comenzó a reír, llamó la atención de algunos de tus amigos de inmediato.

—Relájate, en algún momento va a dejar de ocultar que le gustas y te lo va a decir. Apostaría que si le irritamos un poco lo va a soltar directamente y no te dejará pensando cosas que no son— sabía las palabras adecuadas que debía decir para calmarte— Esperemos un poco.

—Eres jodidamente malvado, Kenchin— Draken pellizcó tu brazo en reclamo al apodo.— Ah pero a Mikey si que le dejas decirte así, cabrón.

—Mitsuya, tú que sabes de moda y "estilo" —. Mikey volvió a hablar —. ¿Qué color le vendría bien a Peke j?

Draken y tú vieron al rubio, en realidad toda la ToMan miró a Mikey y luego voltearon a Mitsuya. Rápidamente bajó la mirada, fingiendo pensar.

—Blanco.

—Puf, que ingenioso —. Kazutora le miró mal, una mueca de irritación directa hacia Mitsuya.

—Bien dicho, Mitsuya —. Takemichi halagó su opinión.

—Está irritándose —. Susurró Draken. Soltó una risilla cerca de tu oído, te dio cosquillas.

Notaste que si era cierto. No por nada ahora tenía remarcada su mandíbula, sus labios apretados entre sí y su ceño levemente fruncido. Por un momento, rodó su lengua dentro de su boca, presionándola contra su mejilla.

—Dame un beso —. Demandó Draken. Le miraste raro—. En la mejilla, tonta.

—Específica a la próxima o te corto la lengua —. Murmuraste antes de acercar la boca a su mejilla. Draken sonrió satisfecho.

Joder, mira su cara — Ken comenzó a reír. Sus brazos se ajustaron más en tu cintura y siguió mirando a Mitsuya sin disimulo.

Al ver su beso, Mitsuya tragó saliva.

—No me abraces tan fuerte... me vas a quebrar, Draken idiota —. Él hizo lo contrario, te abrazó aún más y dejó un ruidoso beso en la cima de tu cabeza. Mitsuya apretó sus puños, ya sentía como rechinaban sus dientes.

—¿Ya terminamos la reunión? —. Mitsuya dejó de mantener su espalda contra él respaldo del sofá y apoyó sus codos sobre sus rodillas. Miró a Mikey y luego a Chifuyu —. Tengo cosas que hacer ahora.

—Taka, no seas maleducado jaja jaja... —. Hakkai rió nervioso, miró de extraña forma a Mitsuya. Lo notó enojado, siendo que al llegar estaba de muy buen humor.

—¿Al menos sabes que debes hacer ese uniforme? ¿Se te grabó en la cabeza, Mitsuya? —. Habló burlón Kazutora. El pelolila asintió.

—Te noto enojado, Mitsuya —. Draken se dio el atrevimiento de hablar. Aquel amigo que buscaban irritar, en vez de ver a draken directamente prefirió mirarte a ti.

Te mantuviste tranquila, fingiendo que no sabías la causa de su enojo.

—¿Por qué lo dices? no lo estoy —. Afirmó Mitsuya, finalizando con una leve sonrisa a boca cerrada. Dejó de verte y se fijó en tu mejor amigo —. A ti Draken te noto bastante feliz ¿te sucede algo?

Draken jugó con el cierre de tu sudadera, de inmediato Mitsuya bajó su mirada hasta su mano.

Este si que se toma en serio estas bromas

—Nada fuera de lo común —. Respondió despreocupado.










—Draken, ya me estoy cansando de tu presencia. Eres mi amigo y todo, pero basta de seguirme —. fingiste ofenderte y apuraste tus pasos. En un instante llegó hasta ti y te puso sobre su hombro, estabas boca abajo ahora.— PERO.

—Ya baja a _________, Draken... no es gracioso —. gimoteó Mitsuya pasando junto a ustedes.

—Pero qué cosas dices, idiota. Estamos todos en el parque de diversiones —. Te reclamó Draken, girando en su lugar provocando que te muevas a la par de él, comenzaste a reír —. ¿Yo seguirte a ti? Sueña, ________.

Había ignorado a Mitsuya, fue cruel.

—Se va a marear antes de tiempo y vomitará —. le advirtió Smiley soltando pequeñas risas. Mikey se acercó a ustedes y tocó la espalda de Draken.

—Mi turno, Kenchin —. demandó cerrando sus ojos mientras sonreía. Le empujaste, colocando la mano en su rostro y Mikey de inmediato le dio un manotazo a tu mano.

Siempre peleaban así.

—Ya bájame, Draken —. pediste, intentando incorporarte aún en su hombro. El chico tiró de ti y te ayudó a bajar y dar con el suelo.— Gracias.

Seguiste a los demás mientras Mikey se colgaba de Draken. Mitsuya se mantuvo caminando en baja velocidad para que le alcances, lo hizo inconscientemente.

—¡Mitsuya!

Aprovecha el momento.

Apenas iba a girar su rostro para mirar atrás, te tiraste sobre su espalda y sujetaste tus manos en sus hombros.

Como Mitsuya no se cayó fue un total misterio.

—_________— habló, se mantuvo quieto mientras movía sus manos intentando buscar tus piernas. Quedaste sobre su espalda sin problema alguno— Ten cuidado, nos pudimos haber caído.

—¿Y que tiene?— bromeaste abrazándote de su cuello, tu mentón descanso en tu propio brazo mientras él comenzaba a caminar.

—Te podrías haber accidentado —. Volvió a decir, sujetando fuertemente tus piernas para evitar que caigas.

—¿Vamos a la montaña rusa?

—No cambies de tema.

Vamos, Mitsu...— susurraste cerca de su oído, emitiendo un leve puchero. Tu amigo intentó no darte su atención y siguió caminando tranquilamente.

Aunque su corazón latía como loco en ese segundo lo disimuló bien. No debiste haber susurrado en su oído, de todas formas.

—Los demás quieren ir a otro lado primero —. Tragó saliva cuando reíste en un bajo tono.

—Vamos solos. ¡Oh no! ¡Mejor vamos al castillo encantado!—. Le moviste bruscamente por el cuello, Mitsuya apretó tus muslos para que le dejes —. ¿Vamos? Por faaaavor...

Alargaste la "a" suplicando, acercando tu rostro a su mejilla hasta que tu nariz chocó con él. Batiste las pestañas y observaste como te veía de reojo, casi fijamente.

—¿Donde está ese castillo?





—AAAAAAH EL PUTO CHUKY —. Corriste hasta quedar detrás de Mitsuya y le abrazaste —. MITSUYA, MÁTALO.

—Relájate —. Sus manos cubrieron las tuyas, no habías notado como estabas apretando tan fuerte su camiseta —. Es solo un muñeco.

—¡PATEALO, MITSUYA! MÁNDALO AL INFIERNO.

Seguiste abrazándolo cada vez acercándolo más a ti. Él suspiró y se dejó que le abraces otro poco, disfrutándolo inconscientemente.

—________, ¿ya podemos continuar? —. Deshizo sus manos entrelazadas en su abdomen y te acercó a su lado —. Dame la mano.

—Que me des la mano no quita el hecho de acabar asesinada...

Que tonta soy... es una oportunidad

—Aunque pensándolo mejor... —. Moviste tu mano para entrelazarla con una de las suyas, y te pegaste del todo al costado de Mitsuya —. Así está mejor. Si alguien me quiere matar, que también te mate a ti.

—Que exagerada.

Siguieron caminando dentro del castillo, pasillo por pasillo era cada vez más tenebroso para ti.

Por otro lado, él no podía evitar sonreír al darse cuenta la agradable sensación que recorría su mano. Con cada paso, su mueca orgullosa crecía.

Soltaste otro grito cuando una araña cayó en tu rostro.

—¡MITSUYA!

Se apuró y sus manos rápidamente fueron a tu rostro para quitarla de ahí. Tú solo podías agitar tus manos frente a tu cara, no atreviéndote a tocar la araña de juguete.

—Tranquila, ________. Es de juguete —. Alejaste sus manos y observaste en el suelo a la araña de goma. Mitsuya soltó carcajadas al ver tu cara tan afligida.

—No te rías...

Mitsuya rodó los ojos y en medio de seguidas risitas traviesas volvió a sostener tu mano, obligándote a caminar. Viste alrededor antes de seguirle, se suponía que estaba la salida a unos metros más.

—Mejor salgamos corriendo así será más rápido —. Actuaste por instinto, y aún con su mano sujetando la tuya comenzaste a correr por los pasillos, ahora en dirección recta.

—¡Espérame! —. Le soltaste y corriste más rápido —. NO TE VAYAS SOLA, __________.

Un vampiro, el aro, un lobo, un duende, un monstruo deforme, una monja tenebrosa, con cada persona o marioneta que se te aparecía, soltabas un grito y buscabas algo para tirarle.

—MITSUYA, ESA COSA TIENE LA BOCA COSIDA—. Chillaste apuntando a alguien que estaba en un cuadro de pared. A tus espaldas, Mitsuya bufó.

—Es maquillaje.

—¿PERO MAQUILLAJE DE QUÉ? ¿POR QUÉ ES TAN REALISTA? —. Te apresuraste más, tú amigo apurando los pasos detrás de ti para alcanzarte.

—No te alejes tanto __________...

Doblaste el final del pasillo y chocaste de lleno con una pared.

No, no era una pared. Forzaste tus ojos a ver en la oscuridad de ese nuevo pasillo y en cambio se encendió una linterna. Con quien habías chocado, era nada más y nada menos que un puto payaso asesino. Y ese payaso, había encendido una maldita linterna a su rostro justo en medio de la oscuridad y a centímetros de ti.

El grito que soltaste llegó a retumbar en tus propios tímpanos.

—NOOOOOOOOOOOO, MITSUYA AYUDAME —. Empujaste al tipo y corriste, solo que de espaldas.

En tu defensa, tenías tanto miedo que no reaccionaste a correr bien.

A tropezones, corriste hacia atrás. Pisaste el pie de Mitsuya y tras seguir alejándote, provocaste que ambos se cayeran de golpe al suelo. Tu amigo soltó una queja al impactar su espalda en lo duro del concreto, y tú gritaste aún más cuando caíste sobre él.

Probablemente el payaso les esté viendo con una inmensa sonrisa ahora mismo.

—Un payaso, un payaso, Mitsuya... me asustó...

Te diste la vuelta y abrazaste su cuello antes de estampar tu rostro en su cuello. Él se quedó con los ojos bien abiertos, sus manos sujetando tu espalda mientras intentaba apoyarse con uno de sus codos.

Al hablar, sentiste un cosquilleo en el oído, una suave brisa de aire caliente que provenía de Mitsuya. Cada respiro y suspiro lo sentías al instante. Sin decir nada, su mano derecha acarició el costado de tu cuerpo, intentando relajarte con sus suave toque.

—¿Estás bien? —. Preguntó, inclinando el rostro para observar tu expresión.

Asentiste y disminuiste el agarre en su cuello. Mitsuya volvió a respirar con normalidad. Seguiste sentada sobre él hasta que notaste como el tiempo ya se estaba acabando dentro del juego. Debían salir rápidamente o solo estorbarían.

—Lo siento —. Dejaste un ruidoso beso a un costado de su mandíbula como agradecimiento y te moviste a un lado—. Ya debemos irnos.

Te arrodillaste en el suelo y te impulsaste hasta estar de pie. Con ahora un poco de iluminación, no se te pasó desapercibido como se tapó la cara con una mano, ocultando el rubor que comenzaba a teñir sus mejillas poco a poco. Mitsuya siguió sentado en el suelo, aún congelado por tal escenita tan cercana.

Siguió con su mano intentando cubrir sus mejillas, estaba avergonzado.

Aquel beso fue extremadamente suave y tímido.

Jesús, ahora Mitsuya estaba temblando. Su corazón no es tan fuerte para soportar un dulce beso de tu parte.

—¡E-espérame _________! —. A tropezones se puso de pie y corrió hacia ti. Tú ya ibas con los ojos cerrados y evitando ver otros disfraces de aquel juego del terror. Solo tenías en mente salir de ahí rápido, corriendo si es necesario.









—¿Lo besaste o no? —. Draken enrolló su brazo sobre tus hombros y te indico que camines en otra dirección. Tus demás amigos siguieron su camino; ambos se alejaron y hablaron a escondidas.

—Nop.

—¿¡Y por qué no!? —. Te movió bruscamente mientras preguntaba. Le viste mal a su acción infantil.

—No se dió —. Encogiste tus hombros—. Estaba tan cagada de miedo que no tuve oportunidad, Draken.

—¿Al menos te abrazó o algo así?

—Draken... se me apareció un puto payaso como el de McDonald's. NO EL DE LAS PELIS, SINO EL REAL —. Chillaste zamarreandolo por los hombros—. ¡ESTABA QUE ME HACÍA PIS! ¿Crees que querría abrazar a una loca?

—Pues claro. Mitsuya ama tu faceta de loca, _________—. Le dejaste un golpe en su brazo y este sonrió —. ¿Pero no hubo nada de nada? ¿SEGURA?

—Te comportas tan raro en estas situaciones... ¿seguro que eres Draken alias "el frío poste Draken"?—. Te dio un empujón con su cadera mientras echabas a reír —. No hubo nada romántico. Lo más cerca que estuvimos fue cuando el payaso me asustó y caímos al suelo —. El rubio volteó su cabeza a verte, apostarías que le sonó el cuello —. Caí sobre él mientras gritaba —. Cada segundo Draken sonreía más—. Pero no fue romántico.

—Interesante situación, muy interesante —. Murmuró en voz baja, le viste raro cuando cruzó sus brazos contra su pecho. La sonrisa que esbozó era macabra... o al menos eso pensaste.

—¡__________! ¡DRAKEN! —. El grito de Kazutora hizo que volteen. Te atragantaste al ver como Mikey estaba acostado en el suelo, al parecer muerto —. ¡SE DESMAYÓ!

Oh, solo se desmayó.

Nada grave








Para terminar una salida con amigos, era indispensable ir al cine. Además, le habían prometido a Mikey y Takemichi ir a ver el hombre araña.

—Ustedes dos —. Draken agarró el hombro de Mitsuya y el tuyo, les empujó a ambos—. Atrás —. Tropezaste con las butacas y caíste de cara a un asiento. Mitsuya de inmediato se acercó para ayudar a que te levantes.

—¿Por qué ellos en la fila de atrás? —. Mikey se giró y les miró con duda. Luego observó a Draken —. Kenchin, responde.

—No quedaban más puestos en esta fila —. El rubio se sentó a un lado de Mikey. Chifuyu les veía a Mitsuya y a ti con una sonrisa tensa y fría.

—Esto es extraño —. Codeó a Baji y les apuntó, estirando su boca.

—Chifuyu —. El nombrado volteó a ver a Baji —. cállate.

—Draken no es nada disimulado —. Le susurró Hakkai a Angry, ambos asintieron viendo a tu mejor amigo.

Te sentaste en la butaca reservada y te estiraste para quitarle un refresco a Smiley. De inmediato apagaron las luces de la sala, así que te sentaste correctamente junto a Mitsuya.

—Denme palomitas —. Mitsuya se estiro en dirección a Kazutora y Baji, estos le voltearon a ver al mismo tiempo.

—Shhh, ya empezó la película —. Baji le dio la espalda.

—Ten —. Draken dejó un pote de palomitas en su pecho —. Y no vuelvas —. Le empujó y Mitsuya cayó sentado en su lugar. Le miraste de reojo a lo que él sonrió.

—¿Quieres? —. Alzó las palomitas. No espero respuesta, y dejó estas sobre tus piernas. Le agradeciste antes de comenzar a comer con nerviosismo, puñado tras puñado podías sentir su mirada en ti.

—Que oscura está la sala... —. ¿En serio dijiste eso ________?

—Si...

Takashi no estaba al tanto de la película, le importó tres hectáreas de verga que hubieran tres hombre araña. Se encontraba demasiado nervioso para siquiera pensar.

Para calmar sus nervios, se movió para atrapar la bombilla del refresco que estaba en medio de ambos, y bebió un par de tragos.

Casi te da un patatús al verlo. Antes habías tomado de ahí, así que para ti fue un beso indirecto con todas sus letras.

—Está buena la película —. Comenzaste a negar con la cabeza al notar lo aguda que sonaste. Tu voz no era así, mierda.

—Si...

Mitsuya pensó que era un idiota por responder con monosílabos.

—Tú i... —. El de cabello lila abrió exageradamente los ojos al notar lo que iba a decir inconscientemente. Draken, en la fila de adelante, también abrió los ojos de par en par.

—¿Yo qué? —. Ladeaste tu rostro y observaste como quedaba rígido contra el asiento. Mitsuya parpadeó rápido.

—AAAWWW LE DIJO QUE LOS AMA —. No le diste atención a tu amigo tan emocionado por la película. Seguiste mirando a Mitsuya.

Nuevamente movió su mano y cubrió sus mejillas de tu penetrante mirada, ocultó su sonrojo con bastante dificultad.

—Nada... nada. Y-yo iba a decir q-ue tú eres tan buena amiga al igual que —. Rascó su mejilla y volteó el rostro en la dirección opuesta a la tuya, tu ceño se frunció. Mitsuya apuntó a la película —. ese personaje.

En la fila de adelante, Draken comenzó a toser.

—Kenchin, te estás ahogando —. Mikey se apuró en golpear su espalda.

—¿Estas bien, Draken? —. Te levantaste del asiento y comenzaste a sobar su espalda. Mikey seguía golpeándolo.

—Vete para allá, burra —. Draken te empujó a tu asiento, miró por unos segundos fijamente a Mitsuya y volvió a ver la película. Mikey seguía golpeándole la espalda.

—Que hijo de... —. Te callaste al sentir la mano de Mitsuya sobre la tuya. Palideciste de inmediato.

Agarró tu mano y dejó ambas en medio de ustedes, sobre el reposa brazos. Diste un vistazo, uno muy chiquito que te hizo notar como apretaba su mano libre en un puño. Mientras su mano acariciaba el dorso de la tuya, la otra se entretenía en estrujar la orilla de su camiseta blanca. Sin duda no sabia qué hacer.

—__________... yo... —. Volviste a ver a Mitsuya, esta vez enfocando tus ojos en su rostro —. Debo decirte... que... bueno, yo...

—¡FOTO! —. Baji había sacado su movil y estaba sacando una selfie agregándolos a ustedes y los demás de la ToMan. Mitsuya movió su mano por instinto, lo único que notaste luego, ademas del flash, fue el refresco que cayó en tus piernas.

—¡__________! Oh dios, lo siento mucho —. Mitsuya se levantó de inmediato mientras se disculpaba. Agarraste el vaso vacío y se lo tiraste a Baji por estar riéndose a todo pulmón —. Lo lamento, te moje sin querer, _________. Discúlpame...

—Cada vez peor —. Se lamentó Draken.

—Shhhhh

—Cállense ustedes, idiotas. Tenemos un problema aquí —. Respondió agresivo Kazutora, aprovechando para burlarse de las demás personas que pedían silencio.

—Tu ropa se arruinó — Mitsuya te miró arrepentido totalmente. Con su manga intentó secar tus pantalones mientras aún seguías sentada —. Lo lamento, _________.

—Está bien. Voy a ir al baño...— suspiraste tras ponerte de pie. En la fila siguiente tus amigos te veían casi con un puchero, sabían que regularmente tenías mala suerte.

—Te acompaño —. Mitusya de inmediato se apresuró a seguirte. Mikey se estiró para alcanzar las palomitas de ustedes y comenzó a comerlas. Toda la sala quedó en silencio mientras ustedes salían de ahí a paso apresurado.

No pudiste caminar del todo bien, tus pantalones estaban empapados y ajustados a tus muslos a más no poder. Lo peor era que estaba helado. Durante todo el camino al baño estuviste maldiciendo cómo llegaste a ese punto de mala suerte.

Entraste al baño de mujeres y tu amigo te iba a seguir de no ser porque le gritaste que no entre. Se volvió a disculpar repetidas veces luego de eso.

—¡Espera ________! —. Te devolviste y asomaste fuera del baño. Mitsuya estaba con su chaqueta en la mano.

Te acercó a él y enrolló la chaqueta en tu cintura, haciendo un nudo con las mangas. Miraste sus manos y cada acción de estas hasta que se perdieron dentro de sus bolsillos.

—Ve por servilletas y te ayudo a secar un poco. La chaqueta cubrirá lo que atrás está húmedo —. Tu ser se estremeció cuando su pulgar acarició sobre su chaqueta, directamente en tu cintura —. Aunque creo que no combina mi chaqueta con tu atuendo...

—Eso es lo de menos, Mitsuya —. Intentaste aliviarlo al ver su expresión tan... juzgadora.

Debió elegir una chaqueta oscura, algo que combine con todo.

Asintió y te soltó para que vayas por confort o lo que sea para limpiar tu ropa. Ya cuando saliste nuevamente y ambos se movieron del transitado pasillo, ya que lo que más notabas eran las miradas de las personas que caían en ustedes. Esa atención incrementó cuando Mitsuya apoyó una rodilla en el suelo y comenzó a intentar secar tus muslos. 

Él estaba tan concentrado que ni notó a las pocas personas que le veían raro.

—Se perdieron el final —. Apareció diciendo Smiley, quien luego juguetonamente empujó a Mitsuya. Tu amigo prefirió levantarse antes de caerse al suelo —. Aunque fue un final feliz.

—¿Si? —. Preguntaste.

—No, murieron todos —. Angry golpeó a su hermano por decir eso —. Es broma.

—¿Te ensuciaste mucho, _________? —. Draken se acercó e inclinó antes de subir la chaqueta que tenías en la cintura. Observó la parte trasera de tus pantalones, buscando indicio del refresco en ellos. Mitsuya tosió fingidamente.

—Solo quiero irme a mi casita... me siento pegajosa —. Admitiste, mirando al igual que Draken si se notaba bastante lo húmedo de tu ropa.

—¿Quieres que te lleve, pequeña? —. Su apodo burlón te hizo reír. Draken siempre encontraba la forma de molestarte.

Tus demás amigos estaban entretenidos viéndole, sonriendo casi con entusiasmo. De seguro pensaban cosas que no son.

A ninguno se le ocurrió mirar a Mitsuya y su expresión tan enfadada. Si alguno lo hubiese hecho, se habría dado cuenta de la situación en un instante.

—Emmm —. Subiste la mirada hasta Draken, y luego viste por un segundo fugaz a Mitsuya. Él se enderezó en su lugar y dio un paso cerca del rubio.

—Yo puedo ir a dejarla —. Le dijo a Draken, tu alto amigo fingió pensar —. Vivimos cerca... además, se lo debo por ensuciarla.

Draken rió

—¿Seguro, amigo? —. Dejó una palmada juguetona en su espalda —. Pensé que tenías otros planes.

Se les olvidó que estamos aquí —. Le susurró Takemichi a Chifuyu.

—No son planes importantes —. Mitsuya le sonrió y luego estiró su mano para atrapar tu muñeca —. Vamos, ________ —. Se despidió de los demás agitando su mano y comenzó a caminar a la salida. Mientras te llevaba, miraste a tus amigos con cierta confusión, ellos simplemente se despidieron a gritos y te dejaron ir como si nada.

Lo último que escuchaste, fue a Baji decir lo sorprendido que estaba por lo rápido que podía caminar Mitsuya.

—Gracias por ofrecerte a llevarme a casa —. Agradeciste, caminando un poco más rápido para alcanzarlo. Mitsuya movió su agarre y decidió sostener tu mano en vez de tu brazo. Tus ojos casi se desorbitaron por tal acción.

—No es nada.

—De todas formas... espero que tus planes no se hayan arruinado. Puedes dejarme de camino a casa y yo me acerco a pie.

Intentaste ser considerada.

—No.

ª bueno

Cerraste la boca hasta que llegaron a su motocicleta. De ida al cine te habías ido con Draken, por lo que no estuviste tan nerviosa como ahora. Al instante en que subiste a la moto y te preparaste para enrollar tus brazos en aquel chico que te gustaba, Mitsuya decidió hablar.

—Yo la verdad necesito preguntarte algo, ________ —. Le miraste dudosa al ver que no subía a su moto, solo la sostenía desde el manubrio.

—Claro, dime —. Agradecías que no hubo contacto visual. Mitsuya no dudó en fijarse únicamente en sus manos firmemente presionadas cerca del acelerador.

—¿Desde cuando... —. Emitió una pausa —. te gusta Draken?

—No me gusta Draken —. Le sorprendió tu rápida respuesta. Decidiste mirarle seriamente incluso cuando sus ojos buscaron los tuyos.

—No es necesario que me mientas...

—Estoy hablando en serio, Mitsuya.

No podría creerlo. No después de ver sus interacciones esos últimos días, ni desde luego después de ver cada mirada que Draken y tú se daban.

Dejó ir un suspiro hondo y decidió subirse a su motocicleta, todo en total silencio.

—¿No me crees? —. Claro que no ibas a dejar pasar esta oportunidad. Te abrazaste al torso de Mitsuya antes de preguntar, hablaste lo suficientemente claro para que no hayan confusiones —. Estoy siendo sincera.

—No es que no te crea —. Respondió en un ligero tono agotado. Encendió su moto y emprendió camino a tu casa —. Solo que... se comportan raros, ¿bien?

—Siempre nos comportamos así de cercanos. Es normal en nosotros —. Sentiste como se tensaba a la vez que bajaba ligeramente la cabeza.

—Estoy siendo patético, ¿no? —.te acercaste más a su oído, esperando la explicación a sus palabras —. No debería estar preguntando cosas tan personales. Lo lamento.

—¡No! No te disculpes, puedes preguntarme lo que sea —. Te fijaste en cómo te veía de reojo, una sonrisa tirando de su boca —. A decir verdad, me gusta otra persona.

—¿Ah si? —. Preguntó curioso. Descansaste el mentón sobre su hombro, y asentiste efusivamente con la cabeza.

—Si —. Joder, te sentías desvanecer en este minuto. Mitsuya disimuló toda emoción y se mantuvo viendo el camino, conduciendo con cuidado —. Llevo años gustando de la misma persona.

—¿Tanto? —. Esbozó una mueca —. ¿Y por qué no se lo haz dicho?

—Porque no estoy segura de si le gusto o no —. Admitiste. Mitsuya mordisqueó su labio inferior, pensando en qué decir sin ser tan obvio.

—Sería muy improbable que no sienta lo mismo, _________.

—¿Tú crees?

—Si.

Con tus palmas tocando su pecho, te inclinaste para dejar un dulce beso en su mejilla, que a decir verdad fue más cerca de su mandíbula. Mitsuya dejó una mano sobre las tuyas, acariciando el dorso de una con delicadeza.

—Si no es Draken, ¿quien es? ¿lo conozco? —. Si supieras...

Su nombre empieza con T.

Vamos, Mitsuya, sé que eres listo.

—¿No es Taiju? —. Tus carcajadas le llegaron de lleno al oído.

—No, no es Taiju.

—T... ¿Takemichi? —. Volviste a negar, Mitsuya también rió mientras entrelazaba una de sus manos con la tuya —. ¿Takuya? ¿es Kisaki?

—No, Takashi —. Su nombre lo dijiste más lento, destacándolo por sobre todo.

—Entonces no estoy seguro... — soltaste un ahogado jadeo al notar que estaba fingiendo no saber absolutamente nada. Apretó tu mano juguetonamente —. Llegamos, ________.

Giraste el rostro y observaste tu casa, tu oscuro y sin duda solitario hogar. A estas horas no había nadie, por suerte.

—¿Aún no se te ocurre alguien? —. Seguías sobre su moto, abrazando su torso firmemente.

Mitsuya apoyó su pie en el concreto y apagó su motocicleta. Él sabía la respuesta correcta, y de molestoso no quería decirla. Se enderezó sobre su moto y movió las manos de ambos, que estaban entrelazadas aún, hacia abajo, en dirección a su muslo; Dejó descansando ambas ahí, el dorso de tu mano presionando su pantalón. Tu mejilla se apoyó sobre su hombro y esperaste a que hable, sin duda él tenía mucho que decir.

—Si esta charla la hubiésemos tenido hace un tiempo atrás, me hubiera ahorrado varios dolores de cabeza, ________ —. Admitió cabizbajo, acariciando tu mano con su pulgar.

—¿Te dolía la cabeza?

—Si, me dolía hace unos minutos, cuando Draken poco más y manoseaba tu trasero para ver si seguía húmedo tu pantalón —. Lo dijo tan serio que te dio gracia. Ocultaste tu rostro en su espalda y comenzaste a reír, no te importó lo ruidosa que sonaste.

—No sabía que los celos causaban dolor de cabeza.

—Ahora si lo sabes —. Reíste más. Al poco tiempo, Mitsuya también comenzó a reír casi a la par de ti.

—Dejemos a Draken fuera de esto. Solo es mi mejor amigo —. Se limitó a asentir —. ¿Ya captaste que me gustas o debo decirlo directamente?

—Ya lo capté, pero si quieres decirlo entonces adelante —. Dejaste un leve golpe en su espalda, él respondió con un auch.

—Y si te soy sincera, últimamente estuve más cercana a Draken porque ambos hicimos un plan. Su meta era ponerte celoso, muy celoso —. Oíste que soltó un par de insultos al aire.

—Me las va a pagar... jodido calvo, maldito hijo de —. Volviste a golpear su espalda —. Lo lamento.

—Y bueno, eso era todo lo que tenía que decir — te separaste, alejándote de su mano y espalda, y te bajaste de la motocicleta —. Ya viene siendo hora de entrar a casa. Debo cambiarme los pantalones.

Te armaste de valentía y quedaste de pie junto a él, ahora observando su bonito rostro. Mitsuya es completamente atractivo.

Tus pensamientos fueron interrumpidos cuando su mano sujetó tu cintura y te tiró hacia él. De inmediato tu rostro comenzó a arder por la cercanía.

—¿Quieres que te acompañe? —. Preguntó en voz baja, su mirada paseando desde los ojos hasta tus labios. Tragaste saliva, dejando tus manos apoyadas en sus hombros.

—No creo que sea... necesario —. Mitsuya esbozó un inocente puchero, cubriendo su labio superior con el inferior —. Draken dijo que tenías planes, así que...

—No son planes importantes —. Se te fue tan placentero como su voz bajó ciertos tonos. Habló con profundidad, un murmullo ronco y cariñoso. Mitsuya tenía su rostro bajo tu cuello, por lo que tenía que alzar el mentón para observar a tu cara; evidentemente por estar sentado aún en su moto —. Prefiero estar contigo.

—¿Estás seguro? —. La pregunta salió algo temblorosa, tras notarlo Mitsuya sonrió satisfecho.

—Más que seguro —. Relamió sus labios cautelosamente, sus ojos desviándose de tu rostro y bajando un par de centímetros más —. Quiero quedarme contigo un poco más.

Entonces está —. Quedaste a media palabra, Mitsuya había alzado su mano y enganchándola a tu cuello, te hizo inclinar para acercar sus rostros —. bien —. Cerraste los ojos tras sentir su respiración tan cerca, su nariz rozó con la tuya y su boca se adueñó de tus labios en un suspiro.

Tus manos se movieron de sus hombros hasta su cuello, acariciaste su tibia piel al mismo tiempo en que él te acomodaba más cerca.

Era un idiota cobarde por no besarte antes. Tus labios eran tan jodidamente suaves, se sentían maravillosos contra los suyos.

Se atrevió a explorar más tu boca cuando la punta de su lengua pidió participar, abriéndose paso entre sus labios para humedecer tu labio inferior con deleite. Entreabriste tu boca un poco, lo suficiente para que Mitsuya ladeé el rostro e inicie un beso más intenso y húmedo.

Su fuerte brazo yacía abrazando tu cintura, su mano ahuecando parte de tu abdomen en un toque firme, a estas alturas tus piernas estaban tocando su muslo. Ambos suspiraron y separaron sus labios para respirar profundamente, su pecho se agitó violentamente antes de volver a arremeter contra tus labios enrojecidos y húmedos. En el momento en que dejaste salir inconscientemente un gemido en su boca, siendo Mitsuya el causante gracias a sus curiosos y sensuales toques, él gruñó en respuesta y su mano libre fue a la cinturilla de tus pantalones. Enganchó uno de sus dedos donde debiese ir el cinturón, y sus demás dedos rozaron bajo tu blusa, tocando la orilla de tu pantalón.

—Y-yo creo que ya es t-tarde, Mitsuya —. Sujetaste su curiosa mano, y él paró de moverse. Suspiró antes de esbozar una amplia sonrisa, asintió sin dejar de sonreír.

—Lo siento, fui demasiado lejos —. Sacó su mano de debajo de tu blusa, y acarició tu abdomen por sobre la prenda. Su rostro se separó del tuyo, sin dejar de hacer contacto visual con tu provocativa boca —. Lo mejor será que me vaya ahora.

Mordisqueando tu labio, asentiste suavemente. Tu mano derecha acarició su mejilla antes de que te agaches a dejar un tierno beso en su boca. Al finalizarlo, te pareció realmente tierno como Mitsuya seguía con los ojos cerrados con una expresión totalmente calmada tallada en su cara.

—Tú también me gustas demasiado, _________ —. Susurró acunando tu mejilla para volver a acercar tu rostro, dejó un corto beso en tu boca —. desde siempre... se me fue inevitable, ¿sabes?

Con alegría, le devolviste aquel beso y acariciaste su mejilla mientras le besabas. Pudieron estar horas así, dándose pequeños y húmedos besos.

Mitsuya se alejó a tientas y sus manos quedaron al aire, muy separadas de tu cuerpo. Se acomodó intranquilo sobre su motocicleta y la encendió en un dos por tres.

Debo irme o haré cosas indebidas —. Se reclamó a sí mismo. Se detuvo un segundo antes de darse un golpe en la mejilla —. Olvida eso último que dije... hablamos mañana ¿está bien? —. Giró su rostro para verte, y tras obtener un asentimiento él nuevamente hizo algo un tanto impulsivo; su mirada recorrió pausadamente tu cuerpo, del cuello hacia abajo —. Carajo... lo lamento, esto es muy difícil.

Mitsuya sentía que se estaba comportando como un puto pervertido. Nunca le había pasado algo así.

—Buenas noches entonces —. Te inclinaste para dejar un beso en su mejilla, pero te detuvo de inmediato.

—Buenas noches, ________ —. Te dio un toque en el hombro haciendo que retrocedas, sonreíste a su mueca afligida y algo enfadada —. Mañana hablaremos de esto, ¿está bien?

—Si, claro.

Mantuviste la distancia, sin dejar de ver su rostro pensativo. Asintió y rodó su lengua dentro de su boca en señal de nerviosismo. Luego de tal vez un par de segundos, dio unas cuantas aceleraciones a su moto y se dispuso a irse.

—Duerme bien. Te quiero, ________ —. Aceleró a fondo luego de aquello, no queriendo escuchar una bonita respuesta viniendo de tu dulce boca.




Escenario extra

¿Se acuerdan del capítulo sobre el embarazo? (Donde el papá era un desconocido y nunca apareció)

Puesss este escenario extra es de la pequeña hija de la rayis luego de años. (La rayis tuvo a la bebé a eso de los 19 años, para que calculen su edad actual)

Es todo un reto para ella presentarle su novio a sus papás.

—Son 16 tipos con aspecto de rudos pero... —. Rió nerviosa, soltó pequeñas carcajadas mientras entrelazaba su mano con la del chico. Su novio tragó saliva —. Es sólo su aspecto. La verdad son como mis padres, siempre me consintieron de pequeña incluso hasta ahora. De seguro se llevarán genial.

—Te mentiría si dijese que no estoy asustado —. Confesó afligido.

—Relájate, amor. Te hablaré un poco de cómo son ellos, presta atención —. Juntó su costado con el suyo y pensó en palabras que caractericen a cada uno de sus "padres" —. De seguro te agradará de inmediato el tío Takemichi, es un amor con todos. Sabrás quien es apenas lo veas, él no da miedo a simple vista.

—Tío Takemichi es el simpático, anotado —. Susurró su novio, haciéndose una nota mental.

—Él tío Hakkai tiene aspecto de matón, pero te aseguro que no es así. Si conversas con él un poco, sabrás de lo que hablo. La tía Yuzuha da más miedo que él —. Rió tras recordar ciertos momentos con esa chica especial.

—Cuidarme de tu tía Yuzuha, y hablar sin miedo con tu tío Hakkai, anotado —. Respondió su novio.

—El tío Souya... te asustaras con solo ver su expresión, pero es de los más cariñosos. Y es muy comprensivo, así que de seguro no te dirá nada malo o incómodo —. Explicó tranquilamente. El chico tragó saliva otra vez.

—El tío Souya entonces me va a matar con la mirada, pero es muy tranquilo y cariñoso... anotado —. Cada vez sentía que le costaba más hablar.

—El tío Mitsuya es un poco sobreprotector, pero no te hará preguntas incómodas. Es maduro y centrado, así que confía en él —. Le miró de reojo como asentía.

—Me amenazará disimuladamente, anotado —. La chica le dio un empujón.

—El tío Inui es similar, no te hablará de cosas incómodas ni te dirá que te matara o algo así —. Le sonrió.

—¿Dices que los demás si me dirán eso? —. Casi tembló el pobre chico.

—No, no... Como decía, el tío Inui si hará varias preguntas, pero solo debes hablar con confianza. Si te ve confiado y honesto, entonces será bastante amigable contigo —. Su novio asentía con la cabeza mientras ella hablaba.

—Anotado —. Respondió.

—El tío Draken... él si te va a mirar mal, lo admito —. Se sinceró —. PERO, solo un rato. Entenderá que no puede prohibirme nada, por lo que pronto va a solo aceptarlo. De seguro cuando tengas que irte se va a despedir con un fuerte apretón de manos y palmaditas en la espalda no muy fuertes.

—Me va a golpear... —. Susurró para sí mismo.

—No... así se despide siempre... en fin, es uno de mis tíos favoritos así que debes llevarte bien con él. Solo sé tú mismo —. Le animó abrazando su brazo, aún con una de sus manos entrelazándola con la suya.

—Anotado...

—El tío Chifuyu intentará hacer su cara de malo apenas entres a la casa... la verdad en su juventud sí que tuvo esa etapa de... ya sabes —. No sabía como decir que golpeaba tipos hasta mayores que él —. ¡Pero con él es que leemos mangas y vemos anime! Así que ya sabrás que es muy agradable.

—Me volveré otaku para caerle bien —. Bromeó un poco.

—Y los demás.... —. La chica soltó a su novio y apuró sus pasos. El chico le siguió, algo confundido —. Mierda, los demás son más....

—Solo me has dicho 7, ¿qué pasa con los demás? —. Ya el terror tiñó su voz.

—Con ellos tendrás problemas... —. Admitió, rascando detrás de su cuello. El chico soltó una negación en un chillido agudo —. No te hablaré de mis tíos Ran y Rindo, haré que te quieras tirar de un puente o simplemente termines conmigo justo ahora.

—No me asustes así, por favor...

Joder, y ni hablemos de mi tío Kazutora... — tapó su rostro con ambas manos, soltando un lamento en alto volumen.

—No... me estas asustando más...

—¿Y Keisuke? Carajo no... mi tío te puede golpear —. Lloriqueó contra sus manos. Su novio ya estaba al borde del colapso.

—Me haré pis aquí mismo.

—Mi tío Manjiro va a ser cruel y burlón, ya lo estoy viendo en mi cabeza —. Soltó sin querer. El chico negaba con la cabeza mientra escuchaba atentamente —. Igual que mi tío Nahoya, mierda, te harán bulling.

—Nooo....

—Mi tío Kakucho puede ser más tranquilo en comparación al tío Izana... carajo, espero no haga lo del otro día contigo —. Su novio soltó un grito.

—Pero...

—Y el tío Hanma... pues él es especial —. Dejó de cubrir su rostro y volteó a verle. Intentó sonreír para tranquilizar sus nervios —. Pero tranquilo, a pesar de sus personalidades tan especiales, yo estaré ahí en todo momento. No te harán nada.

Al menos físicamente no te harán nada

—¿Segura? Como que quiero solo conocer a tu madre...

—Yo y ella estaremos ahí, así que relájate. Mi mamá no dejará que se turnen para golpearte —. Le abrazó fuertemente, intentando calmarle —. Luego de esto nos vamos a reír de lo paranoicos que fuimos jaja... de seguro estoy exagerando todo.

—Espero que así sea...









—Queremos hablar a solas con él.

Su peor pesadilla se ha cumplido...

El novio de tu hija le vió con horror. Luego de verle por un segundo, volteó a verte a ti, rogando a que le ayudes.

—No sean así, vamos a estar toditos aquí en el comedor —. Decidiste.

—Tío Manjiro... ya le hablé de esto —. Murmuró tu hija, mirándole fijamente a quien se había autoproclamado como líder en contra de tu novio.

Todos tus amigos se habían unido por esta única vez para enfrentar su mayor desafío. Quien tendrá la atención total de su sobrinita.

Solo con ver sus expresiones cuando aquel chico puso un pie dentro de la casa, te dieron ganas de asesinar a tus amigos.

Tengo ganas de meter cuchillo y sacar tripas

—Ustedes —. Cubriste al chico y a tu hija, y te pusiste frente a todos los demás —. O se me comportan, o los asesino.

Apuntaste uno a uno, sobre todo a Ran y a Rindo, quienes ya estaban intimidando de más al pobre chico.

—Ustedes, guarden ese fierro —. Les amenazaste a ambos.

—¿Esto? —. Ran alzó el objeto —. No es nada, _________. No es de un material resistente.

—Me importa una mierda. Guárdalo, Ran, hablo en serio —. Advertiste nuevamente. Tu hija a tus espaldas te agradeció cuando Ran te hizo caso.

—Bueeeno... ¿que tal si nos sentamos todos? —. Takemichi sonrió ampliamente tras ver al chico. Todos se voltearon a verle irritado, al parecer no les agradaba cuando hacía de "tío bueno"

No te moviste hasta que todos ya se hayan sentado alrededor del comedor. Vigilaste cautelosamente a cada uno, no sería primera vez que sospeches sobre alguna locura de su parte.

Tu hija decidió sentarse en el sofá doble junto a su novio. Tú te sentaste junto a Inui, él te había llamado hasta ahí.

—Bueno, bueno, ¿cual es tu nombre, chico? —. Mitsuya fue el primero en hablar, acomodándose en el sofá.

—M-marcelo...

—Agáchate y co

—NO, HANMA —. Le interrumpiste, fulminándolo con la mirada. Tu amigo alzó las manos en señal de rendición. Quedó callado de inmediato.

—¿Cuantos años tienes? —. Ese fue Souya.

Cuando Marcel te miró, le sonreíste gentilmente. Él se acomodó más en el asiento antes de hablar. Estaba increíblemente nervioso, y se notaba.

Diecisiete —. Oíste suspiros de alivio. Tenía la misma edad que tu hija.

Menos mal no es mayor o tendría que sacar mis chistes sobre eso —. Oíste como le susurraba Smiley a Baji, ambos sonrieron.

—Igual quiero molestarlo —. Admitió Baji.

—¿Como se conocieron, Mario? —. Manjiro cruzó su pierna por sobre su rodilla y le miró fijamente.

—Es Marcel, tío.

—Es lo mismo.

—Mikey... —. Te inclinaste para verle mal.

—Somos compañeros de clase —. Respondió tu hija.

De inmediato tu sexto sentido se activó y esperaste un comentario desubicado.

—Cariño, le preguntaron al tipo junto a ti —. Izana entrecerró sus ojos, viendo fijamente al joven —. ¿Eres mudo? te hicieron una pregunta.

Izana, te echaré de aquí si no te comportas —. Susurraste en voz baja, lo suficiente para que solo tus amigos escuchen.

—Emm no, señor —. Evidentemente no es mudo —. Si, nos conocimos en clases... llevamos siendo amigos hace ya un año.

Supongo que en ese año se conocieron bastante —. Al oír a Hanma, cubriste tu rostro con ambas manos y te enterraste aún más en el sofá. Oíste mínimas risas a tu lado.

Sin duda habló sarcásticamente, para ellos eso era muy poco tiempo.

—S-si, luego... luego al poco tiempo me di cuenta que... — el chico dudó en hablar. Se le resultaba sumamente difícil al tener ahora a varios tipos expectantes y cruzado de brazos —. que me gustaba bastante.

—¿Te gusta o te gustaba? —. Soltó Kazutora, inclinándose hacia delante para verle desde aún más cerca.

Quisiste tirarle un zapato.

—Me gusta, señor —. Corrigió al instante.

Tu hija te miró pidiendo ayuda.

—Supongo que tratas muy bien a mi pequeña sobrina, ¿no? —. Inui te vió de reojo antes de hablar de más —. No quiero sonar entrometido, solo necesito saber si su relación es sana o no.

—Y-yo si, su sobrina está en buenas manos. Le prometo que nunca le haría daño, señor —. Joder, te dio lástima lo nervioso que estaba. De inmediato golpeaste tu frente al oír la risa burlona de Nahoya y Manjiro.

Buenas manos dice —. Echó a reír Nahoya, burlándose de lo raro que sonó.

—¿Sabias que mi sobrinita es la mejor de la clase? —. Keisuke apuntó a tu hija. Su novio asintió de inmediato —. También que es la más adorable y responsable alumna de todo ese instituto feo, ¿no? —. El chico volvió a asentir. Tu hija le miró asustada, completamente sonrojada por los halagos tan excesivos —. ¿Crees que estas a su altura?

—Yo...

—No le preguntes eso, Baji —. Chifuyu negó con la cabeza —. Es obvio que no.

Kazutora se atoró al retener una risa. Los Haitani rieron sin más.

—Cariño, no les hagas caso —. Decidiste intervenir en la conversación que parecía el infierno. Le sonreíste a Marcelo —. Ellos son así de sobreprotectores porque cuando tenían tu edad...

Volteaste a ver a los que más reían. Ellos se callaron lentamente, calmando sus risas luego de notar tu expresión perversa.

—Cuando tenían tu edad ninguno de ellos tenía novia —. De inmediato todos comenzaron a hablar al mismo tiempo, excusándose de cualquier forma —. Eran tan, pero TAN solteros que hasta yo me burlaba de ellos.

—Bueno... yo si tenía a Hina —. Te recordó Takemichi. Le diste la razón al instante.

—Por eso algunos están tan divertidos con esto... no te lo tomes personal —. Le guiñaste un ojo al chico, y volviste a dejarte caer al asiento. Él se sintió más relajado gracias a ti.

—Que bruja que es tu madre —. Le soltó Kazutora a tu hija.

—Marcel, ¿tienes hermanos? —. Hakkai decidió cambiar de tema y preguntó lo que Yuzuha le decía por mensaje.

Si, él necesitaba apoyo para este tipo de cosas.

—Si, tengo dos hermanas menores.

—Perfecto. Por eso de seguro entenderás lo enojados que estaríamos si le rompes el corazón a mi princesa —. Habló toscamente Kakucho, finalizando con una fingida sonrisa.

Su faceta pasiva agresiva había salido a la luz.

—Ni eso —. Izana también comenzó a hablar seriamente, sonando amenazante —. Simplemente ignórala o no le respondas una maldita llamada... no te atrevas a hacerlo, ¿si, campeón?

—Solo... —. Draken le interrumpió —. te pido que no la hagas sentir insuficiente durante su relación, por favor.

—Yo te pido que ni sueñes con engañarla —. Ran luego de decir aquello, esbozó una sonrisa maquiavélica —. No, mejor me quiero asegurar ahora mismo. Dame tu teléfono para ver si hablas con otras chicas.

—Tío, no —. Tu hija de inmediato le puso en su lugar. Ran refunfuñó.

—¿Tienes amigas, Marcelo? —. Ese fue Kazutora.

—S-si, tengo algunas. Su sobrina y yo estamos en el mismo salón así que nuestras amistades son las mism —. Fue interrumpido.

—Oh, yo también tenía muy buenas amigas y decía que tenia solo "algunas" —. Mencionó Hanma —. Cuidado ahí, sobrina.

—Déjalo hablar —. Le retó Mitsuya.

—¿Y mi sobrina es tu primera novia? —. Preguntó Souya.

—Si.

—¿Antes por qué no tenías novia? ¿Por qué no te gustaban las relaciones serias? —. Preguntó Rindo, viendo fijamente al chico.

—N-no es por eso... simplemente nunca me gustó alguien.

—¿Te gustaban los chicos? —. Preguntó de golpe Hanma. Ahí si que todos comenzaron a reír, menos tu hija y tú, claro.

—¡No! no es por eso —. El chico cada vez estaba más incómodo.

—Anda, hombre, estoy bromeando —. Hanma se levantó del asiento, aún riéndose, y se acercó a él —. Relájate un poco, no te vamos a agarrar a escobazos o algo así.

Le miraste mal cuando golpeó a mano abierta la espalda de Marcel. Tu hija de un manotazo lo alejó de ahí.

—Si te golpeara ahora, ¿crees que podrías defenderte? —. Todos voltearon a ver a Mikey. Algunos se vieron intrigados por esa idea.

—Definitivamente no... —. No dudó nada —. Soy muy malo peleando, señor.

Detesto cuando me dicen "señor"—. A Manjiro le entró un escalofrío desagradable por ese apodo —. No soy tan viejo.

—¿Como le gustaría que le llame? —. Él volteó a ver nervioso a tu hija.

—Solo Manjiro estaría bien —. Respondió encogiéndose de hombros. El chico asintió —. ¿por qué eres tan malo peleando? ¿te da miedo?

—No es eso... solo que nunca me interesó aprender.

Que desastre —. Se lamentó Ken, bajando la cabeza y comenzando a negar decepcionado.

—Es muy importante saber defenderte, socio —. Chifuyu le miró negando, estaba más que decepcionado al notar lo poco atlético que era el novio de su sobrina.

—Menos mal nuestra sobrina sabe defenderse muy bien —. La risilla orgullosa que oíste de Takemichi provocó una sonrisa en ti —. Marcelo, para que sepas, tu novia me a pateado el trasero unas cuantas veces.

Todos le dieron la razón, afirmándolo sin dudar. El joven le miró con la boca entreabierta, para luego voltear a ver a su novia.

—Eso si no te lo negaré, tío —. La faceta egocéntrica y mimada de tu hija salió a la luz, ella sonrió con orgullo.

—Cierto que la chica esta sabe pelear —. Ran no podía entender como se le había pasado ese importante dato; al poco rato comenzó cambiar su expresión a una de tristeza, más bien observó al joven chico con lastima —. Amigo, estuve equivocado contigo. A ti es a quien debemos cuidar de nuestra sobrina, no al revés.

Tu hija le miró indignada antes de buscar algo para tirarle. Ran se escondió detrás de Rindo.

—¡________, controla a tu hija agresiva! —. Gritó Rindo, cubriendo su rostro con ambas manos cuando observó como la chica agarraba su zapatilla. Nahoya por otro lado le alentó a que se lo tire.

—¡DALE EN LA CARA, PRINCESA! —. Izana sonrió como idiota al observar como su sobrina era tan... parecida a él.

—¡No le digas o se va a atrever, Ozuna! —. Chilló Ran, alcanzando un cojín para tirárselo en plena cara al peliblanco.

Error, Izana se agachó y este le cayó en el rostro a Baji, quien estaba unos metros más lejos.

—RAN, HIJO DE PUTA —. Tapaste tu oído cuando él gritó.

Decidiste alejar tu presencia de aquel nuevo escándalo que se armó y huiste a la cocina, excusando que irías por agua. Si te dio pena dejar al pobre chico con los demás, pero de seguro entenderá que en la vida hay que ser fuerte.

Y que mejor que demostrar lo valiente que debe ser estando en medio de los tíos locos y su propia novia.

—¡MAMÁ, NO TE VAYAS! —. Diste un salto tras escuchar el grito de tu hija pidiendo ayuda.

Mierda, de seguro Ran está respondiendo a cada puñetazo de Baji...

—¡MAMÁ!

Que difícil es hacer esto todos los días...

—Hey, bebé —. Unos cálidos brazos se envolvieron en tu cintura, de inmediato esbozaste una sonrisa —. Creo que Baji rompió el sofá —. Aquel susurro de tu novio acarició tu oído suavemente. Dejaste salir una maldición antes de apoyar tu cuerpo en su pecho, acariciando sus manos que yacían en tu abdomen.

—Es segunda vez que rompe el sofá —. Gruñiste, al borde de la ira.

Inui rió contra tu oído, y dejó un suave beso en tu cuello antes de que voltees hacia él, viéndole cara a cara.

Los gritos fuera de la cocina no interrumpieron su momento cursi.

Desde hace un par de años que Inui y tú habían comenzado una relación más... seria y amorosa.

No, la verdad si que se acercaron bastante, pero sólo hasta hace poco decidieron atreverse y formalizar su relación. Así que... aún tu hija no sabía de su nuevo padre formal.

—¿Quieres que vaya y ponga orden en el comedor? —. Preguntó seriamente, manteniendo el contacto visual.

—Me gusta cuando lo haces, pero esta vez creo que debo darle una buena primera impresión a mi yerno —. Admitiste derrotada, a decir verdad, a veces solo querías que jodan entre ellos y no te molesten tanto. Inui asintió antes de dejar un leve beso en tus labios.

—Cuando se calme todo podríamos... mhm, decir sobre nosotros —. Sonreíste aún más cuando desvió la mirada y su mano rascó parte de su nuca. Se sintió un tanto adolescente al notar sus nervios previos a la confesión.

—Claro, de seguro nuestra pequeña estará feliz —. Hablaste insinuante. De inmediato Inui buscó tus ojos, y sonrió con auténtica felicidad. Ese "nuestra" sonó perfecto viniendo de ti.

Vamos, desde que supo de tu embarazo que amó a tu hija.

Fue una de las mejores cosas que le pasó en la vida.

En medio de un brillo intenso en sus pupilas, te soltó para que vayas a poner orden al comedor. El rubio te siguió, emocionado con pensar en que sería primera vez que tomaría el lugar de padre autoritario que apoyará a la mamá de la casa.

Había esperado tanto por esto, sin duda su ego creció un poco al ser consciente que no sería solo un tío más. Luego se encargaría de burlarse de toda la ToMan y Tenjiku.




Take te rezo

Kazu Bonten<3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top