Taiju Shiba +18


Denigración/ insultos/ masoquismo, tal vez/ golpes/lenguaje obsceno.
Precaución.

Todo es consensuado. No sientan pena por la rayis ya que le gusta todo esto 🤓 (y no existe), gracias.

Sé que tengo varias segundas partes pendientes pero simplemente Taiju me dio inspiración para seguir con el como protagonista.
Capítulo no corregido aún.


La la lala...

Balanceaste tus piernas hacia delante y atrás, te mantuviste observando el techo, totalmente fuera de tu realidad.

Yuzuha y Hakkai estaban desayunando en la mesa frente a ti. Tu te mantenías sentada sobre la encimera de la cocina, tus pies en el aire al ser el mueble tan alto.

Taiju también estaba en la cocina, viéndote con total enojo.

Ciertamente no le viste de vuelta, podrías ser valiente pero no a tal punto. Aún así, su mirada quemaba por donde viera, solo se centró en tu persona apenas entró en la sala.

—________.— te fijaste en Yuzuha.— ¿Vamos a ir juntas al centro comercial?

—Claro.— respondiste en medio de una sonrisa. Taiju siguió mirándote fijamente, tosió una vez.

—Yo puedo llevarte Yuzuha, ________ también puede venir si cree que puede sujetarse jaja.— Bromeó Hakkai comenzando a reír. También soltaste una carcajada.

—Ustedes pueden adelantarse entonces.— hablaste sin preocupación alguna.— Luego podrías venir por mi, Hakkai.

—Si no tienes problema entones está bien.— Asentiste a lo que dijo Hakkai. Yuzuha también estuvo de acuerdo.

—Genial, entonces iré a bañarme por mientras.— bajaste de la encimera.— Me avisas cuando vayas saliendo, Yuzuha.

—Claro, reina.— alzó su vaso de jugo, despidiéndose de ti. Le sonreíste nuevamente antes de salir de la cocina.

Subiste las escaleras y te dirigiste a la habitación de Yuzuha para tomar ropa limpia. Prácticamente su casa era la tuya y viceversa, tú y ella eran muy amigas así que tenían la confianza de pasearse por la casa de la otra como si nada.

Aunque tú sí que pasaste esas confianzas acostándote con su hermano.

Probablemente a Yuzuha no le importe mucho e incluso piense solo que tienes malos gustos por fijarte en Taiju. 

Tomaste una toalla y saliste al pasillo para ir por la esperada ducha.

Error, fuiste arrastrada en otra dirección.

No te sorprendiste tanto, dudabas que fuese algún ladrón o fantasma. Probablemente sólo era Taiju emputadisimo.

—¿Te crees muy graciosa?— soltó apenas te golpeó contra la pared de su habitación. Taiju estaba enojado, muy enojado. En ese entonces creíste seriamente que el dejarlo esa misma noche sin siquiera decirle las "gracias" o el típico "buenas noches" fue un grandísimo error.

—¿Que hice ahora?— respondiste moviendo tu cara. Intentaste separarte de la pared pero fue inútil, Taiju hizo que dejaras caer la ropa y la toalla que tenías en tus manos y te inmovilizó con tus brazos en tu espalda.— Despertamos agresivos parece.

—¿Dormiste bien anoche?— asentiste con la cabeza, era obvio que estaban burlándose del otro.— Miren... La perrita durmió bien luego de irse como si nada de mi maldita habitación. Se te da bien escabullirte, ¿sabias?

—Si, siempre era la mejor en las escondidas.— agarrando tus muñecas te separo de la pared para luego volver a arremeter tu cuerpo en el. En vez de doler, aquel impacto te causo risa, su frustración y enojo te divertía.

—Deja de hacer bromas y habla en serio, ________.— Taiju soltó cerca de tu oído, su nariz picaba un lado de tu cabello.

—¿Que quieres que diga?— él se mantuvo callado.— Ya te dije antes que sólo quería follarte y ya. Lo hicimos, fin. ¿Ahora estás dolido porque no te di las gracias?

—Jajaja, no. Aunque si debieses agradecerme por lo qué pasó anoche, observé que te encantó.— habló orgulloso. Emitiste una mueca, bajando las comisuras de tu boca y encogiéndote de hombros.— ¿Lo niegas?

—Mmhm, no lo estoy negando, solo digamos podría haber sido mejor.— luego de decir aquello sonreíste.

Por Dios, Taiju juró que perdería la cabeza en cualquier momento.

Su torso se pegó a tu espalda, soltó tus muñecas y sentiste como sus manos bajaban hasta tus shorts para desabrocharlos. Se movió brusco, algo rápido para tu gusto. En un rápido movimiento dejó caer la prenda y quedaste solo con bragas.

—Pudo haber sido mejor entonces...— canturreo Taiju con amargura. Asentiste con la cabeza. Su índice se enganchó en tu ropa interior, el material que cubría tu trasero.— Que maldita que eres.

—Concuerdo con eso, se que lo soy.— Taiju rió al escucharte, eras un caso único para el.

—¿Acaso quieres que te folle nuevamente o por qué estás tan desafiante?— dio un tirón a tus bragas, separaste tu abdomen de la pared levemente.— ¿Quieres que me enoje para darte duro, no?

—Puede...

—Ese tono no me convence.— siseó en tu cuello.— Puedes esforzarte más en pedirlo.

—¿Quieres que me disculpe o que ruegue que me vuelvas a coger?— moviste tu cara para verle más directamente, su mirada intimidante solo causaba cosquillas agradables en ti.— Porque no haré ninguna de las dos.

—¿No lo harás?— canturreó alzando sus cejas, negaste. Saco la punta de su lengua para remojar su labio inferior con lentitud, observó tu mirada desafiante y bajó hasta tu boca.— ¿Segura? Te daré una última oportunidad de pedirlo como corresponde.

—No soy de contradecir lo que digo.— Taiju tomó tus manos y dejó tus palmas contra la pared.— No te pediré ni me disculpare de nada.

—Está bien, estupida.— reprimiste una carcajada. Te relajaste cerca de la pared y dejaste que Taiju baje sus manos por tus brazos, los costados de tus pechos, las costillas, tú cintura y caderas. Las enganchó ahí por unos segundos.— Debiste pedirlo, hablo en serio.

Sus manos entraron por el material de tu camiseta pijama, hicieron recorrido por tu abdomen y busco tus senos. Al ver que traías brasier soltó una risa sin gracia.

—Esto no me lo esperaba.— ahuecó una copa con una de sus manos, apretó levemente.— Incluso ahora traes bragas, quien diría que por la noche no la llevabas.

—Simple, no voy a andar sin ropa interior en frente de Hakkai. No seas imbecil.— un gemido adolorido salió de tu boca cuando Taiju apretó tu pecho.— Ten mas cuidado o te pateare tus bolas, Taiju.

—Mmm... Prefiero que hagas otras cosas con ellas.— susurró sonriendo, una sonrisa lasciva auténtica. Quedaste sin habla por unos segundos.

Una de sus manos desabrochó tu brasier, al hacerlo su palma acaricio tu espalda de arriba a abajo. Por alguna loca razón todo lo hacía lento, mínima velocidad y ferocidad, todo para que te desesperes y le pidas ir al grano cuanto antes.

—¿Veamos cuanto puedes aguantar sin rogar, pequeña?— murmuró con autoridad, su voz más pausada, casi susurrante.— Me jode cuando me llevas la contraria pero a la vez me gusta, eres bastante valiente eh.

—¿Te gusta hablar mucho?— intentaste enojarle. Taiju soltó carcajadas que te hicieron sonreír.

—Si, me gusta hablar sobre todo contigo.— subió tu camiseta, sus manos buscaron tus brazos para ayudar a que salga por completo.— Puede que hablando logre irritarte, eso sería digno de ver.

—Tengo bastante paciencia.— temblaste al sentir sus manos sacar tu brasier, te empujó hacia delante y tus senos se apretujaron con la fría pared. Te quejaste en voz baja. Las manos de Taiju bajaron tus bragas sin problema alguno y las dejó a un lado.— ¿Que planeas?

—Relájate, nadie nos interrumpirá.— respondió al ver como tu espalda se tensaba.— Cerré la puerta del baño, como si tu estuvieras dentro. Y...— su boca besó tu cuello, guiándose hasta tu hombro.— también le puse seguro a esta puerta...

—Inteligente...

—Ahora solo queda que te quedes calladita.— su palma hizo contacto directo con tu entrepierna, se había colado por un costado de tu muslo y la pared.— Diría que te va a costar demasiado, ¿no crees?

Cerraste los ojos al sentir sus dedos a excepción del pulgar acariciar tu intimidad, de arriba a abajo. La yema de sus dedos presionaba exquisitamente tus pliegues, te sentías completamente húmeda con tan sólo el inicio de su toque. Tus caderas se encajaron hacia atrás y chocaste con la entrepierna de Taiju.

—Alto.— empujó tus caderas hacia delante, separando sus cuerpos.— de momento no se trata de mí. No intentes restregarte en mi pene como una puta y quédate quieta cerca de la pared.

Ibas a volver a hacerlo para contradecirle pero uno de sus dedos se introdujo en tu interior, tus pies se movieron solos para separarse un centímetro más. Tus manos se apoyaron de la pared frente a ti, gemiste al sentir la longitud de su dedo bombear lentamente.

—¿Lo ves suficiente? Yo no.— Taiju introdujo otro dedo, ahora su dedo medio y el anular estaban embistiendo en tu delicada y chorreante entrepierna. Un espasmo te azoto y templaste levemente.— Mierda, estás tan callada... ¿No tienes nada que decir?

—No.— aquella negación la gemiste sin pensar. Taiju ya sentía como sus pantalones le apretaban tortuosamente, su mano libre la llevó hasta allí para acomodar mejor su erección.

—Abre las piernas.— chillaste débilmente al placer que ofrecían sus dedos, tus pies se movieron otro centímetro más lejos.— No me hagas reír, abre las putas piernas.

Su mano libre la llevó hasta uno de tus muslos y separó una de tus piernas otro poco, nada exagerado, solo quería tener más acceso ya que antes tus piernas estaban prácticamente juntas.

Su índice se abrió paso a tu interior con paciencia, tu cabeza se azoto hacia atrás del extasis. Estabas tan sensible cuando se trataba de Taiju, tus senos punzaban la pared con dureza, te apretabas alrededor de sus dedos tirando de él torpemente y gemías en voz baja poniendo de tu mayor autocontrol.

Un golpe llegó a la mejilla de tu trasero, el sonido resonó por su habitación. Esta vez no se resistió y se apretó a tus espaldas, sentiste además de sus dedos todo de el. Su erección punzante en medio de tu trasero, saludándote, haciendo que presencies su excitación.

Otra palmada, otra y otra más que te hizo arquear la espalda. Sus dedos aún moviéndose cada vez más pausados pero hondos, más profundo.

Tu pie tembló, el cosquilleo en tu abdomen bajo se desató más violentamente.

—¡________ ya nos vamos!— oíste un grito de Yuzuha en el primer piso. Abriste los ojos y buscaste a Taiju.

Su brazo se enganchó con tu cuello y te llevó hasta el, tú espalda se pegó a su pecho, el aún penetrando con sus dedos en tu interior. Viste al costado y observaste su perfil, Taiju llevó su índice libre a la boca indicando que no dijeras nada.

Mantuvo su agarre en tu cuello, no tan fuerte para ahogarte, solo abrazándote fuerte. Con bastante fuerza.

Tu cabeza cayó hacia atrás a la vez que soltabas un quejido por la sensación, Taiju sonrió y observo el desastre que hacían sus dedos. Amaba como chorreabas en sus manos, como tú esencia caía por tus muslos y temblabas en el proceso.

—¡Está en el baño, Yuzuha. Deja de gritar!— gritó Taiju en respuesta, aumentando el movimiento de su mano.

—¡Bien, dile que luego Hakkai vendrá por ella!— oyeron la puerta cerrarse posterior a eso. Taiju sonrió aún más.

—Pero...— te callaste y gemiste en mayor volumen, llegaste al clímax en ese instante. Taiju te sujetó con su mano libre, la enrollo en tu cintura para que no caigas.

Sus dedos siguieron embistiendo aun después de llegar a tu límite. Seguiste lloriqueando a penas, sintiendo como entraban y salían de tu caluroso interior. Por tu clímax, el sonido grotesco que ambos presenciaban de sus dedos embistiendo tu humedad le era completamente excitante para Taiju.

—¿Te corriste, zorrita?— habló coqueto.— Mírate, un jodido desastre hiciste en mi piso.

Taiju sacó sus dedos de tu intimidad pero su palma siguió ahí, sintiendo tu latida entrepierna y el como con cada roce en tu clítoris te quejabas en gemidos.

—¿Estas muy sensible ahora, no?— canturreó tocando tu oído. Dejó una palmada en uno de tus muslos húmedos por tu liberación.— Me gusta golpearte, no sabes cuanto.

Tu mejilla presionaba su hombro, solo te mantuviste te pie por la ayuda de Taiju, estabas tan ida ahora mismo. Joder, aún así querías ir más lejos.

—Sigo pensando...—tragaste saliva con dificultad.— que no te rogaré nada.

—Lo supuse.— mordió juguetonamente el borde de tu mandíbula.— Otra ronda entonces.

Cargó tu cuerpo con su brazo enrollado en tu abdomen y se aproximó a su cama, te dejó sobre esta boca abajo.

—Carajo...— Taiju se enderezó en su lugar y posicionó sus manos a cada lado de sus caderas, de ahí observo cómo intentabas moverte hasta quedar mirándole. Reíste por la situación, te había jodido bien.— No sabes lo bien que se siente el tenerte así, _______.

Claro, se siente superior. El aún estaba vestido y tu desnuda, completamente hecha un lío. Aún así no le diste el lujo de verte débil por tu anterior orgasmo, sonreíste elevando una de tus comisuras.

Ahora viendo hacia arriba, su camiseta arrugada y pantalones algo ajustados en cierta zona, reíste sin poder evitarlo. Eras tan imprudente.

—Que ganas de follarte la maldita boca para que dejes de reír.— declaró negando la cabeza.

—Pero... Mierda, es que me das risa.—apretó su mandíbula con firmeza, era increíble como cada vez le enojabas más.— Cuando estas enojado se ve la vena de tu frente, ¿sabias? Es bastante sexy si me lo preguntas.

—Piernas abiertas, ahora.

—Bueno.— acomodaste tu espalda en su colchón y separaste ligeramente las piernas. Estabas aún bastante delicada por lo anterior pero no ibas a dejar tu personalidad desafiante, si quería follarte, que lo haga. Después de todo, luego te reirás de esto.

Mierda, me reiría mientras me quejo de no poder caminar.

Taiju se agachó y enganchó sus brazos bajo tus muslos. ¿Quien diría que ahora ese tipo tan intimidante ahora estaba entre tus piernas?

Metas

Nuevamente comenzó a tocar, esta vez empleando su boca en su totalidad. Su lengua caliente y gruesa lamia tu punto de nervios como un demente, sin pausa alguna. Te distrajiste completamente cuando dos de sus dedos fueron enterrados en tu entrepierna sensible. La boca de Taiju acaparó tu clítoris de manera inmediata.

Ahí ya simplemente hizo un desastre de manera completa. Solo podías ser consciente de cómo te movías, llevando las mantas de la cama contigo. Tus manos se apretaban a tus costados, llenándolas con el material y arañando el colchón.

Taiju se resistió de no reír, de no mirar a cuerpo completo como yacías ahora mismo.

Otro orgasmo más te azoto luego de unos minutos. Fue rápido, Taiju fue veloz con su boca.

Jodido cabron...— Gemiste tras esconder tu rostro por medio de tu antebrazo. Estabas exhausta.

—Que lindas palabras.— oíste como sus pantalones cayeron al suelo y nuevamente temblaste de anticipación. Taiju se deshizo de su ropa en su totalidad, todo siendo tan calmado.— Podría follarte ahora, o no... ¿Que piensas tú, _________?

Jodida mierda

Moviste tu brazo para verle.

Te quejaste de inmediato, aquella vista era simplemente gloriosa para ti. Un puto paraíso frente a tus ojos.

Taiju ya estaba desnudo, su mano sosteniendo su duro y abismal miembro hacia arriba, venas, mierda. No sabias porque ahora podías notar con aún más detalle aquellas venas en su miembro, su cabeza enrojecida tan punzante y lista para enterrarse en lo más profundo de tu ser.

Querías que te folle

—¿Que sucedió?— Taiju envolvió la mano en su longitud y bombeó hacia abajo, tragaste saliva.— ¿Quedaste sin palabras, conejita?— se burló, era vidente sus intenciones con querer enojarte.— ¿No dirás nada?

Negaste en un leve movimiento de cabeza.

Carajo, aún no cederé

—¿No?— Taiju rió, inclinó su cabeza hacia atrás tras soltar un par de carcajadas.— Veamos...

Bombeo su miembro una vez más, solo que esta vez su mano libre bajo por tus piernas, en específico en dirección a tu intimidad. Jadeaste al sentir como sus dedos presionaron tu clítoris.

Taiju gimió en un leve maldición, siguió masturbandose a sí mismo pero viéndote, siempre con sus ojos puestos en ti. Tus piernas se apretaron entre sí, la juntaste como por instinto al presenciar el toque de Taiju nuevamente.

Arqueaste la espalda por su intromisión, su dedo medio enterrándose nuevamente en tu interior te hizo pensar en blanco. Mantuvo su grueso dedo dentro, moviéndose golpeando tus paredes internas, tus anteriores orgasmos ya lubricaron suficiente tu entrada, ahora se le facilitó tal acción a Taiju.

Enroscó su dedo dentro de ti, aquel punto fue tocado y diste un quejoso grito. Taiju mordió su labio inferior, lo tironeo con sus dientes para callar sus propios sonidos placenteros. Tu mirada fue hasta su mano, el como seguía presionando su entrepierna mientras hacia arriba y abajo, un ritmo rápido.

Maldito... Mierda, Taiju.— soltaste con la voz rota, tan débil en varios aspectos. Su dedo se movió apenas unos centímetros fuera de ti para luego volver a embestir, ahora agregó su dedo índice para hacer compañía.

Las rodillas de Taiju se presionaron contra la orilla del colchón, siguió complaciéndose a sí mismo mientras te torturaba con sus dedos. Nunca los movió lo suficiente, quería que ruegues.

El verle con el rostro completamente diferente a cómo le veías siempre, mordiendo su labio y de vez en cuando cerrando sus ojos en un leve parpadeo... No pudiste resistir.

Aquel brújula quería ir por más, estabas ansiosa por otra corrida, a pesar de que suene casi provechoso. Movías tus caderas en dirección a los dedos de Taiju pero no era suficiente, eso no era suficiente para ti.

—Taiju... Ya.— te rendiste, sostuviste su mano con las tuyas y quitaste sus dedos de tu interior.— carajo solo... Hazlo ya, mierda. Follame. Ahora.

Taiju te dio un vistazo y siguió acariciando su miembro, más lento que antes.

Tu intimidad punzaba, necesitabas a Taiju tan dolorosamente luego. Él quería que rogaras.

—¿Por favor?— el alzó su ceja y negó con la cabeza, así no.— Por favor, Taiju.

Eso fue suficiente, para Taiju fue como si hubiese sacado un premio de millones de dólares. El verte rogar, sudada y agitada por obtener su polla, le hizo emocionarse. Quería golpear tu intimidad tan jodidamente fuerte.

Alcanzo el preservativo de sobre su velador, lentamente. El ya había calculado todo, el ya sabía que esto pasaría ya que así se lo había propuesto.

Tus piernas se abrieron y te enganchaste en su cintura, Taiju se agachó a la cama y condujo su miembro ya vestido por aquel látex directamente a tu entrada tan necesitada. Fue un alivio para ti el sentir siquiera como la punta de su longitud saludaba la humedad de tus pliegues. Ambos gimieron de lo necesitados que estaban. Tus uñas se afirmaron de su amplia espalda, justo en sus omóplatos.

Taiju se introdujo de una embestida. Todo tan malditamente placentero para ti, esto anhelabas, solo alivio recorrió tu cuerpo junto a una sensación electrizante que te hizo pedir más. Tus uñas rasguñaron su espalda y en respuesta, Taiju apretó tu trasero, levantando tu cuerpo del colchón para ir más profundo.

Sus caderas se movían en un ritmo sin duda lo suficientemente rápido y duro, siempre predominando lo fuerte y profundo que lo hacía. Una de sus manos se sujetó del colchón y la otra la dejó en un costado de tu trasero, apretándolo tan fuerte que si estuvieran en otra situación dolería como él mismo infierno.

Más embestidas que te hicieron lagrimear, podrías estar todo el día recibiendo tales tratos de Taiju. Él coincidiría, aunque tú no lo supieras. Su ceño fruncido ahora mismo tenía que ver por cómo lo recibías en tu interior, propagando tu calor hasta el por completo.

Una, dos, tres más y contando.

La bobina comenzó a desatarse, querías correrte ahora mismo en medio de una de sus duras embestidas. Dejaste tu boca abierta sin poder callar, Taiju enterró su rostro entre tus tetas, besando la piel de en medio la cual también dejó leves lamidas.

Cargo tu cuerpo con ambas manos, una en tu trasero y otra en tu espalda, y los movió más al centro de la cama. Todo entre empujes de su miembro en tu cavidad, sin dejar de penetrar. Ya sentías hasta tu cabello enredado, estabas en medio de un caos tan placentero ahora mismo que no te importaba tu apariencia. Más empujes sin cuidado te hicieron gemir en voz baja pero sin pausas.

Taiju dejó un moretón en tu pecho, al ver lo bonito que se veía en tu piel se dispuso a hacer más. No le importo ni una mierda. Lo que él quería hacer lo hacía sin pensar en las consecuencias.

Seguiste aferrándote a él, tu mano sosteniéndose de su espalda y la otra la llevaste a la zona trasera de su cabeza, empujaste su rostro más hacia tu pecho. Te encantaba tanto como te hacía sentir. A pesar de que quisieses negarlo.

Uno, dos, tres empujes y te corriste nuevamente. ¿Como podías tener tanta resistencia? Antes se te resultaría imposible llegar al orgasmo tantas veces seguidas.

Taiju siguió en lo suyo, buscando su propia liberación que al poco tiempo tuvo al no poder controlarse más. Buscó tu cuello para evitar gemir, lo mordisqueo entre sus afilados dientes provocando un gemido dolorido en ti. Sus caderas se mecieron por una última vez antes de salir de tu interior.

Apenas se levantó luego de un corto rato cerraste tus adoloridas piernas y te giraste en la cama, recostando tu mejilla contra las suaves mantas de Taiju.

No sabias como carajos ibas a ir al centro comercial.

Si la otra noche pudiste caminar y huir, ahora no estabas segura. No, ahora sin duda era un hecho que aunque quisieras irte no podrías. Taiju fue a su baño a botar aquel preservativo y dirías que hasta se tomó todo el tiempo del mundo ya que sabía no te irías.

No podrías.

Ni te preocupaba que decir ahora, siquiera podías pensar ahora mismo. Te importó un bledo todo lo demás respecto a Taiju.

Quedaste tendida en su cama, aún aturdida y con una sensación inquietante dentro tuyo. Taiju se dejó caer en el marco de la puerta de su baño, se cruzó de brazos mientras te veía completamente derrotada. Había ganado al parecer.

—Al parecer esta fue la primera vez que contradices tu palabra, _________.— se burló Taiju, su voz un tanto más ronca de lo normal.

Claro, aquella sensación inquietante fue el golpe que sufrió tu ego. Hasta te dieron ganas de burlarte de ti misma por ceder ante tal sexo.

En fin, aún en tu cabeza maldecías a Taiju por ser tan cabrón a veces.




Así estoy, literal.

EN EL MANGA SE VIENEEEEEEEEEEEEEE SE VIENE SE VIENE SE VIENE BUENO

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top