Shinichiro Sano



Le sonreíste al móvil cuando leíste el mensaje de tu amigo. O bueno, a pesar de no conocerle en persona aun así eran casi inseparables mediante mensajes de texto.

Shinichiro
Ayuda, mi hermanito me pego con un sartén en la cabeza

________
JAJJAJAJAJAJAJ

Devuélveselo *emoji llorando de la risa*

Shinichiro
Que graciosa, mira como me rio

_________
Oh qué lástima, puedo leerte pero no puedo verte JAJAJAJJA

Shinichiro  envío una foto
Una selfie de él, totalmente serio con un cigarrillo entre sus labios.

¿Ahora si vez como estoy riéndome?

_________
¿Como puedes ser TAN lindo?

Tus padres te hicieron con mucho amor, tengo pruebas y cero dudas

Shinichiro
No te lo niego, por algo soy el más lindo de la familia

_________
Eso ya es avaricia

Shinichiro
Si, puede ser...

Pero eso no quita que no sea cierto

________
Algún día iré a verte en persona y lo comprobaré mejor

De igual manera debes presentarme con tus hermanos

Shinichiro
Te espero cuando quieras, ya te dije donde trabajo.

________
Bien, te dejo ya que entraré a la cafetería y no me dejan ver el celular mientras trabajo

Shinichiro
Ya te dije que podrías ayudarme en el taller, no tendrías tan buena paga pero sería tu jefe, eso estaría demasiado bien

_________
Adiós, Shinichiro

Negaste con la cabeza y guardaste el móvil en tu bolsillo. Con aquel chico no había caso de contradecirle, siempre sabía que decir en el momento exacto.

Cuando terminaste la jornada laboral, fuiste caminando hasta tu casa que por suerte no quedaba muy lejos del café. Ya había anochecido, así que te aferraste a tu abrigo a causa del frío que te azotaba. Las calles estaban totalmente vacías a excepción del final de un callejón, por lo que pudiste ver una luz parpadeaba, por ello visualizaste como dos chicos golpeaban a uno que estaba en el suelo.

Maldijiste en voz baja y fuiste hasta allá, por lo que viste eran bastante delgados los tipos, y no tan altos. Eso y sumándole que sabías defenderte muy bien a causa de que vivías en un sector no muy bueno, sin duda podrías ayudar en algo.

—Oigan, ya déjenlo.—Mascullaste al llegar donde ellos, ambas de tus manos en los bolsillos de tu abrigo.

—¿Eh?, ¿y tú quien eres?.—Uno de los tipos dejo de patear al otro, junto a él también te observo el chico que le acompañaba.

—En realidad nadie, pero ya como que se pasaron con el chico, ¿acaso quieren matarlo?.—Los dos te observaron confusos ante tu intervención, cuando uno se acercó a ti rápidamente agarraste la mano que iba a tomarte de alguna manera y la doblaste hacia atrás, tú otra mano agarró la pequeña navaja de tu bolsillo y la punzaste sobre su cuello, detrás del individuo.

—¿Pero qué?.—Sujetaste con todas tus fuerzas su brazo contra su espalda.

—Te recomendaría que se vayan.—el más alto agarro tu mano que sostenías la navaja y tú la apretaste más contra su cuello.—Créeme cuando te digo que he estado varias veces en esta posición, sé cómo usarla.—aflojó su agarre y quien estaba solo mirando le hizo una seña, este asintió.

—Bien, nos vamos a ir.—Miraste a quien estaba de pie y le dijiste que avance. Este camino hasta la salida y tras verle lo bastante alejado, soltaste y diste un empujón a quien tenías agarrado aún.—Nos vamos a volver a encontrar, Shinichiro.

Te plasmaste en tu lugar al oír aquel nombre. Sabías que aquellos tipos pudieron tal vez luchar contra ti pero tal vez tuviste suerte y decidieron dejarlo así. Rápidamente guardaste la navaja en tu bolsillo y fuiste hasta el chico que estaba de rodillas contra el suelo.

—No me jodas que eres tú, Shinichiro.—susurraste mientras subías su rostro para observarle. Su cara era tan conocida, y muy atractiva a la vez. Sin duda era Shinichiro, a pesar de verle con moretones repartidos en el rostro era imposible no conocerle.— Era cierto que eres pésimo peleando, totalmente comprobado ahora.

Una suave risa salió de él y te miro con un ojo, el otro estaba entrecerrado por algún golpe que le dieron ahí.

—Tu y tus bromas, ________.—amaste su susurro, y te sentiste mal por pensar justo en eso cuando a él le duele prácticamente todo el cuerpo.

—Indícame hacia donde te llevo.—Le ayudaste a pararse, colocando su brazo sobre tus hombros y le envolviste la cadera con uno de tus brazos. Tú cyber amigo comenzó a cojear pero hizo el esfuerzo para que no lleves todo su peso. Ambos llegaron al taller del pelinegro, tras sacar su llave de su bolsillo tu misma abriste la puerta.

—Un botiquín está sobre el estante de ahí.—le dejaste en el piso y fuiste para allá.

—Tienes botiquín porque aquí vienen tus amigos pandilleros, ¿no?.—inspeccionaste la cajita y te acercaste a él, arrodillándote.

—Si.—Emitiste un sonido de asentimiento y procediste a tratar de curar sus heridas, primero de las cuales salían gotitas de sangre y luego tomaste una pomada para pasarle en las zonas moreteadas. Shinichiro de vez en cuando se quejaba cuando le ardía.—Que soso de mi parte que nuestro primer encuentro sea yo echo mierda.

—Si, algo caótico.—comenzaste a reír y Shinichiro hizo el intento, fracasó y soltó una quejido de dolor al ver que le dolía la cara si intentaba reírse.

—Gracias por salvar mi vida.—explotaste en carcajadas por tal exageración, el pelinegro te miro totalmente divertido.

—No juegues así.—soltaste cuando lograste calmar tus risas.

—Se van a burlar de mi ahora, ¿como voy a explicar que la chica que me gusta me salvo de dos tipos?, hasta para mi es algo vergonzoso.—se siguió burlando a pesar de su condición.— Y eso que soy el líder de la mejor pandilla del sector, _______, ¿como te sientes al respecto?.

—Soy superior a su líder, simplemente eso.—sonreíste y Shinichiro soltó un Auch

—Y debo admitir que al verte toda intimidante pensé; wow, ________ sin duda desayuna el peligro.

—El diablo me teme, soy genial ya lo sé.—ambos soltaron carcajadas a la vez. Cuando terminaste de curarle, este te agradeció nuevamente y te quiso recompensar invitándote a su casa, con la típica excusa que ya era muy tarde para ir a la tuya.

Después de semanas y salidas continuas de ambos juntos, se dio a conocer por todos que la pareja del gran líder de los Black Dragons sabía pelear mejor que su propio novio. Shinichiro se dedicó una semana completa a contar lo sucedido, incluso te tenían un apodo intimidante. Tras eso hubieron más encuentros entre pandillas y aunque el pelinegro no le gustaba que asistieras, te importaba un pepino e ibas igual. Aquello aumentó sin duda tu nivel de pelea, la práctica te hizo muy bien.

Oh, y no olvidemos las clases de mecánica y motos que te daba de vez en cuando.

—A ver, pégame aquí.—extendiste tu palma y el hermano de tu novio se puso en posición de pegar un puñetazo.—Una patadita, Manjiro.—el pequeño niño te miro algo confundido pero reajusto su posición. Desde la puerta de la habitación les observaba Shinichiro, apoyado contra el marco mientras fumaba un cigarrillo.

Te agachaste un poco para que el pequeño alcance a pegarte.
Mikey en un rápido movimiento pateo tu mano con su pie descalzo, golpeó más fuerte de lo que pensaste así que soltaste un quejido de dolor.

—¡Pero niño!.—agarraste tu palma y le miraste boquiabierta.

—Pero si tú me dijiste que te golpee.—balbuceó con su voz chillona. Oíste la risa de Shinichiro y tu seguiste quejándote.

—¿De donde sacas esa fuerza?, ¿acaso eres Hércules?.—soplaste tu palma, estaba roja y te dolía como los mil demonios. Te enderezaste en tu lugar y miraste tu mano.

—Mikey tiene más fuerza que yo, ¿cierto?.—Shinichiro llego hasta ti, abrazándote desde atrás, ambas de sus manos envolvieron tu cintura.

—Claro que si, ¿que le das de comer?.—giraste tu rostro para mirarle, Mikey desde abajo te hizo burla, repitiendo lo que acababas de decir.

—Pregúntale a Emma.—Se escucho un grito que resonó en la habitación.

—¡A mi no me metan en sus asuntos!.—la vocecita de la pequeña hermana de tu novio te pareció adorable. Shinichiro apoyó su mejilla en tu hombro y te abrazo con más fuerza, mirándote.

—Iug, ya me voy.—Mikey al verles tan acaramelados decidió irse de ahí, probablemente a jugar con uno de sus amigos.

Te giraste hasta Shinichiro y envolviste su cuello entre tus brazos, tú novio envolvió las suyas en tu cintura, en un descuido tomaste el cigarrillo entre sus labios y le diste una calada. El pelinegro río suavemente, observando cómo empezabas a fumar de su cigarro.

—No deberíamos fumar dentro de la casa, irresponsable.—devolviste el cigarrillo a su boca y este siguió fumando.

—Muy irresponsable.—sus ojos penetraron los tuyos y tragaste saliva. Ambos se sobresaltaron cuando tocaron la puerta de la casa. Se separaron con pesar y tú te ofreciste a abrir la puerta.

—¿Si?.—abriste un poco, alcanzando a ver un trío de sujetos con cara de pocos amigos frente a ti.

—¿Shinichiro, vive aquí?.—el más alto masculló con voz rasposa.

—Depende, ¿Quien lo busca?.—Tu expresión totalmente seria. Los tres restantes se te quedaron viendo para nada entretenidos.

—Aquí estoy, ¿que sucede?.—Tu chico apareció detrás de ti, una mano la coloco en tu hombro. Alzaste el rostro para mirarle y él te sonrió, totalmente tranquilo.

Le dejaste pasar y te hiciste a un lado, este abrió un poco más la puerta y salió, cerrando esta luego. Te quedaste esperándolo contra la puerta, atenta de cualquier ruido extraño.

Luego de un buen rato, Shinichiro abrió la puerta, una mueca en su rostro que se suavizó al verte.

—¿Que pasa?.—Este cerró la puerta y te miro como si nada.

—Asuntos idiotas de la pandilla, solo eso.—pasó por tu lado, besando tu coronilla.—Nada de qué preocuparnos.

Asentiste no muy convencida. Te preocupaba demasiado que tu novio sea el líder de algo tan peligroso, por esto tratabas de pasar la mayor parte del tiempo con el. A pesar de todos los conflictos internos y con pandillas de alrededores, nunca pensaste que algo malo le ocurriera fuera de aquello.

Solo una noche no te quedaste con el, aquel día habías comido con su familia inclusive, habían visto películas los cuatros juntos. A la mañana siguiente recibiste una llamada de qué alguien había intentado robar una de sus motocicletas, y en ese intento, Shinichiro murió. Una noticia que sin duda destrozo tu corazón, no tuviste más razón como para seguir en la pandilla y te alejaste de todo, a excepción de sus hermanos.

Siempre ibas a visitarlos a Emma y a Mikey, le enseñaste todo lo que su hermano mayor te había enseñado, obviamente les recordabas a cada momento la valentía y como apoyaba a los demás en los momentos más críticos. Y ahí estuviste cuando Mikey se las ingenió para crear la ToMan, contigo apoyándolo siempre en memoria de su hermano. También con el tiempo conociste a sus amigos y les contaste de igual forma lo genial que fue tu novio en vida, haciendo que todos se inspiren en el.





No puedo subir tiktoks a cada capítulo pero subí algunos al perfil para que lo vean MAKSKKSKSKSK hay algunos muy canon

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