Seishu Inui +15
También me lo pidieron varias personas <3
Tiene leeeeve Lemon, casi nada, más bien son toqueteos.
—Que bueno es tener horario libre, agradezco a quien sea haya hecho que la profesora renuncie.—Murmuraste contra la mesa de tu pupitre.
—Mira, todos ya van a bajar al patio, deberíamos ir.—Tú compañera de asiento te agito por el brazo. Te quejaste exageradamente y te enterraste más en la mesa.
—Nah, déjame aquí, luego bajo.—Escuchaste como tú amiga se puso de pie y salió con los demás del salón. Tras subir un poco tu rostro pudiste ver que solo Inui quedó dentro, tu novio al mirarte te sonrió.
Levantaste tu mano para saludarle, el estaba en el último asiento del salón, detrás de ti. Se movió hacia atrás con la silla en la que estaba sentado, acariciando su regazo para indicarte que te mudaras hacia él. Una pequeña sonrisa de lado apareció en su rostro y te pusiste de pie, caminando hasta el.
—¿Te quedaste para hacerme compañia?.—Te sentaste en su regazo, de espaldas a él. Inui tomó tus caderas y te acomodó sobre el, envolvió sus brazos en tu cintura y apegó su mentón en tu hombro.
—Sabía que no querrías bajar, prefieres dormir.—susurró dejando un leve beso en tu cuello que te envío escalofríos.
—Me conoces bien.—Murmuraste entre risitas. Inui te apego a su cuerpo y dio balanceos de un lado a otro, apego su boca a tu cuello y te hizo cosquillas con su cabello, provocando que te remuevas un poco.—Alguien puede venir y mal pensarlo.—Le dijiste entre risas.
—Tienes razón, amor.—se despegó de tu cuello y miró alrededor. Hizo la silla hacia atrás hasta la pared, ocultándolos de un lado del gran casillero que estaba en su salón. Estando ahí, desde la ventana que daba al pasillo nadie podía verles.
—A veces eres astuto.—Te burlaste un poco. Inui te dio un apretón en tu pierna por debajo de la falda.—Pero si es verdad, Lindo.
—Me gusta cuando me llamas así.—ronroneo sobre tu cuello, dejo varios besitos en tu piel y tu te hiciste hacia atrás para apoyar la nuca en su hombro. Inui dejó tu cuello para girar su rostro ligeramente y mirarte a los ojos.—Eres tan bonita...—Acercó su rostro al tuyo y te besó, un chirrido amortiguado salió de tus labios cuando sentiste como las manos cálidas de Inui viajan por tus piernas de arriba hacia abajo, acariciando con la yema de sus dedos tu piel descubierta, de vez en cuando dejando pequeños pellizcos juguetones.
Rompes el beso primero, riendo un poco cuando él persigue tus labios para picotear sus labios una vez más.
—Oh, vamos.—gimoteó mientras inclina su cabeza hacia tu cara para presionar sus labios sobre los tuyos de nuevo. Te ríes contra su boca, lo sentiste sonreír contra tus labios y aquello amplio tu sonrisa.
Tras subir una de sus manos y presionar tus mejillas con su pulgar e índice, te hizo abrir la boca levemente para empezar una guerra con sus lenguas, el beso se volvió más húmedo, más duradero. Tu mano fue hasta su cuello y te inclinaste más hasta él para profundizar el beso. Te acomodaste sobre el más hacia atrás presenciando un bulto cerca de tu trasero, Inui te sujeto ahí, para que presencies aquel calor y estés quieta.
Ambos se separaron para respirar de una vez, Inui halago lo bien que te quedaba el uniforme mientras acariciaba tus caderas por debajo de tu falda, sin ir más allá, solo acariciando aquella parte por sobre tus calzas cortas. Tu novio era fanatico de los besitos cortos, en aquel momento te lleno de ellos ya sea en tus labios como en tu mentón, mejilla o frente. Cuando se oyó un portazo te pusiste de pie con el rubio siguiéndote.
—Y mira, así es la fórmula.—Murmuro Inui detrás de ti, su mano descansando en la mesa frente a ustedes y con la otra apuntaba su cuaderno abierto.
—Ya entendí, no era tan difícil como creí.—tu mano fue a apoyarse a la mesa también. No te molestaste en mirar quién había entrado, aquella persona estuvo ahí unos segundos y luego salió por donde vino.
—Eso estuvo cerca.—Inui susurró en tu oído. Tu novio tenía atrapado tu cuerpo contra la mesa, ambas manos a tus costados. Te diste media vuelta y envolviste tus brazos en su cuello, esbozando una sonrisa.
Inui los giro y les oculto nuevamente detrás de aquel casillero, tu espalda dio con la pared.
—Tengo la novia más linda.—Dejo un beso corto en tu boca.—La más inteligente.—otro beso.—Sexy—otro corto beso.—También cariñosa, aunque un poco celosa.—beso nuevamente tus labios y tu aprovechaste de regañarle atrapando su labio inferior con tus dientes, le soltaste riéndote.— Y le gusta dañarme también, que privilegiado soy.
—Muy privilegiado.—le seguiste el juego. Inui ahora mismo mantenía sus manos bajo tu falda, chillaste cuando le dio un agarrón travieso a tu trasero.
—Es nuestro último año aquí.—frotó su nariz con la tuya.— deberíamos al menos hacer algo peligroso, algo que recordemos luego.—tras decir aquello atendió tu cuello entre besos y chupetones más fogosos, su cálida lengua se paseo por aquella zona, provocando un calor sofocante en ti.—¿Que te parece, princesa?.
—¿Desde cuando eres tan directo?.—Te atreviste a murmurar en voz baja, Inui sopló en tu cuello, reprimiendo una risita. Tu en cambio, vagaban tus manos debajo de su camisa, tocando su abdomen que estaba algo frío.
—Hoy me levante contento.—se encogió de hombros y tras ver que dejó sin querer una pequeña mancha morada al inicio de tu cuello soltó un ouh.
—¿Qué?.—Bajaste la mirada y le viste, una mueca de "ya la cague" apareció en su rostro.— No me jodas, Inui.— era la quinta vez que le pasaba.
—¡Está vez fue sin querer!.—Inui esbozó un puchero leve, manteniendo tu mirada.
—Está vez piensa en algo tú para tapar esto.—apuntaste a tu cuello. Inui tras acomodar sus pantalones, se giró y buscó en su mochila, cuando dio con una pañoleta fue hasta ti y envolvió tu cuello en esta rápidamente.
—Ya está, nada paso aquí.—Acomodó está específicamente al inicio de tu cuello. Le miraste con una ceja alzada y él te miro arrepentido totalmente.
La alarma sonó en ese momento, ganándose un suspiro de Inui. Las clases pasaron sorprendentemente rápido. Cuando llego la hora de salir Koko les espero en la salida, una mueca en su rostro cuando te vio con la pañoleta en el cuello.
—No preguntaré nada.—mascullo dándose media vuelta y comenzando a caminar. Inui soltó una risa totalmente nerviosa y le siguió contigo a su lado, sus manos entrelazadas.
—¿Harás algo esta noche?.—murmuro tu novio en medio de la caminata. Aferró más su mano a la tuya, sus anillos helados presionando tu piel.
—Lo dudo mucho, ¿Vas a pasarte por mi casa hoy?.—le sugeriste curiosa. Inui miró al cielo, una sonrisa boba plasmándose en su cara.
—Puede ser.—Aclaró su garganta luego de aquello.—Quiero pasar más tiempo contigo.—aquello te pareció demasiado tierno, tu rostro no podía expresar más felicidad. Asentiste, totalmente entusiasmada.—Iré con algunos bocadillos, ten lista alguna película para que veamos juntos.
—Bien.—Te inclinaste por un segundo para dejar un beso en su mejilla.
Inui movió la mano que tenía entrelazada con la tuya y las paso por su espalda, haciendo que le abraces de lado. Su brazo se apoyó sobre tus hombros y te apego a un costado de su cuerpo, dejó un breve beso en al cima de tu cabeza.
Aquella noche Inui fue hasta tu casa y se escabulló a tu habitación, vieron toda la noche películas y comieron de todo, había llevado hasta tu helado favorito. Te burlaste cuando soltó que Koko le había prestado dinero, se le escapó sin querer y se arrepintió cuando vio como comenzabas a reírte de el.
—No te cuento nada más por burlona.—Se quejó tomando una de las almohadas y tirándola en tu rostro.
—Pero se te salió, ni me lo ibas a contar.—le reprochaste a carcajadas. Inui se hizo el ofendido y tras cruzarse de brazos desvió su mirada de la tuya.—Oh vamos, solo que me imagino la cara que Koko puso y me da risa.—aclaraste rápidamente.
—Sigue riéndote, da igual.—Se mostró ofendido. Le miraste con carita de cachorrito, atrayendo su atención por unos breves segundos.—No me mires así, no funcionará.— mascullo ignorando tu mirada. Aumentaste tu puchero y acercaste tu cara a la suya levemente para que este obligado a observarte. Inui te miro de reojo.—Si me dejas quedarme, te perdono.
Le miraste seria, su nivel de dramatismo era demasiado.
—Bien.—Inui sonrió satisfecho y se estiró hacia arriba, admiraste por unos segundos su abdomen bajo y el inicio de su "v" tras su camiseta subirse. Este se dejó caer de espaldas y se acomodó en tu cama como si fuese la suya.—Que cómodo te ves.
—Sep, tu cama es cómoda.—Palmeó a su lado y tu te tiraste junto a él, Inui se giró hacia ti y te envolvió con su brazo.—Te amo demasiado.—murmuro contra tus labios. Su faceta cariñosa salió a la luz y se aferró a ti con el abrazo.
—Y yo a ti.—susurraste sonriendo. Inui te miro a los ojos, muy intensamente, casi como nunca lo hacia. Dejo de abrazarte por unos segundos y observó su mano, sacó uno de sus anillos y tomó la tuya para colocarla en uno de tus dedos; el del medio.
—Puede que aún seamos muy jóvenes y todo eso, pero algún día me casare contigo.—Afirmó mirando tu mano ahora adornada con uno de sus anillos plateados. Tenían dieciocho años, claro que estaban jóvenes. Pero no te horrorizo la idea de más adelante empezar una vida con el.
—Espero que así sea entonces.—miraste tu mano, extendiéndola bien. Inui casi con una caricia la llevo hasta su boca y dejo un beso en el dorso de tu mano.
—Si que lo será, es un hecho.—Sonrío ampliamente dejando a la vista su perfecta dentadura. Le devolviste la sonrisa y te inclinaste para besarle sobre la mejilla casi donde su cicatriz. Aquello a Inui le hizo ponerse algo nervioso, y tras ver cómo mirabas su sonrojo leve entonces enterró su rostro en tu cuello, para ocultar la vergüenza que tenía.
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