| Rayis secuestrada |


No borracha, simplemente es una muchacha muy divertida.
Literal es como si la generación z fuese secuestrada xd tómese todo cómicamente ya que esa es la idea.






Te vendremos a buscar mañana temprano.— Mikey dejo un beso en tu frente.

—Está bien.— te despediste de los demás.— espero sea temprano y no me dejen esperando por unas... tres horas.

—Prometemos venir a tiempo.— Mitsuya rascó su nuca y sonrió, achinando sus ojos.— esta vez estaremos a la hora aquí.

—Aja, los castrare si no es así.— a Chifuyu le dio un escalofrío así que rápidamente se subió a su moto.

—Adiós, Sabandija.— relajaste tu expresión al escuchar el apodo de Kazutora.

—Sabandija lo que tienes entre las piernas, pito corto.— Takemichi y Baji se carcajearon al instante de escucharte, ambos se subieron a sus motos rápidamente cuando Kazutora hizo ademán de tirarles un zapato.

—Adiós, peque.— se despidió con su mano Inui. Nuevamente les despediste y todos se montaron en sus motos para irse a sus casas.

Bueno... al fin sola

Luego de cerrar la puerta de entrada con llave decidiste irte a dormir rápidamente. Tiraste tus zapatos a cualquier lugar y dejaste la chaqueta de ToMan sobre el perchero de la pared. Cuando comenzaste a subir las escaleras a medio camino te dieron ganas de comer.

Pensaste que tendrás en la nevera. Deseabas que haya algo dulce.

Luego de sacar una barra de chocolate subiste a paso apresurado, tus ojos ya picaban del sueño que tenías y te sentías realmente agotada. No debiste unirte a la carrera que tenían los demás, te rebasaron por mucho y habías salido ultima.

Hoy fue un día totalmente agitado para ti. Empezando por que tuviste que separar a tus amigos de qué se descabecen por un posible final de una película y terminando con la carrera de "quien llega primero" a las motos. Salió mal.

Empezando con que todos comenzaron a empujarse para ver quien ganaba y al llegar a las motos no faltó quien se tropezó y cayó encima.

Un golpe te hizo saltar y meterte bajo las sábanas.

—No jodas ahora gasparin.— mascullaste a la nada. Dejaste pasar unos minutos y te levantaste para colocarte tu pijama enterito de ositos.

Patrocinado por Mitsuya.

Decidiste ir a lavar tus dientes antes de acostarte. Pusiste música para relajar a los fantasmas y que no te molesten. Tego Calderón sonó por el parlante de tu móvil.

—Esto es punto y aparte.— el cepillo en tu boca no te dejo modular bien. Cuando trataste de seguir cantando soltaste saliva así que mejor te callaste.

—Calle pero elegante.— ni te diste cuenta de la otra voz que siguió la canción.

— ¡EH!, ¡EH!, ¡EH!.— comenzaste a bailar frente al espejo de tu baño. Sacaste tus pasos prohibidos ahora que nadie te veía, aún moviendo el cepillo contra tu boca y dientes.— se pego se pego le gusto le gusto.— lavaste tu lengua y te atoraste al limpiar tan a fondo.— puta madre, ni con un cepillo puedo.— enjaguaste tu boca y dejaste el cepillo en tu cesta del baño.

Ni te molestaste en sacar el maquillaje, bueno, el rímel y delineador de tus ojos. Era lo único que alcanzaste a hacer ya que tus amigos irrumpieron tu momento entre bocinazos hoy por la mañana.

Apagaste la música y guardaste tu móvil en donde siempre, el bolsillo interno de tu pijama que quedaba a la altura de tu corazón. También tenía bolsillos en la parte trasera pero ahí se te resultaba más incomodo al no tener cierre.

Al salir del baño y caminar unos pasos hasta la cama alguien tapó tu boca con un pañuelo. Lo único que se te paso por la mente fue en lo que te dijo Draken si sucedía algo similar.

Hazte la muerta.

Te dejaste caer sin respirar sobre el pañuelo lo suficiente. Simplemente caíste.

Tu posible secuestrador no te notó a tiempo y caíste de lleno al piso. Te dolió la cabeza pero aún así seguiste las instrucciones y te hiciste la muerta.

—¿Tan rápido?.— escuchaste un hombre hablar. Varias pisadas a tu alrededor se hicieron presentes.

—Fue más fácil de lo que pensaba la verdad...— otra voz se escuchó más cerca de ti.

—Jajajajajaja.— una risa casi te hizo reír.— Pero miren su pijama, es entero de ositos.

Y hablando de entero, si lo era. Era solo un traje completo de felpa; Mikey tenía uno de Stitch, Chifuyu otro de Minion y a Angry le habías regalado uno de oso panda. Te acordaste de como les molestaban todos cuando les veían con sus pijamada y casi sonreíste en el suelo. Paciencia... si te ríes te mueres, fíjate en eso.

—Jajajajajajaja.— más risas provenientes de tus secuestradores.

Te removiste un poco para que crean ya te comenzabas a despertar.

—Uh mierda ya llevémosla con los demás.— sentiste unas manos en tus brazos.— ¿Como se lleva?

—No se, nunca he secuestrado a alguien.— la otra voz se escuchó algo aflijida, casi lamentando de estar ahí y no saber qué hacer.

—Solo cárgala.— se escuchó un golpe y alguien te piso el pie.

—Mierda, perdón.— cerraste el ojo que tenías contra el suelo con fuerza, mordiste tu lengua para no decir nada.— Jajaja, me disculpe y está inconsciente.

—Puta madre ya levántala.

Sentiste unas manos alzándote, la verdad varías manos trataron de sostenerte y pensar en cómo bajar las escaleras y llevarte sin parecer extraño.

Al final se rehusaron y te dejaron sobre el hombro de uno de ellos. Dejaste todo tu cuerpo relajado, como si fueses una cosa cualquiera. Al estar mirando el trasero de tu secuestrador, tu cabello tapando un poco la visión de los demás, abriste los ojos y miraste su vestimenta y sus zapatos. Que sutiles los hijos de perra, van todo de negro.

Trataste de ver a los lados cuantos iban además de quien te sostenía. Por suerte al parecer no iba nadie detrás así que disimuladamente encogiste una mano y tecleaste rápidamente en tu móvil. Te tomo veinte segundos enviarle la ubicación en tiempo real al grupo que tenías con la ToMan.

—¿Donde mierda se metió Izana?.— todos pararon su andar y rápidamente guardaste el móvil en el bolsillo de tu pijama. Menos mal tenía cierre o si no se caería al estar tu de cabeza.

—La chica se va a despertar.— habló otro.— ¿Y si le ponemos una bolsa en la cabeza?, si despierta será como si no lo hubiese hecho.

—¿Y si es asmática?.— pregunto otro chico. ¿Que clase de secuestradores son estos?, ayuda

—Traje un antifaz.— quien te sostenía sobre su hombro se removió un poco y al parecer de su chaqueta sacó un antifaz para dormir.— se me ocurrió y no se, pónganselo.

Te hiciste nuevamente la muerta cuando te alzaron el rostro y colocaron el antifaz en tus ojos. Te dejaron caer al terminar.

—Izana de mierda, los vecinos sospecharán si nos ven que nos llevamos a esta.— dio un golpe a tu pierna.

No te preocupes idiota, mis vecinos me odian por culpa de la ToMan.
Si me viesen que me secuestran, probablemente les animen a hacerlo.

O tal vez piensen que hasta son mis amigos...

— Ahí está.— un motor se escuchó.— Me sorprende que sepas manejar una camioneta.

—Yo se hacer de todo, idiota.— una voz desconocida se oyó.— súbanla rápido.

Nuevamente te movieron bruscamente y algún idiota te dejo contra el piso de la camioneta. No te quedó de otra que seguir haciéndote la muerta.

—JAJAJAJAJAJAJA, ¿y esta qué?.— El tal Izama comenzó a reírse a todo pulmón al verte con tu pijama.— Parece una niña de trece años.

Aaaaagr que ganas de meterle el celular por el culo.

—Nah, no se ve tan pequeña, tiene al menos buen culo.— además de secuestrador, ciego. HOMBRE, QUE MI SEGUNDO NOMBRE ES "TABLA".

—Da igual, sigamos con el plan.— todos asintieron y se movió la camioneta un poco.— acomódense y no se, solo no hablen o chocaré.

El Izama no sabe conducir un autito jajaja toma eso

Te quedaste quieta en tu lugar. No podías hacer mucho y eras consciente de eso. Por eso esperaste con todas tus esperanzas que tus amigos se den cuenta de la situación y vayan a buscarte.

Fue un milagro que no te hayan llamado.

En el lugar de la ToMan. Todos en el grupo de whatsapp estaban pensando porque habías enviado tu ubicación y ahora te movías a toda velocidad por la ciudad. Mikey quería llamarte para preguntarte directamente pero Draken y Mitsuya le prohibieron hacerlo, tu amigo no sabía que podía ser una situación grave.

A los minutos se paró el vehículo y se movió por completo el lugar. Te sostuvieron nuevamente y te bajaron en conjunto a ellos. Ahora con el antifaz en tus ojos no pudiste ver nada de nada, todo era oscuridad.

Tengo unas perras ganas de beber algo.

—Pónganla ahí.— otra vez te cargaron como un saco de papas. Sin querer cuando te dejaron caer mordiste tu lengua, soltaste un pequeño chillido al sentir el sabor metálico en tu boca.

Por suerte y nadie te escucho, todos estaban hablando o moviendo pesados fierros del lugar.

Tu espalda dio con alguna especie de tubo y amarraron tus manos juntas detrás de este.

—¿Quien le puso esa cosa en los ojos?— ninguno respondió.— que puto miedo, tiene los ojos de una rana... y me está mirando.

—JAJAJAJAJJA, se ve graciosa ¿cierto?.— de verdad te esforzaste mucho en no insultarle o simplemente explorar a carcajadas.— ya, mejor se lo quito.

Pisadas fuertes se acercaron a ti. Cuando alguien saco hacia arriba el antifaz se te ocurrió asustarle.

—¡BU!.— abriste los ojos y te sorprendiste al ver a Hanma cerca de ti.

—¡AH!.— se hizo hacia atrás y tiro el antifaz lejos de él. No pudiste no burlarte comenzando a reírte por su cara tan asustada.— ¿Que mierda...?, ¡¿ESTABAS DESPIERTA?!

—No me grites que te estoy escuchando perfectamente.— trataste de tapar tus odios pero recordaste que tus manos las tenías atadas.— y si, son tan mierdas para secuestrar a alguien que ni se dieron cuenta me hice la dormida.

Quienes estaban frente a ti, recibieron un golpe por parte del que tenían al lado. Había uno de trenzas, otro de cabello bicolor, uno moreno de cabello blanco, otro con una cicatriz en parte de su rostro, uno con cara de lagarto, otro con unas trenzas bien monas a un costado de su cabeza y por último lo peor, a ese también lo conocías.

—Uuuuh, pero bro, me secuestraste porque la otra vez te puse el pie y te caíste, ¿cierto?.— miraste con fijeza a Kisaki.— Si es por eso, me disculpo sinceramente, juro que fue idea de Smiley.

Kisaki frunció sus cejas y simplemente te ignoro totalmente.

—Bueno, equis.— mencionaste en broma.— ¿Por qué me secuestraron?— te acomodaste en el suelo, tu trasero te dolía al no tener una almohada o algo blandito.— se los aseguro que nadie les dará dinero por mi, ni mi madre.

—No queremos dinero.— mencionó un chico acariciando sus cejas con cierta frustración. Ese era el de la cicatriz.

—Bueno, si nos lo dan no estaría mal.— sonrió el de trenzas a un costado. Concuerdo que estaría bien el aprovechar peeeero yo soy la secuestra así que..

—¿Eres Capricornio o algún signo de tierra?.— entrecerraste tus ojos con sospecha hacia el. El pelinegro hizo una mueca distintiva.

—No.— respondió aún mirándote mal.

—Ah, que raro entonces.— parpadeaste un par de veces.— mierda, me dio sueño.

—¿Por qué no está asustada?.— pregunto el de dos trenzas al de pelo bicolor.

Pues porque pronto vendrán mis amiguitos a patearles el trasero EAEAEAEA

—Porque es estupida.— Kisaki aprovechó la situación actual y se burló un poco de ti, sonriendo ampliamente.

—No lo niego.— admitiste asintiendo con la cabeza, no podrías contradecirle.— Kisaki... ¿Te depilo las cejas?

El de cara de lagartija comenzó a reírse exageradamente.

—Shion, cállate.— quien te había cargado antes, Hanma, regaño al rubio exagerado.

—¿Me pueden traer un café o algo así?, es que me dio sueño.— apoyaste tu nuca contra el fierro detrás de ti.

—¿Crees que estás en un hotel?.— el tal Izama habló.

—Si te soy sincera, me importa poco donde estoy la verdad.— dale _______ haz tiempo para tu rescate.— pero estaba que me iba a dormir a mi calentita cama y ustedes, manga de pelotudos, se les ocurrió secuestrarme en ese instante.— El de trenzas y el de pelo bicolor mordieron su labio a la vez para no reírse.

—¿Que carajos con esta chica?— Hanma observo cómo le preguntaba Shion. El conocido simplemente se encogió de hombros.

—Hubiese preferido que al menos me dejen dormir unos minutos y ya después secuestrarme.— trataste de no parar de hablar.— aunque ahora que lo pienso... ¿Me vieron bailar?, joder díganme que no, que vergüenza.

Nuevamente trataste de tapar tu rostro con tus manos pero aún estaban atadas.

—Oh si te vimos.— el de pelo bicolor comenzó a reírse.

—Noooooo, quede en vergüenza.— moviste tus pies extendidos con irritación, comenzando a hacer una pataleta.

—La verdad bailas de la mierda, sin ofender.— ¿Ah? Trataste de girar tu rostro para ver al individuo; Mucho.

—Pero miren lo que me trajo la corriente.— trataste de moverte contra el tubo para verle mejor.— Mucho Muchito, hijo de puta.

—Que bueno verte de nuevo, ______.— Mucho se acercó a los demás y se posicionó a un costado.

—Nada de bueno la verdad, me caga tu presencia.— tu voz sonó enojada totalmente, desde su traición el solo escuchar su nombre te daba rabia.

—Lo sé.— sonrió tras responder.

—Bueno da igual, díganme para que me tienen aquí al menos, ¿no creen?—moviste tus pies de manera infantil, menos mal tenias calcetines.— Mierda, ni se dignaron a traerme mis pantuflas.

—Solo queremos llamar la atención de Mikey.— Izama habló.

—Hey, Izama, no entiendo tu plan la verdad... ¿Osea ya saben que me tienen acá?— El de pelo bicolor se encogió de hombros, dejándote con la duda.

—Soy Izana, no Izama.— sonreíste ante su irritación. Hanma también comenzó a reírse, burlándose de su nuevo nombre.

—Solo vamos a asustarlos un poco.— sonrió el de trenzas bicolor.

—Ah es un juego entonces.— todos te miraron en una mueca, creyendo que no entendías nada.— ¿Habrá alguna cafetería cerca o algo así?, necesito un café para no dormirme.

—¿Y si le ponen una cinta en la boca?.— el pelinegro con trenzas a un costado camino hasta detrás de ti.

—Si me dejan ir a comprarme algo prometo volver.—moviste tus manos nuevamente.— o vayan a comprarme un jodido cafe.

—Quédate callada un rato, joder.— el cara de lagartija habló gritó.— que molestas.

Que secuestro más idiota la verdad

—¿Ya les mandaste la advertencia?.— Izana se enfocó en Mucho.

—Si, pero no han respondido.— auuuch Hanma hizo ademán de reírse.

Si fuese más serio, esos idiotas no entenderían ninguna advertencia, mierda.

Ah pero cierto que les envié ubicación jajajajaja

Quedaste como piedra cuando tu móvil en el bolsillo del pijama sonó. La melodía de One Direction llegó a los oídos de todos, tus secuestradores idiotas se quedaron mirándote con sus cejas ligeramente fruncidas.

Cague
Si se ponen loquitos y me matan, vendré a buscar al bastardo que me llamo.

Las notificaciones las tenías en silencio, pero estos idiotas te habían llamado.

—¿Tienes tu celular ahí?.— el de cabello bicolor se acercó y quedó acuclillado a un lado de ti. Levantó la comisura de su boca, una sonrisa de costado que te dio un poco de nervios.

—¿Un celular?, jajaja no...— te apegaste del todo al tubo detrás de ti.

Nuevamente sonó tu móvil pero esta vez te llamaba una persona en especial. El sonido que re programó Mikey llegó a tus oídos. Aplanaste tus labios cuando se escuchó lo que había grabado tu amigo;

Es la casa de Mickey Mouse, vengan ya a disfrutar.
CONTÉSTAME BABOSAAAAAA, si no la patada que te daré te hará llegar a Disneylandia.

—¿Donde está?.— a tu otro costado de acuclilló Izana. Sus manos rebuscaron en los costados del pijama.

—Epa epa, sin tocar o te corto los huevos.— levantaste tu pie para pegarle una patada. Rindo alcanzo a detenerla justo cuando iba directo a la entrepierna de Izana.— Suéltame las manos y te lo paso.

—Dime donde está, yo lo saco.— Izana te perturbo con la mirada que tenía ahora mismo.

—Van a seguir llamando, suéltame o se pondrá feo el asunto.— advertiste mirándole sin pestañear. Izana se inclinó hasta tu rostro y sus manos desabrocharon un botón del pijama.— Puta madre te digo que yo te lo paso.

—Ustedes si que joden.— Koko quito a Izana y metió la mano justo donde yacía el bolsillo interno del pijama, sin siquiera tocarte movió el cierre y sacó tu celular.— Todos estos pijamas tienen un bolsillo ahí, ¿que no sabían?

—¿Acaso tuviste uno?— se burló Hanma de él.

—Cállate.— Koko se sentó a tu lado y te mostró el móvil para que pongas la clave.

—DrakenXEmmaforever.— susurraste dándole la clave. Koko no quito su extrañeza de su rostro pero lo escribió así abriendo el celular. A un costado de ti vio quien te había llamado. Chifuyu y Mikey.

Koko apagó tu móvil y lo guardo en su bolsillo.

—Menos mal los idiotas te llamaron.—el de trenzas bicolores sonrió por la situación.

Aún así antes les envié mi ubicación, ¡tómala trenzas oxidadas!

—Bueno, me pondré a dormir.— acomodaste tu cabeza sobre el hombro de Koko.— Si me haces de almohada seria mejor.

—Estas loca.— Koko se levantó del piso y se fue de tu lado. Te quejaste y apoyaste tu cabeza contra el tubo detrás de ti.

Callaste tu espectáculo y decidiste tratar de dormir antes de que tus amigos lleguen a rescatarte. Les tenías bastante fé así que simplemente dejaste fluir el momento. Se notaba tus secuestradores no eran tan... inestables, así que no temiste por tu vida o algo así.

—Es fanatica de lo sensual.— comenzaste a canturrear al no poder dormir.— ella tiene una foto mía.

—Y ahora canta.— Izana estaba sentado frente a ti en una silla. Los demás se encontraban detrás de ti de seguro, sentados en sofás o simplemente en su móvil.

—Y ya me la puedo imaginar.— seguiste aún con los ojos cerrados, simplemente cantando relajadamente.

—Esa canción me tiene hasta la coronilla, no la cantes.—Kisaki hablo en tus espaldas. Con mayor razón sigo cantando.

—Lo que hace cuando está solita.— reprimiste una risa cuando uno de ellos hizo coro.— Pero yo le voy a preguntar y a escuchar su voz cuando se agita.

—¡Cambia el repertorio!.— te grito alguien desde atrás.

—A ver canta tu entonces, idiota.— respondiste al gritón. Cuando le escuchaste quejarse cambiaste de tema.— ¿Aun no te responden los idiotas esos?

—No.— Izana te observo recargado en sus piernas.— al parecer no te quieren de vuelta.

—Mmmh, me lo imaginaba.— te hiciste la dolida.— en verdad si les jodo mucho a veces.— trataste de llorar como buena actriz que eras.— creo que... creo que...— hiciste un mini puchero, y hiciste un ruidito con tu nariz similando mocos.— NADIE ME QUIERE.

Comenzaste a derramar lágrimas, te imaginaste lo más triste que hayas visto en algún momento. Por ejemplo la película en la que muere el perrito del protagonista... O ya en caso más extremo el final de Shingeki no Kyojin o el de Assassination Classroom.

SENSEEEEEEEEEEIIIIIII
EREEEEEEEEEHHH

Ahí lloraste con más ganas.
Izana se levantó del asiento con cierto nerviosismo, el verte estallar en llanto le puso en aprietos, no supo qué hacer.

—Pero... ¿Por qué lloras?.— Izana pidió ayuda a los demás, mirándoles con los ojos bien abiertos.— Este... no llores, ¿si?... Mierda.

—Jajajaja, ¿está llorando por qué no la quieren?— Escuchaste el tono divertido de Hanma a tus espaldas.

—GUAAAAAA.— seguiste botando lágrimas por montón.— Mikasa hermana, no era tu familia, puta madre.— susurraste para ti misma.

—¿Que hago?— Izana pidió ayuda a los demás secuestradores. Un par se acercó hasta ti, mirándote atentamente.

—¿Le traemos un café?— El de cicatriz en su rostro le pregunto a Izana.

—Ya no quiero café.— seguiste lloriqueando.— quiero un juguito.

—Tráele un puto jugo, Kakucho.— Izana pidió al de cicatriz que se llamaba Kakucho a parecer.

—Kukurucho apúrate por favor, me estoy deshidratando.— lloraste con más fuerza y el chico se giró rápidamente hasta salir de la bodega en la que estaban.— AAAAAAAH, NADIE ME QUIERE.

—Shhh, ya deja de gritar o te pondremos algo en la boca.— el de trenzas se acuclilló frente a ti, una gotita de sudor corrió por su frente.

—¿Que cosa seria?.— calmaste tus sollozos fingidos, el chico balbuceo.

—No se, ¿un paño?.— el de trenzas hizo una mueca pensativa.

—Mejor preferiría un pan.— recordaste el anime de los titanes, a cierto personaje que le gustaba el pan así que lloraste en mayor volumen.— AAAAAAAAAH

—Te traeré un pan.— se levantó apresuradamente el de trenzas y también salió de la bodega.

Eso... muerdan el cebo.

Calmaste tu llanto cuando aparecieron ambos chicos, uno con una botella de jugo de naranja y el otro venía con un sándwich.

—Abre la boca.— obedeciste y quien era Ran, te acercó a la boca el sándwich. Diste un mordisco y comenzaste a comer dándote tu tiempo.

—Jugo.— llamaste a Kakucho. El chico acercó la boca de la botella a tus labios y te dio un poco. Tragaste, finalizando con un leve gemido de satisfacción.— Tenía hambre y sed, gracias.

Así te dieron el refresco y el pan. Izana les veía de lejos cruzado de brazos, no podía con tal escena. Hanma estaba re contra muerto de la risa junto a Rindo, ahora sabias su nombre luego de que Izana le haya regañado y pedido que se calle en más de una ocasión.

— Izana, tienes cara de atormentado.— los demás ya habían vuelto a los sofás a tus espaldas. Izana volvió al asiento frente a ti, mirándote de cerca.— ¿Te pasa algo?, digo, tengo el buen don de escuchar a la gente con problemas.— Izana entrecerró sus ojos.— mi profesión principal a futuro es ser Psicóloga.

—Debe ser una broma.— sostuvo su cabeza entre sus manos, ya estabas colmando su paciencia.

— Sin miedo, cuéntame que te sucede morenito.— tu apodo le hizo dar un bufido en voz baja.— Dale, no dire nada.

—No te contaré nada, deja de hablarme.— Izana te dio la espalda, sentándose ahora de costado.

—Si te molestara que hable entonces me hubieses tapado la boca.— sonreíste ante su expresión de duda. Izana te ignoro por un buen rato.














—Entonces estas re traumado con Shinichiro.— declaraste como conclusión de toda su historia.

—No lo digas así.— te reclamó desviando su mirada hasta el piso.

—Que lastima la verdad, el estar solo te afecto demasiado.— Izana no se atrevió a mirarte.— Puede que seas despiadado y cruel... Y un poco altanero, acompañado del odio hacia Mikey... pero diría que eres como un gatito callejero que rasguña a quien se le cruce.

A tus espaldas aquella comparación hizo reír a todos los demás.

— Meow.— soltó Hanma con tono de burla.

—Cierra la boca.— le alzó la voz Izana. Luego volvió a observar a tus ojos, si te daba bastante tristeza su situación.

—Pero Mikey no es malo.— Izana enarcó una ceja.— Incluso dejaría que fueses mi amigo.

Lo veo improbable pero digamos que si.

—¿Vayamos a una terapia juntos?.— propusiste inclinándote, sin sacar tus manos aún del amarre.— UH SI SI, VAMOS TODOS.— Izana entreabrió su boca, sin decir nada.— Incluso llevaremos a Mikey, ese a veces se le arrancan las neuronas a fiestas y no vuelven en un laaaaaargo rato.

—No creo que sea buena idea.— Izana hizo fricción con sus palmas contra sus pantalones, estresado.

—¿Ustedes quieren ir o se acobardan?— te moviste con ayuda de tus piernas y trasero hacia un costado, viste a los demás sentados en unos sofás a una esquina de la habitación. — Quien está más inestable gana.

—Buen panorama para un fin de semana.— respondió Hanma entre risas.

—Hey tu.— apuntaste moviendo tu cabeza hasta Rindo.— Dame porrrr favor.— el de pelo bicolor estaba sacando el papel de una paleta para comerla.

—¿La quieres?.— movió el dulce entre sus dedos. Asentiste.— Bien, te la daré solo porque tengo otra.

El chico se acercó y metió la paleta en tu boca, soltaste un sonidito en agradecimiento.

—¿¡QUIEN SE ATREVIÓ A...— la puerta se había abierto de un portazo. Al fin habían aparecido tus amigos de ToMan. Todos llegaron totalmente enfadados, hasta tenían un aura asesina alrededor.

—¿LA ESTAN ENVENENANDO?.— Chilló Chifuyu tapando su boca con sus manos.

—Veo que llegaron.— Kisaki se levantó de su asiento algo emocionado.

—Tu cállate.— Mikey ni le presto atención y se enfocó en ti y la paleta en tu boca.— Tú, idiota, bota eso.

—¿Mhm?.— no pudiste hablar bien con el dulce aún dentro de tu boca.— Se demoraron un siglo en venir a buscarme.

—Digamos que algunos estaban durmiendo.— Mitsuya se quejó mirando a su alrededor.

Draken sin inmutarse paso por un costado de Izana y te deshizo el nudo de tus manos. Baji y Kazutora también se acercaron especialmente a ti.

—Que linda te vez con tu pijama, ________.— te halago como siempre Angry. Le sonreíste ante el cumplido, siempre te decía lo mismo ya que tú le halagabas cada vez que se colocaba su pijama que le habías  regalado.

—Me duelen las manitas.— las moviste contra tu cara. Baji te guío hasta los demás e Inui y Takemichi se acercaron a ti totalmente preocupados. Los demás seguían con sus caras de asesinos seriales mirando a tus secuestradores, Izana no se paro del asiento en ningún momento.

— Déjame ver.— cada uno tomó una de tus manos y las revisaron, por suerte no tenían marca ya que no hicieron el nudo tan apretado.— Al llegar a casa te ayudaré a colocarte alguna crema.— Inui acaricio tu mano.

—Ya vayan andando, nosotros nos encargaremos de.— Kazutora hizo sonar su cuello. Su mirada transformada y ya ansiosa de golpear a alguien.— Estos.

Todos asintieron al plan. Inui y Takemichi te acompañaron a tu casa y los demás se quedaron a tratar asuntos con tus "secuestradores".

Claro que no te fuiste sin antes dejar en claro la invitación a Izana de ir a terapia.


Uuuuuuu

Uuuuuuuuu






Escenario extra
La ToMan vacunándose

Baji

—Hazlo rápido.— Baji estaba con un tic en su pierna derecha.— ¡DIJE RÁPIDO!.– el chico algo asustado subió la manga de su camiseta negra y se preparó acercando la aguja.

—¡CUIDADO BAJI!— Chifuyu tapó sus ojos, aunque dejando espacio suficiente para mirar.

—CIERRA LA BOCA QUE ME SUBEN LOS PUTOS NERVIOS.— Baji no miro la aguja en ningún momento y simplemente su cabeza la giró al lado opuesto.

—No seas cobarde.— sonrió mostrando su dentadura Draken. El y Mitsuya estaban más que entretenidos al verle de esa forma a Baji.

El chico se apuró y realizo la inyección rápidamente. Baji cerró con fuerza sus ojos, esperando.

—¿Ah?.— el de cabello largo observó todo.— pensé que esta cosa dolería.

Al terminar presionó el algodón que le dieron y se puso de pie, sonrió a lo que se acercaba a ustedes.

—No dolió ni una mierda la verdad.— afirmó.

Mikey

—Debes prometerle un dulce.— le susurró Draken a la chica que debía ponerle la vacuna a Mikey. Ella asintió un tanto confundida.

—¡NOOOO!, NO QUIERO ________, SUÉLTAME.— empujaste a Mikey a que se siente en la silla.

—SIÉNTATE DE UNA VEZ.— le empujaste desde los hombros hacia abajo. Takemichi se acercó a ayudarte y trato de retener al rubio contra la silla. Mikey se movió bruscamente.

—SÁCATE LA CHAQUETA.— gritó Mitsuya desde lejos.

Agarraste el brazo de Mikey y él se removió nuevamente, Takemichi también le sostuvo.

—QUÉDATE QUIETO O TE MUERDO.— Mikey seguía negándose. Te sentaste en su pierna derecha y sostuviste con fuerza su brazo. Takemichi subió la manga hasta casi su hombro y Draken llevó a rastras a la chica para que le coloque la vacuna cuanto antes.

—Mikey, tendrás de premio un caramelo si no sigues gritando.— la chica sonrió de manera gentil.

—Bueno.— El rubio dejo de moverse contra la silla y le soltaste, separándote de él.

Tu, Draken y Takemichi vieron atentos como el se dejaba vacunar con total calma. Sus pies yendo de arriba a abajo de manera casi infantil.

—Listo.— la chica le dio el caramelo que le había dado anteriormente Draken y Mikey comenzó a devorarlo.

Smiley

—No está ni inmutado.— su gemelo habló a tu lado.

Smiley sostuvo su brazo descubierto entre sonrisas. Le colocaron la vacuna de manera rápida, solo entreabriendo la boca ligeramente cuando metieron la gran aguja en su piel.

—No dolió nada.— le habló a quien le había pinchado. Luego se colocó de pie y fue hasta ustedes aún sonriendo ampliamente.— Ahora soy inmune.



Draken

—¿Y si voy a sostener su mano?— Emma te susurró. Rápidamente negaste con la cabeza.

—No seas tan obvia al menos por está vez.— le reclamaste en otro susurró.

—KENCHIN HAZLO SIN MEARTE EN LOS PANTALONES.— Mikey levantó sus manos que contenían globos en cada una.

—¡Vamos Draken!— Takemichi también le animó desde lejos.

Draken solo espero a que regrese la chica para vacunarle, mirando a esos dos con una sonrisa. Desvaneció un poco su diversión cuando tomaron su brazo y procedieron a pincharle.

No hubo expresión de dolor en su cara así que todos se quejaron a la vez, soltando exclamaciones y gemidos quejosos en voz baja.



Kazutora

—Si me duele te pateare el culo.— amenazo al chico tembloroso que sostenía en su mano la jeringa.

—No le hagas caso jajaja, esta jugando.— trataste de calmarle y que le vacune en el lugar correcto.

—No lo estoy.— Kazutora entonó sus ojos hasta él.

De manera rápida le vacuno y cuando terminó rápidamente se fue de allí, alejándose antes de que tu amigo se le ocurra golpearle.

—No me dolió nada de nada, ja.— Kazutora observo con atención la poca sangre que salió de su brazo.— Soy muy valiente, ¿Cierto ________?

—No.— respondió por ti Mikey.




Chifuyu

—¡CON CORAJE!— Takemichi gritó a todo pulmón.

—¡CON CORAJE!— le siguieron los demás, incluyéndote.

El rubio se acercó siendo un manojo de nervios hasta sentarse donde le indicaron. Le mostró su brazo cubierto aún a la chica encargada de vacunarle.

—Debes subirte las mangas.— le recordó preparando la jeringa.

—¿Si?.— preguntó algo asustado. Ella asintió y le observo con paciencia. Chifuyu levantó la manga de su camiseta y nuevamente esperó el pinchazo.

—¡VAMOS CHIFU!— gritaste animándole.

Chifuyu soltó un ay cuando sintió la aguja. Apretó con firmeza sus labios y cerró sus ojos. Al ya no sentir más la aguja los abrió y miro como quedó un puntito rojizo en su piel.

—Menos mal ya fue todo.— dejo salir el aire retenido en sus pulmones y se puso de pie de un salto.— LO HICE.

—LO HICISTE CHIFUYU.— gritaste en conjunto con Takemichi y Baji. Chifuyu se acercó a ustedes entre saltos.




Hakkai

—Aún ni te pinchan, Hakkai.— Mitsuya tapó sus ojos con pesar.

— DÉJATE DE MIERDAS, HERMANITO.— Yuzuha le gritó apoyándole.

Hakkai cerró sus ojos fuertemente. Apenas sentía como la chica se acercaba a pincharle este se quejaba y alejaba. Ya llevaba diez minutos así.

— ¿Quiere que lo sostenga?— Mitsuya le pregunto a la chica encargada de vacunar a Hakkai. Ella asintió.

Mitsuya se tuvo que acercar hasta el otro costado y sostuvo a Hakkai en su lugar.

—¡Vamos Hakkai tu puedes!— Animaste acercándote a él. Tu amigo negó con la cabeza.

La chica nuevamente acercó al aguja y Mitsuya detuvo a Hakkai de alejarse nuevamente. Yuzuha vio a tu lado con atención como vacunaban a su hermano.

—AAAAH.— dio un gritito Hakkai. Detrás de ti se escucharon las leves risas de los demás.

Al terminar con la tortura, Yuzuha felicitó a su hermano por vacunarse.




Mitsuya

—Pero Mitsuya, al menos quéjate un poco.— Mikey le regaño.

El de cabello lila se sentó en el asiento, espero a que le pinchen con la gran aguja y se levantó totalmente tranquilo. Literalmente se demoró un minuto y no hizo ninguna expresión de dolor.

—No es de este planeta.— Chifuyu le miro con cierta sospecha.





Takemichi

—NOOOOOOOO.— Takemichi dio un grito.

—¡SI!— Mikey le empujó hasta la silla. Le miraste con cierta tristeza como le obligaron a vacunarse.

—LE TENGO FOBIA A LAS AGUJAS.— aclaro iniciando su llanto.

—Nah eso es mentira, ya deja de gritar— Draken no le dejo ponerse de pie.

—¡VAMOS SOCIO!— Chifuyu ánimo detrás de ti.

—Take no te pasará nada, solo dale tu brazo a la chica.— le sonreíste tratando de tranquilizarle. Takemichi suavizó su expresión pero aún siguió botando lágrimas.— Hazlo por nosotros.

—Está bien.— Takemichi dejo que tome su brazo la chica para proceder a pincharle.— Que conste que lo hago por... AAAAAH

—¿Se desmayo?.— se asomó Chifuyu detrás de ti. Asentiste mientras veías a tu amigo desvanecido contra el respaldo de la silla.





Angry

—Tengo miedo.— Le susurró a su gemelo. Alcanzaste a escucharle así que le diste un empujón a su costado, tratando de jugar con el.

—Relájate, Angry. No te dolerá.— le sonreíste.

Angry cuando le tocó se acercó a sentarse donde le indicaron y algo nervioso dejó sus manos sobre sus rodillas, ahí quedó quietecito.

—¡NO LLORES!— Gritó Smiley.

—MIERDA, ¿nos puede golpear si llora o no?.— le pregunto Hakkai a Smiley.

Hicieron el procedimiento muy rápido con Angry, el chico parpadeo un par de veces cuando sintió el pinchazo pero se relajó de inmediato.

Al regresar hasta ustedes todos le felicitaron por ser tan valiente, no como alguno de los otros.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top