Manjiro Sano

Pedido de @Killua5667 perdona la demora <3

Admito que últimamente he agregado mucho alcohol porque tengo unas ganas de tomarme unos litros de esto, que me superan. [cry]

Quiero puro ponerme peda


Pequeñas bolitas de papel cayeron por tu cabello, detrás de tu asiento habían estado aquellos abusones que te molestaban a diario.

No era como si te dejaras especialmente que te pisoteen, pero al ser aplicada en tus estudios simplemente no les tomabas importancia. Tenias cosas mucho más importantes que hacer.

—Buenos días, hoy se integra una compañera nueva.—El profesor había entrado con una carpeta llena de hojas. Tu mirada se enfocó en la puerta de entrada, donde una chica de pelo claro esperaba presentarse.

Emma, así se llamaba. Te preguntaste porque entraría justo en este último año de secundaria, era simplemente extraño. Cuando ella terminó por presentarse buscó un asiento vacío, justo a un lado del tuyo. Te sonrió brevemente pero al ver a las personas que te seguían tirando papeles una mueca apareció en su rostro.

—Hey, ¿que les pasa?.—Dejo sus cuadernos sobre su mesa y les miro a cada uno. No quisiste darte la vuelta así que no sabía quienes eran esta vez.—¿No están ya lo bastante grandes para seguir comportándose como niños de cinco años?.—Sus acciones pararon en un segundo. Emma les ignoro y se sentó en su puesto, al poco rato le agradeciste en un susurro.—No te preocupes.—ella te guiño un ojo y le sonreíste ampliamente.—¿Luego me acompañas a la cafetería?, no conozco a nadie aquí...

Asentiste de inmediato, después de todo sentías que te caería genial y por fin tendrías alguna amiga.

Desde que comenzaste a frecuentar con ella, ya nadie más te observo de mala manera ni te hizo nada. Tú estabas totalmente confundida ya que no sabías que todos conocían a Emma, o más bien a los Sano en general. Así es, desconocías a su hermano y la pandilla que lideraba desde hace años.

—________, te tengo una peeequeña invitación.—Con la boca llena de dulces, murmuraste como pudiste

—¿Que pasa?.—Emma chillo hacia ti y acercó su silla más a la tuya.

—Me invitaron a una fiesta, algo así como al aire libre.—Tragaste de golpe los dulces que tenias en la boca y tuviste que tomar agua para no ahogarte.—Mastica, boba.—entrecerró los ojos hasta ti

—¿Una fiesta?, ¿me estás invitando a una fiesta de verdad?.—tu nivel de asombro era tremendo.

—Si, eso dije, una fiesta.—asintió con la cabeza varías veces seguidas.—Ahí estará quien me gusta así que... necesito que me acompañes y me des apoyo moral.—tu mueca se suavizó y le miraste traviesamente.

—¿Me estas utilizando, Emma?.—te burlaste de ella y esta palideció

—No es eso, es que... me pongo nerviosa y necesito que me golpees si es necesario para que recapacite.—Explotaste en carcajadas por lo sonrojada que se había puesto, luego de un rato asentiste.

—Está bien, te acompañaré.—te regalo una sonrisa gentil y te dio un rápido abrazo.— Pero debo decirles a mis padres que iré a tu casa a estudiar, si no, no creo que me dejen salir.—Emma murmuro un plan detallado para cumplir la misión sin fallos.

Tras ir a tu casa, mientras no estaban tus padres, te maquillo levemente y te presto ropa de ella, tú dejaste que te diera ese cambio de look solo por una noche. Según lo que te había contado, irían varios chicos de su edad así que podrías conseguir un buen ligue en la fiesta.

—No he tomado hacen siglos, te advierto que si lo hago no creo controlarme.—Emma te echo un vistazo y siguió colocándote rímel

—¿En serio?.—Asentiste con un Mhm

—No es que me quede inconsciente ni nada así, pero digamos que...—recordaste aquel momento cuando tomaste de más y un escalofrío paso por tu cuerpo.—Me pongo más simpática.

—¿Simpática?.—a Emma le asustó aquello, como si fuese un término horrible.

—Sep, muy simpática y... rara.—Arrugaste la nariz y Emma termino de maquillarte al fin. Ambas salieron de tu casa rápidamente a escondidas y emprendieron camino hasta la esperada fiesta.

El vestido oscuro que te había colocado había sido una mala idea, en aquel lugar, en casi pleno bosque, hacia un frío terrible. Agradecías internamente de qué al menos abajo te colocaste unas pantys cortas. Emma a tu lado estaba charlando con un tipo que apenas y le miraba, Draken se llamaba. Cuando te lo presento no pudiste no observar el tatuaje que tenía a un lado de su cabeza. Al no ser para nada disimulada, Draken comenzó a hablarte.

—¿Te gusta?.—Asentiste mirando su tatuaje, que si no veías mal era un dragón.—Aún tengo el dato de quien me tatuó, por si quieres hacerte uno.

Tu boca se abrió y asentiste emocionada, siempre te habían llamado la atención los tatuajes, aunque sentías que no irían contigo para nada.

—Tal vez en unos años más me gustaría hacerme uno.—Murmuraste mirándole. Emma se quejó bajito ya que ninguno le prestó atención.

—Le mandaré a Emma el número, ella te lo dará luego.—Asentiste emocionada, y de tal felicidad te alejaste de ellos excusando que irías por agua. Obviamente eso no existía en aquel lugar, lo único que te ofrecieron fue cerveza.

—¿No hay agua?.—Preguntaste nuevamente

—No, se supone que en las fiestas debe haber alcohol, ¿no crees?.—fulminaste con la mirada al chico que repartía las bebidas.

—Entonces dame un vaso de eso, solo un poco.—este te paso un vaso a la mitad, lo tomaste con algo de precaución.

—¡Atención!, ¿Quien quiere jugar a "yo nunca nunca"?.—En el centro de la "reunión" gritó con un altavoz un chico de cabello claro y ojos celestes. A su lado unos gemelos le murmuraban y este dejó el altavoz a un lado, algo inquieto.

Te llamo totalmente la atención así que te acercaste para observar un poco, no tenías claro en participar a pesar que no conocías a ninguno y si jugabas no te importaría pasar vergüenza frente a desconocidos. Varias personas fueron animadamente a jugar, formando un círculo sobre el suelo.

—¿Tú no juegas?.—Un chico muy alegre te apuntó. Negaste con la cabeza y este soltó una risita, luego se sentó con los demás.

—Ya saben de qué va así que sean sinceros o les diré a Mikey que los eche de la pandilla.—Quien antes había dado la idea, de burló un poco y tú le miraste confundida. ¿Hablo de una pandilla?, tú cabeza giro levemente para buscar a Emma, quien no se encontraba en ningún lado. Al no ir a una fiesta casi nunca, pensaste que el ambiente era normal, pero ahora que lo menciono si que parecen estos tipos algo diferentes.

Y fijándote más en las motos recargadas en los árboles, claro, estabas tan concentrada en el tatuaje del chico que ni te fijaste en tu alrededor.

—¿Por qué no juegas?.—Saltaste en tu lugar y colocando tu mano sobre tu pecho te giraste a encarar a quien te había asustado.

Era un ángel o simplemente estabas alucinando, un chico de cabello algo largo y claro estaba frente a ti, observándote con los ojos entrecerrados, al parecer estaba un poco cansado.

—Me asustaste...—El chico te sonrió.—¿y quien eres tú?

—Dime Mikey, ¿Tú eres?.—Mikey no quitó su leve sonrisa de su rostro.

—_______, y no quiero jugar porque no me gusta.—volviste a mirar el círculo de personas y tomaste un sorbo de tu bebida. Arrugaste tu cara al sentir como el alcohol bajo por tu garganta.

—Que aburrida eres.—A tu lado un murmuro se escucho. Te inquietaste un poco, odiabas que te dijeran que eras aburrida.

—No soy aburrida.—Mikey al parecer sonrió complacido, y tras dar unos pasitos quedo frente a ti nuevamente.

El chico te observó totalmente desafiante por vario rato, una mueca burlona en su rostro.

—Bien, voy a jugar.—Tomaste de un tirón el vaso de alcohol, al terminarlo le saboreaste y le miraste a los ojos.—Iré por más alcohol y jugare.—subiste un poco tu vaso, señalándolo. Quien te había desafiado aplanó sus labios y te siguió. Si que querías demostrarle que no eras aburrida, aunque fuese un maldito desconocido. Únicamente por ello fue que pediste más alcohol, un vaso más, y otro. A tu lado el chico se quería reír a carcajada limpia pero no dijo nada, en cambio te acompaño en cada ronda.



...

—Jajajajajaja.—Le diste un golpe en el hombro, que hizo a Mikey dar un paso por el empujón.

Ambos empezaron a caminar hacia el bosque, ni idea del porqué simplemente caminaron sin rumbo.

—_______, eres jodidamente rara.—El chico soltó carcajadas a todo volumen, llamando levemente la atención de las pocas personas que estaban aún en la fiesta.—Me gustas.

—Jajajajajaja si claro.—No habías parado de reírte junto a Mikey desde hace ya al menos una hora, ambos diciendo bromas y tras jugar una ronda de "yo nunca nunca", simplemente quedaron en vergüenza.— oh espera, ¿te gusto?.

Este asintió y su brazo pasó por tus hombros, su mano resolvió tu cabello.

—Epa, no toques mi pelo.—te alzaste un poco para revolver el suyo y este se quejó. Empezaron una breve pelea de quien toca más el cabello del otro hasta que diste un traspié hacia atrás y te caíste de culo.

—Jajajajajaja, veo tus bragas.—apunto bajo tu vestimenta, no tuviste ni tiempo de sonrojarte ya que te levantaste y te tiraste sobre el, ambos rodaron en el pasto por el impulso, al final quedando Mikey sobre ti.

—No se vale, ya quítate.—Te removiste para sacártelo de encima pero el rubio no cedió. Tus manos fueron a sus hombros para hacerlo a un lado pero el chico tomó cada una con una de sus manos, ambos comenzaron a forcejear moviéndolos de un lado a otro. Mikey con una sonrisa cada vez más amplia.

—Ya quédate tranquila.—Bufaste y dejaste caer tus manos a cada lado de tu cuerpo. Mikey te observó desde arriba, a decir verdad era el chico más lindo que habías conocido en tu vida. Tal vez por esto mismo fue que cuando el rubio bajo su rostro hasta el tuyo, correspondiste el beso que te dio en apenas un segundo.

Mikey antes de besarte con profundidad esbozó una sonrisa en medio del beso, luego ya tomó cada lado de tu rostro y con delicadeza pidió permiso para adentrarse a tu boca. Los trazos de su lengua son ásperos pero perezosos contra la tuya, un beso totalmente húmedo con sabor a cerveza se infiltró en tu mente.

Se separó un breve instante para respirar pesadamente un par de veces, tras humedecerse los labios con su propia lengua se impulsó nuevamente para volver a atrapar tus labios, ladeó su cabeza hacia un lado para hacer todo más placentero. Tus manos se aferraron a su chaqueta, desde su espalda. De la emoción, recorriste su cuerpo hasta dar con su cabello, tus manos se enlazaron en este y tiraron de un mechón.

—No tires mi cabello.—Murmuro contra tus labios. Tras repetir la acción, Mikey te castigo y mordió tu labio algo fuerte, haciéndote sangrar un poco. Le diste un manotazo en su hombro y este se separó con una sonrisilla.

—¡Me mordiste!.—Exclamaste tocando tu labio con la yema de tus dedos. Mikey asintió, afirmando que si lo había hecho.

—Tu me tiraste mi pelito.—Se lamento infantilmente. Abriste ligeramente la boca soltando un jadeo ahogado, totalmente indignada.

—Que delicado.—Mascullaste de inmediato. Mikey ahora fue el ofendido y también entreabrió su boca, indignado por tu insulto.

—¿Yo? ¿Delicado?, casi me arrancas un mechón, salvaje.—Te reclamó. Entrecerrando los ojos hacia el, te removiste hacia arriba y te pusiste de pie a duras penas.

—Silviji.—le imitaste mientras ibas de camino al lugar de la fiesta nuevamente. Mikey te siguió de cerca.

—Hey.—Mikey te llamo cuando llegaron al centro de la fiesta, donde aún quedaban algunas personas. Te giraste con una mirada seria perforándole.— Tu culo se ve bien con ese vestido por cierto...—Soltó en medio de una risita. Le miraste totalmente mal y te giraste para buscar a Emma.

Te topaste con varios tipos extraños que estaban tomados más de la cuenta. Uno de ellos estaba todo moreteado y sangre escurría por su boca, al parecer venía saliendo de una pelea. Y cuando caminaste más, viste a otro chico igual de demacrado solo que este sonreía divertido totalmente, como si no le doliese sus heridas.

Luego de buscar hasta el bar, viste a Emma al fin, tomando un gran vaso de cerveza.

—¡Emma!, te estuve buscando por toooodos lados.—exageraste con él todos y te sentaste a su lado. Ella estaba hecha un lío, al parecer no había salido todo bien para ella ya que tenía pinta de haber llorado.—¿Estás bien?...

—Si, claro.—Bebió del vaso.—¿Nos vamos?.

Al ver su rostro no quisiste preguntar más y solo asentiste. Ambas se pusieron de pie y buscaron la salida. Casi querías que te tragara la tierra cuando de frente venía Mikey, el chico de antes.

—Oh, Mikey, que bueno que te encuentro.—Emma le sonrió y fue a abrazarle.

El pánico se instaló en tu cuerpo, ¿le conocía?, a decir verdad ahora que los veías eran muy parecidos. Aunque era imposible que fuesen familia, sería mucha la coincidencia ¿no?

Además Emma nunca te contó que tenía her... esperen... si que te dijo que tenía un hermano, solo que no te comento su nombre... ni nada de él en específico. Tu expresión horrorizada aumentó cuando ambos se separaron del abrazo y Emma te miro, queriendo presentarles.

—Mikey, ella es ________, es una amiga del...

—Si, ya la conozco.—Mikey le interrumpió. Cuando se acercó a saludarte dejó un beso en la orilla de tu boca, cosa qué pasó desapercibido para Emma.— Yo soy el hermano de Emma.

—El hermano... de... Emma...—Repetiste en un susurro. Mikey asintió con la cabeza y Emma le siguió.—Genial, muy genial.— ambos siguieron asintiendo.

—Bueno... Nos tenemos que ir, ¿Que te parece si te llevas a _______?.— Emma observó a su hermano, casi y se te para el corazón.—Yo le digo a otra persona si me puede acercar.

—Oh si claro, después de todo vamos a la misma casa.—aplanó los labios para reprimir una risa. Emma le agradeció y se despidió de ti. Seguiste a Mikey hasta su moto, y un miedo te atravesó.

—Oh no me jodas.—Tapaste tu rostro con tus manos.—¿Vamos a montar esa monstruosidad?.—te quejaste.

—Sep, y no es una monstruosidad, es una belleza.—te corrigió subiéndose a esta. Tras varias exclamaciones por tu parte, no tuviste de otra que subirte detrás de él.

—Además, bebiste y ahora manejas, que buena persona eres, muy correcto.— Le hablaste cuando hizo partir el motor.

—No seas exagerada, no bebí tanto.—Respondió como excusa.—Además, tengo experiencia en esto, te prometo que no chocaremos.—Tras emprender el camino, te aferraste a su torso con total pánico de caerte.—o al menos, prometo que no nos moriremos.

Te juraste a ti misma que al llegar a su casa le golpearías.

—Ya puedes soltarme, me estás dejando sin aire.—Te separaste de él y te bajaste de la moto rápidamente, Emma les esperaba fuera de la casa.

—Bien, adiós.—huiste de Mikey y fuiste donde tu amiga, ambas fueron a prepararse para dormir en su habitación, así que no te topaste con Mikey en ningún momento, ni siquiera en la mañana para ir a la escuela ya que según su hermana el a esa hora dormía.

Una semana siguiente


—________, al fin estas sin Emma, ¿por fin te dejo de lado?.—una voz burlona hablo a tus espaldas. Te detuviste en medio de la calle, acababas de salir de la escuela de imprevisto y ahora te encontraste con compañeros de otro grado, quienes antes te molestaban de vez en cuando.

—No se de que hablas.—Respondiste apretando tu mochila contra tu espalda. Diste más pasos tratando de alejarte hasta que uno de ellos agarro tu muñeca desde atrás, te retuvo.

—¿A donde vas?.—se carcajearon sus dos acompañantes. Rodaste los ojos, totalmente frustrada.

—Ya suéltame, no estoy de humor para que me vengan a joder ahora.—Soltaste sin ánimos, realmente estabas apurada ahora.

El chico te hizo girarte y se acercó a ti, intimidante. Te encogiste en tu lugar, buscaste apoyo en la pared junto a ti.

—¡Hey, pedazo de mierda!.—tu cabeza se giró hasta la voz, viendo fijamente la silueta de Mikey, que se acercaba a paso relajado, con ambas de sus manos en los bolsillos de su pantalón.—¿Que le haces a mi chica, eh?.—tus ojos se abrieron de sobremanera por el apodo.

El chico que te estaba intimidando dio un paso hacia atrás, soltándote. Cuando Mikey llegó a tu lado te dio un vistazo breve y luego fijo su mirada en tu compañero de clase, le asesino con sus ojos.

—Si tienes algún problema, dímelo a mi, no seas tan cabron de meterte con mi novia.—mascullo serio, enojado. El chico frente a él balbuceó totalmente nervioso, simplemente se fue de inmediato, huyó de la escena junto con los dos otros.

—Gracias Mikey.—Agradeciste a su lado. El rubio se giró hasta ti y te regalo una sonrisa, entrecerrando sus ojos.

—No hay problema.— este subió su mano para rascar la parte trasera de su cuello y se movió  algo nervioso.— vine a buscar a Emma y les vi, no pude evitar decirle algo.

Asentiste ya algo más cómoda con su presencia, aferraste tu mochila y mordiste tu lengua, sin saber qué decir.

—Y bien...—dio un suspiro ansioso.—¿Puedes irte sola? ¿O necesitas compañía?.

—Oh está bien, puedo irme sola.—diste unos pasos hacia atrás, para seguir tu camino.—Ya debo irme a casa, se me hace tarde.—Mikey asintió en tu dirección y se despidió con la mano.—Adiós y gracias de nuevo.

Te giraste y caminaste a paso apresurado hasta tu casa, ibas agitada totalmente, él te había defendido y te había encantado. Tu mejor beso en toda tu vida ahora además te defendía, casi y pensabas era un sueño hecho realidad.

Al día siguiente, Sabado, te sorprendiste aún más cuando te llegó un mensaje de texto.

Número desconocido
Me acompañas mañana a comer unos Dorayaki

________
Disculpa, ¿Quien es?

Número desconocido
Oh, Hola

Soy Mikey, guarda mi número

_________
Ok...

Entonces, ¿Mañana saldremos a comer?, ni me has preguntado si quiero

Mikey<3
¿Quieres?

_________
Si

Mikey<3
Entonces hecho, pasaré a buscarte tal vez a las 4... o 5 si es que me cuesta despertarme

_________
Bien👍🏻

Mikey<3
Emma me pasó tu número y también tu dirección así que... nos vemos:)

_________
Bien:)

Casi y te desmayaste, pero tendrías una salida con Mikey así que te esforzaste para no morirte ese día.

No hace falta decir que tras esa cita, si, era una cita, hubieron muchas otras. Hasta que a Mikey se le escapó un "te quiero" y prácticamente se obligo a si mismo a pedirte que seas su novia, su despistes y los balbuceos que soltó en el acto, sin duda te resultaron divertidos, una declaración tal de la personalidad del rubio.

Que random, siento que se llevarían bien.

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