Los Hermanos Haitani +18

INCLUYE LEMON ASÍ QUE SI NO LE GUSTA ESTE CONTENIDO, Salte esta parte por favorrr. Más abajo puse la segunda parte de "La ToMan durante el parto"

CRÉDITOS DE LA IDEA A nahoyagf en tumblr! Básicamente extendí la idea, modifique el ambiente y personajes pero la esencia es de su texto.

Advertencia; incluye Lemon | infidelidad | Trío | lenguaje obsceno | SIN protección | acto en el agua.

Si, todos sabemos las ITS y si, también sabemos qué hay riesgo de embarazo. Como todo es ficticio, acá no existe esto (porqueyolodigo<3), para que no regañen a la rayis.

Creo que esta demás decir que esto no se haga en casa y siempre usen gorrito.

Ya luego nos echamos una clase de educación sexual para recalcar el uso de protección pero al menos acá no lo quise agregar.

Paqueseleacochino. Gocen el ñikiñiki besties.

Pd; AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH LAS VENAS





—Pero... ¡HEY!.—Tapaste tus ojos al ver como corrían hasta ti tus amigos; Los hermanos Haitani.

Ambos se tiraron de un chapuzón en el jacuzzi, si, su casa tenía un estupendo y templado jacuzzi.

Tras sentir que ya ambos estaban en el agua destapaste tus ojos y les viste a ambos con el cabello ya suelto y mojado. Ran esbozó una sonrisa al ver tu cara algo sonrojada.

—Oh no te avergüences así, no es como si nunca nos hubieses visto desnudos.—Rindo habló luego de acercarse a ti, apretaste tus piernas entre sí para ocupar el menor espacio posible, al otro lado Ran también se acercó, apegando su costado a ti.

—Es que nunca los he visto desnudos.—Aclaraste, al ver sus rostros sorprendidos no pudiste evitar un risa.

—¿En serio?, juraba que si.—Ran comenzó a procesar aquella información.

Tras un breve silencio por parte de los tres, te hundiste más en el agua caliente, cubriendo casi todo tu cuello. Agradecías de momento que no podías ver con claridad bajo el agua a los amiguitos de tus amigos, si, sus partes. Aunque teniendo en cuenta que estabas con bikini, era menos incómodo.

—Hey, _________.—Ran hizo que alzaras tu rostro para mirarle.— Nos hemos dado cuenta de que tu novio ahora hizo que nos dejes de prestar atención...

—¿De que hablas?.—le viste a él y diste vuelta tu rostro para también fijarte en Rindo, este último asintió con la cabeza a lo que decía su hermano.

—Por él es que ya no nos vemos seguido, como antes—Aclaró Rindo. Parpadeaste un par de veces, un poco confundida.

—Esa no es la razón... tan solo he estado ocupada.

—Nos cámbiaste rápidamente.—Ran habló con voz adolorida.

—Ya ni nos mensajeas, nada de nada.—Rindo también habló en voz baja, lastimosa.— Nos cambiaste sorprendentemente rápido.

—Yo no les cambie, siguen siendo mis amigos.—Aclaraste saliendo un poco del agua, dejando un poco tu torso a la vista. Tu espalda quedó apoyada en la orilla, aún sentada claramente.

—¿Si?, no lo parece.—Ran se hizo el ofendido más de la cuenta.

—Mi novio no me prohíbe nada, ¿si?, y a ustedes les hablo siempre, no tienen razón para ponerse celosos.—Aclaraste con voz firme.— Está bien que haya empezado un noviazgo, pero eso no afecta en mi relación con ustedes.— les conocías completamente, sus celos se hicieron notorios. Te cruzaste de brazos, bajo el agua. Aquella pequeña acción llamó la atención más de lo esperado.

Ran te miró fijamente con un fuego en sus ojos que te hizo temblar. No estabas entendiendo cómo de conversaciones despreocupadas y en broma se volvió en esta tan seria.

Ahora Rindo y Ran tenían su mirada fija en ti.

—Por como respondes tan a la defensiva quiere decir que tenemos razón, y si, no nos hemos visto seguido estos días, no deberías negarlo.—el tono de Rindo gotea de disgusto.—Además, tú novio no me agrada.

—¿eh?.— estabas más que confusa ahora.— Acaso... ¿Está escena es por celos?.

—Mhm, sí.—se unió Ran.— estamos celosos de que toda la atención se lo llevase él __________, eso duele, ________, eso realmente duele.

los miras fijamente. De alguna manera te sentiste mal. Tal vez si habías estado pasando mucho más tiempo con tu novio, asumiste que tus amigos de la adolescencia no estaban acostumbrados a la falta de atención.

—Puf, bien, les prometo que mi novio no llevará toda mi atención, seguiremos juntándonos nosotros a diario.— te rendiste, reprimiendo una sonrisa al ver sus rostros cambiar de expresión en un instante.

—tch.—Rindo miró hacia otro lado con una ligera faneca y fingió mirar fijamente al cielo mientras pensaba. En realidad, se le había ocurrido este plan durante un tiempo. Finalmente se atrevió Ran dar inicio al plan que antes había conversado con su hermano menor.

—¿Qué pasa con esto?, si te follamos mejor que a tu novio, te quedas con nosotros.—dijo Ran, de hecho.

—Pero... pero... pero... eso sería engañarlo...

—Oh vamos, debieses haber terminado con él hace mucho.—Rindo murmuró a lo que pasaba su brazo sobre tus hombros descubiertos.— Apuesto a que ni siquiera te ha dado un orgasmo como corresponde.—tarareó, moviendo su cabeza para pasear sus labios a lo largo de tu cuello. Dio pequeños roces con la punta de su lengua, un escalofrío recorrió tu cuerpo.

—Oh, vamos, bebé.—la voz rasposa de Ran envió calor a través de tu cuerpo, empeorada aún más cuando comenzó a trabajar en tu cuello también. Tus dos amigos, a cada lado de ti estaban atendiendo tu cuello con suaves caricias.

—Lo haremos justo follando uno a la vez.— agregó alegremente Rindo.—al principio.— Un deseo se hizo presente en tu torrente sanguíneo y demasiado atascado para siquiera pensar en estar en desacuerdo. simplemente no pensaste en tu novio. Aquella noche, en medio del agua cálida, tus pensamientos de culpa se borraron a causa de estos dos hermanos que ansiaban poseerte.

Luego de aquello sentiste como Rindo acercó su boca a la tuya, su palma se colocó en tu nuca para estrellar tus labios contra los suyos en un beso caluroso. Tuviste que inclinar tu rostro cuando este introdujo su lengua en tu boca, dando suaves caricias a la tuya. Ran por otro lado apoyó su mejilla en la orilla del jacuzzi y su mano fue a deshacer el nudo de la parte superior de tu bikini.

Con total calma fuiste desnudada de la cintura hacia arriba, los sutiles toques que te daban los dedos de Ran al retirar la prenda te hicieron temblar por un microsegundo. Rindo mordió tu labio inferior provocando que des un gemido leve contra su boca, causando una sonrisa en el. Ran tras retirar tu bikini no pudo no acercar sus manos a la zona, se dedicó a colocar cada mano sobre uno de tus senos, estrujandolos contra sus palmas.

Rindo se separó de tus labios para enterrar su cara en la unión de tu cuello y hombro, muerde la piel de manera suave y chupa. No sabías qué decir, tu garganta se secó de inmediato y solo pudiste entreabrir la boca para soltar leves sonidos y sostenerte de la orilla con tus manos.

Soltaste un gemido alto cuando la mano de Ran se guió hasta abajo para frotar contra la tela de tus bragas justo contra tu intimidad y una oleada de satisfacción salto por tu garganta.

—No puedo apreciarte por culpa del agua.—Ran se quejó en un susurro contra tu oído. Sin más rodeos Rindo hizo un rápido movimiento, te giró haciendo que tus manos busquen apoyo en la orilla y tus rodillas impacten contra el piso.

Con solo una mirada se comunicaron aquellos hermanos y Ran salió del Jacuzzi, te hiciste ligeramente hacia atrás cuando el se sentó en el borde, tus ojos se abrieron más de lo normal cuando frente a ti apreciaste su miembro erecto contra tu cara.

Te entro un escalofrío por la columna vertebral en el momento en que Rindo detrás de ti alzó tu trasero y bajo un poco más tu espalda apoyando su palma. Con su agarre en tus caderas te acercó a su pelvis, el roce de sus sexos te hizo jadear a viva voz.

—Sujétate bien.—Ran te advirtió esbozando una sonrisa, tus manos fueron a sus muslos para sostenerte de la posible invasión de Rindo. No te esperaste para nada que Ran hubiese tomado tu rostro desde tu mentón y acercó tu boca hacia su miembro.—Abre.—ordenó burlesco. Apretó tu mandíbula suavemente, un leve toque, al hacerle caso empuñó su mano en tu cabello y te penetro la boca de golpe, sentiste tus ojos ponerse llorosos por el impacto.

Rindo tras darte unas caricias en tu espalda se inclinó un poco para besar tus omoplatos con cariño, sus manos rebuscaron contra el agua tus senos para acariciarlos brevemente y luego ir viajando por sobre tu abdomen hasta tu intimidad. Todo mientras seguías cubriendo con saliva el miembro de Ran contra tu boca, jadeando entrecortadamente contra el.

Sus dedos deslizaron tu bikini a un lado y rebusco en tu intimidad, acariciando de arriba a abajo, parando para atender tu clítoris en círculos, todo rápidamente, como si quisiera que le ruegues que te folle.

Sentiste la dureza entre tu intimidad, el agua hizo más placentero el contacto de su miembro contra tus pliegues sin duda. Al sentir un apretón en una de tus caderas te preparaste para la primera embestida con ferocidad. De tal golpe contra ti alejaste tu boca de Ran y la apretaste contra tu brazo, incontrolables quejidos salieron de tu boca por la nueva sensación de su penetración tan brusca y profunda.

La mano de Ran acarició tu cabello con suavidad, tu mano bombeaba su longitud a un ritmo constante pero seguías con tu boca contra tu brazo, el codo apoyado sobre el muslo de Ran. Rindo se movió contra ti de manera rápida, el sonido grotesco lo amortiguaba el agua, que llegaba a moverse bruscamente junto a sus movimientos y comenzó a salirse del jacuzzi.

Acercaste como pudiste nuevamente tu boca al miembro de Ran, lamiendo la punta. Su boca estaba abierta en forma de "o", y el pelo cubría ligeramente sus ojos. Tu amigo del frente disfrutaba totalmente como tu mano lo masturbaba y más ahora que tu lengua se paseaba por su falo resbaladizo.

—Mierda...—Ran bajo los ojos hasta tu rostro enrojecido, su boca entreabierta te miraba con total atención, se deleitó totalmente cuando trataste de meterlo todo en tu boca y como fallaste, casi atragantándote. El chico sonrió levantando una de sus comisuras al ver tu rostro.

—Puta mierda.—Rindo aún golpeándote desde atrás lanzó un gruñido al sentir como le apretabas. Tus caderas ya comenzaron a doler de como las sujetaba, moviéndolas al compás de sus embestidas. Al estar de espaldas no pudiste apreciar como su cabello se movía de un lado a otro, mojando totalmente su rostro con gotitas. Su tatuaje a un costado brillando a causa del agua, era una vista estupenda.—Que bien te sientes, linda.—Rindo alejo sus caderas y bajo su rostro para tratar de mirar por un segundo la vista que tenía de ti en cuatro. Tras un hondo suspiro de satisfacción golpeó a embestirte de manera repentina nuevamente.

Aceleraste tu mano sobre el miembro de Ran cuando te sentiste venir, tu boca también se esmeró en introducir un poco de su falo para acelerar su orgasmo. Ran con el agarre en tu cabello te hizo ir más a fondo, soltando un gruñido ronco cuando aceleró las embestidas contra tu boca. Soltando gemidos pequeños seguidamente dejo caer su cabeza hacia atrás y penetro de golpe hasta tu garganta, llegando al clímax.

Alejaste tu boca a la vez que parte de su liberación te manchaba la cara, el mentón más que nada y los labios. Espasmos recorrieron su cuerpo a lo que bajaba su rostro para mirarte echa un desastre. Rindo siguió con su trabajo y cuando agregó el roce de sus dedos contra tu clítoris tu boca se abrió sin procesarlo, soltaste un jadeo en voz alta al sentirte venir derrepente.

Ran ayudó a limpiar tu cara con sus manos algo temblorosas, el hermano mayor se escabulló para meterse en el jacuzzi frente a ti. Aprovechaste la instancia y en vez de sujetarte a la orilla te sostuviste desde sus hombros, aún soportando las oleadas de placer que te estaba dando Rindo.

El menor te empujaba con convicción, aquel nudo en tu abdomen bajo fue deshaciéndose, un cosquilleo casi doloroso se presentó en tu intimidad a lo que daba embestidas más aceleradas, desesperadas. Dejaste caer tu mejilla en el hombro de Ran, este último llevo sus manos a tu espalda para acariciarte de arriba a abajo, calmándote.

—Déjalo salir, pequeña.—escuchaste el murmullo de Ran contra la cima de tu cabeza. Los gemidos que soltabas eran melodías gloriosas para sus oídos, te escuchaba con total atención a lo que sentía como gracias a los empujones tu rostro se movía contra el, y tus senos por segundos llegaban a juntarse con su pecho.

Te estremeciste y mordiste la piel de Ran, al inicio de su cuello. Llegaste al clímax luego de tanta atención a tu intimidad y como pudiste reprimiste un grito.

Rindo se descompuso por un breve segundo y apoyo su pecho sobre tu espalda por un momento. Por lo resbaladizo que se sintió en tu interior sacó su miembro por un segundo y luego lo volvió a guiar para penetrante nuevamente, unas par de embestidas más y también encontró su liberación tan esperada, murmurando incoherencias e insultos al aire.

—Carajo.—Rindo se tiro hacia atrás, saliendo de tu interior, y se sentó contra la orilla del jacuzzi. Tu diste un par de respiraciones aceleradas, aún sujetándote de Ran con fuerza.

Te tomaste tu tiempo para volver a sentarte contra la orilla, respirando agitada totalmente casi más que los otros dos. Ninguno decía nada, estaban concentrados en recuperarse de aquel momento tan intenso.

Ran estiró sus brazos contra la orilla, relajándose mientras miraba al cielo y suspiraba pesadamente. No se te paso desapercibido como el agua se tornaba de un color más extraño que de costumbre. Aún con tus piernas temblando ligeramente, te giraste a mirar a Ran.

—Bueno... ¿Y que decides _______?.—Ran habló girando su rostro hacia ti. Por suerte, ya sabías qué decir.








Escenario extra.
Parte dos de personajes en el Parto.

Kazutora

—Ha llegado el momento.—Miraste con total ira a Kazutora, este llevaba horas hablando sin parar casi como predicando.

—Kazutora de...—diste un fuerte grito, interrumpiendo tu insulto.

—Nunca pensé que llegaría este momento.—sus codos estaban en la camilla y sus manos agarrando su rostro.— Deje la lista de posibles nombres en la casa... que desastre.—llevaste tus manos a tus ojos, cubriéndote mientras chillabas.—espero que salga como _______, sino pobrecito...

—Siga pujando, falta poco.—el doctor te hizo sentir una mínima esperanza.

—¿Me querrá?, puede que ni le agrade.—diste suspiros hondos mientras Kazutora seguía hablándose, tal vez reflexionando.— ¿Como será de grande?... ay no, voy a envejecer.

—Cállate Kazutora, por Dios.— te quejaste sosteniendo las mantas de la camilla con firmeza.

—Espero ser buen padre. Kazutora, si no eres buen padre te golpeare el culo.—se amenazo a sí mismo.— te ahogare o te meteré un fierrazo, maldito infeliz.— un grito salió desde el fondo de tu garganta, pequeñas lágrimas comenzaron a bajar por tus ojos.— ________... ¿El bebé me querrá?.

—CALLATEEE.—gritaste viéndole con furia. Kazutora como había alzado su rostro para mirarte responder, se asustó y alejó su cara un poco.— DEJA DE MURMURAR COMO ESTUPIDO, ¿QUE NO VEZ QUE ESTOY PARIENDO?.

Ahí el cerebro de Kazutora hizo "click", y su rostro de transformó en lamento total.

—Carajo, cierto, mierda, soy un idiota.—movió la silla donde estaba sentado y se apegó más a ti, sostuvo tus manos.— Perdón, estoy nervioso y no me di mi charla moral antes.

—Si aja, solo deja de murmurar en voz baja, me pone de los nervios.— hablaste entrecortado. Estabas toda sudada y ahora ademas soltando lágrimas. Kazutora te vio lo mal que estabas y se asustó un poco mucho.

—Doctor, ¿cuanto falta?.—El chico apretó tus manos al igual que tú las suyas, sentiste por un momento que te las iba a sacar.

—Poco, tranquilos.— el doctor alzó la voz para que escuchen.

—¿Pero cuanto es poco?, ¿Segundos, minutos, horas?.— Kazutora comenzó a impacientarse y te miro a los ojos, horrorizado.— ¿por qué siento que me está doliendo a mi?.

—Mejor cállate, ¿si?.— sus nervios se te pegaban, ahora estabas más asustada.

Entre medio de los gritos que no podías evitar soltar, Kazutora se levantó para abrazarte con un brazo y su mano libre entrelazó tu mano con la suya.

—Que miedo ser el doctor.—alcanzaste a escuchar entre tus quejidos de dolor puro.

Ya pasado un buen rato, se escuchó un grito exagerado y el llanto, el bebé. Pudiste sentir como Kazutora se quedó helado, aún abrazándote como si nada.

Te soltó cuando la enfermera llevo al bebé hasta tus brazos, al sostenerlo Kazutora comenzó a susurrarse palabras de aliento, extendió sus manos para tocar al bebé pero dudaba, no sabía qué hacer.

—¿Lo puedo tocar?.—acercó su rostro al tuyo y sus manos se fueron acercando al bebé entre tus brazos.

—Claro.—No tenías ni las fuerzas ni las ganas de decirle que no sea idiota, era obvio que podía tocarlo y no lo mordería ni nada.

Kazutora comenzó a rozar con la yema de sus dedos sus pies, su rodilla, hasta llegar a su manita que agitaba de un lado a otro. A pesar de las lágrimas de dolor que soltaste esbozaste una sonrisa al verlo tan curioso con su hijo. Incluso se inclinó más hacia él para mirarlo de cerca, cada detalle.

Jugó por harto rato con su mano, moviéndola de un lado a otro, para finalizar con una charla nuevamente, presentándose ante el bebé y diciendo que será el mejor papá del mundo.


Inui

—Tranquilita, se que duele, lo entiendo.—Susurraba contra tu frente palabras de aliento.— falta poquísimo para que pase el dolor, muy poco.

Inhalaste y exhalaste como te habían indicado, entremedio de jadeos y gritos. Inui intentaba mantenerse sereno, pero sus manos sudaban como regadera, solo por eso no ha tomado tu mano aún.

—Esto duele demasiado.—te quejaste mirando entre tus piernas. El dolor que te inundaba era inmenso, ya estabas harta de todas las horas que llevabas ahí en ese estado.

—Si así lo quieres esta será la última vez, lo prometo.— su mano fue a tu estómago y lo dejo ahí, acariciando suavemente.—Esperemos un poco más, amor, ¿si?.

Asentiste con la cabeza y seguiste pujando, querías terminar con eso ya.

Por la cabeza de Inui pasaban varias cosas a la vez, a pesar de mirarte atento su mente volaba por futuros posibles, pensando que podría hacer por ustedes y que debería hacer en ese momento. Tus manos sujetaron fuertemente la camilla cuando te entró un dolor punzante, muy intenso.

—Puta madre debí acceder por la cesaría.—te lamentaste, soltando en ultimo momento insultos hacia ti misma.— Soy una estupida.

—No eres estupida, no digas eso.—dejo un beso en tu mejilla de manera rápida. Volvió a pegar su frente contra el costado de la tuya.

—Que si lo soy.— te quejaste totalmente enojada, afectada por el dolor.— espero y el bebé salga como tu de lindo o me enojare.

Inui soltó una risa sin controlarlo, decir babosadas era típico de ti, lo había aprendido todo este tiempo estando a tu lado. Sus ojos claros te miraron con atención a cada expresión que hacías, en aquel momento se preguntaba porque te veías tan linda ante sus ojos si estabas muriendo de dolor.

Inui era todo un cursi.

—Mierda creo que ya lo siento o que.—cerraste los ojos con fuerza a lo que sentías un dolor más intenso que los demás. Inui aún con su mano en tu estómago se levantó un poco, alzando su rostro para mirar si sucedía.

Al parecer lo noto, ya que se hizo presente el llanto e inui se apresuró hasta acercarse hasta el doctor. Ni te molestaste en mirar que hacía ya que cerraste los ojos con total cansancio, recostándote de golpe en las almohadas.

Un toque en tu brazo te hizo abrir los ojos para observar a Inui totalmente alegre y emocionado sosteniendo al bebé entre sus brazos. Sonreíste en una línea al mirar la imagen tan tierna.

—Mira, preciosa.—se agachó un poquito para que ambos pudieran ver su hijo. Giraste un poco tu rostro para verlo mejor y estiraste tu mano para tocar su pie.

—Que lindo.—admitiste sonriéndole. Inui asintió con la cabeza, sonriendo ampliamente mirando al bebé. Estaba totalmente emocionado.

Te llenaste de ternura cuando se inclinó a dejar besitos cortos en la pequeña mano de su hijo. Soltaste unas risitas, Inui lo trato con total cuidado mientras lo sostenía entre ustedes. Cuando se llevaron al bebé y él tuvo que salir de la habitación, no pudiste observar como había comenzado a llorar al instante que estuvo solo.


Hanma

—Apuesto a que será todo un rompe corazones.—la alegría en Hanma era notoria. Más que nada porque creía que su hijo iba a ser el mejor de todos, como el.

A pesar de mantenerte con su brazo como almohada, y sosteniendo tu mano, no se le noto afectado ni nervioso, era todo lo contrario, como si supiera que todo saldría bien y serían una familia muy feliz.

—Si se parece a ti, no.—te diste el lujo de decir aquella burla correctamente, sin gritos de por medio.

Hanma te miro entre sorprendido e indignado por lo que le dijiste, indirectamente fue un " eres feo ".

—Eres cruel conmigo, ¿por que somos novios?.— te siguió el juego con un brillo juguetón en sus ojos. Ni alcanzaste a mirarle mejor ya que un dolor intenso te azoto y soltaste un fuerte chillido, apretando los dientes.

Se te cruzo por la cabeza pegarle para desquitarte y de paso tal vez aliviar tu dolor pero la descartaste de momento. Hasta que su celular sonó.

—Puta madre.— este sin soltar tu mano llevo la libre a su móvil, viéndolo.—Es Kisaki.

—Cuelga esa mierda o te echo de aquí.— por un segundo el dolor no te fue problema y le miraste con total enojo. Hanma lentamente apagó el celular y lo volvió a guardar en el bolsillo. Cuando desviste tu mirada de él este soltó un suspiro aliviado y siguió atento a ti.

Entre más gritos y exclamaciones por tu parte, Hanma comenzó a ponerse un poquito nervioso, su frente comenzó a sudar casi como tu. Cuando el doctor anunció que faltaba muy poco, Hanma se cayó de la silla de donde estaba, de espaldas.

—Jajajaja.— no dudaste en reírte en medio del dolor, se te fue inevitable verlo de culo en el suelo, sorprendido.  Hanma insulto hasta a su abuela por la vergüenza y se paró de inmediato.

Al escuchar ambos el llanto de su bebé, el se puso loco de ansiedad. Ni dejo que la enfermera cargue al bebé y fue a quitárselo para llevarlo donde ti.

—Tranquilízate, idiota.—tomaste al bebé con mayor cuidado que él y lo apegaste a tu pecho. Hanma sonrió ampliamente y se agachó para besar tus labios, al separarse dejó un beso corto y luego acercó su cara al pequeño bebé para mirarlo.

—Mira que chiquita su nariz.—la pinchó con su dedo índice, el bebé aún con sus ojos cerrados dejó de llorar de a poco.—Vamos, abre los ojos.— le pegaste en la nuca con la poca fuerza que tenías.— mira, tu mami me pego.

Hanma comenzó a reírse y acarició con delicadeza la cabecita del bebé, te vio de reojo con felicidad. Sonreíste agotada y Hanma no pudo evitar dejar un beso a la altura de tu frente.

Koko

—La recuperación será lenta, pero al menos durante el parto no va a sentir nada.—el doctor había hablado contigo y Koko, tu novio accedió por todos los medios a pagar parto por cesárea, el se sentiría más seguro de que estuvieras bien y sin dolor, además el dinero no se le hizo problema.

El doctor aseguró que no habría problema, ambos estuvieron de acuerdo.

Koko asintió a las indicaciones del doctor y tras poner su palma sobre tu estomago te abrazo por el hombro para dejar un intenso beso en tu mejilla.



Estuviste anestesiada durante el parto así que no hubo dolor alguno en el procedimiento. Koko te espero impaciente fuera de la sala, paseándose de un lado a otro en el pasillo. Sus amigos le miraban nerviosos, parecía un toro enojado caminando de extremo a extremo.

Al momento en que le avisaron que todo salió bien, no podía con más felicidad. En un instante ya se encontraba esperando a verte con un montón de peluches y regalos para ti y el bebé.

Estuvo contigo los dos días que estuviste en el hospital, claramente ya había visto a su bebé y te habían llegado a contar lo tan lindo y llorón que era, a pesar de que ya lo habías visto antes le escuchaste con atención.

Tras salir del hospital, casi ni te dejaba hacer algo. El se encargaba de pasear al bebé, se levantaba por las noches a consentirlo, a pesar de que el doctor te recomendaba caminar él insistía en que lo hagas sin el bebé para que no te duela tanto la espalda.

Se tomó todo su tiempo en estar con ambos, evitando salir de casa. Cuando no había remedio y le llamaban, contrataba a una persona que limpie la casa y que por cualquier emergencia esté acompañándote.

—Regresó en dos horas.—Miró su reloj.— menos de dos horas.— se precipitó a ponerse su chaqueta y fue hasta tu cama, se agachó en medio de una sonrisa para acariciar su nariz contra la de su hijo.— Adiós bebito, nos vemos luego.

—No te apures, estaremos bien.—le tranquilizaste al verle tan presionado. Koko se levantó y tras poner una mano contra el colchón se estiró más hacia ti, dejando un beso en tus labios.

—Estaré aquí en menos de dos horas, ya verás.— sonreíste a su promesa. Koko dejó otros dos besos más en tu boca y se separó para ir a la puerta.— ¡Los amo!.

Te despediste agitando tu mano y apegaste el bebé en tu costado, este bajo las mantas de tu cama, durmiendo.



Izana

—Necesito un trago.— le pegaste a Izana en el brazo a la vez que te removías contra la camilla. Llevaba hablando consigo mismo, reclamándose y pensando en qué hacer para no estar más nervioso.

— Deja de quejarte.—le regañaste en un quejido dolorido. Izana estaba más que nervioso enojado consigo mismo, anda a saber porque.

Estaba tan inseguro sobre el pensamiento de los bebés y la paternidad, que al saber que estabas embarazada se horrorizó.

Entre quejidos tuyos, Izana busco consuelo enterrando su rostro en tu cuello, estaba muy asustado. Una mezcla de emociones se prendieron en el, todas convirtiéndolo ahora en alguien totalmente callado.

Cuando escucho el llanto del bebé, le preocupo que algo haya salido mal, el no sabía que era completamente normal que llore. Así que, con algo de temor salió de tu cuello y te echo un vistazo. Al verte totalmente tranquila, el dudo.

Cuando la enfermera se acerca con el bebé hasta el, este de inmediato se calma y le mira a su hijo con los ojos bien abiertos, no sabiendo qué hacer siquiera.

—Cárgalo, Izana.—hablaste en un susurro. Tu novio se giró a mirarte y luego volteo su vista hasta su hijo, estirando los brazos para cargarlo contra su pecho. Cuando se giró hasta ti y se arrodilló levemente te sorprendiste al ver sus rasgos más suavizados que de costumbre.

Estaba impactado y algo asustado.

—Se ve muy delicado, mejor tómalo tú.—hablo mirando al bebé.

—No va a pasar nada.— le aseguraste observando con dulzura a tu hijo.

—Mierda... No se como ser un padre.— Izana hablo algo enfadado. Estaba en un debate consigo mismo, buscando las palabras correctas para decírselas a su hijo.— pero... lo intentaré de alguna forma por ti y tu madre.— reíste en forma baja, aún estaba bastante atormentado por su pasado, solo le hacía falta un poco de tiempo.









Para ir avisando de las actualizaciones hice un instagram, esta en el link de mi perfil.
Si se les acomoda más pueden enviarme pedidos ahí o algún dibujo que hagan, lo que sea <3

En esa cuenta igual subiré fragmentos de los capítulos que he estado haciendo yyyyy preguntaré alguna que otra cosa sobre los futuros capítulos ya que al preguntar en el perfil de Wattpad no todas saben como responder :) eso besties.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top