Ken Ryuguji & Emma Sano +18
Pedido de KrisbelNarvez
Advertencia de Smut.
Les presento el Lemon que más me costó escribir :
Jodida mierda bendita
Estabas en un estupendo sueño, sin duda alguna lo era.
Se te fue inevitable pensar en la suerte que tenías. Tu amiga y amigo te pidieron hacer un trío. Si, eso. La verdad no recordabas a estas alturas como sucedió, ellos lo plantearon y aceptaste sin más.
Se tornaría rara la pregunta de ser otra la situación, pero ambos eran pareja y simplemente querían probar hacerlo contigo.
No sabias quien sentía más emoción; si Emma o Draken.
Probablemente tú.
Ahora besabas a la rubia como si no hubiera mañana. Draken iba desnudándote a tus espaldas, bajó el cierre de tu vestido y desabrochó tu brasier en unos segundos. O al menos eso calculaste, no sabías bien siquiera qué hacer al estar besando a Emma.
Las manos de la chica sujetaban tu rostro mientras te besaba y entreabría su boca junto a la tuya, su lengua saboreando y de vez en cuando succionando sutilmente. Las palmas frías de Draken acariciaron tu espalda mientras bajaba el vestido.
Todo en apenas unos momentos.
Emma quitó su vestido, aprovechando que Draken también se estaba desnudando por mérito propio. Tú ya te encontrabas en ropa interior, tiraste tus tacones al otro lado de la habitación rápidamente.
La rubia se recostó sobre la cama, la atenta y salvaje mirada de Draken estaba ahora en ambas, deleitándose en cómo dos chicas estaban frente a él en solo ropa interior de encaje. En tu defensa, fueron a una fiesta hoy y básicamente eras bastante precavida respecto a tu atuendo.
Luego Draken halagaría lo linda que te veías sin ropa.
Emma quedó con sus rodillas a cada lado de tus caderas mientras su boca perseguía la tuya. Reíste cuando te besó nuevamente, nunca había probado unos labios tan suaves como los tuyos.
Sujetaste su rostro y siguieron besándose, tú siendo consciente de como Draken se acercaba a ustedes. Se posicionó detrás de Emma, ahora el viéndoles besarse como si fuese su último día en la tierra. La amplia mano de Draken se coló por en medio de Emma y tú y buscó tus pechos, dejó una leve caricia en uno de ellos y su novia atendió el otro. Abriste la boca dejando salir un gemido, Draken con su mano libre sacó el brasier de su novia y bajó sus bragas.
Mierda, todo estaba pasando tan rápido.
Decidiste calmar tus acciones y dejaste tus manos en la cintura de la rubia frente a ti, te sorprendió la suavidad de su piel. No pudiste no bajar la mirada y mirar su plano abdomen, observando con curiosidad su pequeña cintura. También tuviste visión de sus muslos, eran firmes y definidos, acorde con su figura.
—Quiero... quiero intentar algo —. Emma se hizo a un lado para quedar junto a ti, le miraste de reojo, ella estaba realmente agitada y sonrojada. Se acercó a tu oído y dio una idea, una que de por si le hubiese avergonzado de ser otra la ocasión.
—¿Estas segura? — preguntaste relamiendo tus labios. Emma asintió con la cabeza y de inmediato se sentó con la espalda apoyada en el respaldo. Viste a Draken, yacía sin entender ni un poco.
Te incorporaste de rodillas y sujetaste a Draken del cuello para acercarlo a tu rostro, le besaste de una manera que le encendió completamente.
La punta de tu lengua toco su labio inferior, nunca dejaron de mirarse el un al otro. Draken miró tu boca con deseo, iba de tus lindos ojos en un vaivén hasta tu enrojecidos labios. Volviste a lamer su boca, esta vez desde su labio inferior hasta el superior en un rápido movimiento. Ken suspiró de placer y entreabrió su boca, ya pidiendo que le beses como corresponde.
Sus lenguas barrían con la del otro y ladeaban sus rostros para probar distintos movimientos placenteros en la boca ajena. Mordisqueaste ligeramente el labio superior de Draken y te separaste un poco, ambos abrieron los ojos a la vez, sus bocas separadas por apenas solo un suspiro.
—Emma quiere que me folles —. susurraste entornando tus ojos, viéndolo a través de tus pestañas. Esbozaste un tierno puchero, sabias que le encantaría. Draken quedó con la boca ligeramente entreabierta, movió sus ojos hasta la rubia que estaba viéndoles con una sonrisa en su rostro, ya sin ropa interior —. ¿Puedes hacerlo?
Claro que si podía
Emma les llamó a ambos, lo que más te gustaba de aquel momento era como se tenían confianza el uno al otro. Tus nervios desaparecieron al verle desnuda, no habías visto a alguien tan jodidamente preciosa.
Las piernas de Emma se separaron ligeramente, rodillas levantadas del colchón y ahora tú, gateando hasta ella. Draken enganchó su índice en el borde del centro de tus bragas y las bajó exitosamente, todo esto sin parar tú avance hasta su novia.
No sabias qué mierda decir.
Tus manos hicieron contacto con los muslos de la chica y separaste un poco más sus piernas para tener mayor acceso a su intimidad. Te deleitaste con su excitación bastante notoria y mordiste tu labio previamente. Emma sujetó tu muñeca con una de sus manos, indicando que inicies ya.
Te acomodaste mejor y tus rodillas presionaron con firmeza el colchón. Draken detrás tuyo sujetó tus caderas para alzarlas un poco, quedando prácticamente en cuatro.
Tu rostro bajó lentamente, Emma veía con un sutil brillo en sus ojos como tu boca acariciaba su clítoris como primer movimiento, sacaste la punta de tu lengua para jugar con aquel punto tan necesitado de la rubia. De inmediato, soltó un gemido que le hizo tirar la cabeza hacia atrás ligeramente.
Draken detrás tuyo ya se había deshecho de sus bóxers y ahora bombeaba su erección endurecida, causada por ambas de ustedes. Comenzaste a acariciar la entrepierna de tu amiga, tu lengua extendiéndose por sus labios, buscando ir más allá. Emma de inmediato llevó sus manos hasta tu cabello, te acercó a ella aún más de ser posible.
Gemidos delicados salían de su boca, varios en tono bastante bajos y melodiosos, por lo que quisiste escucharle más. Tus brazos pasaron por debajo de sus muslos y tus manos agarraron la piel de estos mientras enterrabas tu boca en su clítoris. Diste una succión gentil, la cual hizo chillar a la rubia. Emma se retorcía bajo tu boca, sus manos tirando tu cabello en movimientos bastante bruscos.
—Mierda...— Draken maldijo al verlas a ambas, su novia tenía una expresión de puro placer.
Con una de sus manos condujo su erección a tu intimidad y sus caderas se mecieron hacia delante, ya comenzando a introducir su miembro en tu caluroso interior. Gemiste contra la piel sensible de Emma.
—Cariño, no seas tan agresiva con _______ —. Draken llevó su mano a la de Emma y le acarició para que tranquilice sus tirones en tu cabello. La rubio entreabrió sus ojos y te observó.
—Lo... siento...— su dificultad para respirar demostró que estabas haciendo un buen trabajo. Sonreíste antes de volver a mover tu lengua, esta vez, de derecha a izquierda. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Emma.
Draken comenzó a moverse, penetró tu interior una y otra vez. Adoptó un ritmo bastante marcado y calculado, su mirada recorriendo el cómo se esforzaba en encajar su miembro en tu estrecho agujero, hasta el como lamías a su novia.
Emma miró detrás tuyo, observó cómo las pieles de Draken y la tuya chocaban, ambas causando un exquisito sonido para ella. Sus ojos se mantuvieron abiertos viéndoles, cada vez se excitaba más con solo observar.
Luego bajó su mirada hasta ti. Un jadeo estruendoso salió desde el fondo de ella al ver tu rostro contraído por las embestidas. Tu lengua fuera de tu boca, rozando su intimidad, pero no alcanzando a tocarla a causa de los gemidos que salían sin cesar. Tus ojos cerrados, tu mente concentrada en cómo Draken follaba tan bien.
Emma descubrió que eso le encantaba. Tus bonitas muecas, tú estando cerca de su vagina húmeda, su novio follandote por detrás. ¿Esto sería algún fetiche, no?
La mano derecha de Emma ahuecó tu mejilla y la otra la llevó a su propio clítoris para masajearlo. Draken nunca paró de embestir, sus manos puestas a cada lado de tu trasero mientras empujaba dentro de tu intimidad. Tu interior rebasaba de lo resbaladizo que estaba, pero aún así debía ejercer fuerza en sus embestidas para que entre completamente.
Tú solo podías gemir, quejarte y simplemente pasear la punta de tu lengua de vez en cuando en la cavidad de tu amiga.
Emma llegó al clímax primero, gracias a su mano moviéndose rápidamente sobre su clítoris mientras te veía gimiendo. Abriste tus ojos un poco más para verle; estaba sonrojada, sus pupilas dilatadas y sus ojos llorosos por la excitación. Su cabello ya bastante desordenado, aunque ante tus ojos incluso se te era decente. Seguía viéndose demasiado bonita.
Emma dejó caer su cabeza hacia atrás mientras temblaba, su abdomen contrayéndose y ahora su humedad extendiéndose más allá de sus muslos. Tu boca se cernió en su centro, probando de su excitación y ayudando a que no ensucie la cama por completo.
Las amplias manos de Draken sujetaron tus muslos y te acercó más a él. Con cada embestida, sus testículos golpeaban la piel de tu trasero a la par de como su miembro entraba en ti. Mientras limpiabas adecuadamente a su novia, una de tus manos subieron para darles ligeros apretones a uno de sus senos. Emma murmuró tu nombre en respuesta.
Te esmeraste en hacer sentir bien a la rubia, acariciando con tu lengua su intimidad, y dejando leves besos en la zona interna de sus muslos. Emma se esforzaba en no cerrar los ojos y dejarse llevar por el momento. Ahora solo necesitaba ver lo concentrada que estabas en ella.
Un par de embestidas más y Draken llegó al clímax en tu interior. Mientras chorreaba fuera de tu cavidad, hasta mojar tus muslos y parte de la cama, su palma fue a dar con tu culo en un par de golpes a mano abierta. Sin duda dejó huella y las mejillas de tu trasero quedaron enrojecidas por la fuerza ejercida.
Emma soltó una risa bastante floja al oírlo. Mientras su novio descansaba con su miembro aún dentro, dejando que su esencia te llene, ella llevó sus manos a tu rostro y se agachó lo suficiente para besarte. Con tus manos la acomodaste más cerca, debajo tuyo, para besarle con mayor comodidad.
Su lengua barrió contra la tuya, su liberación mezclándose en sus bocas y ella probándose a sí misma en el proceso. Mientras se besaban iniciaste nuevamente un recorrido desde su fino cuello hasta uno de sus senos. Tu pulgar acarició en círculos su pezón erecto y luego lo empujaste delicadamente hacia arriba, Emma volvió a gemir, separándose del beso por unos segundos.
Tu mano ahuecó su pecho, masajeándolo suavemente, simplemente sintiendo su suave piel. Emma pinchó tu labio inferior con sus dientes y se separó del todo para ir más abajo. Tu ceño se frunció y miraste como te empujaba hacia arriba, más en dirección al respaldo de la cama.
—Siéntate en mi cara —. gimoteó la rubia. Se recostó más hacia abajo y tú simplemente obedeciste.
Al tiempo en el que Draken salía de tu interior, luego de recuperar el aliento, fue cuando Emma llegó hasta él y envolvió las piernas en sus caderas. Poco tiempo después ya se habían acomodado lo suficiente para que Emma estuviera aún recostada, pero con tu entrepierna sobre su cara.
Emma sujetó tus muslos, ya separados, sobre ella, relamió sus labios mientras miraba fijamente como tu excitación estaba ya visible junto con el semen de su novio. Antes de que siquiera Draken ya embistiera su vagina, la chica te hizo acercar a su boca para comenzar a lamer con deleite.
Llevaste tus manos frente a ti, apoyándolas a la cama y sujetando tu cuerpo para que no te desvanezcas por la nueva sensación presente. Tus caderas se mecieron contra la cara de la rubia. En medio de un extenso gemido, bajaste la mirada y observaste los ojos llenos de excitación de Emma. Seguiste meciendo tus caderas, empujando ahora su lengua dentro de tus paredes, ella ya sentía como le presionabas en tu interior.
Emma rasguñó y apretó sus uñas en tus muslos al momento en que Draken embistió su interior. Estabas de espaldas a él, por lo que no pudiste ver cada movimiento que hacía.
No alcanzaste a ver la satisfacción con el que las observaba, sus ojos prendidos en fuego total al ver tu trasero rebotar por los pequeños brincos que dabas en la lengua de su novia. Nunca le había parecido algo así tan placentero como ahora. Draken se desconoció a sí mismo.
Acomodó las piernas de su novia sobre sus hombros, Emma volvió a apretar sus uñas en tus muslos y abrió su boca en un jadeo. Draken embistió con mayor profundidad, mayor fuerza.
Tú intentabas llegar a tu límite, concentraste fuerza en tus rodillas para seguir moviéndote sin aplastar a la rubia, y tus manos se afirmaron con fuerza contra el colchón.
La habitación estaba repleta de gemidos y calor.
La chica mantenía su boca abierta para que pudieras rozar con su lengua. A pesar de estar haciéndote un oral, ella seguía gimiendo en cada embestida de su novio. Aún así nunca se desconcentró de lo que tenía sobre ella. Te moviste de aquella posición y te inclinaste hacia atrás; tus manos se apoyaron a cada lado de la cintura de Emma y bajaste la cabeza hacia atrás a lo que cerrabas tus ojos.
El sonido de aquellas embestidas del par de novios se te era más audible ahora, el chapoteo y el golpe ruidoso de sus pieles era toda una linda melodía para tus oídos.
Meciste tus caderas, buscando el ansiado clímax, y Emma dejó de sujetar tus muslos para llevarlos a tus senos y apretarlos mientras te lamía.
No fue mucho tiempo antes de que si logres tu cometido y te dejes llevar por el éxtasis. Soltaste un jadeo, tus piernas temblaron al igual que tus brazos de tanto estar apoyada en ellos. Emma siguió chupando y bebiendo de tu liberación, bastante entusiasmada. Ken, por otro lado, aún seguía embistiendo a la rubia detrás de tus espaldas. A los pocos minutos fuiste espectadora de sus repetidos gemidos y posterior orgasmo.
Los tres estaban agitados, buscando oxígeno en esa pequeña habitación.
Te giraste a un lado y quedaste extendida sobre le cama boca abajo. No tuviste las fuerzas de incorporarte y ver a tus amigos, solo quedaste respirando pesadamente, llenando tus pulmones de oxígeno y luego dejándolo salir por la boca.
No te pareció para nada extraño el oír una risilla de Emma y como volvía a sentarse en la cama.
No sabias que era tan enérgica en esto. Tu ya estabas con el sueño a tope y los músculos aún tensos por las anteriores dos rondas.
—_________ ¿ya estás cansada? —. Preguntó Draken. Seguiste con el rostro contra el colchón y solo levantaste tu pulgar —. ¿Ves Emma? Ya está agotada. Debemos dejar que descanse.
—Mhm, _________ no seas aburrida —. Murmuró Emma, ahora acercándose a tu espalda —. Anda, quiero probar más cosas nuevas.
—Lo dices tan normal... — bufaste y te volteaste, ahora boca arriba. Miraste a tu amiga que tenía una sonrisa amplia y entusiasta —. ¿Que quieres hacer ahora?
—Ay carajo —. Tus palmas cubrieron tu rostro y parte de tu espalda impacto en el respaldo de la cama.
Necesitabas ver, pero era mucho.
Un espasmo recorrió tu columna, moviste tus caderas hacia arriba y dejaste salir un gemido bastante fuerte seguido de un suspiro agitado. Tu garganta se llegó a secar por mantener tu boca abierta durante minutos, pequeñas lágrimas recorrían tus mejillas y ahora mismo tu cabello se había convertido en un total lío. Una amplia mano sostuvo detrás de tu muslo y levantó tu pierna un poco.
—Son unos putos locos, mierda —. Volviste a quejarte, cerrando tus ojos fuertemente.
Emma y Draken siguieron lo que hacían; besar y lamer en rápidas lengüetadas tu intimidad. Por alguna razón, ambos se dieron cuenta que les encantaba cuando llorabas e insultabas gracias a la sobreestimulación que te brindaban.
Draken mantuvo tu pierna apuntada hacia arriba, su mano envuelta bajo tu rodilla, aún así siendo leve, tu rodilla no alcanzaba a tocar tu abdomen. Él y la rubia se esmeraban en coordinar sus movimientos, sus lenguas tocaban las del otro, pero eso era lo de menos.
Draken tocó el hombro de Emma y le hizo una seña, ella dejó de embestir tu delicado interior con su lengua y en cambio subió hasta tu clítoris. Pegó su boca alrededor de ese pequeño nudo de nervios y succionó gentilmente. Le deleitó cuando te vio alzar la cabeza y abrir la boca aún más, salió de ti un gemido silencioso y quebradizo.
Draken no se quedó atrás, su mano libre movió tus pliegues y su lengua hizo contacto con tu suave centro. Emma te sujetó cuando te removiste bruscamente, sus manos presionaron tus caderas hacia abajo.
Mientras Draken movía su lengua, su mano libre fue hasta tu vagina y embistió con su dedo medio, el silenciamiento que hizo su dedo contra tu humedad fue perfecto. Los líquidos de tu excitaciones fueron en aumento, cubriendo la boca y mano de Ken. Introdujo otro dedo en tu interior, ahora tenías el dedo medio y el índice bombeando en tu sensible cavidad.
Emma sonreía contra tu clítoris, ella estuvo en primera fila para observar cada una de tus expresiones.
Se preguntaba porqué no te propuso esto antes. Se había perdido de mucho.
—Sabes bien, _________ —. Alardeó Emma, volviendo a lamerte.
Joder, eso no era necesario
Gemiste, tirando la cabeza hacia atrás, y dejaste de tapar tu rostro para intentar ver, ver el buen trabajo que están haciendo en ti.
Sin duda fue una bonita vista.
No te importaba estar sudorosa ni lagrimeando, luego de otra gran ronda ahora sentías como tu clímax llegaba. El calor se te fue tan intenso en ese momento. Repetidas quejas salieron de tu boca mientras temblabas y te liberabas en la boca de ambos. Tu amiga acarició tu abdomen mientras te veía venir, nuevamente sonrió orgullosa de sí misma.
Alcanzaste a maldecir por la sensación que azoto tu interior. Te habían follado tan bien que aún no creías cómo habían tenido tanta resistencia para arruinar tu pobre entrada. Eran sin duda maravillosos en todo sentido.
Iba a subir más imágenes de Emma y Draken, pero salí llorando de Pinterest JAJAJAJAJAJ :(
Así que, les dejo otro tipo de imágenes :
En fin, ahora les dejo esto de mi para ustedes <3
Ya casi vamos llegando a los 200 capítulos y estoy ✨emocionada✨.
Espero que esto me ayude a ir mejorando mi redacción y ortografía, que es lo que más busco 👀
Y GRACIAS POR LOS 12k de seguidores NDKDKDK les amo. 💗✨
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