Ken Ryuguji +18
Advertencia Lemon
Segunda parte del escenario "la toman reaccionando a que les muestres lencería" (alguna cosa así era). Varias me pidieron que siga es escenario con Draken así que aquí está💘
Activen el modo serio
O modo gato, perro, no se.
—¿Me vas a modelar?— la cara perversa de Draken se hizo notar en un segundo, pocas veces veías esa expresión en su rostro.
—Sip, así que siéntate donde gustes y espérame.— te adentraste al baño y comenzaste a cambiarte.
—Está bien, te espero aquí.— le escuchaste mencionar.
Saliste del baño y te mostraste frente a él. La más asombrada fuiste tú, al tenerlo sentado en medio del sofá con un brazo extendido sobre el respaldo y su talón sobre una de sus rodillas, te dio una vista realmente espectacular.
—¿Que pasa? — Draken sonrió mostrando su dentadura reluciente. Carraspeaste y tosiste, nerviosa.
—¿Te gusta?—te acercaste un poco, algo nerviosa al ver su mirada más intensa que nunca, escaneándote.
Draken con su mano libre hizo una seña para que te des una vuelta; moviendo su índice en círculos. Parpadeaste un par de veces, se veía diferente en esa faceta.
Te diste una vuelta en tu lugar pausadamente, al quedar nuevamente frente a Draken comenzaste a sentir más aún los nervios y sin procesarlo llevaste tus manos al sujetador, acomodándolo aunque no se haya movido.
—Te queda perfecto.— se sinceró mirando tu cuerpo. Una risa nerviosa te azoto, soltaste un chillido cuando se incorporó únicamente para tomar tu mano y tirarte hasta el.—Necesita una inspección de cerca.
Sonreíste de manera tensa. Pensándolo bien, él había visto sin duda varios conjuntos de ropa interior, teniendo en cuenta donde vivía. Eso bajo tu autoestima un poco.
Disminuiste tu sonrisa tras pensarlo de más. Draken te notó algo decaída así que te abrazó pasando sus brazos por detrás de tu espalda, acomodándote en su regazo.
—¿Sucede algo?— te observo con cierta extrañeza. Le miraste como frunció un poco sus cejas.
—No es nada.— tocaste sus brazos, acariciandolos de arriba a abajo.— Mejor iré a cambiarme.— te separaste ligeramente de él y apoyaste tus manos contra el sofá para intentar colocarte de pie. Draken frunció aún más sus cejas no entendiendo que hizo mal.
—Espera, ¿que sucedió?— tomó tus muñecas con sus manos y te retuvo de levantarte completamente.— ¿Dije algo malo?
—No, no, solo son cosas mías, no me hagas caso.— la vergüenza comenzó a acecharte.— me iré a poner pijama, ya te mostré lo que quería que veas.— le viste a los ojos tratando de lucir segura en lo que decías.
Draken te conocía como la palma de su mano. Notó que algo te inquietaba más que de costumbre. Aún así, te soltó para que vayas a colocarte pijama, no quiso presionarte, el no era así.
—Está bien, pero déjate la lencería ¿si?— te pusiste de pie y caminaste al baño un poco cabizbaja.— ¡________!
Asomaste tu cabeza contra la puerta del baño, mirando a Draken atenta a su llamado.
—No te lo quites, te vez hermosa.— te advirtió apuntándote con su índice, sus cejas levemente fruncidas. Sonreíste y entraste al baño nuevamente para cambiarte.
Colocaste tu pijama de felpa rápidamente, mientras lo ponías comenzaste a pensar nuevamente en tu vergonzosa acción de antes. Estaba todo bien hasta ese fugaz pensamiento que aumentó tu inseguridad y baja autoestima.
Te regañaste a ti misma por no poder bloquear ciertos pensamientos malos. Arruinaste el momento.
—Mierda, Draken.— al abrir la puerta te encontraste cara a cara con tu novio.— Me asustaste.
El chico estiró su mano para apagar la luz del baño y luego de entrelazarla con la tuya te guió hasta la cocina.
—¿Quieres algo de comer?, ¿te preparo algo?— le seguiste cada paso que daba con dificultad. Un paso suyo eran dos tuyos al el ser tan alto.
—No tengo hambre la verdad.— al ver como se giró hasta ti comenzaste a reír. Draken te miro con cierta molestia.— Estoy muerta de sueño... Estoy muy cansada.
—¿En serio?— Draken sostuvo tu mejilla con su mano, su rostro se volvió serio.—¿Quieres que vayamos a la cama?, son recién las once de la noche.
—Si, gracias de todas formas.—le tironeaste hasta la cama.— mañana si quieres recibo gustosa tú oferta.— le soltaste la mano y moviste las mantas para meterte dentro. Tu novio aprovecho de apagar las luces primero que nada.
Draken se deshizo de su camiseta y sus pantalones, y tras ir a guardarlas al armario se tiró a la cama.
—Mañana será entonces.— hizo espacio pateando las mantas para meterse debajo.
—Cuidado con patearme.— reíste al ver como se acomodaba. Quedó tapado hasta el abdomen viendo hacia el techo, simplemente pensando un poco.
—Acércate.— movió sus manos llamándote. Al moverte en su dirección Draken se abrazó a tu cintura, quedaste con tu mejilla contra su pecho y una pierna sobre el, abrazándole.
Prácticamente estabas recostada sobre el, Draken amaba eso.
Te acurrucaste, acariciando su duro abdomen con la palma de tu mano, dibujando figuras al azar. Draken acarició tu cabello, un suave masaje con la yema de sus dedos.
—¿Estas apenada por algo?— murmuró de manera baja. Miró hacia abajo hasta ti. Diste una negación.— No te creo nada, anda dímelo.
—Ahora no, Draken.—le abrazaste y enterraste tu rostro en su pecho. El chico peinó tu cabello, despejando tu rostro.
—¿Tiene que ver con el conjunto que me mostraste?— apretó tu mejilla con dos dedos, diste una exclamación moviéndote para que te suelte.— ¿Crees que te ves mal, bebé?
—No es eso.— desviaste tu cara y Draken te soltó la mejilla. Al ver como quería volver a hacerlo te moviste para morderle la mano.
—Ay.— se quejó quitando su mano de tu boca y tras mirar la marca que dejaste dejó una palmada en tu trasero.— ¿Te crees un caniche o que?
—Como decía... No es eso.—te desconcentraste un poco cuando tu novio ahuecó la mejilla de tu trasero con su palma.— es que... no se, pasó por mi cabeza una idea y me deprimí, eso es todo.
Draken soltó un resoplido de frustración.
—No me imaginé que fueras tan boba.— le miraste de mala forma, tus ojos entrecerrándose.— lo digo con amor, linda.— Draken sonrió en respuesta a tu mueca.—¿Que tontería pensaste?
—No es una tontería... Probablemente sea verdad.—emitiste de forma baja, chocando esta vez tu frente contra la piel de su pecho. Draken siguió acariciando tu cabello con su mano libre.
—Vamos dímelo, te aseguro que no es verdad.— acarició tu mejilla delicadamente. Al tú negar con la cabeza este dejo un golpecito nuevamente en tu trasero.— No seas así, sabes que no me burlaría ni diría nada estupido.
—Solo pensaba que...— tu brazo envolvió su torso con mayor firmeza. Draken trato de acercar su rostro más al tuyo.— puede que ninguna lencería te impresione por ya sabes, has visto muchas chicas en ropa interior antes.—bajabas tu tono de voz cada vez más.— y no está mal ni es tu culpa, es solo que es obvio ellas se verían mas bonitas que yo.
Al finalizar hubo un tenso momento silencioso. Solo escuchabas la respiración de Draken algo pesada.
—Si eres tonta.— respondió cortante.
Si, la verdad si
—No debería ni pasarte por la cabeza semejante estupidez.— mientras una mano tocaba tu trasero la otra acariciaba tu pierna que estaba sobre sus caderas.— no quiero oírte decir eso nunca más, ¿está bien?
—Pero
—Nada de peros.— su mano se coló por debajo de tu pantalón pijama y tocó el encaje de la ropa interior.— por semejante idea fue que no me dejaste disfrutar de la lencería más sexy que vi en mi vida, eres bruta.
—Pero.
—Nada de peros dije.— Draken acaricio tu muslo con firmeza, presionando la yema de sus dedos constantemente. Su otra mano seguía tocando la tela de las bragas.— Si piensas alguna cosa así necesito que me lo digas. Me preocupe demasiado.
—Lo siento.— moviste tu cuerpo subiendo un poco en el, tu rostro se escondió en su suave cuello. Tu pierna que le envolvía en las caderas ajustó su agarre, abrazándole con mayor fuerza.
—Te veías muy preciosa con esto.— dio un tirón al encaje de las bragas, te presionaste contra su cuello dejando un besito leve.— Siempre te ves bonita, demasiado incluso para mi. Eres tan especial ________, que juro nunca me había sentido así como me sentí al mirarte modelarme.
Sonreíste a la vez que tus mejillas se tornaron carmesí. Draken hablaba con total sinceridad; su voz firme y cálida expresando cada uno de sus sentimientos.
Ibas a agradecerle pero un toque indeciso se coló por tus bragas. Su mano se estiró lo suficiente para acariciar tu intimidad con total confianza ahora mismo. Sus largos dedos se cernieron entre tus pliegues, rozando el calor que se centraba en aquel lugar.
—Tu mente a veces te juega una mala pasada.—susurró lo suficiente alto para que le escuches con claridad. Acariciaste su abdomen a la vez que diste un pequeño gemido por sus toques curiosos en tu intimidad.
Dejaste un beso en el cuello de Draken el cual respondió con un leve apretón en tu muslo.
—Ahora, no te quitarás ese lindo conjunto y me dejarás verte lucir en el, ¿bien?— aumentó el movimiento de sus dedos contra tu centro. La pierna con la que le tenías abrazado tembló. Quisiste juntar tus piernas por tal sensación.— Ahora me dejarás demostrar lo que provocas en mi, cariño.
Sus dedos llegaron a tu clítoris rápidamente y acarició justo ahí. Su dedo medio y anular frotaron aquella zona de manera rápida, no dejando ninguna pausa. Apegaste tu rostro cerca de su oído y comenzaron los gemidos incontrolables.
Lo hacía tan bien, cada segundo qué pasó acariciándote era una descarga eléctrica que se extendía por todo tu cuerpo.
—¿Lo estas sintiendo, guapa?— refiriéndose al clímax que se acercaba susurró girando su rostro un poco, mirándote de reojo como entreabrías la boca emitiendo otro gemido más.
—Si...— introdujo un dedo en tu intimidad cuando respondiste. Tus manos automáticamente se sostuvieron de su cuello, afirmándote en su piel. Draken levantó tu pierna presionando tu muslo, cada vez le abrazabas más el torso.
—Vas a mojar las bragas pero eso es lo de menos, ¿cierto?— ronroneo cerca de tu oído. Dejó sus caricias e introdujo dos dedos en tu interior, estos encorvándose tras llegar en lo profundo.
Asentiste a su pregunta sin poder formular una respuesta coherente. Mordiste tu labio con fuerza al sentir como encontró tu punto exacto con sus dedos, presionando en un ritmo adictivo.
—Levántate un poco y bésame, cielo.— susurró al sentir como presionabas contra sus dedos cada vez más. Tu boca buscó la suya y le besaste con cierta dificultad, intentando no emitir ningún gemido. Draken abrió su boca lo suficiente para que le imitas y comiencen un beso intenso y lujurioso.
Paraste los movimientos de tu lengua al sentir como te liberabas al fin, un gemido ahogado se dejó caer en su boca, Draken esbozó una sonrisa ladeada al sentir como humedecías su mano.
—Mi linda chica.— dejó otros besos sobre tu boca, tu sin poder devolverle cada beso a causa del placer agotador que te azotaba.
Retiró su mano despacio de tu intimidad y tras acariciar tu trasero un poco la subió hasta tu espalda baja. Ahí acarició otro poco.
—Debo... cambiarme.— tu frente se sostuvo de la suya, tus ojos se encontraban cerrados.
—Aún no.— dejo un pico en tu boca y los giró a ambos con cuidado. Tras quedar sobre ti llevó sus manos a tus pantalones pijama y los saco. Sus ojos observaron las bragas de encaje con total deseo, sin disimular en ningún momento.—Necesitaba verlas.
Llevó ambas manos por los costados de tus piernas, acariciando hasta llegar a la ropa interior. La yema de sus dedos tocaron despacio la estructura de las bragas. Se acomodó mejor y se dejó caer de rodillas contra la cama, sus brazos pasaron por debajo de tus piernas y te hizo abrirlas ligeramente.
Observaste más avergonzada que nada como te acercó a su cara. Dejó un beso sobre tu intimidad, por sobre el encaje. Tu cuerpo se movió inconscientemente, desviaste la mirada de inmediato cuando siguió dejando cortos besos sobre tu ropa interior.
Con tus rodillas separadas de la cama, tus piernas ligeramente abiertas y el rostro de tu novio besando ahora tu centro, es una sensación difícil de explicar.
Mientras daba tiernos besos subió sus manos por tu cuerpo, levantó tu camiseta de pijama lo suficiente y se separó únicamente para quitarla por completo.
—Te queda...— Se inclinó para besar tu boca.— muy...— otro beso.— muy bien.— tras el siguiente beso enrollaste tus brazos en su cuello y quisiste profundizarlo más, buscando su lengua contra la tuya.
Ambos comenzaron a besarse con total lujuria. Draken amasó tus pechos por sobre el brasier, los acarició con total provecho. Su grave risa chocó contra tu boca al escuchar como gemías sin poder evitarlo.
Su cuerpo se cernía sobre el tuyo, el era más grande que tú en cualquier ámbito. Sus manos cubrían por completo tus senos bajo la camiseta, no buscó más tacto directo ya que quería apreciar la ropa interior.
Se le era difícil no desnudarte, su erección presionaba sus bóxers y comenzaba a molestarle de sobremanera. Se aguantó y siguió besándote, su lengua saludando tu boca.
Enrollaste tus piernas alrededor de sus caderas, Draken dejó caer su pelvis para encontrar la tuya en un choque placentero. Al escuchar tu gentil gemido volvió a repetir la acción.
—________...— aquel llamado te hizo abrir los ojos. Draken se separó un poco de ti.— Observa como me tienes, cariño.— seguiste su mirada, bajando tus piernas de sus caderas y la guiaste hasta su entrepierna erecta, sus boxers no impedían que se marque su miembro casi perfectamente.— No te sientas así de mal ahora que ves como estoy con tan solo tocarte, _________.
Ambos subieron su mirada y la conectaron entre sí, una de tus manos bajó y alcanzaste a tocar el borde de sus bóxers. Draken siguió mirando atento a tus ojos, esperando que harías.
Liberaste su erección y la acariciaste un poco, al observar nuevamente pudiste darte cuenta del estado de su excitación. Draken esbozó un gemido cuando tu pulgar tocó la punta enrojecida de su falo, sonreíste.
—¿Quieres...—murmuró. Emitiste un suave gemido indicando que siga hablando.—... que lo hagamos?.— sonó necesitado. Moviste tu cabeza en un asentimiento.— Lo siento, contigo no me puedo controlar.
—Está bien.— susurraste aún abrazándole del cuello con uno de tus brazos. Draken dejó un tierno beso en tu nariz y se estiró a un lado para buscar dentro del velador. Separaste tu mano de él.
Mientras se colocaba la protección tu novio hizo que flexionaras tus rodillas y se posicionó en medio. Solo tuviste tiempo de observar las venas de sus brazos que se volvieron más prominentes a medida que se apoyaba para no dejarse caer sobre ti.
Te echó un breve vistazo antes de comenzar a penetrar tu delicada intimidad. Un poco difícil tomando en cuenta su tamaño, separó sus caderas de ti y sostuvo su miembro para presionar la punta entre tus pliegues, lubricándose a así mismo con delicadeza. Volvió a hacerlo y embistió poco a poco.
Te afirmaste a sus amplios hombros enterrando tus uñas en su piel. Un gruñido bestial salió desde el fondo de su garganta. Al fin estaba calmando su excitación.
Su mano izquierda apoyada contra el colchón y la otra manteniendo la tela de tus bragas a un lado mientras se sostenía de tu cadera, tuvo que ejercer fuerza en sus piernas para sostenerse lo suficiente. Sus caderas se alejan y vuelve a golpear contra ti buscando llegar más profundo.
Hasta el momento solo a sido eso, retirarse lentamente, sintiendo como te ibas apretando contra su gran miembro y volviendo a embestir duro. Su piel chocaba con la tuya en un fuerte sonido; música para tus oídos sin duda.
Sus ojos se cerraban de vez en cuando, le costó mantenerse viendo cómo estabas de extasiada con todo lo que pasaba.
Sus golpes contra tu delicado cuerpo eran casi perfectos, con cada uno de ellos te movías a la par de la cama y tus senos. Tu boca se entreabrió pero no salió ningún sonido.
Le pediste más, necesitabas aún más de él. Draken te hizo caso, agarró una de tus piernas y presionó tu rodilla contra tu pecho. Aquel nuevo ángulo fue simplemente excepcional.
—¿Así está bien, amor?— jadeó sosteniendo desde detrás de tu muslo para que no bajes tu pierna. Siguió penetrando aún con mayor velocidad, cada vez más.
Asentiste con la cabeza, tus manos se apretaron en su brazo que estaba junto a ti. La sensación era inexplicable, tu intimidad llegaba a arder de tanta atención, era todo tan placentero. Sus empujes a veces eran descuidados, tenia instantes en que se cegaba e iba por lo duro, sentías que te partirías por la mitad.
Pero eso era lo que provocabas en Draken. Sólo tú.
Gimió tu nombre cuando sé corrió. Su cuerpo marcado tembló, observaste como sus músculos se tensaban a la vez. Aún así el era un caballero, siguió embistiendo para encontrar tu orgasmo.
—Carajo ________.— te afirmaste a su nuca mientras seguía entrando y saliendo de ti.— te amo tanto... jodidamente mucho.— mordiste tu labio para evitar soltar un grito al obtener tu segundo clímax.
Sólo hasta que te sintió liberarte contra él fue que salió de tu interior y se dejó caer a un lado. Ambos se mantuvieron intentando respirar con normalidad, tratando de tranquilizarse.
Draken dejó un rápido beso en tu mejilla y fue al baño a deshacerse de la protección. Te ayudó a asearte y ambos se volvieron a acostar luego de eso, tu novio te abrazó con firmeza y repartió varios besos por todo tu rostro, mimándote de más.
Estoy preparada para leer el zoológico que se formará en los comentarios MAKXUEUHEJDKDSJSK <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top