Ken Ryuguji
Los brazos que te envolvían se deslizaron hacia abajo para envolverse en tu cintura y tirar de ti hacia su cuerpo; te acurrucaste en su cuello expuesto y nuevamente cerraste los ojos al darte cuenta del calor que se sentía al tenerlo pegado a ti, envueltos en las mantas de tu comoda cama.
—Tenemos que levantarnos...— escuchaste el murmuro ronco saliendo de la boca de Draken, tu novio.
—mmmh...—te quejaste y diste un pequeño suspiro en donde te encontrabas, su cuello. Draken soltó un gruñido bajo y finalmente fue soltando poco a poco su agarre en tu cintura.
—Ya, vente, levanta.— dio unas palmaditas en tu cadera y como pudo se sentó en la orilla de la cama, permitiendo que visualices su espalda desnuda; sus músculos estuvieron tensos por un momento cuando se estiró levemente y paseaste tu vista hacia su cabello, que estaba realmente desordenado y suelto en su nuca.
—Me levanto si me dejas hacerte trencitas.— con tu dedo índice, fuiste haciendo un camino por su espalda baja, dibujando figuras al azar. Lo oíste reírse levemente, siendo más un ruidito ronco que duró demasiado poco para tu gusto.
—Bien, deja ir a lavarme los dientes y traeré el peine.— poso sus manos en sus rodillas y se incorporó para pararse e ir al baño.
Lo observaste pasear por toda la habitación vistiendo solo unos bóxer negros que conocías muy bien, lo que más te encantaba mirar era su ancha espalda y para que hablar de sus brazos. Draken fue hecho sin duda por un Dios griego. Lo viste entrar al baño por lo que rápidamente te incorporaste y fuiste trotando hasta adentrarte junto a el.
—Yo igual necesito lavarme los dientes, con permiso.— pasaste tu brazo frente a su cara, alcanzando tu cepillo de dientes.
Ambos empezaron su rutina diaria, lavarse los dientes a la vez era algo típico en ustedes en sus ocho meses de relación.
....
—Me gusta mucho tu cabello, es tan suave.— pasaste tus dedos por el cabello de tu novio, las hebras rubias sentías que brillaban en tus manos
—Tu cabello es más bonito que el mío.— el se encontraba sentado en el piso mientras tú estabas sobre la cama, de esa forma quedando en una buena altura para trenzar su cabello. Cuando ya terminaste de trenzarlo, Draken te agradeció con un beso en la cima de tu nariz.
Posterior a ese momento cursi en pareja, tocaba acompañar a Draken a reunirse con Mikey, como era de costumbre. Por suerte eras muy amiga de este último, a pesar de incontables veces molestarte a ti y a Draken con que es casi tu perrito faldero, te gustaba estar en su compañía.
—Dame la mano, anda.— Draken dio toquesitos en tu brazo, estaban en local de comida favorito de Mikey, tu novio y tú sentados juntos, y el mejor amigo de tu novio al frente. Hiciste caso a su petición y por debajo de la mesa entrelazaste tu mano derecha con la suya. Con su pulgar acarició el dorso de esta, siempre en caricias leves pero que sentías significaban demasiado.
—Draken, acaso estás toqueteando a tu novia por debajo de la mesa?.— Mikey se levanto y golpeó las manos en la mesa, posándolas ahí e incorporándose hacia adelante para mirarlos mejor.— ¡Mientras yo estoy esperando mi comida!
—¿Qué? ¿De qué hablas, Mikey?.— habló al instante tu novio. Subió sus manos entrelazadas a la altura de su cara y colocó una mueca de fastidio.—Idiota, solo estamos tomados de la mano.
—Oh mira, Ahí viene tu menú.— tenias una sonrisa nerviosa en tu cara, si no desviabas el tema podrían tener una de sus tantas peleas y cómicas.— ¡Y viene con la banderita!, alégrate Mikey.
—Mhm.— posó su vista un momento en Draken, entrecerrando los ojos.
Sus manos volvieron a quedar bajo la mesa, no sin antes que Draken le haya dado un beso al dorso de tu mano. Miles de mariposas revolotearon en tu estómago a causa de su cursi acción.
—¿Quieres un helado, ________?.— Tu novio por fin habló después de un silencio algo incómodo de tu parte. Asentiste emocionada, sin duda era uno de tus postres favoritos.—Ten, ve a comprar el que más te guste, debo hablar con Mikey un momento.— Puso en tu mano que antes estaba con la suya unos billetes, ibas a preguntarle de qué cosa hablarían pero preferiste callártelo, con la sonrisa que te regalo Draken te basto para hacerle caso.
—Bien, vuelvo enseguida.— se paró para dejarte pasar y te levantaste del asiento, le diste un fugaz beso a un lado de la boca y fuiste a por tu preciado helado patrocinado con el dinero de tu novio
No tenias ni idea del porque se quedó a solas con Mikey, tú curiosidad te llamaba a espiarles pero tú plan se desmoronó cuando al estar a pasos de la heladería la cual solías frecuentar, estaba Baji. Querías reírte ahí mismo, todo calzaba para que no puedas ir a espiarle ya que este personaje apenas te vio, grito tu nombre a todo pulmón.
—¡Hey _________!.— alzó su mano al aire y la movió bruscamente, llamándote a que vayas donde el.— Que coincidencia encontrarte aquí, ¿Vienes por helado?.— llegaste a su lado y abriste la boca para responder a lo que te interrumpió.— Oh, cierto que para eso se viene aquí jajaja.— río a lo que pudiste apreciar de cerca sus filosos colmillos, si que parecía vampiro.
—Claro que vine por helado, Baji.— el pasó su brazo por sobre tus hombros y te llevo consigo a la fila
—Pidamos juntos entonces, también acabó de llegar.— mientras ambos hacían fila para pedir los sabores, al poco rato no sentiste el peso en tus hombros a lo que diste vuelta tu cabeza un poco, viendo efectivamente a Draken
—Hey, no toques mucho a mi novia que la apestas.— al sacar el brazo de Baji, el te envolvió en el suyo, acariciando tu brazo con la yema de sus dedos.— Disculpa la tardanza.
— No te preocupes.— el tiempo paso rápido, terminaron su helado y ya se habían despedido de Baji y Mikey, quien había aparecido después en la heladería. Ahora se encontraban solo tú y Draken, de camino a casa.
—¿Que hablaste con Mikey?, ¿acaso sucede algo con la ToMan?.— a pesar de ir de la mano, no notaste ninguna reacción por parte de él.
—No sucede nada con ellos, solo quería pedirle su opinión sobre algo.—ambos quedaron en silencio. A pesar de que Draken andaba en su motocicleta le encantaba pasear contigo a pie, tal vez porque así pasaban más tiempo juntos.— Digo, bueno, más bien le pedí que le dijera a Emma que me ayude con algo...
—Oh, está bien, no es necesario que me cuentes detalles.— recargaste tu cabeza en su brazo y siguieron caminando.
—Solo te adelantare que necesito su ayuda, ya que ella en gustos se parece a ti.— alzaste las cejas, podías imaginarte ahora el qué hablaron.— Carajo, creo que dije más de la cuenta.
Pudiste ocultar tu emoción y no dijiste nada, pero sospechaste que estaba actuando así, ya que tuvo que recurrir a su última opción. De seguro para su aniversario, que ocurrirá pronto, quiere hacerte un regalo inesperado y para eso necesita a Emma, quien es experta para hacer de cupido.
—Eres el mejor novio, Draken.— afianzó su agarre en tu mano y suspiró
—Te amo, _________.
Tu novio no es de decirte muchas veces lo mucho que te aprecia, pero cuando lo hace... Se siente sin duda, como si te lo dijera mil veces a la vez.
Re cortito, pero quería subir dos capítulos hoy...
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