Keisuke Baji +18

Advertencia Lemon


—¿Por qué invitaron a mi novia?, tropa de idiotas.— Baji te abrazó desde atrás y dejó un beso en tu mejilla.

—No te controlas si no está viéndote.—Draken le miró seriamente. Era cierto, en las reuniones de la ToMan siempre hacia idioteces si no estabas tú. En vez de prohibirle asistir, te invitaban a cada una de ellas.

—Me hacen ver como si dependiese de ella... Y no lo hago.— Baji recargó su mentón en tu hombro y se acercó a tu oído.— ¿o si?

—La verdad si.— Mikey se burló de él.

—Concuerdo con Mikey.— opinó Chifuyu. Baji le observó mal.

—Puede ser.— opinaste esta vez tu, observándole de reojo. Baji casi junto tus cejas al mirarte a los ojos fijamente.

—Me ofendes.— separó su cara ligeramente de ti. Todos los demás comenzaron a reírse de su mueca tan indignada.

—Deja de hacerte el dolido o _______ te va a terminar dejando.— Kazutora se burló de él. Baji se horrorizó al pensarlo.

—Jodanse.— masculló Baji dejando de abrazar tu cuerpo para sostener tu mano.— ¿Vamos, muñeca? Dejemos a estos feos tipos solteros solos.

La ToMan echó a reír, siempre les refregaba como el tenía novia y ellos no, básicamente les ganó.

Al sostener tu mano te hizo caminar, te despediste de los demás agitando tu mano. Baji entrelazó su mano con la tuya y caminaste lo suficiente para ir junto a él.

—No seas tan burlón con tus amigos, ¿quieres?— le viste girando tu rostro, Baji caminaba viendo en frente con una expresión de completa relajación. Imitó tus palabras moviendo su boca.— Baji.

—Ellos empezaron.— afirmó viendo de reojo tu cara, al ver como le mirabas esbozó un puchero lamentoso.— ¿Que tiene de malo presumir a mi novia? Lo considero un logro que tú te fijes en mi.

—Idiota... El logro sería al revés.— sonreíste volviendo tu vista en frente, la moto de Baji ya estaba frente a ti en pocos segundos.— ¡Voy delante!

—Súbase delante entonces, señorita.— imitó en tono formal. Te ayudó a acomodarte sobre su moto y él se subió detrás con facilidad, sus manos se extendieron a cada lado de ti para alcanzar el manubrio, primero que todo echó a andar la moto.— acércate más a mi, linda.— reíste ligeramente y te acomodaste cerca de su pecho, Baji besó tu mejilla rápidamente antes de andar.

—Hoy es día de estudiar un poco, bebé.— alzaste tu voz por sobre el ruido de las calles. Baji ya había terminado su ciclo escolar y tu ibas en tu último año. Aún así, al ser tu escuela mucho más aplicada que la suya, ambos estudiaban para que Baji también aprenda más de lo que ya sabe.

Sorprendentemente a Baji no le molestaba leer tus cuadernos y libros, se le pasaba la hora rápido estando contigo.

—¿Que estudiaremos hoy?— preguntó viendo el camino, su boca cerca de tu oído.

—Literatura.— Baji gimoteó detrás tuyo, dejó caer su mentón en tu hombro.

—Está bien, supongo.— llevaste tus manos hasta las de él, afirmaste sus manos que estaban en el manubrio. Baji sonrió.— ¿Por cada error mío me das un beso?

Te resististe en responder, Baji simplemente se quejó y siguió andando.










—Baji, eres muy inteligente.— halagaste dejando un sonoro beso en su mejilla, él se giró y presionó su boca con la tuya.

—¿Tu crees?—su mano derecha acarició tu cintura, te mantuviste abrazada a su cuello aún sentada en su regazo. Asentiste y le abrazaste con más firmeza.

—Claro, tal vez deberías plantearte estudiar, seguir estudiando.— Baji bajó su mirada y dejó que su frente se apoye en tu hombro, negó con la cabeza.— Serias un magnífico veterinario.

—Quiero estar solo en la ToMan por ahora.— afirmó, movió su cara para ver los cuadernos frente a él. Acariciaste su cabello suelto, le peinaste con la yema de tus dedos cuidadosamente y Baji se relajó bajo tu toque.

—Está bien entonces.— hablaste animada, dejaste un besito en la cima de su cabeza y abrazaste su cara llevándolo hasta ti. Baji se descolocó un poco al ahora estar pegado a tus pechos, la camisa blanca de botones no le separaba mucho de tu piel.

—¿Eso crees?— emitió apoyando su mejilla en uno de tus senos, te abrazó fuerte con sus brazos para que te acerques más a él. Para estar más cómoda, subiste tus piernas sobre la otra suya, si antes estabas sentada en una de sus piernas ahora prácticamente te recostaste sobre el.

—Claro, apoyo lo que tú digas.— afirmaste acariciando su nuca aún. Baji dejó su brazo derecho abrazado detrás de tu espalda y su otra mano fue a tu rodilla descubierta, acarició gentilmente hasta tu muslo y bajó nuevamente.

—Gracias, amor.— susurró meloso dejando un breve beso en tu pecho. Dejaste salir una tenue risa a su acción, miraste a Baji y él se inclinó hacia arriba para verte.— ¿Qué?

—Nada, me dio cosquillas.— admitiste un tanto sonrojada de tan solo pensar en que lo repita. Baji sonrió, dándote una de sus sonrisas características mostrando sus dientes y volvió a dar un beso corto en la zona entre tus pechos.— ¡Keisuke!

—¿Qué?— se hizo el inocente y estiró su boca en tu dirección.— Anda dame un beso, hoy no me equivoque en nada.

—¿Dices que mereces un besito?— adivinaste llevando tus manos a su cara, el asintió. Sujetaste sus mejillas y te agachaste ligeramente hasta el, Baji te encontró a medio camino y besó tu boca con efusividad.

Tu novio sostuvo tu nuca y te llevo hasta el, entreabrió su boca para tener acceso a la tuya y besar aún más, todo subiendo su nivel de intensidad. A pesar de sonreír por su desespero de besarte, Baji no te soltó, casi chocaron sus dientes cuando ambos sonrieron.

—Podría besarte todo el puto día, ¿sabes?— admitió aún con sus ojos cerrados, dejó un par de cortos besos en tu boca antes de separarse.

—¿Por qué dices algo y haces otra cosa?— le incitaste raspando tu labio inferior con tus dientes, abrazaste su cuello y le viste con ojos entonados.— ¿No quieres seguir besándome?

—Claro que si, bebé.— Baji se inclinó hacia atrás cuando te moviste sobre él y quedaste con tus rodillas a cada lado de sus muslos. El pelinegro suspiró y sostuvo tus caderas.— Pero ya me estoy acalorando y no creo que sea buena idea...

Intentó tranquilizar su entrepierna, mierda, siquiera podía mirarte. Llevó su antebrazo sobre sus ojos antes de dejar caer su cabeza hacia atrás y se mantuvo así durante un minuto.

—No me mires que me pongo nervioso, mierda, ________.— se quejó al sentir tu mirada fija en el, en su boca. Te inclinaste, apoyando tus manos en su firme pecho y dejaste un sutil beso en su boca. Baji acercó su rostro para seguir sintiendo tus labios pero te separaste. —Mhh...

—Baji... Tal vez deberíamos...

De inmediato al oírte, él se descubrió un poco los ojos y te observó.

Baji era muy buen novio, tan bueno que intentaba no ir más allá contigo ya que sabia sería tu primera vez. Y bueno, también la de él pero eso no le preocupaba mucho.

Ahora su autocontrol estaba dependiendo de un fino hilo, se le era muy difícil no pensar en arruinarte estando cómo estás ahora: aquel uniforme escolar, tu camisa blanca que dejaba ver tu brasier del mismo color con leves encajes, aquella falda que lo traía malditamente loco desde que te conoció. Todo.

Siempre pasó por su cabeza como reaccionarías si desabotona aquellos botones molestos o si levantara tu falda para ver más allá. Claro que pensaba en eso, después de todo eran novios desde hace años y él era un hombre bastante débil ante tus encantos.

—¿Deberíamos...?— preguntó viendo tu cuello, de ahí hacia arriba.

—Mhm...— te concentraste en tus manos, acariciaste sus pectorales un poco, sonreíste al pensar que aquella camiseta negra le quedaba bastante bien.

—¿Que estás pensando?— preguntó Baji volviendo sus manos a tus caderas, le viste a los ojos y te armaste de valentía.

—Podríamos hacerlo ahora... Quiero tener mi primera vez contigo, Keisuke.— relamiste tus labios sintiéndolos más secos de lo normal. Baji abrió su boca para decir algo pero no salió nada, luego de unos segundos aplanó sus labios nuevamente e hizo un recorrido con su mirada por toda la extensión de tu cuerpo.

—Pero... Pero... Mierda.— titubeó sin encontrar las palabras. Pensó del como pasaron a estudiar literatura a ahora planear tener sexo.— ¿Estas segura?— asentiste con la cabeza.— ¿segura segura?

—Que si, estoy segura.— afirmaste rodando tus ojos con diversión.— ¿Te gustaría? También sería la primera vez que harías esto y quisiera que fuese especial para ti también.

—Que linda...— susurró observando con ternura tu rostro.— Pero no pienses en mi, ¿Tu en serio quieres o solo es una loca idea que se te acaba de ocurrir?

—Que bobo eres, ya sabia que quería hacerlo contigo de antes, Baji.— acercaste tu rostro al suyo y dejaste un beso en su boca.— Si no quieres hoy, podemos dejarlo para otro día y así lo hablamos mejor.— ideaste levantándote de sus piernas, Baji no pensó en detenerte, en su mente aún rondaba la idea de qué decir o hacer.

—Espera, espera.— ordenaste tus cuadernos y guardaste los materiales dentro de tu escritorio. Baji volvió a hablar.— Hey, cariño, no he dicho que no. Solo deja mentalizarme un momento.

—Está bien.— le viste pensar antes de seguir guardando y ordenando los materiales.

—¿Pero estás segura?— volvió a preguntar aún echado sobre la silla. Te giraste y esta vez le viste de mala gana.— Lo digo porque puedo ser idiota y un poco brusco, sabes que muy pocas veces tengo cuidado, _________.

—A ver.— te sentaste en la orilla de tu cama, Baji giró la silla para verte de frente.— Tu opinión personal, ¿Quieres o no?

—Si.

—Entonces deja de hablar, Keisuke.— te quejaste ya cansada por el monólogo interno que debe haber tenido todos estos minutos. Para acelerar la situación comenzaste a desabrochar los botones de tu camisa.

—¡Espera!— paraste a medio camino, Baji se fijó en el centro del brasier que ya estaba al aire libre.— Yo quiero hacerlo, ningún movimiento más ________.

Claro, uno de sus sueños era desabotonar tu bendita camisa. ¿Perderse esta oportunidad? Ni loco.

Se levanto y fue a la puerta de la habitación para verificar que esté cerrada. No te preocupaste tanto de eso, después de todo tus padres no iban a estar el día de hoy en casa.

Lo siguiente que se atrevió a hacer Baji fue acuclillarse entre tus piernas y llevó sus manos hasta los botones que aún no estaban desabrochados para hacerlo el mismo. Al finalizar, movió la prenda para verte por primera vez sin ese material que ya le molestaba un poco.

Se dio una cachetada.

—Pero, amor.— le reclamaste tocando su mano con la que se había golpeado. Baji dejó caer su rostro en uno de tus muslos e intentó pensar, no sabía que en tal circunstancia estaría tan nervioso.

—Bien, ahora si.— dejó un hondo suspiro contra tu pierna y luego se incorporó para abalanzarse sobre ti, besando tu boca nuevamente.

Intentaste apoyar tus codos en el colchón pero Baji no te dejó, quedaste recostada completamente con él entre tus piernas. Sujetaste su rostro en la zona de su marcada mandíbula pero él intentó quitar la camisa, le ayudaste extendiendo tus brazos.

La mano de Baji sujetó tu nuca y te separó de la cama para llevar su mano libre al broche del brasier. Estuvo intentando sacarlo durante unos segundos hasta que se dio cuenta que se desabrochaba por delante. Comenzaste a reír sin poder evitarlo a pesar de él aún seguir besándote.

—No me avisaste.— reclamó dejándote caer nuevamente a la cama y ahora sacando la ropa interior superior con éxito. Los ojos de Baji se dieron el lujo de espiar detalladamente tu cuello, senos y un poco más abajo. Estiraste tus manos para alcanzar su cara y volver a acercarle para besar sus labios.— Espera, bebé.— susurró con su boca pegada a la tuya, sus curiosas manos tocaron cada uno de tus pechos con deleite, se emocionó al sentir como aquella textura se sentía tan bien contra sus dedos, eras mucho más suave de lo que pensaba.

Descubrió algo que amaría hacer siempre. Encajaban tan bien en sus manos que les dio un juguetón apretón leve, los manoseó un poco antes de que lleves tus manos a la orilla de su camiseta y la levantes.

—Cierto.— soltó Baji. El también debería desnudarse. En ese momento ya te hiciste una idea de que sería muy parlanchín al menos en este momento, después de todo era algo nuevo para el.

Le ayudaste a sacar su camiseta negra y la dejó a un lado, la arrugó y la tiro al suelo prácticamente.

Juntó su pecho con el tuyo mientras te abrazaba con uno de sus brazos enrollando su espalda y los movió a ambos para quedar en el centro de la cama. Por instinto tus piernas buscaron sus caderas y te sujetaste enrollándoles con ellas.

Mierda, no...— el inesperado roce de tu pelvis con la de el hizo quejar a Baji. Volviste a repetir aquel placentero roce y le escuchaste gemir, dejó caer su rostro hasta tu cuello y sus manos fueron instintivamente hasta tus caderas.— No seas así...

—¿Así como?— susurraste en su oído, tus manos tocando su cabello y espalda. Baji apretó tus caderas ligeramente, bajando tu cuerpo del agarre que mantenías en el.

Así... Quiero ir lento, deja parecer un novio normal y no me excites así, carajo amor.— se quejó al sentir su erección doler dentro de sus pantalones. Dejaste de abrazarle con tus piernas y la planta de tus pies tocaron el colchón.

El rostro de Baji salió de su escondite y dio con el tuyo, le viste cómo mantenía sus ojos cerrados, sus largas pestañas chocándose entre sí. Rozó su nariz con la tuya y botó aire por la nariz extensamente. Moviste tus manos entre sus cuerpos hasta llegar a la orilla de sus pantalones, desabrochaste el botón y bajaste el cierre exitosamente.

—________...— advirtió sintiendo tus manos bajar un poco sus pantalones, adentraste tus dedos por debajo de su ropa interior.— ¿Haces eso porque quieres que te folle duro o que mierda?— ambos sonrieron sin querer.

Dejaste un besito en su boca bastante ruidoso. Al separarte de él, Baji observó tus labios.

Tu novio se incorporó de sobre ti y quedó arrodillado en medio de tu cuerpo. Le viste atenta cuando acercó sus manos a un costado de tu falda y bajó el cierre con cuidado. Le estaba costando demasiado controlar sus ansias. Con tu ayuda quitó la prenda y dejó la falda de uniforme a un costado de ustedes, su mirada acaparaba todo tu físico, se le fue imposible no hacerlo.

Lo siguiente que hizo te provocó un sonrojo mayor al que tenías ya desde antes.

Baji llevó sus manos a su cabello y se hizo una coleta rápida con el infaltable elástico que tenía en su muñeca. En todo aquellos segundos no quitó sus ojos de los tuyos, mirándote con seguridad.

Aguantaste la risa cuando se puso de pie sobre la cama para bajar sus pantalones. Pateo lejos la prenda y nuevamente volvió a la posición de antes, observaste entre sus piernas aquel notorio bulto, un pequeño temor recorrió tu cuerpo. Baji lo notó.

—Tranquila.— coló su mano derecha por debajo de sus bóxers y tomó su miembro por debajo de la tela, le viste sorprendida.— Esto no hace nada malo, cariño.

Sin duda esta primera vez será inolvidable

—Que manera de calmar, Keisuke.— soltaste unas nerviosas carcajadas que callaron en su boca cuando te besó lentamente.—Espera, falta un preservativo.— le separaste colocando tus manos en sus hombros. Tu novio de inmediato se estiró para buscar en sus pantalones la billetera, le viste con el ceño fruncido al ver que si traía uno con el.

—¿Por qué...

—¿Por qué no tendría uno? Tengo novia y soy un adolescente hormonal de mierda, es obvio que debo tener uno por si acaso.— dijo en tono travieso, mirando bastante concentrado.

—¿Sabes como coloc...

—S...i...— alargó las letras mientras abría el sobre desde una esquina, viendo de cerca que no la cague y lo rompa.—Mi amor usted relájese, soy idiota pero no tanto... Sé como poner esta cosa...

Se tenía bastante fé

—Puedo ayudarte.— Te sentaste con las piernas extendidas a cada lado de sus rodillas y estiraste las manos en su dirección, Baji gimió quejándose y alejó sus manos de ti.

—Yo sé hacerlo, en serio.— poco a poco, con algo de miedo, terminó de abrir el sobre. Le viste entre divertida y nerviosa.— Vamos, carajo.— se alentó y celebró cuando lo sacó exitosamente.— Ahora si, linda.— te empujó por el hombro al colchón nuevamente, cuando bajó sus bóxers viste hacia otro lado. Ahora si que sentías los nervios previos, justo en este momento.

Mientras se colocaba la protección, nuevamente flexionaste un pocos tus rodillas con algo de nerviosismo. Baji besó una de tus rodillas, aún mirando bastante concentrado su miembro y el látex. Luego de unos segundos estuvo listo al fin, se cernió sobre tu cuerpo un tanto nervioso.

Su codo presionó a un costado de tu rostro y su mano libre quedó entre sus cuerpos, sujetaste su cuello entre tus manos y él te vió. Tu pulgar acarició con lentitud su mejilla, aquello relajó a Baji unos niveles, buscó tu tacto empujando tu rostro más a tu mano. Una sonrisa se instaló en tu cara y subiste un poco la cabeza para darle un beso en la boca, Baji sonrió.

Sin dejar de ver tu rostro, su mano libre bajó un poco tus bragas, pidió que juntes las piernas para poder sacarlas y así hiciste. Ahora estando ambos desnudos, le abrazaste y atrajiste a ti, tus brazos envolviendo su espalda tan cálida y firme. El brazo con que se mantenía apoyado se movió para que su mano pueda acaparar tu mejilla, acarició tu rostro ligeramente, sentiste sus dedos temblar un poco.

—Aún podemos detenernos, ¿sabes?— Te recordó el pelinegro. Su mano libre acarició tu abdomen en dirección hacia abajo, moviste tu cara contra su palma y mordiste tu labio ligeramente ante los nervios. Los dedos de Baji rozaron tu clítoris por lo que dejaste salir un titubeante gemido.— Oh...

Al parecer te gustó lo que hizo, lo repitió nuevamente. Comenzó un intenso y repetitivo movimiento en aquel punto, su erección aún punzaba rozando tu entrada. Por cada gemido y mueca satisfactoria de tu parte, Baji se excitaba más.

Cuando menos te lo esperabas, en medio de aquel lío en tu abdomen bajo el cual era completamente placentero, Baji observó directamente tu rostro y comenzó a penetrar tu cavidad, su mano se guió a sí mismo con éxito. Abriste los ojos para verle de cerca, emitiste una ligera mueca y le empujaste mas hacia ti.

Tu novio empujó un poco más hondo, su mano aun atendiendo tu nudo de nervios sin pausa. Luego al ser aún más visible tu excitación y lubricación solo aprovechó de llevarla a un lado de tu trasero, su palma interfiriendo en qué toques el colchón debajo tuyo. Un ligero apretón en tu suave carne y sus caderas se mecieron más cerca de tu pelvis, abriste la boca y emitiste un quejido silencioso.

Puta madre.— Aún no había entrado del todo en ti pero se separó luego de aquel sonido salir de tu boca; salió de tu interior y luego volvió a intentar, el inicio de su miembro abriéndose paso entre tus pliegues y posterior calor intenso.— Ah, mierda... Se siente demasiado bien, cariño.

Gruñó mientras sentía como le apretabas, reprimías su entrepierna con firmeza. Tus uñas rasparon su espalda al sentirlo cada vez más dentro tuyo, solo un balanceo más y Baji ya tenía su pelvis pegada a la tuya. Su mano en tu trasero sosteniéndolo con fuerza hizo levantar tus caderas a la vez que se separaba ligeramente y volvía a tocar aquel punto en lo más hondo de ti. Todo lo que sentías ahora mismo era un inmenso placer, habías esperado tanto por esto que se calmaron tus nervios y la molestia presente en tu entrepierna.

Sin dar tiempo para que respires adecuadamente tu novio besó tu mentón para ir recorriendo tu mandíbula hacia un costado, mientras te entretenía de esta manera volvió a mecer sus caderas hacia atrás y te chocó de igual forma que antes, volviste a emitir un leve quejido. Baji mordió ligeramente tu cuello, sus dientes rasparon tu piel a la vez que su mano apretaba tu culo y su miembro se mantenía dentro. Un choque de emociones recorrieron tu cuerpo, tus manos se movieron tocando su torso y abdominales para dejarla en su estrecha cintura.

Silenciaste las pequeñas quejas cuando Baji se comenzó a mover más repetitivamente, dejó tu cuello y ahora se mantenía con el rostro ligeramente hacia arriba, su boca entreabierta por unos segundos para que luego veas como sus dientes atrapaban tejido de su labio inferior. Le viste desde abajo, su tenso cuello y mandíbula marcada al extremo mientras embestía en un ritmo que solo él podría sobrellevar.

Debía tal vez ir más lento, pero mierda, no se podía pedir de Baji tanta calma.

Por cada embestida dada tu cuerpo se movía junto a la cama, tus piernas flexionadas hicieron más de una vez ademán de bajar contra el colchón. Hubo un momento en que Baji sostuvo detrás de tu rodilla izquierda para que no la bajes y aquel delicioso ángulo persista.

Eras un lío de emociones, simplemente lo único que podías hacer en este minuto era observar a Baji, como su abdomen se contraía de vez en cuando con cada empuje y a las gotitas de sudor que corrían por su cuello. Y claro, dejando de lado la vista, también no podías cerrar la boca ni por un segundo.

Tu novio se agacho hasta tu rostro para callar sus gemidos en un beso, un beso tan intenso como todos los que el solía darte. Te sujetaste de su cuello y él siguió embistiendo cuando le empujaste más cerca, ligeros mechones suyos chocaban con tus mejillas al estar tan cerca del otro.

Creo que...— Suspiró en tu boca, intentaste concentrar tu atención en él a pesar que tus ojos querían rodar en blanco por tal buena sensación que se desataba en tu núcleo. Baji ralentizó sus embestidas, ya iba a llegar al clímax muy pronto.

Cambio de brazo con el que se apoyaba, sentía que perdía fuerza y no quería aplastarte en pleno acto. Sus músculos se tensaron, le viste cómo cerraba sus ojos y dejaba caer su rostro a un costado del tuyo, luego de unas cuantas embestidas más tú novio llegó al clímax. Cerca de tu oído se quejó levemente emitiendo un gruñido y siguió con otras duras pero pausadas penetraciones sin coordinación alguna.

Respiraste por la boca durante varios segundos, Baji se dejó caer a tu lado aún aturdido por la situación. Luego de unos segundos pensó la situación y se levantó para botar el preservativo. Al llegar a recostarse a tu lado nuevamente, decidiste hablar.

—Eso estuvo bie...

—¿Que dices?— Interrumpió Baji moviendo su rostro en tu dirección, le viste de reojo.— ¿Te imaginas después nuestros hijos preguntan como fue nuestra primera vez? Ni soñando les dire que su mami no tuvo un orgasmo.— se movió de su posición y buscó entre sus jeans nuevamente.

¿Por qué mierda traía otro?

De seguro su madre no quiere nietos tan pronto...

—¿Pero no estás cansado?—le preguntaste con voz débil. Baji agitó el sobre frente a él para que lo veas, sonrió otro poco.

—Si, pero créeme que podría hacer esto muchas veces más si tú me lo pides, bonita.— Antes que nada, se inclinó para besar tu boca nuevamente. Esta de mas decir que sus ojos no pudieron quedarse quietos en los tuyos, seguía viendo tu cuerpo sin disimulo.— Además que ya no estoy cansado, soy bastante resistente ¿sabes?

Abrazó tu cintura y te cargó para que quedes sentada sobre sus muslos, él sentado en sus pantorrillas con las rodillas en el colchón. Le miraste a los ojos, estarías dispuesta a todo por tu chico. Un pequeño susurro basado en un Te amo salió de su boca antes de besarte nuevamente.






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