Keisuke Baji
Cada vez menos activa, perdón<3
Lo quise subir apenas lo termine así que aún no lo corrijo del todo, iré editándolo en estos momentos.
—Y entonces Yuzuha, de la nada me revolotearon un cojín en la cara.— acusaste apuntando a lo lejos a tus amigos.— Esos bastardos fueron, uno de ellos.
Desde el sofá la ToMan te observaba fijamente, algunos indignados de tu acusación y otros sonriendo con superioridad, creyendo que te merecías ese golpe con el cojín.
Baji dio un sonoro suspiro hondo mientras te miraba.
—¿Eh?— Mikey giró su rostro hasta el. Baji le miró.— ¿y eso?
—¿Eso qué?
Otros pares de ojos le miraron de igual forma, todos se giraron a verle.
—¿Y ese suspiro?— Kazutora sonrió con burla. Hakkai a su lado quedó con la boca en "o", todos por alguna loca razón entendieron aquella acción.
—Solo fue un suspiro.— Baji se removió incómodo en el sofá.— Uno normal.
—No fue normal.— Mitsuya se movió para estar más cerca de él.— Fue un suspiro de enamoramiento.
—¿QUÉ?— Chilló Baji levantándose del sofá en un segundo. Ahora pudo ver con mayor detalle las reacciones de sus amigos.
—Si, fue un suspiro de; aah... ________ es tan linda.— especificó Chifuyu cada vez haciendo su sonrisa más notoria, al fin tenía una excusa para molestar a Baji.
—Te gusta _________.— dijeron todos al unísono.
—Mhm no, no, solo suspiré como siempre hago.— Baji llevó su mano a la nuca y la rasco con nerviosismo, su pecho vibró cuando dejó salir carcajadas leves.— Están locos, eso no es verdad jaja...
—Si, te gusta.— afirmó Smiley.
—¿Quien le gusta que?— Preguntó Peyan con el ceño fruncido completamente.
—A Baji le gusta ________.— le acusó Draken. Baji de inmediato negó con la cabeza, su cabello se movía a la par de sus movimientos.
—Mentira.
—¿A BAJI LE GUSTA _________?— Gritó Peyan también poniéndose de pie. Observó a Baji con los ojos abiertos de par en par.
—Pero habla más bajo, idiota.— Mitsuya le reclamó dando un vistazo hasta donde estabas tu y Yuzuha charlando. Al ver que ustedes no escucharon nada pidió que sigan hablando.
—Cállate, maldito idiota.— Baji dejó un manotazo en su brazo.— No jodas, no debe saberlo.
—¡ENTONCES ES VERDAD!— Chifuyu celebró abriendo la boca de la emoción. Kazutora aún sentado comenzó a batir sus brazos en movimientos circulantes, bailando y celebrando que su amigo lo admitió al menos frente a él.
—No dije eso.— soltó Baji ya cruzado de brazos. Todos le miraron con aún más picardía, ya lo había confirmado.— No dije eso...
—¡FIESTA!— soltó Smiley alzando sus brazos. Angry a su lado negó.
—Es primera vez que admites algo tan rápido. Amigo, ya te flechó.— sonrió Draken, aquella sonrisa que colocaba para dar a entender que tenía la maldita razón.
—No, no, no, no dije eso.— Baji se negó de momento a decirlo.
—Ya los estoy viendo en el altar.— jugó Hakkai completamente emocionado, todos soltaron un aaawww.
—Vamos a ver si a ________ le interesa este rapunzel.— Draken comenzó a reírse a carcajada limpia, todos le siguieron al ver a Baji cada vez con una expresión más asesina.
—¿Y cuando pasó esto?— Inui calmó sus risas para hablar más fluidamente.— Que recuerde Baji siempre molestaba a ________ ganándose un golpe de su parte.
—Los golpes significan un "te amo" para Baji.— Explicó Kazutora. Todos aumentaron sus carcajadas hasta más no poder, incluso apuntaban a Baji y reían más.
—De tantos zapes se enamoró.— dijo Mikey. Nuevamente tras una pausa rieron a la vez.
—Ya... Cierren la boca.— Baji se giró un poco en su lugar para evitar las miradas cómplices de sus amigos. Todos aumentaron sus risas.— Putos idiotas, cállense.
—Nos dejamos de reír si admites que te gusta _________.— negoció Angry, el único que no había reído. Baji le vio de reojo, aún así intentó calmarse y simplemente sus manos fueron a sus bolsillos.
—Malditos cabrones de mierda.— Susurró para sí mismo.
—¿Que dijo?— Kazutora le preguntó a Mikey, este se encogió de hombros.— ¿Baji, que dijiste?, ¿lo escucharon? Porque yo no.
—Dije que si.— rectificó balanceándose en su lugar. Se esmeró en mirar la ventana frente a él.— Si me gusta _________.
—AAAAAAAAAAAAAAAA.— oyó varios gritos realmente escandalosos provenientes de la ToMan y casi tapa sus oídos. Baji ni alcanzó a girarse, todos fueron donde el para moverlo con fuerza, golpeando su espalda para felicitarlo a su manera.
—¿Por qué tanto escándalo?— todos se giraron a verte junto a Yuzuha, ahora ambas en el umbral de la habitación.
—Nada.— dijeron como por arte de magia.
Kazutora, quien estaba abrazando a Baji por el cuello, improvisó con estrecharlo aún más con uno de sus brazos y sus nudillos hicieron fricción en la cima de su cabeza. Baji intentó alejarlo.
—¿Nada? Baji y Kazutora están peleando.— Rápidamente te acercaste para separarles. Ahora ambos estaban dándose manotazos entre sí.— Otra vez lo mismo.
—El empezó, _________.— Baji al ver como te acercabas soltó a Kazutora y le empujó.— Solo por ________ no te rompo los dientes.
—Uh, solo por _______.— detrás de Kazutora susurraron los demás, soltaron risillas mínimas por ese comentario. De inmediato Baji palideció.
—Uy, ¿qué pasó aquí?— Yuzuha sutilmente dio unos pasos hasta Hakkai y Mitsuya.— Cuenten.
—Bien, arreglemos nuestros problemas como gente civilizada.— Kazutora se relajó y llamó a Baji a que se acerque, tú aún estabas en medio de ellos completamente alerta por si volvían a "pelear"— Somos seres que pensamos antes de actuar, ¿no?
Baji cada vez arrugaba más su rostro, no entendía nada de lo que hablaba Kazutora.
—Por eso yo digo que...—Kazutora dio un paso más cerca, le viste de reojo con cierta sospecha.— arreglemos la tensión... A BESOS.— sus manos atraparon la nuca de Baji y la tuya para juntarlos a ambos de frente.
Error, ambos se golpearon con el otro en un cabezazo. Frente con frente.
—Ops.
—Kazutora idiota, ¿que mierda te sucede?— Mikey dio toques sobre tu cabeza, consolándote como si fueses su mascota.— a ________ le dolió.
Tus amigos se acercaron a reclamar su acción tan imprudente. Yuzuha le dejó el pie estampado en su trasero.
—¡A mi también me dolió!— alegó Baji acariciando su frente.
—Pero tu no importas, Baji.— Mitsuya soltó junto a ti, observando la zona afectada.— ¿Estas bien, ________?
—Se me murieron unas cincuenta neuronas pero todo bien.— dejaste de tocar tu frente cuando Yuzuha llegó frente a ti y sostuvo tu rostro.
—¿Quieres que lo patee fuera de aquí, ________?— Preguntó Yuzuha totalmente seria.— Sabes que podría ganarle a Kazutora. AUNQUE SEA UN BRUTO.— lo último lo gritó en dirección a Kazutora. Él sonreía como si nada, casi orgulloso de casi causar un beso entre tú y Baji.
—No es necesario.— le agradeciste a Yuzuha por su preocupación. Mikey aún seguía tocando tu cabeza, demostrando su cariño.
Baji se acercó a Kazutora a paso rápido, luego de sujetar su brazo y acercarlo a él un poco comenzó a hablar en voz baja. Nadie alcanzó a intervenir en su "posible pelea"
—Gracias por intentarlo.— Agradeció Baji con la frente enrojecida por el cabezazo. Kazutora encogió sus hombros, la verdad lo intentó pero solo resultaron golpeados ambos.— Imbecil.
—A la próxima no fallaré.— Baji se separó empujándolo.— O puede que intente darle un besito primero que tu para que te atrevas a besarla cuanto antes.
—Jodete, Tora.— Baji se separó de él aguantando las de sonreír.
—Hey, ________ ¿sabias que a B
—Cállate Peyan.— amenazo Baji al instante.
Te encantaba este parque.
Ahora aquí era donde venías a reunirte con tus amigos de la ToMan, probablemente siempre estaban cerca de este lugar casi todos los días.
—La verdad no entiendo porque lo hizo.— Baji juntó su rodilla con la tuya mientras charlaban sentados en la hierba.
Indicios sutiles que a ti se te pasaban desapercibidos.
—Yo menos.— murmuró Baji. Movió la lengua contra su paladar, estaba indeciso de qué decir ahora. Todo era mucho mejor cuando ninguno de la ToMan sabía de sus sentimientos.
Ahora, al ver como a la lejanía todos le observaban con total atención detrás de unos árboles, no se atrevía a ser el mismo Baji de siempre.
—Te noto calmado, ¿te duele algo?
—¿Calmado?— Baji se burló.— Solo estoy pasando el rato, ¿y por que me tendría que doler algo?
—No lo sé, tal vez te sientes mal y por eso no andas golpeando a quien se te cruce.— te burlaste de vuelta. Baji aún sonriendo, mostrando sus colmillos, se giró a verte y alejó su torso levemente de ti.
—Eso me ofende, no soy solo un tipo que golpea a los demás y ya.— rápidamente dejaste de sonreír y le abrazaste por el cuello.— Y ahora me abrazas para que no me enoje, genial.
—No es eso, solo era una broma.— aclaraste con tu mejilla apoyada a un costado de su rostro.
—GOL GOL GOL GOL.— a lo lejos Baji oía a la ToMan animando aquel momento. No era novedad que abraces a Baji pero tus amigos eran exagerados.
—Claro que no eres sólo el chico que golpea y quema autos.— te separaste del abrazo y Baji emitió una mueca. No había aprovechado el momento para devolver el abrazo.— Tampoco te limitas a ser Baji; el encantador de gatos.
—Para ya, _________.— Baji sentía como poco a poco las mariposas endemoniadas de su estómago revoloteaban más y más.
Tu también te sentías a gusto con su presencia, era genial estar junto a Baji en cualquier momento posible. Digamos que era uno de los que más te entendían y se esforzaba en no regañarte tanto.
Y mierda, amabas su sonrisa.
—Owww, ¿te vas a sonrojar, Baji?— tentativamente acercaste tu rostro al suyo para observar más de cerca. El pelinegro abrió sus ojos de par en par y miró a tus espaldas, a la ToMan.
—GOOOOOOOOOOOLLLLLLLAAAAAAAZZZZZZ
—Aléjate, mosca.— Baji plantó su palma en tu rostro y te hizo hacia atrás. Comenzaste a reír por su reacción.
—NOOOOOOOOOOOO.— gritos desalentadores provenientes de la ToMan, otra vez.
—Idiota.— Repetiste su acción y plantaste tu palma en su rostro. La dejaste ahí, tus dedos un poco separados para ver cómo te miraba. La verdad tu mano no tapaba toda su cara, lamentablemente.
Baji lamió tu mano.
—Iuuuu.— la quitaste de su rostro en un segundo y te limpiaste con tu ropa.— Pero Baji, baboso.
—¿No te gusta imitarme? Te aguantas.— saco burla sacando su lengua.
—Yo no lamí tu mano, eres un sucio.— Baji abrió su boca completamente indignado.
De un segundo a otro la ToMan dió un grito a todo pulmón al ver como cambiaron los papeles de un momento a otro. Ahora Baji sostuvo tu cintura y los tiro a ambos hacia atrás. Quedaste con la espalda apoyada en el piso.
—¿Me dijiste sucio, sucia?— preguntó amenazante. Asentiste con la cabeza, sin hacer ningún otro movimiento.— Eso dolió, y más porque tú me lo dijiste.
—Eres un exagerado.
—Tu eres más exagerada que yo.— confirmó sosteniéndose de su codo. Su mirada fijándose unos cuantos segundos en tus labios, proceso aquel descuido y volvió a observar tus ojos.— Soy muy limpio, retira lo que dijiste.
Baji sólo quería una excusa, una mínima excusa para acercarse a ti.
—Lamiste mi mano.— le recordaste ahora sonriendo, tonteaste un poco con la situación y decidiste hacerlo enojar.— No eres cochino sino baboso.
Lo siguiente que hizo Baji, fue lamer tu mejilla.
—KEISUKE BAJI.— chillaste empujándolo desde el pecho. Era como mover a una roca por lo que no se separó ni un centímetro.— Límpiame, ahora.
—Te dije que eras una exagerada.— rió Baji estirando la manga de su chaqueta y limpiando tu mejilla. Le viste durante todo ese momento con los ojos entrecerrados, fulminándolo con la mirada.— Mírame bonito.
—No pienso mirarte bonito.— fingiste estar enojada y cruzaste tus brazos sobre tu pecho. Baji siguió viéndote desde arriba, su codo presionando el suelo junto a ti para no aplastarte y su pierna rozando la tuya.
—¿Te enojaste?— preguntó recargando su mejilla en su mano. Le ignoraste.— Eres una gruñona, no te enojes o envejecerás antes de lo esperado.
—Eso es cuento de vieja chismosa.— susurraste aún enfadada.
—Oye, eso dice mi madre.— lució ofendido Baji.
—¿PERO POR QUÉ NO LA BESA? JODEEEERRRRR.— un grito agudo se propagó por el lugar. Al tener a Baji tan cerca ni le prestaste atención a la voz.
—Pero tu madre es bonita y joven.— intentaste reparar lo que dijiste.— y no es chismosa...
—¿Te gusta mi madre, _________?— soltó Baji comenzando a sonreír ampliamente. Le viste de reojo.— Anda, confiésalo. Ya lo dijiste indirectamente.
—No me gusta tu mamá, Baji.— afirmaste en una mueca seria.
Una mueca que duró pocos segundos, al Baji mantener su mirada en ti te hizo sonreír inmediatamente. Rápidamente el rió al ver como aguantabas la risa.
—Pero no me mires tan fijamente.— le pediste intentando tapar con tus manos sus ojos. Baji con su mano libre sostuvo tus muñecas y las separó de él.— ¡Baji!
—¿Por qué no quieres que te vea?— exclamó con fingida demencia.— A mi me gusta mirarte, podrías dejarme hacerlo de vez en cuando ¿no crees?
La tensión aumentaba indiscutiblemente, tus manos fueron dejadas por las de él en tu abdomen y las sujetó ahí para que no vuelvas a esconderte de su mirada.
—Nunca puedo aprovechar la vista tanto como ahora.— Baji te hizo sonrojar levemente.— Los demás siempre están molestando a tu alrededor y se llevan toda tu atención. Al menos deja apreciar un poco antes de que lleguen.— suavizó su expresión varios tonos luego de decir aquello.
—Tu si que sabes cómo poner nerviosa a una chica.— afirmaste revoloteando tus ojos en otra dirección, lejos de la mirada de Baji.
—¿Funcionó?— canturreó más divertido que antes.
—Ya estoy cansado de estar de pie, Baji no va a hacer nada.— A lo lejos discutían los demás, ya impacientes con que su amigo no quiera besarte o siquiera declararse.
—Un poco, aún así necesitas mejorar algunas de tus técnicas de coqueteo.— le seguiste el juego y viste sus manos que aún sostenían tus muñecas.— Ya no tocare tu cara, puedes soltarme.
En tu interior algo notabas extraño en Baji, tal vez ahora sentías como él quería pasar más tiempo contigo a solas. Pero, tal vez fuesen celos típicos, el sentimiento de él en querer ser tu mejor amigo.
Baji te soltó e intentaste sentarte nuevamente, chocaste con su hombro. Él ya había dejado su palma al otro lado de tu cuerpo, apoyándola en el piso. Ahora estabas prácticamente acorralada.
—¿Tienes un reto con los demás o por qué tan coqueto?— le viste con sospecha.
—¿Ah? No tiene nada que ver esas mierdas de retos, de todas formas no aceptaría retos de nada que tenga que ver contigo.— afirmó de inmediato, se mantuvo firme a lo que decía.— Solo quiero que estemos así unos minutos más, estoy relajado.
—Está bien.— no te avergonzaste, incluso te giraste y quedaste cara a cara con Baji. Tus manos hicieron de almohada bajo tu mejilla.
Baji ahora no alcanzaba a tocar el suelo así que dejó apoyada su mano en tu cintura. Al ver que no te molestó simplemente hizo que descansara en ese lugar que probablemente casi nunca toca.
—¿Cuantos minutos faltan para que se besen?— otro susurro más por parte de la ToMan. Quien hablaba era completamente un misterio.
—________ es como una hermana para mí, mejor no quiero ver como se besan.— otra voz susurró a los demás.
—Tienes razón, ese maldito la va a corromper.— varios coincidieron, al fin sus mentes hicieron click y pensaron si sería buena idea que ustedes sean pareja.
—Sigues mirándome, Keisuke.— hablaste nuevamente. Ambos aún recostados de lado, frente a frente.
—Lo sé.— respondió. Sus ojos vagaron desde tus pupilas hacia abajo, no se te pasó desapercibido como fijó su mirada en tus labios entreabiertos. Baji tragó saliva.
—¿Que tengo?
—Tienes el labio roto.— levantaste una de tus manos para tocar tu boca. Baji negó.— Aquí.— su pulgar se colocó sobre tu labio inferior, justo en el centro.
—¿Si?— bajaste tu mirada, intentando ver tu boca.— debió ser un descuido, espero que no sea tan notorio.
En ese instante, en esos segundos los cuales bajaste tu mirada y dejaste de ver a Baji, fue cuando el acercó su rostro al tuyo a una distancia considerable.
Un movimiento pausado, su mano sostenía tu cintura queriendo que no te alejes cuando haga lo que quería hacer. Él necesitaba besarte.
—Oigan chicos, ya me duelen los pies.— por la voz, te sentaste nuevamente en un segundo. Mikey yacía de pie frente a ti con una mueca en su rostro, casi emitiendo un puchero.
—Está bien, vámonos.— sonreíste nuevamente y te pusiste de pie. A malas ganas Baji te siguió.
Creyó haber podido estar cerca por tan sólo un par de segundos.
—Le quiero decir que me gusta.— Declaró Baji apenas la ToMan estuvo en aquella bodega que frecuentaban. Solo un lugar que ellos sabían.— Debo decirlo, la verdad no se porque mierda no se lo he dicho ya. No soy un cobarde.
—¿Y como se lo dirás?— Preguntó Mitsuya recostando su cuerpo en la pared. Draken a su lado también le miró atento.
—Aún no lo sé.— Baji se encogió de hombros y comenzó a caminar de un lado a otro, estaba nervioso.— ¿Como lo harían ustedes? Nunca he hecho esto... No se que mierda hacer.
—Solo díselo cuando estén solos y ya. No creo que sea buena idea elaborar un plan más gigantesco, al final dolerá más si te rechaza.— lo negativo y realista que fue el comentario de Inui molestó a Baji.
—Tal vez si le regalas algo bonito.— propuso Hakkai.
—A ________ no le importaría mucho si se lo pides con regalos o no.— dijo Draken totalmente convencido.— Diría que... No te puedo ayudar, no sé de esas cosas.
Claro, Draken es un 0 en este tema, solo veamos su situación con Emma.
—Podríamos celebrar algo y en esa fiesta que tú se lo digas.— ideó Chifuyu.— Si te rechaza, culpa al alcohol.
—Mmm puede ser, así su amistad seguirá como siempre si algo malo ocurre.— habló Angry más convencido.— Un plan infantil pero que puede funcionar.
A Baji le interesó. Aunque cuando escuchó sobre el "rechazo" se puso aún más nervioso, más ansioso. Por su cabeza pasó aquel escenario y le dolió como si fuese real.
De todas formas, nunca le habías mandado algún indicio de que te guste él. Jamás ni le comentabas sobre tu tipo de chico, aquello asustó a Baji. Tal vez el no fuese el ideal, y puede que tú siempre lo hayas sabido a excepción de él.
Ahora tenía ganas de quemar un maldito auto.
—Haré ese plan.— soltó de imprevisto.— Si me rechaza diré que fue culpa de Kazutora.
—¿Y yo que?— su amigo de inmediato le vio mal.
—Le diré que me diste una de tus mierdas raras.— Takemichi comenzó a reír en tono bajo.— Me creerá, se que funcionará.
—Está bien, si necesitas ayuda con algo nos dices.— pidió Mitsuya cruzado de brazos. Baji le vió con una ceja alzada.
—Lo haré solo, se que debo hacer.
—Egoísta de mierda.— susurró Mikey para sí mismo.
—¿Por qué te ves tan bien con ese vestido tan sencillo?— Baji te halagó apenas observo tu atuendo.— Joder, ________. Voy a tener que ahuyentar a los tipos que se te acerquen.
—Gracias y no, sabes qué puedo cuidarme sola.— Baji rodó sus ojos a tu respuesta pero terminó por asentir, después de todo el mismo te había enseñado a pelear.
—Linda y con fuerza, auch.— le pegaste un codazo para que deje de avergonzarte.
—Ya vamos, los demás deben estar esperándonos.— Fuiste hasta su moto, Baji te seguía desde atrás con total calma.
Él estaba feliz.
Ahora mismo se olvidó de que luego deberá confesarse, en este instante sólo existías tú y aquel vestido que pronto se volvió su favorito.
Tu en cambio, si que te guardaste los halagos al verlo un tanto elegante. "Elegante" dentro del contexto del estilo de Baji.
Se veía bastante bien.
—¿Puedo ir delante?— preguntaste tras montar su moto. Aquella pregunta siempre se la hacías, desde la primera vez que te dejó conducirla que te habías enamorado de su motocicleta.— No conducirla, solo ir ahí.
—Bien.— Baji disimuló el como acepto de inmediato, hizo una leve pausa y trató de no sonreír.
Ahora mismo estaba insultándose a sí mismo por ser tan simp.
Se sentó detrás de ti, tus manos fueron al manubrio sólo para tener la sensación de ir manejando.
—Veo que te gusta demasiado mi belleza de moto.— Baji bromeó estirando sus manos, las afirmó al manubrio por encima de las tuyas.
—Si, algo así.— sonreíste al sentir su piel, ambos tocando sus manos. Hizo andar la moto y fueron camino a la fiesta.
La excusa que se inventaron los demás fue que iban a celebrar el cumpleaños de peke j.
Aunque claramente el gato de Chifuyu no iba ir al bar.
Al llegar al bar había tanta gente que tu rostro se arrugó. Enganchaste tu mano en dos de los dedos de Baji, caminando detrás de él mientras se abría paso entre la gente.
Ambos guiándose a través de la gente, Keisuke empujando a quienes se le atravesaban en el camino. La expresión de Baji se mantuvo seria, como era frecuente cuando estaba en modo de partir caras si alguien le reclamaba algo.
—¡Llegaron los tórtolos!— gritó Chifuyu alzando sus brazos al aire, en una de sus manos yacía una cerveza.
—Chifuyu.— le llamó la atención Mitsuya, quien se encontraba sentado a su lado.
—Digo, que llegaron las tortas.— se corrigió sonriendo a boca cerrada, una leve línea de sus labios.— Baji, _________, se demoraron bastante.
—Oh si, ¿Que andaban haciendo?— Hakkai te saludó con un beso en la mejilla apenas llegaste hasta ellos. El chico tras procesar la pregunta indebida que hizo de inmediato cambió lo que dijo.— Digo, no, no respondan si no quieren. Perdón.
—Baji fue a buscarme más tarde de lo acordado.— le diste un leve puñetazo en el brazo al nombrado. Hakkai soltó un ah...
—Pero llegamos, eso es lo que cuenta.— Soltó Baji estirando su mano para alcanzar una botella de cerveza. Esta vez iba a ir con calma, esperaba estar en sus cinco sentidos cuando tenga que hablar contigo.
—Bu.— saltaste en tu lugar y sostuviste tu pecho con tu mano libre. Kazutora comenzó a carcajearse sin filtro.— Te asusté, ________.— Baji negó con la cabeza en su dirección.
—Eres un maldito, Tora.— golpeaste su pecho y Baji te imitó. Kazutora le vio de mala manera cuando sintió su golpe mínimamente más fuerte que el tuyo.
—No seas metiche, Baji. Ni que fuera tu novia para andar defendiéndola así.— Kazutora habló a propósito.
Baji quiso sacarle los ojos en ese instante.
—¿Ya estás drogado, Kazu?— preguntaste llevando una mano a tu cadera. Kazutora negó con la cabeza de inmediato.— Entonces deja de bromear, estamos aquí por algo importante.
—Cierto.— Baji y Kazutora se giraron en dirección a Chifuyu, el rubio les miró confundido.— Chifuyu, hoy es importante.
—¿En serio?— soltó viéndote. Arrugaste tu frente y Baji maldijo en voz baja.— Ah, si, cierto que Peke j cumple años. Para eso estamos aquí.
—Si, mamón.— exclamó Kazutora perforándolo con la mirada.
Unos asientos más lejos estaba Mikey, el te llamó con la mano para que te acerques a él así que rápidamente lo hiciste. Soltaste a Baji y te encaminaste con una sonrisa hasta donde el rubio.
—Oh, se fue.— Mitsuya te vio alejarte.— Baji, ya haz algo pronto. Me estresa verlos y que haya tanta tensión, es molesto.
—Cállate y déjame pensar.— Baji se sentó en un asiento al azar, en frente del mesón de bar y los demás le acompañaron junto a él. Bebió de la cerveza.— La reverenda mierda, que jodida situación.
—Se va ________ y ya vuelves a insultar al mundo... Que loco.— se carcajeó Chifuyu. Baji con solo una mirada le hizo callar, estaba estresado y sus burlas no ayudaban.
Pensó en lo que le dijo su madre cuando le contó lo que ocurría. La verdad, Baji siempre pedía su opinión, se le era inevitable no hacerlo tarde o temprano. Lo mejor era que a ella le agradabas bastante, así que en conclusión le había pedido que rápidamente te pida que seas su novia.
En aquel instante con ese pensamiento fugaz Baji te buscó con la mirada. Algo casi automático en el.
Ahí estabas, tú y Mikey bebiendo una cerveza. A los minutos se les unió Smiley e Inui, que habían estado de seguro jugando a un ridiculo juego típico en este tipo de fiestas. Baji nunca disimulaba cuando te veía, era directo en casi cada una de sus acciones.
¿Por qué se ve tan linda sonriendo?
Baji rascó el costado de su nariz, observó cómo tomabas tragos de cerveza mientras Mikey te hablaba de manera animada. Inui a veces diciendo chistes que te hacían reír sin pena alguna.
¿Seré buen novio?
O siquiera, ¿merezco a ________?
Estaba decidido a declararse pero algo lo paraba, ahora estaba indeciso.
—Deja de pensar, mierda. Me pones nervioso.— Kazutora, quien estaba a la derecha de Baji, se interponía entre él y tú por lo que se le era incómodo que su amigo esté viendo en esa dirección durante todo ese rato.
Aún así Baji esperó. Buscó el momento para tal vez pedir tu atención y que salgan del local para hablar más seriamente, más a solas. Sonrió de tan solo pensar que haría si dijeses que también te gustaba el.
Bebió otro poco más, al contrario de ti. Tú y tus amigos bebieron más que el, Mikey no se midió y ni él ni los demás se acordaron del plan. Se les pasó la noche volando, en un corto lapso de tiempo el grupo estaba riéndose casi escandalosamente.
Estaban tan entretenidos por su misma compañía y por la cerveza que se pusieron de pie y fueron a bailar. Baji de inmediato llevó su total atención a ustedes; a ti.
—Competencia de baile ¿o te acobardas?— Te retó Smiley, llevando su cuerpo en medio de la pista de baila y comenzando a moverse. Cuando agitó su cabeza de un lado a otro, gritaste, le apoyaste para que baile con aún más ganas.
—Smiley, yo bailo mejor que tú.— Mikey imitó ser un robot.— Hace este paso si eres tan genial. Claramente no te va a salir porque siquiera abres los ojos.
—¿Y eso que tiene que ver?— Inui le preguntó, manteniendo la boca de la botella cerca de sus labios.
—No te hablé a ti, fuchi.— le echó con la mano y comenzó a bailar. Inui bajó sus comisuras para evitar sonreír, en cambio tú le viste y si que reíste sin pudor.
Los cuatro bailaron un poco, ideando pasos graciosos los cuales debían todos imitar. Comenzaron a dar puntos a quien realice el paso de baile lo más genial posible, ganaba quien juntaba los cien.
El lapso de diversión acabó cuando a Mikey le dieron ganas de vomitar por tanto dar vueltas y fue corriendo al baño. Smiley e Inui le acompañaron para que no haga un desastre en el baño. O al menos para decirle donde quedaba.
—Hola.— no paraste de bailar al escuchar aquella voz. Mantenías los ojos cerrados mientras intentabas guiarte por la melodía. Una mano tocó tu hombro.
—¿...?— te giraste a ver quien era. Un desconocido bastante guapo ahora te estaba hablando, mierda.— Hola.
—¿Puedo bailar contigo?— le miraste algo sorprendida, tu ceño se frunció un poco a lo que te girabas para quedas frente a él.
—Emm claro, ¿puedo saber tu nombre...?— te reíste un poco, se notaba confiado en si mismo pero no se había presentado siquiera. A leguas pudiste notar que quería ligar contigo, se le era un poco obvio.
— Oh, mi nombre es Ran Haitani. Perdona.— Aquel chico de trenzas estiró su mano, un saludo increíblemente formal a pesar del lugar donde se encuentran. Estrechaste su mano.— ¿Como te llamas?
—_________.— el alzó una de sus cejas y sonrió.— Solo _________.
—Bien...— bajó la mirada tras reír. Tras volver a verte a la cara asentiste a su anterior pregunta, no te haría daño bailar con aquel tipo. Se notaba simpático.
Y claro, estabas segura de que no pasaría nada más allá de lo que tú quisieras. Si no podrías golpearle tu, lo harían tus amigos.
Seguridad nivel vip
—Suéltame, no haré nada.— Masculló Baji moviendo su brazo del agarre de Chifuyu.— Suelta, mierda.
—Solo están bailando.— le mencionó Mitsuya, ya en su cuarta cerveza.
—Lo se, no haré nada.— afirmó Baji, manteniendo toda su cordura dentro de su cuerpo.— No soy tan idiota como para cagarla así, se que me debo controlar. Lamentablemente.
Aunque sus puños se apretaban entre sí y sus uñas rasgaban su piel. Era increíble, un desconocido se atrevió a lo que él estaba pensando hacer desde hace bastante tiempo.
Debía calmarse, iba a hacerlo por ti. Incluso pensó en ir y educadamente pedir que bailes con el, llegó a tal punto en el que sostuvo qué tal vez no merecía golpear a ese tipo. Después de todo, ustedes no eran nada.
—No quiero mirar.— Baji observo su botella que yacía en su mano. Apenas vio cómo ibas a la pista de baile giró su butaca para estar frente a ti y verte, observar que nada malo te suceda.
Mientras tu y Ran juntaban sus cuerpos para bailar correctamente, el humor de Baji comenzó a decaer. Estaba frustrado.
Debía confesarse ahora, en este instante.
—Nunca te habías visto por acá, la verdad.— mencionaste sonriendo a continuación. Ran ya que había contado estos interesantes de el, todo mientras bailaban y sus manos espiaban tú cintura.
—Somos de otra ciudad, créeme que yo tampoco te había visto en mi vida.— Ran movió su cabeza para mover sus trenzas hasta detrás de sus hombros. Las viste con los intensas ganas de tocarlas.
—¿Tu mismo trenzas tu cabello?— te atreviste a preguntar. Sonreíste inocentemente, ante tus ojos se veía tan bien aquel chico con ese peinado.
—Si, ¿quieres tocar?— asentiste y levantaste una de tus manos para rozar su hombro y tomar una de sus trenzas. La moviste entre tus dedos.— Sé mas peinados que este, tal vez algún día pueda demostrártelo.
—Tal vez.— reíste en tono bajo, Ran te siguió con una sonrisa de lo más coqueta.
Acariciaste su cabello mientras se movían ambos a la par. La música era un tanto lenta, un ritmo agradable para ambos. Las manos de Ran sostenían tu cintura y parte de tu espalda, su agarre se afirmó y tu torso chocó con él.
En ningún momento sentiste la mirada de Baji.
Ambos dieron una vuelta, una de tus manos toco su nuca mientras la otra seguía en su cabello trenzado. Algo que sin duda te encanto fue como bailaba, era un excelente bailarín.
—¿No tienes novio o si?— su rostro bajó un poco. Negaste con la cabeza y alzaste un poco tu rostro, le separaban solo un par de centímetros.— Me parece bien...
La nariz de Ran te causaba cosquillas, rozó tu frente y bajó aún más hasta llegar casi a tu boca. Ahora pelvis contra pelvis, el calor subió a tu rostro de un segundo a otro y acortaste la distancia que les separaba.
Ran gimió de satisfacción al sentir tus labios húmedos por el alcohol contra los suyos. Ambos abrieron ligeramente la boca al mismo tiempo, profundizando el beso para dar caricias a la lengua del otro. Tu mano sostuvo su trenza para acercarlo aún más y Ran sonrió.
Baji observó como te besabas con aquel chico. Sus cejas se arrugaron mientras las juntaba y entreabría la boca con sorpresa. De repente se olvidó que estaba bebiendo junto a los demás.
Su pecho se arrugó, se sintió completamente ajeno a su alrededor y le dolió. Dolió el verte de lejos y más con aquel tipo.
Se fijó en las manos del desconocido que barrían por tu cintura de arriba a abajo, como tocaba tu espalda y te presionaba a su cuerpo. Solo cuando decidió no castigarse más al ver tal escena fue que bajó la mirada hasta sus pies. En ese mismo instante Kazutora tocó su hombro.
—Hey, Baji.— le abrazó con uno de sus brazos sobre sus hombros y lo removió bruscamente.— ¿Que haces mirando como idiota? Ven, fumemos algo.
—Solo me quede pensando en algo, no me abraces.— Baji sonrió un poco y movió sus hombros.— Kazutora, imbecil suelta. No imites el ser tan simpático si ni has fumado.
—Te estoy esperando para que fumemos juntos.— Kazutora notó cierto cambio de humor en Baji, sonrió aún más y trato de divertirle.— Anda, mira.— llevó la mano a su chaqueta y sacó un par de cigarrillos de marihuana.— Tengo dos.
—Solo esta vez.— accedió Baji. A tientas le siguió hasta salir del local. No sin antes pedirle a un Mitsuya borracho y a Chifuyu que no te pierdan de vista.
Mierda, su corazón dolía
Se le era imposible no estar celoso, el de por si era así. Su personalidad no era para nada fácil de llevar, y Baji lo sabía perfectamente.
Su carácter era firme e intimidante pero lo que muchos no sabían era que aquel pelinegro por dentro tenía un caos tremendo respecto a sus emociones. Él era extremo de por si, por lo que ahora sentía demasiado cada sensación mínima.
—Ya Baji, deja de pensar y fuma el maldito cigarrillo, gracias.— Kazutora recostó su espalda en la pared y comenzó a fumar. Baji le imitó al poco rato, se puso a su lado mirando hacia la calle.
Kazutora no sabía qué decirle, era pésimo respecto a temas amorosos.
Y claro, cuando ambos hablaban de algo serio Kazutora sabía que terminaban peleando a puñetazo limpio por las bromas que se hacían el uno al otro. Ambos dejando de lado la realidad y enfocándose en hacer locuras.
Pero esta vez se trataba de ti. Kazutora sabía que no debía bromear.
—Ese tipo.— habló con cierta desconfianza.— ¿Haitani, no?
—Si.— separó el cigarrillo de su boca y soltó el aire hacia arriba. Baji bajó su rostro, observó sus pies mientras daba otra calada.— El puto Ran Haitani. Un tipo de por sí peligroso. Que maldita suerte.
—Pero esto no significa nada, ¿sabes?— Kazutora movió su pie hasta darle un toque a la pierna de Baji. Dándole ánimos.— Solo están chapando, dudo que haya algo más o que siquiera se vuelvan amigos.
—Eso no es en lo que estoy pensando.— aclaró Baji. Dio otra honda calada al cigarro.— Ya perdí mi oportunidad, fin. No creo atreverme a decirle que me gusta otro día cualquiera.— Baji se enderezó y dejó que la cima de su cabeza descanse en el mural detrás de él.— Se que siempre he dicho el ir directamente, que si me gusta una chica se lo diría sin pensarlo.... Pero...
—Pero es _________.— terminó por decir Kazutora. Baji le vio de reojo y asintió.
—Si, y es mil veces más complicado.— rió sin ganas.— No se si me jode más verla besando a otros tipos o que me rechace y que nuestra amistad no vuelva a ser la de siempre.— Kazutora le miraba con atención mientras el pelinegro hablaba. Muy pocas veces se podía charlar con el de esta forma.
—Que jodido estas, Baji.
—Mejor cállate, idiota.— Keisuke comenzó a reír sin saber exactamente la razón. Lamió sus labios antes de seguir fumando.
—¿Quieres que vayamos a quemar algún auto?— preguntó Kazutora, observando la reacción de Baji.
—Tal vez luego.— se limitó a observar lo que quedaba de la marihuana. Kazutora alzó ambas cejas desvió poco a poco su mirada de él, eso fue inusual.
—¿Que harías si mañana le confieso a ________ que a ti te gusta?— preguntó luego de un rato de un intenso silencio.
—Te prendo gasolina, idiota.— ambos soltaron carcajadas por montón a su respuesta, Kazutora dejó un golpe amistoso en su brazo.— No lo hagas, si por alguna razón quisiese que supiera sería yo quien deba decirle. De todas formas, puede enojarse contigo si se lo cuentas así como así. Creerá que se lo ocultaron todos ustedes durante mucho tiempo.
—________ nunca se enfadaría conmigo.
—Ajá, como digas.— Kazutora lo pisó.— Mira Tora, cuando ________ me pida ir a dejarla a casa, si es que me lo pide, luego vamos a quemar un maldito vehículo. Necesito despejar mi mente pronto.
—Está bien.
—Aunque espero no se demore tanto... Le dije a mi mamá que no iba a llegar tan tarde.— Baji rascó su cabeza antes de acabar el cigarrillo. Kazutora asintió y repitió su acción, ambos entraron nuevamente al bar.
Baji intentó sonreír cuando vio a Chifuyu tirándole maní a Mitsuya. Kazutora si que se burló.
No hicieron más que esperarte, sentados donde antes tú les habías visto. Sobre todo Baji iba revisando su móvil cada minuto por si le mandabas algún mensaje o le llamabas. Al parecer y según le contaron, hace un par de minutos que no estabas en la pista de baile.
—Ustedes, plantitas.— Kazutora y Baji observaron a Chifuyu.— Esa cosa les deja los ojos rojos, parecen loquitos.— el rubio dejó caer su frente al mesón e intentó hacer una siesta.
—¿Crees que estará bien?— Kazutora tico el hombro de Baji para llamar su atención. El pelinegro aún estaba algo aturdido por todo.
—Si, confío en ella. Sabes que golpearía a cualquiera que quisiese hacerle algo, Tora.— Afirmó con total confianza Baji. Kazutora luego de asentir re siguió buscando con la mirada.— Tal vez solo fue al baño.
—Si, debe ser eso.
Ambos simplemente observaban a la gente pasar, esperando a que aparezcas. Solo bastaron cinco minutos para que se levanten a buscarte, no eran tan pacientes para este tipo de situaciones.
—¡Llegue!— te atravesaste en medio de su camino alzando ambos brazos. Kazutora y Baji soltaron un suspiro y golpearon su frente al mismo tiempo.— Uh, ¿que sucede?
—Nada, te íbamos a buscar porque ya es tarde.— Kazutora decidió hablar primero.— Baji no puede llegar tarde a su casa, ya sabes cómo es su mamá.
Baji le vio de reojo con una de sus típicas miradas asesinas. Reíste al verle.
—Está bien, podemos irnos ahora.— agarraste cada uno de sus brazos y los hiciste caminar junto a ti. Baji miró a Kazutora con seriedad.
—Espera un poco, estás arrugando mi chaqueta.— Baji te pidió deshaciendo tu agarre en su brazo. Le miraste un tanto extrañada pero seguiste caminando de todas formas. Fuiste hasta tus otros amigos y te despediste de cada uno de ellos.
Ya antes te habías despedido de Ran y su hermano, el cual conociste poco después de su alargado beso.
—Baji.— le llamaste viendo su espalda. Siguió caminando, yendo en busca de su moto para irse cuanto antes. Ya le había dicho a Kazutora que lo esperara en cierto lugar para luego incendiar vehículos.— Hey, Baji.
—¿Mhm?— encendió su motocicleta y volteó a verte. Estaba tan callado que te asustaba, no era común en el este silencio.
—¿Estás...?— te callaste al notarle de más cerca y ahora con las luces de la calle. Te acercaste a su rostro, en específico sostuviste sus mejillas para ver sus ojos.— Así que es eso... Fumaste con Kazutora.
—Si, un rato.— Aclaró mirando en tu cuello, no atreviéndose a ver directo a tus ojos. Ahora mismo no le acomoda a tu toque, pensaba en cómo acariciabas a Ran cuando estaban bailando.— Sube, _________.
—Está bien.— emitiste en un susurro. Baji bajó su cabeza y en consecuencia soltaste su rostro.— ¿Sucedió... Sucedió algo? ¿Estás enfadado conmigo?
—No, no estoy enojado contigo.— Dijo inmediatamente. Mordió gentilmente su labio inferior y observó la calle, viste su perfil y su ceño levemente fruncido.— Solo ya debemos irnos, es tarde. Podrías enfermar.
—Oh, está bien.— años de amistad no te engañaban, era obvio que estaba mintiendo.— ¿Iras a tu casa luego?
Montaste su moto, esta vez detrás de él. Baji comenzó a andar, aún estaba enojado, carajo. ¿Por qué ahora tenía la inmensa necesidad de golpear a Ran?
Posiblemente se ustedes se dieron más de un beso. Lo más probable es que ahora mismo tengas su número y apenas llegues a casa le mensajearías, o el a ti.
Y el seguía ahí. Siendo solo un amigo en tu vida.
—Baji, ¿me estás escuchando?— tocaste su abdomen repetidas veces con tu índice, tu amigo carraspeó al poco rato.— ¿Irás a tu casa o no?
—No, debo ir a otro lado primero.
Le avergonzaba el hecho de decirle que iría a prenderle fuego a un automóvil desconocido. Tú sabías porque hacía eso y la verdad no quería explicar nada ahora.
Mierda, otra vez otro pensamiento cruel pasó por si cabeza. Ese tipo de seguro no tiene como actividad frecuente el quemar malditos autos a pesar de ser tan jodidamente maniático.
Tú simplemente asentiste a lo que dijo. No ibas a ser chismosa y preguntar más detalles, no te correspondía.
—Gracias por traerme.— al llegar fuera de tu casa te bajaste de la moto de inmediato, no querías que Baji ocupe más de su tiempo contigo.— Y llevarme, claro esta.
—De nada.— recargó sus pies en el concreto y sostuvo su moto con ambas manos en el manubrio. Te abrazaste a ti misma cuando un frió te azoto ferozmente. Miraste a Baji una vez más.
—Bien, cuídate Baji. Luego hablamos.— el asintió, aún sus ojos estaban rojos a pesar de que a él no le afectase tanto el fumar. Te sentiste extraña cuando no sonrió.
Siempre era de lanzar aquellas sonrisas discretas o el decirte apodos lindos. Sobretodo cuando te venía a dejar a casa, hacía notar que intentes soñar con él. Siempre diciendo bromas y riendo contigo.
El verle con sus cejas relajadas, sus puños apretados y como su lengua punzaba su encía provocando que un pequeño bulto se forme bajo su nariz, te mantuvo inquieta. Por esto te aproximaste nuevamente y dejaste que tu mano fuera a su brazo, intentaste hablarle.
—Carajo, no me toques... Ahora no, ________. — Baji inició hablando exaltado para luego ir bajando su tono y apenas susurrar tu nombre. Había llevado su brazo lejos de tu agarre, quería alejarse de ti por esta noche. No aguantaba el que varias imágenes impactarán con su mente cuando apenas y le rozabas con tus manos.
No debía alterarse pero era difícil. El no pudo hacer nada, su plan había fracasado.
Ahora debía aguantarse con cada vez que te vea el recordar su fracaso, su maldita mala suerte y el como debía estar enamorado de ti en secreto. Se le hacia tan difícil hacer algo por segunda vez cuando la primera fracaso enormemente.
Ya se desilusionó y no quiso intentarlo otra vez.
—Perdón, solo estoy algo nervioso.— decidió murmurar con mayor calma. Sus codos presionaron el manubrio y escondió su rostro ahí.— Mierda, soy un idiota. ¿Que carajos estoy haciendo?
—Deberías irte.— diste unos pasos hacia atrás, aun quedando en como se alejó de ti. Baji miró en tu dirección, movió sus manos para poder verte al fin. Se notaba nervioso.— Luego hablamos, cuando se te pase todo... Esto.
Sin esperar respuesta diste media vuelta y entraste a tu casa.
Baji siguió ahí durante un minuto, estaba aturdido aún. Su enojo y los celos le jugaron una malísima pasada. Se sentía la peor persona del mundo.
Primera vez en su vida que actuaba tan cobardemente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top