Kazutora Hanemiya
Capítulo no corregido, por la emoción lo terminé y lo subí de inmediato
—Bebé, cierra esa boquita hermosa preciosa lindisima —. Canturreó cada vez en un tono más amoroso y agudo—. boquita linda de mi amorcito lindo, ¡ah! joder, __________ es que es imposible decirte algo serio o enojado, si eres una mujer tan preciosa y ... —. se golpeó con su puño en el muslo, todo mientras conducía el automóvil—. ¿Sabes que me gane la lotería contigo, no? habla todo lo que quieras, cariño, quéjate todo el día tal como haces. Me encanta eso.
Y si amigas y amigos, el era tu novio. Kazutora Hanemiya, un sexy ex convicto ah, no se crean, solo estuvo un tiempo en un centro de detención juvenil, exactamente 2 cortos añitos. O así lo decía el, poco tiempo al fin y al cabo.
A decir verdad, a pesar de que en un inicio te daba un poco de miedo todo lo relacionado a él, decidiste atreverte por primera vez en tu vida. Empezó siendo un poco de adrenalina, deseabas saber que pasaría si harías un acercamiento poco formal y a medida que iban conociéndose era que tú llama de curiosidad se iba poco a poco haciéndose más grande. Afortunadamente todo resultó extrañamente bien, absolutamente todo fluyó de una forma casi irreal para ti y tus cercanos. Pues es cosa de sumar dos más dos, el; un chico tatuado y teñido, partícipe de pandillas desde que era un niño, amigo de criminales y por si fuera poco, culpable de un asesinato accidental, era todo muy de pelicula para ser real, nadie creía en que funcionaría.
Nadie creía que tuviesen una relación sana, una relación recíproca en todo sentido. Pero si, aquí estas unos cuantos meses después, seis para ser exactos, en un automóvil de Kazutora el cual compro exclusivamente porque te daba pánico su motocicleta y él deseaba con todas sus fuerzas llevarte de paseo a muchísimos lados del país.
Era una pareja amorosa, a veces hasta de sobra, confiable, fiel, empatico, respetuoso, tenían buenísimo sexo, había complicidad absoluta y en momentos eran como mejores amigos, no sólo novios.
Entonces... ¿cuál es el pero?
Kazutora era muy cercano a sus amigos, amigos que actualmente son pandilleros, así como él pero estos están aún más involucrados. Y este no es el pero total, el PERO en mayúsculas es esto; es amigo de tu ex.
Y no, no, no, no de tu ex el que terminaron bien, sino el de la relación tóxica. Terminaron en malos términos, hasta bloqueados en toda red social incluido gmail.
Fue una época difícil, oscura, y bueno, para justificar aquel comportamiento también se podría decir eran jóvenes... pero bien, el tema es que terminaron fatal.
Tu novio era muy cercano a todos los de la ToMan, a veces salían juntos a hacer idioteces o a planes más normales que consistían en cenar en algún lugar o joder en un parque de diversiones para recompensar el tiempo perdido en su adolescencia. Un par de veces hacían reuniones las cuales te invitaban, a veces era incómodo, e inclusive algunos como Mikey te invitaba solo para burlarse internamente de aquel ambiente tenso y las caras incómodas de todos. El líder te caía bien pero más de una vez pensaste en imitar su famosa patada y que ops, le llegue en el rostro. ¡Pero hey! Tenías una buena relación con todos en general.
Con Chifuyu por ejemplo, tenían muchos gustos en común así que podían pasar hablando durante horas; o Takemichi, él era bastante amable contigo y siempre intentaba que te sientas cómoda sea donde sea. Smiley y Angry también tenían muy buena relación contigo, igual que Hakkai, los tres te divertían bastante.
Y Draken... bueno, Ken Ryuguji era tu ex.
Si, si, muy lindo y todo, pero ¿recuerdas lo que pasaste con él?
Devolvamos el tiempo unos años...
...
—¿Entonces así será?—. cruzaste tus brazos, apoyándote en uno de tus pies más que del otro. Draken se mantenía con la mirada fija en frente, al parecer la pared estaba siendo más interesante que su novia—. Draken, no me dejes hablando sola. Ni me has mirado en todo este rato.
Le oíste soltar aire por la nariz, casi desganado.
—___________, estas exagerando—. decidió verte a los ojos.
—¿Estas bromeando? —. repetiste por tercera vez en la charla, aún sin poder creerlo—. Estás cumpliendo años y prefieres ir donde Emma, te parece que estoy exagerando cuando yo soy tu maldita novia. ¿para que carajos me pediste ser tu novia si te vas a comportar así?
—Tenía planeado esto desde mucho antes, no es que sea algo de último momento —. habló seriamente, aún mantuviendo su mirada en ti. A pesar de que se conocían bastante, en sus ojos no podías identificar que sentía en este momento. Solo estaba riguroso, creías en ese segundo que estaba siendo cruel.
—Tenías planeado hacer planes con otra chica en ves de conmigo, lo entiendo draken. Pero ¿sabes que? no es primera vez que me haces algo así —. Te diste una media vuelta, dejando de verle ya que no podías soportarlo, si le mirabas más podías jurar que te romperías completamente—. no quiero ser una perra contigo, realmente estoy intentando... conversar, ok... pero
Mordiste tu labio inferior con fuerza, casi llegando al límite en el cual este se rompería sin más de una forma punzante. Recordaste en ese momento cada momento en el que te había dejado de lado, y no, no solo porque ponía a la pandilla o a Mikey sobre de ti, sino porque debía ayudar o simplemente hacer algo para quedar en buenos términos con la media hermana de su líder. Y bien digamos que ya te habían dicho rumores de su extraña relacion, hasta sus "súbditos" de pandilleros que tienen te han mencionado que creían que no eras su novia gracias a lo cercano que se veían Ken y Emma.
—¿Por qué no simplemente... —. Te volteaste nuevamente, dando cortos pasos hasta quedar a centímetros de los pies de Draken. El se encontraba en su silla de escritorio, sin inmutarse del todo—. dejas de ser un maldito cobarde y le dices a esa que estás jodidamente enamorado para que así te tome en cuenta de una vez?—. Ken apretó sus dientes, su mandíbula definiéndose más de lo normal—. Porque deja de negar lo innegable, te mueres por ella.
Hubo un silencio tortuoso, te quemaba por dentro toda la situación. A pesar de que te gustase Draken, no eras tonta ni mucho menos podías mentirte a ti misma de la situación.
Luego de aquello, y sin palabras de negación por parte de tú entonces novio, te fuiste a tu casa. Luego de unos días, él volvió a visitarte y te pidió otra oportunidad.
Y claro, tú tan obediente y fiel a tus decisiones, se la concediste.
Oh, y ¿sabían que pasaba con sus reconciliaciones?
—Ah... Ken, así —. el extasis te recorrió toda la espalda hasta tu cuello, te arqueaste y sujetaste con tus brazos su cuello mientras te aferrabas al rubio de una forma u otra. Sus embestidas, duras y con un ritmo pausado, a pesar del ambiente erótico y los roces calientes, no eran realmente tu debilidad. Pero era tu pareja, lo querías, así que te adecuabas a su ritmo. Draken gimió en voz baja, escondiendo su rostro en tu hombro para luego moverse y dejar su mejilla plasmada en tu piel.
Sus embestidas siguieron como tal, las manos del chico soltaron tus caderas y se sujetó del respaldo de la cama, desde ahí su ángulo fue más amplio y te pudo golpear con mayor rudeza. Todo fue duro y a su ritmo, al ritmo de Ken.
Cuando llegaron al clímax de inmediato suspiraron hondo, Ken se acosto a tu lado dando fuertes respiros y sujetando su frente con una mano, intentando recomponerse. A su lado, decidiste estirarte y alcanzar las mantas para taparlos a ambos, y luego de voltearte hacia él le abrazaste suavemente. Envolviste tu brazo en su abdomen y tu mejilla se apoyó sobre su pecho, que aún subía y bajaba agitadamente. Cuando tu novio pudo tranquilizar su ritmo, se removió.
—Ken, ¿te apetece otra ronda?—. sonreíste al proponerlo, dejando de apoyarte sobre su pálido pecho y alzando el rostro para alcanzar a ver cómo tenía sus ojos cerrados, intentando dormir.
—Estoy cansado, _________. Tal vez mañana.
Lo aceptaste, al fin y al cabo ya era muy tarde. Esas situaciones ocurrieron un par de veces, y al final de su relación concluiste que realmente a Draken no le llamaba la atención acostarse contigo, por eso no se veía realmente entusiasmado y su desempeño era casi por hacerlo, por compromiso, a que por pasión.
Pero eso no era todo lo que recordabas de su relación, hay otra parte.
Por los dramas que tenían en su pandilla muchas veces la policía visitaba su casa y la tuya en sus búsquedas por Draken o Mikey, constantes visitas que eran cada vez más recurrentes. Sus salidas a la casa de Mikey a las 11 de la noche también las sabias, o el desprecio que te dedicaba Emma en los momentos los cuales se encontraban por casualidad en las calles. Las veces que Ken te llamó Emma. Y por supuesto la guinda del pastel, como te excluía de su jodida vida personal, como escondía información o omitía detalles.
Hubieron un sinfín de discusiones entre ustedes, tal vez no al nivel de toxicidad como para preocuparse pero era de igual forma tóxico todo. Al final sentías que eras solo su pasatiempo, y a quien buscaba para que cure las heridas.
En fin, eso terminó hace años, le terminaste hace años porque estabas cansada de él y lo que te hacía pasar, e hiciste algo del cual no sabes si estás arrepentida o no.
Cuanto la ToMan tuvo una crisis, ocurrieron problemas los cuales ni te esmeraste en saber pero hubo algo grande, algo significativamente importante para draken y justo ese día decidiste llamarlo para terminarle. Fue algo breve.
—Ken, te llamo para terminar con esto. No puedo seguir contigo, a pesar de que te dije que estaria junto a ti durante mucho, lo siento pero me superas. Toda tu podrida vida me afecta, y no seguiré aguantando esto. No me respondas, no me llames ni me busques cuando necesites apoyo emocional porque no estaré para ti desde ahora en adelante.
Algo breve, conciso, justo. Hablaste claramente y sin tapujos, sin dudas, no tartamudeaste ni balbuceaste en sí, nada, ningún sonido más allá de tus palabras.
Y luego de dos años, conociste a Kazutora.
Kazutora Hanemiya, un chico que tuvo un sinfín de problemas, problemas emocionales. Pero que desde el primer momento que te cruzaste por su camino, te ha elegido.
—Entonces, cariño, ¿ya elegiste donde ir?
Fingiste piensas, esbozando un mmmmh bajito, apenas audible. Tu novio sonrió y alzó su mano para pellizcar levemente tu mejilla, volteaste e intentaste morderle. Él chilló.
—¡Hey! ¿por qué me haces ñam?
—Ops, yo creo que debemos ir a comer una hamburguesa —. concluiste asintiendo con la cabeza a la vez. Te vio de reojo —. quiero un McDonalds.
—____________ fuimos a McDonalds ayer —. soltó en medio de una carcajada. Te volteaste a verlo indignada—. ok, ok, bebé. Vamos por unas ricas hamburguesas. ¿Las quieres con nuggets extra?
—Siii —. tu afirmación le hizo saltar, rápidamente sujeto bien el volante y se fijó rápidamente en el camino—. quiero nuggets y unas papitas grandes. Ah, y un jugo.
—¿Jugo de qué, amor?—. paró en un semáforo en rojo y se volteó para observar tu rostro.
—Mango—. le sonreíste, te devolvió la sonrisa—. y si no hay, entonces de durazno... ¡o naranja!
Rió con diversión al observar tu emoción, y como tu rostro se iluminaba por algo tan sencillo como comida chatarra. Le encantaba eso. Kazutora asintió rápidamente, coincidiendo en tus gustos, y comenzó a andar en el vehículo. Eran las 19 hrs y sorpresivamente aumentó la temperatura en la ciudad, por lo que te dispusiste a amarrar tu cabello. Bajaste el espejito que estaba sobre el asiento del copiloto y con tus manos comenzaste a peinar tu cabello lo más posible. Tu novio te vio de reojo, observándote de vez en cuando a los momentos que podia.
Al observar que quedaba un poco mal, frunciste el ceño y tú boca se curvó en una mueca, maldeciste en voz baja y volviste a peinar tus mechones delanteros. Kazutora relamió sus labios con sutileza, en un semáforo en rojo bastante largo pudo observar tu proceso de painar y amarrar tu sedoso y bonito cabello. De un segundo a otro pudo imaginar muchas cosas inapropiadas, solo con aquella acción tuya. Cuando terminarte te volteaste a verlo para mostrarle, pero fue demasiado tarde; en aquel momento sentiste como se acercaba a ti y dejaba un fuerte y húmedo beso a un costado de tu cuello descubierto.
—No sabes la escena que pasó por mi cabeza mientras hacías eso —. susurró en tu oído antes de separarse con lentitud. Una sonrisa coqueta apareció en su rostro, mostrando mínimamente su dentadura blanca. Su mirada se volvió a enfocar en el tráfico y siguió su camino, no sin antes dejar que una mano deje el volante y se escabulla sobre tu pierna—. me gusta mucho como te ves con el cabello así, pero más me gustaría sujetarlo, cariño.
—¡Kazu! solo tengo calor —. tu sonrojo se expandió por todo tu rostro causando que él chico gimiera en satisfacción.
—Yo también tengo calor ahora —. susurró con voz grave, moviendo su palma por tu delicada piel con aquellos sutiles y suaves caricias. Observaste tu pierna, mirando aquella mano cubierta de algunas venas visibles y de un tatuaje oscuro. Tragaste saliva—. ¿te estoy poniendo nerviosa?
—Claro que si, amor —. susurraste aún con timidez. Su mano no dejaba que te concentres en el presente, solo podías apreciar como cada caricia te daba una sacudida de pura emoción—. aún... con solo que me toques me pongo nerviosa, perdón.
—__________ —. susurró con un toque de egocentrismo, dejó un firme apretón a cuando llegó a tu muslo—. no puedo mantener mis manos lejos de ti, es inevitable. Me gustas mucho.
No podías más con los nervios, estabas realmente inquieta ya que no esperabas que de un segundo a otro te pudiese desear tanto. Llevaban unos meses de novios pero joder aún no te acostumbrabas a su toque, era algo totalmente diferente a todo, solo su mano o su cercanía al momento de verte a los ojos y lograr tocar sus narices juntas, todo eso provocaba un mar de emociones en ti. Tu mente automáticamente dejaba de funcionar sin más.
La mano del chico subió un poco más por tu muslo, tú vestido en aquel momento se arremangó sin querer. Aplanaste tus labios en una fina línea y desviaste la mirada, tu sonrojo se afianzó. Paró antes de llegar a tu ropa interior, en ese momento Kazutora soltó una leve maldición y retiró su mano con pesar. Creíste que lo dejaría estar pero rápidamente sentiste su misma mano en tu nuca, subiendo hasta sujetar tu coleta justamente el inicio. Su palma se enredó en tu cabello sujetándolo, abrazando de igual forma el elástico que lo mantenía en una coleta. Te congelaste, tú corazón comenzó a ir a mil por hora y tú mente comenzó a preguntarse por qué te gustó tanto esa acción
—Perdona, linda —. Abriste los ojos cuando de un movimiento aparco el automóvil hacia la derecha a mitad de un callejón sin salida. Te giraste a verle instantáneamente—. necesito besarte ya.
Y sin más se abalanzó hasta tu asiento. Su mano que te mantenía sujetada la acercó a sí provocando que su boca se encuentre con la tuya de una manera feroz. El choque hizo que tus labios sintieran una breve molestia la cual poco a poco se convirtió en humedad pura a causa de la lengua de tu novio. Mojó tus labios para luego separarlos y adentrarse en ellos, su mano te sujetaba más hacia él; no decidiendo si llevarte a su asiento o simplemente ir por mas y acorralarte en el tuyo. Gemiste en mezcla de sorpresa y calentura una vez que eligió la segunda opción, impulsándose su mano libre la ubicó bajo tu blusa y agarró con firmeza tu cadera.
—Me fascina cuando gimes para mi —. susurró en voz baja y profunda contra tu boca, gemiste en respuesta a lo que te respondió con otro gemido de satisfacción, mantuvo su mirada fija en tu boca entreabierta—. hazlo solo por mi, y para mi.
Mordisqueó tu labio inferior y rápidamente se acercó hacia abajo, cuando sus dientes atraparon tu cuello y a la vez su mano subió para agarrar tu pecho fue que volviste a emitir aquel sonido que el tanto amaba. Su mano en tu cabello la movió a un lado, logrando que dejes tu cuello totalmente expuesto a sus labios y lengua. Tus manos se encontraron con sus amplios hombros, redondeados y firmes a causa de un entrenamiento frecuente, apretaste su espalda por sobre la camiseta negra. Kazutora se inclinó más abajo de ti, en ese entonces ya tenía su rodilla sobre su asiento para mayor comodidad. Ni notaste cuando subió tu blusa y comenzó a dejar besos húmedos en tu abdomen, subiendo hasta el borde de tu brasier por entre tus senos. Ahí lamió con su lengua plana, humedeciendo tu piel y dejándola levemente brillosa.
Su respiración provocó cosquillas mientras dejaba besos en tu piel, acariciaste su cabello con delicadeza a lo que le mirabas con una sonrisa, Kazutora no solo estaba actuando por calentura sino que lo llevó todo aquello a algo más tierno y de puro cariño. Estuvo unos segundos besando tu piel y dejando pequeñas lamidas tentadoras, unas más extensas que otras pero al fin y al cabo igual de tiernas.
—Diria que quiero omitir las hamburguesas de momento pero debes comer, __________ —. susurró tranquilo, subiendo su rostro para finalmente observar tus ojos frente a frente—. ¿que prefieres, bebé?
—Creo que mientras más rápido vamos por las hamburguesas, más rápido podremos llegar a casa —. le miraste lascivamente, envolviendo tus brazos en su cuello antes de dejar un tierno beso en sus suaves labios. El de cabello oscuro soltó un mmh lo suficientemente sexy como para acercar tu pecho hacia el auto y volver a besar su boca.
—Me parece buena idea —. asintió con la cabeza a lo que se mantenía cerca de tu boca. Sus ojos claros miraron con deseo tus labios entreabiertos, no pudo evitar dejar una lamida en ellos antes de sonreír—. eres una chica astuta, me encanta—. halagó con un toque de diversión, aún sonriendo coquetamente. Le diste un guiño en respuesta.
Le costó quitar las manos de tu cuerpo y más aún de enderezarse en su asiento. Todo de ti le llamaba a más y era tan jodidamente intenso que muchas veces debía controlarse.
—Jooder...—. te dio un último vistazo, chillaste en sorpresa cuando te dejó un beso sobre cada pecho antes de enderezarse en su asiento. El comenzó a reír—. lo siento, en mi defensa me he estado controlando mucho —. dejo un vistazo breve a sus pantalones, o más bien a algo entre sus piernas. Observaste de igual manera —. hey —. se quejó, poniendo su mano sobre su bulto ahora más pronunciado que antes.
—Mmh, tal vez podríamos demorar un poco en ir por esas ricas hamburguesas —. tarareaste. Sentiste una mirada casi de inmediato. Tus dos manos fueron a tu coleta y afirmaste bien aquella cola que habías hecho antes. Kazutora te observó con las cejas levantadas, una sonrisa comenzó a nacer cuando te vio acercarte directamente hacia su entrepierna. Su mano de inmediato fue a sujetar tu cabello.
—Eres una chica tan astuta...
Hellooooooo, les dejo este capítulo que hice en dos días porque tenía un poquito de inspiración 🤸🏻♂️ jeje. Como saben tengo muchísimos capítulos sin terminar, así que no se desanimen, seguiré publicando. Las amo.
Oh y otra cosilla, les agradecería si pudieran votar dejando estrellita en este capítulo yyyyy si releen algún otro también. Muaaaaaaaaaak.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top