Kakucho Hitto

Antes de este capítulo iba a subir uno que se titulaba "Viviendo con Tenjiku" pero terminé este antes:)
Pero para que se hagan una idea, se supone que todos conviven juntitos.







Kakucho
¿Puedo ir a verte? 🥺

________
Kaku, sabes que puedes venir cuando quieras

Kakucho
De todas formas prefiero preguntar antes

________
Si puedes venir, Kaku<3

Kakucho
Voy en un momento, espérame 🥺

Kakucho
Tomaré una ducha y voy<3 🥺

_______
Bien, te espero

Sonreíste a como escribía, era tan tierno.

Te acomodaste más en tu cama, separaste una de tus felpudas mantas y te cubriste con ella. Seguiste viendo tu móvil el tiempo necesario para esperar a Kakucho.

En unos pocos minutos ya observaste como la puerta de tu habitación se abría casi lentamente. Su rostro se asomó y sonreíste al ver a Kakucho buscándote con la mirada.

—¿Toc toc?— preguntó Kakucho. Alzaste una ceja en su dirección, el solo sonrió levemente dejando ver sus blancos dientes.

—Puedes pasar.— dejaste el móvil en la mesita de un costado y te sentaste correctamente sobre la cama. Al tocar el colchón a un lado tuyo, Kakucho cerró la puerta despacio y se tiró a tu cama. Reíste cuando sus brazos buscaron tu cintura y te abrazó, su rostro apoyándose en tu abdomen.— ¿Que sucede?

Acariciaste su nuca. Se encogió de hombros a tu pregunta y siguió abrazándote.

—Nada.— afirmó moviendo su rostro, su mentón presionó tu abdomen y él observó a tu cara. Dejaste de apoyar tu nuca en el respaldo para inclinarte y mirarle.— Solo abrazo a la chica que me gusta.

—Quien diría que antes nunca me hubieses dicho eso.— bromeaste apretando su mejilla con tus dedos. Kakucho se sonrojó.

—Sanzu con ser tan directo literalmente me pateo para que acepte todo esto.— admitió Kakucho un tanto avergonzado.

—Izana también ayudó.

—Si, el jefe también ayudó a que lo sepas.— Ambos rieron, cómplices.

Mientras te miraba hacia arriba acariciaste su mejilla cariñosamente. Tu pulgar acaricio la comisura de su boca, un tanto extrañada agachaste tu rostro para verle mejor.

—¿Que te ocurrió en la boca?— inquiriste frunciendo tus cejas, viendo fijamente una esquina de su labio inferior. Kakucho de inmediato relamió aquel lugar.

—Nada, no es nada.— Kakucho apoyó sus codos a cada lado de ti e intento levantarse, separarse para que no sigas viendo su rostro.

Estiraste tus manos y atrapaste su cara, Kakucho te vio con asombro. Lo detuviste e incluso lo acercaste a ti y el movio sus manos más cerca, ahora presionaba el colchón con sus brazos casi tocándose con los tuyos.

—No me mientas, idiota.— sonrió a tu enojo. Se notaba tu preocupación y eso le encantó.— Tienes herido el labio y...

Tocaste más piel de su rostro, rozaste su cicatriz y fuiste a su ceja, ahí también tenía un poco raspado. Tus cejas se iban frunciendo cada vez más, estiraste tu boca con molestia.

Kakucho se sentía realmente sonrojado, sus mejillas arder casi por acción propia al sentir tus manos sosteniendo su cara y tocando su piel. Y sumándole la escasa distancia que tienen ahora mismo, podía jurar que con un mínimo movimiento podrían besarse.

—¿Izana buscó problemas otra vez?— preguntaste esta vez mirando sus ojos diferentes. Kakucho cerró un ojo y arrugó su nariz, una mueca que afirmaba la pregunta con cierto pesar.— Ese chico es demasiado impulsivo, y lo peor es que terminas tu peleando también.

Kakucho se sintió regañado, aún así asintió con la cabeza. Claramente el siempre iba a ayudar a Izana.

—Al menos pudieron haberme invitado, egoístas.— soltaste más enfadada.

—No.— habló de inmediato.— Fue algo estupido, no quería que resultes dañada por un plan bastante loco e innecesario.

—Eso que llamas innecesario te dejó herido.— te burlaste de él alzando las cejas, viéndole con ironía. Kakucho sonrió, tenías razón.

Aunque él se haya dejado golpear un par de veces a propósito, si tenías razón.

—Pero ya pasó, no fue nada.— afirmó más sus manos contra el colchón, no quería moverse siquiera un centímetro para que tus manos dejen de tocar su rostro. Le agradaba que le tomes en cuenta.— Solo fueron unos rasponcitos...

—A la próxima me dicen. También soy de la pandilla y quiero participar en cualquier idiotez.— Le viste seriamente. Kakucho asintió luego de mantener tu mirada un rato.— Bien, ¿ya curaste las heridas cierto?

—Si claro, sino no podría besarte.— Kakucho luego de sonreír se inclinó más cerca de tu rostro para dejar un leve beso en tu nariz. Enrollaste tus brazos en su cuello y le tiraste más cerca.— No tan fuerte que me sacas la cabeza, ________.

—Shhh.— jugaste abrazándole. Kakucho dejó caer su mejilla en tu pecho, muy cerca de tu cuello. Ambos se abrazaron en esa posición, solo el torso de Kakucho estaba sobre al tuyo, sus piernas yacían juntas a un costado de tu cuerpo.

Aún no habían tenido su primer beso.

Kakucho quería hacerlo correctamente, un momento especial. Ya lo había aclarado apenas tocaron el tema. Era increíble como hablaban de ciertas cosas siendo que aún no eran novios formales, él estaba esperando también el momento adecuado para esto.

Era una ternura, a pesar de tratar ocultarlo frente a los demás.

—Hmm.— gimió de satisfacción a las caricias que dabas en su cuello y cabello recortado. Afirmó más sus brazos alrededor de ti.— Me harás dormir... Esto es relajante.

—Entonces hablemos.— Kakucho se acomodó más.— ¿Cuando me darás un besito?

—Pronto.— sonrió travieso contra tu piel, lo notaste de inmediato.

—Oh vamos, no es necesario que hagas algo realmente especial para eso.— Kakucho movió su cabeza, negando a lo que decías.— ¿Y si te robo un beso yo?

—Oh no, ni jodas.—escondió su rostro y lo desvió al lado opuesto de tu cara.— Quiero que sea inolvidable para ti, aún tenemos tiempo de hacerlo bien.

—Pero que estricto, Kakucho, no me lo esperaba de ti.— bromeaste pellizcando levemente su mejilla, él se quejó y restregó su nariz en la base de tu cuello.

—Al menos el primer beso que yo te daré debe ser especial. Memorable.— afirmó en tono seguro.

Yo quiero beso ahora, ayuda

—Entonces acércate y yo te daré un beso.

Claro, el dijo "el primer beso que yo te daré". ________ que crack eres.

—Que verguenza, ________.— Kakucho soltó leves carcajadas al tiempo que se acomodaba cerca de tu cuello, su nariz rozaba casi con tu mandíbula cuando te inclinaste a verle.

—¿Vergüenza? Vergüenza sería que te bese delante de los chicos.— Kakucho comenzó a negar con terror.— Delante de Sanzu, Rindo y Ran.— Kakucho soltó un "eres malvada".— Digo la verdad, eso sí que podría darte vergüenza. De ser por mi, no me avergonzaría nada que tenga que ver contigo, Kaku.

—Que lindo sonó eso.— masculló, le viste sonreír. Estiró sus labios bastante tentadores para ti y dejó un beso a un lado de tu cuello.

Acariciaste detrás de su cabeza, su nuca, y te guiaste hasta su frente, casi en su cicatriz. Kakucho disfrutaba plenamente tus caricias, apostarías que podría ronronear sin problema alguno.

—Todo lo que digo suena lindo.— alardeaste sin pena alguna. Kakucho dejó salir otras carcajadas leves, relajadas.

—Hasta cuando insultas... Tus frases como " Te voy a cortar las bolas y asarlas, maldito cabron idiota" suena realmente lindo. Bastante tierno.— recordó tu pequeña pelea con Sanzu. Reíste, más exageradamente que el.

—El se lo buscó... Ese día había entrado a mi habitación sin pedir permiso ni nada.— Kakucho calmó su risa.—¿Y sabes que es lo peor?

—No me digas que el imbecil te vió desnuda.— soltó Kakucho más enfadado que asombrado.

—¿Qué? ¡No!— te carcajeaste de su tono tan serio.— Fue a quitarme mi peine. ¡Sólo era para cepillarse su cabello! Es un idiota.

—Ah, eso era.— Kakucho comenzó a reír esta vez con mayor diversión, y alivio, claro esta.

Siguieron estando abrazados, tú nuca seguía apoyada en el respaldo mientras Kakucho pegas su torso al tuyo, abrazándote. Una de sus piernas se entrelazó con las tuyas provocando una risita en ti.

—Hey, ________.— de repente la puerta se abre sin más y se asoma Rindo.— ¿Sabes donde está Ran?

Kakucho y tú le miraron molestos.

—Mmm, si, me dijo que iría a ...— fingiste pensar, colocando tu índice bajo tu barbilla.— Vete, Rindo.

—Gracias por la inexistente ayuda.— soltó Rindo. Hiciste ademán de levantarte de la cama y este huyó cerrando la puerta de un portazo. Kakucho echó a reír.

—Este idiota... Todos ellos entran como si nada a mi habitación.— te quejaste volviendo a relajarte contra tu cama. Kakucho tomó tu mano para llevarla a la cima de su cabeza nuevamente. Le acariciaste.— Malditos cabrones de mierda.

—Hey ya, relájate, linda.— susurró en tono bajo, se apoyó con sus codos para dejar un suave beso en tu mejilla y volvió a apoyar su mejilla cerca de tu cuello, sus brazos envolviéndote por detrás de tu espalda.— El imbecil ya se fue.

—Si, claro que se fue... Si vuelve me levantaré a tirarle un zapato por la cabeza.— Kakucho rió a lo que decías.— Ni se digna a tocar la puerta. Podríamos habernos estado liando y al idiota le importaría una mierda. Le diré a Ran para que lo golpee.

—Eso ya no sería posible. Pondría seguro a la puerta si hubiésemos estado besándonos en tu habitación.— Dijo Kakucho pensando la situación.

—Créeme que a Rindo le importaría poco. Se las arreglaría para entrar y preguntar.— declaraste seriamente. Aún no lo hacía y ya estabas enojada.

—Puede que tengas razón.— coincidió Kakucho, bastante pensativo aún.

—Además tampoco sería posible, teniendo en cuenta que ni quieres que nos besemos.— soltaste sutilmente. Kakucho de inmediato descubrió su cara y se alzó para quedar frente a frente contigo.

—No es que no quiera, no digas eso.— te regañó frunciendo un poco sus cejas, observándote de cerca.— Solo digamos que quiero que nos besemos lejos de aquí, en una cita. Si quiero besarte solo que estoy aguantando de hacerlo, incluso justo ahora podría...

—Estaba jugando, sé que no puede ser ahora.— desviaste la mirada por unos segundos, simplemente fijándola en la ventana junto a ustedes, mirando que ya estaba oscureciendo. Kakucho siguió observándote por unos segundos, la verdad el no sabía si estaba siendo demasiado estirado con todo esto o si estaba molestándote.

El no había estado en una relación así antes por lo que no sabía mucho de estas cosas.

Pero si era cierto que te molestaba de cierta forma, al menos un poco y muy en el fondo de ti. Solo le pedías al menos un simple beso, siquiera el más corto posible para saber cómo sería la textura de sus labios junto a los tuyos. Una petición que Kakucho no quería aceptar.

Tal vez ambos estaban siendo exagerados.

Kakucho vio hacia atrás en dirección a la puerta cuando esta fue golpeada.

—Es Izana.— mencionaste incorporándose un poco. Kakucho se movió hasta quedar recostado a tu lado, rápidamente te levantaste y fuiste a abrir la puerta.

—_________ te necesito ahora mismo.— habló rápido Izana. Dejaste la puerta abierta mientras ibas al ropero por la chaqueta de la pandilla. Izana se asomó a tu habitación.— Oh, hola Kakucho.

—Hola.— saludó con una leve sonrisa. Colocaste la prenda de vestir y tus zapatillas, antes de salir con Izana te giraste hacia Kakucho.

—Nos vemos luego, Kaku.— le diste una gentil sonrisa y él se despidió de la misma manera, sin intento de hacer más. Te giraste y seguiste a Izana, mientras caminaban él te iba contando el trabajo que debían hacer ahora.










Un maldito cementerio. Izana me trajo a un puto cementerio

—En el aniversario de los Black Dragons nace la 11va generación.— Masculló Izana junto a ti, ambos acercándose a otros dos chicos que estaban frente a una tumba.— Que interesante.

Rápidamente el chico con cabello más claro se giró y observó plasmado a Izana. Tu ni le conocías así que mantuviste tu semblante serio, después de todo eras de Tenjiku y ellos de la ToMan.

—¡Tu eres Hanagaki Takemichi!— habló Izana en medio de una sonrisa. Te daba gracia como sonreía, prácticamente ni se notaba lo malintencionado que era.

—¡Izana bastardo!— Gritó el de cabello más claro, quien no era Takemichi. Se acercó a Izana repentinamente y como es tu líder, te interpusiste en su camino. Aquel chico quedó desprevenido al ver como defendías a Izana.— ¿Que le hicieron a Koko?

—No importa lo que hagas, el fue quien decidió unirse a Tenjiku, ¿lo recuerdas?— explicó Izana detrás tuyo, viendo sobre tu hombro a aquel rubio.—Relájate y aléjate de ________ ¿quieres?— el chico intentó acercarse para intentar algo contra Izana pero te mantuviste firme.— Solo vinimos a visitar la tumba de mi hermano.

—Espera, Inupi.— Takemichi habló intentando que se tranquilice.

Inupi eh, anotado.

Suena gracioso

—Ahora que Kokonoi está con nosotros, no tenemos ningún asunto con ustedes.— siguió hablando Izana, manteniendo su tranquilidad sorprendentemente molesta.

Mierda...

Takemichi quedó observando en otra dirección, donde venia Mikey y su hermana.

Joder, reunión familiar, estoy en medio de una jodida reunión familiar.

Maldito Izana, ¿para eso me trajiste?

—¡Mikey!— chilló Takemichi completamente impactado. Mientras observabas que Inupi no se acerque a tu líder, Izana dejó su mano en tu hombro para que te coloques junto a él.

—Vaya... Hermanos, ¿también están aquí visitando la tumba?— cierra la boca Izana, estoy entrando en vergüenza absoluta.

—Takemichi, aleja a Emma de aquí.— Habló Manjiro Sano. Miraste a la chica rubia por un instante, ella igual te observó con atención y curiosidad.

Claro, estabas junto a Izana, su hermano. Tal vez pensó que eras su novia.

—Oh espera, Manjiro.— decidiste intervenir. Recibiste una mirada intensa de Izana pero no le tomaste atención, no querías aburrirte si te trajo aquí.— No deberías excluir a tu hermana, me gustaría conocerla.

Todos quedaron con la boca semi abierta a lo que dijiste. Era la primera vez que hablabas y dijiste aquello.

—_________.— te llamó Izana desde tus espaldas, te giraste a verle.

—Me trajiste a un aburrido y tenebroso cementerio, Izana.— le reclamaste en voz baja.— al menos déjame charlar con la hermana de tu enemigo que también es tu hermana, ¿no crees? Estoy malditamente aburrida.

Lo peor fue que te dejó ser. Acepto casi sin interés.

—Genial, dejemos a los líderes hablar un momento.— sonreíste perspicaz y te acercaste a Takemichi para dejar uno de tus brazos sobre sus hombros y luego andaste hasta la rubia.— ¿Como te llamas?

—Emma...— la chica giró su rostro para ver a Mikey aún plasmado y a Inupi viéndote extrañado. Llevaste a ambos lejos de Mikey e Izana, solo unos metros más lejos.

—¿Tu.... Eres?— Takemichi, quien era ya bastante conocido te vio con duda. Ahora dos pares de ojos estaban en ti.

—__________, soy de Tenjiku.— hablaste con calma.— pronto vamos a pelear con tu pandilla, Takemichi. Espero estén preparados y me diviertan bastante.

—¿Por qué estás con ellos? Te ves bastante agradable.— preguntó Emma.

Mmmh como lo explico?

—La verdad ni puta idea, flaca.— te sinceraste soltaste una risa.— cuando iba a visitar a mi hermano al reformatorio los conocí a todos esos idiotas. Ah, y me gusta un chico de la pandilla, también por eso sigo ahí.

—Awww que tierno.— A Emma le intereso lo que mencionaste y te vio con total ternura. Asentiste a su emoción, si sonaba lindo.

—Si pero bueno, de todas formas le patearemos el culo a la ToMan.— palmeaste la espalda de Takemichi y él te miró asustado.— Relájate, hombre, estoy bromeando. Al menos a ti no te haré nada, creo que Izana quiere golpearte, la verdad ni idea.

Takemichi tragó saliva con pesadez.

Miraste hacia en frente en dirección a la calle y viste como pasaba la moto de Hanma, iba con Kisaki.

—KISAKI CHÚPALA.— gritaste partiendo en carcajadas de alto volumen. Rogabas que te haya escuchado. Aún sin salir del cementerio soltaste a ambos.

Luego de sonreír por un microsegundo más te giraste hacia Izana, al parecer ya habían hablado de la fecha para su último encuentro.

—Ahora me voy, adiós.

Llegaste en un suspiro hasta Izana y tras mirar por unos breves segundos a Mikey e Inui seguiste al líder de vuelta a su casa. Izana durante todo el camino te regañó del como interrumpiste la conversación para decir semejante cosa.

Aunque igual preguntó qué hablaste con Emma, era un chismoso aunque no pareciera.









—Aleluya, se dignaron a aparecer.— Ran alzó sus brazos.

Entraste detrás de Izana, en el comedor ya estaban casi todos. Kakucho te buscó con la mirada, se notaba preocupado.

—¿A donde fueron?— preguntó Mucho. Miraste a Izana para que respondiera. Kakucho por otro lado frunció sus cejas un poco, el igual se lo preguntaba.

—A ningún lugar en especifico.—respondió Izana sacando su chaqueta y dejándola sobre una silla cualquiera.

—Uuuh, cuidado Kakucho.— se burló Ran mirando al nombrado con notoria burla. No miraste en su dirección, en cambio fuiste directamente a tu habitación. Necesitabas descansar luego de esa agitada tarde.

—________ espera.

Tus ojos se pusieron en blanco por un segundo antes de girar.

—¿Por qué no me saludas? ¿Que acaso dormí contigo o algo así?— miraste a Ran con notoria molestia, amaba sacarte de tus casillas.— Hoy no nos hemos visto.

—Mejor dile a tu hermano que no entre a mi habitación como un idiota. Ni toca la puerta.— le respondiste en cambio. Ran esbozó una mueca evidenciando molestia total, al menos él se dignaba a gritar que iba a entrar cuando irrumpía en tu habitación.

—Sabes que Rindo es bastante imprudente.— intento defenderlo para luego seguir mirando la televisión. Observaste como Muto se despedía de ti moviendo su mano y a Kakucho sonriendo ligeramente en tu dirección.

Al ver que no decía nada más fuiste a tu habitación para descansar un poco.



Kakucho
________, ¿estás despierta?

Kakucho
Hey🥺

Kakucho
Ow creo que estás durmiendo, lo siento.

________
Aquí estoy, si estaba quedándome dormida.

Kakucho
¿Puedo ir a tu habitación?

_________
Ya te he dicho que no debes preguntar. Claro que si puedes venir.

En apenas diez segundos la puerta fue abierta por Kakucho. Venia con una manta extra, la que un día le habías mencionado era tu favorita.

—¿Quieres dormir aquí?— preguntaste apoyando tu codo en la cama, levantando tu rostro de la almohada para verle mejor. Kakucho asintió y cerró la puerta.— Mejor cierra la puerta con seguro.

—Podrían malpensarlo...

—Déjala abierta entonces, mierda.— te dejaste caer contra tu almohada y moviste las mantas detrás de ti. Kakucho no dejó seguro y simplemente se acercó a ti, se recostó en tus espaldas y estiró la manta sobre ustedes. Era bastante caliente.

Intentaste dormir, cerraste ambos ojos sin pensar en nada en absoluto. A veces se te daba mejor dejar tu mente en blanco que idear algo para intentar dormir.

A tu lado Kakucho se notaba inquieto, no era de mover toda la cama pero simplemente lo notaste. Tras suspirar te giraste hacia el, Kakucho se mantenía mirando el techo con ambas de sus manos sobre su pecho. Observaste por un segundo su camiseta blanca, su típico pijama.

—¿Sucede algo?— preguntaste más suave. Kakucho negó.— Veo que tienes un moretón en el brazo, Kaku. Si gustas puedo ir por una crema o algo así.

Tocaste uno de sus bíceps, su brazo más cercano donde yacía un raspón bastante feo junto a un moretón. De seguro por la pelea que tuvo antes, que por cierto no te contó con quien había sido.

—No, ya me puse algo antes. No duele.— afirmó sosteniendo tu mano con la suya sobre su brazo.— Intenta dormir, no me sucede nada.

—Bien, buenas noches.—sonreíste un tanto adormilada y dejaste tus manos bajo tu almohada, intentaré dormir nuevamente.

Kakucho se giró para quedar frente a ti y movió las mantas, tapando tu espalda y hombros.

—Buenas noches.— respondió en voz baja, acaricio tu cabello durante un momento.

De la emoción al notar como te cubría con las mantas y por sus caricias, te incorporaste únicamente para dejar un ruidoso beso en su mejilla, no duro siquiera seis segundos cuando te separaste y acomodaste más cerca de él.

Kakucho rió ligeramente al ver como tu brazo envolvía su torso, quedando tu cara contra su pecho. Dejó su brazo extendido sobre tu cabeza y su mano libre fue a tu mejilla, dio leves caricias antes de intentar dormir.

Tal vez Kakucho se quedó varios minutos admirándote, simplemente embobado. Y de seguro, varias veces pensó en robarte un beso mientras tú respiración se tranquilizaba y mantenías tus ojos cerrados completamente.











La pelea de Tenjiku VS ToMan llegó.

Ocurrieron sucesos diferentes pero Izana si murió.

En ese entonces, observaste como tus amigos se entregaron a la policía, fue algo duro de ver.

Pero tú huiste, no te quedaste ahí para ir a prision o cualquier mierda parecida.

Viste a Kakucho caer junto a Izana, más no viste si él murió también. Se te fue un lío difícil de entender, solo hiciste lo que mejor hacías siempre. Correr lejos de ahí lo más rápido posible mientras lágrimas corrían por tus mejillas.

Desde que apareció un arma en tu campo de visión te entró terror. ¿Quien está con un arma en una pelea de jodidas pandillas adolescentes?. Odiabas las armas, te traían malos recuerdos.

Todos tus amigos lo sabían, por eso te afectó aún más el ver a Izana con una en mano. Aún así te quedaste ahí, presenciando un ocurriría. Viste como dispararon a Izana y Kakucho, los Haitani impidieron que vayas a verles, tal vez la policía podrían notar tus huellas ahí.

La ambulancia se escuchó y te fuiste. Los demás entendieron, después de todo ellos tampoco querían que tomaras la culpa.

Aún así, estuviste al pendiente del estado de Kakucho. Te contactaste con Takemichi, supiste que él le visitó en el hospital y un par de cosas más.

Mandaste unos cuantos mensajes de texto a Kakucho también hasta que fuiste a verle, te informaste de las visitas y esperaste aquel día con ansias.

A pesar de no querer ver a Kakucho en ese estado te armaste de valor.

Apenas abriste la puerta y te asomaste, Kakucho se giró a verte. Entendiste la ausencia de su sonrisa, en serio entendiste.

—Hola, Kaku.— cerraste la puerta detrás tuyo y te acercaste a la camilla, al notar su seriedad o cansancio, sin poder especificar su expresión, no te acercaste lo suficiente. Mordiste tu labio con nerviosismo y te sentaste a su lado, en el único asiento.

—Hola, ________.— respondió luego de unos segundos. Sus dedos tocaban la manta de la camilla, tanteos repetitivos, nerviosos.

—Em... Yo...— un tanto nerviosa tomaste la mochila que tenías en tu espalda y la abriste, rebuscaste entre las cosas.— Lamento no venir antes, me ponen mal los hospitales y tuve que ocuparme de varias cosas molestas de Tenjiku. Pero hey, traje nuestra manta.— sacaste aquella manta suya que era tu favorita y la dejaste sobre la camilla, en sus piernas.

El silencio de Kakucho te descolocó.

¿Debería pedirle disculpas?

—Kaku lamentó si...

—Déjalo, ________.— Kakucho exhaló profundamente y dejó caer su cabeza contra las almohadas. Viste su rostro un poco más, la bata de hospital que te daba terror y varias de esas máquinas típicas. No querías pensar en eso por lo que te enfocaste en Kakucho.— Yo debí morir junto a Izana, mierda...

—No digas esa mierda, Kakucho.—respondiste de inmediato.— Al menos piensa en...— en mi.— Izana no debe querer eso, el no murió para que pienses así.

Observaste su cicatriz, su boca, sus ojos, mordiste tu lengua para no decir otra cosa y cambiaste de tema para evitar discutir.

—Hable con el doctor, dije que era tu novia o no me darían información de nada.— reíste un poco.— Lamento eso, fue imprudente de mi parte.— jugaste con tus manos con mayor ansiedad, Kakucho no hacía nada y estabas cada vez más... Todo.— Kaku, cuando salgas podríamos ir a despedir a...

—_________ basta, por favor.— Kakucho se giró a verte notoriamente molesto. Cerraste tu boca de inmediato, estabas tan nerviosa que ni sabias que habías dicho.— Cuando salga quisiera estar solo, al menos por un tiempo. Necesito pensar... Izana, el... quiero superar esto solo.

Kakucho no era de hablar tanto por lo que entendiste perfectamente sus palabras. El querer está solo significaba en todo ámbito, no te quería ahí.

—Está bien.— sin pensar lo dijiste, esa era la respuesta que él debía escuchar y lo entendías.— Perdona todo esto, ya me voy.— dejaste su manta ahí y te pusiste de pie sin decir nada más. Podrías hacer esto menos difícil, eras capaz.

Nuevamente colocaste la mochila en tu espalda y te mentalizaste en salir de ahí sin decir nada grosero o fuera de lugar. Al menos una despedida con un bonito tono te bastaba.

Tal vez no serías la indicada para ayudar a Kakucho.

Pero... Al otro día sin duda te preguntarías porque Kakucho hizo lo que hizo. Desde el momento en que insistía en no hacer nada para avanzar su relación, siquiera una cita, todo eso pasó por tu cabeza y te entró rencor. Enojo.

No se apenaba cuando los demás entraban a tu habitación y le veía abrazado a ti, pero nunca te besó. Por todo lo ocurrido no pensaste en que él era inexperto, pensaste en cómo tú le repetías que no era necesario tantos planes detallados, que sólo querías ser su novia y ya, sin escenarios dramáticos.

Reaccionaste mal tal vez. Kakucho y tu no eran nada, cuando él te alejó de su vida no debió dolerte como ahora. Pero desde lo anterior y cuando te enteraste que salió del hospital y siquiera te llamó, eso te enojó.

Kakucho no volvió a intentar saber de ti nunca más. O al menos eso entendiste ya que nunca supiste de él menos.

Tal vez se olvidó de hacerlo, no tuvo las ganas o simplemente aún estaba estancado en sus recuerdos con Izana y se propuso a sí mismo seguir lo que él quería lograr.

Y tal vez, solo tal vez, tú no entrabas en sus planes a futuro.













Poco más de dos años después.

Le verías nuevamente. A Kakucho.

—Aún sigo preguntándome porque soy miembro de pandillas.— te quejaste negando con la cabeza.— Soy buena peleando pero podría estar haciendo otra jodida cosa, ¿no crees, Waka?

Miraste a tu lado a Wakasa.

—¿Como qué?— habló contra la paleta que mantenía en su boca casi siempre.

—Puf, la pregunta sería qué cosa no podría hacer.— bromeaste jugando con el cierre de tu bata. El uniforme de Brahman te gustaba bastante.— Hey, Waka...

—Espera un segundo.

Wakasa se alejó de ti en un suspiro, te acercaste un poco para ver el alboroto que se formaba frente a ti. Se habían juntado sorpresivamente todas las pandillas, algo digno de ver en primera fila.

Se te heló la sangre al visualizar a Wakasa, quien estaba detrás de esa persona.

Así que querías asustar a Kakucho ¿eh, Waka?

Kakucho, maldito idiota, sigues igual de lindo

—Mierda.— susurraste corriendo a esconderte detrás de un tipo x. No querías que te vieran, ni mucho menos Kakucho.

—¿_________?— saltaste en tu lugar al ser apuntada por Takemichi. Nunca fue disimulado

Digamos que desde que se disolvió Tenjiku pasabas bastante tiempo con Emma y bueno, Mikey también estaba ahí a veces.

Por lo que si Mikey estaba ahí, Takemichi también.

Aunque estos dos últimos años pasaron cosas raras. La ToMan sigue vigente pero ahora dos otras pandillas le hacen la competencia de dominar este gran sector.

Si confesaras porque estás en Brahman y no en la ToMan, sería un tanto vergonzoso.

—Take shh, cállate por favor.— le hiciste señas para que no te vea o siquiera observe en tu dirección.

Casi quisiste reír al observar de lejos la expresión de Kakucho cuando Wakasa habló detrás suyo. Tapaste tu boca con una de tus manos, disimuladamente para que tu reputación no decaiga.

—Hey, Ran mira.— otra voz se hizo presente frente a Brahman, donde estabas tú.— es _________.

Mierda, mi reputación se va a ir al carajo

—Cierto, es ________.— coincidió el de trenzas. Lo más sorprendente de todo esto fue que ambos cruzaron aquel caos que tenía South y fueron hasta ti, a la zona Brahman.— ¡_________!

Aléjense aléjense aléjense

—Hola, chicos.— soltaste al tenerlos ahora frente a ti, la persona que estaba escondiéndote se había ido al verlos aproximarse.— Si se alejan será mejor, aquí tengo la reputación de "seria patea culos" y no quiero perderla.

—Pero si eso no es ninguna mentira, _________.— bromeó Rindo dándote un ligero empujón en tu hombro. Le miraste mal.— Pero ________, no nos vemos desde hace bastante y así nos recibes... Recuerda que vivimos juntos una temporada.

—Si, lo recuerdo perfectamente.— te quejaste adolorida. Aquel tono enojó a los Haitani.— Por favor no hablen más o llamaran la atención de... Ya saben.

—Oh.— Ran miró a sus espaldas a Kakucho, el ya había notado tu presencia. El de trenzas nuevamente te vio.— ¿al final de todo no tuvieron nada o que?, ¿por que están en distintas pand...

Ran se calló al entender la situación y más aún al observar como le mirabas terriblemente mal. Todo lo hablaban en susurros para que nadie escuche y presten atención al tema principal: Los líderes.

—Salgan de aquí.— les ordenaste aún más enojada que antes. Ran y Rindo se giraron en su lugar y partieron a la zona de su pandilla. Al notar la específica mirada de Kakucho en ti, saliste de ahí lo más rápido posible y te situaste unas filas más lejos del caos, donde tenías tu moto.

Al instante en que se alejaron las pandillas de si, tú siquiera sabías cual fue la conclusión de todo. Te montaste en tu moto y andaste en dirección contraria en la que iba Brahman. Antes que nada le notificaste a Senju que irías a casa y te despediste de Akashi.

Mierda, qué dirían los demás si supieran que la razón de estar en esta pandilla era siquiera respirar su mismo aire. Tenías un intenso crush con el.

Por unos momentos te sentías igual que Hanma. Simplemente querías joder, por eso aceptabas la invitación de pandillas reconocidas, solo para mantener tu vida no tan aburrida.

—________.

Seguiste en tu debate mental. Conduciendo tu motocicleta recién pintada con un color que te encantaba.

—________, detente un momento por favor.

Un pitido resonó detrás tuyo, uno muy fuerte. Casi te caíste pero alcanzaste a hacerte a un lado de la calle, al bajar de la moto observaste al culpable de tu aturdimiento: Kakucho.

Él iba solo, al parecer estaba esperando un momento adecuado para que estés sola y el hablar contigo. Le provocó curiosidad el verte después de todo este tiempo.

—_________.— Kakucho volvió a repetir apagando su motocicleta, se enderezó y esbozó una débil sonrisa.— Hace mucho que no te veo. Hola.

—Hola.

Kakucho disminuyó su sonrisa poco a poco.

Claro, no eran los mismos que antes. Hubo un quiebre en ambos tras la muerte de Izana, a él le afectó de sobremanera, a ti también pero ambos buscaban consuelo de distinta forma. Ambos en ese periodo de tiempo no comprendían al otro.

Kakucho quiso estar solo, pero tú en el fondo hubieses preferido estar en su compañía para pasar el luto.

—¿Como has estado?— preguntó observando hacia abajo, el manubrio de su moto.

—Bien.— respondiste. Kakucho elevó una de sus comisuras sonriendo ligeramente.— ¿y tu?

—Bien.— soltó de igual forma.

—Me alegra.— dijiste antes de montar tu moto nuevamente y hacerla andar. Kakucho reaccionó de inmediato y se colocó a tu lado, el igual sobre su moto.— Kakucho tengo cosas que hacer ahora, no puedo quedarme a charlar.

—¿Que debes hacer ahora?— preguntó sosteniendo el manubrio de su motocicleta con sus manos. Te acomodaste sobre tu moto y giraste el rostro para verle.— Puedo acompañarte si quieres.

—No, gracias.— sólo querías irte.— Es algo privado, muy personal.

—Nos tenemos confianza, _________. Puedes contar conmigo.— aquello te hizo reír sin ganas.

—Nos teníamos confianza, no te he visto en dos putos años, Kakucho. ¿De qué estás hablando?— le recriminaste juntando firmemente tus dientes entre sí, tus cejas de fruncieron.— Además no deberíamos tener esta conversación, estás en Roku no sé qué mierda y yo en Brahman. Pandillas enemigas, ¿sabias?

—¿Por qué estás con Brahman?—inquirió curioso. Relajaste aún más tu expresión, tu cara de culo salió a la luz.

—Es irrelevante, Kakucho. Basta.— enderezaste tu motocicleta ya preparada para partir. Kakucho sujeto el manubrio de tu motocicleta para que no te alejes. Le viste otra vez.

—¿Por qué no te unes a Rokuhara Tandai?— le viste plasmada, ¿esa sería su primera petición hacia ti?— South es fuerte, diría que él podría

—No.— respondiste de inmediato, interrumpiéndole.— No voy a cambiar de pandilla como si cambiase de zapatos, Kakucho.

Que vergüenza sería, Dios

—¿Por qué te uniste a Brahman?— volvió a preguntar con notable interés.— Creí que no volverías a las pandillas luego de lo qué pasó con Tenjiku.

—¿Lo qué pasó con Tenjiku? La verdad me importó más lo qué pasó contigo que con la estupida pandilla.— aclaraste ya más molesta que antes. Kakucho no supo qué decir, aún siguió mirando tus ojos detenidamente.— Y me uní a Brahman porque son bastante monos.

—¿Bastante monos? ¿A que te refieres con eso?— la mueca en Kakucho cada vez aumentaba más, no entendía lo que decías.

—Akashi, en específico.— susurraste más bajo, mirando tus uñas. Carraspeaste.— Solo me uní porque quiero y ya. Sabes que me uní de un principio a Tenjiku porque ustedes me habían caído bien, era divertido estar allí y ya está. No hay muchas razones más que esas.

—Pero _________.— Kakucho se movió de sobre su moto para mirarte más de frente.— Yo... Podríamos estar como antes con los demás, Ran y Rindo también están aquí en la pandilla y... Nuestra pandilla ganaría lo que sea, nosotros estaríamos j...

—Basta.— le interrumpiste. Kakucho quedó a medio hablar y llevo una de sus manos hasta detrás de su nuca.— me alegra que te veas mejor, no del todo pero sé que puedes mejorar. Al menos lo hiciste mejor sin mí estando revoloteando alrededor jaja... Ahora, sería bonito que dejemos las cosas hasta aquí, no, tú dejaste las cosas terminadas desde hace bastante... No quisiera pensar en todo esto ahora, no estoy en condiciones, Kakucho.

—Tengamos una cita.— propuso intentando sonreír, sonreír como antes. Balbuceó un par de veces sin saber que decir así que le cortaste.

—Basta con eso, en serio. Apenas y nos estamos viendo ahora, hoy, no tomes decisiones estupidas tan a la rápida.— le reclamaste con mayor seriedad.— Antes no teníamos citas, menos vamos a tener una ahora. No sé de ti, no supe de ti durante bastante, ni mierda de idea tengo de donde vives siquiera o cómo fue tu recuperación de lo qué pasó.

—Puedo... Puedo mostrarte donde vivo ahora y de la recuperación anduve bien. Tuve mi brazo con un yeso durante bastantes meses pero solo eso. Y controles rutinarios que cesaron luego de un tiempo.— explicó a la rápida. Quería hacer que cedas.

—No me jodas, gracias.— te acomodaste nuevamente en tu moto para acelerar e irte, Kakucho volvió a detenerte.

—Lo siento.

—No tienes nada de qué disculparte.— miraste hacia en frente, los vehículos y los semáforos, cualquier otra cosa que no sea Kakucho.— Me pediste algo y yo lo cumplí, si no quisiste saber de mí es entendible. Se que Izana y tu tenían un estrecho vínculo y con su... Eso, es normal que te quisieras alejar de los demás, inclusive de mi.

—De todas formas, lo siento.— la mano de Kakucho se estiró hasta la tuya que yacía rozando el acelerador.

—Ahora yo te pido que no saques el tema, deja que piense esto sola. Será inevitable no vernos pero te agradecería que no me hables mientras estemos frente a Senju o los demás de la pandilla de Brahman.— Kakucho detuvo el movimiento de intentar tomar tu mano.— No les conté de ti y la verdad prefiero evitar decir mi vida personal. Tampoco saben lo cercana que fui a Tenjiku.

Eso fue un golpe duro para Kakucho.

—Está bien, no te hablaré en presencia de ellos. Lo prometo.— asentiste en un leve movimiento de cabeza y aceleraste, en pocos segundos ya te encontrabas varios metros más lejos de Kakucho.








Número desconocido
Hola! Soy Rindo

________
Como tienes mi número?

RindoIdiota
Koko me lo vendió

_________
Ese no es ni de su pandilla

RindoIdiota
Y? Hace negocios con cualquier tipo.

RindoIdiota
En fin, ¿puedo darle tu número a Kakucho?

_________
Para?

RindoIdiota envió un audio
Habla Kakucho: Solo es para tenerlo por cualquier cosa.
No molestaré

________
Me da igual, estaba durmiendo y me despertaron, idiotas. Hagan lo que quieran.

RindoIdiota
Cierto, perdón. Que sueñes bonito _________.

Ni te esforzaste en despedirte. Antes de que saques WhatsApp te llego otro mensaje.

Número desconocido
Buenas noches.

Era sin duda Kakucho. Viste el mensaje y apagaste tu móvil para seguir durmiendo.


La vida sin duda te jodia siempre. Ya habías perdido la cuenta de cuántas veces te habías encontrado con Kakucho. Ambos mantenían la distancia como si fuesen desconocidos pero aún así, te molestaba el verle donde sea que ibas.

Aunque claro que por mensajes Kakucho no se callaba nada.

Kakucho
Buenos días

Siempre el mismo mensaje durante las mañanas.

Kakucho
Espero estés teniendo un buen día

Durante las tardes escribía eso. Siempre lo mismo.

Kakucho
Te ves bonita hoy

Aquel mensaje iba cuando se encontraban en algún lugar aleatorio. Como no podía acercarse y hablarte, tomaba su móvil y te mensajeaba.

Kakucho
Buenas noches

Por último, durante las noches decía eso. Tu respuesta era verlos o simplemente algún emoji frecuente.

Una vez, recuerdas que en uno de sus encuentros estabas con Takeomi. Él preguntó quién te mandaba tantos mensajes.

Kakucho
Te ves bonita hoy

Kakucho
¿Ese es Akashi, no?

—¿Quien es?— inquirió curioso Takeomi codeándote. Rápidamente guardaste el móvil, sin mirar en frente donde estaba Kakucho con su motocicleta, esperando el semáforo en verde.

—Un amigo.— Takeomi te creyó, después de todo hablaste en serio. Siquiera eso eran.

Kakucho
¿Puedes salir conmigo hoy?

Kakucho
Quisiera verte, o bueno, hablar.

Kakucho
¿🥺?

Mierda, no pongas ese emoji

Luego de llegar a la cafetería para tomar algo con Takeomi leíste sus mensajes. Kakucho ahora no quería perder el tiempo, y en cambio tú sólo querías seguir como estabas ahora. Ya habías olvidado lo bien que te sentías al abrazar a Kakucho.

Kakucho
Podríamos juntarnos en algún lugar, el que prefirieras.

Kakucho
O puedo ir a recogerte, solo debes enviarme tu dirección e iré.

________
No creo que sea buena idea.
Tal vez otro día, hoy no estaré en mi casa.

Kakucho lo leyó pero no contestó por bastante tiempo. Tu en cambio pediste un refresco mientras Takeomi ordenaba un café. Ambos comenzaron a hablar animadamente sobre su día a día. Claro que incluyendo la pandilla y lo que le deparará pronto.

Kakucho
¿Mañana puedes?











—Es bonito donde vives.— mencionó Kakucho luego de unos segundos. Recién había parado su motocicleta frente a tu casa y ya iba andando hasta ti. Te encogiste de hombros, restándole importancia.

—Lo normal, diría.

Se inclinó para dejar un leve beso en tu mejilla en modo de saludo. Sus ojos buscaron los tuyos cuando se separó, en un lapso de nervios dio unos pasos lejos de ti y sonrió tenso.

—¿Quieres ir a algún lugar en específico?— preguntó dejando sus manos dentro de sus bolsillos, intentando calmar sus nervios. Negaste con la cabeza.— Esta bien, entonces iremos donde tenía planeado.

—Está bien.— andaste en dirección a su moto, igual de reluciente que siempre. Te resultaba un lío de diversas emociones salir con Kakucho, aunque no quisiste rechazarle ahora por toda la situación pasada. Pensabas qué tal vez por fin te incluiría en sus planes y podrían... Al menos ser amigos.

Soy tan complicada, mierda.

Si tan solo pudiera gustarme otra persona y olvidar de una vez a Kakucho.

—Bien... Sujétate de mi o...— Kakucho al montarse a su moto miró sus espalda y te vio sostenerte de las asas traseras de la motocicleta.— de ahí.

Tras comenzar a acelerar nuevamente varios pensamientos llenaron la mente de Kakucho, y más aquel pensamiento del como nunca te había besado. Su despedida dolió mil veces más al el darse cuenta que ni pudo tocar tus labios.

Durante todo este tiempo en recuperación se dio cuenta que efectivamente no era necesario alejarte para el sanar, simplemente estaba enojado con todos por lo qué pasó. Se desquitó contigo, la única persona que estaba y estaría a su lado.

—Mira, encontré este mirador hace un par de años.— miraste por sobre su hombro la vista, el atardecer ya visible.— Yo... Te traje aquí porque este lugar significa mucho para mi, __________.

Paró la motocicleta en horizontal al paisaje. Ambos se bajaron para únicamente apoyarse luego a un costado de la moto, observaron la vista durante bastantes minutos. Simplemente sintiendo la presencia del otro.

—¿Aquí era donde pensabas pedirme que sea tu novia?— adivinaste exitosamente.

—Si.— murmuró finalizando con un extenso suspiro.— Un poco más al norte está el lugar donde solía juntarme con Izana. Si tan solo hubiese hecho las cosas más rápido, hubiésemos venido aquí y pediría que seas mi novia, _________.

Asentiste, aún miraban frente a ustedes los diversos colores únicos que yacían en el cielo. Tras recordar lo que dijo soltaste unas pequeñas carcajadas.

—Que loco venir aquí ahora, cuando ya no somos siquiera algo.— reíste con cierta diversión. Kakucho se removió incómodo y dejó que sus manos se apoyen detrás de el, en la moto.

—¿Podrías darme otra oportunidad, _________? Me gustas, me sigues gustando demasiado.— Comenzó a hablar Kakucho, su tono de voz increíblemente bajo. Casi no queriendo hablar siquiera.— No se porque hice lo que hice antes, estaba enfadado y seguí así durante bastante, enojado con todos por lo que le ocurrió a Izana.

—Pasaron ya dos años.

—Si, pero antes del año que ya estaba intentando buscarte, _________. Solo que se me era difícil, no sabía que hacer. Me rendía fácilmente y realmente no estaba bien...— Kakucho se giró hasta ti, observó tu perfil con determinación, muy seguro de lo que decía.

—Supongo que fuiste a una puta terapia al menos, ¿no?— le viste de reojo como asentía.— Me alegra, se que puede ser difícil perder a un gran amigo. También entiendo que estuvieras de la mierda, aunque podía haberte ayudado a sobrellevar eso.

—Quiero estar contigo ahora, _________.— afirmó interrumpiendo tus palabras.

—Puedo ser tu amiga.— hablaste observando el atardecer.— Fuera de la pandilla, claro está. Dentro de Brahman somos enemigos, Kakucho, eso lo sabes muy bien.

—Si quieres que deje Rokuhara Tandai lo haré.

—¿Ah? No, no he dicho eso.— dejaste de apoyar tu peso en la moto y te enderezaste, ahora le viste de frente.—Podemos ser amigos, intentar recrear nuestra relación antes de ciertos momentos. Es eso o nada, Kakucho no puedes llegar de la noche a la mañana, mensajearme todos estos días y ahora soltar esto. Después de dos años no creas que haré como si nada, como si no te hubieses ausentado todo este tiempo y simplemente accederé a ser tu novia.

Kakucho avanzó lo suficiente en tu dirección para atrapar tu rostro y juntar sus labios con los tuyos. Sus bocas presionaron entre sí y se mantuvo ahí, entreabriendo sus labios para atrapar los tuyos y saborear. Sus pulgares acariciaron tus mejillas mientras él intentaba que le beses devuelta.

Que bonito panorama: una buena vista y ahora Kakucho, tu anterior casi algo, besándote por primera vez.

—Lo siento, lo siento mucho, ________.— susurró contra tu boca, sosteniendo tu cara con completa delicadeza para que no te separes de él.

Colocaste una de tus manos en su pecho y lo separaste de ti con cierta dificultad. No negabas que te hubiese gustado besarle también de vuelta pero no ahora.

—Hey, tranquilo.— dejaste apoyadas tus palmas en su pecho, Kakucho se encontraba agitado.— Dijiste que nuestro primer beso sería especial, ¿por qué me lo diste ahora? No es el momento, Kakucho.

—Perdón. Estoy siendo impulsivo, solo sé que quiero...— Kakucho buscó las palabras adecuadas, ambos observaron los ojos del otro.— Quiero... Te quiero y quiero estar contigo, ahora... Pronto, ________.

Kakucho no se resistió y volvió a ti, te abrazó envolviendo sus brazos en tu torso y su rostro encontró consuelo en tu cuello, su nariz presionaba parte de tu piel. Algo descolocada correspondiste a su abrazo, tus brazos envolvieron sobre sus hombros.

Fue un poco melancólico, Kakucho se aferraba a ti como si fueses algún tipo de salvavidas. El extrañaba abrazarte, abrazar a alguien. En aquel instante pensó como pudo estar tanto tiempo alejado de ti.

Dejó un beso en tu cuello y luego otro en tu mejilla mientras seguía abrazándote.

—Lo siento, me emocioné más de la cuenta.— Kakucho se separó lentamente de ti y refregó sus ojos.— Seamos amigos, ________.

—Bien.— sonreíste un poco antes de montar su motocicleta, Kakucho te siguió, ya era bastante tarde y debías ir a casa.

—Pero de todas formas debo decir que trataré que vuelvas a gustar de mi.— sonó seguro, eso te sorprendió.— Te conquistaré, ya lo verás.

—Inténtalo, Kaku.— te afirmaste antes de que él vuelva a acelerar su motocicleta para salir de ahí.











—De todas formas siempre fui Team ToMan.— aclaraste provocando risas en Mikey y Takemichi.— hablo en serio, sabia que iban a terminar ganando todo esto.

—Y por eso accediste a ser miembro de Brahman.— afirmó Mikey con una bonita sonrisa.— Para perder.

—Efectivamente.— coincidiste, nuevamente ellos rieron.— Es que como siempre he ganado donde sea que estoy, esta vez quise probar el sabor de la derrota.

—Pero Tenjiku también perdió la vez pasada.— murmuró Takemichi algo pensativo. Le viste fijo.

—Me gusta perder, ¿bien?— te rehusaste abriendo la puerta de tu casa.— Y en mi defensa, es bastante lindo el hermano de la lider.

—En la ToMan también, no, en la ToMan tenias al líder más guapo de todos.— Corrigió Mikey halagándose a sí mismo.— Los demás... Meh, pero yo sí que soy bonito.

—Takeomi y Wakasa te hacen competencia, Mikey.— el rubio se indignó completamente y se cruzó de brazos aún estando sobre su moto.— Además su edad, eso da varios puntos extras.

—Pero Kakucho tiene tu edad, _________. Y aún así te gusta.— acusó Takemichi. Le viste entrecerrando tus ojos y él se calló al instante, tosió un poco.— Mejor nos vamos, bye bye.

—Bye.— se despidió de ti Mikey, agitó su mano. Te despediste de ambos y entraste a tu casa rápidamente. Ya había anochecido y al fin te habías desocupado de tu salida con los de la Toman y Emma.

Digamos que la ToMan ganó en todo ámbito respecto a la pequeña discusión que tenían las pandillas de Tokio.

—Mierda.— llegaste a saltar cuando entraste a tu habitación y viste a Kakucho sobre tu cama.— ¿De cuando pasamos a tirar piedrecitas en mi ventana para entrar a solo entrar a mi casa?

—Hmmm.— se quejó al notar como prendías la luz. Se removió y quedó boca abajo, observaste su espalda.— Te estaba esperando, pensé que estabas enojada y por eso no me abrías.

—¿Y sólo entraste?— inquiriste burlona.

—Perdón.— se lamentó con el rostro pegado a tu almohada.

—Da igual, de todas formas siempre digo que puedes entrar cuando quieras.— apagaste la luz y Kakucho se enderezó sobre tu cama nuevamente. Observó como te quitabas la chaqueta y alcanzabas tu pijama.

—¿Puedo dormir contigo hoy?— preguntó en tono bajo, casi rogando que digas que si. Asentiste, desde hace bastante que pide lo mismo.— Genial.

Mientras ibas al baño a poner tu pijama, Kakucho se levantó de un salto para quitar su camiseta y pantalones, se metió debajo de las mantas como si fuese su propia cama.

Digamos que ya llegaron a tal punto en el que su relación avanzó a como era antes. Como cuando estaban en Tenjiku.

—Muévete.— le picaste con el dedo en su espalda, estaba totalmente estirado a propósito.— Kakucho, déjame espacio. Idiota.— le empujaste con tus manos para que se mueva. Ya tenías el pijama puesto y ahora intervenía en que te recuestes.

—¿Donde estabas?— preguntó sacando su rostro de la almohada, ahora viéndote nuevamente.

—Con los chicos.— resumiste dejando de tocar su espalda. Te tiraste sobre el, como si estuvieran jugando a la lucha libre. Kakucho de inmediato soltó un quejido y acarició su espalda.— Ya, muévete.

—Me aplastaste.— gimió adolorido. Se movió de tal forma que quedó a una esquina de la cama, con total satisfacción moviste las mantas y te recostaste debajo.— Me dolió.

—Sin llorar, Kakucho.— te burlaste acomodando la almohada para recostar tu cabeza finalmente. Se te quedó viendo con el ceño fruncido y su boca estirada, una mueca de irritación pura.

—No lloro si aceptas salir conmigo mañana.— aprovechó la situación para acercarse un poco a ti. Le miraste pensativa.

—Bien.— accediste provocando una sonrisa en el. Como si fuera un deja vu, Kakucho estiró sus brazos para abrazarte y dejó su mejilla contra tu pecho. Tus manos buscaron su nuca.— Esto me trae recuerdos.

—Si, esta vez Rindo no nos interrumpirá.— Kakucho sonrió contra tu piel. Te tensaste al sentir sus dientes y luego cómo dejó un beso casi llegando a tu cuello.— Recuerdo que... Dijiste que tú me besarías si no lo hacía yo.

—Y no lo hice.— reíste con diversión al recordarlo.

—Y no lo hiciste.— coincidió también, siguiendo tu risa. Acariciaste su nuca con tus dedos, los típicos mimos que amaba Kakucho que le brindarás.

—A ver, ven.— dejaste de acariciar su cabello y Kakucho movió su rostro hacia arriba para verte.— Ven, Kaku.— tus manos fueron a cada lado de su cara, él pareció no entender pero aún así se apoyó en su codo y se incorporó un poco para acercar su rostro al tuyo. Pensó que dirías un secreto.

Levantaste tu nuca de la almohada y te encontraste con el rostro de Kakucho. En específico, su boca. Aquel choque fue inesperado para Kakucho, tus labios presionaron los suyos fríos y entreabriste tu boca para que él hiciera lo mismo. Su mano libre fue a tu mejilla, te sostuvo de igual forma que tu a él mientras se besaban.

No supieron cuánto duró el beso, solo sabias que se te iba a dificultar demasiado separarte de Kakucho. Sus labios se sentían tal como lo habías pensado, eran fríos, más que los tuyos, y suaves; no tanto, sino más bien en ciertas zonas tal vez sentías su piel más tensa.

Ambos se separaron ligeramente del otro cuando el aire les hizo falta. Estabas bastante relajada en comparación a Kakucho que se notaba como sus nervios habían hecho aparición nuevamente.

—Ya te besé.— avisaste relamiendo tus labios. Observaste al chico frente a ti como sus mejillas se torneaban carmesí, a pesar de la oscuridad se te fue bastante notorio.— Tarde pero lo hice.

Kakucho dejó caer su espalda al colchón y quedó recostado durante unos minutos. Aún su mente procesando aquel beso que le diste antes.

—Deja estabilizarme.— bromeó viendo el techo con total fijación. Le diste un golpe en el pecho y el comenzó a reír, una de sus manos atrapó la tuya con la que le pegaste.— Cuando te gusta alguien no le golpeas, le das besos.

—A mi tú no me gustas, Kaku.— tiro de ti hasta el, intentaste deshacer su agarre pero tenía bastante fuerza. Kakucho respondió en un puchero a lo que dijiste.

—¿Y por qué me besaste eh?— te encogiste de hombros, el más alto te vio con fingido enojo.

—Porque eres guapo.— Kakucho no sabía si sonreír o fingir enojarse aún más.— Hey, eso es un halago, alégrate.

—Ven así te demuestro como de guapa te veo.— su brazo libre se enrollo en tu cintura y te llevo hasta su abdomen, quedaste acostada en su pecho literalmente. Kakucho bajó su mirada hasta tus labios y se inclinó para dejar un beso corto ahí.

Mierda, estuvieron todo ese momento entre besos cortos y tiernos, a Kakucho se le era tan difícil no besar tus labios teniéndolos tan cerca.

Ambos se durmieron bastante tarde solo por entretenerse en hacerse mimos y besar sus bocas.

—Si no lo digo ahora, puede que algo ocurra mañana.— bromeó Kakucho dejando de besarte, cubrió tu espalda con las mantas mientras se acomodaba para dormir.— Sé mi novia, __________. Sin grandes planes, no vine con una serenata incluida pero esta vez quiero pedirlo rápido. Por favor, acepta ser mi novia.

—Bien.— Kakucho no estuvo conforme con esa respuesta, rodaste los ojos con diversión.— Que si, Kakucho.

—Pero dilo bonito...— susurró dejando un corto beso en tus labios.

—Si quiero ser tu novia, Kaku.— Kakucho rió al escucharlo, te estrechó con sus brazos y volvió a abrazarte fuertemente.— Eres empalagoso.

—Shh.— canturreó cerca de tu oído.— Yo así demuestro mi amor.— siguió repartiendo besos en tu mejilla y tu mantuviste las manos en su pecho, acariciando su piel cálida. Paseaste las yemas de tus dedos hasta su abdomen y el costado a la altura de sus costillas.

Sorprendentemente, te relajó tanto el tacto de sus besos y como luego sus manos acariciaron tu cabello, que quedaste profundamente dormida sobre su cuerpo. A Kakucho no le incomodó, se sintió tan bien estar junto a ti que simplemente intento dormir y cayó rendido al igual que tú en un sueño profundo.










QUIEN DICE SEGUNDA PARTE +18 ??????

-.-/

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top