Hajime Kokonoi +18
Este lo escribí apenas salió el capítulo 24 del anime.
No lo pude evitar
Contiene Lemon
Más abajo hay una escena extra así que no se la pierdan<3
Sentiste sus manos contra tus muñecas y luego una cuerda enrollando tu piel.
Espera...
—¿Pero que mierda, Koko? me estás envolviendo como si fuese un regalo.—Cabe destacar que no podías verle ya que había puesto un antifaz cubriendo tus ojos. En vez de enfadarte, la diversión tiñó tu voz.
—Mi regalo.
No sabias como explicarlo. A tu novio le encantaba probar de todo, todo.
Ahora solo sentías como amarró tus manos contra tu espalda y la misma soga la enrollo por tu cuerpo para amarrar tus pies.
Lo peor es que aún no hacia nada. Koko se mantuvo acariciando tu espalda desnuda, yacías boca abajo así que estabas totalmente bajo su dominio.
—Pero que linda te ves así.— halagó con su normal tono de voz aterciopelada. Sonaba como si te estuviera mimando.— ¿me puedo divertir con mi juguete favorito?
Si
Asentiste moviendo la cabeza. Te encantaba cada cosa que hacia o decía, el sabía como hacer que pierdas el control rápidamente y de manera totalmente placentera.
Era un maldito ser perfecto.
De manera imprevista sentiste sus labios contra los tuyos, comenzó a besarte. Sus labios buscaban llegar más allá de los tuyos, su lengua se introdujo en tu boca y comenzó a lamer. Movía su cabeza de igual forma para profundizar la guerra de lenguas que tenían en ese momento.
Apretó tu cabello con fuerza acercándote más a él, entrelazó sus largos dedos en las hebras de los mechones y dió tirones. Abriste más la boca en consecuencia.
—Que bonita...— susurró esta vez besando tu cuello.— Tengo una preciosa chica para mi solo.— ronroneo tocando con su boca tu oído, un aire caliente te aturdió por completo.
Dejaste salir un leve gemido en el momento en que su palma hizo contacto con tu trasero desnudo. Dejó unas pequeñas palmaditas que disfrutaste totalmente.
—Veamos... ¿qué puedo hacer ahora?— besó al costado de tu mandíbula y dejó caer su mejilla cerca de tu rostro, se acurrucó contra la almohada y observó como su propia mano buscaba tu entrepierna.— Veamos lo necesitada que está mi novia.
En el proceso acarició tu trasero antes de llegar a tu intimidad. Se hizo espacio contra el colchón para buscar en su totalidad tu centro. Te removiste un poco por la excitación.
Con su mano derecha que estaba libre acarició tu cabello desordenado. Su brazo lo estaba utilizando como almohada. Tú aún estabas con el antifaz así que no pudiste ver como Koko mantenía su rostro muy cerca del tuyo.
Su costado descansando junto a ti, su mano acariciando entre tus pliegues como si fuese un castigo, lo hizo tan jodidamente lento.
—Koko, más... rápido.— el pelinegro te calló de inmediato esbozando un shhh cerca de tu boca. Sus dedos se pasearon por tu punto débil, pellizcándolo ligeramente.—maldito...
—Cuida esa boquita, preciosa.— su voz se escuchaba tan baja contra tu boca. Una advertencia breve que causó cosquilleos en tu cuerpo.
Aceleró sus movimientos de un momento a otro, toda su palma presionó tu intimidad y movió de arriba a abajo. Alzaste las caderas casi sin pensarlo, Koko solo dejó de tocarte para bajar tu cuerpo nuevamente al colchón y seguir con su trabajo.
Querías presionar tus rodillas contra la cama y buscar otro ángulo, pero no, a Koko no le gustaría eso.
Él debe moverte, el sabe en qué posición mereces estar.
Arqueaste tu espalda y jadeaste cerca de su boca, sus movimientos eran rápidos y brutales. No dejaba pausa alguna, apostarías a que le dolería la mano en unos minutos más.
Te moviste logrando que tu nariz choque con la de Koko, tu novio soltó una risilla traviesa y siguió tocándote con rapidez. En el momento en que sentía como gemías más alto, adentro con dificultad su dedo medio dentro de ti y bombeó con rapidez.
Temblaste. Sus embestidas eran rápidas, al momento de impactar toda su palma chocaba con tu intimidad, al poco tiempo su mano fue un lío de tu humedad.
—Que linda te vez así de desesperada.— susurró con cierta emoción. Moviste tus manos queriendo deshacer el nudo pero no hubo caso. Tu cuerpo se movía a causa de la sensación burbujeante que impactaba en ti.
En el instante en que te sentías venir fue cuando Koko dejó de tocarte por completo. Diste un quejido en protesta; moviste tu cabeza intentando quitarte el antifaz pero aún así no cedió.
Koko sonreía ampliamente mientras limpiaba su mano con las sábanas de la cama. Volviste a reclamarle por no terminar lo que empezó.
—Tranquila, te daré algo mejor.— alcanzaste a gemir con tan solo escucharle decir eso. Te dio vuelta, quedaste boca arriba con las manos atadas contra el colchón.
Si era incómodo, bastante. Pero toda incomodidad se fue al caño al sentir como Koko levantó un poco tus piernas, tus tobillos juntos por la cuerda pero tus rodillas flexionadas.
Diste un suspiro al sentir las palmas de tu novio tocar tus piernas, separándolas un poco.
—Mierda, te ves tan exquisita así.— te sostuvo por los muslos y tras acomodarse acercó su rostro hasta tu entrepierna.— Eres un maldito premio, _______. Tan linda...
Dejó caer saliva a tu centro, escupió antes de introducir dos dedos en tu interior. Tu espalda se arqueó, tu boca se secó luego de que soltaras un chillido de alto volumen.
—Un pequeño desastre.— canturreó cada vez más excitado. Sacó sus dedos y esparció tu humedad, luego de darle algo de atención a tu clítoris volvió a penetrarte.— Me estoy comportando muy bien contigo, ¿no, _________?
No pudiste responder, eras un manojo de gemidos y suspiros irregulares.
Al moverte las cuerdas presionaban tu piel, en tu estómago también había envuelto algunas; se sentía diferente pero placentero.
Nada podía detener que te movieras con cada toque suyo, era imposible. El calor que recorría tu cuerpo era demasiado, Koko notó cada sensación que te invadía al ver tus acciones y lo sonrojada que estabas. Tu novio cada vez se entusiasmaba más y más.
Un espasmo recorrió tu cuerpo al momento en que su boca se adhirió de una manera exquisita a tu punto de nervios tan necesitado. Chupó como un profesional.
—Koko, mierda.— insultaste al aire al sentir qué ocasionó aquello. Sus dientes hicieron contacto con tu suave punto, estaba sonriendo.— No... no aguanto más.
Jadeaste, arañaste las sábanas debajo tuyo como pudiste al tener las manos amarradas. Tus piernas se movieron sin sentido alguno, temblaste. Koko siguió penetrandote con ambos dedos y succionando tu clítoris. A pesar de todo no paraba.
Aquel punto g era tocado por sus largos y delgados dedos. Estabas hecha un lío total. No tenías ni idea de lo mucho que disfrutaba Koko estar estimulando de más tu cuerpo.
—No te atrevas...— le amenazaste cuando empezó a disminuir sus movimientos, sería segunda vez que hace lo mismo.
Koko esta vez sostuvo tu trasero y levantó un poco tus caderas de la cama, su boca se enterró en tu entrepierna y remplazó sus dedos con su lengua. Te estaba follando de una manera maravillosa.
Buscaste más contacto, sentías tu garganta doler a momentos por mantener la boca entreabierta o por los gemidos que dejabas salir.
Antes de que te corras también se separó, la diferencia fue que tras probarte te giró nuevamente, escuchaste una risilla viniendo de él. Te quejaste, Koko hizo que levantes el trasero y tus rodillas presionaron el colchón.
Él sabía lo que hacía, por eso siempre traía consigo un condon. Escuchaste cómo bajaba sus pantalones, una de sus rodillas se apoyó en medio de las tuyas y tras dejar un beso en tu espalda baja te penetró sin previo aviso.
Callaste tus gemidos contra la almohada. Tu novio sostuvo tus caderas y siguió embistiendo adaptando un ritmo preciso y constante. Tus tobillos aún seguían juntos, solo tus rodillas se encontraban en una distancia considerable.
—Puta madre.— Koko se sostuvo con mayor firmeza. Soltó un resoplido de satisfacción y siguió embistiendo. Sus manos estaban en todos lados, marcando tu delicada piel cada vez que apretaba.
Su mano derecha subió hasta dar casi con tu cuello, te presionó hacia abajo y aumentó la velocidad considerablemente. Tu novio jadeaba sin pena alguna, cada vez que tus paredes presionaban su miembro dejaba salir un sonido de puro placer.
Te sentías a punto de explotar, era una sensación que supero tus límites. Su miembro arremetía sin piedad en tu húmeda cavidad. Nunca lo sentiste tan invasivo como ahora. Su longitud llegaba hasta un punto que hacía que todo tu cuerpo se estremezca al simple contacto.
—Mi muñequita puede soportarme, ¿eh?— halagó en medio del placer. No diste ninguna queja en todo aquel momento, simplemente le dejaste hacer lo que desee. Koko amaba que seas así.
Pensó en buscar alguno de los tantos juguetes que había comprado para utilizarlos contigo pero no lo hizo. Con esto era suficiente para ti.
Unas últimas embestidas, tú ya te habías corrido y yacías en medio de tu recuperación. Koko se liberó contra el condon.
O eso creyeron.
Te sentiste extraña al sentir su liberación invadirte por completo, chorreando por tus muslos. Koko de inmediato maldijo y se salió de tu interior.
Estaba todo bien, algo en último momento ocurrió y se rompió la protección. Giraste tu cabeza y miraste hacia atrás, tenías aún el antifaz para tu mala suerte.
—¿Koko?— apenas pudiste hablar, te dolía bastante la garganta.
—Se rompió esta... por la...— sentiste como Koko se ponía de pie con total ira. Te dejaste caer sobre la cama totalmente extendida, nunca lo habían hecho sin protección y ahora al sentir su semen en sobretodo tu piel, era algo extraño.
Luego de unos segundos las manos de Koko desataron tus manos y tobillos, la cuerda la separó de tu cuerpo y la dejó a un lado de la cama. Te sentaste correctamente y subiste el antifaz para verle como con una toalla te limpiaba.
—Lo siento, no sentí nada extraño antes, ni menos me di cuenta de algo hasta ahora.— Sus trenzas a un costado estaban casi intactas en comparación a tu aspecto desordenado. Se mantuvo enojado, no contigo sino consigo mismo.
Dejaste que limpiara el desastre, tu preocupación llegó después.
—Pero Koko... entonces...
—Tranquila, iremos ahora mismo a la farmacia.— Tu novio al verte tan preocupada te sonrió. Separó la toalla de ti y se inclinó para dejar un breve beso en tus labios.— No pasará nada, relájate guapa.
Mordiste tu labio con duda, ni te apeno estar sin ropa aún, el susto fue más allá. También teniendo en cuenta que eras novia de Koko desde hace años, le tenías muchísima confianza como para cubrirte antes que nada. Ahora en tu mente rondaba lo de un bebé.
—No estes así. Tampoco es tan terrible tener un mini Koko rondando por aquí.— te horrorizaste más al escuchar como comenzaba hasta a aceptarlo. Koko sonrió aún más.— Estoy jugando, ________, no me hagas caso.
Cuando lo vi (o bueno los vi a todos) todos mis vecinos se dieron cuenta que soy un perro.
*se convierte en Akane*
Terremoto
Escenario extra
—AAAAAAAAAAAA.— Takemichi y Chifuyu corrieron de un lado a otro buscando la puerta.
—¿Para que quieren salir?, afuera también está temblando.— Mitsuya siguió tejiendo como si nada.
—AAAAAAAAAAAA.— apareció Baji agarrando sus pantalones, apareció en el comedor rápidamente. El terremoto lo había atrapado en el baño.— ESTÁ TEMBLANDO.
—ES UN TERREMOTO, UN PUTO TERREMOTO.— gritó Kazutora mientras bajaba las escaleras.
Detrás de él iba Smiley, el pobre se tropezó y cayó, llevando a Kazutora al piso junto a él. Takemichi y Chifuyu observaron cómo se golpeaban escalón por escalón hasta llegar al primer piso.
—Apostemos, yo digo que es grado 7.— Draken dejo de mirar la televisión que sujetaba Angry y miró a su lado. Hakkai estaba lo suficientemente pálido como para confundirlo con un muerto pero trago saliva para hablar.
—¿6,5?— soltó en un susurro. Draken hizo una mueca y siguió viendo la tv.
—¿Solo yo estoy preocupado de que se caiga la televisión?— Angry estaba asustado aunque no se note.
Tu ya estabas sosteniéndote de una pared. Si te daban algo de miedo los temblores, y más si son así de fuertes como el de ahora.
—Abran la puerta por si el terremoto sigue y se cae la casa, así podremos salir al menos unos cuantos.— dramatizaste sin pensar. Chifuyu y Takemichi se asustaron más.
—Pero ________.— Hakkai cubrió su rostro, cada vez estaba más asustado.
—Se me cayó la leche.— Mikey salió de la cocina con un paquete de galletas y un vaso a medio llenar de leche.— Terremoto hijo de...
—ABRAN PASO.— Smiley se había levantado del suelo y corrió hasta la mesa de centro.— TODOS BAJO LA MESA.
Takemichi y Chifuyu le siguieron y se quedaron de rodillas bajo la mesa del comedor. Takemichi llamó a Mikey, que era el más confundido, y su amigo también le siguió. El comenzó a comerse las galletas y la leche bajo la mesa.
—Háganme espacio.— del apuro que tenías con ponerte debajo te golpeaste en la frente con la mesa.— auch.
Hakkai les vio y quiso seguirles pero no caería, era obvio.
Al mismo tiempo por otro lado estaba Draken ayudando a Angry a sujetar la televisión. Mitsuya siguió tejiendo.
Kazutora estaba riéndose por... No se sabía porque se reía, le resultaba entretenido al parecer como se movía el suelo bajo sus pies.
—PARÓ.—Chifuyu levantó sus manos, golpeándose con la mesa sin querer.— Auch.
—Se viene replica, siempre después de uno grande viene uno pequeño.— Kazutora opinó tirandose al suelo.— quiero ver si tiemblo todo.
Mikey se puso de pie y fue únicamente a pisarlo.
También lo remató cuando Kazutora se quejó.
—________, ven un momento.— Mitsuya dejó de tejer para ver su obra maestra. Tras salir de debajo de la mesa volviste a golpear tu cabeza, Smiley comenzó a reírse a todo pulmón.
—¿Que?— Mitsuya te hizo inclinarte hacia él y dejó el gorro de lana celeste sobre tu cabeza.
—Te queda bien, al menos ya sé que así queda bonito.— trataste de mirar el gorrito, observando hacia arriba.— Quédatelo, es un regalo.
—Gracias.— ni te incorporaste y comenzó a temblar nuevamente.
—OTRO MAAAAAAAAS.— gritó Smiley que se afirmó a la pata de la mesa.
Mikey se tiró debajo de esta nuevamente, y quedó pegado a Smiley. Angry entre quejas se acercó nuevamente a la televisión para sujetarla.
—Me... tiembla... todo...— Kazutora aún estaba en el suelo extendido.
—Mi pobre gatito... ¿como estará?— Chifuyu estaba horrorizado pero solo pensaba en su mascota.— Peke j debe estar asustado...
Mitsuya te ayudo a ponerte de pie, el movimiento fue aumentando cada vez más. Ahí si que salió disparado Baji fuera de la casa, dejando la puerta abierta. Takemichi, Chifuyu y Smiley fueron con el.
—Cuidado que se les puede caer un poste.— Alzó la voz Draken. Mikey fue donde él y se quedó ahí. Cuando termino de comer dejo las cosas sobre una mesita.
Comenzaron a caerse los cuadros de las paredes, los adornos tiritaban a la par del temblor. Miraste a Mitsuya con terror, el chico sujeto con fuerza tu mano y te hizo caminar frente a él en dirección a la puerta.
—Mejor salgamos.— opinó el de cabello lila. Prefirieron salir a la calle, los demás ya se encontraban en medio del antejardin.
—Me hicieron caso de que no se vayan o se les caería un poste.— Dijo Draken observándoles cruzado de brazos. Te sorprendió como se mantenía de pie casi sin moverse, tu tenías que sujetarte de Mitsuya para no caerte.
—¿Cuanto va a durar esta mierda?— Kazutora ya estaba algo asustado.— en cualquier momento se parte el suelo en dos y aparece lava.
—Están buenos los memes.— mencionó Baji observando su celular. Hakkai curiosamente se acercó a ver.
—AHORA VIENE EL TSUNAMI, SUBAMOS UN CERRO.— Chifuyu gritó, ni se dio cuenta que lo había hecho. Angry se asustó más y se abrazó a sí mismo.
—Aquí no hay mar, Chifuyu.— le corrigió Mitsuya.
—¡SUBAMOS EL CERRO POR SI ACASO!— Takemichi se levantó y Chifuyu le siguió.— ¿donde hay uno, Chifuyu?
—No lo sé, veré el mapa.— Chifuyu rebusco entre sus bolsillos el móvil.
—Se fue la señal.— mencionó Baji.
—NOOOOOOOOOOO.— Mikey gritó.
—ESO ES MALO, MUY MALO.— Chilló Takemichi haciéndose bolita en el suelo.
—Ya paró de temblar.— avisó Draken.
—¡ALELUYA!— Takemichi alzó sus brazos en dirección al cielo. Chifuyu le imitó.
—No vamos a morir.— Smiley abrazó a Mikey, luego fue directamente a su hermano a abrazarlo.— estoy aliviado, abrázame Angry.
—Aún sigo asustada, Mitsuya.— te sinceraste para que te abrace, el chico lo hizo.
—Vamos a vivir, vamos a vivir.— Kazutora comenzó a dar vueltecitas sobre el pasto. Se creía rueda.
—Quiero llorar.— Chilló Takemichi, Chifuyu le abrazó. Ambos celebraron de que el terremoto haya parado.
—¿Creen que estamos en Año Nuevo o porque todos se abrazan?— preguntó Baji.— Son exagerados...
Claro, ahora decía eso.
—Esperemos la señal para ver de cuánto fue.— Dijo Smiley acercándose a Baji, o a su celular a decir verdad. Todos le siguieron, te separaste del abrazo que te dio Mitsuya y te acercaste a Baji.
—Primero vayan a cerrar la puerta de la casa.— Dijo Hakkai. Al ver que ninguno le presto atención el mismo fue a cerrarla.
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