Especial
Este capítulo será dinámico
¿Por qué?, porque no tendrá de titulo con quien se quedará la rayis 😏
Será sorpresa eh eh eh eh eaeaeaeaea
Finaliza con Lemon, ojo.
Nah mentira, se sabrá ahora pero simplemente quería colocarle de titulo "especial" para que se vea ¿especial?
Toda la creatividad se la debo a esta imagen.
—Pium.— disparaste directo a un árbol, rozando a un miembro de la ToMan.
—¡________!— El gritó de tu hermano te hizo sonreír aún más. Recargaste la pistola nuevamente.
—Pium.— volviste a disparar en la misma dirección, el chico que antes estaba ahí ya había huido.
Tu hermano te quito la pistola y la guardo detrás, en la cinturilla de su pantalón.
—Te dije que no trajeras eso aquí.— susurró agarrando la coleta alta que te habías hecho antes y guiándote, te quejaste de su agarre a pesar de que agradecías mentalmente que no había tomado tu oreja.— Me harás quedar mal frente a Mikey.
—Pero hermanito, le quitas la diversión a todo.— te carcajeaste en medio del dolor.
Te soltó apenas llegaron a las filas donde estaban los demás miembros de la ToMan y acariciaste tu cabeza.
Una mirada fija e intensa se fijo en ti por lo que te enderezaste de inmediato.
—No hagas nada estupido.— susurró nuevamente tu hermano. Asentiste de mala gana y prestaste atención a la reunión.
—Sanzu, controla a tu hermana.— Draken habló, el y Mikey se acercaron hasta ustedes, Sanzu de inmediato emitió una postura de respeto total al observar al líder.
Tú en cambio observaste cómo sonaban las chanclas del líder contra el suelo húmedo. Te divirtió de cierta manera.
—Si, ella...— Sanzu te dio un leve codazo, prestaste atención al frente.— Ella lamenta los sonidos que interrumpieron la reunión, también lo lamento, Mikey.
Timbin li liminti mikii
—¿Sabes que no debes traer armas a las reuniones, cierto?— Mikey sonó intimidante por un momento, quien diría que ese chico era menor que tú.
—Lo sé, jefe.— Draken mordió su lengua para no sonreír ante el apodo que le dijiste al rubio.
—Estoy seguro que escuché un disparo.— El tal Baji se acercó casi a saltos hasta ustedes, sus ojos vagaron hasta ti.— en realidad fueron dos disparos.
—Si se contar, Baji.— Kazutora le empujó de broma y ambos pararon hasta estar frente a ti.
—¿Quien fue Mikey?—Baji le observó con cierta diversión. Kazutora te observó más de la cuenta, tal vez le llamó la atención tu cabello.
—¿Qué?— le susurraste viéndole fijamente. El chico sonrió por un breve segundo y desvió la mirada al instante, observó ahora a su amigo parlanchín.
—Deberían castigar a quien se atrevió a ponerse a disparar como demente.— mordiste la piel interna de tu mejilla ya que una risa quiso salir de tu boca.— ¿quien viene a una reunión con un puto arma?
—Fiu... fiu...— silbaste disimuladamente, observando unos árboles de un costado.
Baji te prestó total atención.
—¿Fue ella?—Baji te apunto, observando esta vez a Mikey. El rubio asintió.
—Se me antojo ver el arma, ¿donde la traes?— Kazutora camino hasta dar una vuelta completa alrededor de ti, trato de adivinar dónde estaría la pistola.
—Este...
—Es mi culpa, es mía y _______ solo disparó sin saber que estaba cargada.— Sanzu sacó el arma de su pantalón y se la mostró a Mikey.— Aceptó la culpa si quieren expulsar a alguien o...
—Que buen hermano eres, Sanzu.— El líder de ambos, Muto, se acercó con cautela al revuelo que se formó por tu impulsividad. No supiste si asustarte más o aliviarte.
—Mucho...— Sanzu se impresionó al ver que su líder había notado el problema y ahora estaba junto a él.
—Yo me encargaré de que a _______ le quede claro no volver a traer sus juguetes a las reuniones, Mikey.— Muto tomó el arma que tenía Sanzu y la guardo él esta vez.
—Uf, que bueno que te encargarás, quiero irme a casa cuanto antes.— Mikey soltó un largo suspiro aliviado y se giró para comenzar a irse.— ¡Adiós!
—Vaya con cuidado, jefe.— agitaste la mano en el aire, despidiéndote.
Sanzu de inmediato bajó tu mano.
—¿Es tu hermana, Sanzu?— Baji se acercó a ti y paso uno de sus brazos por sobre tus hombros. Le miraste de reojo.
—Nunca nos dijiste que tenías una.— Kazutora imitó a Baji solo que del otro lado, no sabías a quien mirar.
La verdad ellos nunca hablaban con tu hermano, era obvio que no sabían
—En verdad somos dos.— ambos te observaron con curiosidad.— Yo soy la hermana mayor pero tenemos otra hermana menor.
Si hablamos de hermanas claro, Akashi es el mayor de todos.
—¿Y tú cabello?, no eres rubia como ese.— Baji apunto a Sanzu. Muto sonrió ante su atrevimiento.
—Quise destacar así que teñí mi cabello.— explicaste viéndole a los ojos. Baji siguió mirando tu pelo de color fantasía.
—Está lindo.— Kazutora tocó un mechón y lo inspeccionó de cerca.
—Aja...—coincidiste mirando también tu cabello.
—Bien ______, tu y Sanzu deben acompañarme.—Muto les interrumpió esta vez. Tu hermano agarro tu mano y te separo de los otros dos.— Debemos tratar asuntos de la división, no sé si olvidaste que también perteneces a la que está bajo mi mando.
—Lo se.— emitiste quejosa. Dejaste que Sanzu te lleve de la muñeca hasta donde sea que vayan. Desde atrás Baji y Kazutora se despedían de ti a gritos.
No pudiste aguantar la risa cuando gritaron un número telefónico.
—Tienen pinta de ser algo idiotas.— confesaste caminando entre ambos chicos. Sanzu le miró.— Si alguno se ponía a coquetearme, ahí la cosa se pondría intensa.
—¿Podrías con ambos?— Mutó te observó de reojo. Hiciste como si estuvieras pensando.
—Si, claro.— luego Sanzu bajo un poco su mascarilla para hablarte.
—¿Crees que les ganarías en una pelea?, esos son bastante buenos peleando.— Observaste a tu hermano con cierta confusión.— de los mejores en la ToMan.
—¿Estamos hablando de pelear?— respondiste con fingida confusión. Sanzu te miro de mala forma, rogando a que te dejaras de bromas, y Muto comenzó a reírse nuevamente.—Es broma, joder que te enojas por todo Sanzu. Son como dos años menores que yo, me sentiría mal.
—Tu hermana me cae bien, Sanzu.— Muto puso su mano sobre tu cabeza y desordeno tu cabello. Le empujaste colocando tu palma sobre el costado de su torso.
—Oye...— aún caminando Muto volteó su cara hasta ti.— ¿vas al gimnasio?
—Cállate de una vez, ________.— Sanzu subió su mascarilla con total vergüenza.
—Pero Sanzu, está re duro mira.— agarraste la mano de tu hermano para que toque el torso de Muto pero rápidamente la quito de tu agarre y se alejó un poco de ti.— No seas aburrido.
—Déjame, _______.— Sanzu se apresuró y se subió a su moto, simplemente huyó.
—Me dejó sola.— hablaste ahora tocando el duro abdomen de Muto. Le miraste hacia arriba, te sacaba una cabeza de alto.— Oye lidercito, ¿me lleva?
—¿No trajiste tu moto?— inclinó su rostro hacia abajo para observarte.
—Me castigaron y Akashi me la quitó.— Muto se te quedó viendo fijamente.— No me preguntes porqué me castigo, esa es otra historia.
—Mientras te llevo a casa cuéntamelo, debe ser interesante.— Observaste como Muto se acercaba a su moto y se montaba en esta, a brincos te acercaste.
Era una moto más grande que la tuya, te resultó enorme la verdad. No despabilarse por bastante rato ya que la apreciaste más de lo normal.
Te sentaste detrás de él y te sujetaste antes de comenzar a contarle la historia de tu castigo.
—Midámosla.— Mutó levantó su palma, uniste tu mano con la de el.— Woah, mi mano es pequeña al lado de la tuya.
—¿Tu crees?— Muto observó la diferencia de tamaños.— El problema es que la tuya es la anormal, es muy pequeña.
—El problema lo tienes tú, con tremenda manota.— Te defendiste viéndole mal. Muto separo el toque para agarrar tu mano y ver el dorso de esta.
—Mhm.— miró el dorso y luego giró tu mano para ver la palma, jugó viéndola, moviéndola de un lado a otro frente a su cara.— Si, el error es tu mano.
—Maldito.— reíste ante su acusación tan rara.
—Mucho.— Sanzu le llamó hasta la bodega y apuntó al tipo que estaba atado.— Hay que seguir con el trabajo.
—Cierto.— El más alto pasó una mano por su cabello, o bueno, lo que tenía, y entró a la habitación, le seguiste de manera animada.
—Espero que no te hayas equivocado, ________.— Sanzu te susurró sin que Muto escuche. El supuesto traidor estaba atado sentado en una silla, ahora debía Muto interrogarlo.
—Tu hermana tiene buena intuición, Sanzu.— te halagaste a ti misma. Muto comenzó a hacerle preguntas, con cada que no respondía le pegaba en el rostro a puño cerrado.— Uh, ese debió doler.
—Mejor les espero afuera.— Tu hermano les dejo solos junto al traidor y salió de la habitación. Quería ser el maduro de ustedes dos, sabias que a Sanzu le encantaba ver como golpeaban a los idiotas que se les ocurría traicionar la ToMan pero estabas tú ahí, dejó la diversión para ti.
—Habla de una vez.— Muto gruñó, nuevamente impactó sus nudillos en la mandíbula del chico. El sonido que provocó aquel golpe dio un cosquilleo por tu columna vertebral, casi te dolió el puñetazo.
—¿Puedo pegarle yo?— le preguntaste a tu líder. Muto arremangó más las mangas de su uniforme pero asintió, separándose un poco del chico.— Genial.
—Me gusta tu entusiasmo, eres buena chica.— Mucho busco una silla al azar y se sentó frente al acusado, desde ahí observó como te preparabas para tratar de hacer hablar al tipo.
—Gracias, Lidercito.— Le pegaste un puñetazo al tipo que se rehusaba a hablar. Tus nudillos de inmediato se ensuciaron con sangre, más porque de antes Mucho le había hecho bastante daño.
Luego diste otro, seguido de otro más hasta que por fin habló el acusado. Tu intuición estaba en lo correcto, el chico si filtraba información de la ToMan y colaboraba con pandillas enemigas.
—Como lo sabía... Te pegaré la ultima vez por si acaso.— dijiste para luego volver a golpearle más fuerte al chico. Muto soltó una carcajada algo ronca y te alejó de él ya ensangrentado traidor. Sujeto tu mano y la limpió con un pañuelo que traía siempre en su bolsillo.
—Te nombraría vicepresidenta de la división.— le viste sonreír levemente y siguió limpiando tus nudillos, primero de tu mano derecha para luego seguir con la izquierda.
—Nada te detiene.— canturreaste observando como tu mano desaparecía en comparación a las suyas.
—Si lo hago, vas a tener más atención de la necesaria.— arqueaste una ceja y le miraste por unos segundos.— eso no me agradaría. Y creo que a tu hermano menos.
—Uy, ¿El lidercito no quiere que me miren tanto?— bromeaste en un susurro, Mucho te presto atención aun sin dejar de pasar el pañuelo por el dorso de tu mano.
—Así es.— afirmó sin pena alguna. Abriste ligeramente la boca, lo confirmo como si nada y tan tranquilo como siempre.
Te quedaste en silencio sin saber qué más decir, eso fue inesperado. Muto termino de limpiar tus manos y te soltó finalmente.
—Yo me ocupo de él, puedes ir con Sanzu o... no sé.— le restó importancia y se concentró en el tipo que estaba ahora tirado en el suelo. Asentiste y saliste de ahí de inmediato.
Muto hizo lo que tenía que hacer y se encargó de limpiar, era dedicado para ciertas cosas sin duda.
Sanzu se despidió de ti luego, le dejaste irse ya que tenias a Muto para hacer de taxi. Si, eras algo confianzuda.
Te asomaste luego de un rato dentro de la habitación y viste al líder de la quinta división sentado en una silla, descansando luego de limpiar. Cerraste la puerta y esperaste hasta el tiempo adecuado para pedirle que te lleve a casa.
—¿Sanzu ya se fue?— Muto observó sus manos, sus piernas algo separadas contra el piso dejaron sus brazos cayendo entre ellas. Entrelazó sus manos y las observó con detención, no levantando su mirada hasta ti.
—Sep.— te recostaste contra la puerta, viéndole.
—Genial.— flexiono sus brazos y luego se incorporó, colocándose de pie. Frunciste el ceño un poco.
—¿Por...— Muto movió sus ojos hasta ti, su cara ligeramente inclinada hacia abajo daba una ligera expresión egocéntrica.— qué...?
Limonada
Tu mejilla raspaba ligeramente con la pared con cada movimiento que daba Muto.
Tus palmas se sostuvieron del muro en el momento en que embistió más fuerte contra ti. Sus grandes manos agarraron tus caderas y te acercó más a su pelvis, quedaste pegada más hacia abajo contra la pared.
No pudiste callar cada gemido que salió de tu garganta, su miembro era lo que esperabas sin duda, muy acorde a su 1,95 de estatura. El gran chico detrás de ti movía sus caderas con salvajismo, al ver hacia atrás solo apreciabas sus pantalones y ropa interior en sus tobillos con su cinturón desabrochado.
—Mierda...— soltaste en un gemido al sentirlo tan profundo, te llenaba de formas que creías imposible. Muto lucia tranquilo incluso, se mantenía ligeramente hacia atrás, observando con deseo como su miembro se abría paso por tu intimidad.
Ni se había molestado en quitarse su chaqueta, ni mucho menos su camiseta. Eso ya luego se lo irías a reclamar, sus músculos sin duda eran algo digno de ver a estas alturas.
Su pie empujó un poco el tuyo, tus piernas yacían muy juntas y él necesitaba acceder a más. El ritmo de sus penetraciones aumentaron, no creíste que pudiera darte tanto hasta ahora.
—Carajo... ¿hay algo que hagas mal?— masculló antes de soltar un largo gemido estruendoso. Su gruesa longitud se sentía tan bien dentro tuyo, le apretabas tanto que Muto tuvo que aguantar de correrse antes de lo esperado.
—Muchas cosas.— no pudiste dejar de lado tu personalidad tan especial y respondiste con cierta diversión. Oíste la risa de Muto, tan baja y para nada escandalosa como siempre.
—En esto eres espléndida.— te halagó una vez más, embistiendo, chocando su piel con la tuya. Mordiste tu labio para callar un fuerte grito que picaba con salir.
Muto paseó sus manos por tus glúteos, apretándolos como si fuese algún tipo de juguete o simple plasticina, los sostuvo y siguió golpeando dentro tuyo, saliendo y entrando rápidamente. Las palmas del chico subieron a la par de tu uniforme, levantó la chaqueta y tu camiseta un poco, observando la piel de tu espalda baja.
Tus uñas rasgaban la pared, no podías apoyarte en nada y casi te sentías caer. Pero aún así el placer era lo primero, te esmeraste en mantenerte en tal posición donde se sentía todo de Muto, una sensación totalmente placentera para ambos.
Juntaste tus labios con fuerza, callando los sonidos eroticos que luchaban por salir. El abdomen de Muto se acerco más a tu espalda, en cualquier momento se correría.
Tras un par de embestidas feroces del chico, le llamaste un par de veces, anunciando tu orgasmo que llego unos segundos después. Tus piernas temblaron ligeramente, moviste tu rostro y pegaste la frente a la pared, ahí apenas y dejaste salir unos gemidos de excitación puro.
Mucho siguió entrando y saliendo de tu calurosa y húmeda intimidad. Una de sus manos se enrolló en tu cintura para que no te vayas al suelo tras estar recuperándote de tu liberación. El siguió con lo suyo, tras unas profundas embestidas más le sentiste llegar a su clímax.
Escuchaste como soltaba un susurro no audible ante tus oídos, se afirmó de tu cintura y cadera mientras su esencia quedaba atrapada en el condón que se colocó con anterioridad.
—Que...— estabas totalmente cansada.— mierda...— soltaste una risita traviesa, nunca habías sentido tal sensación recorriendo cada parte de ti. A pesar del leve dolor en tu mejilla te sentías de lo mejor.
Hasta mejor que cuando le disparaste a aquel árbol.
Muto se separó de ti luego de un rato, hizo sus caderas hacia atrás y luego de ver como te apoyabas en la pared el pudo ir a deshacerse de la protección. No sabias si reír o darle un maldito beso por tal calurosa situación que pasaron ambos.
—Casi me partes en dos.— colocaste nuevamente tu ropa en su lugar, necesitabas irte a casa ya.
No sólo su persona impone presencia.
Confirmado.
—Lo siento.— Mucho acomodo sus pantalones y abrochó nuevamente su cinturón. Tras observar una sonrisa en su rostro decidiste desviar la mirada al instante para evitar decir o hacer algo que luego tal vez te arrepentirías.
—Ahora si que debo irme a casa o Sanzu me hará preguntas incómodas.— Mucho observó a tu persona y asintió. Sacó las llaves de su moto del bolsillo detrás del pantalón y te las mostró.
—¿Quieres conducir?— ofreció estirando la llave frente a ti. Asentiste de inmediato y le arrebataste la llave para comenzar a salir hasta el estacionamiento.
—Nunca he conducido una moto tan grande.— totalmente emocionada te montaste en la gran moto, Mucho te observaba con cierta ternura a tu entusiasmo.— Espero no chocarla, me disculpo antes por si pasa.
—Ya vamos.— Se sentó detrás de ti y enrolló su brazo derecho en tu cintura, todos sus detallados músculos se sentían incluso estando con ropa, casi babeaste.
—A la orden, Líder.— hiciste andar la moto de golpe, acelerando a fondo. Mucho se sostuvo con su mano libre agarrando tu muslo izquierdo.— ¿Voy muy rápido?, así ando en la mía.
—No importa.— dejó tu pierna y estiró su mano hasta el manubrio, se afirmó del centro de este para no caerse.— No me caeré.
—Está bien.— seguiste andando a toda velocidad, aprovechando la moto de Muto y su presencia detrás de ti al máximo.
—Te juro que no vi al auto ese.— te bajaste de su moto de un salto, diste un traspié sin querer.— menos mal giraste el manubrio antes.
—Si no lo hubiese visto habríamos chocado.— Muto estaba sorprendentemente tranquilo, no le importo que casi lo hayas matado hace unos minutos atrás.
—Pero no sucedió así que todo bien.— le sonreíste inocentemente. Mucho se acomodo más al manubrio para prepararse e irse.— Bueno, nos vemos mañana Lidercito.
Muto estiró su mano hasta tu rostro y te acercó bruscamente a él sosteniendo tu nuca. Tus ojos se abrieron de par en par cuando chocó su boca con la tuya.
Miraste alrededor aún con él besándote, tal vez estaba alguno de tus hermanos viéndoles.
En el momento que te soltó te hiciste hacia atrás nuevamente, te sorprendió el beso demasiado.
—Nos vemos mañana.— se enderezó en su motocicleta y sostuvo con fuerza el acelerador. Sonreíste algo tensa y retrocediste viéndole, Muto partió alejándose de tu casa.
Estabas tan impactada que simplemente entraste a tu casa y ni saludaste a tus hermanos, te recostaste en tu cama e intentaste dormirte rápido para que ya sea mañana.
Meow
Luego se viene de este personaje.
Aunque sea una mala persona y mal hermano, me han pedido MUCHO un Lemon de Taiju JKAJSKSJJSK
Ahí está la rayis
Osea ustedes
MIREEEEEN UUUUUUUUUUUUUUYYUUUUUUUUYYUUUU
No veo que Baji que se pinte el cabello pero digamos que si
Chiste cruel chiste cruel
Confirmen si Pah era el que tenía más dinero, que estoy segura fue el MAKDJDJDJJDJ
Aunque para identificar las voces soy re mala
Nuestro brother
Ay
@ryuuhix créditos
Habló como tres palabritas y ya me fui pal cielo 😩💖💖💖
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
MSKDKDJDKDKDKDKD MIREN ESTE Y LOS QUE SIGUEN
SALGAN DE AHÍ CONCHETUMARE
Eso era todo, cambio y fuera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top