| ESCENARIO |

Rayis se entera de que tiene una enfermedad terminal

Se que algunas personas me hicieron este pedido pero no recuerdo sus usuarios exactos [cry]

Capitulosadcapitulosadcapitulosadcapitulosad



La hoja ya estaba lo suficiente arrugada y pasó a ser casi inservible.

Diste un suspiro violento, llenaste de aire tus pulmones y luego lo dejaste salir, asi repetidas veces. Tratabas de tranquilizarte, de verdad lo intentabas.

—No es tan malo... no es como si...—Caminaste de un lado a otro, tu habitación comenzó a hacerse pequeña.—Tarde o temprano debiese morir ¿no?, solo que ahora se cuando podría ser... Tampoco es tan malo.—soltaste una risa nerviosa, angustiada. Tu labio tembló con anticipación al llanto que quería atracar contra ti, aguantaste.

Te sentaste en tu cama y guiaste tu mirada hacia tus pies, agachando la cabeza entre tus rodillas. No te enfocabas en los dolores que te acogían en ese instante, en tu mente estaba únicamente las palabras del doctor y como te observo para decirte tu tiempo estimado de vida.

Era difícil, era bastante complicado haber ido a escondidas a las sesiones, el disimular los síntomas frente a todos, ocultar los medicamentos y todo rastro de enfermedad en ti. Era realmente difícil.

—No hay tiempo para ponerse así, _______.—te dijiste a ti misma, reconfortandote. Te tomaste tu tiempo en ponerte de pie y tras sacar una chaqueta, saliste de casa.










—Sujétate bien.—A lo dicho te agarraste del torso de Kazutora con firmeza.— ¿A donde quieres ir?.

—Donde sea.—casi gritaste para que te escuche con claridad. Ya eran las tantas de la noche, muy pocos vehículos se encontraban en la calle y prácticamente no había gente alrededor.

El parque que siempre frecuentaba la ToMan y tú estaba ahora frente a ti. Los columpios te dieron algo de nostalgia, recordabas a la perfección cuando a los quince años Mikey te había empujado tan fuerte que terminaste de cara en el pasto.

Ese día, Draken tuvo que llevarte al hospital.

—¿Sucede algo?.—El de pelo bicolor habló a tu lado. En vez de estar sentada te estiraste hacia atrás, recostándome en el pasto.

—No.—Respondiste alzando tu vista para mirar las estrellas. Kazutora repitió tu acción y se recostó a tu lado. No era un silencio incómodo, eras tan cercana a él como a los demás desde hace mucho, simplemente se sentían en plena confianza siempre.

—¿Segura?, sabes que puedes contarme lo que sea.—Kazutora volvió a recalcarlo. Si, por ese largo tiempo también me conocían bastante bien.

—Solo... mañana debo contarles algo importante.—sonreíste mirando las estrellas, como estás brillaban y algunas parpadeaban a tus ojos.— a todos. Ya les avise.

—Está bien.—El chico junto a ti dejo de mirar las estrellas y giró su cabeza, observándote.— ¿No puedes darme una pista?, me da curiosidad.

No seas así.—comenzaste a reír ante su impaciencia.— se los dire a todos a la vez, no hay favoritismos.

—Creí que yo era tu favorito.—Aseguró siguiendo tu risa, achinó sus ojos cuando comenzó a hacerse más extensa.

—Los quiero a todos por igual.—aseguraste girándote a verle. Kazutora siguió riéndose, le miraste con atención lo despreocupado que se encontraba. Te gustaba cuando los demás reían.

—Lo tomaré pero me ofende muchísimo.—calmo su risa pero la sonrisa estuvo siempre ahí.— espero no sea que terminaras con nosotros.—bromeó en voz baja.

—No jodas así.—te carcajeaste ante su  poca seriedad, le diste un golpe en el brazo a lo que este te miro frunciendo sus cejas un poquito.—Solo... ya verás que es. Debes esperarme a que esté preparada.

Aquello último le hizo parpadear, sus ojos se entrecerraron un poco y te observo con mayor atención. A él nada se le escapaba si se trataba de ti, por eso decidiste hablarle para salir a dar una vuelta. Creíste que por tu comportamiento se daría cuenta de que algo sucedía y tal vez, tal vez, lo resuelva sin que se lo digas directamente.

Era algo imposible pero tenías la esperanza.

Igual le llamaste a él ya que es uno de los pocos que se duerme tarde, está hasta la madrugada hablándote así que aprovechaste.

—¿Preparada...como?.—ahora estando frente a frente no disimulaste tu expresión para nada, relajaste tu cara y desviaste la mirada, ahora observando el pasto.

El silencio reino en el lugar. Kazutora estaba realmente confundido, nunca te había visto tan decaída como ahora. Siempre habías estado calmada, relajada, las veces que te exaltabas era únicamente cuando tus amigos te molestaban demasiado. Millones de posibilidades se desarrollaban en su cabeza, tratando de ver qué sería que te tiene así.

—¿Estás embarazada?.— pero que idiota.

Le diste un manotazo en su brazo a lo que este te miro anonadado, acaricio la zona golpeada y frunció más su ceño.

—Solo bromeaba, no te pongas agresiva.—Kazutora estiró su brazo para engancharlo en tu cintura, se apegó a ti y colocó su mejilla sobre tu hombro.— ¿Tiene que ver con...?.— indago para que le digas una pista.

—Aún no te dire nada.—Kazutora se quejó en voz baja y se acurrucó más contra ti. Tu brazo que quedó bajo su cabeza lo guiaste hasta abrazarle por el cuello. Así se mantuvieron mientras mirabas las estrellas.

Kazutora subió su pierna sobre las tuyas, abrazándote como un koala prácticamente. Le diste un tiro a su pelo y este alzó la cara para dejar un beso cariñoso en tu mejilla.

Así pasaron al menos una hora, tú boca arriba mirando el cielo y Kazutora abrazándote colocado en su costado, una pierna y su brazo sobre ti.

–Ya vámonos.— hablaste cuando sentiste un frío contra tu cara. Kazutora se quejó y soltó, te incorporaste y huiste hasta su moto. Tu amigo te observo sentado contra el pasto, estabas actuando extraña totalmente y eso le preocupo.

—PERO ESPÉRAME, ni que tú fueras a manejar.—se quejó en un grito a lo que se levantaba del pasto.







—¿Nos llamaste a todos?.—Draken entro a tu habitación con un vaso de gaseosa en su mano.

—Sep.—respondiste desde tu cama, sentada sobre esta modo indio.

—Oh, yo pensé que solo seríamos nosotros dos y comida.—Mikey hizo una mueca, a pesar de su edad seguía igual de... infantil.

—Pues no, lo qué pasa es que quería decirles algo.—Hablaste más nerviosa de lo normal, mentalmente te regañaste a ti misma por ser tan poco disimulada.

Smiley se tiro a tu lado y recostó su cabeza sobre tus piernas, sonreíste a boca cerrada y te fijaste en los demás de pie frente a ti. Kazutora aún traía la duda en su cara.

—¿Que sucede?.—Inui estaba atento a lo que tenías que decir, los demás de igual forma e incluso algunos al ver tu rostro serio estaban asustados.

—Este...—tragaste saliva cuando sentiste la garganta seca, bajaste tu mirada hasta Smiley que estaba sonriendo en dirección a ti. Tu mano acaricio su cabello y alzaste la mirada nuevamente.— ¿Me acompañan de compras?.

El rostro de los demás se desencajó totalmente. ¿En serio los llamabas a todos tan seria para eso?.

—¿eh?, ¿de compras?.—Chifuyu soltó aquello sin creerlo. Takemichi a su lado dejó salir el aire que retenía en sus pulmones, aliviado.

—Si... no demoraré mucho, solo quiero salir un rato.—explicaste brevemente.

—Anoche me dijiste que era algo importante.—Kazutora se atrevió a hablar, los demás le miraron a la vez.

—Y lo es... necesito ropa nueva.—mordiste con firmeza tu lengua para no decir nada más, pensándolo bien no querrías que aún se enteraran, querías pasarla bien al menos un día más y ver sus sonrisas en sus caras.

—Puf, ya que.—Baji se estiró en su lugar, extendiendo sus brazos hacia arriba.— Vamos de compras entonces.

El camino fue todo bromas como de costumbre, entre frenazos y aceleraciones bruscas, Kazutora bromeó contigo sobre su moto. Hakkai a un costado se quejaba de que te podía hacer caer y mejor ande como una persona normal.

—Miren haremos un juego.—todos prestaron atención al escucharte tan emocionada.— elíjanme un conjunto de ropa y ganara quien escoja el que más me guste.—sonreíste tras finalizar, los demás también se entusiasmaron con la idea de competir entre ellos mismos.— al ganador le invitó un helado.

—Va a ganar Mitsuya, no es justo.— Draken se quejó viéndole.

—No es seguro, puede que me guste más algo no tan "profesional".—decidiste subir sus ánimos. Todos sonrieron menos Mitsuya que se sintió decaído por un breve instante.

Todos partieron despavoridos buscando prendas lindas en su opinión. No pidieron siquiera detalles, simplemente corrieron y buscaron algo llamativo o que tenga estilo ante sus ojos.

Al acercarse Baji le miraste con una ceja alzada.

—¿Todo negro?.

—Combina con todo.

Al llegar Takemichi admitiste mentalmente que la camiseta no estaba tan mal.

—Pero... los pantalones son algo anchos ¿no crees?.

—Oh cierto, lo siento.— rebuscó en otro lugar luego.

Te encontraste con Angry a los segundos después. El estiró las prendas que tenía en sus manos hasta ti para que las veas con atención.

—Sabes que me gusta este color, eso da puntos extras.

—Lo sabía.— aquel orgullo con el que habló te hizo sentir feliz.

Turno de Mikey, por alguna forma creyó que te verías genial dentro de una sudadera ancha y un buzo holgado.

—Me gusta, aunque los colores como que no combinan mucho, Mikey.

—La idea es que llames la atención ¿o no?.—indago confundido. Negaste con la cabeza.

Inui trajo consigo más prendas de vestir, miraste atenta cómo mostraba cada una.

—Falda por si hace calor y jeans por si hace frío.—le miraste divertida.

—Si, pensé en ambas opciones.

Cuando draken se acercó con ropa sobre sus hombros y manos, pudiste sentir como se frustró al buscar algo bonito.

—Lo que más me gusto fue la boina, está muy linda.

—Si, soy el único que te trajo un accesorio ¿cierto?.— asentiste a su pregunta.

Kazutora fue un caso aparte.

—Era un conjunto pero no tan completo, ¿me trajiste hasta ropa interior?.

—Pero está bonita, ¿no?.

Turno de Mitsuya, sin duda no te decepciono. Aunque...

—Está muy bonito pero... ¿no es muy elegante?.

—Para nada, siempre hay que estar presentable por cualquier cosa.—asentiste con la cabeza.

Cuando Smiley llegó con un montón de ropa sobre el, casi sin verse su cara, comenzaste a reír. De la cima te cayó una zapatilla en la cabeza.

—Auch, ¿no crees que es todo muy costoso?.

—¿y?.— había elegido ropa únicamente de marca y varios ceros, tal vez creía que eras millonaria.

Hakkai regresó con algo sencillo y muy a tu estilo. Yuzuha le debe aconsejar sobre la moda, tenías cero dudas.

—Este a sido uno de mis favoritos, Hakkai.

—Lo sabia, tienes los gustos como mi hermana y siempre salgo con ella de compras.—sonrió ampliamente, tenía experiencia entonces.— fue fácil.

Chifuyu estaba desesperado por encontrar ropa bonita pero según él no se decidía, llegó hasta ti con un vestido.

—Aww, que lindo.

—¿Solo lindo?, me esforcé por encontrar algo perfecto.— lloriqueo contra la prenda, miraste a los lados por si había otro amigo suyo para pedirle ayuda.


—Bien, digamos que todos ganaron.—tu emoción se notaba en la voz. A excepción de ti, tus amigos soltaron abucheos contra tu persona.—Hey, deberían estar felices.

—¡Elige un ganador!.—Smiley alegó.

—Eso sería empate, no vale.—Mikey también se quejó contra tu decisión.

—Basta, les compraré unos helados y se van a quedar callados, sin quejarse.—alzaste un poco la voz para que te presten atención. Los demás te miraron fijamente, calladitos.— Bueno ya vámonos.

—¿Y qué ropa compraste?.—Mitsuya llegó rápidamente a un lado de ti, caminando de costado para poder mirarte.

—Ah, elegí algo que estaba en oferta.—admitiste sin mirarle, te enfocaste en el piso y tus piernas para que no cayeras de repente. Mitsuya se indignó completamente y soltó un bufido, algo enfadado por tu poco estilo de moda.

Aguantaste una risa cuando Chifuyu le puso el pie a Takemichi y este casi se va de cara contra el suelo. Las personas que iban pasando a a su lado se le quedaron mirando algo extrañados. Lo peor fue cuando Take por miedo a caerse se agarro de lo que tenía a un lado, el pelo de Mikey.

Mikey comenzó a perseguir a Takemichi.

—NO CORRAN POR EL...—callaste tu grito cuando los viste a ambos; Mikey y Takemichi, resbalarse en cierta zona del centro comercial y caerse de culo a la vez.

—Déjalos que se peleen un poco.—Baji sonrió mostrando su dentadura, se divertía más de la cuenta cuando Mikey golpeaba a Takemichi.

Ah pero cuando Mikey le pega a él, queda calladito.

¡Quiero de chocolate!.—Te tiraron de la muñeca hasta la heladería. Smiley te llevo directamente a la caja y espero pacientemente a tu lado.

—Hola... quiero un...—miraste a Smiley, este apunto a un helado en específico.—ese con helado de Chocolate.

—Yo quiero de menta.—Mitsuya hablo detrás de ti.

—Uno de menta, del mismo tipo y...— Hakkai quiso uno de vainilla.—uno de vainilla, también de ese tamaño y.—Angry apuntó a un helado azul.— ese sabor, creo que es de chicle o no se...

—¡QUIERO DE GALLETA!.—el grito que dio Kazutora te retumbó en los oídos más de la cuenta, un dolor apareció en tu cabeza.

—Ok pero no grites, ¿si?.—sostuviste tu frente por un breve segundo.— un helado sabor galleta también, por favor.— Baji pidió de Nutella y Chifuyu le copio, pidiendo el mismo.— dos de sabor nutella.— Draken estuvo indeciso por el sabor, vio cada uno con total atención pero tras demorarse más de la cuenta Baji pidió por el; Frutilla.— uno de frutilla.— Inui pidió de piña.— uno de piña también por favor.

—Faltan Mikey y Takemichi.—Hakkai se lamentó en voz baja.

—Y dos más de chocolate porfis.— el vendedor anotó y anotó todo lo que le pediste.— Vayan a sentarse y espérenme allá, voy en un rato.— parecías su madre, era algo extraño.

Tras decir el monto le pagaste al vendedor y te quedaste esperando a un lado. Desde la distancia apreciaste cómo todos rebuscaban sillas para ponerlas juntas en una mesa, tuvieron que juntar tres mesitas para que puedan sentarse bien.

Al poco rato regresaron Mikey y Takemichi entre risas, el primero con un brazo sobre los hombros del segundo. Al llegar donde los chicos estos le contaron el sabor que pidieron por ellos y Take sonrió, Mikey en cambio arrugó la nariz.

—Ya están listos.—Anunciaron en el mesón.—Le ayudaré a llevarlos.— agradeciste y tomaste una bandeja con varios vasos de helado sobre esta. Los rostros de tus amigos se iluminaron cuando vieron acercarse los postres, "quiero quiero quiero" Mikey hablaba emocionado esperando su helado.

—No dejen nada o les pego.—Te sentaste en medio de Mitsuya y Mikey.

—¿Tu no pediste nada?.—susurró cerca de tu oído Mitsuya, un breve susurro apenas audible.

—No me siento bien.—tu mano se paseo por tu cuello, nerviosa. El de pelo lila observo tu acción con detalle, dejo su helado y levantó su mano hasta tu frente, buscando tal vez que esté caliente.

—¿Que te duele?.— pregunto en voz baja. Los demás se encontraban entretenidos con sus helados o simplemente charlando entre sí, casi a gritos.

—Solo desperté algo refriada, más que nada es cansancio eso es todo.—apoyaste tu mejilla contra tu mano, el codo haciendo de apoyo contra la mesa. Le sonreíste para tranquilizarle pero tu amigo tomó la cuchara que estaba en su helado y la puso frente a tu boca.

—Al menos pruébalo.— negaste con la cabeza y alejaste tu mano.

—Si quisiera me hubiese pedido uno, relájate.—soltaste unas risitas al ver como su ceño se fruncía con molestia.— me duele la garganta un poco, se me hace mala idea tomar helado.

Mitsuya pareció entender así que siguió comiendo en silencio.

Tenías que decirles claro está, cosas como estás no se pueden ocultar así como así y mucho menos si es a las personas más cercanas a ti. Debías hablarlo... tal vez regresando a casa. Si, hay que disfrutar lo que queda del día.





—¿Se quedan a dormir?.—hiciste un breve puchero. La ToMan ya estaba saliendo de tu casa, amontonándose en la puerta de entrada para ver quien salía primero.—Vamos, hagamos una pijamada.

—Mañana tenemos que trabajar.—Chifuyu se apuntó a sí mismo y a Baji.

—Mañana es Sábado, Chifuyu.—Draken le miro en una mueca, Mikey se ahogó por reprimir una risa.

—Ah, entonces si.—Sonreíste a Chifuyu, era demasiado despistado.

—¿Y ustedes?.—miraste a Takemichi, Mitsuya, Hakkai, estos asintieron sin problema alguno.

—Por mi está bien.—Smiley sonrió mostrando sus dientes. Angry simplemente entró a tu casa.

—Entonces... ¡córrete!.—Baji te movió y se tiro al sofá del comedor, tras estirarse encendió la televisión con el control remoto.

El plan iba bien, estarían tranquilos un rato y luego les contarías tu diagnóstico. Era un plan sencillo.

—¿Tienes aún tu juego?.—Chifuyu llego hasta ti, el tiempo de te paso volando y ya todos estaban alrededor de la televisión, tú aún de pie cerca de la puerta.— ese para bailar.

—Si.—Tratando de recordar donde lo habías puesto miraste alrededor de la casa, estabas segura estaba por algún lado.—Me parece... debe estar por acá, espera.—Chifuyu observo con sospecha como te comportaste, tu decaimiento era notorio incluso para él, el que estés más distraída de lo normal era raro. Encontraste el juego y se lo diste para que prendan la consola y comiencen a jugar. Era su favorito cuando querían burlarse de los demás y entre sí.

Tras ver que todos estaban entretenidos burlándose de como trataba de bailar Draken, fuiste a la cocina para preparar algo de comer. Tu celular sonó, la alarma que indicaba la hora de tomar medicamentos te aviso nuevamente. El dolor de cabeza que tenías era realmente insoportable. Los pequeños temblores en tus manos que habían empezado hace unas horas y como en general estabas débil, se notaba como empeoraba tu físico cada vez más. Tras buscar entre los cajones las cajas de medicamentos las sacaste sin dudar y te serviste agua en un vaso, miraste con fijeza y algo de ira las pastillas de colores frente a ti.

—¿Que pasa?.—por el susto dejaste caer un par al suelo, rápidamente te agachaste y las recogiste, tirándolas al basurero junto a ti.

—¡Nada!.— al ponerte de pie comenzaste a tratar de guardar las cajas y pastillas donde correspondía, tus manos se enredaron entre sí y tiraste algunas cajas al suelo.— Nada solo... estoy.

Hiciste prácticamente un desastre, guardaste un par de pastillas en cualquier caja al azar y las demás se cayeron al suelo. Tapaste tus ojos con cada mano y apoyaste tus codos contra el mesón, no debí evitar por hoy.

Mikey recogió las pastillas del suelo y las dejo sobre la mesa en la que estabas apoyada. Ocultaste tu cara entre tus manos, trataste de evitar hablarle o explicarle algo.

Una mano se apoyo en tu cabeza, sus dedos se encogieron y estiraron sobre tu cabello, haciéndote cariño. Solo ese toque tan cariñoso de uno de tus mejores amigos hizo que la noticia de antes te golpee de lleno; comenzaste a temblar, tu pecho fue de arriba a abajo e intentos de sollozos salieron de tu boca en voz baja a la vez que sentías como acariciaba tu cabello.

—Lo lamento.—soltaste un gemido quejoso, tú labio tembló mientras hablabas.—Yo... les tenía que decir algo pero no me atreví antes.—El rubio acercó su oído hasta ti, estaba intrigado por lo que sea te atormentaba en este momento.

—¿Que sucede?.— suavizó un par de tonos su voz normalmente exagerada. Sacaste tus manos de la cara y tomaste las pastillas que antes estaban en el piso para botarlas.

—Estoy jodida.—Inconscientemente soltaste una risa irónica. Mikey te observo con atención y preocupación, su frente se arrugo un poco.— yo...

—¡_______, tu turno!.—Kazutora apareció en la cocina con el mando del juego en su mano. Tu y Mikey le miraron a la vez, Kazutora realizo una mueca.— ¿qué?.

—No seas boba y ya dilo.—Mikey te miro de reojo agarrando un mechón de tu cabello.— y más si es algún problema, te aseguro que no se burlarían.

Hablo el más burlón.

—Bien, tienes razón.—te giraste más decidida, al intentar caminar la visión se te puso más borrosa que de costumbre.—Mierda.—te sostuviste del mesón detrás de ti, debe ser la presión, debo estar nerviosa eso debe ser.

Kazutora se apresuró hasta ti, Mikey te sostuvo de las manos cuando cerraste los ojos por unos segundos y luego parpadeaste aturdida. Una sensación de malestar se instaló en tu cuerpo y mientras veías a Kazutora acercarte a ti cerraste los ojos y te desmayaste contra Mikey.









—No me jodas con eso, Mikey.—una vocecilla entró por tus oídos, te removiste un poco.— no juegues así.

—¿Por qué?.—otra voz habló. Un golpe seguido de unas hojas arrugándose se escucharon por la habitación. Ibas a abrir los ojos pero alguien se removió debajo de ti y te acariciaron el rostro.

—Debe ser una broma.—otra voz habló a lo lejos, querías mirar pero te sentías demasiado cansada.

—El maldito papel no parece falso, no seas idiota.—otra grave voz habló. Todas las voces eran distintas, no pudiste identificar ninguna.

—Despiertenla y díganle que nos hable.—hubieses reído por aquel comentario, y más cuando se le escuchó quejarse a causa de un golpe.

Comenzaste a mover tu cabeza, acostumbrándote al estar despierta. Con torpeza abriste los ojos y con pesar parpadeaste acostumbrándote a la luz de la ampolleta, estabas sobre tu cama.

—Shh, tranquila...—quien te sostenía contra su pecho acarició tu mejilla con suavidad.

Moviste tu mano y te respondieron con un fuerte apretón, entrecerraste los ojos para mirar a un costado; Takemichi te observaba con una leve sonrisa a lo que sostenía tu mano.

—¿Me desmaye?.—tu mano libre la llevaste a tu cabeza, sentías que en cualquier momento te iba a estallar. Al hacer ademán de sentarte sobre la cama te sostuvieron detrás de ti para volver a recostarte, al mirar hacia arriba Kazutora te observaba preocupado totalmente. Cuando los demás te escucharon rápidamente se acercaron a ti, algunos algo enojados.

—¿Como te sientes?.—Smiley se acercó demasiado a tu rostro, preocupado por si te dolía algo. Angry repitió lo de su hermano, se acercó a ti desde un costado.— ¿Te duele algo?.

—Estoy bien.— la mano de Kazutora siguió a un costado de tu mejilla, sosteniéndote. Al decir eso varios pares de ojos te miraron seriamente, casi forzando a que digas la verdad.

—Mikey ya nos dijo que estabas tomando medicamentos.—Inui, quien se había mantenido callado y pensativo, se acercó más a ti.— Sabes que puedes decirnos lo que sea.

—Además, ¿que es esto?.—Baji mostró unos papeles arrugados, alzándolas a la altura de su cara.— ¿es verdad lo que dice aquí, ________?.

—No seas tan bruto, Baji.—Draken le quito los exámenes que te hacías regularmente. El de cabello largo siguió con sus ojos en ti.— _______, nos lo dirá cuando se sienta lista.

—________, ¿Somos tus amigos, cierto?.—bajaste tu mirada hasta tus manos sobre tu regazo, también miraste la mano de Takemichi que aún seguía sosteniendo una de las tuyas. Chifuyu soltó aquella pregunta como si fuese tan dolorosa.

—Claro que si.—Tu mano libre la llevaste a tus ojos, rascaste tu frente con nerviosismo y la dejaste sobre la mano de Takemichi.— solo que... no se, no lo creí necesario.

—¿Podrías decirnos de qué va esto?.—Hakkai era el más nervioso ante tus ojos.— por favor.

—La idea era que yo tenía que decírselos, no enterarse así.—diste un pequeño grito frustrado.— Son tan metiches.—los regañaste en medio de la incomodidad que sentías, no pensaste que fuese tan complicado decir que te vas a morir, el tema para ti era común, nunca lo tomaste como algo tabú.

Quedaron en silencio todos, no querían presionarte a pesar que sentían una angustia incrementándose dentro suyo.

Te armaste de valor y te giraste un poco para estirar tu mano a la mesita de noche, del cajón sacaste el papel del día anterior, de la última visita al doctor. La extendiste a quien la tome, te la arrebato de golpe Mikey, sosteniéndola contra su cara y comenzando a leer todo rápidamente. Mitsuya le quito la hoja al rubio ya que estaba demorando demasiado.

Te rehusaste y te extendiste hacia atrás, Kazutora te sostuvo abrazándote del cuello, su mentón presionando la cima de tu cabeza.

El de pelo lila ya había terminado de leer todo pero lo releyó unas dos veces más. Cuando bajo la hoja de su rostro fijo su mirada en ti.

—¿Es en serio?.—casi y no escuchaste su pregunta, la hizo de manera tan baja que apenas se escuchó. Hakkai tomó la hoja entre sus manos y Draken con Chifuyu se pusieron a cada lado también leyéndola.

Kazutora ya lo sabía. Lo sospecho cuando salieron aquella noche y lo confirmo al verte actuar este día tan distante y apagada, más aún con el asunto de los medicamentos.

Y así fue como la hoja fue pasando uno por uno, la verificaron más de las veces que pudiste contar, la releyeron, cada párrafo a la vez. Aún así, trataron de no entrar en pánico, no podían hacerte sentir peor de lo que estabas.

—No me dijeron tiempo exacto.—comenzaste a hablar llamando su atención.— solo qué tal vez me quede un año como mucho. Debió ser mi descuido en no ir regularmente al médico, tal vez fue eso.—esbozaste una sonrisa forzosa, no planeabas estar triste en un momento así.— saben que soy demasiado descuidada, debió ser eso que adelantó mi muer...

—No digas esa palabra.–Baji te interrumpió de golpe. Tu amigo expresaba todo con la cara que tenía en ese instante, se veía enojado.

—¿Estas enojado, Baji?.—buscaste su mirada, este la evitó por cualquier medio.

—No estoy enojado contigo.—relajó su postura y desordeno su cabello, sin saber qué decir.—Me enoja no haberme dado cuenta que algo te pasaba. Hace mucho que te has estado sintiendo mal, ¿cierto?.

—Ya llevo bastante así.—admitiste con un hilo de voz. El ambiente se notó serio, preocupado, te llegaste a sentir algo ahogada al no escuchar ninguna broma en ese momento. Por todo bromeaban pero ahora estaban muy callados.

Draken tomó asiento en la orilla de la cama justo frente a ti en medio de tus pies. Los demás estaban regados dentro de tu habitación, Inui se encontraba silencioso viendo fuera de la ventana, sus brazos cruzados contra su pecho. Smiley se había sentado en el piso a un lado tuyo, no estaba sonriendo como normalmente hacia, en cambio su rostro estaba concentrado en dirección a sus pies.

Chifuyu estaba junto a Baji, este último con cada mano a un lado de la cadera, apoyado con un pie contra el piso. El rubio solo miraba al silencioso techo, pensando qué decir o hacer. Hakkai estaba quieto en una esquina de la cama, sin saber qué hacer. Mitsuya por otro lado se había sentado en la cama dándote la espalda, más alejado, y enterró su rostro en sus manos con la espalda encorvada.

—Me ponen nerviosa si están tan callados.—admitiste soltando una risita. Angry levantó su mirada hasta ti, se había quedado quieto a tu lado sin decir ni hacer nada.— al menos hoy deberíamos divertirnos, no, no sólo hoy.—te rectificaste al instante.— hagamos cosas locas estos días, ¿les parece?.

—¿Como que?.—Takemichi jugó con los dedos de tu mano, le miraste con diversión.

—Mmm, aún no se me ocurre nada.—te incorporaste un poco, Al sentir un leve pinchazo en tu cabeza decidiste no ponerte de pie, solamente te enderezaste más y seguiste recostada contra Kazutora.—¿Vayamos a pintar un mural?.—giraste tu rostro hasta dar con el de tu amigo, Kazu estaba viendo a la pared frente a él sin ninguna emoción expuesta en su rostro.— ¿Tora?, vamos se que me acompañarás, no necesito preguntar.

—¿Quieres pasar un día en una celda?.—se burló Smiley aún con su atención en el piso.

—Puede... es tentador, ¿no crees?.—Sonreíste a boca cerrada mirando ahora al gemelo alegre.— me gustaría hacer varias cosas la verdad, pero tengo tiempo aún.— acurrucaste tu mejilla contra el pecho de Kazutora.—Bueno, tenemos tiempo aún.

—Tienes razón.—Mitsuya se levantó de la cama y se giró para llevar su mirada hasta ti.— ¿Que les parece si vemos una película?, ya luego veremos qué hacer mañana.— trato sin duda de desviar el tema para no seguir con el ambiente tan tenso, ahora se haría lo que tú quisieras o al menos eso trataría.

—Tienes razón, estamos en una pijamada así que debemos divertirnos.—Draken también se puso de pie y te regaló una sonrisa amplia.— ¿Que película quieres ver, _______?.

—Oh vamos, yo quiero elegir ahora.—Mikey también siguió la corriente, hicieron como si nada hubiese pasado porque así lo querías, ellos te conocían perfectamente.— veamos rápidos y furiosos.

—Mikey, esa ya la hemos visto veinte veces.—Baji soltó unas carcajadas, tras decir eso te miro intensamente para luego tirarse junto a ti, casi aplastando a Takemichi.— como siempre yo al lado de ________, se joden ustedes.

—Que maldito.—Angry se quejó en un murmullo. Apoyaste una mano contra el colchón para sentarte y mostrarte con más ánimos.

—No, quédate aquí.—Kazutora te abrazo por la cintura y te apego a el, quedaste sentada entre sus piernas. Llevaste tu mano a su brazo para sostenerte de él y Takemichi se acomodó bien para recostarse también. Baji se quejó ya que su cabeza daba justo en su brazo así que llevaste una almohada para que se apoye ahí.

Todos buscaron un lugar donde colocarse, Hakkai se encargó de colocar la película, eligieron una graciosa y que a la vez te encantaba.

Te sorprendiste cuando Mitsuya llegó hasta ti con un vaso de agua y cajas de medicamentos, Kazutora te ayudo a enderezarte para que los tomes.

—¿Como supiste cuales?.—tomaste un par de las pastillas.

—En verdad no tenia ni idea, solo te traje las que encontré.—Sonreíste ante su respuesta. Bebiste el agua para tragarlas correctamente, luego tomaste las restantes.

—Gracias.—el te sonrió y llevo el vaso nuevamente a la cocina. Al voltear tu cabeza en dirección a la televisión todos los demás dejaron de verte de golpe, los alcanzaste a notar pero no dijiste nada, era normal que aún sintieran curiosidad.

Aquella noche todos se pelearon para ver quien dormiría junto a ti. Era costumbre en todas su pijamadas pero esta era especial así que no solo pelearon sino que también se pusieron de acuerdo para ver quien esta vez. Según te dijeron irían por turnos ya que no sería última vez que vendrían a dormir contigo.

Los días transcurrieron muy rápidos, si no iban ellos a verte tú te pasabas por sus trabajos, ayudando a Chifuyu y a Baji con su tienda, yendo donde Draken para molestarle mientras reparaba motos o involucrándote en la ToMan en general con Mikey.

Mitsuya te pedía casi a diario que te pases por su taller ya que necesitaba una modelo para sus confecciones. En más de una ocasión habías sufrido recaídas mientras estabas con ellos, se ponían completamente nerviosos y dejaban todo lo que debían hacer para llevarte a urgencias, aún así les dijeras que era normal. Lo otro que te encantaba era cuando Angry y Smiley te enviaban regalos a casa, todo tipo de golosinas que pudieras y te gustaba comer.

Takemichi te invitaba a su casa seguido, Hinata también varias veces te llevo de compras con ella y Yuzuha. Hakkai te llamaba a diario, aunque no pudiera pasar a verte personalmente nunca faltaba su mensaje o audio de voz para que le cuentes de tu día.

Inui pasaba por las noches a verte, tras conversar de cosas triviales te preguntaba por cada cita al médico que tendrías y te acompañaría a cada una de ellas. No tiene muchas cosas que hacer así que se le hace fácil. Ahora, Kazutora también estaba muy al pendiente de ti pero era a quien más se le hacía difícil ir a verte. Todos sabemos como es su personalidad, simplemente al verte a los ojos y ver lo agotaba que estabas, le ponía mal.

Hoy, por suerte apareció de nada entrando por la ventana de tu habitación. Estaba lloviendo a cántaros así que habían pospuesto la pijamada de esa noche.

—Kazutora, ¿y tú?.—te levantaste de la cama de manera apresurada y tras ir al armario sacaste una toalla para llevarla a su largo cabello. Comenzaste a tratar de secarlo con esta, tu amigo simplemente te observaba casi sin parpadear.— habíamos dejado para otro día la pijamada, ha habido un temporal tremendo... Te vas a enfermar.

Refregaste la toalla contra su cabello un par de veces más hasta notar su rostro con mayor claridad. Esta triste.

—¿Que sucedió?.—te atreviste a preguntar bajando los brazos a tus costados. Un leve temblor en su labio inferior se hizo visible, pudiste apreciar a pesar de la poca iluminación como sus ojos se colocaron brillosos, sus cejas se arrugaron un poquito. —¿Que pasó?, ¿estás bien?.

Al verlo negar te preocupaste demasiado, tomaste tu rostro entre tus manos y lo sostuviste con firmeza. Kazutora desvió su mirada de tus ojos para observar la pared detrás de ti. Tu mano derecha fue a su frente, sin encontrar signos de que tuviese fiebre o algo similar.

—Vamos háblame.—tu voz salió muy bajita, Kazutora devolvió sus ojos a los tuyos y tras apretar los labios se inclinó lentamente hasta ti, sus manos temblaban dentro de los bolsillos de su chaqueta, estaba muerto de los nervios.

Sus ojos fueron revoloteando, queriendo cerrarse cuando sus labios impacten los tuyos pero antes de que se toquen pusiste una mano contra su boca, tapándole.

—No hagas eso...—tu boca se mantuvo entreabierta, tus ojos se cerraron con fuerza durante unos segundos, de repente te entraron ganas de llorar.—Sabes que no puedes besarme, menos ahora.

Kazutora observo con dolor lo que decías. Abriste los ojos para volver a mirarle, una lagrima bajo por uno de sus ojos y te contagió la tristeza. La mano del más alto fue a tu muñeca y la bajo sin mucha fuerza, agachaste la mirada para evitarle, para no prestar atención a su rostro dolido.

—Al menos déjame besarte.—Murmuró en un susurro bajito, suplicándote. Negaste con la cabeza, tus ojos ya reteniendo las lágrimas que pinchaban con salir al exterior.— Por favor, quiero besarte ________.

—No puedo hacerte esto, Tora.—tu voz se quebró en medio de la frase. Kazutora siguió sosteniendo tu muñeca en el aire, no queriendo separar su tacto de ti.— sabes... sabes que va a pasar y no es justo para ti.

El chico al ver como lágrimas salieron de tus ojos golpeando el piso, decidió atreverse. Sus palmas encontraron tus mejillas y alzó tu rostro para juntar sus fríos labios contra los tuyos. Un toque delicado, duradero y sin duda puro. Kazutora se mantuvo ahí pegando su boca a la tuya con tranquilidad, a pesar de ambos sentir como lágrimas pasaban rozando sus labios, correspondiste el beso al poco tiempo después.

Kazutora enrolló un brazo en tu cuello y el otro te abrazo de la cintura, te apego a su cuerpo buscando tu presencia, no queriendo soltarte nunca. A pesar de la situación, sonreíste en medio del beso.

Cuando se separaron ambos a la vez, Kazutora junto su frente con la tuya, moviendo ligeramente la cabeza de un lado a otro, el sin duda estaba en un sueño. Acaricio su nariz contra la tuya y dejo un breve besito en tus labios para luego separarse nuevamente con su frente contra la tuya.

—Sabes que te amo, ¿no?.—asentiste a su pregunta, no era muy disimulador y varias veces los demás te lo daban a entender con sus casi bromas. Kazutora soltó una risa sin gracia, pequeñas lágrimas cayendo por sus ojos.

—Yo también lo hago, Tora.—admitiste con una radiante sonrisa. Kazutora abrió sus ojos que mantenía cerrados, sus pestañas casi tocan tu piel. Le miraste hacia arriba y ambos entrelazaron sus miradas, Kazutora en aquel momento se sintió completo.

Te sentías terriblemente egoísta, por tu cabeza pasó la posibilidad de tal vez negar tus sentimientos como lo hacían en las películas, para que él no sufra por tu partida más aún. Pero simplemente se te fue imposible, el se atrevió a confesarse y lo mínimo que debías hacer era responderle con la verdad.

Kazutora te abrazo desde el cuello, tu rostro se apretó contra su pecho algo mojado por la lluvia. Envolviste su torso con tus brazos, abrazándole de igual manera. En aquella noche todo se sintió tan bonito, Kazutora te había contado a detalle como es que supo que se había enamorado de ti, su proceso de negación y como amenazaba amistosamente a sus amigos de qué no sean tan pegotes contigo. Afirmó que no era muy duro.

Desde aquella noche no tuvieron miedo de que los demás les vean más cercanos que de costumbre, ambos se sentían bien en compañía del otro y Kazutora prefería estar contigo que incluso trabajar. Meses y meses pasaron hasta aquel día en que pararon en el hospital una madrugada, estuviste hospitalizada unos días, todos te visitaban cuando se podía e incluso, muchas veces entraron a hurtadillas para verte fuera del horario indicado.

Llevaban dulces a escondidas de regalo, incluso tus amigas llevaban maquillaje nuevo y costoso para que los veas y te maquillaban a veces, cuando las enfermeras les dejaban.

Pasaste viendo varias películas junto a Kazutora en la camilla del hospital, se subía y se recostaba junto a ti, envolviendo su brazo bajo tu cabeza y sosteniéndote contra el. No faltaban las burlas de Mikey o los alegatos de Smiley de que él también quería tu cariño.

A escondidas, Chifuyu y Baji llevaron un gatito para que lo veas y juegues un ratito, luego los pillaron y tuvieron prohibido visitarte por dos días. En ese par de días iban de igual forma y te hablaban desde el primer piso, tenías que asomarte por la ventana para escucharles.

Lo pasaste demasiado genial aunque se hacía presente con más intensidad los dolores. Aún así, todos tus amigos al entrar por la puerta de tu habitación sonreían como siempre, demostrándote que estaba bien, que ellos estaban bien. Hicieron muchas idioteces dentro del hospital, y reías, aunque no como de costumbre. Si hubo un momento de llanto, cuando Angry no aguantó muchos días verte sin siquiera pararte de la camilla y solo al entrar a la habitación comenzó a llorar.

Pero en general, aquellos días fueron lo mejor para ti. Y más aún porque recordaste cada momento que pasaron antes de llegar a esa instancia, con cada visita de tus amigos y con cada paseo que dieron junto a ti, unas semanas antes habían viajado a la playa todos juntos, tomándose unas vacaciones muy alargadas. Todo eso se repetía en tu mente cada noche cuando quedabas sola.

Hasta que sucedió el día final. Recordarías con nostalgia cuando pasó, Kazutora estaba junto a ti como siempre, ambos sabían que ese día era diferente a los otros así que el chico se metió dentro de las mantas del hospital y te abrazo con fuerza. Enterraste en aquel instante tu nariz en su pecho, aspirando su aroma tan familiar, tan reconfortante.

Kazutora se deshizo en llanto cuando la máquina no encontró latidos, pero se abrazó a ti sin disminuir su agarre. Eso le destrozo. Tuvieron que administrarle un calmante ya que estaba simplemente descontrolado, era bastante claro que sabía lo que pasaría pero él aún no lo terminaba de aceptar. Ni siquiera llamo a los demás, solo envío un breve mensaje al grupo que tenían entre todos.

En menos de cinco minutos tus amigos ya estaban en el hospital junto a Kazutora, en el pasillo, todos reunidos en los asientos. Sus ojos y narices rojas, las lágrimas cayendo por sus mejillas empaparon sus ropas. Sollozos profundos y algunos gritos desamparados se escucharon en aquel pasillo obscuro. Todos sabían que pasaría pero ninguno estaba preparado.











Para variar de lo hot a lo sad.

Les juro que me arrepiento un poco en hacer el capítulo KSKSKSKKSK es que me dio pena pero bueno, ahí está <3

Les dejo a Mitsuya lindo

A Mikey casi asesino

A Takemichi (mivaron) y Chifuyu golpeados.

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