| ESCENARIO |
Pedido de no recuerdo quien :)
Capítulo no corregido, mientras vaya encontrando errores lo iré editando<3
La ToMan durante el PARTO
Busque headcanons de estos tipos siendo padres y me pille con varias que coincidían en que Kazutora al enterarse se iría para pensar porque él no lo había planeado KAJSKKSKSK me lo dejaron como lo peor [cry] pero bueno, lloremos.
Pd; Aquí los bebés si son bonitos, ficción así que no me comenten que cuando nacen son re feos porque se sabe NAJJSJS pero shhh
Además que viniendo de estos cabrones de la ToMan, diría que hasta los bebés salen perfectos.
Pd2; nunca he estado en un parto así que me guiaré por películas, no me funen si no es así xd
Mikey
—Vamos ________, debe ser un dolorcito menor, ¡tú puedes!.—Mikey sostuvo tu mano con fuerza, tú a gritos y quejidos trataste de responderle.
—¿En serio crees que es un dolorcito?.—diste suspiros pesados y Mikey se acercó a tu rostro, su oído más bien.
—¿Que dices, amor?.—murmuro contra el ruido.
—QUE ME DUELE TODO, NO ES UN DOLORCITO.—Hablaste más fuerte y Mikey se alejó de golpe, sobando su oído.
—Bien, lo siento, lo siento.—Se disculpo y se acercó para abrazarte por la espalda.
—Igual de gritona que siempre.—Draken murmuro en la esquina de la habitación. Si, había entrado también. Según Mikey se había escabullido el solito, y cuando el doctor le miró para echarlo simplemente recibió una mala mirada, por eso nadie lo ha sacado.
—Mikey... joder, dile al doctor que se apure.—Le dijiste a tu novio, este al mirarte con tal mueca de dolor te hizo caso en un suspiro.
—¡Doc!, apúrese que a mi novia le está doliendo mucho.—Se asomo hasta donde estaba el, aun sosteniendo tu mano. Su mueca fue a una de completo pánico al ver el escenario.—Ay, no, mejor no veo.—fue hasta ti nuevamente y te abrazo de nuevo.
—Pero no mires, idiota. Te vas a desmayar.—Draken opino de lejos.
—No soy tan marica para desmayarme.—Exclamó enojado Mikey. Este levantó su mirada para observarte a los ojos y te regaló una sonrisa.—Ya falta poco, tranquila. Todo sea para que conozcamos a nuestro hijo.
Asentiste con la cabeza y seguiste concentrada en tu labor. Mikey cada vez se iba poniendo más y más nervioso, lo disimulaba diciendo alguna broma para no demostrar su debilidad como solía decir.
—Carajo, Emma me golpeara si no te apoyo.—Mikey comenzó a perder los estribos cuando tus gritos fueron más altos.—¡Pero no sé qué decir!, nadie me dijo que decir en un momento así.—se quejaba consigo mismo al mismo tiempo que acariciaba tu mano. Te miro totalmente asustado.— Amor, ¿Que hago para que dejes de gritar?.
—Mikey...—Susurraste adolorida, le viste de reojo viendo como te observaba de cerca totalmente atento.—cierra la boca.
—Auch.—se quejó lanzándote una mirada adolorida.—Al menos piensa que ya pronto saldrá nuestra pequeña minnie, no pienses en el dolor.
Le querías golpear ahí mismo por su chiste. Literalmente te sentías partiendo en dos y Mikey o estaba más nervioso que tú o bromeaba al respecto.
—No se llamará Minnie.—Soltaste entre suspiros, mientras inhalabas y exhalabas con fuerza.
—Oh eso lo sé, lo decía por...—Al estar acostada en la camilla no viste como a tus espaldas Draken le hacía señas de que no siga hablando.—Por... nada.
Luego de aquello sólo se aferro a ti, ocultando tu rostro en su cuello mientras el veía si por fin podía salir su hija. Al escuchar como el bebé comenzaba a llorar, Mikey te separo de él, tu cabeza se apoyó en la camilla de mala gana, tú totalmente sin fuerzas alguna.
—Aaaawwww, se parece a mi.—Escuchaste en un murmuro emocionado, viste de reojo como Mikey se acercaba con una bebe en brazos, envuelta en una toalla.—Igual de linda que su papi.—Miraba al bebé con total felicidad, tú sonreíste ante la imagen.
Mikey se acercó del todo a la camilla y tú tomaste al bebé, le miraste con los ojos realmente llorosos, acariciando sus manitas.
—Mierda, no puedo llorar.—Gimió quejoso Mikey a su lado, mirándoles a ambas. Draken tras dar las felicitaciones salió de la sala para que el rubio pueda soltar lágrimas sin vergüenza.—¿Sabes?, tú mami estaba tan nerviosa hace un momento.—le miraste algo sería, el era el nervioso hasta los pies.—Pero yo como soy un buen papá y novio, la tranquilice.—Mikey susurraba cerca de la bebe, este apretó sus mejillas levemente y acarició el rostro de la pequeña suavemente.
—Apenas nace y ya le estás mintiendo.—susurraste, ganándote una mala mirada de Mikey.
—No le hagas caso, esta envidiosa porque sabe que me querrás más a mi.—murmuro entre lágrimas, una pequeña sonrisa se formó en tu rostro cuando gotitas salieron de sus ojos por montón. Tras alzar su mirada hasta ti, te transmitió demasiadas cosas, sin decir nada te diste cuenta de lo feliz que estaba y lo agradecido que se sentía contigo por haberle dado una hija.
Chifuyu
—Mierda, mierda, mierda.—lágrimas corrían por tus mejillas por tal dolor. Chifuyu a tu lado te miraba horrorizado, no queriendo ver lo que hacía el doctor.
—Solo puja un poco más.—Escuchaste al doctor hablar.
—Si... solo falta un poco más... un poco más para ver al mini Chifuyu.—Tu novio murmuraba entre suspiros, se había sentado junto a la camilla para mirarte de cerca.—Aguanta ________, aguanta Chifuyu.—susurro esto último para sí mismo.
Desde hace ya bastante rato estaba realmente pálido, incluso las enfermeras le habían dicho que podría esperar afuera. El se rehusó diciendo que era su padre y debía ver cuando naciera su hijo. Al ver su expresión pensaste qué tal vez se arrepintió.
—Bebé, estoy asustado.—susurro Chifuyu cerca de tu oído. Tú seguiste quejándote y pujando. El rubio se tranquilizó cuando acariciaste el dorso de su mano con tus dedos.—Joder, estoy más asustado que tú, eso es muy injusto.—se quejó mirándote con tristeza.—Lo siento, ¿Te duele mucho?.
—Si...—Alcanzaste a responder luego de un gemido adolorido. Chifuyu se acercó más a ti para abrazarte por el cuello, tú cabeza quedo en su pecho. Este susurraba palabras de aliento mientras tú te quejabas en alto. En todas las horas que estuvieron ahí tu novio susurraba que decía hacer o que debía decirte, hasta ese momento sólo comenzó a hablarte y a decirte que lo estabas haciendo genial.
—Ya viene, solo un poco más.—El doctor hablo, asustando nuevamente a Chifuyu. El rubio se separó de ti un poco para mirar que hacia, al ver la escena su palidez volvió a subir y casi se desmaya hacia atrás. Fueron un par de segundos por lo que no se cayó al suelo.
—Casi me voy.—Abrió los ojos de par en par, mirándote asustado. Tú le devolviste la mirada justo antes de que un dolor intenso te haga gritar fuertemente.—Ay, ay, ya viene...
El llanto te dio señal de que al fin podías descansar, te desvaneciste en la camilla del todo y comenzaste a tratar de normalizar tus respiraciones.
—No vuelvo a hacer esto nunca más.—susurraste para ti misma. Al ver como Chifuyu llegaba con el bebé en sus brazos, aquella frase flaqueó.—Que bonito.—susurraste cuando esté lo puso frente a ti para que le mires.—¿Por qué no dices nada, Chifuyu?
—Si habló voy a llorar.—Este por hablar comenzó a soltar lagrimitas. Sorbió su nariz y miró con total ternura al bebé que estaba sosteniendo.—Es tan chiquito.—Casi hizo puchero cuando vio que el bebé dejó de llorar.— Lo espere tanto que ahora al tenerlo frente a mi me da penita.—susurro entre sollozos.
—Ay, Chifuyu.—le miraste con una sonrisa. El se inclinó hasta ti y dejo un beso en tus labios, al separarse levemente observó a su hijo.
—No pensé que convertirse en papá fuese tan genial.—Murmuro emocionado. Comenzó a hablar luego de esto en voz baja al bebé, de vez en cuando lanzándote miradas para que le veas como le habla.
Smiley
—Me voy a morir.—Susurraste repetidas veces tapando tus ojos con tu brazo.
—Mierda, no sale, ¿por qué no sale?.—Smiley exclamaba mirando lo que hacía el doctor. Tu desde la camilla te quejabas en alto, soltando gritos desgarradores.
—Joder, me voy a morir.—te quejaste luego de soltar un grito.
— Ay cielo, tranquila, ya va a pasar.—El chico llego hasta ti y dejo besos en tu frente y mejilla.—Mira, estoy aquí así que nada malo va a pasar.—Smiley estaba cerca de tu rostro, hablándote.—Pronto nacerá nuestro bebé, así que aguántate un poco ¿si?.—asentiste con la cabeza y Smiley dejo otro beso en tu boca.
—Duele como él mismo infierno.—lloriqueaste. Agarraste la mano de Smiley y el la subió para darle un beso al dorso de esta.
—Me imagino, ya pasará no te preocupes.—Smiley lanzaba miradas al doctor para ver cómo iba y volvía sus ojos hasta ti con una mueca preocupada en su rostro, así durante todas esas horas.— ya hablamos de esto, me prometiste que no serías tan gritona.—te recordó con una sonrisa tensa tu novio. Le miraste mal y el carraspeo.—cada vez la jodo más, ________, te amo así que grita mas bajito.
—Que tenía que ver...—hablaste entre quejidos. Smiley volvió a mirar al doctor y te observo con una sonrisa.
—Falta poco, tranquila, ya pronto estaremos en casa riéndonos de esto.—murmuro para reconfortarte. Agarro tu mano entre las suyas y las apoyo sobre la camilla.—Ya cuando tengamos otro hijo, te juro que no dolerá tanto.— una exclamación salió de tu boca al oírle decir eso.
—Estas haciendo que me duela más.—murmuraste llorando, si, habías comenzado a llorar a mares imaginándotelo.
—¡Mira!, ya va a nacer.—Smiley te soltó por un breve segundo y fue a ver donde estaba el doctor. Cuando un llanto se hizo presente en la habitación pudiste suspirar aliviada. Unas risitas alegres llegaron a tus oídos, el chico había pedido que si podía mostrarte el su bebé así que se acercó a ti con una sonrisa en su cara.
—¿Eh?.—totalmente aturdida abriste los ojos más para mirarle bien, estos te pesaban.
—Mira a nuestro pequeño retoño.—no hay caso con el, pensaste. Smiley te acercó al bebé con una sonrisa en su cara.—No abre los ojos... ¡es como yo!.—lo que me faltaba pensaste. Smiley le miraba con una sonrisa amplia, acariciaste el rostro del bebé y sonreíste al ver cómo paraba de llorar levemente. Smiley de la felicidad no dudo en abrazarles y besar un lado de tu cabeza, agradecido.
Hakkai
—Me duele, me duele, me duele.—chillaste sujetando la camilla y las mantas, estrujándoles con la mano.
—Cariño... ya va a pasar...—Susurro Hakkai a tu lado, pálido y sudando. Ni miraba lo que hacía el doctor, solo se fijaba en tu rostro. Un castigo, me va a ver horrible pensaste bajo su mirada atenta.—Solo sigue... solo sigue... respirando...
Hakkai apegó su frente a la camilla, su respiración se agitó. En vez de hablar tomo tu mano, entrelazándola con la suya en un agarre firme.
—¿Cuanto va a tardar esto?.—te quejaste en alto, Hakkai se tensó a tu lado, sujetando más tu mano. El doctor hablo por lo alto, diciendo que faltaba poco.
—Leí en un... libro... que debías inhalar y exhalar profundamente.—Hakkai murmuro aún con su rostro contra la camilla, mirando hacia abajo.—Si lo haces... puede que no te duela tanto, cielo.—levantó su rostro y te miro fijo, a pesar de su pánico te dio una sonrisa reconfortante.
Tras harto rato después, Hakkai decidió subir y besar tu frente delicadamente. Se abrazo a tu rostro, tu cabeza bajo su mentón. Susurro débiles palabras reconfortantes mientras temblaba del pánico. Cuando el doctor dijo que ya estaba casi listo Hakkai decidió acercarse a ver... gran error. Tu novio se desmayó en un instante tras asomarse, cayendo al piso en un sonido fuerte.
—Sabía que no debía mirar.—luego de aquello diste un fuerte grito. Las enfermeras fueron rápidamente a atender a Hakkai, este no reaccionaba.
Fuera de la sala
—Estoy segura que el idiota se desmayó.—Yuzuha se tapó el rostro con sus manos.
—Jajajaja, sería un milagro que no lo haya hecho apenas al entrar.—Mitsuya comenzó a reírse, sentada junto a ella.
—Deberemos preguntarle a ________ luego, no nos mentirá.— A Mikey le brillaron los ojos cuando pensó en todas las escenas posibles de las bromas que le haría a Hakkai si se desmaya en pleno nacimiento de su hijo.
Dentro de la sala
—¡HAKKAI DESPIÉRTATE!.—Gritaste ferozmente, sentías que te partías en dos y el causante de todo estaba en el piso durmiendo. Bueno, desmayado pero es lo mismo pensaste para ti misma.—ME ENOJARE SI SIGUES EN EL PISO, VEN A SUFRIR CONMIGO.—Gritaste enfadada. La adrenalina y el dolor subieron por tu cabeza y ni te hicieron pensar en lo que decías. El doctor por otro lado les miraba asombrado.
Las enfermeras decidieron irse por la ruta tradicional y trajeron un vaso con agua, le tiraron sobre el rostro el contenido y Hakkai comenzó a abrir los ojos.
—¡ESO!, despiértate ya, Hakkai.—Entre quejidos hablaste para que te escuche. El chico alto tras ver la situación volvió a poner su expresión sorprendida, aterrada.— NI SE TE OCURRA DESMAYARTE.—Un grito soltaste luego de esto, Hakkai por tu grito se levantó de un salto y fue a verte, preocupado.— te dije que no debías ver...
—Lo... Lo siento, amor, fue sin querer.—Acaricio tu rostro con sus manos.—Ahora así que no me desmayare, lo juro.—Te prometió mirándote seriamente. Soltaste más gritos adoloridos y a los pocos segundos se escuchó como el doctor avisaba que el bebé ya salió y estaba bien.
—¿Eh?.—soltaste en un gemido, buscando con la mirada al bebé.
—¿Y no lloró?.—Hakkai se atrevió a acercarse al doctor, a paso lento.
—A veces los bebés no lloran, aunque rara vez...—La enfermera acercó el bebé hasta ti, Hakkai también se acercó rápidamente, curioso por ver al bebé.
—Oh...—Agarraste al bebé entre tus brazos, una sonrisa se instaló en tu cara de inmediato. Hakkai cuando llegó a su lado se inclinó para mirarle de cerca, tu novio sonrió ampliamente, sus ojos reteniendo las lágrimas.
—Y pensar que casi no le vi por mi desmayo.—Susurro acercando sus largos dedos a la pequeña manita de su hijo.—Soy un cabr... bobo.—cambió el insulto.— no debo decir groserías frente al bebé, lo siento.
Le sonreíste y Hakkai se concentró en su hijo, le miro como si fuese la personita más perfecta del mundo, con admiración y total amor. Ni seco las lágrimas que comenzaron a salir, las dejó caer y soltó una risa cuando sintió como la manita de su hijo apretaba uno de sus dedos.
Mitsuya
—Dale respira junto a mi, observa.—Mitsuya movía sus manos al compás de sus respiraciones, tú le miraste y repetiste lo que hacía.—una a la vez, inhalar y exhalar.—Asentiste con la cabeza repetidas veces, él te observaba preocupado totalmente.
—LAAA PUTA MADRE.—Gritaste agarrándole de sus manos fuertemente. El de pelo morado maldijo en voz baja y apoyó sus manos a un lado de la camilla.
—Shhh, tranquila, relájate ya pasará.—murmuraba en voz baja, tú ya estabas totalmente un desastre, despeinada y transpirabas hasta por si acaso.—Solo quedan unos minutos, empuja un par de veces y ya está, amor.—Mitsuya llevo una de sus manos para colocarla en tu frente, despejó tu rostro moviendo el cabello a un lado.
—Mitsuya, dile que saque al bebé ahora.—Murmuraste entre quejidos.—Me está partiendo esa cosa.—lloriqueaste y cerraste los ojos para concentrarte.
—Ya, ya shhh, inhala y exhala ya falta poco.—Este acarició tu cabeza mientras miraba tu rostro. Cuando el doctor hablo de que casi nacía, Mitsuya se incorporó. Lloriqueos se escucharon por parte de ahora su primer hijo. Mientras tú soltabas un rosario de insultos a quien te escuche, Mitsuya se acerco para pedir tomar al bebé entre sus brazos luego de que lo limpien levemente, este sonrió al mirarle y fue hasta ti. Tu respiración totalmente agitada y la visión algo borrosa, casi te desmayaste ahí mismo.
—_________, mira que linda que es.—susurro totalmente anonadado con su pequeña hija. El bebé lloraba aún pero al de cabello lila no parecía molestarle para nada. Mitsuya lo acercó hasta ti y tú le agarraste en brazos, una sonrisa algo tensa se formó en tu rostro.
—Y está criaturita me dejo tan mal.—bromeaste sonriéndole, Mitsuya soltó una risita.—Es tan linda.— acariciaste con la yema de tus dedos su rostro.
Mitsuya pasó uno de sus brazos por detrás de ti, abrazándote. Su mano desocupada fue hasta su bebé y agarró su pequeña manita con su dedo índice y pulgar. Ya había dejado de llorar tras mirarles con atención, el chico al lado de ti comenzó a lagrimear de la emoción.
—Lo siento, me emocione más de la cuenta.—susurro tu novio limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano. Comenzaste a reírte levemente, Mitsuya dejo un beso en tu mejilla y les abrazo a ambas. Casi comenzaste a llorar cuando escuchaste por su parte pequeños sollozos, su mejilla descansando en tu cuello.
—Nadie de la ToMan te está mirando, puedes llorar todo lo que quieras, cariño.—Mitsuya asintió con la cabeza y siguió soltando lágrimas. Tu mano fue para acariciarle el cabello, con la otra sostuviste contra tu pecho a su hija.
Luego de estar así por unos minutos, se llevaron al bebé por un rato. Mitsuya a tu lado murmuraba totalmente emocionado que harían al salir de ahí, sobre la ropa del bebé, su cuarto, como le cargaría y como jugaría con ella. Tú le sonreías y opinabas junto con el, a pesar que te dolía todo, hiciste el esfuerzo para mantener aquella emocionada charla que Mitsuya tenía contigo.
Draken
—No, no puedo hacerlo.—negabas con la cabeza repetidas veces. Draken a tu lado negó con la cabeza, totalmente divertido.
—Llevas diciendo eso desde hace horas, amor.— este pellizco tu nariz, burlándose un poco de ti. Su codo estaba apoyado detrás de tu cabeza, inclinándose hacia ti para mirarte de cerca y que no te asustes demasiado.—Al terminar te juro que te haré masaje y te dejaré descansar un día entero, pero ahora puja lo más que puedas.— murmuró.
—Es fácil decirlo estando ahí, Draken.—Susurraste adolorida. El de trenza te miro con una mueca avergonzada. Acercó tu rostro al tuyo y junto su frente a tú cien, desde ahí miraba hacia abajo lo que hacía el doctor.
—Vamos cariño, ya falta poco.—Susurro contra tu rostro. El agarre que tenías en su mano se afianzó y seguiste haciendo tu labor.—Inhala y exhala, uno a la vez, anda.—aconsejo contra tu rostro. Le hiciste caso y empezaste a respirar más pausadamente, con mayor coordinación.
—Esto no ayuda mucho.—lloriqueaste en voz baja. Draken acarició tu cabello con su mano desocupada, dándote apoyo.
—Piensa entonces en lo linda que será nuestra hija, _______.—Draken hizo que pienses en otra cosa, no solo en el dolor.— si tiene tus ojos sin duda será hermosa.—Soltaste una risita a la vez que esbozaste un grito adolorido. Draken se apretó contra ti, abrazándote.—Ojalá sea alta como yo, aunque no me quejo tener dos enanitas en casa.— si pudieras le golpearías en ese mismo instante.
—Que gracioso.—soltaste entre quejidos. Draken puso su mano en tu mentón y te hizo mirarle, la sonrisa tan tranquila que tenia te hizo calmarte por un minuto.
—Sabes que mis bromas son buenas.—te sonrío, por un breve segundo bajo su mirada hasta tus labios. Dejo un breve beso y siguió mirándote de cerca.— Ya pronto saldremos de acá con una bebé acompañándonos, solo aguanta un poco más.—Susurro contra tu rostro. Asentiste, siguiendo dando profundas respiraciones.
Cuando el bebé ya había comenzado a nacer, agarraste con fuerza la mano de Draken, este la sostuvo con firmeza, el llanto se hizo presente y dejaste caer tu cabeza hacia atrás, sobre el brazo de tu novio.
—Felicidades, es una muy sana niña.—La enfermera acercó su hija a ustedes, Draken fue el primero en reaccionar, atajando su cabecita entre su mano, tú la tomaste del todo apegándola a tu pecho.
—Que pequeñita.—Dio un suspiro Draken. Una risa ansiosa salió de ti, meciste un poco al bebé y este dejo de llorar casi automáticamente.—Y tranquila, genial, salió a mi.—Le miraste con reproche, Draken se hizo el desentendido.
—No puedo esperar para verle crecer.—Murmuraste entusiasmada. Draken dejó un beso en tu mejilla y se inclinó más para dejar un beso en la frente de la bebé. Tras una pequeña charla, de lo buen papá que se dedicaría a ser, tuvieron que llevarse a la bebé así que en ese mismo instante se asomó fuera de la sala para sacarle burla a los demás, diciendo que sus hijos ni de broma podrían ser más lindos y geniales que su hija.
Baji
—Bien, ahora viene la parte difícil.—Baji tenía una de tus manos entre sus palmas. Se estaba golpeando la frente con tu palma, moviendo tu mano el mismo.—Pégame así te desquitas con algo y no gritas tanto... Te dolerá la garganta luego.—Murmuraba observando tu mueca de angustia y dolor puro.
—Si pudiera... te golpearía tan fuerte.—te sinceraste entre quejidos. Baji agarro tu mano e hizo que le pegaras una cachetada. Soltaste unas risitas en medio del dolor.
—No pienses en el dolor, joder, que así te va a doler más.—Baji soltó tu mano y se puso más serio, agarrando un colet y haciéndose un moño.—Bien, ahora si bebé, respira conmigo.—Este tomo tu rostro para que te fijes en el, ambos frente a frente.—Mira así, uno... inhala y exhala... dos... lo mismo...—Comenzaste a respirar profundamente a la par con el.—Kazutora y yo vimos esto en un documental el otro día, debería funcionar para calmarte.
—No me calma ni una mierda.—comenzaste a llorar del dolor, revolcándote en la camilla. Baji se tapó su rostro con sus manos mientras negaba con la cabeza. Estaba asustado hasta la mierda, pero lo disimulaba.
—Doc, ayúdeme.—suplico. Se gano una negativa y Baji comenzó a quejarse en voz baja.— Mierda, no se que hacer...—Diste un grito largo, Baji no hizo más que agarrar tu mano nuevamente y observarte con terror.—¿Quieres que vaya por una hamburguesa o algo así?, por favor no llores...
Entre gimoteos negaste con la cabeza, seguiste llorando del dolor aún que te hubieras imaginado una hamburguesa y tu comiéndola. Baji a tu lado se impacientó aún más.
—No llores que me comienzo a sentir mal, ________.—Hizo una mueca al verte. Con sus dedos seco tus lagrimas y comenzó a susurrar palabras alentadoras cerca de tu rostro.
Después de ya harto rato, donde soltaste un fuerte grito en conjunto con un llanto proveniente de su bebé que acababa de nacer. No oíste nada hasta que te acercaron a tu hijo en brazos. Le tomaste con todo el cuidado del mundo y Baji se acercó a su rostro, mirándole de cerca.
—Que arrugadito está.—murmuró viendo el rostro del bebé. Le regañaste en un gruñido y Baji comenzó a reírse, negando con la cabeza.—Fue para calmar la tensión, en verdad es muy bonito.—Dio un suspiro profundo y acercó su mano hasta unas de sus piernecitas de su hijo, jugueteó un poco mientras esbozaba una sonrisa de oreja a oreja.
—Baji, te advierto que él será nuestro primer y último hijo.—susurraste sin fuerzas casi. Este te miro horrorizado.
—Pero...—Baji se quejó bajito, volvió a observar al bebé y lo cargó en sus brazos, apegándolo a su pecho, comenzó a hablarle en voz bajita y chillona.—Tu mami no quiere darte hermanitos, princesito. Pero si tú quieres uno entonces deberé tratar de convencerla... luego tú me dirás.—susurro contra su cara. Tras verte de reojo, como casi y te desmayas siguió susurrándole.—Bueno, mejor no... será lo que ella diga.
Takemichi
—Ay dios, ¿te duele mucho?.—Takemichi agarro tus manos entre las suyas, apretándolas con firmeza. Asentiste a su pregunta con la cabeza, mirándole de igual manera.
—Demasiado.—susurraste adolorida, luego soltaste un largo quejido. Takemichi al verte con tal expresión de dolor, le comenzó a doler hasta a él.
—Shhh, shhh, tranquila amor, pronto pasará.—Susurro contra tu rostro, aún estando tan pálido se quiso mostrar sereno. Cuando comenzaste a llorar a causa del dolor, Takemichi lo compartió y al verte también empezaron a salir lagrimas de sus ojos.—Carajo, otra vez estoy llorando, le prometí a los demás que podría aguantarme.
Takemichi entre lágrimas dejó constantes besos en tus labios, cortos y precisos.
—La pequeña pronto nacerá, no te preocupes solo sigue pujando.—murmuró entre lágrimas. A decir verdad Takemichi era emoción pura desde que le comentaste del embarazo, y antes de entrar al quirófano también lloro un poco de la euforia.
—¿Cuanto falta?.—susurraste entre quejidos.
—Y-o... no... no se pero pe-ro leí en internet que puede... que horas.—entre tartamudeos y sollozos hablo. Aquello te desesperó más y comenzaste a llorar más fuerte, espantando a Takemichi.
Las enfermeras se miraban entre ellas y les miraban a ustedes como se aferraban el uno al otro desbordando lágrimas. En aquel momento en el que el bebé ya nació y se escuchó el llanto más fuerte de los que estaban presentes, Takemichi se levantó y buscó con la mirada a su hija.
—Esa... esa es m-i... bebé...—Takemichi comenzó a desvanecerse antes de que siquiera la enfermera se acercase a ustedes. Un sonido sordo se escuchó, alcanzó a golpearse con las patas de la camilla en el proceso.
—Ay no, lo sabía.—Tú llanto no cesó, a pesar de ya tener en brazos a tu hija y estar meciéndola contra tu pecho.
—Alguien que lo despierte, por favor.—El doctor dio órdenes a las enfermeras y estas corrieron hasta el desmayado. Alzaste un poco tu rostro para verle extendido en el suelo, con los brazos a sus costados.
Mientras hacían que tu novio se despierte, tú apreciabas a tu hija, que no había parado de llorar hasta entonces. Igual que su papá, pensaste.
—¿Qu-e?, ¿qué pasa?.—Un desentendido Takemichi comenzó a murmurar totalmente confundido.—¡Mi hija!.—de un salto se puso de pie, mirando en su dirección. Por la conmoción dio un par de tropezones hasta llegar a ustedes y lanzarse de lleno a abrazarles a ambas.—¡Que bonita que es!, estoy tan feliz ahora mismo.
—Takemichi cuidado que la aplastas.—soltaste en un murmullo débil. Este se separó de golpe y sus manos fueron hasta el bebé, revisando que estuviera bien.
—Perdónenme mis amores.—Sus dedos índices fueron a cada manita de su hija y jugueteó con ella, de arriba a abajo.— que mona que es... agh.—un suspiro soltó y explotó en llanto. Nuevamente.
Tuvieron que las enfermeras decirles que debían separarse de la bebé ya que era hora de que se la lleven, Takemichi a duras penas dejo de tocarla, dando un puchero mientras se alejaba.
Angry
—Ya falta poco... ya falta poco... ya falta poco...—Susurrabas entre quejidos, mirabas fijamente el techo. Angry a tu lado estaba rezando con sus codos apoyados en la camilla. Llevaba horas así.
—Y por favor que tenga mi pelo, amén.—bajo las manos tras un pesado suspiro. Un fuerte grito que diste le hizo saltar del susto, acercó su rostro hasta ti, tus manos sujetando tus mejillas.—¿Que sucede?
—Que estoy pariendo, Angry...—Soltaste con un gemido adolorido, el chico hizo una mueca y comenzó a acariciar tu cabello.
—Perdón, no se cuanto te esté doliendo pero lamento que tengas que pasar por esto.—murmuró con tristeza. Negaste con la cabeza mientras cerrabas los ojos fuertemente, Angry pero su frente a la tuya.
Acaricio tu mejilla y su otra mano fue a desenredar tu cabello, te estaba mimando para que no te duela tanto. Dejo un beso en tus labios, más siendo un pico.
—Si pudiera haría que el dolor de traspase a mi, cielo... lo siento mucho.—una lagrimita salió de uno de sus ojos. Tú negabas con la cabeza, en señal de que no se tendría que disculpe por nada.
—No digas eso... es necesario para tener a nuestro bebé.—murmuraste entre grititos. Angry apegó su mejilla en tu frente mientras seguía acariciando tu cabello. Miro en dirección al doctor, esperando pacientemente ver a la pequeña criaturita que pronto nacería.
Cuando se escuchó el breve llanto del bebé, Angry se incorporó lentamente, tratando de calmarse. Dio un paso hacia atrás cuando la enfermera te dio el bebé envuelto en toallas, la tomaste entre tus brazos con una sonrisa en la cara.
Angry se acercó cautelosamente, tras llegar lo más cerca posible se inclinó lentamente e inspeccionó al bebé. Su ceño dejó de fruncirse, y su mano se guió camino hasta las mejillas sonrojadas de su hija, acarició su piel minuciosamente como si fuese porcelana.
Su mano cubría toda su pequeña carita, por eso se limitó a trazar su rostro con la yema de su índice. Les sonreíste ante la escena, se veía tan tierno inspeccionando a su hija que quisiste fotografiarles en ese mismo instante. El bebé ya había dejado de llorar a causa de las caricias que tu padre le daba, lágrimas cayeron de tus ojos al verlo.
—De grande será igual de bonita que tú, cariño.—susurro aún viendo a la bebé. Asentiste con la cabeza, como si te pudiera ver.—Y desde ya admitiré que seré algo sobreprotector con ella, espero no me odies por eso.—soltaste una risita por aquello, Angry ahora había sujetado su manita entre sus dedos. El alzo la mirada hasta ti, tras mirarte fijamente a los ojos por un breve instante que te precio eterno, una de sus comisuras subió, una sonrisa de lado casi apareció en su rostro.
Por su sonrisa ampliaste la tuya, y te inclinaste para dejarle un beso en la boca, este puso su mano en tu nuca para hacerlo más duradero. Cuando se separaron, ambos miraron hacia abajo al bebé que yacía durmiendo, aún con su manita sosteniendo un dedo de Angry.
Tremendo men, Kazutora 😩😩😩
Este de abajo es el Mikey, cierto?
O toy ciega
Luego haré segunda parte con kazu y Inui, junto a otros personajes <3
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