7. El lado oscuro de la ToMan


Personajes en un presente.
Son adultos de 26/27 años.
Atentxs con este dato.

Más que pandilla, se convirtieron en una mafia jajaja :)

Contexto; La ToMan de la actualidad cambio totalmente a cómo era en su inicios. Todos sus líderes vivos por suerte, pero la popularidad y el ser reconocidos como delincuentes a nivel incluso internacional, les hizo llevar una mala vida a todos.
________ en esta historia es quien se encarga de hacerles compañía a los más influyentes de la pandilla, aguantando sus personalidades ansiosas de poder.

Tenía ganas de hacer algo malo la verdad, no me maldigan tanto KAKSKSJJA
Cualquier comentario fuera de contexto o que incite a un drama, será borrado, ojo piojo. Este cap no lo hice para tomarlo tan a chiste, abarca cosas serias.

Cambie algunas apariencias de los personajes, y las personalidades ya que claramente aquí no serán igual de infantiles o gentiles.
Crecieron=Cambiaron.
Hice una caga tremenda lo admito, y mezclé bandos así que no me peguen, solo lo hice para salir de lo común.

Advertencia de contenido para mayores de edad | Lemon | Drogas | Denigración | Insultos | Indicios de prostitución.
+18 aunque no saco nada con decirlo MSKKSKS léanlo si gustan <3

Re turbio





—Abre la boca.—Baji causó que la abras sin siquiera esperar y tiró de tu cabello con firmeza.— Tengo que salir ahora, hazme correr rápido.

Su miembro se empujó sin siquiera esperar respuesta. Te dedicaste en aquellos minutos a hacerle la mamada que tanto anhelaba.

Empujó desde tu nuca hasta el, cada golpe más hondo que el anterior, más intenso. Tus ojos se llenaron de lágrimas inevitablemente, tus manos buscando apoyo en el frío piso debajo de ti. Baji te observo desde arriba con total atención, con lujuria. No hizo tanto ademán de embestirte con sus caderas, debió estar lo suficientemente cansado como para solo mover tu cabeza de adelante hacia atrás.

—Que puta te vez ahora mismo.— su insulto inundado de placer llegó a tus oídos. No hiciste nada más que seguir con tu labor contra su miembro, moviendo tu lengua contra la punta y hundiéndolo en tu garganta.

Un par de minutos bastaron para que Baji se corriera en tu boca luego de soltar una cachetada en tu mejilla derecha. Si que era algo salvaje.

—Trágalo todo.—Te advirtió en una amenaza "amistosa". Tu pulgar se paseo por tu mentón por si había rastro de su esencia, al no encontrar nada solo tragaste lo que entró a tu boca.— buena chica, tal como siempre.

Luego de su felicitación, arregló sus pantalones y salió de la habitación dando pisadas apresuradas. Te pusiste de pie, impulsándote con tus palmas contra el piso, y fuiste al baño a lavarte la boca.

No recordabas del todo cuanto tiempo llevabas trabajando para estos chicos. ¿Dos?, tal vez tres años. Supiste de ellos cuando te defendieron de unos desconocidos en una de las calles más peligrosas de Tokio, se veían buenas personas. El chico de aspecto más amable te llamo luego de eso, ofreciéndote un empleo de tan buena paga que no dudaste en aceptar.

Al pasar el tiempo se transformó en ser más una trabajadora algo personal, privada. No había quejas de tu parte, aumentaron tu sueldo y no te trataban mal.

Lo que si te tenia algo incomoda era los negocios que comenzaron a hacer desde el año pasado; Drogas y artículos ilícitos se paseaban por las bodegas de la ToMan. Eso y tu incomodidad por las alfombras que llegaban y se iban manchadas en sangre de enemigos o traidores. Agradecías que no eras la que debía limpiar esos desastres.

Tokio se había convertido en un área donde predominaba la delincuencia, el tráfico, la prostitución y todo bajo la vigilancia de la Tokyo Manji Gang. Lo que comenzó como un sueño de niños, terminó en una pesadilla para la gente común.

Ahora si no pertenecías a una pandilla, estabas jodida. Por esto te convenía también que te relacionen con estos chicos, eras totalmente intocable.

Tu vida personal no era muy influyente a decir verdad, vivías cerca de la bodega y edificio principal de reuniones de la ToMan, un departamento que incluso te habían regalado tus jefes al ver tu lealtad. Tu entorno familiar era nulo, tenías pocas amigas, Yuzuha era la única que realmente la considerabas cercana.

Ella te había contado más o menos los inicios de la ToMan. Antes habían dos chicas más relacionadas con los líderes; Hinata Tachibana y Emma Sano.

Hinata era novia de Takemichi, quien ahora era uno de los líderes de la ToMan; de la quinta división. Hinata rompió con él cuando supo lo que hacía en la pandilla, no fue hace mucho, en realidad ella trató con todas sus fuerzas de seguir su noviazgo. Por parte de una infidelidad del pelinegro, decidió terminarle por su bien.

Emma es otra historia.

Después de constantes discusiones con su hermano decidió alejarse del todo, incluso del país. Yuzuha te menciono todas las veces que salió dañada Emma por culpa de la importancia que tenía su hermano en la sociedad, incluso casi muere en uno de los tantos incidentes. Emma cortó toda comunicación con Mikey e incluso con Draken, hasta el día de hoy.

Yuzuha aún seguía estando al pendiente de la ToMan más que nada por su hermano. Y también porque su personalidad era fuerte, y no tenía miedo de ningún asunto peligroso que involucraba a la ToMan, estaba más preparada que digamos.

Hakkai de momento seguía en cosas turbias, se le unió a Sanzu y se volvieron un poco más cercanos que de costumbre, no cabe de más decir que el de cabello rosa influenció un poco en Hakkai respecto a sus vicios. Aún así, Yuzuha aconsejaba de buena forma a su hermano, y por su personalidad tan dócil a veces le hacía caso, otras no.

En fin, todo era un lío en tu alrededor.

—Mierda, me asustaste.—llegaste a saltar cuando alguien abrió la puerta del baño. En cuando la persona entró dejaste de lavar tus manos y las secaste con la toalla que se encontraba en un costado.

—¿Que pasa...—dejaste de hablar al ver a Mitsuya mirándote de manera expectante.

—No sabía que estabas aquí.—Te separaste ligeramente del lavabo cuando este se acercó a lavarse las manos.— Te están buscando, ve al salón principal.

—Está bien.— asentiste y saliste del baño. El gran edificio en el que te encontrabas te lo sabías de memoria. Pasaste por un par de habitaciones equis donde se hacían negociaciones, unas las cuales se lavaba dinero, entre otras acciones típicas de la ToMan.

La gran habitación se encontraba con un ambiente realmente pesado e incómodo. Mikey, con su cabello más recortado de lo normal y tirado hacia atrás, estaba en medio de un gran sofá burdeo, solo. Su talón descansando sobre su muslo, sentado de manera intimidante pero tranquilo a la vez.

Frente a él estaban arrodillados tres hombres desconocidos ante tus ojos, todos con sangre escurriendo de sus bocas, nariz y cejas. Chifuyu le apuntaba con un arma a uno de ellos.

En un sofá a un lado de Mikey, estaba Takemichi sentado con las piernas ligeramente abiertas, fumando un porro. En la otra esquina del sillón se encontraba Smiley, jugueteaba con un polvillo sobre una pequeña mesa que estaba frente a él, poniéndolo en líneas con ayuda de una tarjeta de crédito.

Eso era normal en la mayoría de los miembros de la ToMan, realmente normal.

—¿Me llamaron?.— te acercaste con cautela al líder, el era más probable que te necesitara.

—_________, siéntate.— Mikey te llamo hasta sus piernas ahora acomodadas para que te sientas.

Pasando un brazo tras su cuello te sentaste sobre tus muslos. Mikey por suerte estaba presente hoy, siempre debía estar fuera al estar tan ocupado y muy pocas veces podían siquiera hablar. Pasabas más tiempo con los demás a que con el mayor líder de la ToMan.

—Chifuyu, deshazte de esos inútiles.— Ordenó Manjiro. Al momento que escuchaste sonidos de disparos ibas a girar tu rostro para observar qué sucedió. Fuiste parada por la mano de Mikey, que la ubico en tu mentón y te hizo verle con firmeza.— Mírame a mi.

Así te sostuvo lo suficiente para que limpien el desastre. No pudiste evitar sus rasgos tan cansados pero a la vez siguiendo siendo atractivo. Un par de fotos te habían mostrado de cuando eran más jóvenes y todos habían cambiado, ya no tenían el aspecto de antes. Ni siquiera aquella vibra.

—¿Hoy tienes cosas que hacer por la tarde?.—te apoyaste más en su pecho, afianzando tu agarre en su hombro.

Mikey guió su mirada hasta tu escote y abrochó un par de botones de tu camiseta con una mano.

—De momento no.— el rubio te sonrió. La mano que no te envolvía de la cintura ahora se paseo por tus piernas desnudas, un toque posesivo que llamó tu atención constantemente.

—¿Quieres que me pase por tu habitación más tarde?.— preguntaste fijándote en sus ojos oscuros y sus largas pestañas extensas. Manjiro dejó caer su nuca en el respaldo del sofá y te observo con total plenitud.

—Si quieres...— respondió extasiado. Con Manjiro no habías tenido aquellos encuentros extensos como con los demás por sus días tan ocupados. Recuerdas sólo un par de veces cuando te pidió que se la chupes bajo su escritorio o momentos antes de salir a hacer algo realmente importante, decía que lo relajabas bastante.

Su mano tocaba la piel de tus piernas con lentitud, casi disfrutando como se sentía contra la yema de sus dedos. Introdujo su mano un poco bajo tu vestido para acceder a más.

—Mikey, préstame a __________ un momento.—Smiley habló aún aturdido por lo que acababa de inhalar.

No te molestó en absoluto que te dijera de esa forma ya que lo considerabas con normalidad. Al fin y al cabo no te importaba.

—No, está conmigo.—Mikey te acercó más hasta él, pudiendo sentir aquella dureza bajo tuyo. No era producto de excitación, sino más bien sus pantalones eran tan ajustados que se podía notar a la perfección su entrepierna.

Nahoya se quejó por lo alto y siguió en lo suyo. A un costado Takemichi comenzó a reírse de la situación. Le recordó a antes por como habló Mikey, sonó como un niño posesivo.

Paseaste tu palma contra su camisa oscura, acariciando su pecho desinteresadamente. Mikey simplemente siguió con sus ojos puestos en ti y toqueteando tus piernas y muslos con interés.

Se abrió la puerta de un solo golpe, está impacto contra la pared casi aboyándola. De ahí aparecieron dos sujetos con una chica a cada costado.

Kazutora y Angry entraron muertos de risa junto a las mujeres. Ambos chicos vivían la vida loca, literalmente. Para definirlos, se podría decir que eran quienes menos se involucraban en asuntos serios de la ToMan. Kazutora frecuentaba fiestas y bebía a lo loco. Angry últimamente le siguió los pasos, aun así no acostumbraba a ser tan extremo como su gemelo, que para encontrar cierta nueva sensación había comenzado a drogarse.

—HEEEEY.—Kazutora gritó en saludo. Angry a un costado comenzó a besarse de manera fogosa con una de las chicas junto a él.

—No hagan ruido aquí, salgan.—Mikey les echo antes de que siquiera hablen.

Detrás de ellos apareció Draken, este entró a la habitación dando insultos al aire y terminando por golpear la pared con fuerza. No te sobresalto ya que era bastante típico en el llegar así de enojado. Su paciencia se había agotado con el paso del tiempo.

—La re puta madre.— golpeó con su puño la pared de un costado.— Maldito hijo de puta.— tu y Mikey giraron su cabeza para observarle con atención.— Nos traicionaron, Mikey.

—¿Como dices?.— El rubio apretó tu muslo con fuerza, sin quererlo.

—Unos bastardos, creyeron que no nos daríamos cuenta y nos estaban robando mercancía.— ahora entendías su enojo. Para Draken era fundamental tener todo bajo control, por ello era quien tenía el deber de vigilar cada movimiento y asegurarse de que todo estuviera en orden.

El de cabello oscuro en trenza, dio otro fuerte golpe y caminó hasta otra puerta que se encontraba a una esquina. Te echo un breve vistazo y salió.

Era probable que necesite tu asistencia, a veces cuando estaba muy enojado necesitaba desquitarse con algo, y que mejor que follando.

Con algo de pesar, Mikey te levanto de encima suyo. El tambien sabía que así liberaba el estrés su amigo, aunque no sabrías decir si le agradaba o no. Seguiste a Draken, pasando por el costado de Kazutora y Angry, quienes a pesar de estar bastante entretenidos en lo suyo se separaron de las chicas y te saludaron, ya luego entraste donde estaba Draken.

Ahí te empotro contra una mesa y desquito su ira contigo. No hiciste más que soltar gemidos en voz baja, sujetándote de sus amplios hombros arañándole a momentos. Draken se fue calmando poco a poco, incrementaron sus agitadas respiraciones pero no parando en sus embestidas hasta que estuviera satisfecho.

Draken al correrse soltó un murmullo en voz baja, algo lamentoso. Sabías lo que había dicho, el nombre de Emma siempre era frecuente cuando estaba frustrado, enojado o borracho. Te dio lastima, no por ti sino por la chica, que de seguro le correspondía y tuvo que ver como la oscuridad se apoderaba de él.















—No pensé que vendrías a buscarme.—miraste a Mitsuya por el reflejo del espejo frente a ti. Seguiste aún así cambiándote de ropa, te sacaste la toalla que te envolvía para colocarte tu ropa interior y luego te pusiste una prenda más veraniega encima.

—Me mandaron a comprar unas cosas, aproveché el viaje.—Te espero en la puerta de tu habitación, sus manos apoyadas en lo alto del marco.

—Está bien, no te estoy reclamando nada.—terminaste de vestirte rápidamente y fuiste al baño a lavarte los dientes antes que nada. Tu cabello aún seguía húmedo por la ducha que tomaste.— lo que si me tendrás que esperar un poco.

—Soy paciente.— sonreíste a lo que dijo, eso si era verdad. Mitsuya había sido quien te contactó para el trabajo, podría parecer el más tranquilo de todos pero no era así. Lo conocías demasiado bien y lo que aparenta no es lo que parecía.

Al terminar de asearte tomaste tu bolso y pasaste por su costado. Al salir del departamento un golpe fuerte llego a tu trasero, el sonido resonó en el pasillo.

—Aquí no.—te apresuraste a caminar delante de él, el de cabello negro apresuró sus zancadas para llegar a tu lado, abrazando tus hombros.

Lo que no sabías a conciencia era que en ese momento la Toman se encontraba en medio de un conflicto mayor con una pandilla nueva que estaba en ascenso. Ahora no era solo tratar un lugar y hora para colocarse a pelear como lo hacían antes, estos conflictos eran más serios.

Manjiro estaba en un aprieto algo grande, antiguos líderes de pandillas y miembros nuevos más jóvenes, empezaban a actuar contra la ToMan.

Esta nueva pandilla se fue extendiendo más rápido de lo común, y acechaba a cualquier persona que estaba involucrada con la Tokyo Manji Gang. Por eso ahora Mitsuya se había aparecido a recogerte en tu apartamento. Lo de comprar fue más que una mera excusa.

Eras muy cercana a los líderes de la Tokyo Manji, era obvio que podrían buscarte para sacar información o si descubren lo tanto que estás involucrada con ellos, podrían amenazarles con ponerte en peligro y llevar a cabo un trato para nada beneficioso para la ToMan. Tu presencia era notoria en la vida de los líderes de cada escuadrón, no solo consentías sus caprichos sino que te incluyeron en su vida personal.

Y aunque no lo supieras en ese instante, eras alguien bastante especial para Manjiro Sano.

—¿Que debes pasar a comprar?.— Mitsuya hizo que te sostuvieras de su brazo y comenzaron a caminar. El pelinegro siempre estando atento a su alrededor.

—Ya verás.— se limitó a cortar el tema de conversación ahí. Al llegar a unas cuadras más alejadas hizo que se introduzcan en un callejón de mala muerte, al final de este se encontraban dos tipos esperándole.— Quédate aquí, debo hacer algo.

Paraste tu andar y dejaste que siga solo. Fijaste tu mirada en tus zapatos, preferirías no ver el intercambio que deben haber estado haciendo; dinero por drogas, o drogas por cualquier tipo de información importante. Era lo típico.

Tu espalda se apoyó en la pared más cercana, sin importar que te ensucies al escuchar fuertes sonidos de bala. Mitsuya regresó hasta ti envolviendo un arma en un pañuelo, sus cejas relajadas y una expresión algo cansada, limpió la pistola para guardarlo en la cinturilla de sus pantalones. Hizo como si nada y tomo tu brazo nuevamente guiándote con el.

—¿Les disparaste?.—Murmuraste cerca de tu cuello. A su lado pasaron una pareja de policías, en aquel sector donde reinaba la delincuencia no era muy extraño verles. Estos miraron a Mitsuya con curiosidad, ambos le saludaron a la vez.

Cierto que la ToMan también tiene sus amistades con la policía.

—Me dieron información falsa.—respondió sin ninguna expresión alguna.

—Pero... ¿Mikey estará de acuerdo?— era extraño esa acción tan repentina de acabar con alguien así como así a plena luz del día. O al menos no les había visto hacerlo hasta ahora.

—Nos dejó encargarnos a nuestra manera.— mientras caminaban te diste cuenta que irían directamente al lugar frecuente donde se encontrarían todos.— en estos tiempos ya las cosas no se pueden hacer como antes, o jodes o te joden.— preferiste no decir nada, ellos sabrán las cosas que hacen. Hace bastante tiempo dejaste de hacer tu labor de "secretaria", que era el trabajo que te ofrecieron de primeras. Más que nada te estarías encargando de coordinar reuniones con otras personas importantes y de ayudar a Mikey con asuntos dentro de ToMan.

Ahora ese trabajo como bien sabemos cambio un poco. Aunque eso no signifique que no te enterabas de lo que sucedía al menos hasta este momento.

—Aún sabes pelear tipo... ¿a puñetazos y así?.— Yuzuha y ellos mismos cuando estaban de habladores te habían comentado de sus demás habilidades.

—Eso no se olvida.— Mitsuya soltó una carcajada tosca.— aunque ahora se necesita de esta belleza.— palmeó el lugar donde tenía escondida la pistola.

—Podrías enseñarme a defenderme por mi misma.— hablaste. Mitsuya comenzó a pensar qué decirte, envolviendo tu cintura con su brazo.— Por si sucede algo, o no se.

—No te va a pasar nada, nosotros vamos a cuidarte.—Afirmó introduciendo sus dedos por entre tu camiseta, acariciando la piel de tu cintura. Cualquiera que pase por su lado diría que son una simple pareja disfrutando del día.

—Si así lo dices.— te callaste durante todo el camino, ambos no dijeron nada.


















—No la toques.— Takemichi quitó de un manotazo la mano de Kazutora que estaba acercándose a tu cabello.— ________ no creo que quiera nada contigo después de verte con esas... tipas del otro día.

—Oh vamos, estaba borracho, simplemente me emocione un poco.—Kazutora trato de nuevamente acariciar tu cabello.

—Basta.— Chifuyu alzó la voz, advirtiendo que el chico no te moleste. El pelinegro, que estaba sentado a tu otro lado te hizo espacio sobre su regazo para que te sientes sobre el.— déjate de mierdas y presta atención.

Mikey les vio con total odio, estaba hablando y ninguno de ellos le prestaba atención.

—Carajo, mejor habla tú.— le dejo la palabra a Draken y él se tiro sobre el sofá.

Te acomodaste contra el pecho de Chifuyu y apoyaste tu mejilla en su hombro. El ahora pelinegro envolvió tus hombros con uno de sus atléticos brazos, en su mano yacía un cigarrillo. A lo que ambos prestaban atención a Mikey, Chifuyu de vez en cuanto le daba una calada.

Te llevabas bastante bien con Chifuyu aunque a veces permanecía en total silencio, tal vez hablando consigo mismo en su cabeza. Él era uno de los pocos que te visitaba a la hora que estabas en tu apartamento.

—Ya saben la situación.—Draken se puso de pie y se acercó al mural que tenía variadas fotos de distintas personas, mapas y fotografías de edificios.— Otros... otros idiotas quieren tratar de que perdamos influencia en el país, sus movidas han sido demasiado estratégicas para tratarse de gente común.

—Al grano.— pidió Smiley sonriendo ampliamente. Todos le reclamaron para que cierre la boca.

—Este.— apuntó a una foto en especial. Entrecerraste tus ojos en su dirección, tratando de ver con mayor claridad de qué se trataba.— Takeomi Akashi.— el hombre ya algo mayor que ustedes yacía en la foto con un cigarrillo en su boca.— El era de la generación de Shinichiro, hermano de Mikey.— debiese tener al menos unos treinta y seis años, ¿que hacía recién ahora interfiriendo en la ToMan?.

—Y esa perra ¿que?.— Sanzu apareció en el cuarto de la reunión, alzó una pastilla a lo alto, mostrándote el vicio a ti en especial.

—No, gracias.— le contestaste a su propuesta, el de cabello rosa hizo una mueca y metió la pastilla a su boca. Mikey le miró de mala forma y lo echo de la habitación por interrumpir.

—Como decía.— Draken aclaró su garganta, nuevamente comenzó a hablar.— Le han llegado amenazas a los grupos más bajos de la ToMan, quienes nos distribuyen y nos hacen llegar ya saben que.— quiso evitar usar la palabra.— ya han interceptado varios planes y eso ya nos está jodiendo bastante.

—¿El es el líder o como?.— Hakkai preguntó viendo las demás fotos.

—Aún no lo sabemos con exactitud, no dejan ningún rastro cuando actúan.— Draken comenzó a pasearse de un lado a otro.— o es el, o es Wakasa Imaushi.— mostró esta vez a un tipo de trenzas.

— O la hermana de Akashi.— Mikey interrumpió.

Draken asintió al chico y sacó del mural la foto de una chica albina. Aquello llamó bastante tu atención, no sabías de la existencia de una lider o presidenta de pandilla que sea mujer.

Draken acercó la foto a todos. Chifuyu se inclinó hacia delante, haciendo que te muevas en igual dirección al estar sobre el. Soltaste una risilla cuando aprovecho de enterrar su rostro en tu cuello y dejar un sonoro beso.

—Si la ven, hagan lo que sea que puedan.—Draken volvió a dejar la foto en el mural.— lo ideal sería que al menos nos dijera que mierda quieren.

—Dalo por hecho.— habló Angry.

Todos al término de la reunión se pusieron de pie para ir a sus típicas tareas. Aprovechaste de acercarte a Mikey para ver si necesitaba ayuda con algo.

—No hay nada que hacer, puedes usar la sala de películas o no se, haz lo que quieras.— asentiste a lo que te dijo, un día libre para ti estaba bien.— o puedes acompañarme, debo reunirme con Inui y Koko para tratar unos asuntos. Así aprovecharías de tomar nota, hace mucho no salimos por cosas de trabajo.

Cierto, siempre él iba solo ya que se necesitaba de su presencia o sus habilidades de pelea. Después de todo seguía siendo el invencible Mikey.

—Genial, te acompañaré.— Mikey esforzó una sonrisa para regalarte y ambos comenzaron a alistarse para salir.








Ya vieron a esta belleza ?? Es que en todas sus facetas, desde pequeño que es lindo este cabron. Necesito agradecerle a su mamá

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top