El pequeño Cinco
Cinco estaba en su habitación revisando qué había salido mal en sus cálculos.
—¡Mierda! Delores me lo dijo un millón de veces, fue el puto punto decimal— Dijo mientras fruncía el ceño y rompía la hoja con los nuevos cálculos.
Justo en ese momento iba pasando por enfrente de su habitación Ann Hargreeves y al escuchar lo enojado que estaba Cinco no iba a desaprovechar la oportunidad de molestarlo por su edad.
Entró a la habitación sin tocar la puerta, automáticamente Cinco al escuchar que alguien entraba volteó a ver quién era.
—¿Qué quieres ahora Ann? No estoy de humor para tus burlas.— Expresó cansado.
—El bebé está enojado,¿necesitas que te cambie tu pañal o tienes hambre y quieres tu biberón?— Comentó sarcásticamente Ann esperando una reacción agresiva por parte de Cinco.
—¡Maldición Ann! Sólo te ves 4 años mayor que yo— Farfulló desesperado por las constantes burlas de su hermana hacia su persona.
—4 años son 4 años bebé, yo no uso pañales, ni tomo mi biberón y mucho menos como papillas como tú comprenderás— Murmuró la octava integrante de la Academia
—¡Entiende de una maldita vez Ann que tengo 58 años!, fue un puto error al probar la existencia de un límite en la cantidad de ciclos de campos de polinomios planos de grado fijo, anote 5.7 y debía ser 0.57— Explicó exasperado a su molesta pero guapa hermana.
—Siendo sincera Cinco no entendí nada de lo que acabas de decir, y que bueno porque no me importa. Cambiando de tema, creo que ya me aburrí de molestar al bebé, así que dejaré que tomes tu siesta para que no estés de gruñón— Dijo Ann dando media vuelta dispuesta a abandonar la habitación, pero le fue imposible al sentir la mano de su hermano en su muñeca.
— Ann, ¿te puedo hacer una pregunta?
— Dijo tímidamente Cinco con su mirada fija en sus zapatos.
— Para ser un sabelotodo y usar esas palabras tan rebuscadas deberías saber que ya realizaste una pregunta— Mencionó su hermana volteándose para quedar de frente a el niño.
—Deja tus tonterías, aparte no era nada importante lo que te iba a preguntar— Dijo dándose cuenta de que seguía sosteniendo su muñeca y soltándola inmediatamente.
—Que bien, porque tengo cosas más importantes que hacer como para estar respondiendo tus preguntas bebé— Dijo la chica para dar fin a la conversación, dio media vuelta y sin ningún obstáculo pudo salir de la habitación del chico.
En ese mismo momento, con la habitación en completo silencio, Cinco sintió que algo dentro de él se rompía; su corazón.
Él sólo quería saber si su hermana lo quería y no de forma de hermandad, si no, románticamente.
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Espero les guste este primer capítulo. No olviden seguirme, votar y comentar.
Ann♤
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