he's crazy but he's mine

Sabía que estaba loco y que era un abusador posesivo de mierda pero así lo quería y eso fue lo que hizo que se enamorara de aquel proxeneta.

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Era otro día de trabajo haciendo películas, vestidos y viendo cámaras, Cada uno ocupado en su respectivo trabajó.

Valentino ya estaba perdiendo la paciencia con sus actores por lo que estaba pensando seriamente en ir a molestar a la chica y así terminar siendo desestresado por el televisor con una buena ronda de sexo y alcohol.

No sonaba nada mal ahora que lo pensaba además de que tenía ganas de dispararle a alguien antes de que se lo cogieran y que mejor opción que los modelos de su querida baby doll.

Y Así lo hizo, terminó las grabaciones y se dirigió al estudio de la chica a empezar su masacre. Tenía todo perfectamente planeado.

-ay no, ¡Ni se te ocurra Valentino!- la chica ya sabía lo que pasaría a continuación en cuanto vio a su compañero entrar por la puerta con sus armas en mano y esa sonrisa de mierda que ponía cuando empezaba a matar.

-acaso no estás feliz de verme querida?- decía en tono inocente tratando de jugar un poco antes de empezar con la verdadera diversión.

La chica ya estaba buscando el contacto del televisor para llamarlo antes de empezar a escuchar los gritos de sus modelos siendo desmembradas y disparadas por parte de la polilla sabía que mientras más pronto lo llamara más rápido podría hacer su pasarela.

-dejate de juegos y ¡deja a mis modelos en paz!-. Ya estaba arta de los berrinches del proxeneta, por suerte Vox le contesto antes de que empezará a ver cómo la sangre manchaba sus vestidos.

-ahora que pasa vel-. El televisor ya sabía la situación de siempre solo quería molestarla un poco antes de intervenir y tener que ir a ver a la polilla.

Era su rutina, la polilla se irritaba y no tenía mejor forma de relajarse que desquitarse con las pobres modelos de velvette y ahí entraba la llamada al televisor como si fuera un jodido súperhéroe, el tenía que arreglar todo. Si no tuvieran empleados también tendría que limpiar todo el desastre que hacía el proxeneta en el estudio de la chica.

-dejate de mamadas Vox ¡trae tu culo cuadrado aquí ahora!-. Desearía que no tuviera que hacer lo mismo de llamarlo cada vez que la polilla se aparecia en su trabajo, como si el no pudiera escuchar los gritos de las pobres modelos para darse cuenta que tenía que aparecerse al empezar el desastre.

Llegó y sintió que no podía moverse, no quería arruinar esa magnífica vista. El proxeneta bañado en sangre con una cabeza en uno de sus cuatro brazos y en los demás sus armas al no poder decidirse cual llevar como siempre ya que con todas se veía extremadamente caliente.

Cada que lo veía de esa forma tenía que mantener la compostura y detenerlo, pero era demasiado difícil al empezar a sentir como se apretaban sus pantalones con solo observarlo y lo peor, empezar a soltar pequeñas descargas electricas y tener que fingir que eran de enojo
Cuando eran de pura exitacion.

Se ubiera quedado admirandolo el tiempo que fuera necesario si no fuera por la chica reclamándole y amenazándolo con romper su pantalla si no se lo llevaba para que dejara de manchar sus nuevos vestidos.

-muy bien Val, hora de irnos-. Solo tenía que decir cualquier cosa y la polilla lo obedeceria. Era irresistible cuando se ponía así, por esa razón era que después de este tipo de interrupción terminaban en la cama.

En cuanto escucho la voz del televisor sabía que esa era su señal, por lo que solo termino de arrancarle el brazo a la probé empleada y así retirarse con su socio.

-gracias por la diversión, my darling-. Se burlaba. sin duda nunca se cansaría, siempre que velvette tuviera modelos el siempre estaría ahí molestando.

-¡jodete!-. Era una jodida impotencia no poder darle una verdadera lección, después de todo no podía hacerle nada, en primera por su gran y jodido príncipe de pantalla plana que no lo permitiría y terminaría castigada como una jodida niña de cinco años y en segunda por qué no podía ni quería.

Aunque la polilla siempre la jodiera, sabía que no era intencional o a propósito y que así era su relación. No lo tomaban tan mal, más que unos cuantos insultos y burlas eso era todo y lo podían soportar, aunque ella fuera la única afectada realmente no le podía dar mucha importancia ya que al fin de cuentas tenía otros dos negocios.

                                     ***

-y bien Val, ahora que paso?-. Odiaba los juegos previos pero esi eran después de todo el escándalo con la chica. Simplemente lo cuestionaba, le traía a los empleados que ganaron menos ese mes y dejaba a velvette en paz.

Está vez pensaba acompañarlo, si tenía la oportunidad de volver a verlo de esa manera lo aria sin importar nada. El sexo podía esperar, solo quería poder admirar ese lado psicopata de su compañero.

-nada, solo quería visitar a vel acaso no puedo?-. Era obvio que esas no eran sus intenciones, pero le encantaba actuar para que lo castigaran de la mejor forma en la cama con esas encantadoras descargas electricas mientras era amarrado por cables.

-y para visitarla es necesario interrumpir su trabajo masacrando a sus modelos?-.

-si-.

Solo se miraron por unos breves segundos para darse un corto beso. Sabían sus planes pero lo que no sabían es que está vez eran un poco diferentes a lo habitual.

Por un lado la polilla pensaba que ese beso se transformaría en uno lujurioso y posesivo y por el lado de Vox era solo una pequeña despedida en lo que iba a buscar a las nuevas víctimas del proxeneta.

-vas a usar algún juguete o algo?-. Sin duda le sorprendió que lo dejara de esa manera.

-no, solo estaba buscando a tus nuevas víctimas y ya las encontré a si que, que te parece si está vez te acompaño-. Sabía cuál sería la reacción de la polilla si no iban directo a la cama después de salir del trabajo de velvette. Pero está vez el tenía otros planes.

-pero yo quería coger-. Esperaba convencerlo y no tener que ir a gastar más balas de las que tenía. Ese era su plan molestar a su querida baby doll para que Vox viniera por el y terminarán follando, está vez no tenia demasiado estres solo quería llamar la atención y coger.

-el sexo puede esperar Val, vamos tienes que divertirte un poco, no creo que las modelos de velvette sean suficiente-. Vox no pensaba cambiar sus planes y la polilla tenía la culpa, ya que el hizo que se volviera adicto a verlo mutilar y desmembrar a cualquiera.

-esta bien-. Decia arrastrando las palabras. sabía que no podía negarse a una petición de su Voxxy, además solo tenía que hacer lo de siempre, no era la gran cosa e incluso podia divertirse un poco en el proceso.

                                      ***

Llegaron y la sangre no tardo en empezar a escurrir por las paredes y los gritos tampoco se hicieron esperar al igual que la risa maniaca de aquel proxeneta que disfrutaba de lo que estaba haciendo.

Tenía razón, las modelos no fueron suficiente y al parecer si estaba más estresado de lo que creyó como para estar disfrutando más de lo normal a sus nuevas víctimas.

El televisor solo lo acompaño y trajo una silla para poder admirarlo mucho mejor. Realmente a el no le gustaba mucho ensuciarse las manos a menos que fuera necesario, solo disfrutaba ver cómo Valentino lo hacía. Al parecer se le daba mejor el arte de ser sicario que productor de películas porno, aunque también fuera bueno en eso, matar se le daba mucho mejor.

Combinaba con todo ya fuera ropa e incluso si estaba desnudo era hermoso y adictivo de ver, pero cuando se llenaba de sangré y manchaba sus costosos vestidos se veía aún mejor. Eran demasiado caros y eso hacia que valiera la pena arruinarlos para que se vieran mucho mejor y con más personalidad.

Paso el tiempo y los gritos cesaron al igual que las risas, había terminado con todos y cada uno de los empleados que habia en la habitación, todo se llenó de sangre en aquel cuarto incluyéndose y al televisor. Terminó demasiado satisfecho y se concentro tanto en su masacre, que no se dio cuenta en ningun momento de la reacción de su compañero.

Vox desde que llegó, permaneció sentado en una esquina escuchando súplicas en busca de ayuda de aquellos trabajadores, el solo se podía burlar y dejarselos al proxeneta, después de todo solo era su acompañante en ese momento.

A medida que los empleados dismuian se llenaba de sangre la pantalla y su ropa. Realmente no le importaba tener un poco de sangre al fin y al cabo esa solo era una pequeña muestra de su amor por la polilla.
Y lo que podía aguantar con tal de permanecer a su lado y poder admirar ese lado sádico y loco que amaba.

Valentino le enseño a ser masoquista en el lado sexual, pero el aprendió por su cuenta, a verlo por el lado romántico y no solo por el carnal. Admirar a la polilla mientras disparaba y mutilaba se había convertido en su nueva adicción que no solo hacía que sus pantalones se apretasen si no que también hacia que su corazón latiera como loco con tan solo verlo.

Puede que fuera un idiota manipulador de mierda que solia hacer berrinches y masacres por cualquier estupidez pero el lo amaba de esa forma y amaba ese lado suyo.

Amaba que podía darle una sonrisa pervertida a cualquier desconocido ya que ese era su trabajo, conseguir lo que quería a base de sexo y drogas era lo que se le daba mejor, pero sabía que las miradas y las sonrisas que le dedicaba a el, eran reales y sinceras aunque quisiera ocultarlo con ese tono coqueto y seductor que lo caracterizaba. Amaba cuando se ponían a bailar de un momento a otro sabiendo de memoria los pasos del contrario y su ritmo.

Sabía que estaba loco y que a veces podía sacarlo de quicio pero avía ocasiones en las que simplemente quería sentarse y admirarlo hiciera lo que hiciera, ya fuera grabando una película, gritándole a sus actores o simplemente verlo masacrar, incluso no podía resistirse a tener que verlo por sus pantallas cuando estaba abusando sexualmente de su mejor estrella.

Le encantaba admirarlo de cualquier forma y en ese momento solo quería lanzarse y besarlo para después darle lo que tanto estaba esperando desde que se lo llevó del estudio de la chica.

Maldición, hacía que perdiera la cabeza de cualquier forma, ya fuera al momento de correrse al aletear sus alas o simplemente viendolo mientras asesinaba. No podía pensar en otra cosa mas que en Valentino y a veces lo odiaba por qué después de tener esos momentos, no salía de su cabeza por mucho que quisiera.

Aunque quisiera actuar cansado e irritado cuando velvette lo llamaba para calmar otra de sus rabietas en realidad lo único que sentía era la más grande felicidad por ir a verlo y pasar el tiempo con el, por muy poco que fuera lo apreciaba y se sentía cómodo a su lado haciendo lo que fuera en donde fuera.

Era literalmente un proxeneta que abusaba de sus empleados, era un manipulador de mierda y una reina del drama pero el lo amaba de esa forma y nunca se arrepentiría de hacerlo.

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Quería escribir está cosa desde que empeze con el fanfic pero no sabía cómo pero anoche ví un edit de ellos con la misma canción que lo quería escribir y pues me llegó la jodida inspiración.

Espero les guste y gracias por leer.

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