Sara miró para abajo, apartando la mirada aunque el erizo Supersónico aún la estuviera mirando, como si quisiera grabarla en su memoria.

Las manos de la pequeña Castora jugaba con sus manos esperando alguna palabra o acción de quien consideraba su padre.

Se estaba preguntando cosas como:

"Porque me mira así?"

"Qué está pasando? Aún estoy soñando?"

"Me odia ahora? Se cansó de mi a lo mejor y Me quiere abandonar ya"

Así fue hasta que Super Sonic se rió enseñando los dientes afilados que tenía, la niña al ver su apariencia decidió que este no era su padre de ninguna manera.

De milagro se safo del agarre de super Sonic al parecer ya queria sacarla o hacerle daño.

Se chocó contra su cama pero sus ágiles manos fueron al cojín a sacar su as bajo la manga; un cuchillo.

—Tú no eres mi padre.

-No, no lo soy. Soy Super Sonic, un gusto conocerte